Archive for Octubre, 2023

Emboirik Ahmed Omar: “El primer responsable de la guerra en el Sahara occidental fue el Gobierno español”

Miércoles, Octubre 11th, 2023

La editorial Catarata ha editado recientemente un libro, Breve historia del Frente Polisario, que repasa la historia de este movimiento a lo largo de los últimos cincuenta años. El trabajo está escrito por Emboirik Ahmed Omar, licenciado en Historia por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y doctor en Ciencias Históricas por este mismo centro así como militante del Frente Polisario desde sus inicios, donde participó activamente en la lucha clandestina contra la ocupación colonial española en el Sahara Occidental.

- En su Breve historia del Frente Polisario, ¿cuáles considera que son sus momentos claves?

“El libro trata de sintetizar la historia del Frente Polisario en estos últimos cincuenta años. La publicación coincidió a finales de abril de 2023 con la celebración del aniversario de su primer Congreso. Estudio también sus precedentes porque el Frente Polisario no fue una creación espontánea sino que tiene una historia detrás que centro en el movimiento creado por el pueblo saharaui a finales de los años sesenta, que es cuando se crea la primera organización política moderna y nacionalista en el Sahara occidental”.

- ¿Qué pretendía esta organización?

“Esta organización no pretendía entonces una ruptura abrupta con el gobierno español sino una negociación transitoria para que en un periodo de unos quince años el pueblo saharaui pudiera acceder a la independencia. España contaba por aquel tiempo en este territorio con una asamblea pero esta asamblea no tenía ningún tipo de representación ni poder real”.

- ¿Y qué es lo que conduce a la aparición del Frente Polisario?

“El Frente Polisario aparece como la primera organización que aglutina a toda la resistencia del pueblo saharaui. Al mismo tiempo, hace una lectura crítica de toda la experiencia que se había acumulado hasta ese momento ya que la organización era muy horizontal en 1970 y poco a poco tiende a una verticalidad, se elabora un programa político más claro y se asume la lucha armada como medio para llegar a la independencia porque eran tiempos en los que el Gobierno español multiplicó la represión. En el libro trato el aspecto político de esa relación con el Gobierno español y la resistencia política hasta 1975, cuando se produce la traición del Acuerdo de Madrid”.

- ¿Por qué se llega al Acuerdo de Madrid?

“Muchos viejos militares del ejército español colonial insisten en decir que nos advirtieron para que nos fuéramos y según ellos mismos nos fuimos lo que no es verdad ya que España tuvo una serie de opciones y eligieron una, que fue la de vender nuestro territorio a Marruecos y Mauritania. Y a partir de ahí hasta la actualidad. En el libro trato cómo se estructuró su aspecto militar y político y las relaciones que mantuvo con el Gobierno español y, particularmente, con el Gobierno socialista y el alto el fuego que se produce en 1991 y que no llevó a ninguna parte porque las Naciones Unidas no tuvo la intención de celebrar el referéndum”.

– ¿Por qué?

“Porque en el Consejo de Seguridad está Francia que es un país amigo de Marruecos así que no se pudo actuar con firmeza y eso condujo a que se reanudaran las hostilidades. El libro repasa también el posicionamiento de los EE.UU. sobre el Sachara occidental aunque se trata de una breve historia que no propone un análisis sesudo pero sí que aborda en profundidad los acontecimientos que resultaron fundamentales”.

– Antes dijo que España los vendió a Marruecos y Mauritania.

“España creó a finales de 1974 un partido político que se llamó Unión Nacional Saharaui y sobre esta base estaba dispuesto a ofrecer un referéndum porque daba por supuesto que tenía la capacidad de imponer ese partido como solución, así que lo que hizo fue actuar con muy mala voluntad lo que aprovechó Marruecos y Mauritania. Marruecos reivindicó siempre el Sahara y Mauritania la parte oeste del Sahara mauritana y la parte oeste de Argelia y una parte de Mali hasta Tombuctú. La traición de España con sus compromisos internacionales llevó a que traicionara sus compromisos con el pueblo saharaui y vendió este territorio a través del Acuerdo de Madrid de 1975, suscrito el 14 de noviembre lo que significó entregárselo a Marruecos y Mauritania lo que desencadenó la guerra, refugiados, violación de los derechos humanos. Sin lugar a dudas, el primer responsable de la guerra en el Sahara occidental fue el Gobierno español de aquella época”.

