Archive for Diciembre, 2023

Retrato en la pared, un libro de Concha de Ganzo

Miércoles, Diciembre 27th, 2023

Termina el 2023 con dos libros que se ocupan de la Guerra Civil que se vivió en Canarias. Novelas donde la realidad y la ficción casi se dan de la mano. Se tratan además de dos obras escritas por mujeres, quienes han novelizado algunos hechos que se desencadenaron por desgracia aquel terrible verano de 1936. En ambos casos, el material que nutre estas dos historias hay que buscarlo en la memoria que acompaña a cada familia de este dichoso pero también desgraciado país, en especial aquellos relatos que generación a generación se transmiten de generación a generación sobre cómo les afectó la Guerra Civil española, más en un territorio tan pequeño como Canarias, donde si ahora casi nos conocemos todos, antes, imagínense, se conocían todos.

Hace unas semanas nos hacíamos eco de la gozosa sorpresa que fue descubrir El último alzado, de Guadalupe González Taño, una historia familiar sobre la guerra narrada con desarmante sencillez y que iba directa al corazón antes que a la cabeza del lector.

Coincide este título en librerías con Retrato en la pared (Le Canarien, 2023), de la escritora y periodista Concha de Ganzo, una novela construida a través de varias voces (Tomás, su hermano Gregorio, un joven zapatero de Lanzarote, Madame D) que se entrecruzan en las páginas de un libro potente no ya solo por lo que significa de novelizar la memoria sino también por la voluntad con la que están escrito todos estos relatos, historias que arman una obra que no va a dejar indiferente a nadie. Y digo bien, porque detrás de todas estas escenas que transcurren en un periodo tan triste para la historia de este país hay además de voluntad por contar cosas, voluntad por escribir bien esas mismas cosas.

Concha de Ganzo me descubre cuál fue el destino de la esposa de Miguel Campos, un hombre, este Campos, que tuvo una vida de novela aunque en su caso esa vida fuera la que vivió. Para quienes no lo conozcan, baste decir que nacido en Güímar (casi todos los protagonistas de este libro son de esta localidad del sur de Tenerife), Campos militó muy joven en organizaciones de izquierdas lo que lo obligó a huir cuando estalló el golpe de Estado. Detenido, fue encarcelado en Fyffes y formó parte del Batallón de Trabajadores 180 en el norte de África, donde logró escapar para alistarse en las unidades militares de la Francia Libre. En concreto, a la que se conoció popularmente como la Nueve, la unidad de los republicanos españoles que combatió contra el nazismo en África y Europa y que desfiló el día de la liberación de París, el 26 de agosto de 1944.

De Campos, de quien se ha escrito ya varios libros, aunque el más recomendable sea el que lleva por título Miguel Campos Delgado. Héroe y mito de la Nueve se conoce lo que se ha podido conocer gracias sobre todo al trabajo de los investigadores Carmen Góngora, Fabián Hernández, Aarón León y Octavio Rodríguez, pero no se sabía nada o poco al menos, de quién fue su esposa, Isabel Piñero, una mujer a la que las circunstancias obligaron a enfrentarse con mucho coraje a las circunstancias adversas ante las que se encontró recién iniciado el llamado alzamiento nacional. No voy a revelar lo que sí revela literariamente Concha de Ganzo en esta novela basada en rigurosos hechos reales, pero la historia pone los pelos de punta y hace pensar que si una de las calles de Güímar lleva hoy el nombre de su esposo, no sería mala idea bautizar otra con el nombre de su compañera, una madre coraje con todas sus letras.

Esta es solo una de las sorpresas que guarda un libro estructurado en dos partes y en la que se cuentan momentos y experiencias de canarios y canarias en tierras peninsulares combatiendo o sufriendo una guerra en la que no se les había perdido nada. Ese es el caso de Tomás, soldado del ejército nacional que mantiene contacto con una mujer del ejército republicano con quien comparte tabaco y papel para liarlos. O el de su hermano Gregorio, también destinado a la península para combatir “a los rojos”, aunque Goyo no distinga colores ni ideologías. A él le tocó el conflicto en un lado y los que mandan y ordenan en ese lado son los que lo destinaron al infierno de una guerra donde los combatientes de un lado y otro de las trincheras si no se conocían por ser del mismo pueblo o del mismo barrio, sí que hablaban el mismo idioma por lo que las palabrotas eran las mismas cuando los tiros dejaban de sonar y se daba paso al desahogo verbal.

Estos Retratos se leen como una novela, o como cuentos que se hilvanan a través de los personajes. En este aspecto, los distintos cuadros que estructuran el libro ofrecen una mirada distante y serena en torno a distintos momentos que discurren en aquella maldita Guerra Civil cuyas secuelas todavía continúan dañando la convivencia dentro de un país que no termina de reconocerse ante el espejo de la Historia. E historias es lo que ofrece Concha de Ganzo en esta amplia e intensa galería de pequeños episodios nacionales.

