Archive for Septiembre, 2023

La Poeteca de Canarias recibe al colectivo Poetas en Rebeldía

Jueves, Septiembre 7th, 2023

La Poeteca de Canarias reanuda su programación cultural con un recital del colectivo Poetas en Rebeldía. El acto tendrá lugar este viernes 8 de septiembre, a las 19:00 horas, con entrada libre, en el quiosco del parque Javier Fernández Quesada (antiguo parque Los Dragos), situado entre las calles Heraclio Sánchez y Doctor Antonio González (La Laguna). El espacio que ocupa la Poeteca fue cedido por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna a la Asociación Cultural Tres Orillas para el desarrollo de este proyecto.
 
El recital se abrirá con unas breves palabras introductorias del coordinador de La Poeteca, Ramiro Rosón, dando paso a los siete autores que han confirmado su presencia en el acto (Alberto Díez, Loli Figueroa, Oscar Negrín, Esther Medina, Javier Mérida, Manuel Pérez y Roberto Rodríguez), y culminará con una sesión de micro abierto, en la que el público asistente podrá compartir sus propias creaciones poéticas si lo desea.
 
Poetas en Rebeldía, colectivo coordinado por el gestor cultural Manuel Pérez Marrero, suma en la actualidad un total de 51 miembros, con un grupo en Tenerife y otro en Gran Canaria, y se constituye como una asociación cultural cuyo objetivo consiste en dar voz a las causas sociales a través de la poesía, acercando la creación literaria a la sociedad en general, creando nuevos espacios para la práctica de la poesía escénica y promoviendo el trabajo de los escritores, artistas y músicos locales.
 
Desde el 6 de marzo de 2018, cuando ofreció su primer recital con un grupo de cinco autores, Poetas en Rebeldía ha desplegado una intensa actividad en la que ha colaborado con diversas causas, realizando campañas de visibilización y concienciación a través de la poesía social y reivindicativa. Esta actividad se ha plasmado en recitales organizados en todo tipo de lugares y eventos, como centros culturales, bares, colegios, festivales literarios e incluso a pie de calle, y en algunas ocasiones ha incorporado el teatro y la música junto a la palabra poética. Generalmente, estos recitales poseen un carácter benéfico, con el objetivo intrínseco de fomentar el gusto por la literatura, el compromiso social y el pensamiento crítico entre la población isleña.
 
Como propósito de futuro, Poetas en Rebeldía trabaja para expandirse en el archipiélago canario, con la aspiración de llegar a todas las islas. De este modo, en este año espera sumar a sus grupos de autores en Gran Canaria y Tenerife dos nuevos capítulos, uno en La Palma y otro en Lanzarote. Desde su perspectiva, este colectivo entiende la poesía como un arma cargada de futuro, tal y como la describía Gabriel Celaya, y su actividad no se limita al uso de la palabra, sino que también pretende aportar la presencia y el esfuerzo de sus integrantes para luchar contra los problemas sociales y ambientales de su entorno.

Saludos, se dice, desde este lado del ordenador

Lluvia horizontal, una novela de Belén Valiente

Miércoles, Septiembre 6th, 2023

Belén Valiente lleva ya unos años incorporada a la república de las letras canarias aunque como poeta y no narradora. Para quitarse esa espina clavada en el corazón, publica este mismo año su primera obra en prosa, Lluvia horizontal, pero al contrario que otros compañeros de fatigas literarias, sobre todo los que trabajan con la poesía, el salto de Valiente a la narración lo hace sin red. Es decir, que no tantea los territorios del cuento y la novela como han hecho ya muchos poetas antes que ella, sino el del diario que es un género que le permite ahondar dentro de los pensamientos y las entrañas de la protagonista de estas páginas que recogen su día a día desde el 2020 (la primera entrada data el 4/5/2020) hasta el 2022 (la última está fechada el 7/8/2022), esto le da la oportunidad de mencionar hechos que afectan no solo a Erea, que así se llama quien escribe este cuaderno, sino también al resto de los mortales, ya que en ese arco temporal sucedieron hechos como la expansión de la Covid-19, el confinamiento, la salida de aquel extraño periodo de encierro y pesadilla colectiva, el uso posterior de las mascarillas en la calle y el final paulatino de todo aquel infierno que tanto contribuyó a hacernos tan difícil la existencia.