- ¿Cómo son en la actualidad las relaciones del Frente Polisario con el Gobierno de España?

“En el libro se explican las distintas fases sobre todo con el PSOE, partido con el que manteníamos buenas relaciones hasta que llegaron al poder. Pedro Sánchez junto con Trump son hoy los únicos jefes de gobierno que reconocen la soberanía de Marruecos sobre Sachara occidental”.

– ¿Y cómo ha afectado a esas relaciones?

“Mantuvimos negociaciones estables cuando estaban en la oposición aunque su apoyo cambió sobre todo con Zapatero cuando llega al poder. Fue un momento en el que las relaciones se deterioraron bastante ya que Zapatero trabaja para los lobbys marroquíes”.

- ¿Y con el gobierno de Pedro Sánchez?

“Con el gobierno de Pedro Sánchez el asunto ha dado un nuevo giro más sorprendente si cabe ya que fue el único gobierno junto al de Trump que reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sachara occidental. Personalmente entiendo las políticas de los distintos gobiernos socialistas como una continuación de las políticas franquistas, las que vendieron el Sahara occidental en 1975”.

- ¿Las relaciones del Frente Polisario con los gobiernos españoles de derecha han sido más satisfactorias?

“Las relaciones que hemos mantenido con los distintos gobiernos españoles digamos que fueron siempre de neutralidad, de no implicarse. Con Aznar y Rajoy se mantuvo una posición positiva de neutralidad mientras que con Sánchez la situación se ha deteriorado. Sánchez defiende que el pueblo saharaui no exprese libremente su opinión y está del lado del plan marroquí que defiende la integración, lo que son palabras mayores”.

- ¿Cuál es la ideología del Frente Polisario?

“En el libro lo explico a través de distintos programas elaborados desde el segundo congreso. El Frente Polisario es un movimiento de liberación de carácter republicano, democrático y en defensa absoluta de nuestros ciudadanos”.

- ¿Qué lo llevó a escribir esta síntesis?

“Siempre he trabajado esta idea aunque el trabajo es fruto de un encargo de la editorial que me pidió que resumiera los cincuenta años de historia del Frente Polisario”.

- ¿Qué personajes saharauis destacaría antes y después de la creación del Frente Polisario?

“A dos personalidades. En los años 70 y antes de que existiera el Frente Polisario hubo una organización de vanguardia que trabajó por la liberación aunque su estructura fue horizontal. Ese personaje se llamó Mohamed Sidi Brahim Basir, que en los años 70 y tras una manifestación fue detenido por el Gobierno español que lo asesinó. Por otro lado, en 1973 el líder incuestionable del Frente Polisario fue El Uali Mustafa Sayed , que murió en combate en 1976. Cuando se dice que el Frente Polisario representa al pueblo saharaui es porque se trata de una organización en la que participa prácticamente todo el pueblo saharaui”.

- ¿Y en estos cincuenta años cuales piensa que han sido sus éxitos?

“El nivel de conocimiento, ya que casi el 90 por ciento de nuestro pueblo ha dejado de ser analfabeto. Otro logro es la gran participación de las mujeres en la causa ya que sin ellas no se hubiera podido escribir una de las páginas más luminosas del Frente Polisario”.

- ¿Qué religión tiene el Frente Polisario?

“El Frente Polisario no es un movimiento que lucha por imponer una determinada religión, su objetivo es liberar el territorio aunque la religión mayoritaria en el pueblo saharaui es la islámica”.

- ¿Qué territorio es el que se debe respetar?

“Hay que respetar escrupulosamente las fronteras heredadas de la colonización que son las que estaban cuando España. Al norte Tarfalla y al sur hasta la frontera con Mauritania. Exactamente el territorio que en 1975 vendió el Gobierno español. El otro principio sagrado es la autodeterminación, que defiende la Carta de las Naciones Unidas y principio que fue violado por España. El gobierno español firmó un acuerdo que habla de estabilidad para Canarias y de las explotaciones de fosfatos y pesca. Por eso es tan absurdo que pensar que cuando dijeron que nos fuéramos del territorio, nos fuimos”.

- ¿Cómo son las relaciones del Frente Polisario con Canarias?

