
Manuel Chaves Nogales es uno de los periodistas más grandes que ha dado este país. Es verdad que cuando irrumpió la prensa escrita vivía uno de sus momentos más dulces, pero es la honestidad de este plumilla y su capacidad de observación lo que lo hace tan gigantesco, en especial en unos años en los que Europa dejaba de ser ella misma. Comenzaba a cambiar, a resultar diferente sacando todo lo malo del viejo continente.
He leído casi todo lo que ha caído en mis manos de este singular escritor de noticias, y si tuviera que quedarme con algunos de sus reportajes no dudaría dos veces en escoger El maestro Juan Martínez que estaba allí y la biografía Juan Belmonte, matador de toros; su vida y sus hazañas, escritos entre 1934 y 1935, respectivamente. El libro que nos ocupa hoy, Crónicas de la Alemania nazi, indica como ya anuncia el título, la serie de escritos que redactó desde la capital alemana y publicó en el periódico Ahora.
Se tratan de piezas (no están todas, se nos explica en el prólogo) que escribió estando en Berlín en 1933, recién ha estrenado el poder el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes, y la política que desde arriba emprende su canciller, Adolf Hitler, apenas se ha adueñado del despacho en el que dirigir a la nación.
Es importante recordar el año en el que están escritas estas crónicas, 1933, los nazis llevan apenas unos pocos meses instalados en el poder pero como observa el periodista español, lo que unos llamaron revolución parda ha extendido sus tentáculos por todo un país que hasta ese momento intentaba recuperarse de los efectos devastadores de la I Guerra Mundial. Alemania es una nación sacudida por una crisis enorme y legiones de parados y excombatientes recorren las calles de sus ciudades y pueblos manifestando su inquietud ante un Estado incapaz de dirigir el país y acuciado por las deudas, entre otras, la enorme y millonaria que le han impuesto los aliados.
Pero la joya de la corona de estas Crónicas, muy intensas y sobresalientes, del día a día que va anotando Chaves Nogales en la capital alemana, está una entrevista que el periodista mantuvo con Joseph Goebbels, quien más tarde sería nombrado ministro de Propaganda.
Se tratan de solo tres preguntas que el gabinete de Goebbels le permite hacer. Y preguntas por escrito ya que el futuro ministro de Propaganda no quiere un cara a cara con el español. Con todo, se trata de un ejercicio, este de aceptar un cupo limitado de preguntas y sus respectivas respuestas por escrito que, como se ve, no es un mecanismo que utilice solo el poder de hoy sino que también lo practicó el de ayer.
Bajo el título de ¿Habrá fascismo en España? Y publicado en Ahora el 21 de mayo de 1931, Chaves Nogales explica que quiso hacer esta entrevista porque el doctor Goebbels “es, a mi juicio, el tipo más interesante de la nueva Alemania”, aunque lo describe como un tipo ridículo, “grotesco; con su gabardinita y su pata torcida, se ha pasado diez años siendo el hazmerreír de los periodistas liberales” aunque reconoce también que se trata de un hombre “enconado, duro, implacable, que todos los días, después de andar ajetreado en menesteres revolucionarios, se encerraba en la redacción de Der Angriff –el órgano de prensa del nacionalsocialismo– y dictaba a una mecanógrafa un artículo de fondo. Este artículo de fondo de Der Angriff, que Goebbels dictaba mientras iba y venía por la redacción arrastrando su pata coja, llegó a ser lo que todos los periodistas quisieran que fuesen sus artículos: un suceso, un verdadero suceso que se producía en la conciencia del lector cada vez que en el metro, en el café, en la calle, donde fuese, alguien cogía el periódico y se ponía a leerle”.
En cuanto a las respuesta que ofrece el doctor, son lecciones de echar balones fuera, de no responder a cuestiones concretas ya que se va, conscientemente, por los cerros de Úbeda aunque cuando la pregunta plantea si la doctrina nacionalsocialista “puede y debe encontrar un eco en los demás países” Goebbels repite las palabras de Mussolini cuando dijo que el fascismo no era artículo de exportación aunque tiene, sin embargo, una pronta “transformación de Europa”, y que ésta se completará en una o dos décadas, tiempo en el que cada pueblo “deberá encontrar en la esencia de su propia personalidad nacional nuevas formas para dicho espíritu”.
Junto a esta perla, a este diamante las crónicas que escribe Chaves Nogales desde la capital alemana resultan cuanto menos proféticas ya que avisa que la militarización que obliga el partido nazi a su pueblo tiene un objetivo y es prepararlo para la guerra. El periodista emite este vaticinio siete años antes de que las tropas del ejército alemán atravesaran la frontera polaca e incide en cómo está siendo aleccionada toda la sociedad, alemana, desde los más pequeños (leer El niño nazi) hasta los mayores.
La mirada que ofrece de estos momentos es significativa y pone de manifiesto el talante profesional de un hombre que vivió con tanta pasión y en tiempos tan apasionantes como los que refleja en sus artículos y reportajes, hoy todos recopilados en libros. Crónicas de la Alemania nazi significa además un grito de alarma que por desgracia no se quiso escuchar en su momento, y cuyo eco parece tan inquietantemente parecido a los que vivimos en la actualidad, solo que ya no contamos con voces como la de Chaves Nogales, el autor de A sangre y fuego y de La agonía de Francia.
Saludos, un clásico de nuestro tiempo, desde este lado del ordenador