Archive for Octubre, 2024

El juego de caer, una novela de David Cabrera

Jueves, Octubre 31st, 2024

No termino de entender que El juego de caer (Nectarina, 2024) haya terminado dentro de la colección noir , 44 Magnum. Serie negra, pero al margen de esta decisión, a mi entender extraña, no ha dejado de sorprenderme gratamente la lectura de la que es la segunda novela de David Cabrera, un escritor me parece a mi mas próximo a la Interzona de William Burroughs que a la denuncia política y social que hizo en sus novelas Dashiell Hammet por citar a quien fue el escritor fundacional, al menos en Norteamérica, de un género en el que cabe de todo.

El juego de caer está inspirado aunque muy vagamente en José Bretón, ese tipo al que se acusó de haber asesinado a su esposa y a sus dos hijos sin que perdiera la frialdad a lo largo del juicio, pero hasta aquí llegan las similitudes porque la narración a medida que avanza se decanta en un viaje introspectivo por la cabeza de un demente que es, paradójicamente, quien nos cuenta esta historia en primera persona.

La novela está estructurada en ocho partes (Nieve, Ley, Detención, Trena, Juicio, Encierro, Palabra mágica y Huida), a las que se suma un índice de notas porque el libro está plagado de ellas. De citas de libros que, uno sospecha, deben de formar parte de la educación intelectual y sentimental de David Cabrera, quien demuestra en esta obra cargada de preguntas que no proporcionan demasiadas respuestas, la altura como narrador que alcanza y que me obliga a buscar como un desperado su primera novela, Darío sin Dios, porque se trata de esos autores que saben conectar con el lector aunque el texto lentamente (eso es verdad) vaya navegando por las turbulentas aguas de un río que conduce a una cascada. Y la canoa en la que transporta a quien se anima a subir a ella, sigue su itinerario inevitable al fin de las cosas, al caos terminal de un relato que casi parece que no sabe salir del atolladero en el que se ha metido cuando se leen sus páginas finales, esas en la que todo eclosiona y hace entender a uno que todo lo que se le ha contado puede haber sido mentira o no. Que es lo más trágico o no.

Como indican los encabezados de los capítulos, El juego de caer nos introduce al protagonista, un tipo que sospecha que su esposa le es infiel y, al mismo tiempo, el cariño devoto que profesa a sus hijos. En el segundo segmento, se nos cuenta como le cae encima el peso de la Ley aunque no haya pruebas que es culpable de la desaparición de su esposa y de sus hijos aunque el juicio paralelo y mediático que se ha organizado a su alrededor lo señale como culpable mientras no se demuestre lo contrario, que sea realmente culpable.

Trena y Juicio tienen ecos al David Mamet de Edmond. Estos capítulos tratan de su primera estancia en la cárcel y del posterior juicio al que se le somete y que termina por condenarlo sin pruebas que lo incriminen mientras que Encierro, Palabra mágica y Huida relatan su estancia en prisión y cómo convence a los demás cautivos para amotinarse no con el fin de hacer presión para alcanzar mejoras sino con el fin de salir de aquel infierno y, en su caso, buscar a su mujer y a sus hijos que, mantiene a lo largo de la toda la historia, se encuentran en Ibiza mientras el resto del mundo piensa que los ha asesinado.

Cada capítulo del libro está encabezado por una cita y como se dijo, el texto está diseminado de frases que el interesado puede averiguar de donde proceden si consulta las últimas páginas del libro. Esto plantea un juego (ya lo advierte el título de la novela) curioso sobre todo si se conocen algunos de los títulos que el autor despliega a lo largo y ancho de un texto que a veces parece que sigue el curso de un agradecido realismo para, en la curva siguiente, girar abruptamente al mundo de los sueños o, mejor, de las pesadilla en la que vive el sufrido protagonista, un tipo más de quiero y no puedo que de quiero porque puedo.

Vista así la cosa, El juego de caer tiene la virtud en unos tiempos donde apenas encuentro virtud, que me sumerja sin precipitaciones en el baño de agua fría que propone. Un periplo que a medida que avanza la novela se va tornando más intimista, se mezcla diría incluso con los pensamientos desordenados de su protagonista en una serie de párrafos largos en lo que abundan fantasías sexuales y escatológicas, todo sea para que el espíritu de farsa que maneja el libro se mantenga en activo hasta conseguir que lo que es realidad en la ficción termine por transformarse en pesadilla o viceversa.

A la espera de nuevas experiencias literarias de un escritor que como David Cabrera no entiende de géneros porque va mucho más allá, me atrevo a recomendar esta novela por la fuerza de su prosa, la habilidad que tiene el autor para introducirnos en la cabeza de su protagonista y, finalmente, por una serie de imágenes que invitan a conmovernos y acto seguido a despreciarlo y eso sin caer en el tremendismo ni en la exaltación del gore más purulento sino manteniendo en todo momento un equilibro con la verdad y con la mentira para proponer un discurso en el que, efectivamente, todo pudo ser diferente sin ánimo de polemizar sino inspirado en una historia real que David Cabrera moldea con oficio porque tiene madera de escritor.