Galería de hombres y mujeres, hermanos y hermanas, familias enteras que por los vientos de tormenta que estaban por encima de todos ellos terminaron por forjar uno de los pasados más salvajes que ha vivido este país a lo largo, ironía, de su Historia.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

Manuel Hernández: “La emigración canaria a Venezuela fue familiar, pobladora y agrícola”

Martes, Diciembre 26th, 2023

Venezuela, Cuba y República Dominicana son el triángulo equilátero de las investigaciones que conforman el trabajo como investigador del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández, que presenta ahora La emigración canaria a Venezuela a lo largo de la historia (Le Canarien, 2023), un libro recién salido del horno y en el que el autor repasa desde el siglo XVI hasta la actualidad los movimientos de canarios que tuvieron que abandonar su tierra para buscarse un futuro mejor en el nuevo mundo.

Entre las novedades, el historiador estudia sucintamente en el último capítulo del libro el retorno de venezolanos con origen canario al archipiélago y enumera solo a unos pocos protagonistas de la historia de ese país cuyo origen se encuentra en las islas: Rómulo Betancourt, José Antonio Páez y Manuel Díaz Rodríguez, entre otros.

El libro se presenta el 10 de enero en el Ayuntamiento de La Orotava en un acto en el que acompañarán al autor el también catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz y el profesor de Historia de América del mismo centro universitario, Ángel Dámaso Luis León.

- Usted ha dedicado gran parte de sus investigaciones a la emigración canaria a Venezuela, ¿que aporta este libro a lo ya estudiado?

“He profundizado en el conocimiento de la época colonial y de la independencia con nueva documentación de archivos tanto españoles como venezolanos. El acceso a los libros sacramentales de las parroquias me ha permitido profundizar en el conocimiento de la geografía de la emigración canaria en la colonia y en el siglo XIX. Zonas como Aragua o el Valle de Caracas son ahora mejor conocidas en el papel crucial desarrollado por la migración canaria en el siglo XVIII. Pueblos como Turmero, Cagua o Santa Cruz de Aragua, donde se expandió el tabaco junto con el añil son ahora mejor conocidos. También incorporamos a través de su estudio en los libros parroquiales ese 10% de canarios que eran mulatos y negros, tanto libres como esclavos. Otro punto nuevo es el papel desarrollado por el clero canario en Venezuela tanto en la emigración colonial, con su creciente peso en las comunidades religiosas y en las parroquias, como en la independencia. He aportado desde esa perspectiva datos inéditos sobre su contribución en la insurrección de Valencia de 1811. En la emigración del siglo XX he aportado nuevas perspectivas de su papel en el desarrollo agrícola. También sobre la crisis de la economía venezolana y el retorno que vivimos en la actualidad”.

- ¿Se conoce el número aproximado de canarios que a lo largo de la historia marcharon a Venezuela?

“El número es difícil de saber por ser una migración esencialmente clandestina, pero fue sin duda la migración más importante tanto en la época colonial, como en los siglos XIX y XX y la única con un elevado porcentaje de mujeres y niños desde 1670 hasta nuestros días. Incluso en el siglo XIX la migración fue de contratas agrícolas de familias”.

- ¿Cuál es la causa mayor de la emigración canaria a Venezuela?

“Obviamente hay una causa insular, las pocas posibilidades de futuro en las islas, pero hay otra en el país de recepción. Venezuela hasta los años 80 fue un territorio en el que los canarios trabajando duro y dotándose de cadenas migratorias podían prosperar y en el peor de los escenarios tener garantizada una subsistencia digna”.

- ¿Y cuál fue el papel de los canarios durante la guerra de independencia venezolana?, ¿los canarios eran más españolistas o independentista?, ¿qué personajes destacaría de cada bando y por qué?

“Los canarios de las clases bajas, como el conjunto de todas ellas, eran esencialmente realistas hasta que su marginación por el ejército profesional de Morillo arribado de la Península en 1815 los marginó y les llevó a pasarse al bando independentistas. Ese fue el caso del grancanario Blas Cerdeña, que sería general en la conquista del Perú. Entre los partidarios de la independencia podemos destacar Fernando Key Muñoz, primer ministro de Hacienda de la República, los hermanos Juan y Domingo Ascanio y Franchi Alfaro, corregidores y gobernadores, José Luis Cabrera diputado firmante de la independencia, Matías Sopranis o Pedro Eduardo. Entre los realistas Domingo Monteverde y Rivas, Francisco Tomás Morales, José Yanes o Salvador Gorrín”.

- El estudio que publica aborda de la emigración masiva de siglos pasado al retorno que en la actualidad miles de familias venezolanas de origen canario están haciendo a las islas. ¿Qué claves destacaría de este retorno?, ¿cuáles son las razones que han provocado este regreso?

“Creo que los dos momentos de mayor éxodo si se permite la palabra fue durante el llamado Caracazo y el chavismo…, ¿por qué? ¿Y ahora, con el presidente Maduro al frente del país? El Caracazo en 1989 acentuó el retorno por razones fundamentalmente de inseguridad. La etapa de Maduro fue mucho mayor por la política de nacionalizaciones en el agro, la hiperinflación, el hundimiento de la producción petrolera, la violencia y la imposibilidad de sobrevivir con salarios miserables y con una economía desmantelada, que ha llevado a un 20% de los venezolanos a dejar el país”.