Que la poeta y ahora narradora Belén Valiente haya escogido el diario como fórmula a través de la cual contar las experiencias de Erea, su álter ego, me parece muy inteligente porque además de aprovechar lo que tiene de íntimo un diario, esa especie de confesión personal que llevan con espartana disciplina algunas personas, desnudan muchas de las emociones que chisporrotean en el alma de quien escribe estas páginas.

La obra se desarrolla además en una ciudad que conozco porque nací y vivo en ella, Santa Cruz de Tenerife, y aparecen personajes del paisanaje chicharrero como quien ahora mismo les escribe estas líneas. Sensación ésta por cierto algo extraña porque no termina uno por verse ni creerse en obra ajena. Que sea producto de una interpretación que otra persona hace desde fuera de su persona. Así que veo piel pero no alma dentro del yo que no soy yo que aparece en estos diarios.

Haciendo honor a su apellido, Lluvia horizontal me ha parecido por otra parte un libro tremendamente valiente. Y eso sin conocer cuánto hay de verdad y de ficción en estas páginas que muestran a una mujer algo desorientada, que no lo ha tenido demasiado fácil en sus relaciones con los hombres y que escribe su día a día probablemente para liquidar muchas de las frustraciones que la atan a una soledad que no termina de controlar.

Hay muchas partes de este libro que destacaría pero a mi, por encima de los hombres que le estropean el corazón, lo que me ha resultado más atractivo de la novela –porque se trata de una novela en el sentido más estricto de la palabra solo que escrita bajo la fórmula de un diario– son las reflexiones que hace sobre el proceso de creación de su literatura. Cómo escribe una obra que pule y trabaja con la misma paciencia con la que una araña teje su red.

Es un proceso lento, laborioso y duro pero también satisfactorio para Erea, un personaje que puede vivir sin hombres que la vuelvan loca con sus mentiras pero no si le arrebataran su afición por escribir.

Otro aspecto que agradezco de Lluvia horizontal (por cierto, si leen el libro sabrán qué es eso de lluvia horizontal) es que al ser un diario la protagonista Erea cuenta lo que piensa y refleja lo que reflexiona sin censuras. Así que todo lo que nos narra da la impresión de que es verdad, incluso aquellas entradas que se suponen más de ficción por insólitas e inesperadas aunque si hay un punto en el que convergen todas las preocupaciones de la protagonista es en la búsqueda (frustrada siempre) del amor, una búsqueda tenaz pese a los fracasos ya que la soledad no es regalo para todo el mundo.

El sacrificio que implica es enorme y uno se da cuenta que pese a que está dispuesto a ello, Erea no se ve de momento capaz de hacerlo.

De momento, y pese a que los hombres que conozcan resulten otras personas de las que imaginó, la compañía y el afecto felino hace que pueda despertarse todas las mañanas y emprender un nuevo día porque sabe que la vida nos da sorpresas y sorpresas nos da la vida.
Confieso mi recelo inicial ante La lluvia horizontal. Por un lado porque no soy un entusiasta de la literatura de diarios. Confieso ahora también que estaba muy equivocado, y no porque la lectura de la novela me haya hecho cambiar de opinión (que también) sino porque no esperaba encontrarme con una obra que me hablara directamente y que lo que me dijera me sonara tanto a verdad. No sé, en este aspecto, cuánto hay de verdad y mentira en este libro pero sí les aseguro que lo que se lee resulta verdadero y esta es una de las pocas cosas que le pido a una novela: verdad, por terrible y sobre todo desnuda que sea.. Y como narradora (apenas conozco la poesía de Belén Valiente) me parece que estamos ante una escritora que, si insiste más en la prosa, está llamada a trabajos más ambiciosos y redondos. Una ambición que solo se consigue si se sabe evolucionar, crecer, madurar. Y veo mucho de eso en esta novela que con perspectiva que no distancia revela los biorritmos que guían o le hacen perder el día a Erea.