Saludos, a por ella, desde este lado del ordenador

¡Basta ya!

Miércoles, Octubre 30th, 2024

José Herrera: “Mi trabajo es de introspección, emocional, de tránsito y de preguntas”

Martes, Octubre 29th, 2024

José Herrera (San Cristóbal de La Laguna, 1956) inaugura la temporada de la galería Bibli, en la capital tinerfeña, con el primer acto de un proyecto artístico que lleva por título Levemente incómoda, y en el que recoge trabajos realizados entre 2022 y 2024. El caso es que sumergirse en esta experiencia tiene algo poderoso ya que despierta –esa al menos es nuestra lectura– una conmovedora mirada en torno a un espacio y a unas instalaciones que, como dice el mismo artista, “activan relaciones no solamente físicas, dimensionales, sino emocionales”. La exposición clausura el 25 de octubre pero está previsto que del 31 al 8 de noviembre, Bibli acoja el segundo acto de esta iniciativa, que lleva el título de Panoptes y que contará el día de la inauguración con una acción de Javier Arozena.

Las ocho piezas que reúne Levemente incómoda están estratégicamente expuestas en el espacio Bibli, y son Cuerpo para la palabra, Desde la media noche, Cuerpo para la fragilidad, Cuerpo para la noche, Cuerpo para el árbol, Espacio para la provisionalidad, Cuerpo para el cuerpo y Cuerpo para la intuición que se encuentra en el despacho de la galería. La mayoría de las piezas son de este año aunque también hay otras que fueron realizadas entre 2022 y 2023.

José Herrera forma parte de la generación del 80, y fue uno de los primeros artistas que propiciaron la renovación de los lenguajes plásticos del archipiélago, informa la galería, que recuerda que esta influencia estuvo más próxima a las corrientes centroeuropeas y latinioamericanas que a las que se formalizaron aquellos años en el resto de España. La obra del artista forma parte en la actualidad de colecciones como
las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Banco de España, Fundación La Caixa, Centro Atlántico de Arte Moderno y TEA Tenerife Espacio de las Artes, entre otras.

- Creo que la exposición es un encargo de la galería Bibli, ¿qué indicaciones le propusieron, cómo fluyó este trabajo?

“Sí, después de concluir la exposición Velar la Forma en TEA, me propusieron este ilusionante proyecto individual. Indicaciones ninguna, el espacio es determinante y motivador para “embarcarte” con obra nueva realizada entre 2022 y 2024. Mi trabajo fluye muchas veces de manera convulsa, otra cosa es la instalación de la obra en el espacio. Cada pieza debe “vivir” por sí misma y tener su propio “peso”, con una carga emocional y de energía fuertes”.

- La exposición consta de dos partes, la primera de las cuales, Levemente incómoda, se expone actualmente, y la segunda Panoptes, a partir del 31 de octubre ¿Por qué dividirla en dos partes?

“Mientras trabajaba, veíamos la obra, hablábamos e íbamos madurando el proyecto. Estaba inmerso, en ese momento, en una pieza grande que formaba parte de Levemente incómoda y fueron ellos, Fernando y Richard, los que me propusieron que esta pieza, Panoptes, formara parte del 2º acto, que abarcara absolutamente todo el espacio. Me conmovió la idea, me llevó a otra parte”.

- ¿Qué es lo que quiere transmitir con estas piezas y qué sensaciones cree que puede despertar en el espectador?

“Nunca pienso en qué quiero transmitir. Mi trabajo es de introspección, emocional, de tránsito, de preguntas. Trabajas en soledad, intentando buscar no sé qué, en muchas ocasiones perdido. Luego viene la calma, el reposo. Es en ese momento, cuando puedes ser espectador de tus propias cosas. Y para que todo funcione, no podemos ningunear el espacio, los detalles, los matices. Es la hora de que el espectador contemple, observe y se sienta parte de…”

- Tras Velar la Forma, exposición que mostró en TEA Tenerife Espacio de las Artes hace dos años, ¿ha cambiado mucho su mirada desde entonces o sigue siendo prácticamente la misma?

“La mirada siempre está en continuo cambio. Se vuelve más exigente, más introspectiva. A través del arte, la mirada es más sensible, frágil y provisional. Velar la Forma fue una enorme experiencia. Después de Días deshojados, Gilberto González me planteó una revisión de cuarenta años de trabajo. A partir de ese momento es cuando tengo una estrecha colaboración con Fernando Pérez en la importante tarea que desempeñó como director de montaje”.

- ¿Por qué Levemente incómoda?

“Empecé a trabajar en una pieza de papel en 2019 llamada Rostro para el paisaje y en 2022, de forma muy intuitiva, volví a hacer volúmenes muy frágiles doblando papel de acuarela y cosiendo las partes. Ese proceso encierra mucha provisionalidad, muchos cambios, así como el concepto de lo efímero. Todo se relacionaba con todo: espacio, forma, volumen, dimensiones, el cuerpo, la mirada como tacto, pensamiento, lo emocional, la respiración, el silencio en ocasiones y las ideas que no paran en mi cabeza… Ahí comienzo a sentirme parte de la provisionalidad de las piezas, de la leve incómoda idea de la provisionalidad, de mi propia provisionalidad. Es como surge el título Levemente incómoda.”

