Elmore Leonard, un tipo del sur

Elmore Leonard es titular. Pero no porque haya escrito una nueva novela o vayan a adaptar alguna de ellas a al cine. No, esta vez  Elmore Leonard (Nueva Orléans, Louisiana, 1925-Detroit, Michigan, 2013) aparece en las noticias porque se ha ido un tipo impecable.

Se va con él uno de los últimos escritores duros de la literatura norteamericana. Un venerable que antes comenzó escribiendo novelas del oeste.

¿Han visto Hombre, El tren de las 3.10 a Yuma?…  Son relatos de Leonard.

Y apenas se recuerda para entender al escritor.

El western es un elemento fundamental en el estilo que más tarde volcará en sus novelas policíacas. O negras. O negras y criminales. O como ustedes deseen porque el orden de las palabras no afecta el producto.

Otra de las claves del universo Leonard es que sus novelas –incluidas las del oeste–  parecen la misma. Aunque sus protagonistas se muevan en espacio de tiempo diferentes: finales del XIX, principios del XX, los cuarenta y la actualidad, así como en escenarios diversos: Miami, Nueva York, La Habana, Chicago…

Lo comentaba ayer mismo, tras conocer la noticia de su fallecimiento, con un amigo que siente auténtica devoción por las historias de Leonard: “Fue como Howard Hawks“.

Sus historias son las mismas pero son diferentes. Quizá esto explique su abanico de lectores, tan amplio y heterogéneo.

Piénsalo, Elmore Leonard es leído por los aficionados a la novela negra y por lectores a los que se la trae floja la novela negra.

Es decir, supo crear adicción.

Voy a una librería:

-Déme usted la última de Leonard.

- ¿Quién?

- La última de Elmore Leonard.

- Ah, disculpe usted…

El escritor nunca renuncia a su estilo y por supuesto a su fórmula, lo que hace que su literatura resulte entre los que caen en ella una apuesta segura.

Te identificas con los personajes.

Más que cínicos, irónicos.

Y con sus mujeres, duras pero tiernas.

Luego te identificas con su amplia lista de villanos, igual de atractivos que sus personajes positivos. Yo diría que incluso más.

¿Por qué?

Porque tienen dobleces y encanto.

Parecen que no son tan malos…O parece que entiendo la desgracia moral de los que no parecen tan malos.  El bueno, o los buenos, viene a decir Leonard, tampoco son tan buenos.

Ahora que escribo estas líneas tengo reciente a Boyd Crowder, el álter ego del comisario Raylan Givens en la serie para televisión Justified. Tres temporadas que han sabido captar y asumir el universo Leonard.  Un escritor, por otro lado, que fue bien adaptado al cine.

Quentin Tarantino rodó su mejor película hasta la fecha: Jackie Brown.

Charles Bronson se metió en la piel de Mr. Majestyk, ese policíaco rural que dirige Richard Fleischer.

Y se decantaron más por sus momentos cool que por sus momentos negros –que los tiene, y bastante crudos– cineastas como Steve Soderbergh y Paul Schrader, entre otros…

Todos quisieron transmitir el inconfundible estilo Leonard. Estilo que encuentras en sus novelas. Escribió un decálogo en el que resume, precisamente, este estilo: frases cortas, diálogos contundentes, huya de descripciones barrocas y ponga dije donde ibasa poner dije

Es imposible escoger una sola novela para recomendar algún tíitulo a los que todavía no se han iniciado en Leonard.

Si te gusta la historia con sabor a western pulp Viva Cuba. Es un título molesto para los españolitos que vienen al mundo porque respira individualismo vaquero por los cuatro costados.

Pero es que hay más…

Muchísimas más… la mayoría de ellas pobladas por tipos golfos con un punto ridículamente creídos que son capaces de todo por un puñado de dólares.

Ahí queda Joe LaBrava, Bandits, Hombre desconocido 89, Pronto, Un tipo implacable, Touch, Almas pagas y El día de Hitler.

Pero es que hay más…

Muchísimas más…

Elmore Leonard no dejó de escribir.

Incluso cuando la señora de la guadaña llamó a su puerta.

Se ha ido un tipo del Sur.

Saludos, dixie, desde este lador del ordenador

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