Archive for Junio, 2008

Citas para un ‘castigador’

Viernes, Junio 6th, 2008

“Ahí me pasé la mitad del tiempo tumbado sobre la arena mirando las estrellas, y la otra mitad tumbado sobre las estrellas mirando la arena”. Jardiel Poncela sobre su experiencia en Hollywood.

“Castilla miserable, ayer dominadora, /envuelta en sus andrajos / desprecia cuanto ignora”. (Antonio Machado)

“Te perdono el mal que me has hecho; pero ¿cómo voy a perdonarte el mal que te has hecho a ti mismo?” (Nietzche)

Y otra más,

“Ahí os quedáis, pandilla de cabrones” (nota escrita por el actor George Sanders antes de suicidarse). 

Y una buena noticia: regresan los de ‘El carrito de los colorines’

Jueves, Junio 5th, 2008

Hombre y para terminar el día una noticia que merece un espaldarazo. Mi vecino de blog, el buenazo de Patricio G. Ducha, ha vuelto (y con fuerza) a darle caña a su blog El carrito de los colorines. Ya era hora, por el gran Cthulhu, porque por fin estaré al tanto de colorines, tebeos, historietas y cómics. Por cierto, y permíteme amigo, ¿para cuándo un comentario sobre Cossa Nostra, probablemente el mejor ¿tebeo? europeo de los últimos meses? Recomiendo a los lectores que se hagan con los hasta ahora tres volúmenes de la serie, eso sí, hay que adquirirlos a un precio prohibitivo en estos tiempos de crisis que vivimos pero merece la pena tener otro agujero en el bolsillo para leerlos. Cossa Nostra no es otra cosa que la historia de la mafia en la ciudad de Nueva York, y no tiene desperdicio. Huelga decir, por otro lado, que es una historieta de necesaria lectura en estos tiempos oscuros y confusos que vivimos.

Bienvenidos.

¡¡¡¡El temible Laboratorio de Escritura Audiovisual de Canarias!!!!

Jueves, Junio 5th, 2008

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La verdad es que no deja de sorprenderme el culebrón del cine canario. Comentábamos hace unos días como Canarias Cultura en Red, empresa pública de la cada día más cautiva y desarmada Viceconsejería de Cultura, negaba 3.000 euros a dos cineastas canarios, CANARIOS y no de Burkina Faso, para que apoyaran un interesante proyecto documental cuyos dos primeros capítulos (volumen 1 y 2) ya están realizados. Y escribíamos que para nuestro asombro los presuntos promotores (¿?) de que se haga cine en Canarias se habían negado en redondo a aportar (semejante) cantidad de dinero a un proyecto que precisamente habla de cine canario. Sin acabar de comprender todavia qué hilos son los que se mueven dentro de la reconvertida Socaem  (gran Cthulhu, si comienzo hasta echarla de menos) ayer se anunciaba a bombo y platillo una inyección de 60.000 euros para “mejorar el nivel de los guiones audiovisuales escritos en y para Canarias” ya que, y esto es una suposición mía, además de faltas de ortografía están muy mal escritos… En fin.

El invento para justificar esta inversión (derroche, apuntan otras voces) se llama ¡¡¡¡¡el temible Laboratorio del doctor Frankenstein!!!!! No, ese no es su nombre sino ¡¡¡¡¡el temible Laboratorio de Escritura Audiovisual de Canarias (LEAC)!!!!!, lo que me hace sospechar que es otro de esos ingeniosos inventos de los que diseñan el rollito audiovisual canario con intención (que no espíritu) de continuidad. De todas formas, hay que reconocer que han sabido vender la bicicleta como una motocicleta.

Entre los ilustres profesores que revelarán sus secretos como escritores de cine se encuentran dos conocidos míos: Rolando Díaz, cineasta y guionista cubano cuya última película, La vida según Ofelia, pasó sin pena de gloria por… (que yo sepa) Tenerife, y Andrés Koppel, que cuenta en su haber con un cortometraje divertido y muy fresco, La raya, con otro cortometraje, Unión Europea,  que se estrenó (cómo no) en el Víctor y (creo) los Monopol y para de contar, además de ser guionista de las irregulares Día de reyes e Intacto (de otro conocido, Juan Carlos Fresnadillo) y Real: la película del Real Madrid.

También figura como protagonista del Laboratorio infernal Enrique López Lavigne, director de un clásico del cine español de nuestro tiempo: El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo. Lavigne es además productor y ¿guionista? de Fresnadillo en la también irregular 28 weeks later. Filme que si bien cuenta con unos potentísimos minutos iniciales se desinfla (como todo buen aficionado al género sabe) a medida que avanza la acción. Otro en fin…

Los otros protagonistas del proyecto son Manolo Matji, Jorge Goldenberg, Eliseo Alberto, Marlene Dermer y Joan Álvarez.

