¡Por San Jorge!

El próximo sábado se celebra el Día del Libro, jornada que pasará una vez más sin pena ni gloria por esta nuestra comunidad autónoma.

Las librerías de la capital tinerfeña –que se suman a la llamada de la Semana Santa– anuncian que cerrarán el 21 (jueves) y el 22 (viernes) de abril aunque abrirán hasta el mediodía del sábado 23 para ¿celebrar? el Día de San Jorge, una cita obligada para regalen un libro y de paso una rosa.

O una rosa y un libro. Costumbre ésta que ha ido imponiéndose en los últimos tiempos no sé con que fin, aunque admito que es agradable que cuando adquieres un libro con una rebaja simbólica del diez –¿o es el cinco?– por ciento te entreguen una flor cuyas espinas –es un suponer– han sido cuidadosamente limpiadas del tallo.

Al parecer, la Asociación de Libreros de esta isla en la que habito ha tomado la decisión, previendo un notable descenso en ventas el sábado, volver a celebrar el Día del Libro el miércoles 27 de abril, día de la semana en la que todo volverá a la previsible y grisácea rutina cotidiana. 

Será por eso que pienso –luego existo– que en estos tiempos aciagos que me  ha tocado vivir los libreros más que regalar una rosa deberían de entregar al cliente un cardo borriquero.   

Confieso que he hecho amigos y enemigos defendiendo libros.

Confieso que pierdo horas y horas de mi fugaz existencia leyendo, hablando y escribiendo sobre y de libros.

También que no hay mayor regalo que te regalen un libro.

Porque si ese libro consigue abrir tu cabeza de hojalata e introducir su dulce veneno todos ustedes serán capaces de llegar a tocar el cielo, la tierra y el infierno. 

El sábado es el Día del Libro. 

Les invito a que inviertan los pocos euros que tienen en uno de estos objetos que dan tanto placer como daño.

Tanto…

… Tanto que a mi me han salvado muchas veces la vida.

De hecho no sería nada sin ellos.

Quizá sea porque también soy un libro.

(La ilustración que acompaña este post es el cuadro Lucha de San Jorge contra el dragón de Peter Paul Van Rubens)

Saludos, siempre por San Jorge, desde este lado del ordenador.

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