– ¿Y Panoptes?

“Pensé que podía compartir esta obra con Javier Arozena. Hablamos y le transmití la idea de hacer una pieza única para todo el espacio y que me gustaría que inaugurara este proyecto con una acción el día 31 de octubre. Rápidamente nos inundó la ilusión y las ganas de hacer algo juntos. Fue él quien nos da a conocer a Argos Panoptes, un personaje de la mitología griega: De todos los ojos, el que lo ve todo”.

- Me cuentan que Panoptes contará, además, con un perfomance.

“Bueno, Jaime Arozena no habla de performance, sino de acción. Lo ve más como una acción. Es su proyecto. Está trabajando y tenemos que seguir compartiendo ideas. Me imagino muchas cosas”.

- ¿Cuando trabaja en una pieza tiene una idea clara en la cabeza o prefiere ir experimentando sobre la marcha?

“Hay vagas ideas a veces, otras eres médium, filtro, caminas a tientas, partes de algunos dibujos y bocetos sobre papel y suceden muchas cosas. La mayoría de ellas, de pensamiento, silencio y observación. Hay que “estar” para que todo comience a moverse”.

- ¿Qué lecciones saca José Herrera de sus creaciones artísticas?, y ¿cuál es su relación con ellas?

“Te das cuenta que eres muchos con el paso del tiempo. Cada vez dudas más, lo que supone seguir haciéndote más preguntas no siempre con respuestas. Cuando vida y obra se desarrollan como la misma cosa, tu propia existencia va tomando “cuerpo”. Parte de mí muere y parte de mí se regenera. La relación es íntima, física, de medirme. Una cuestión de aprendizaje y conocimiento”.

- En su ya larga trayectoria como artista ¿qué evolución aprecia?, ¿qué cambios si los hubiera nota en ella?

“Expresar y canalizar es una necesidad, una actitud. Tu propia vida va cambiando y transitando por “otros lugares” que tienen que ver con lo sensible, con la “otra mirada”. Esto me hace más vulnerable y el trabajo se impregna de todo lo que acontece: deterioro absurdo y feroz de nuestro medio ambiente global, de nuestras islas, derechos humanos, libertad de expresión. Aprendemos poco, muy poco. Creo que sigo asumiendo compromiso y riesgo. Lo que me lleva en muchas ocasiones a un estado de angustia”.


- Relacionan su trabajo con el Minimalismo y el Arte Povera ¿está de acuerdo con esta opinión?

“Siempre he intentado ir a la esencia de las cosas, lo primario, el espacio y las formas puras, estructuras que se repiten. Quizá ahí puede haber alguna relación con el Minimalismo, con la diferencia de no dejar de lado lo emocional, la energía y memoria del espacio, los silencios y vacíos…el cuerpo a cuerpo. La naturaleza, a través de ella y a mi relación con los árboles, me lleva a indagar sobre lugares de pensamiento, a realizar proyectos muy abiertos trabajando con materiales pobres y a la concepción determinante de los espacios. Hay ahí, quizás, algunas referencias con el Povera. Pero no debemos olvidar el contexto en el que se desarrolla la obra”.

- ¿Tienen relación, unas con otras, las piezas que expone en Levemente incómoda acto 1?

“En cada una de ellas trabajo sobre la búsqueda no sabiendo. Cada pieza tiene o debe tener vida propia. Es muy importante en mi trabajo el papel; como lo son también, los materiales y los objetos. En Levemente incómoda las piezas sí se relacionan, no sé si dialogan, no tienen por qué, pero el espectador inevitablemente las relaciona. Hay que “escuchar” el espacio, “habitarlo” para que suceda “algo” que va más allá de la obra misma”.

- ¿Cómo explica que cuando trabaja unas obras permanezcan y otras las destruya?, ¿qué es lo que le convence para dejar unas y no otras?

“Es una cuestión de energía, de tiempo, de permanencia visual y física, de medida y cuerpo. A veces no soportan el paso del tiempo. Parece que se acartonan y mueren, literalmente mueren. ¿Por qué, si no las he tocado, si no las he modificado? No lo sé. Joan Miró daba la vuelta a muchas de sus pinturas hacia la pared y decía que el tiempo se encargaría de terminarlas. Es verdad. Hay que estar día a día con ellas para que no se pierdan”

- ¿Cómo evita repetirse?

“Cada obra debe ser siempre un acto de abrir puertas y ventanas para que corra el aire, de matices, de diferencias, algo vivo. Pero es necesario cerrar la puerta al espacio de confort y mantener siempre abierta la de la incomodidad en lo que a proceso creativo se refiere. Si somos uno y al mismo tiempo otros, la obra debe serlo también”.

- ¿Es usted un artista disciplinado?, ¿de los que trabajan con horario?