- ¿En qué zonas solían establecerse los canarios que emigraban a Venezuela? ¿y en calidad de qué iban?, ¿a trabajar al campo o a la ciudad?

“Los agricultores se expandieron por Aragua, Palo Negro fue el inicio, Coro con las cebollas, tomates y cebollas en Quibor, Sisisique con las viñas, la papa en el mundo andino, los plátanos, el arroz, el café con industrias de su propiedad, la ganadería. Etc. También hubo canarios dedicados al sector servicios y la industria, algunos fueron profesores universitarios e incluso hubo una frustrada experiencia bancaria con el Banco Canarias de Venezuela”.

- ¿Cómo contribuyeron los emigrantes canarios a engrandecer con su trabajo Venezuela?

“Su principal aportación fue la modernización de la agricultura venezolana y su mayor valor la reputación de trabajador serio que les caracterizó”.

- ¿Qué años son los más intensos de la emigración canaria a Venezuela?, ¿por qué?

“Entre 1670 y 1750 de expansión colonizadora familiar en el Valle de Caracas, Aragua, Valencia, El Yaracuy, en los Llanos, en Barlovento y en la serranía de Perijá en el Zulia. Entre 1790 y 1810 con nuevos cultivos como el tabaco, el café y el añil. En el siglo XIX la migración de contratas para la agricultura cafetalera promovida por Guzmán Blanco hasta la crisis del café en 1893. En el siglo XX, la emigración clandestina del 48 al 52, la emigración masiva de varones de los 50, la de reconstrucción familiar con 70% de mujeres y niños de los 60 y 70”.

– ¿De qué islas procedían la mayoría de estos emigrantes canarios?, ¿alguna razón en particular?

“En la época colonial el mayor número era de Tenerife, pero en proporción a su población era notable la de El Hierro. En la etapa de 1790 a 1810 creció la grancanaria con familias enteras, en el siglo XIX Tenerife fue la mayoritaria, porque los palmeros y grancanarios emigraron mucho más a Cuba Argentina y Puerto Rico y los lanzaroteños y majoreros al Uruguay. En la del siglo XX el 70% fue de las Canarias Occidentales. La razón son las cadenas migratorias y los vínculos familiares y de paisanaje que incitan a trasladarse a una u otra región del Nuevo Mundo”.

-¿Cuál es el desarrollo de la emigración canaria durante la época colonial?

“Fue colonizador con la fundación de pueblos como La Vega, los Teques, San Antonio de los Altos o Baruta en el Valle de Caracas, en San Felipe Yaracuy y Panaquire con el cacao, en los Llanos en San Carlos Cojedes, Calabozo o Chaguaramas, en Valencia y en regiones del oriente venezolano como La Piragua o Upata, en Aragua en los valles interiores en La Victoria, Turmero, Maracay o Cagua”.

- ¿Es cierto que el primer brote independentista lo originan emigrantes canarios para romper con el poder omnímodo de la Compañía Guipuzcoana?

“La Guipuzcoana fue creada en 1728 por la Corona para restablecer el escaso comercio con la Península. Los hacendados caraqueños, entre ellos el grancanario marqués del Toro vendían el cacao a Veracruz. Los pequeños cultivadores lo llevaban en barcas a Curaçao. En 1741 estalla la rebelión de San Felipe Yaracuy cuando los vascos quieren controlarlo. Pero al estar España en guerra se negoció que se siguiera haciendo hasta la firma de la paz en 1748. En 1749 los pequeños cultivadores de Panaquire, entre ellos Juan Francisco de León querían seguir haciéndolo, pero la Guipuzcoana y los gobernadores se opusieron. Así nació la rebelión que tomó Caracas y que controló la situación hasta que en 1751 se envió un ejército profesional dirigido por Ricardos que acabó con ella e impuso a los campesinos financiar batallones fijos profesionales. El monopolio de la Guipuzcoana, transformada finalmente en de Filipinas duró hasta 1789”.

- ¿Cómo definiría esta emigración a lo largo de la historia?

“Como familiar, pobladora y agrícola esencialmente, aunque destacó en la medicina y en el clero”.

- ¿Qué descendientes de canarios en Venezuela destacaría a lo largo de la historia, además de Miranda y Bello?

“Rómulo Betancourt, Antonio Guzmán Blanco, José Antonio Páez, Manuel Díaz Rodríguez, Juan Pedro López, Ezequiel Zamora, José María Vargas y un largo etcétera”.

- En el trabajo de fuentes creo que accedió a la página web de los mormones FamiliySearch.org, ¿qué tipo de documentos facilita?, ¿qué otras fuentes utilizó para este trabajo?

“Todos los libros sacramentales de las parroquias y los de matrimonios y soltería del Archidiocesano de Caracas. Otras fuentes son Indias, el Archivo General de la Nación, los de las embajadas de España en Venezuela y de Venezuela en España, la prensa, etc”.

-¿Y qué temas tratará en próximas obras? ¿Volverá a indagar en la historia de Venezuela?

