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El Rastro se nos muere

Lunes, Noviembre 25th, 2024

Paseo la mañana de un domingo encapotado, con nubes que amenazan una lluvia que al final no cae, por lo que queda del Rastro de la capital tinerfeña con una extraña sensación golpeándome por dentro y por fuera.

Después del confinamiento y del hacinamiento del Rastro en los aparcamientos que están delante de Hacienda y ahora constreñido en el espacio que fue su ecosistema en los últimos años, los alrededores del Mercado Nuestra Señora de África, regreso al Rastro con un agujero más en el alma.

Y es que me entra la pena, porque lo que recorro hoy no tiene nada que ver con lo que recorrí ayer. Hace apenas unos domingos, antes del anuncio de la prohibición y de la maratón. Es decir, tras el aviso de que se traslada a la zona de aparcamientos tras la noche de Reyes por ordeno y mando municipal.

Si es usted usuario habitual del Rastro, uno de esos que no suele fallar a la cita dominical y ya conoce incluso algunos de los que llevan los puestos, sean estos legales o ilegales, se habrá dado cuenta que el Rastro de este domingo fue otra cosa aunque el Rastro ya no fuera el de antes, el de antes del confinamiento, aquel en el que perfectamente podías perder dos o tres horas de tu valiosa existencia explorando como Stanley los puestos, muchos de ellos sin licencia municipal. Los mejores, probablemente, por la mercancía y la certeza de que ahí el espontáneo vendía un domingo para no regresar al siguiente.

La policía local dice en el famoso informe (informe que me gustaría leer con atención cuando sepa donde se encuentra) que el Ayuntamiento tomó la decisión de cambiar de sitio el Rastro por encontronazos entre los que tienen sus papeles en regla para la venta ambulante y los que no, pero cuando se lo pregunto a uno de los que tiene papeles si esto es verdad me dice que nunca tuvo problemas. Que eso es un cuento y no chino precisamente. Es más, el tipo que tiene muchas ganas de quejarse, dice que cuando llegó a primeras horas de la mañana a la zona para colocar sus cosas le costó un riñón y la mitad del otro acceder al recinto por la fuerte presencia de la Policía Local. Aquello parecía un puesto de frontera, me comenta el que probablemente sea uno de los más veteranos vendedores del Rastro de la capital tinerfeña. Persona que se lamenta también de que no le dejen ampliar su kiosco al de al lado, que ahora está vacío, porque así lo ordena y manda la autoridad.

Si hay algo que define el lamentable espectáculo del Rastro mañanero de este domingo que ya se nos fue, es el de constatar una fuerte e insólita presencia policial que llamaba la atención de todo el mundo. ¿Pero es que no tienen algo mejor que hacer?, se preguntaba una señora que veía a los gañanes a un lado y al otro del paseo. Buena pregunta, pensé, pero cualquiera se la plantea a esos chicos vestidos de azul que por un día se creen la autoridad. La de dejarlo a usted pasar porque tiene los papeles en regla y al otro váyase al carajo porque no tiene nada que justifique su venta ambulante.

Aquello parecía una película. Una película de nazis. Ya saben, los SS patrullando entre medio de civiles que bajan la cabeza asumiendo su destino.

La nota de color en esa mañana nublada pero tremendamente calurosa la ponía un ejército de turistas italianos en su mayoría, que parecían sacados de un crucero, supongo. De hecho, una italiana bonita compró dos libros en castellano delante de mis ojos asombrada por el precio. Dos euros por los dos. ¿Dos? Pregunta sin que se lo crea y en un español nunca mejor dicho macarrónico.

Dos, le responde el vendedor que sí tiene licencia.

La italiana me mira y le indico dos con los dedos de la mano.

“En Italia pagaría diez euros”, responde la mujer que está algo nerviosa, como si estuviera cometiendo un delito. Será por el ejército de policías locales que hay desplegado por el Rastro de la capital tinerfeña.

Dos euros.

La sensación de tristeza no desaparece en este paseo por el Rastro de Santa Cruz de Tenerife, que volverá los domingos próximos hasta la noche de Reyes. Después, castigado a la explanada que está frente al edificio de Hacienda. Esa donde si hace sol te achicharras y si llueves te mojas y empapas. Que así de sabías son las decisiones del Ayuntamiento de la capitá, y que descansan en el señó alcarde de la ciudad.