Destacar, a modo de curiosidad, que en el breve currículum que se nos facilita de Lavigne no aparece ni por asomo su clásico El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo, y sí se destaca que ha sido “jefe de desarrollo y productor de películas tan emblemáticas del cine español como Los otros, Los amantes del Círculo Polar y Guerreros“. No pongo objeciones a Los Otros, me huele a chamusquina Los amantes del Círculo Polar porque Médem me parece un bluff que sólo reivindican algunos “intelectuales de bolsillo”, pero Guerreros, por el gran Cthulhu, no es otra cosa que un peñazo…

En fin, que me parece bien que repartan dineritos para Laboratorios infernales pero no deja de inquietarme que se siga ninguneando a los de aquí. Por lo que no sé si echarme a llorar o reír. ¿Gobierno nacionalista qué…?

Y que conste, este post está escrito con todos mis respetos a quienes impartirán sus secretos de escritura cinematográfica y sobre todo a sus futuros alumnos.

No obstante, me temo que seguiremos dando noticias del culebrón del cine canario y ¡¡¡¡¡del temible Laboratorio de Escritura Audiovisual de Canarias!!!! 

El timple canario pierde una de sus cuerdas más creativas: José Antonio Ramos

Miércoles, Junio 4th, 2008

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Tuve la suerte de entrevistar en varias ocasiones a José Antonio Ramos y en todas ellas saqué siempre la sensación de que con jóvenes así era posible superar el maldito pleito insular que nos disuelve como sueño o pesadilla nacional. Para Ramos, maestro del timple, esa pequeña guitarra de cinco o cuatro cuerdas, no existían islas ni territorios sino la música, a la que le dedicó los mejores años de su vida que ayer quebró un infarto a la edad de 38 años.

José Antonio Ramos pertenece a esa generación de instrumentistas canarios que no le hicieron asco a los instrumentos de esta tierra. De hecho, se convirtió en un virtuoso del timple, guitarrita de la que hizo salir sonidos que todavía sorprenden a los que, como es mi caso, no somos muy receptivos a los cantos de mi tierra guanche.

Lo recuerdo vagamente, aunque el viernes pasado, Día de Canarias, lo volví a ver y  tocar una vez más el timple en el programa que la TV Canaria dedicó a la inauguración de Canarias Radio, donde José Antonio Ramos y dos músicos más pusieron el acento musical al acto. La música, que no entiende de fronteras, fue a pesar de “canaria” universal, y una querida amiga que no es este país para viejos me dijo qué bien sonaba aquella guitarrita, cuyo sonido le resultaba parecido al del charango andino o al ukelele hawaiano.

Lo que me conmociona de la muerte es que cuando te toca de cerca y hace desaparecer a alguien al que quieres o sólo admiras me recuerda lo terriblemente vulnerable que somos. Y me hace pensar, además, porqué no somos mejores personas en vez de una pandilla de indeseables lo que nos queda de existencia. Por eso, creo que  cuando muere alguien desaparece un buen pedazo del alma, pero que cuando el que fallece es un músico ese trozo es mucho mayor porque son los únicos capaces de amansar a la fiera que todos llevamos dentro.

Si el timple salió de sus circuitos tradicionales gracias a maestros como Totoyo Millares y Domingo Rodríguez Oramas El Colorao, y hoy se codea de tú a tú con arpas y violines gracias a otro timplista, Benito Cabrera, José Antonio Ramos se empapó de los mejor de sus maestros Millares y El Colorao para explotar las posibilidades mestizas de un instrumento al que sumergió en los complejos territorios de la improvisación.

Es una pena pensar lo que ya no podrá componer ni tocar este músico, aunque afortunadamente contamos con sus discos para disfrutar de su inimitable estilo. De todas formas, volver a tocar el timple no va resultar lo mismo porque ha perdido una de sus cuerdas más creativas e inquietas.

Descanse en paz.  

La memoria histórica ocupa los contenidos del último número de la Revista Cuadernos del Ateneo

Miércoles, Junio 4th, 2008

La Revista Cuadernos del Ateneo dedica su último número, 23, a la memoria histórica. El número, que se presenta mañana a las 20.30 horas en el Ateneo de La Laguna, incluye los siguientes estudios La memoria histórica y la ciudadanía cultural de la II República, por Ángela Sierra González; La transmisión de la memoria histórica: una propuesta didáctica, de José Manuel Pérez Lorenzo; ¿Hubo una Guerra Civil en Canarias? La resistencia de los tinerfeños contra Franco durante la Guerra Civil, que firma Ramiro Rivas; Los fusilados: las últimas letras. ¿Temor a la muerte?, de Ricardo García Luis y La larga posguerra en Canarias: notas socioeconómicas, de Ricardo A. Guerra Palmero.