“Mis próximas obras son Medicina e Ilustración en Venezuela, que será publicada por el Instituto de Estudios Canarios y la Uned y La Iglesia y la Independencia de Venezuela. Los sacerdotes desterrados a España por la Universidad Autónoma de Madrid”.

- ¿Y nuevos estudios sobre Cuba y República Dominicana?

“Sigo recopilando materiales sobre migración y agricultura, especialmente sobre Cuba, tanto en el siglo XVIII, como en el XIX con pueblos como Nuevitas”.

¿QUÉ FUE DE LA AGROISLEÑA?

Uno de los símbolos de la presencia canaria en Venezuela a lo largo de la historia fue la aparición de la Agroisleña, una empresa creada por un adejero que hizo negocio a partir de la exportación de semillas de cebollas que llegó a controlar un alto porcentaje del abastecimiento de estas mismas semillas y de abonos para el campo venezolano. “Fue un modelo de referencia”, dice Manuel Hernández, quien añade que esa eficiencia duró “hasta que Chávez sin ni siquiera indemnizarlos lo nacionalizó y con ello destruyó” una “industria que no levanta cabeza desde entonces”.

Saludos, lo dijo alguien muy sabio, desde este lado del ordenador

En este gran mar, un libro de Juan Manuel Pardellas

Viernes, Diciembre 22nd, 2023

No termina de cuajar en Canarias un periodismo con vocación de reportaje,o que permita al periodista desarrollar sus informaciones y darle cuerpo en un libro. Es verdad que hay casos, pero muy escasos todavía en esta tierra, de profesionales que se hayan preocupado por exponer sus trabajos de investigación en un volumen y al alcance de todos los públicos pero espero que la moda, si se puede llamar así, llegue algún día porque gracias a textos largos, meditados y en los que el autor/a ha tenido tiempo de conocer lo que expone son necesarios en una sociedad que hace ya demasiado tiempo se divorció de sus medios de comunicación.

Juan Manuel Pardellas es uno de esos profesionales a los que les gusta su oficio, y eso se nota. Ha escrito hasta la fecha cuatro libros de los que tenga noticia, textos que son necesarios para hacerse una idea de los temas que aborda, todos ellos relacionados siempre con las islas Canarias.

El primero fue El rock en Canarias, uno de los primeros trabajos en los que se contaba la historia de este fenómeno musical en las islas y que aún hoy sirve de referencia para aproximarnos a un universo que vivió su época de esplendor en los años 80 y 90, y que aún anda cacareando ya que el rock nunca muere.

Tras esta experiencia, Juan Manuel Pardellas publicó un relato biográfico de los miembros del grupo Ataúd Vacante, más tarde conocido como D-Tractores y se ocupó de uno de los asuntos que ha marcado su carrera como profesional: la inmigración irregular que llega a las costas canarias en Héroes de ébano, en el que reunía una serie de artículos centrados sobre estos hechos pero en los que intentaba dar voz a los protagonistas.

Tras dirigir Diario de Avisos y desempeñar puestos que poco o nada tienen que ver con el periodismo aunque se le contrate precisamente por ser periodista como son los gabinetes de prensa, Pardellas parece que regresa a su hábitat natural que es el de la información con la publicación de En este gran mar (Gaveta Ediciones, 2023) un amplio reportaje (el libro roza las trescientas páginas), que estudia e informa sobre una de las tragedias más dramáticas de la historia de la migración africana reciente, la de 48 personas, de las que solo aparecieron 11 momificadas, a bordo de un yate que llegó hasta la lejana isla de Barbados, en el Caribe.

El caso es que la embarcación, bautizada como Bonnie and Clyde, partió de las costas de la isla de Sal, en Cabo Verde, para llegar a las de las islas Canarias solo que algo salió mal.

En este gran mar se cuenta la investigación que emprendió el periodista tinerfeño y cómo el asunto casi terminó por convertirse en una obsesión. Pardellas cuenta que tuvo noticia de la tragedia un domingo mientras regresaba a casa con la familia. Aquella noticia, dictada como otras muchas con profesionalidad por el locutor, le despertó curiosidad, que es uno de los instintos de todo periodista, y se puso a investigar la tragedia.

Muchos de estos reportajes se publicaron en su día en el diario El País, algunos a página completa. Juan Manuel Pardellas cuenta cómo logró que interesara a los jefes del periódico el caso de los senegaleses que partieron en el yate que los condujo a la muerte diciéndoles que la embarcación había equivocado el rumbo ya que se dirigía a Canarias, que se desviara y navegara a la deriva en mar abierto fue una terrible equivocación provocada por una catarata de errores.

Para ahondar en el caso y conocer a las familias de los jóvenes que perdieron la vida a bordo del Bonnie and Clyde, Pardellas explica cómo además de googlear y llamadas telefónicas se lío la manta a la cabeza para recabar información en Senegal, el país de donde procedían los fallecidos, así como el archipiélago de Cabo Verde y, finalmente, Barbados, donde llegó la embarcación arrastrada por las corrientes marinas con once cadáveres momificados en su interior.