Sigo el camino. Y cuento como a una veintena de policías locales vigilando (¿vigilando qué?) la zona. La mayoría en grupos de cinco aunque también van por parejas o solos, como el que está frente al arco de la puerta del Mercado de Nuestra Señora de África. Los quiero imaginar olfateando el aire como perros de presa a la busca y captura de un ambulante ilegal al que crujir a base de multas.

La atmósfera que se respira en el Rastro no es bélica pero tampoco pacífica. Los vendedores se quejan. Escucho a una que concluye que si vuelve a casa con diez euros se sentirá satisfecha. Diez euros, toda una fortuna pensará el responsable de esta lamentable medida, el concejal de Servicios Públicos, el popular Carlos Tarife; y el alcarde, el nacionalista (es un decir), José Manuel Bermúdez. El aire que se respira ahora en el Rastro se ha vuelto como de tristeza resignada. Mientras, un gitano vocea que bienvenido sea el alcalde de…

Y pienso si por ahí no estará Bermúdez pero no, el gitano bromea y dice bienvenido sea el alcalde de Málaga, y de Benalmádena… El mensaje llama la atención de una pareja de la policía local que pasea arriba y abajo. Como si quisiera decir que algo hacen además de joderles el negocio a los ambulantes. Vendedores sin apenas nada en los bolsillos a los que la autoridad pisotea una vez más donde más duele: el orgullo.

En fin, que saco fotos de un Rastro que agoniza entre tanto policía local, tanto vendedor ambulante que se nos va a casa sin apenas ganar un puñadito de euros, preguntándome cuándo podré leer el famoso informe que, dicen, realizaron en su día los agentes de la policía municipal para justificar el cierre y futuro traslado del Rastro de mi ciudad. Un rastro que con el paso del tiempo se había convertido en una de las señas de la capital tinerfeña (al margen del 25 de julio y el puto carnaval) aunque por su carácter popular al final Tarife y Bermúdez, como los del dúo Sacapuntas, decidieron su traslado para después de la noche de Reyes… Y el alivio de los vecinos de la zona.

¿Y en Reyes quién de ustedes va abrir el kiosco? Le pregunto al mismo veterano con papeles. Y me mira con ojos vidriados, como si no me viera delante, casi como si observara un futuro que desconozco en una ciudad que no quiere a pobres ni a locos por sus calles porque lo de los locos es otra de las batallas contra las que lucha este Ayuntamiento que un día dice una cosa y al siguiente hace otra. Mientras tanto, Santa Cruz de Tenerife está más sucia que nunca y se entierra entre montañas de basura, esté o no esté Tarife vigilando, y persigue a los que intentan salir adelante vendiendo cachivaches o a los orates que gritan rambla de Pulido arriba y abajo. Grito, el de los locos, que me parece una metáfora perfecta de esta ciudad a la que tanto quiero pero con la que a veces no puedo.

Como cantó el pelirrojo: Santa Cruz muere en soledad.

Saludos, el enfermo se nos muere, desde este lado del ordenador

Viaje a un mundo olvidado, un libro de Jordi Esteva

Jueves, Noviembre 21st, 2024

De un tiempo a esta parte la literatura de viajes cuenta con una excelente nómina de escritores y escritoras que se han especializado en este tipo de literatura, no confundir con guías de viaje. Se tratan de obras de alto octanaje, potentes, en la que se narra el trayecto físico y vital que emprende el protagonista cuando parte en busca de algo indefinido pero que va tomando cuerpo a medida que avanza el relato.

Entre los numerosísimos escritores/as de viaje nacidos en este país que se quebró hace ya unos años, destaca Jordi Esteva, primero fotógrafo y más tarde escritor y cineasta que conoce muy bien zonas del mundo que para el común de los mortales ni existen. Hace unos años, Esteva comenzó a contarnos su vida y sus viajes comenzando –como no podía ser de otra forma– por el inicio, su infancia y su adolescencia en El impulso nómada, donde ya se advertía la gestación como viajero del escritor y cineasta aunque, en este caso, el ambiente se desarrollaba en Barcelona, la ciudad en la que nació y en la que vivió hasta que la jiribilla del trotamundos hizo mella en él. Ahora, Esteva reaparece con Viaje a un mundo olvidado, que editó el año pasado Galaxia Gutenberg y que incluye además de textos (textos por parte muy interesantes) fotografías de los periplos que el viajero realizó por distintos rincones del continente africano, y de su empeño por rodar ceremonias espirituales hasta ese momento vedadas a ojos del hombre blanco.