“Soy disciplinado, diverso, pero sin horario fijo de taller. Tengo la sensación que mi vida se desarrolla siempre trabajando. Pensar, observar, vivir muy hacia el interior de las cosas está dentro de mi normalidad”.

- ¿Cómo ha sido la relación con Bibli para aprovechar el espacio de la galería?

“Excelente. He trabajado con Richard y Fernando en algunas colectivas y con este último en Velar la Forma. Bibli es un espacio de experimentación, riesgo y nivel. Es lo que hay que hacer y es por lo que hay que trabajar: subir el listón”.



- Fernando Pérez dijo en una ocasión, precisamente, que “entiende el espacio como una hoja en blanco para el artista”.

“Sí, así es. Cualquier punto de color que pongas en un papel genera tensión. Cualquier cosa que instales en el cubo blanco de Bibli es todo un riesgo. Eso es lo interesante. Es una cuestión de composición, equilibrio de fuerzas y formas, texturas, colores, materiales y dimensiones. Pero no debemos olvidar la frescura del espacio y la habitabilidad del mismo para que la experiencia afecte. Una exposición debe afectar a la persona que mira, que observa. Es muy importante saber ser autor y espectador al mismo tiempo; lo que te da una mayor capacidad crítica”.

- ¿Cuál es su mirada en torno al arte que se hace en Canarias en la actualidad?

“Creo que gozamos de buena salud. Hay mucha gente trabajando en las islas y esforzándose por desarrollar una obra personal. Algunas/os artistas ejercen con su obra un cierto activismo con respecto al calentamiento global del planeta, deterioro del territorio, derechos humanos y libertades, etc. Las cosas no han cambiado mucho con respecto al apoyo institucional de cara a salir al exterior. Sé que todavía, después de tantos años, tienen que sacar sus obras declarándolas como attrezzo para luego montar sus exposiciones en galerías de arte. Aunque a muchos se les llene la boca diciendo que somos Europa, no es cierto. Hay muchas dificultades y se sigue mirando para otro lado. Y para muchas personas que ostentan cargos públicos, el arte, la cultura, es esa cosa que sirve de entretenimiento y ocio. Mientras, estas personas creativas, dinamizadoras de la cultura que trabajan para cambiar y mejorar nuestras vidas, viven en precario”.

- Cree que TEA promociona a los artistas canarios o la sombra de Óscar Domínguez es demasiado alargada?

“Hay poquísimos proyectos de promoción del arte en Canarias hacia el exterior por parte de TEA. Es necesario la normalidad de colaboración con otros centros de arte contemporáneo en los contextos nacional e internacional. Es su función, su obligación. Aquí hay un componente político muy evidente, muy fuerte, que obstaculiza en gran medida una política cultural abierta y diversa. Muchas/os artistas plásticos están trabajando muy bien, pero con pésimas perspectivas de futuro. Es preocupante, decepcionante y triste. En cuanto a la sombra de Óscar Domínguez y el surrealismo es muy alargada en TEA. Debemos tener cuidado con esto porque corremos el riesgo de que un centro del siglo XXI se convierta en un centro de arte moderno y no lo es. Es un error hacer una lectura del arte contemporáneo a través de la figura y obra de Domínguez y del movimiento al que perteneció. Es necesario saber qué significó el surrealismo, qué intentaron las/os artistas y cuál era su máxima: “un intento eminentemente subversivo de cambiar el mundo” a través de “o inconsciente y de lo irracional como medio para cambiar la vida, la sociedad, el arte y el hombre”. En este sentido, se está haciendo una lectura conservadora de lo que significó en esencia el surrealismo, de artistas que arremetieron “contra todo. El edificio del Viera y Clavijo podría convertirse en el Instituto Óscar Domínguez, tan deseado desde hace tanto tiempo. Es necesario un centro de investigación, documentación y estudio rigurosos del movimiento en su totalidad. En Málaga existe el Museo Picasso y el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y ambos desempeñan sus funciones con objetivos diferenciados. Es necesario no generar confusión, no prestarnos a ello, y que el Instituto Óscar Domínguez y TEA, brillen por su excelencia”.

- Y por último, ¿cómo definiría su arte?

“Como algo vivo, que tiene vida propia y que hay que cuidar y proteger. Como nuestro medio natural y diverso para que no entre en zona de cuidados paliativos. Si enfermamos, enferma el arte y si enferma el arte, enfermamos nosotros. Si la naturaleza enferma, enfermamos todos los seres vivos, y si enfermamos, es que la naturaleza se encuentra, como digo, en cuidados paliativos”.