LO MEJOR: Las sinceridad aplastante que caracterizan muchas de las páginas de esta novela

LO PEOR: Que el personaje, pese a sus confesiones, siga estando igual de desorientado al principio como al final

Domingo Luis Hernández: “Luis Mateo Díez es uno de los mejores novelistas europeos de los últimos tiempos”

Martes, Septiembre 5th, 2023

Con Luis Mateo Diez: el reposo de los muertos (Peter Lang, 2023) finalizamos el ciclo de entrevistas que a lo largo del pasado mes de agosto hemos dedicado al escritor y profesor Domingo Luis Hernández a propósito de la publicación este mismo año de cuatro obras de su autoría y que incluyen desde el ensayo a la poesía.

- ¿Cuándo se despierta en usted el interés por estudiar la obra de Luis Mateo Díez?

“Fui muy amigo de don Ricardo Gullón que, como se sabe, era un gran estudioso de la novela española contemporáneo. Y yo realizaba en la ULL un larguísimo curso en la época en la que más coincidimos que se llamó La literatura y sus límites. Lo invité a él, claro. En esa ocasión don Ricardo fue taxativo: Luis Mateo Díez tiene que asistir a este ciclo, me dijo, porque es el mejor novelista español de los últimos tiempos. Con esa señal zumbando en mi cabeza, me desplacé de inmediato a la obra dicha; leí Las estaciones provinciales, La fuente de la edad y alguna novela más de la época. Y lo confirmé; don Ricardo tenía razón: es un novelista extraordinario. Lo invité al curso dicho. Aquí hablamos muchísimo. Entre otras cosas le hice una entrevista para La Página que resultó muy provechosa. Y desde esa fecha estamos en contacto continuo Luis Mateo y yo. La cosa ha dado la amistad, amistad que comparten nuestras casas y nuestras familias. Y desde entonces toda novedad de Luis Mateo Díez ha llegado a mi casa. Y por eso me he internado de manera primorosa en su obra, eso ha hecho que el interés inicial se convirtiera en un interés más señalado, académico, crítico y ensayístico”.

- ¿Por qué El reposo de los muertos?

“Hay varios motivos que condicionan la construcción de este libro. En primer lugar, la cierta desidia crítica en España. Luis Mateo Díez es un señor de León y una parte importante de su obra (desde la fantástica Las estaciones provinciales a la excepcional La ruina del cielo) está ubicada en esos territorios. De donde con Luis Mateo Díez ocurre algo parecido lo que ocurrió con nuestro Galdós: la desconsideración por el lugar lateral, supuestamente lateral, de procedencia. Y eso es muy propio. No cuenta la obra en sí sino esos pormenores sectarios. O lo que es lo mismo, Borges no es el excepcional escritor que es, Borges es de Buenos Aires y no de Madrid, y eso pesa”.

- ¿Que descubre en su literatura?

“Lo que descubrimos en Luis Mateo Díez es que es uno de los mejores novelistas europeos de los últimos tiempos. Tanto que los tenidos por los grandes constructores del género (como Tabucchi o Handke) llegan más tarde que nuestro autor a las posiciones cimeras que se le adjudican, como la errancia, la ética, la historia, el juego con los subgéneros, por ejemplo, el policial, etc. Eso ha de ser registrado fehacientemente. De ahí que en un sector del libro Luis Mateo Díez es puesto a convivir con esos autores (Tabucchi, Handke, Chatwin…) Y lo interesante a resolver es cómo se construyen las perspectivas en todos los casos y cómo se articula la novela de esos autores, Luis Mateo Díez en su punto”.