Para los que disfrutamos con este tipo de libros, donde aventura y viaje son sinónimo de una misma cosa: pasión por vivir, Viaje a un mundo olvidado se trata de uno de esos libros que no va a dejar a nadie indiferente. La forma en cómo está escrito y cómo consigue Jordi Esteva que el lector se deje guiar por él en esos territorios inexplorados o al menos muy poco explorados, es una virtud que solo tienen los que saben narrar con oficio, y el también cineasta lo es, un escritor con todas sus letras. Un hombre capaz de transmitir emociones y sobre todo sentimientos, lo que hace que adentrarse en Viaje a un mundo olvidado sea, precisamente, eso, una experiencia en la que el lector viajará a un territorio, a una geografía que pocos han conocido desde dentro mientras se asiste al proceso de contradicciones que lo asalta con el fin de que viva con él su asombroso vagar por un universo en el que la magia convive con la realidad.

Pero el atractivo mayor que he encontrado en este viaje al pasado en busca de sí mismo es mantener la convicción que todo viaje es una búsqueda constante y que por eso mismo no se trata solo de un recorrido por otras geografías sino, y esto es lo más importante a nuestro juicio, lo que significa de proceso de transformación que como persona vive el viajero. Es decir, el cambio que se produce cuando se viaja si el viaje se trata de eso, de un viaje y no de un itinerario turístico donde apenas hay sorpresas porque todo está contratado, se negocian los espacios que se visitarán sin apenas contacto con la población local salvo el guía que conduce a la manada de turistas ansiosos por sacarse una fotografía en parajes exóticos.

Viaje a un mundo olvidado
se trata precisamente de un viaje en el doble sentido de la palabra: el físico pero también el sentimental y espiritual. Este es uno de los atractivos mayores que se encuentra en este volumen que se lee sin complicaciones pese a que en ocasiones genere vértigo. El caso es que uno aprende y siente y conoce los lugares y las gentes con las que se tropieza el escritor y cineasta a lo largo del camino.

Un camino salpicado de espectaculares paisajes físicos como el bosque de dragos en la isla de Socotra, o de itinerarios espirituales como la ceremonia en la que los espíritus poseen a los vivos que los invocan. Jordi Esteva no dice en ningún momento que lo que ve en el ritual sea verdad pero tampoco dice que sea mentira. Deja en manos del lector que decida, y esta decisión es una de las claves de un libro que recorre también sin ánimo de postal Costa de Marfil, Sudán, Yemen, Zanzibar y Mombasa.

Saludos, se hace camino al andar, desde este lado del ordenador

Otra vez dando la nota

Miércoles, Noviembre 20th, 2024

* La sala San Borondón, situada en la sede del Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC) en La Laguna, acoge este jueves, 21 de noviembre, a partir de las 19 horas, la presentación del libro La Gomera, entre Arguamul y Tejiade, de la escritora y viajera Virginia Suárez Dorta. El acto será introducido por María Gutiérrez.

* Este viernes, 22 de noviembre, el escritor asturiano aunque residente en Madrid, Francisco Bescós, recibe en el espacio Cilindro de la Biblioteca Municipal Central, en Santa Cruz de Tenerife, el premio Ciudad de Santa Cruz de Tenerife de Novela Criminal 2024 por la novela La ronda (Reservoir Books, 2023). El acto comenzará a las 20.30 horas.

* TEA Tenerife Espacio de las Artes recibe este sábado, 23 de noviembre y a las 12 horas, al historiador del arte Germán F. Rodríguez Cabrera (Los Realejos, 1981), quien impartirá una ponencia sobre los Entornos vitales de Agustín Espinosa. Esta intervención será introducida por el escritor Sergio Barreto.

* El escritor Jesús Barranco presenta este jueves, 21 de noviembre y a las 19.00 horas su segundo libro de divulgación histórica, Grandes guerreras de la historia (Ediciones Singularidad, 2024), en la librería de TEA Tenerife Espacio de las Artes. El autor estará acompañado en el acto por el editor de la obra, el también escritor Yauci Manuel Fernández.

* Secuoya Studios, Álamo Producciones Audiovisuales y A Contracorriente Films han iniciado el rodaje de Solos, una comedia dramática basada en la obra homónima de Paloma Bravo, dirigida por Guillermo Ríos (Solo una vez), que se enfrenta, con este, a su segundo trabajo como director. Este largometraje se trata de la película número 100 del productor Eduardo Campoy, director general de Álamo Producciones y máximo responsable del área de Cine de Secuoya Studios. Kira Miró (Cuánto me queda), Carlos Santos (Todos lo hacen), Salva Reina (Con quién viajas) y Elia Galera (Zorro), forman el elenco de esta adaptación cinematográfica con guion de Manuel Gancedo (Superagente Makey, Gigantes). Solos relata una reunión de amigos que comienza como una agradable velada, pero que pronto se transformará en un reflejo de la realidad.