El periodista intenta encontrar a los culpables que ocasionaron la tragedia (que los encuentre o no lo sabrán si leen el libro) y muestra el rostro humano que tenían las víctimas que fallecieron en el mar mientras soñaban con llegar a Canarias.

En el libro, nos cuenta cómo conoció a algunos de los familiares de las víctimas del yate, lo que lo aproxima a una realidad que no por haber escrito mucho sobre ella, asumía hasta entonces de manera tan emocional.

En cuanto al estilo, la narración (casi parece una novela policíaca) está escrita en primera persona sin demasiadas estridencias. De hecho, la manera en que está escrito responde a la regla periodística de buscar siempre la precisión y la claridad en la exposición, así que los capítulos en los que se divide se leen y enganchan, que de eso se trata, así como transmite toma de conciencia ante una realidad a la que nos han enseñado que vivamos de espaldas. En este gran mar está ilustrado con mapas y una colección de imágenes fotográficas que dan testimonio de su paso por los diferentes países que visitó durante la investigación.

Entre las fotografías se encuentran algunas de impacto, como la de los cadáveres momificados que yo hubiera omitido. Creo que no hacía falta mostrar parte de ese horror cuando el horror ya está narrado y con brío por un periodista que pese a la que está cayendo sigue empeñando en reivindicar su oficio, el arte (lo es) de contar hechos.

Saludos, llovía, desde este lado del ordenador

La bomba: Canarias en Corto 2024

Jueves, Diciembre 21st, 2023

No deben de estar acostumbrados a dar explicaciones los responsables del área de cine del Instituto Canario de Desarrollo Cultural (ICDC) ya que quedará como uno de sus secretos mejor guardados las razones que expliquen el porqué demonios no hemos podido ver dos (¿o fueron tres?) las películas que formaban parte de la initiciativa Canarias en Corto de pasadas ediciones aunque los correspondientes al año pasado (Canarias en Corto 2023), sí que pudimos disfrutarlos hace algunas semanas y así nos hicimos eco en este su blog El Escobillón.

El caso es que estos últimos días hemos dado a conocer algunas de las subvenciones que se están repartiendo en el área de cine, así que hoy le toca a las ayudas de cortometrajes que conformarán el catálogo de Canarias en Corto para su promoción en mercados durante el 2024.

Se informa que se han seleccionado los trabajos con mayor puntuación en la convocatoria, “habiéndose inscrito un total de 38 proyectos, de los que 23 fueron admitidos”. Finalmente, los siete trabajos seleccionados resultaron: Las cosas queridas (Pablo Vilas, España, 2023, 18 min.); Tiempo de carnavales (Antonio Munáiz, España, 2023, 20 min.); Autorretrato (Willy Suárez, España, 2023, 18 min.); Colonos del Espacio (Fernando Alcántara, España, 2023, 11 min.); La isla errante (Pablo Borges Diaz-Llanos, España, 2023, 18 min.); Ojo de agua (Héctor García, España, 2023, 7 min.) y Hola, ¿cómo estás? (Eli Herrera, Manuel Román, España, 2023, 12 min.).

La selección estuvo a cargo de un comité externo integrado por Álvaro Suárez, experto legal en gestión de proyectos audiovisuales, la crítica de cine y programadora Carlota Moseguí y la programadora Esther Cabero, responsable de Kimuak, el catálogo autonómico de cortometrajes de País Vasco.

Los criterios de valoración han sido: guion, calidad artística y técnica (hasta 40 puntos); riesgo, originalidad e innovación en lenguaje cinematográfico (hasta 20 puntos); potencial internacional (hasta 20 puntos); y participación de equipo técnico y artístico canario (hasta 20 puntos). La resolución de la convocatoria puede consultarse en: www.icdcultural.org/convocatorias.

La valoración de los cortometrajes escogidos según el jurado fue:

Las cosas queridas
Buena realización, con un trabajo técnico y visual excelente y muy buenas interpretaciones.

Tiempo de carnavales
Cortometraje muy interesante, con realización muy cuidada con infinidad de planos muy trabajados.

Autorretrato
Interesante aproximación a un tema de actualidad, con buenas perspectivas de distribución. Guion que capta la naturalidad de la conversación y bien interpretado.

Colonos del Espacio
Documental de creación con interesante edición, que recupera imágenes de archivo mezclando sonidos de las misiones de la NASA al espacio.

La isla errante
Interesante guion, que aborda un conflicto social-familiar a través de la imagen del mito. Cuidada producción y realización.

Ojo de agua
Corto experimental de sucesión de imágenes a través de un prisma en el mundo rural. Emplea recursos innovadores.

Hola, ¿cómo estás?
Interesante planteamiento en forma de correspondencia digital contrapuesta con imágenes cotidianas, con una cuidada narrativa.