- ¿Quedaron otras preguntas?

“Me plantee prioritario para el caso que el estudio debía de ser sistemático y que debía actualizar los sectores de preeminencia del trabajo del autor. Por ejemplo, Luis Mateo Díez desplaza el inicio de su obra de 1977 (Apócrifo del clavel y la espina) a 1982 (Las estaciones provinciales). Y si hacemos caso al autor perderíamos de vista su excepcional primera novela, una novela compuesta por dos novelas cortas y que señala uno de los discursos más contundentes sobre la historia y el uso de la historia en la novela. ¿Qué estudiar? Primero los motivos que llevan al autor a semejante desplazamiento. Después lo que la novela es en sí y lo que aporta. Por ejemplo, el desplazamiento funcional en las nos nouvelles y qué utilidad técnica tiene, de la primera persona (autobiografía) en la primera y la tercera (omnisciencia autorial) en la segunda. Ese análisis es fundamental. Los aportes son cimeros”.

– ¿Y otros aspectos?

“Un aspecto que me preocupaba era el de hacer entender la maestría narrativa de Luis Mateo Díez. Los aspectos técnicos de la novela son supremos en él, con logros muy pocas veces encontrados en la novela española, algunos muy arriesgados y extremos. Ese trabajo, al que contribuye la llamada “teoría literaria” me parece importante en el libro. De ahí el registro de las voces, los modos, las perspectivas y otras iniciativas constructivas o formales (como se decía antes) del autor que en el libro se estudian y se registran. Me parece además esencial en Luis Mateo Díez: el juego magistral que hace el novelista entre la literatura oral y su función primorosa en el mundo escrito. Esa es, por ejemplo, una de las enseñas magistrales de la extraordinaria La ruina del cielo, una de las más grandes novelas del idioma”.

- ¿Qué características destacaría de la literatura de Luis Mateo Díez?

“Creo que hay una cuestión central en el mundo de Luis Mateo Díez: a él no le interesan demasiado los ganadores, su mundo es un mundo de perdedores. Aunque ese punto no lleva a los personajes al fango del desprecio o de la angustia. Siempre habrá un bar donde tomar unas copas y hablar con los amigos. Y lo que ese asunto contiene: siempre los personajes de Luis Mateo Díez responden; responden a la dictadura de Franco, a la canallesca, a la desilusión… El otro factor a tener en cuenta es el amparo de la ética como centro del marco literario. Eso lo comparte con otros autores de su momento (Tabucchi) y ese marco es esencial. “No hay estética sin ética”, dijo Tabucchi en su momento, y eso forma parte esencial del mundo del autor español. La tercera cuestión es el trabajo exigente y contundente a la hora de elaborar sus novelas. Desde la primer hasta la última. Y esa exigencia es lo que da con una de las obras más sagaces y contundentes de cuantas se conocen. En cuanto a la temática general del Luis Mateo Díez he de decir que es muy variada. Tanto que cada novela explora un mundo particular y singular. Ya dije la historia en la primera. En la segunda un sagaz periodista encuentra una sucia trama de los poderosos en su ciudad (León) que ha de revelar, que ha de publicar. Y el poder lo machaca. Más adelante se compromete con los mensajes de un náufrago en el laberinto-archivo en el que trabajó y que el sorprendido ha de revelar (El expediente del náufrago). O da sustancia al sujeto supremo de la errancia, al vendedor ambulante de Camino de perdición. O arrima enjundia a la novela del confesor en el momento final de su vida con tres mujeres (prostitutas) como referente con el complejo moral y particular que las registra (La mirada del alma). Lo razonable en Luis Mateo Díez es que sus novelas se inscriban temporalmente en la postguerra española, en un año proclamado por él, 1942, que es el año de su nacimiento. De ahí su compromiso político e ideológico contra el franquismo y lo que el franquismo significó. En esa instancia, la novela del autor es novela urbana. Hasta su gran invención, el espacio ideal creado por él que es Celama. Y con Celama lo que Celama significa: el páramo y la vida campesina en el páramo. Lo que tal cosa registra es los seres que existieron y las voces de los seres que existieron en el lugar. Eso da La ruina del cielo, una novela episódica, que alguno llama libro de cuentos, en la que Luis Mateo Diez da cuenta de las vidas de más de ciento treinta (130) personajes”.