“La sensibilidad de Canarias con el pueblo saharaui ha sido siempre ejemplar. La única persona que puso problemas para la solidaridad del Gobierno canario con el Frente Polisario fue Jerónimo Saavedra”.

– ¿Hay diferentes tendencias ideológicas dentro del Frente Polisario?

“En el Frente Polisario no han habido tendencias ya que siempre ha sido un bloque. El Frente Polisario no es un partido político sino un frente popular y en ese sentido puede participar cualquier sensibilidad que defienda el derecho a la independencia del pueblo saharaui. El Frente Polisario sigue unánimemente respetando al pueblo saharaui y con quien negocia marruecos es con el Frente Polisario. Naciones Unidas reconoce al Frente Polisario como representante del pueblo saharaui”.

- ¿Qué fue la República Saharaui Democrática?

“La República Saharaui Democrática se proclama el 27 de febrero de 1976 cuando el último representante de España sale del territorio y 24 horas después al dejar de existir uno de los elementos que conformaban esta situación colonial, hace que el pueblo saharaui proclame la república”.

- ¿Qué momentos destacaría en estos 50 años de historia?

“Un año, 1975 y antes de proclamar la independencia, cuando España firma el acuerdo y Marruecos entra por el norte practicando una política de tierra quemada y Mauritania por el sur. España colaboró desarmando a los soldados saharauis que servían en el ejército español y rodeó con alambradas a los saharauis para evitar que salieran y entregarlos. Se tuvo que proteger a la población civil y también defenderla contra la penetración y esa asignatura la logró superar con sobresaliente el Frente Polisario”.

APOYOS INTERNACIONALES

El Frente Polisario cuenta con apoyos internacionales en un mundo que cambia muy rápido. Tan rápido que sus repercusiones se notan cada vez más. En especial cuando estos mismos apoyos se transforman y repercuten en el concepto de solidaridad. “El pueblo saharaui siempre ha contado con la solidaridad internacional de aquellos países que defienden el principio de autodeterminación e inviolabilidad de las fronteras”, afirma Emboirik Ahmed Omar, que explica que en todo este asunto Francia actúa con un peso y una influencia que comienza a menguar en algunos países africanos que antes sí que lo seguían”. La república saharaui, recuerda Ahmed Omar, es miembro de la Unión Africana y cuenta con una importante representación diplomática y de reconocimiento “de la República Saharaui y del Frente Polisario”.

Saludos, más calor, desde este lado del ordenador

Eso sí puede pasar aquí

Martes, Octubre 10th, 2023

Sinclair Lewis fue durante muchos años la voz de la conciencia de Norteamérica a través de una serie de novelas que marcaron su época. Literatura de honda preocupación social, en sus libros el lector puede conocer por dentro cómo operaban las distintas familias evangélicas que se reprodujeron como moscas en los años 30 del pasado siglo XX (Elmer Gantry); las penosas condiciones de vida de las cárceles de mujeres (Ann Vickers); la rutina de un americano medio de aquel tiempo (Calle mayor); el racismo (Sangre de rey) y el fantasma del fascismo en la sociedad estadounidense (Eso no puede pasar aquí), entre otros títulos.

La lectura actual de Eso no puede pasar aquí es cuanto menos inquietante pero esto me pasa con la mayoría de la producción literaria de quien fue el primer escritor norteamericano en hacerse con el Premio Nobel de Literatura, un escritor, como muchos otros escritores de aquellos años, que se especializó en escribir novelas generosas en páginas aunque en el caso de Lewis digamos que este volumen que supera las 400, está más que justificado como está más que justificado que muchos de sus libros más que contar historias lo que hacían es denunciar modos de conducta, ideologías turbias que se hacen fuertes en un país, el de las barras y de las estrellas, que no se cansa de construir su realidad.

Eso no puede pasar aquí se puso de nuevo en circulación cuando el anterior presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, llegó al poder. Y la verdad es que si se lee el libro es inevitable establecer comparaciones que casi parecen calcadas gracias a al capacidad visionaria de una obra singular y que necesita de renovadas lecturas para procurar que no se repitan en las sociedades presuntamente más avanzadas, hoy víctimas de los modos que los populismos (sean de derechas como de izquierdas) defienden para hacerse y mantenerse en el poder.