Saludos, con el deseo de que podamos verlo algún día, desde este lado del ordenador

Pepe Pérez-Muelas: “A mi de pequeño siempre me fascinó el viaje de Colón”

Miércoles, Diciembre 20th, 2023

Dice que de pequeño recorría con el dedo posibles rutas de viajes con un mapa desplegado sobre la mesa. El anhelo de viajar se multiplicó si cabe por lecturas de novela de aventuras aunque la realidad que mostraban aquellos libros poco o nada tenían que ver con la realidad porque, como dice Pepe Pérez-Mulas (Lorca, 1989), resulta casi siempre demasiado “prosaica”. De momento, debuta en el terreno literario con una obra, Homo viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros (Siruela, 2023) que promete lo que anuncia, caminar al lado de un centenar de viajeros y exploradores y contemplar el mundo a través de su mirada.

- ¿Cómo se le ocurre escribir Homo viator?

“Es el primer libro que me publican y es el libro que quería escribir toda la vida o el que llevo toda la vida preparando para escribirlo. Cuenta la historia del mundo a través de los testimonios de los viajeros y muchos de ellos son resultado de lecturas que vienen de mi infancia, muchas de viajes y exploraciones. Quería saldar la cuenta pendiente que tenía con todos aquellos autores que me hicieron viajar y que me acompañaron esos años y hasta el día de hoy. Lo de viajar me viene de muy atrás, cuando observaba los mapas y señalaba con el dedo las rutas que podía hacer en el futuro. Ese fue el origen del libro”.

- ¿Y ha cumplido el sueño?, ¿recorrer aquellas rutas que señalaba con el dedo en un mapa?

“Uno sueña a lo grande y al final la realidad impone otras cosas. He estado en todos los continentes menos Oceanía pero la imaginación de la infancia de atravesar selvas o navegar en barco por procelosos mares atravesando el océano se queda en el territorio de la imaginación porque viajar es bastante más prosaico que lo que uno sueña en la infancia pero intento completar todos esos anhelos”.

- ¿Y qué viajeros y viajeras tenían que salir sí o sí en este libro?

“A mi de pequeño siempre me fascinó el viaje de Colón y no solo por su envergadura histórica sino por el hecho físico que tuvo que haber sido aquel viaje. Un barco pequeño y de madera que en mi mente de niño imaginaba casi a la deriva. El viaje de Magallanes es otro con el que siempre he soñado”.

- Se le critica que en el libro incluya a muchos viajeros extranjeros pero a poco españoles.

“Hay bastantes viajeros españoles en el libro, un libro en el que la mayoría de los viajeros son europeos, así que se le puede hacer una crítica a Homo viator de los que faltaron y de mi concepción eurocéntrica del mundo, aunque he intentado preocuparme por mostrar la visión que tenían los chinos de la Roma antigua pero era imposible dedicar espacio a todas las culturas en un mismo volumen porque entonces hubiera salido un libro inmenso. Intento imaginar qué pudo pensar Moctezuma o un mexica cuando se encontraron con Hernán Cortés, pero lo hago en momentos muy concretos”.

- Como el chiste, está el viajero inglés, el francés, el suizo, el español… ¿existen diferencias entre unos y otros según el país del que procedan?

“Encuentro una línea bastante continuista en todos los viajeros de todas las épocas. Los españoles a lo largo de muchos siglos, aunque la época dorada del viajero español es en los siglos XV al XIX, con los grandes viajes científicos. Antes de que lo hagan franceses e ingleses viajeros españoles en América ya tenían ese espíritu solo que les faltaban las herramientas”.

- ¿Destacaría a algunos de estos viajeros?

“Me gusta mucho Pedro Páez, un jesuita español de finales del siglo XV, que viaja al territorio del océano Índico y a quien capturan los árabes durante su periplo y gracias a eso encuentra una bebida que es el café, que más tarde se introduce en Europa. Páez encuentra también las fuentes del Nilo dos siglos antes que lo diga un inglés. Una viajera que significa mucho para el mundo de los viajes es Santa Elena, que viaja a Tierra Santa y conoce una Jerusalén que es una ciudad romana y hace excavaciones, lo que la convierte en la patrona de los arqueólogos. En el templo de Venus descubre el Santo Sepulcro e inaugura los viajes a Tierra Santa y las peregrinaciones que generarán las cruzadas”.

- ¿Cuál es para usted el continente más literario?

“América por la información que tengo, es un continente que tengo bien estudiado”.

- Es costumbre del viajero escribir sobre su experiencia, ¿cuál es para usted el más escritor de todos ellos?

“Hay un viajero al que no se le conoce mucho, el suizo Johann Ludwig Burckhardt, que descubrió Petra, en la actual Jordania, que se hizo pasar por un pastor musulmán que transita por estos sitios diciendo que va a rendir homenaje a la tumba de Aarón, el hermano de Moisés, y escribe un libro en donde cuenta sus viajes por oriente”.

- ¿Y Richard Burton?

“Richard Burton es un personaje complejo, en el que se mezcla la verdad con la ficción. No sabes, de hecho, si es cierto o no lo que cuenta. Siendo muy joven el gobierno británico lo envió a la India para que redactara un informe de los prostíbulos en la zona del Punyab. Burton es un viajero muy inteligente y dotado de una gran prosa con la que es capaz de describir los lugares que visita. Es uno de los mejores autores para llevarse de viaje”.