- El escritor dice que su primera novela es Las estaciones provinciales pero en su trabajo usted afirma que no es así, que se trata de otra que está construida por dos novelas cortas. ¿Lo consultó con el escritor?, ¿qué valor tiene para usted este título (no) reconocido en la literatura de Luis Mateo Diez?

“El asunto aquí no es consultar con el autor cuál fue su decisión de deslinde (entre otras cosas porque es muy difícil que eluda el valor de esa novela, por ejemplo, el valor de la segunda novelita por sí misma, Blasón de muérdago, que es una de las mejores novelas cortas del idioma); no es eso. La cuestión es analizar, como se hace, el motivo por el que el autor suprime 1977 (año en el que, por cierto, aparece la primera novela de Chatwin, In Patagonia) por 1982. Y eso se hace. Así como el análisis exhaustivo de la novela como tal, las dos novelitas que la componen en su intratable unidad como tal obra expuesta”.


- En su trabajo estudia una serie de novelas que son indicativas en la producción del escritor. ¿A cuáles se refiere y qué elementos destacaría como prioritarios en la producción literaria del escritor?

“En efecto, sí. Es imposible, dada la extensión de la obra de Luis Mateo Díez, construir un trabajo consecuente con un número de páginas asumibles para compartir con los lectores en general, no un trabajo académico que puede contar con páginas infinitas y un sector de lectura muy especializado. Hube de elegir y elegir en consecuencia. Primera alternativa: novela, solo novela. Porque Luis Mateo Díez es un cuentista considerado, cuenta con unos cuantos libros del género y es, además, un novelista corto considerable. Es decir, ese sector habría de contar con un estudio pormenorizado y específico. Luego, hube de escoger. Y opté por las novelas en las que el genio narrativo y temático de Luis Mateo Díez se expone con más claridad y contundencia. Desde Apócrifo de el clavel y la espina, la primera, a la novela de llegada después de mucho tiempo de aprendizaje que es La ruina del cielo. Con ellas el muestrario de las más incitantes novelas del autor. Por ejemplo, la urdimbre sintomática del nudo y el laberinto en El expediente del náufrago, la singular estrategia narrativa del testigo en La mirada en el alma, la contundencia ideológica en Fantasmas del invierno o la disfunción de oficio, ley y responsabilidad ética en El animal piadoso. Claro que cito y repaso innumerables novelas más de Luis Mateo Díez en el libro, pero esas elecciones me parecen primorosas”.

- ¿Cómo fue su relación con la editorial Peter Lang que publica este trabajo?

“Lo fue a través de una profesora de la ULL de mi departamento que tiene contacto directo con esa editorial y ha publicado varias cosas ahí. Peter Lang es la editorial académica más prestigiosa del mundo. Su sistema de venta directa o a través de la red es excepcional así como su sistema de difusión. Y es una editorial que no opera solo en Alemania sino en Reino Unido, Italia, Francia, EEUU… con contacto directo con las universidades más importantes del mundo. Ella me abrió la puerta de esta posibilidad, hablé con el responsable, me pidieron el manuscrito, se lo envié, lo analizaron y decidieron publicarlo, lo cual para mí fue un fantástico honor”.

- ¿Hubo algún capítulo especialmente difícil de escribir?

