Mi nombre es Hammett, Dashiell Hammett

Samuel Dashiell Hammett (27 de mayo de 1894 – 10 de enero de 1961) es uno de esos escritores que si no hubiera nacido habría que inventarlo. Sin él, no se explica la evolución de un género tan realista y preocupadamente social como es la novela negra, la que se distancia de la de suspense, la de crimen en un cuarto cerrado. Y con él, es verdad también, se instauran los clichés que a continuación han ido definiendo a un género que por mucho que insistanh sus detractores hoy goza, como gozó en su tiempo, de excelente salud. De hecho, si quieres hacerte una idea de las sombras que pueblan tu ciudad por pequeña que sea la mejor opción sigue siendo la literatura negra y criminal.

El detective privado con un alarmante problema de salud, el amigo que a la postre no resulta tan cercano y las mujeres que llevan los pantalones porque dejaron las faldas arrugadas en el suelo del cuarto de baño son solo algunos de los elementos que salieron de la máquina de escribir de un hombre que acercó la literatura de crímenes a los lectores publicando sus relatos y novelas por entregas en revistas baratas, publicaciones que se vendían en kioscos junto a periódicos que anunciaban tragedias en grandes titulares y a cinco columnas.

Hammett sabía de lo que escribía, gran parte de sus cuentos y novelas negros están inspirados en muchos de los casos que tuvo que investigar cuando fue detective privado, oficio que le llevó también a romper huelgas y hundir, si así se lo ordenaban, el cráneo de más de un trabajador. Continuó por este camino hasta que se dedicó a la literatura de andar por casa para mantener una familia que siempre vivió a trancas y barrancas. Más tarde simpatizón con ideas de izquierdas que lo llevaron a la cárcel porque se negó a delatar el nombre de amigos y camaradas de partido. Fue allí, mientras cumplía condena, cuando se agravó una enfermedad que arrastró una vez recuperó la libertad y consiguió el cariño de la escritora y guionosta Lilian Hellman. En el cine, si no me equivoco, Hammett ha sido interpretado por actores como Jason Robarts (Julia) y Frederic Forrest (Hammett) y aparece en alguna novela.

Por unanimidad y dentro del gremio de escritores se le sigue considerando como el padre de una literatura bronca, violenta, construida con frases tan cortas como el tableteo de una ametralladora Thompson. Fue elogiado por poetas como Luis Cernuda y escritores como André Malraux y Andé Gide. Raymond Chandler, que fue uno de sus discípulos más aventajados, lo dijo cuando el destino lo condujo a cultivar este tipo de literatura: la llevó sin guantes al arroyo.

Si aún no has leído nada de DH te recomendaría que comenzaras por Cosecha roja, novela que ha dado origen a todo tipo de versiones cinematográficas sin acreditar (Yojimbo, Por un puñado de dóláres, El último hombre); La llave de cristal, que a mi me parece la mejor de todas las que escribió y que cuenta con su propia adaptación al cine y que inspiró otro, Muerte entre las flores) y El halcón maltés, que dirigó John Huston y protagonizó Humphrey Bogart como el duro detective Sam Spade.

Hay otras dos novelas pero no resultan tan negras como el carbón: La maldición de los Dain y El hombre delgado, que está protagonizada por una pareja extremadamente elegante que en el cine intepretaron William Powell y Myrna Loy, como Nick y Nora Charles, y su simpático perrito Fox Terrier, Asta.

También fue el guionista de la serie Agente Secreto X-9, que ilustró Alex Raymond.

No sé a que están esperando si aún no han leído a este clásico, clásico, clásico de la literatura con mayúsculas. A este hombre que no fue ni normal ni corriente y que nos enseñó a través de sus libros que lo negro, solo a veces, resulta demasiado brillante. Tanto, que su destello llega hasta nuestros días con nombre y apellido:

Dashiell Hammett

Saludos, se ha dicho, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Mi nombre es Hammett, Dashiell Hammett”

  1. HPLovecraft Says:

    Siempre es un placer leerle, desde este lado del Atlántico.

  2. admin Says:

    Mil gracias por tan generosas palabras!!!

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