PRÓXIMAMENTE

Tras la exposición Levemente incómoda, de José Herrera, la galería Bibli ya tiene completa la temporada próxima con una serie de experiencias que volverán a tomar este espacio ubicado en la calle de San Francisco Javier de la capital tinerfeña. De noviembre a enero de 2026, se mostrarán trabajos de Lecuona y Hernández, pareja de artistas en la que se encuentran Beatriz Lecuona y Óscar Hernández, ambos nacidos en 1978 aunque en localidades diferentes, Cantabria y Tenerife, y ambos licenciados en Bellas Artes. Lecuona y Hernández comenzaron a trabajar juntos a partir de 1999 y desde ese entonces han participado en más de ochenta proyectos colectivos e individuales, representando a España en la XI Bienal de la Habana, en la X Bienal Internacional de Cuenca/Ecuador, en la Bienal de DaKar Off 06 y en la II Bienal de arte, arquitectura y paisaje de Canarias. En los últimos años se ha intensificado su presencia en América Latina y los Estados Unidos, exponiendo en Miami, Venezuela, Brasil, Ecuador, Cuba o Perú entre otros.

FORMA FOTO: Sergio Acosta

Saludos, ya lo saben, desde este lado del ordenador

Santiago Díaz: “Pedir perdón por lo que se hizo hace 500 años no trae nada bueno sino enfrentamientos entre bandos e ideas”

Lunes, Octubre 28th, 2024

La conquista de Tenerife es la base en la que se apoya la última novela de Santiago Díaz (Madrid, 1971), Los nueve reinos (Alfaguara, 2024), quien deja aparcado de momento los thrillers para contar una historia épica en la que los guanches son los buenos y los conquistadores los malos. El escritor y guionista no oculta ese maniqueísmo, fascinando como quedó al conocer lo que se sabe de los primeros habitantes de la isla y de lo que costó en lágrimas, sudor y sangre someter a un pueblo que, liderado por el mencey Bencomo, resistió contra el coloso castellano. Se trata de un relato ágil en el que con sus pertinentes licencias históricas pretende ser “extremadamente” respetuoso con lo que se conoce de aquellos tiempos que hoy se confunden con la leyenda.

Pese a que su nueva novela se trate de un thriller, se publicará en marzo del próximo año, Santiago Díaz no descarta continuar con el género histórico, ahora solo falta encontrar un argumentos y un periodo para que se haga realidad. De momento, Los nueve reinos aparece como un libro muy especial en la bibliografía del autor de la trilogía Indira, dice. El escritor presentó la novela en la última Feria del Libro, que este año se desplegó en la plaza del Cristo de La Laguna.

- Ambienta Los nueve reinos en la conquista de Tenerife y no en la de otras islas como, por mencionar alguna, Gran Canaria y La Palma, ¿por qué?

“La novela habla realmente de la conquista de todas las islas, pasa por La Palma y Gran Canaria, pero la de Tenerife fue la última en ser sometida y coincide además con el reinado de los Reyes Católicos, la conquista de América, Beatriz de Bobadilla… La novela en todo caso pasa por casi todas las isla pero se desarrolla en Tenerife porque fue la que más resistió, sin desdeñar la resistencia que hubo en Gran Canaria y La Palma, y la que puso contra las tablas a los castellanos”.

- Mezcla personajes reales con ficticios. De los reales, ¿por cuál siente una mayor debilidad?

“No me puedo olvidar de Bencomo, el líder los guanches, quien a pesar de la desventaja en cuanto a todo fue capaz de luchar por la integridad de su pueblo asumiendo todas las consecuencias. Me encantó también escribir sobre Dácil, la princesa guerrera, como la conocían los castellanos y también sobre Elena que aparece en otra trama temporal de la novela pero que está relacionada con los personajes principales. Todos me robaron un poco el corazón porque pasé tantas horas con ellos que al final terminas por quererlos porque son como si fueran de la familia”.

- ¿Y los que más detestó?

“Alonso Fernández de Lugo es un personaje al que nadie le puede cogerle cariño porque no tiene escrúpulos aunque todo lo que hace, lo hace por amor a Beatriz de Bobadilla que quizá sea el personaje más odioso de la novela aunque se trata de una mujer maltratada que intenta sobrevivir como puede solo que los métodos que utiliza no son muy sanos”.

- Personalmente, Beatriz de Bobadilla me parece uno de los personajes más fascinantes de la conquista. En la novela la presenta como una villana demasiado retorcida.

“Pues este personaje es el que menos he tenido que ficcionar en la novela y aún admitiendo que toda la denuncia que la salpica puede resultar falsa, aparece continuamente que fue una mujer promiscua que organizaba orgías con los esclavos gomeros y que ordenó ejecutar a quinientos de ellos. Fue una mujer que como personaje es cruel pero tiene un objetivo final que no es otro que convertirse en reina de las islas Canarias para enfrentarse a Isabel de Castilla, que fue quien la desterró a La Gomera y la obligó a casarse con Hernán Peraza . Hay documentación que afirman que fue una mujer retorcida aunque es verdad que estos informes pudieron ser escritos así por interés pero se sabe que no respetó a los gomeros, pese a que estaban bautizados y formaban parte de la Corona de Castilla como hombres y mujeres libres, lo que la forzó a rendir cuentas en la Corte de los Reyes Católicos. Fue, en todo caso, una mujer de armas tomar”.

- Hay un personaje que aparece de puntillas en la novela, Fernando Guanarteme.