“Sí, varios. El primero con dificultades y trabajo extra cuenta la historia ya dicha del desplazamiento del inicio de la obra de Luis Mateo Díez. Ese capítulo fue especialmente cruel. Porque ahí no solo debía de delimitar con consecuencia las razones de la elección del autor (1982 frente a 1977) sino que con el análisis de la novela habría de contradecirlo en consecuencia. Y esa operación no es ni sencilla ni puede ser caprichosa; ha de ser una operación muy ajustada. También me encontré preso de una responsabilidad especial en el análisis de La mirada del alma, una pequeña novela a la que no se le ha prestado demasiada atención pero en la que Luis Mateo Díez muestra ahí un rigor funcional, un rigor de oficio narrativo categórico. Y ajustar ese alcance que va del confesor que cuenta al testigo que escucha y escribirá es muy exigente. Registra esa historia, además, un modus narrandi, la novela del testigo, que se tiene por una de las iniciativas más particulares del moderno: Tristano muore de Antonio Tabucchi. Lo que ocurre es que la novela de Luis Mateo Díez es del año 1997 y la de Tabucchi de 2004. Y eso cuenta”.

- ¿Mantuvo algún encuentro con Luis Mateo Diez a la hora de escribir este libro?

“Con Luis Mateo Díez mantengo constantemente encuentros, pero no para la redacción de los pormenores de este libro, en absoluto. Es posible que haya consultado con él algún detalle oscuro de alguna de sus novelas o algún otro pormenor particular de escritura de una de ellas, pero para lo que yo iba a defender ahí, de lo que habría de analizar y como hube de analizarlo no hubo ningún contacto expreso con el autor”.

Bernard Cornwell, un pintor de batallas

Lunes, Septiembre 4th, 2023

Bernard Cornwell es en la actualidad uno de los escritores de novela histórica que más vende. Y no solo en su país, Inglaterra, también en España.

Es autor de una bibliografía copiosa, la mayoría dentro del género de la novela histórica y es el creador de algunas sagas que se han vendido muy bien y que posteriormente se han convertido en irregulares series de televisión. En mi caso, lo conocí a través de la serie que protagoniza Richard Sharpe, un soldado del ejército británico durante la campaña peninsular de Wellington por España contra el ejército de Napoleón, y otras que protagonizan reyes y guerreros de la baja Edad Media de su país y un yanqui que lucha al lado de los confederado durante la Guerra de Secesión norteamericana.

Casaca roja se desarrolla en otoño de 1777, un año después de la Declaración de Independencia americana, en la ciudad de Filadelfia, ocupada por las tropas británicas. El protagonista de la historia es Sam Wilping, un soldado británico que comienza a cuestionarse la lealtad a su país cuando conoce a una joven y atractiva rebelde.

Si se han leído las novelas de la serie Sharpe, sobre todo las que desarrolla en la península ibérica, se habrán dado cuenta que el escritor no disimula su desprecio a los españoles que combatieron contra Napoleón, fuera con su ejército como con la guerrilla que aterrorizaba a la retaguardia francesa.

La visión de Cornwell de los españoles es la de unos tipos duros pero muy burros (los guerrilleros) o una panda de petimetres del tres al cuarto (los militares). Los franceses pueden ser crueles pero refinados y los portugueses tipos honestos y valientes. En cuanto a los británicos, Bernard Cornwell reparte estopa a unos y a otros, pero subraya con especial chauvinismo la entrega de soldados y oficiales cuando se enfrentan a la muerte en los campos de batalla.

Esta visión de los suyos, los británicos, sigue siendo la misma en Casaca roja aunque el enemigo, los rebeldes, no son zafios como los españoles ni crueles ni refinados como los franceses. Son en todo caso tipos legales que luchan por su independencia que no libertad que es una palabra, esta última, que aparece muy poco en esta novela.

Castigado por su sargento y viendo de cerca la corrupción que devora al ejército británico por el que vino a América, Sam toma conciencia y por amor hace cosas que nunca hubiera creído que haría.

