Otra vez: ‘A serbian film’

No he visto la película y puñeteras ganas tengo de verla. Será cosa da la vejez y de haberme alimentado durante mucho tiempo de basura con denominación de origen gore para saber de lo que estoy hablando. Esto no quita, sin embargo, la indignación que me envuelve como ciudadano al acatar como una oveja la cultura del miedo (y sus consiguientes prohibiciones) para que continúe viviendo en un mundo infeliz.

Mundo donde el soma nuestro de cada día es aceptar (aunque sea a regañadientes) la enfermiza cultura de lo políticamente correcto. Cultura que, entre otras cosas, no quiere llamar a las cosas por su nombre.

Días, acaso meses, ya publicamos un post donde reflexionábamos sobre el guillotinazo que le han dado en este país de cabestros que es España al largometraje A serbian film, de un tal Srdjan Spasojevic que hasta el día de hoy era conocido en su casa.

La película se exhibió en el pasado Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges y levantó polvareda y apasionados debates me parece a mí más cerca de programas de televisión (muy pornográficos, por cierto) como Sálvame que a intercambio de pareceres entre gentes sensatas.

La noticia ahora es que el director del citado Festival, el señor Ángel Salas, ha sido imputado por permitir la proyección de este largometraje que hiede a cadáver porque esa cosa contiene, entre otras, imágenes en la que un hombre penetra a un recién nacido con su madre delante o a un actor porno fornicando, sin saberlo, con su hijo de ocho años.

Lo curioso de este caso es que el mismo Ángel Salas que dio su visto bueno para que A serbian film se exhibiera en el Festival, había declarado días antes de su proyección que no pensaba “volver a verla”.

Las razones son obvias.

Partiendo de la base de que lo que muestra este producto de charcutería con pretensiones de autor no es real sino una recreación cinematográfica para provocar reacciones en el espectador, continúo suscribiendo lo que ya suscribí en aquel primer post: que somos libres para hacer con nuestro cuerpo y con nuestra cabeza lo que queramos. Y de advertir a quienes se empeñan en mejorar nuestra existencia de que no veamos ni probemos de otros néctares porque son veneno, que la tendencia natural (y rebelde porque el mundo nos ha hecho así) es la de pisar el césped cuando un cartelito nos indica, precisamente lo contrario.

El juzgado de instrucción número 8 de Vilanova y la Geltrú ha entendido, sin embargo, que Salas ha incumplido el artículo 189.7 del Código Penal que castiga con penas de tres meses a un año de prisión o multa a quien “produjere, vendiere, exhibiere, o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada.”

Y tiene todo su derecho porque lo ampara el Derecho, aunque me pregunto si este escándalo no se está yendo de las manos. Sobre todo porque la sombra de la censura vuelve a planear en un país que pese a todo cree que disfruta de democracia y por lo tanto que todos sus hombres y mujeres viven en libertad para hacer lo que le venga en gana siempre y cuando no moleste al vecino.

Quiero creer por ello que no veremos al señor Salas entrando esposado en la cárcel, como tampoco a los miles de espectadores que ya se habrán preocupado de bajar este título en la red.

Allá ellos y sus emociones.

Ahora bien, lo que sí me inquieta (y me da mucho miedo) es que prohibiendo una película que iba destinada a espectadores minoritarios y probablemente de dudoso gusto, en el futuro se aplique la misma fórmula con expresiones artísticas que no tienen que ser necesariamente cinematográficas con el fin de que no molesten al público.

Público que tiene todo su derecho para ver los delirios de supuestos (si quieren) creadores.

Yo, que soy un espectador acostumbrado a devorar todo tipo de cine (basura y qualité, como dicen unos) renuncié hace unos años a ver El Anticristo de Lars von Trier por recomendación de un amigo. Me dijo algo así como: “no vayas a verla. Te va a dar muy mal rollo”. Y le hice caso aunque confieso que de tanto en tanto y cuando paseo por mi vídeo club favorito –ya ven, debo ser de los pocos que aún alquila películas–  tiene la tentación de castigarse las pupilas por esos accesos insensatos que me asaltan de vez en cuando.

Sí he visto otras cintas perturbadoras, algunas excelentes como Saló de Pasolini, y reconozco que es un título que de tanto en tanto vuelvo a revisar porque en esa paradójica interpretación del fascismo que nos dejó el maestro italiano, aún me sigo preguntando cómo somos tan imbéciles (yo el primero) para que quienes dictan el sistema nos siga tomando por eso mismo, imbéciles.  

Saludos, de alguien que detesta cordialmente los carnavales, desde este lado del ordenador.

7 Responses to “Otra vez: ‘A serbian film’”

  1. Sitedicenqueleí Says:

    Qué horror, sería incapaz de ver esa película, creo que el arte tiene un límite y me vomitaría o caería enferma con esas escenas. Si todo se permite quizás lleguemos a situaciones como en la Roma imperial, en la que todos aceptaban la depravación como algo habitual. Recuerdo la exposción en la que dejaron morir a un perrito de hambre y sed para regocijo de los snobs que visitaban la muestra y que fueron incapaces de impedir que el animal sufriera aullando ante sus modernos y artísticos ojos ¿Eso es arte? no, eso es ser un psicópata, quizás también el de la cinta que usted señala…peut-être
    Yo ignoro estas cintas y tengo la capacidad de seleccionar lo que me produce placer estético y anímico (para dos días que vivimos).
    En estos casos…mi reino no es de este mundo
    Buen día
    Sitedicen…

  2. admin Says:

    Tampoco creo que viera esta película (ya estoy curado de gore y en su momento renuncié a los que circuó como ultra gore alemán porque el subgénero de la mutilación si por algo se caracteriza es por no contar historias), pero no por ello prohibiría que otros y otras la viesen… Yo, como usted, prefiero disfrutar de una película que me haga llorar y reír, también sufrir si viene al caso, porque termino siempre pensando que acaso me ayude a ser mejor persona.

  3. Alfonso González Jerez Says:

    Yo no me limitaría a prohibir la proyección de la película en salas comerciales. Le impondría una multa al director y tres meses de cárcel.

  4. admin Says:

    Es serbio…

  5. Criticón Says:

    No veo la polémica. En este país hay unas leyes y el director del festival ha incumplido una, por tanto es lógico verle ahora metido en este berenjenal. Si usted quiere quedar bien con sus amigos fanáticos de las pelis gores y de terror, y quiere proyectar esta peli, busque un país donde las leyes no defiendan al niño y donde se permita realizar estas guarradas, que por mucha ficción que sea, ya es bastante retorcido idear un guión así y atreverse a filmarlo. Lo único malo que veo en esto, es que por desgracia el revuelo mediático hará que más gente visione esta basura cuando debió pasar sin pena ni gloria por internet, porque lógicamente nunca debió exhibirse en un cine de este país: hubiera sido delito.

  6. Daniel León Lacave Says:

    Estoy de acuerdo con Criticón. Esta película incumple las leyes al hacer apología del maltrato a menores y a mujeres. Hay una ley contra eso, y el juzgado decidirá.
    Lo que está claro es que el Sr. Salas no va a ir a la cárcel por esto, pero al menos se tendrá en cuenta para futuras selecciones el vigilar si un film viola las leyes o no.
    El argumento de que al ser ficción y no un abuso real, se viola la libertad de expresión no acaba de convencerme. Yo vi esta película y no me parece ninguna denuncia social tal y como su realizador ha intentado hacernos creer.

  7. Mariajo Says:

    Qué sensurones nos hemos levantado hoy. Viva la libertad.

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