Fallece el escritor y poeta José Carlos Cataño

El escritor y poeta José Carlos Cataño (La Laguna, Tenerife, 1954) falleció en la madrugada de hoy, viernes, 9 de agosto. Cataño, que desde hace años había fijado su residencia en Barcelona, viajó en junio a la isla para presentar un nuevo libro, Obra poética (1975-2007), editado en Pre-Textos y con prólogo de Ana Arzoumanian, por lo que la noticia de la muerte coge a todos los que le conocieron por sorpresa.

En una reciente entrevista publicada en Diario de Avisos, el escritor y poeta manifestaba que era “un poeta sin libros”, aunque apuntaba que siempre estaba escribiendo, poemas en su mayor parte que guardaba en el interior de una gaveta. O cajón.

José Carlos Cataño se había convertido al judaísmo en Marruecos, y mantuvo siempre una relación de amor y odio con Tenerife y por extensión con Canarias.

En su producción literaria se mezcla la novela, con la poesía y el ensayo aunque si se le preguntaba, solía decir que se sentía más poeta que otra cosa. Entre sus poemarios se encuentran títulos como Disparos en el paraíso, El cónsul del mar del Norte, El amor lejano. Poesía reunida, 1975-2005, Lugares que fueron tu rostro y en 2019 Obra poética, 1975-2007, libro que como ya se dijo presentó en Tenerife el pasado junio en un acto que fue presentado por el también poeta y escritor Iván Cabrera Cartaya.

Como narrador fue autor de Madame y De tu boca a los cielos. También de la novela El exterminio de la luz, que escribió junto a Carlos Eduardo Pinto y que firmaron con el heterónimo Pórfido Santos Johns, que obtuvo el premio de edición Benito Pérez Armas en 1974.

Como ensayista destacan los textos Cien de Canarias. Una lectura de la poesía insular entre 1950 y 2000, Casi tal cual. La fotografía de Humberto Rivas y Algunas mínimas de José Carlos Cataño frente al volcán de la isla de Corvo.

José Carlos Cataño fue autor también de una colección de diarios que inició con Los que cruzan el mar. Diarios, 1974-2004 y que continuó en De rastros y encantes, La próxima vez (2004-2007) y La vida figurada (2008-2009).

Lo entrevisté, y quiero pensar que lo conocí, a raíz de la publicación del segundo de estos diarios. La noche anterior había presentado la obra y después del acto se había ido de cena con un grupo de amigos, por lo que, confesó, se sentía con resaca lo que no fue obstáculo para que se explayara a lo largo de una conversación en la que se habló de literatura, de amistades que él creía traicionadas y de judaísmo, religión que profesaba desde finales de los años setenta.

Respecto a su visión de las islas desde la distancia apuntò que a veces las observaba “con mucho dolor por su nivel político, los casos de corrupción en las instituciones, el falso nacionalismo canario” pero también con agrado “por lo que está haciendo mucha gente joven que desde el punto literario escribe muy bien y cuenta con una formación muy bien armada. Me fastidia mucho que no se conozcan fuera de Canarias el trabajo que hacen. Como me fastidia que no se conozca en la península a poetas como Maccanti y Padorno, entre otros”.

Abro al azar su ya último libro publicado en vida, Obra poética, 1975-2007, y me aparece un poema que en parte sintetiza al poeta y al hombre que fue José Carlos Cataño:

El resentimiento

El resentimiento
No es más que el goce de un anticipo,
Tocar ahora lo postergado.
Entonces no era el momento.
Lo único tangible
La penuria de la carne,
Que vuelve plena en la creencia
De un futuro ya asestado.

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