* La Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna acoge hasta el 13 de diciembre la exposición 30 aniversario de La Mirada, una muestra que ofrece a través de una variada colección de objetos un repaso por el trabajo que ha venido desarrollando esta productora canaria a lo largo de estos últimos treinta años. Entre otras películas, la productora, siempre al frente de Ana Sánchez Gijón, fue la responsable de trabajos en la década de los noventa como El largo viaje de Rústico, 1994, de Rolando Díaz, nominado al Goya al mejor cortometraje documental; Esposados, 1996, de Juan Carlos Fresnadillo, que coprodujo con Zodiac Films y Papi Producciones, y que fue el primer cortometraje español nominado al Oscar de Hollywood; La Raya 1997, de Andrés Koppel; Ruleta, 1999, de Roberto Santiago y Un matrimonio bien avenido, 2000, de Inma Rodríguez.

Saludos, cambio y corto, desde este lado del ordenador

Dipo Faloyin: “Tenemos que evitar que África se convierta en sinónimo de dolor y sufrimiento”

Martes, Noviembre 19th, 2024

La lectura de África no es un país (Capitán Swing, 2024) puede tener resultados cataclísmicos para el lector occidental y de raza blanca. El investigador Dipo Faloyin, nacido hace 35 años en Chicago, criado en Lagos y actualmente residente en Londres, no retrocede en su empeño por sacar los colores al Primer Mundo y acusarlo de ser el principal instigador de esa visión repleta de estereotipos que se tiene del continente africano. A lo largo de este ensayo, que Faloyin escribió durante el confinamiento en 2020, se habla del nacimiento del imaginario del “salvador blanco” y de la manipulación cultural que tanto el cine como los conciertos solidarios ejercen y siguen ejerciendo con África. De los grandes recitales, asegura que explotan una imagen de pobreza que no es cierta en todo el continente. En cuanto a las películas, Hollywood y el cine europeo ofrecen una mirada distorsionada de la realidad africana en la que los africanos son solo extras o actores con una o dos líneas de diálogo en cintas románticas y con tierna y nostálgica mirada colonial como Memorias de África.

Memoria pero sobre todo una firme voluntad por desmontar todos estos estereotipos es lo que animó a este escritor y periodista a denunciar la práctica ausencia de “retratos realistas” en torno a un continente al que pertenece Canarias. “Geográficamente”, apuntará alguno.

Redactor y editor jefe en VICE, el trabajo de Dipo Faloyin se centra específicamente en la cultura, la raza y la identidad en Europa, Oriente Medio y África. Sus artículos también han aparecido en The Guardian, Esquire, News-week, Dazed, i-D, Refinery 29 y Prospect, entre otros. El escritor y periodista presentó África no es un país en la XII edición de Periplo, el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras que se celebra en Puerto de la Cruz. A continuación, se reproduce parte de la conversación que mantuvo en este escenario en el que Isabel Beltrán actuó como traductora.

- ¿Qué le animó a escribir este libro?, ¿por qué África no es un país?

“Escribí este libro porque es resultado de una frustración. La que sentí siendo un niño. Nací en Chicago, Estados Unidos, y más tarde nos trasladamos a Lagos, Nigeria. Yo estaba muy orgulloso de mi cultura y de mi herencia africana pero al llegar al colegio, en Londres, la gente solo me preguntaba si el lugar donde vivía había leones porque tenían una versión distorsionada de la realidad africana. Fue una experiencia que se vino repitiendo también en mi adolescencia y ya en la edad adulta. En el libro catalizo esas frustraciones, frustraciones que de alguna manera se liberaron y me permitió escribir este libro con el objetivo de despertar la misma curiosidad que sentía por el continente africano a otras personas. Esta frustración, sin embargo, aún persiste porque no se conoce que África lo constituyen 54 países en los que se hablan más de 2.000 idiomas, entre lenguas y dialectos, así que queda aún un largo recorrido para educar a las personas y que estas mismas personas sean conscientes de la verdadera diversidad que tiene África”.

- ¿No cree que está cambiando esa percepción en las nuevas generaciones?