“Tenesor Semidán tras ser derrotado fue conducido a la Corte donde fue bautizado con el nombre de Fernando Guanarteme. A mi me fascina este personaje al que muchos consideran un traidor. En mi caso, estoy de su lado porque entiendo que si se sumó al ejército conquistador quizá no fue por traición sino por amor a su pueblo ya que cuando viajó a la Corte se dio cuenta de la potencia que era Castilla, lo que pudo ser trascendental para que se pusiera de su lado con el fin de evitar que masacrasen a su gente. Un caso parecido es el de Añaterve, a quien se le considera también como un traidor pero que fue el único que consiguió que los meneceyatos del sur de Tenerife salieran menos dañados que los del norte, que fueron aniquilados. Todo depende de la perspectiva con que se mire”.

- Pero recuerde que tiempo después de terminada la conquista, los guanches del sur se rebelan contra los castellanos porque comienzan a tomarlos como esclavos.

“Sí, hubo una revuelta porque fueron engañados por los castellanos que los esclavizaron pero antes permanecieron de su lado y lucharon junto a ellos contra los menceyatos del norte. El caso es que, finalmente, los habitantes de los menceyatos del sur sobrevivieron y los del norte, no. El objetivo de Añaterve, como el de Tenesor Semidan fue preservar la integridad de sus gentes. Los nueve reinos es una novela histórica y con mucha épica y aventura en la que me pongo del lado, vamos a decirlo así, de los que resistieron”.

- En ese sentido no engaña, la novela es una historia de buenos y malos pero me llama la atención que un peninsular se ponga del lado de los derrotados y no de los que conquistaron las islas.

“Cuando me puse a escribir la novela el proceso de investigación iba paralelo al de escritura así que a medida que escribía me enteraba de cosas nuevas. Antes creía que los guanches eran un pueblo primitivo pero tras ver un documental sobre sus momias me di cuenta de lo equivocado que estaba pero es complicado pensar en lo que sucedió hace quinientos años con la mirada de hoy, aunque los guanches del norte fueron masacrados por muy de Madrid que yo sea, así que sería absurdo contar esta historia desde el punto de vista de un castellano que viene a la isla con la cruz y la espada porque visto desde la perspectiva actual, no deja de resultar raro que la reina Isabel apoyara esta empresa por su deseo de evangelizar a los habitantes de las islas pero si intentas pensar como hace cinco siglos, esa idea no es nada ridícula. Desde el principio quise contar la historia de los guanches y ponerme de su lado”.

- El título, Los nueve reinos, ¿se lo impuso la editorial?

“Tuve otros títulos pero la editorial, efectivamente, me sugirió que los cambiara porque la palabra menceyato es conocida en las islas pero no en la península. Así que pensaron que era mejor Los nueve reinos y no Los nueve menceyatos y como soy de la opinión que un escritor lo que tiene que hacer es escribir y terminar la novela y asumir que quien escoge la portada y el título son otros, me parece que está bien. De todas formas y si abres el libro, leerás desde las primeras páginas la palabra menceyato y no reinos. La razón del título fue la de llegar a más lectores”.

-¿El proceso de escritura fue cómodo o la narración no le resultó fluida?

“La complejidad de esta historia es muy grande. Además, hay poca documentación y la mayor parte está escrita por cronistas casi un siglo después de la conquista así que puede estar tergiversada y no está completa. Hay mucha tradición oral que se ha perdido por el camino pero esto me ofreció una herramienta como novelista de una obra de ficción para rellenar esos huecos y contar la historia a mi manera”.

- Se conoce muy poco de la conquista de Canarias en la península pero también muy poco en Canarias.

“Después de muchos viajes y de hablar con gente de las islas, sobre todo de la de Tenerife porque es a la que he venido más aunque he procurado recorrerlas todas, percibí que las generaciones anteriores a los que ahora tenemos 50 años este tema era tabú en las escuelas, una historia de la que no se hablaba. Hay un desconocimiento absoluto, muchos no tienen ni idea de lo que pasó aquí. Tras publicarse Los nueve reinos tengo numerosas anécdotas de lectores canarios que me han agradecido el libro ya que les animó a indagar para conocer más sobre los guanches. Mi novela solo quiere entretener y encender la chispa de todos aquellos que quieren conocer algo más de lo que cuento en el libro”.

- ¿A qué fuentes documentales recurrió?

“Desde José de Viera y Clavijo a Juan Bethencourt Alfonso. Me he empapado de todos ellos pero hay temas que continúan con muchas lagunas. Entre los historiadores consultados me gustó mucho el trabajo realizado por Alfredo Mederos, a quien recurrí constantemente”.

- En la novela, uno de los personajes castellanos se pasa al bando de los guanches del norte. ¿Se inspiró en Gonzalo Guerrero, el español que combatió con los indios contra el imperio español en América?