Como es habitual en la novela histórica, Casaca Roja necesita para contar esta historia más de 400 páginas. En alguna de ellas el escritor describe batallas que es un capítulo en su producción en el que destaca con absoluta brillantez se traten de la Edad Media o las Guerras Napoleónicas. Las que narra en Casaca roja son muy vívidas y es en estos capítulos donde se encuentra el escritor que lleva dentro Cornwell, un escritor que se parece más a un pintor de batallas que a un escritor porque la línea argumental que aguanta todas estas ficciones suele ser muy endeble.

Lo que cuenta y los personajes que presenta en sus historias suelen ser bastante vistos. Son más o menos los mismos que en otras novelas escritas por él solo que en una época diferente. Entre los villanos Cornwell abusa de tipos violentos y sin clase, normalmente suboficiales, y por el otro de oficiales que si bien pueden ser valientes en el campo de batalla también son unos malnacidos en retaguardia.

La guerra de independencia, esa de la que salió la simiente de lo que actualmente son los Estados Unidos cuenta con una gran bibliografía en la que abunda la novela y el ensayo. Si tuviera que destacar algún título entre los que he tenido la suerte de leer sobre este conflicto destacaría Las aventuras del sargento Lamb, de Robert Graves, una extensa novela que inspira lo escrito por un tal sargento Lamb que como casaca roja estuvo en América combatiendo a los rebeldes.

Casaca roja como novela no llega a la altura de Las aventuras del Sargento Lamb. No creo tampoco que esa fuera la pretensión de Bernard Cornwell aunque en mi caso la comparación, que como todas las comparaciones son odiosas, le hace flaco favor a las vicisitudes que padece su protagonista cuando descubre que si existe la patria, la patria es lo que se ama y no una entelequia de alcance nacional. Con todo, Casaca roja no deja de ser una entretenida novela histórica en la que por una vez Cornwell no mira con recelo al enemigo. El escritor volvió a este mismo escenario, la guerra de independencia de las trece colonias, en El fuerte, igual de recomendable que Casaca roja.

Escritas para toda clase de lectores, el estilo de Bernard Cornwell se limita al de sujeto verbo y predicado. Solo carga las tintas y revela al escritor que lleva dentro cuando describe batallas y la violencia que desata pero es que aquí está la madre del cordero en un género, el histórico, que pese a estas limitaciones teletransporta al lector a un momento de la historia en el que lo que valían eran los hechos y no las palabras.

Como en anteriores y posteriores títulos en la carrera como escritor de Bernard Cornwell, Casaca roja cumple su cometido que no es otro que el de ambientar en otro tiempo una historia de amor interrumpida por la guerra. Aquí no vale sin embargo combatir por hacerse con una corona o ir ascendiendo en el durísimo escalafón jerárquico del ejército británico en su enfrentamiento contra las huestes de Napoleón, sino la conversión de un compatriota que estando en América decide abandonar su lealtad al rey para abrazar la de la causa republicana.

La guerra de independencia, viene a decir el escritor británico, fue un conflicto desgraciado que casi terminó por ser una guerra civil. Eso desde su perspectiva. Una perspectiva que abusa una vez más de su desprecio a lo español cuando resalta la importancia de que Francia entrara en guerra contra Gran Bretaña por América olvidando (vamos a pensar que involuntariamente) que el reino de España también apoyó a los independentistas, y que por ese respaldo muchos militares españoles murieron en aquellas colonias tan alejadas entonces (y me temo que ahora también) de la mano de los dioses.

LO MEJOR: la descripción de batallas. Bernard Cornwell es un maestro en reflejar con palabras este tipo de escenas

LO PEOR: Las historias que cruzan a lo largo de un relato que supera las 400 páginas y que no aportan nada al seguimiento de la novela

Saludos, cuidadito que nos conocemos, desde este lado del ordenador