“Existe un cambio. Hay generaciones de jóvenes que tienen la voluntad de hablar de la historia y de las razas. También de la identidades y de las diversidad. Sin embargo, en Reino Unido algunos todavía tienen miedo de hablar porque quieren mantener ese vínculo con la identidad colonial que heredaron pero hay otra parte de la sociedad que sí quiere hablar del impacto que tuvo el colonialismo, lo que ha producido un cambio que, creo, tiene que venir de todos. El cambio tiene que ser colectivo para que la transformación resulte profunda y no se base solo en estereotipos”.

- ¿A qué edad toma usted conciencia que África son muchos países?

“La primera vez que fui a un colegio en el Reino Unido me di cuenta que existía esa idea, que África era sinónimo de pobreza, de sufrimiento, de escasez, de que todo lo malo estaba ahí pero aprendí también que era imposible que otros sitios tuvieran la gran diversidad, las formas de vida que sí reúne África. He crecido en un lugar, Nigeria, con una enorme riqueza de culturas, identidades y de manifestaciones culturales y allí aprendí que la palabra África no se puede usar para designar solo a la gente de una misma comunidad porque somos muchos. Pensar lo contrario es un concepto equivocado”.

- Y según usted, ¿qué se debe hacer para rechazar esta idea?

“Es muy importante que la gente entienda cómo se creó este continente. Es muy importante conocer lo que sucedió tras la descolonización ya que ésta no se hizo con perspectiva para que los países que nacieran de ahí alcanzaran el éxito sino que se realizó con la intención premeditada de que fracasaran. Hubo la intención real de generar el caos y de desatar una enorme violencia en los países que recientemente se habían constituido y eso lo tiene que comprender la gente para asumir el presente y para dejar de percibir África como un problema sino como un continente que alberga muchos países que han heredado una gran inestabilidad por culpa del proceso de descolonización. Ahora tenemos que trabajar para devolver su dignidad y que se entienda que África puede contribuir mucho al destino del mundo. Cada persona debe cuestionarse qué imagen le viene a la mente cuando se habla de África. ¿Se lo imagina como un país, una religión, una etnia? África se sigue percibiendo desde la cultura popular pese a que haya generaciones de africanos que han estado narrando su propia historia solo que no en las plataformas adecuadas. Es una pena que en la mayor parte de los casos la historia de África haya sido contada por gente que ni siquiera ha pisado el continente y se limita a repetir los mismos estereotipos. Esa perspectiva debe cambiar por otra que despierte la curiosidad y anime a los investigadores a visitar África para descubrir su realidad”.

- En el libro critica como occidente se ha servido de la manipulación de la cultura para mantener la idea de África como país y no como un conjunto de países.

“Occidente están muy influenciado por la “cultura africana” que recibe de los libros, las películas y las campañas en las que se muestran a niños desnutridos que no utilizarían para explicar los desafíos económicos que se dan en otras partes del mundo. Se trata, por desgracia, de una etiqueta muy adherida a África. En todo caso, deberían presentarse campañas sobre un país o una región pero no generalizarlo a toda África. Esto ha hecho que la gente haya ido creciendo con esa idea, la de que África es un lugar donde los niños se mueren de hambre. Nos han metido en la cabeza que es sinónimo de dolor, de hambrunas. La gente crece con frases como la de “niño, cómetelo todo porque los niños de África se mueren hambre”. El continente africano ha quedado al final como una representación del dolor, las hambrunas, conceptos que se transmiten también a través de las películas donde el africano siempre está en un segundo plano. Son fórmulas de cómo la gente ha ido creciendo vinculado a una idea de África que no existe porque hablamos de un continente en el que viven 1.200 millones de personas y se hablan 2.000 idiomas. Se ha hecho mucho daño también con las campañas de Navidad. Han sido terribles porque nos han hecho creer que África es un continente que no tiene agua sino miseria. Una miseria que se representa a través de imágenes de niños con lágrimas de tristeza que fluyen de sus ojos cubiertos de moscas pero esas fotografías, esos videos, no dan una verdadera imagen de lo que es África”.

- Sin embargo, en el libro habla de otras producciones recientes de Hollywood que están cambiando esa percepción. Y pone de ejemplo Black Panther.

“Sí, sobre todo porque Black Panther (Pantera Negra) da una imagen de los africanos como personajes principales, lo que rara vez pasa, y son ellos los que cuentan la historia. Hablo de esta película en el libro porque por fin hay en el cine una cultura africana con base tecnológica y que posee una identidad que nadie más tiene y es que durante generaciones se nos ha ido contado todo al revés aunque ahora tenemos un movimiento cinematográfico, Nollywood, que es una plataforma nigeriana cuyas producciones narran historias reales que suceden en el país, que es lo que necesitamos para pensar y entender nuestra realidad africana”.