“Una de las cosas que descubrí cuando estaba documentándome para la novela es que hubo una boda entre Gonzalo del Castillo y la princesa Dácil, la hija del mencey Bencomo. Fue un matrimonio concertado una vez terminada la guerra, lo que me pareció un elemento de novela muy potente aunque un casamiento concertado entre vencedores y vencidos no tenía demasiado recorrido y decidí ficcionarlo, narrar una historia de amor. En la novela, Gonzalo del Castillo lleva en la isla desde la derrota de Acentejo hasta la batalla final, en la que combate al lado de los guanches pero no me consta que hubiesen soldados castellanos que se pasasen al bando de los guanches”.

- Imagino que el proceso de documentación le ocupó más tiempo que el de escribir la novela.

“Sí. Comencé en 2017, cuando tuve noticia de la momia guanche, sería en octubre o noviembre de ese año. Y después, sin ser constante en el tiempo, me puse a reunir una información que fue creciendo a medida que investigaba. A finales del 2022 la editorial me dio luz verde para escribir en exclusiva la novela al año siguiente, en 2023”.

- Usted se ha especializado en el thriller, la publicación ahora de Los siete reinos ¿lo animará continuar con la novela histórica?

“Mi siguiente novela es un thriller que se publicará en marzo del 2025. Su protagonista es Jotadé, un policía gitano que ya aparecía en el libro final de la trilogía Indira así que voy a tirar por ahí. Ahora bien, he disfrutado mucho con Los nueve reinos así que espero volver a escribir otra histórica porque ha sido una experiencia gratificante”.

- ¿Sabe cómo ha sido recibida la novela en Canarias?

“Me siento arropado por los lectores canarios, muchos me han dicho que han aprendido cosas que no sabían pero también hay un porcentaje muy bajo de gente que la ha criticado no por la novela sino porque haya sido alguien de fuera el que lo ha contado”.

- Y por último, ¿cree que el Rey de España debe pedir perdón por lo que se le hizo a los guanches en la conquista?

“Creo que no. No podemos analizar las cosas que sucedieron en aquel entonces con los ojos de hoy. Quinientos años después este debate no trae nada bueno sino enfrentamientos entre bandos e ideas”.

Saludos, a todos/as, desde este lado del ordenador

A pecho descubierto, una novela de James Hilton

Viernes, Octubre 25th, 2024

James Hilton tuvo la suerte de disfrutar de éxito y cierta popularidad durante los años que forjaron su carrera como escritor y que se extienden desde la década de los años 20 a los años 50, sin que terminara por especializarse en algún género aunque sí que explora la aventura en el que quizá sea su título más famoso: Horizontes perdidos, que se sumerge también en las aguas de lo fantástico y que ha dado origen a varias versiones cinematográficas, la más recordada la que dirigió Frank Capra en los años 30.

Pero la bibliografía de Hilton va más allá de este título sobre civilizaciones perdidas ya que es autor también de un pequeño clásico que explota las “virtudes inglesas” en Adiós mr. Chips y de una estupenda novela de aventuras bélicas que en España circuló con un título espantoso, A pecho descubierto, sin hacer caso con su original que sin ser tampoco una cosa del otro mundo se ajusta más al contenido de este relato, Knight without armour, que sería algo así como Caballero sin armadura.

La novela se desarrolla en un periodo de la historia del siglo XX turbulento, como fue el de la Guerra Civil en Rusia, este momento en el que las fuerzas de la reacciones, dispersas porque cada una contaba con un jefe, se enfrentaban al ejército rojo, perfectamente organizado y bajo una férrea disciplina que consiguió lo que parecía iba a ser imposible: derrotar al enemigo.

El protagonista de la historia, Ainsley Jergwin Fothergill, es un joven británico desubicado que termina con sus huesos en Rusia, donde es captado por los servicios de inteligencia para que trabaje para ellos ya que conoce a la perfección el idioma. Haciéndose pasar por ruso y revolucionario, las autoridades zaristas tras capturarlo lo condena a prisión en un lejano rincón de Siberia, donde será liberado por las tropas bolcheviques. Durante su largo regreso a la Rusia, Fothergill conocerá a una hermosa condesa que viajará con él lo que resta del camino para que no sea asesinada por el revuelto y revoltoso ejército rojo.

No sé si James Hilton llegó a estar en la convulsa Rusia de aquellos años pero la novela tiene un poso de credibilidad que me hace al menos sospechar que sí. Sabe recrear con estilo la atmósfera de caos que se vivieron aquellos días y el desastre que sacudió a un país que había firmado la paz con Alemania para que la guerra abandonara sus fronteras. A lo largo de todo el trayecto que hace la pareja protagonista no hay sin embargo un exceso de crítica sobre el nuevo sistema que comenzaba a dominar aquel gigantesco país, solo apuntes escritos con asombro sobre la manera de pensar de aquellos hombres y mujeres que ya sin nada que perder, se lanzaron a hacer una revolución con la sola idea de conseguir pan. El resto, viene a decir más o menos James Hilton, fue un edificio ideológico que construyeron los cerebros bolcheviques de aquella revolución que fue capaz de descabezar una monarquía que llevaba gobernando desde hacía siglos a la madre Rusia.