– Burton y Burckhardt además de viajeros fueron también espías.

“El siglo XIX es complicado porque cuando nos acercamos a las rutas que abren es difícil saber lo que hicieron. Stanley fue uno de los mayores genocidas de la historia de la humanidad. Son numerosas sus atrocidades en el Congo Belga por lo que para mi el viaje no tiene solo una carga moral positiva ya que a lo largo de la historia se ha viajado por distintos motivos y en algunas ocasiones con el ejército para una guerra”.

- Y escribe este libro, un respetable trabajo de investigación antes de saber que iba a ser publicado.

“Mi trayectoria cuando escribo un libro es enviarlo a las editoriales solo que normalmente no recibes respuesta aunque esta vez a Siruela le gustó. Desde siempre he escrito ficción, novelas, y pensé que Siruela era otro tipo de editorial a la que le podía interesar Homo viator pero lo hice sin tener contacto con ellos, así que cuando contacté ya tenía escrito el libro”.

- ¿Qué hubiera pasado si le dicen que el libro no les interesaba?

“Mi vida no hubiera cambiado nada y tocaría otras editoriales aunque en este caso se lo envié solo a Siruela porque a mi me gusta mucho esta editorial y creo que Homo viator concuerda con su línea de publicaciones”.

- Su intención era la de divulgar.

“Sí, es un libro divulgador porque me plantee que resultara ameno y no académico. Mezclo en Homo viator un poco de erudición y me gusta compararlo con Las mil y una noches porque la obra se encadena y cuenta la historia de estos territorios a través de los viajeros con el fin de incitar al lector a conocer más sobre estos temas en otros libros que cito en la obra. Homo viator es un libro que deja muchas puertas abiertas para conocer otros mundos y otras bibliotecas”.

- ¿Qué significa para usted el mapamundi de Urbano Monte?

“Lo conocí por casualidad, se trata de la obra de un geógrafo del siglo XVI y es uno de los primeros que pretende reflejar todos los continentes descubiertos hasta esa fecha. Hay momentos que tiene un afán científico riguroso y otros donde resulta más mitológico. Urbano Monte no salió nunca de Milán pero su conocimiento es el que me ha ayudado para escribir este libro. Él se basó en los testimonios de los demás para hacer su mapa”.

- Hablemos de viajeras y no de viajeros
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“Ser viajera, incluso hoy día tiene una motivación extra ya que se viaja por un mundo diseñado para hombres. En el pasado no era fácil además salir para ellas porque estaban sometidas a la tutoría del padre o del esposo, por eso valoro el testimonio de las viajeras porque fue algo nuevo y valiente. A mi me han dicho que en el libro hay más hombres que mujeres porque hay más viajeros que viajeras pero eso es una realidad histórica. Si me hablas de viajeras del mundo clásico mencionaría a Egeria o Geria porque ilumina el mundo antiguo”.

- ¿Qué lleva usted en la mochila cuando se va de viaje?

“Lo primero es un libro. Intento llevar siempre uno que tenga que ver con el lugar de destino y otro que sea una novela que no tenga nada que ver con el sitio que visito. Estuve de viaje de novios hace unos meses en Egipto y Estambul y me llevé conmigo Estambul, de Omar Pamuk, que fue como descubrir una ciudad nueva y sus claves secretas, más misteriosas y calladas y para Egipto, Sinuhé, el egipcio. Son formas de pillar por sorpresa a la ciudad, de entenderla mejor pero reconozco que llevar libros puede ser un problema porque me gusta llevar dos o tres en cada viaje”.

- ¿Fue pesado el proceso de documentación del libro? ¿Cuántos testimonios de viajeros tuvo que descartar?

“ No fue un proceso pesado el de la bibiografía. Hay capítulos del libro como el de la India que no necesitó de un estudio exhaustivo. He leído a Jenofonte, a Pausanias y tengo una forma de escribir muy memorialística pero hubo otros capítulos como el de África, China y Japón en los que tuve que investigar pero no fue un gran esfuerzo ya que estuvo bastante compensado. Descubrí viajeros que desconocía y viajes que se me habían escapado como por ejemplo los de los dos polos, también los viajes científicos que no dominaba demasiado y que me parecen fascinantes porque son laboratorios en marcha. Siruela me dijo que tenía que descartar un tercio del libro, lo que agradecí a la editorial porque si no hubiera resultado ilegible, por lo que tuve que quitar con gran dolor de mi parte a muchos viajeros”.

- ¿Los viajeros que descartó podrían formar parte de un próximo Homo viator 2?

“Creo que no, estoy trabando en un nuevo libro pero no tiene nada que ver con el viaje, es una tragedia familiar que sucedió y en la que mi árbol genealógico es el protagonista. Todo tiene su momento, el libro se está vendiendo pero creo que la explicación del mundo a través de los viajeros acaba aquí. Se puede hacer una segunda parte pero veo más interesante una segunda parte de viajeros del mundo pero por España”.