- Sin embargo, alguien puede criticar esta visión que da sobre el continente africano. En África no es un país no aborda, por ejemplo, un asunto tan de actualidad como es la llegada de inmigrantes a las costas de Canarias.

“No deseo esbozar una imagen perfecta de los africanos en el libro porque se trata de un continente diverso y con historias en la que se mezclan alegría y dolor, es decir, que suceden muchas cosas. Lo que tenemos que evitar es que África se convierta en sinónimo de dolor y sufrimiento y preguntarse por qué muchas personas emprenden un viaje tan peligroso. ¿Por qué toman esa decisión? Un 90 por ciento de la emigración busca asilo en otros países del continente y en un menor porcentaje en Europa”.

- Habla del Contacto indirecto en el libro, ¿qué es el Contacto indirecto, una nueva forma de colonialismo?

“Hay una forma diferente, un cambio que se está realizando ahora mismo en el continente africano con el enorme volumen de negocios que trae China y la gigantesca influencia de su poder económico, lo que le hace suscribir acuerdos con algunos países africanos. Lo mismo sucede con Rusia y con los Estados Unidos pero se trata de un concepto diferente al colonialismo del pasado porque cada país africano tiene ahora una posición de más fuerza y puede decidir si suscribe o no esos acuerdos”.

- En África no es un país habla también de numerosos líderes africanos que derrotaron a las potencias coloniales con la no violencia.

“Mucha gente tiene la idea de que en África predominan las dictaduras pero no sabe que el 90 por cientos de los países africanos tiene democracia. Los dictadores aparecieron después del proceso de descolonización porque a las potencias coloniales les interesaba la división de sus antiguas colonias, pero África ya no es sinónimo de dictadores violentos”.

- El movimiento apareció en el norte de África pero ¿qué puede decirnos de lo que se conoció como Primavera árabe?

“Fue un periodo importante en el que la gente pudo levantar la voz y ser escuchada. Ocurrió en una serie de naciones relativamente jóvenes que han demandado un cambio sustancial en sus países, manifestándose por las calles. Se trató de gente joven mayoritariamente, gente que conoce la tecnología, la industria. De personas que trabajan para alcanzar una idea de África que resulte moderna”.

- En el libro destaca que África ha padecido distintos modos de colonialismo.

“Es muy importante entender la realidad actual africana y cómo se gestó. Cómo fue el colonialismo y cómo funcionaba y las divisiones que generaron creando países enormes como Nigeria. Lo que se pretendía era que la convivencia entre etnias resultara imposible y no pudieran coordinarse unas con otras. Es decir, se pagaba a las etnias para que se enfrentaran con el fin de controlar el país. En algunos países como Sudáfrica, Zimbabue, Namibia los antiguos colonos se quedaron con las mejores tierras y reprimieron con dureza a la población local, lo que generó mucho dolor y frustración. Francia, por ejemplo, nunca se quiso ir de África y continúa interfiriendo. Ahora se suman China y Rusia, lo que conlleva una influencia económica en el trato que mantienen con diferentes países a través de acuerdos que si no funcionan la culpa es de los africanos porque no saben lo que firman”.

- ¿Cree que los jóvenes africanos están corrigiendo los errores que cometieron sus padres y abuelos?

“Las nuevas generaciones ha aprendido mucho de los errores cometidos en el pasado, como la división étnica y rechazar a los líderes con demasiado afán de protagonismo, más celebridades que otra cosa y que arruinaron algunos de estos movimientos aunque hay otros que procuran que varias etnias confluyan y vayan en la misma dirección. Usan, y las usan bien, las redes sociales para propagar su mensaje. Es importante pensar que las generaciones pasadas, como las de mis padres, heredaron un país creado intencionadamente por las ex colonias para que nunca tuvieran éxito. Pero la generación de mis padres lo intentaron pese a todo. Intentaron poner en pie una identidad y una bandera común para todos. Que se cantara el mismo himno. Los jóvenes pueden cambiar el futuro porque ahora sí que tienen una nación que ya no está en construcción”.

- ¿Qué opinión tiene de movimientos como Black Lives Matter?, ¿algo está cambiando?

“Fue una creación muy importante porque la gente empezó a pensar sobre la raza, el colonialismo, la historia. Black Lives Matter fue un movimiento de alcance mundial que reflexionó cuestiones como ¿en qué momento del proceso estamos? Abordó con honestidad debates sobre la raza y el colonialismo que aún pueden ayudarnos a tomar decisiones”.