En el caso de esta novela extremadamente ideológica de Sinclair Lewis, la denuncia es objetivamente directa desde la primera a la última página. Describiendo el surgimiento de un movimiento de derecha radical en un acto de los Rotarios y seguir su paulatino crecimiento. Todo esto escrito con un estilo sosegado, que raya en ocasiones con la lentitud.

Si se entra en el juego, la lectura hace que observe y entienda que efectivamente y a pesar de que los estadounidenses presuman de su sistema democrático, las larvas del fascismo se reproducen también como un cáncer en su interior.

La novela cuenta la historia de cómo Doremus Jessup, un director de periódico liberal, se percata de las siniestras intenciones de un movimiento que encabeza el senador populista Berzelius “Buzz” Windrip, movimiento que crece porque cuenta con un discurso facilón y “muy americano”. el movimiento, que no quiere convertirse en partido político, lo apoya gente de distinta condición social aunque dejan que sean los más lerdos los que prosperen en sus fuerzas represoras. Windrip defiende el corporativismo de Estado, un invento de los fascistas italianos.

El mensaje, por sencillo, cala pronto en ese pueblo que reivindican los cantamañanas de derechas e izquierdas y que consideran suyo y de nadie más. Un pueblo que “no puede andar solo, que necesita (dicen y defienden en sus incendiarios discursos) de una mano fuerte que los guíe”.

En el caso de la novela que nos ocupa, a través de la voz de un hombre aparentemente sencillo, que parece que comprende el lenguaje de la calle, que cuenta con un ejército privado de leales, los Minutes Men, que al modo de los camisas negras italianos o los camisas pardas del nacionalsocialismo, imparten su peculiar sentido del orden en contra de quienes cuestionan y critican el pensamiento del líder, Windrip, que entre la retórica de hacer un país más grande, utiliza medios violentos y un discurso populista teñido como son todos los discursos populistas, de medias verdades lo que demuestra que eso que ahora llaman postverdad se inventó hace mucho, mucho tiempo.

La primera edición de esta novela en español, al menos de la que tengo noticia, cuenta con un agradecido apéndice en el que se cuenta la biografía de muchos de los personajes reales a los que se alude en el libro, lo que da una idea de cómo andaba de revuelto el patio político e intelectual en aquella Norteamérica de los años 30, un país que con sangre, sudor y lágrimas se encontraba en lo peor de la recesión y cuyos ciudadanos estaban ávidos de discursos que le resultaran cercanos y sobre todo que fueran dictados por gentes que no parecieran políticos, algo por otro lado muy actual en estos tiempos que vivimos.

Eso no puede pasar aquí es una novela que por éstas y otras razones es de lectura obligada ya que parece que los tiempos se repiten, eso sí, ajustándose a los caprichos de las épocas.

En el caso de esta novela, Lewis denuncia para advertirnos que incluso en un país que se muestra tan orgulloso de su democracia, el efecto bumerán está esperando solo un movimiento en falso para sacudir las bases de ese mismo sistema en el que se apoya, que no es tan fuerte como creen y defienden muchos de sus ciudadanos.

Y en denunciar se especializaron algunas de las novelas más reconocidas de un escritor que como pasa con los clásicos crece, no mengua, con el paso de los años. Y eso pasa con Sinclair Lewis, un intelectual progresista que no duda en esta monumental sátira contra el fascismo en ridiculizar a algunos compañeros de izquierdas que casi parecen que hubieran imitado por su manera de actuar los modos ultras de los radicales de derechas como es el caso del escritor Upton Sinclair, a quien se cuestiona más que ridiculiza en las páginas de esta novela.

Una novela que se anticipó a los tiempos, lo que me hace pensar que Sinclair Lewis no se hubiera llevado las manos a la cabeza cuando un candidato como Trump se convirtió en presidente de la que sigue siendo la nación más poderosa de la Tierra.

En este sentido, creo, si se produjera el caso, que Sinclair Lewis diría simple y llanamente: os lo advertí. Eso sí puede pasar aquí.