Saludos, viajemos, viajemos, viajemos, desde este lado del ordenador

Hijo de un bastardo, un libro de Sorj Chalandon

Martes, Diciembre 19th, 2023

El año pasado la editorial Seix Barral publicaba La vida de mierda de mi padre, la vida de mierda de mi madre y mi propia infancia de mierda, del escritor alemán Andreas Altman, y en las que contaba la brutalidad de su progenitor para con toda su familia. Veterano del ejército alemán en el frente oriental, el padre de Altman parece que no pudo superar los horrores de la II Guerra Mundial desahogando sus frustraciones con continuadas palizas a su esposa y a sus hijos. La novela venía a decir que la guerra la llevó a su propio hogar un hombre que tras la dura experiencia del combate ya no pudo ser el mismo, transformándose en un monstruo. De alguna manera, casi podía entenderse a este personaje cruel y malvado como una metáfora de la Alemania dividida de postguerra. Esa misma sensación, el sabor que los que sobrevivieron a la II Guerra Mundial no lograron en la mayor de las partes superar los fantasmas provocados por la guerra me aparecen cuando leo Hijo de un bastardo, de Sorj Chalandon, quien relata en esta novela la vida de su progenitor, un hombre que no se cansó de repetirle a su hijo que había combatido en aquel ya lejano conflicto primero como soldado al lado de los alemanes y más tarde en el movimiento de la Resistencia.

La imagen de la portada muestra de hecho al padre del escritor y periodista como maquis, lleva una boina encima de la cabeza y una ametralladora. Sonríe.

Padre que no ha superado los traumas de una guerra que no vivió (aquí está la clave de este formidable libro) vuelca en su hijo las frustraciones de un pasado que para nada es el de un héroe como el que le vendió. Que el ya periodista y maduro protagonista de la novela descubra poco a poco toda la red de copiosas mentiras con las que su padre ha disfrazado su vida coincide en la narración con la celebración del juicio a Klaus Barbie, conocido como el carnicero de Lyon, y oficial nazi al que se le juzga por sus crímenes.

El autor de esta novela de no ficción que se permite además numerosas licencias es la de plantear un relato, el del padre, a medida que va describiendo el juicio de Barbie. También, como ya viene siendo habitual en la última literatura que nos viene de Francia, se juzga a los asesinos pero también a una sociedad que no fue demasiado heroica.

En el caso de Barbie la lista de personas que perdieron la vida bajo por sus órdenes supera la de los trescientos. En el caso del padre del protagonista de Hijo de un bastardo, la de triturar la imagen que se había hecho del padre. El padre, de hecho, representa algo así como a Francia, y la culpa sin sanar por el doble papel que desarrolló la sociedad francesa durante la ocupación.

Hay como una necesidad en la literatura francesa en estos tiempos de inestabilidades políticas la de mirar su pasado sin vendas con el fin de no deformar aquella realidad en la que no todos los franceses pertenecieron a la Resistencia. De hecho, y he aquí lo que les hace sudar sangre, hubo muchos franceses que colaboraron con la Alemania nazi aunque la gran mayoría optó por mirar hacia otro lado y vivir como pudo aquellos años.

Para hacerse una idea de la derrota de Francia les recomiendo que se lean La agonía de Francia, un libro en el que el periodista español Manuel Chaves Nogales cuenta cómo fue el principio del fin y la reacción de un país que meses antes había encerrado en campos de concentración a los republicanos españoles que huían de la victoria del ejército franquista.

Pero esa es otra historia. Hijo de un bastardo sirve, como sirve La vida de mierda de mi padre… como reclamo para entender cómo la guerra afectó no solo a quienes se batieron el cobre en los campos de batalla sino también a los hijos de todos aquellos que volvieron. En el caso de Altman, con un padre enloquecido y violento. En el del padre de Chalandon, como un mentiroso y cobarde, un hombre que inventó su pasado.

Esta mirada al pasado, la de rebuscar dentro de sí mismos para extirpar el tumor de una frustración que heredan de sus progenitores, les sirve de exorcismo porque aún le cuesta a la sociedad francesa enfrentarse a la evidencia y al deshonroso papel que muchos de sus ciudadanos y ciudadanas mantuvieron con el invasor.

El dedo acusador no solo remueve esta llaga sino también la que intenta explicar cómo la mayoría de aquella misma sociedad prefirió mirar hacia otro lado hasta que París volvió a manos de los franceses, levantándose entonces la veda de la represión a quienes colaboraron con los nazis. En este caos de detenciones, algunos se aprovecharon de la confusión, para hacerse pasar por héroes de una Resistencia que, de la noche a la mañana, parece que pertenecía todo el mundo.

Y no, no fue esto.

Hijo de un bastardo refleja el estado de ánimo de la sociedad francesa actual, y cómo es incapaz de superar el trauma de la II Guerra Mundial. Los fantasmas son demasiados y no todos permanecen encerrados en los armarios apolillados de la Historia. Merece la pena sumergirse en las páginas de esta novela que propone un tardío matar al padre y una mirada nada complaciente a un cobarde que quiso pasar como un héroe.

Saludos, demasiados ecos, desde este lado del ordenador