- Uno de los países africanos donde el peso de la represión colonial fue más violento es lo que se conoció como el Congo belga así como la aparición de Rhodesia, que fue creado por un blanco, Cecil Rhodes. En el libro menciona otros casos sangrantes sobre la construcción de otros países africanos que han quedado muy marcados por una durísima e implacable herencia colonial.

“El caso de Rhodesia es un ejemplo sangrante porque sufrió un régimen brutal hasta el punto de que los supremacistas blancos estadounidenses lo han puesto de ejemplo de lo que hay que hacer: una división étnica radical que en el caso de Rhodesia fue hecha a propósito y terminó en una violentísima guerra civil. Otro caso es el de Uganda, un país al que dificulta su unidad pueblos que viven a un lado o al otro de un mismo río”.

- Cuando se puso a investigar para África no es un país, ¿hubo algún capítulo que lo sorprendiera porque lo desconocía?

“Una de las cosas que me sorprendió durante la investigación fue descubrir lo que se ha hecho con los objetos culturales robados, una actividad que aún sigue haciéndose en la actualidad, que es la de disponer para los museos de Europa y Estados Unidos de todas estas obras de arte. Se han mantenido conversaciones para su recuperación pero se da por hecho que se puede coger cualquier cosa de África sin pedir permiso. Quienes lo hacen saben que está mal conservar esos objetos en los museos pero se ponen a hacer largos estudios con el propósito de prolongar la devolución de los mismos. Es decir, lo museos intentan bloquear el asunto con promesas que al final no llegan a ningún lado. Es necesario revisar la historia para estudiar cómo han sido las relaciones con África para, llegado el momento, hablar con los representantes de los museos e intentar hacer las cosas bien”.

DIÁSPORA
En los últimos años los integrantes de los movimientos sociales africanos que radican en Europa como Estados Unidos han hecho de lo africano una bandera y una identidad. Dipo Faloyin entiende que es un asunto complicado porque se entra en la maraña de los conceptos. Y el primero de ellos es el que plantea la pregunta ¿qué significa para ti África? Cada colectivo tiene diferentes razones, diferentes fórmulas de cómo entender la palabra. Existen grupos, dice Faloyin, que desean sentir esos vínculos, encontrar sus orígenes y también hay otros movimiento que ejercen una demanda más genérica. El autor de África no es un país explicó que en ninguna parte del libro pretendía condenar nada de todo esto ya que si sirve de algo, el libro invita en todo caso a no repetir los errores del pasado . Hay que admitir que uno forma parte de la diáspora que está desperdigada por el mundo pese a que sea un asunto complicado ya que las motivaciones son muy diferentes en la mayoría de los casos.

Historias de un mitin de 1977. El dilema eurocomunista, un ensayo del profesor Domingo Garí

Lunes, Noviembre 18th, 2024

Dentro de la interesante colección de Memoria histórica que publica en la actualidad Ediciones Idea, circula ya en librerías Historias de un mitin de 1977. El dilema eurocomunista, que firma el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de La Laguna, Domingo Garí.

Este trabajo informa de lo que aconteció en aquel histórico encuentro que tuvo lugar en la plaza de Toros de la capital tinerfeña, buceando para escribir la crónica de una época que hoy, vista desde la distancia, casi parece que pertenece a la de otro planeta, en hemerotecas, fuentes bibliográficas y testimonios orales que, a mi parecer, resultan de lo más atractivo de una obra que reconstruye la ya histórica visita del secretario general de Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo, a Canarias en pleno proceso de diálogo interno sobre el eurocomunismo, tendencia que hizo que muchos afiliados y simpatizantes, jóvenes y veteranos, abandonaran el partido para constituir grupúsculos independientes que demostraban así su distanciamiento del discurso oficial que entonces marcaba la dirección del PCE.

Entre los muchos atractivos de este proceso, y visto desde la perspectiva actual, se observa cómo funcionaban entonces los comunistas por dentro y las tensiones que hubo en su seno para asumir el nuevo proyecto que emprendían los comunistas españoles junto al de otros países europeos. De alguna forma, esa transformación y el trauma que supuso, anticipa la que más tarde sería la liquidación y prácticamente desaparición del PCE en el escenario político nacional, y refleja con sus luces y sombras, un capítulo de la Transición que, como recuerda Domingo Garí, fue trascendental para la consolidación del actual sistema democrático en España.