Durante la lectura de esta novela, que con suerte se puede encontrar en español en la mítica colección Alcotán de Plaza & Janés, con una magnífica portada de Gracia y traducción más que potable de Sanllehi, recordé el magnifico y novelado relato que el periodista y escritor Manuel Chávez Nogales escribió sobre Rusia y la revolución en El maestro Juan Martínez que estaba allí, crónica de cómo consiguió regresar a España el mismo Juan Martínez del título con su compañera por una Rusia devastada por la guerra que originó aquella revolución. En el caso de Chávez, la historia es real así que las peripecias de sus protagonistas, españoles que no conocían otro idioma que el suyo, se hace mucho más angustiante y conmovedoramente divertida a medida que se lee el libro aunque no creo que Hilton quisiera llegar a la verosimilitud que sí alcanza Nogales porque A pecho descubierto es una novela y el libro de Chávez Nogales un amplio reportaje periodístico que empequeñece las pretensiones del nuevo periodismo estadounidense claro que eso es otra historia.

El caso es que esta novela de James Hilton, uno de esos escritores de los que ya he tomado nota, es como sumergirse en un libro escrito en otro tiempo y en otro lugar. Y no solo porque el autor se tome en serio a sus lectores lo que hoy ya no suele suceder, sino porque cuenta una historia de amor, en este caso con el trasfondo de aquellos días que terminaron por conmover al mundo.

No se trata de una novela crudamente anticomunista ya que esa no era la pretensión de su autor, y sí de un romance en tiempos difíciles que lleva a la pareja protagonista de un lado a otro de un país envuelto en las llamas.

Por desgracia, no creo que se vaya a reeditar este libro pero sí les recomendaría que si tienen la oportunidad de verlo en un estante de una librería de viejo y de ocasión, o en uno de esos rastros que por desgracia están empeñados en cerrar al menos en la ciudad que habito, Santa Cruz de Tenerife, que no lo duden ni un segundo y se hagan con él. Su lectura es como volver a otro tiempo, no sé si mejores pero sí creo que más interesantes.

Saludos, para pasar un buen rato, desde este lado del ordenador

Día Mundial de las Bibliotecas: las de Canarias, mientras tanto, sin un euro para adquirir fondos

Jueves, Octubre 24th, 2024

La verdad es que tiene guasa que el Gobierno de Canarias celebre el Día Mundial de la Bibliotecas no por un programa de actividades que se caracteriza por su pobreza material e intelectual sino porque lleva desde hace tiempo, tantos que ya he perdido la cuenta, en un olvido voluntario de todas ellas.

Es más que probable que a la consejera de esto que llaman Cultura, Migdalia Machín, y a su dicharachero viceconsejero, Horacio Umpiérrez, se les llene la boca el día de hoy con panegíricos dedicados al libro y a la labor utilísima de las bibliotecas pero no creo que digan ni pío sobre el penoso estado en el que se encuentran, sobre todo porque desde lo que llevamos de año ni la de las Palmas de Gran Canaria ni la de Santa Cruz de Tenerife ha recibido un solo euro para, sobre todo, la adquisición de fondos bibliográficos.

Como usuario doy fe de ello. En lo que llevamos de año las desideratas que he solicitado me las han ido rechazando esgrimiendo el mismo argumento: no hay dinero, aunque hace unas semanas alguien de la casa, de la Casa de la Cultura que es donde se encuentra nuestra Biblioteca Pública del Estado, la que depende del Gobierno regional, me indicó que se pudo hacer algunas compras tras recibir un dinero de los fondos europeos pero pare usted de contar. No se les ocurra, así, solicitar ahora un libro reciente porque no hay de momento parné para que puedan comprarlo y que forme parte de sus fondos para préstamos.

El caso llega al delirio, y a la desidia en cuanto a su política con respecto a bibliotecas de la Viceconsejería de Cultura, cuando la biblioteca infantil se ha visto forzada a cerrar intermitentemente por falta de personal. Y es que, ya se sabe, los niños para qué van a leer… Leer produce tipos que piensan, y pensar, pensar, no es algo que quieran estimular desde el departamento que en la actualidad dirige Umpiérrez, flaqueado por dos directores generales que en vez de aconsejarle y exigirle como manda el caso, miran al techo como aquel que dice en silencio “pues yo no he sido”.

Se sabe que la Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, que gestiona Migdalia Machín, anunció que el Gobierno de Canarias destinaría 550.000 euros a la gestión de las bibliotecas -las dos mencionadas y las dependientes de cabildos y ayuntamientos- de la Red BICA (Bibliotecas de Canarias) pero todo fue un chiste porque según parece “esta dotación aún no se ha hecho efectiva”. Y esto a dos meses escasos de que finalice el año.

Todo muy triste, por lo que se puede apreciar. Y mucho más triste cuando se tiene la certeza de que este problema lleva camino de no solucionarse sea o no el Día Mundial de las Bibliotecas.

Y es que parece que lo que quieren son burros y no personas. Burros. Todo sea dicho de paso, como los que nos dirigen, se escribe con mucha y sangrante acritud.

Saludos, ¡¡¡viva la inteligencia!!!, desde este lado del ordenador