Saludos, calor, calor, calor, desde este lado del ordenador

Acuse de olvido, una novela de Iván Vera Machín

Jueves, Octubre 5th, 2023

Me sorprenden, entre la literatura que he leído este año de autores/as de las islas, dos libros por su presentación y su contenido. Se tratan de dos obras autoeditadas pero por su amor a la letra impresa y su delicado y mimoso trabajo, merecerían mayor reconocimiento que el que pueden alcanzar al no entrar en los circuitos oficiales, al no contar con el respaldo de un sello editorial que asuma la siempre engorrosa tarea de organizar presentaciones y distribuirlos por librerías.

Es una pena, reitero, que estos libros pasen así desapercibidos porque se tratan (y ahora que se aproximan las navidades un poco más) de dos objetos que por su presentación y contenido resultan un buen regalo para esa persona que quieres y aprecias.

Del primer libro, El escabel de terciopelo rojo, novela coral de Baltasar Medina Peñate, hablamos ya hace algunas semanas. De Acuse de olvido, de Iván Vera Machín, no. Será entonces de Acuse de olvido el comentario del que se ocupará este texto.

Lo primero que llama la atención d e Acuse de olvido si se mira desde fuera es su exquisita presentación. Portada dura, papel de calidad, la novela de Vera Machín está arropada también por unas magníficas ilustraciones de Elsa Estrada, viñetas que visualizan algunos de los momentos de mayor impacto de un libro cuyo lectura necesita de varias lecturas.

Conocía del escritor por dos novelas anteriores, No todas las cosas deben tener nombre y Los hombres y las libélulas, relatos broncos que se desarrollan en un paisaje que no es el mío pero que reconozco. En ambas novelas, sobrevuelo además cierto gusto por lo negro y criminal aunque el género en manos de Iván Vera Machín termina por ser otra cosa y una cosa muy negra. El escritor juega a despistar y a veces lo consigue porque nunca se intuye por donde va a salir.

En Acuse de olvido está influencia, la de lo negro y criminal, permanece en algunas de las páginas aunque como pasó con sus otras dos obras anteriores, el género es lo que menos le interesa a la hora de abordar una historia. Donde Iván Vera Machín pone toda la carne en el asador es en la forma en cómo está escrita Acuse de olvido. Un estilo que está marcado por un fortísimo barroquismo que marca todo el libro, desde el inicio hasta el final.

En este sentido, se hace muy difícil desgranar los hilos que se desprenden del relato a medida que se lee porque, como ya se dijo, lo vital de Acuse de olvido es la forma en cómo está escrita. Esa borrachera de palabras con las que el autor dilata situaciones o dibujo escenarios con el fin de que el lector termine por visualizarlos en la cabeza. Al fondo, se cuentan historias, historias de una violencia que si bien al principio está larvada termina poco a poco por crecer y saltar de las páginas.

Se trata de una novela que resulta más que experimental un ajuste de cuentas de un escritor que prefiere jugar con las palabras y con las frases, pintar en cada una de las páginas una serie de situaciones que luego hace trascender en forma de ilustraciones Elsa Estrada.

Leyendo Acuse de olvido recordé la literatura de un escritor mexicano que pide a gritos que se le publique más y mejor en España como es el mexicano Jorge Moch, un escritor que sí se manifiesta claramente influenciado en su literatura por el barroco español. Y si esa fuente la representa el busto de Luis de Góngora mejor aunque el caso de Iván Vera Machín no lleva su estilo a tan vasto territorio. Es decir, que no se deja seducir por ese gongorismo en el que si cae al menos la novela ¿Dónde estás, alacrán?, de Moch. Pero sí que deja constancia, cierto regusto no sé si voluntario o involuntario, en una forma de escribir en la que predominan los párrafos largos y con textos muy densos. Casi parece como si se invitara a quien lo lee a que se adentrase en esa selva poblada de palabras y en la que suceden hechos que casi quedan diluidos en esa jungla de palabras.

La clave si se llega a la novela es admitir entrar en el juego que propone Iván Vera, que no muestra carta alguna y que no deja si quiera un mapa con el que el lector pueda guiarse en un universo tan cerrado y a la postre fascinante como el que propone en la novela. Una novela que si revela algo, lo revela en un título que avisa a su manera de lo que nos aguarda una vez hayamos pasado el umbral. Un umbral que como en los cuentos de H.P. Lovecraft señala que el otro lado está invadido por la oscuridad. Ahora bien, depende de quien se adentre y del entusiasmo que le provoque Acuse de olvido si encontrará la luz, su propia luz, con la que iluminar las estancias en las que se encuentra dividido el relato.