Historias de un mitin de 1977 está escrito con un lenguaje sencillo y cercano, alejado del discurso académico, lo que hace muy recomendable su lectura para toda clase de lectores, y aquí incluyo a los universitarios. Esta proximidad hace que inevitablemente el libro se lea y digiera como lo que es, un trabajo divulgativo, que hace pensar en lo difícil que fue celebrar aquel acto en unos años tan inestables y tremendamente complejos como fueron los de la segunda mitad de los años 70. Por aquel entonces, la extrema derecha, muy activa, no olvidaba y peleaba con violencia por mantener el legado de Franco, muerto dos años antes y enterrado en el Valle de los Caídos.

El libro está dividido en cuatro grandes partes. Las tres primeras, y se incluye el prefacio, explican el contexto histórico en el que se desarrollaron los lechos y son páginas que contribuyen a que el lector se haga una idea de lo que significó aquel mitin comunista en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife.

En estos capítulos se resumen aquellos días de complejidades y tensiones extremas y estudia cómo tras abrazar el eurocomunismo, el PCE se disgregó en diferentes formaciones, algunas de las cuales sentía estar un poco más a la izquierda que el mismo PCE. También de cómo algunos de estos micro partidos asumieron posiciones nacionalistas que hasta ese momento eran prácticamente ausentes entre los comunistas canarios y pone en antecedentes a quien vivió y aún recuerda como al que no aquellos agitados días.

El volumen incluye imágenes no solo del mitin sino también de publicaciones de la época que están más cercanas al espíritu de los fanzines ya que estaban editadas en multicopistas o fotocopiadoras, que al de las revistas profesionales. Su reproducción en el libro, así como el testimonio de quienes ahí estuvieron y fueron testigos de los debates internos que se dieron en el PCE, y en el PCE canario. Al fondo, las diferentes familias de izquierdas que brotaron tras separarse de la línea oficial.

Precisamente, es en la cuarta y última parte de Historias de un mitin de 1977 en la que se recoge la pequeña historia de algunas de las personas que estuvieron en el mitin y cuenta el momento en el que el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, se dirigió a los asistentes.

Paralelamente y como ejemplo de lo que pasaba en aquellos tiempos, en las páginas del libro se hace eco del intento de reventarlo que llevó a cabo un grupo de independentistas y, también, de varios ultraderechistas, que esperaban en la calle a que saliera la gente.

Eran otros tiempos aunque parece que a estas alturas nada ha cambiado. Se escribe por la polarización en la que vive la sociedad española en la actualidad. Prácticamente la misma de aquel entonces aunque los escenarios, las causas y los motivos sean radicalmente distintos.
Otro de los capítulos del libro es el intento, se escribe con tono irónico, que hace Garí de los rasgos faciales que caracterizaban por aquel entonces a un joven de izquierdas como puede ser el uso de la barba. Un atributo “común”, así como llevar melena y una vestimenta informal. En todo caso, lo que parece un chiste se tuerce en una mueca cuando el autor recuerda que barba llevaba Bartolomé García Lorenzo, el estudiante que fue ametrallado en la vivienda de su familia en el santacrucero barrio de Somosierra. Barba que fue usada “como prueba de cargo, o más bien de descargo, por parte de los policías que lo acribillaron”.

En conjunto, Historias de un mitin de 1977. El dilema eurocomunista es una obra que cumple su cometido, recuperar un momento de la historia reciente del archipiélago y también española. Se puede leer así como una crónica de un encuentro vital para el PCE y de paso reconocer el esfuerzo de reconstrucción que hace Garí en torno a un tiempo que, visto ahora con distancia, parece imposible que pasara. Hoy, más de cuarenta años después, uno se pregunta dónde terminó aquel compromiso.

Saludos, días intensos, desde este lado del ordenador

La escritora y periodista Isabel San Sebastián recibe este sábado el Premio del Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte

Viernes, Noviembre 15th, 2024

La escritora y periodista Isabel San Sebastián recibe este sábado el Premio del Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte, en reconocimiento a su trayectoria literaria y en novelizar, entre otros períodos, la Reconquista. El acto será a las 19 horas, y le hará entrega de este reconocimiento la alcaldesa del municipio, Sandra Izquierdo. Antes de este momento, uno de los más especiales de este encuentro, San Sebastián participará con la también escritora Nieves Muñoz y a las 11 de la mañana en un debate sobre las mujeres medievales, en las que hablarán bajo la moderación de José Zoilo, de sus últimas novelas La temeraria (Plaza&Janes, 2024) y Cantigas de sangre (Edhasa, 2024) en el acto con que arranca la agenda de Tacoronte Histórica ese día, a las 11.00 horas.

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