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El número incluye también los artículos Don Nicolás Estévanez y Murphy: un republicano; Del poeta legendario Pedro Garfias, de su amigo Virgilio Fernández del Real y de los orígenes del Festival Internacional Cervantino, de Carlos Pinto Grote y José Mendívil Macías V., respectivamente, así como Mirar atrás: cine contemporáneo y memoria inasible de Joaquín Ayala y Más allá de la memoria recobrada, de Cirilo Leal Mújica.

En el apartado de literatura, los contenidos de la revista incluyen una visión del III Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua), de Sabas Martín, así como las habituales Reseña de actividades, de exposiciones y de libros. 

 

Los sudarios no tienen bolsillos

Miércoles, Junio 4th, 2008

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Llevo dándole vueltas las últimas semanas a un escritor norteamericano que por las circunstancias se ha vuelto muy actual. Si usted es lector de novela policíaca y sobre todo de la novela policíaca que dignificó al género en los años 30, 40 y 50, le sonará el nombre de Horace McCoy, recientemente citado en algunos medios de comunicación tras la muerte repentina del cineasta Sydney Pollack, que trasladó a la pantalla grande una de sus novelas más conocidas, ¿Acaso no matan a los caballos? y que en España circuló como Danzad, danzad, malditos. A McCoy le debemos, sin embargo, otros tres títulos más: Luces de Hollywood, donde despedaza la industria del cine; Di adiós al mañana, una espléndida y potentísima novela de gánsgter y Los sudarios no tienen bolsillo, un canto apasionado pero también dramático en defensa de la libertad de expresión.

Con esta novela, McCoy nos cuenta la historia de un periodista encallecido que  monta su propio periódico para denunciar las vergüenzas del villorrio donde se ha establecido. Como es natural, los poderes fácticos unirán fuerzas para callarle la boca, aunque nuestro personaje, un hombre honesto y de izquierdas, y también poco sensato, no hará caso de las recomendaciones y como en todo western que se precie, resistirá sólo y ante el peligro el acoso de esa pandilla de depredadores a los que les importa un pimiento que la verdad se sepa.

Seguro que algunos de ustedes piensan que McCoy era demasiado inocente, y es probable que tengan razón, pero tuvo valor a la hora de escribir estas historias y luchar por lo que creía. Además, si uno relee sus novelas (desafortunadamente descatalogadas hoy día) se dará cuenta que son extrañamente actuales y estará del lado del perdedor o el anti héroe, aunque para los que hemos consumido toneladas de historias de esta época, firmadas por gente como Gil Brewer, el gran Jim Thopmson, David Goodis y Burnett, entre otros, sabrá de lo que hablamos. Y es que la novela policíaca estadounidense se convirtió en una excelente plataforma donde cantarle las cuarenta al poder. No sé, quizá se deba a que la mayoría de sus escritores se nutrieron en las filas del periodismo de aquellos años.

Es verdad, no obstante, que también hubieron excelentes narradores del lado contrario, como Mike Spillane y su detective fascista Mike Hammer, embrión del futuro Harry el sucio, pero la mayoría de los escritores de signo derechista que cultivaron el género no han trascendido con la potencia de los que aprovecharon las claves del género para denunciar corrupciones inmobiliarias y ascensos a la fama a cambio de vender tu alma al diablo (o el poder), entre otros temas. Es significativo, además, que en la edad dorada de la novela policíaca estadounidense, la mayoría de los protagonistas de estas obras fueran personajes que se mueven al margen de la ley, y los que siguen ley, como el Spade de Hammett o el Marlowe de Chandler, por citar sólo a dos de los private eye más populares,  no estén muy convencidos de estar haciendo lo correcto, aunque sepan que se trata de su trabajo.

Quizá sea este mensaje, hastiado pero consciente, el que ha condicionado el estado de confusión que ha ido dominando mi cabeza lo que llevamos de semana. Es decir, que leyendo los periódicos, escuchando la radio y viendo la televisión he tenido la sensación de vivir una novela policíaca porque la mayoría de sus protagonistas detentan el poder, mientras los perdedores siguen siendo los de siempre: el hombre de la calle ajeno a las extrañas fuerzas que se mueven a su alrededor.  Claro que, como dejó escrito Horace McCoy en una de sus novelas, Los sudarios no tienen bolsillo.

(*) La fotografía que acompaña estas líneas es histórica: El segundo personaje que está sentado por la derecha es Horace McCoy. De pie, se encuentran, entre otros, Dashiell Hammet, primero por la derecha y Raymond Chandler, segundo por la izquierda.