No es una novela fácil la que ha escrito Iván Vera Machín. Y si me apuran, me parece una apuesta muy arriesgada en estos tiempos de cerebros reblandecidos pero sí uno admite entrar en lo que plantea el escritor con mucho esfuerzo y trabajo, creo que la recompensa está más que garantizada.

LO MEJOR: Una cuidada edición que cuenta además de con el texto del autor con excelentes ilustraciones que firma Elsa Estrada

LO PEOR: Que no es una novela para todos los públicos. Exige otras lecturas para apreciar en su totalidad el universo y las situaciones que propone

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

La escritora y poeta Maribel Lacave, directora de la Revista Trasdemar de Literaturas Insulares

Miércoles, Octubre 4th, 2023

La Revista Trasdemar de Literaturas Insulares anuncia en su tercer aniversario el nombramiento de Maribel Lacave (Las Palmas de Gran Canarias, 1951) como nueva directora de esta publicación digital.

Poeta, narradora, ensayista y gestora cultural, Lacave reside en el archipiélago de Chiloé, en el sur de Chile.

Trasdemar informa que en el nuevo consejo editorial de la revista digital cuenta con la colaboración de autores y autoras del archipiélago canario y cuya actividad desarrollan en el exterior como Sabas Martín, Sonia Betancort, Laura Morgenthaler, David Guijosa y Belinda Rodríguez.

El comité fundador de Trasdemar estuvo constituido por Ramiro Rosón (Santa Cruz de Tenerife, 1989) y Samir Delgado (Las Palmas de Gran Canaria, 1978). El nombre de la Revista fue idea original del poeta Iván Méndez González (Santa Cruz de Tenerife, 1981-Ciudad de México, 2023) miembro fundador de Trasdemar.

En esta nueva etapa la revista contará con nuevas secciones como Sahara y destaca que entre los contenidos “se dará especial visibilidad a las efemérides de literatura insular y la obra bibliográfica de autores y autoras de la historia literaria de Canarias”.

Saludos, se ha dicho, desde este lado del ordenador

Charles Beaumont, un contador de historias

Martes, Octubre 3rd, 2023

Antes de Stephen King hubo vida. Este es un mensaje necesario para toda la tropa de aficionados al género que desconocen el trabajo de los ancestros del actual rey del terror literario mundial, y son una legión estos parientes lejanos del escritor de Maine.

El pasado que arrastra King nace muy lejos y llega hasta mediados de los años 50 del pasado siglo XX, cuando irrumpió una caterva de narradores que se especializaron si no en cuentos fantásticos en toda su amplia galería, sí en contar historias raras en ambientes extremadamente cotidianos. En el caso del escritor que nos ocupa, Charles Beaumont, una constante y probablemente una de las razones por las que lo contrató Rod Serling para la serie En los límites de la realidad o la Dimensión desconocida, que son palabras mayores en la historia de la pequeña pantalla.

Tal vez soñar, que debe ser la primera antología de relatos que se dedica a Beaumont en castellano, incluye 23 cuentos, algunos de ellos sirvieron de guión para la saga de Serling y otros fueron publicados en revistas como Play Boy y de género de ciencia ficción y fantasía.

Leído el libro con desmesurado interés, me han gustado más los cuentos que nunca se llevaron a la televisión que los que sí. Y no porque sean historias malas a rabiar sino porque no me han emocionado como sí lo hicieron unos pocos. Historias que sin componente fantástico saben describir atmósferas perturbadoras en escenarios como una carrera de coches o un club de jazz. También en una corrida de toros, historia en la que se revela una verdad que te machaca las entrañas. Se tratan, los relatos que más me han fascinado de Tal vez soñar, de historias en las que el escritor juega con sentimientos y en los que late un humanismo que choca con la realidad.

La antología de Tal vez soñar y otras historias de la dimensión desconocida está editado por El paseo en una más que atractiva edición que cuenta además con un entrañable prólogo de Ray Bradbury y un epílogo que firma el actor William Shatner, a quien reconocerán como el capitán Kirk de la serie Star Trek. Traduce Óscar Mariscal.

Charles Beaumont pertenece a la generación dorada de la literatura inquietante norteamericana. Esa misma a la que pertenece uno de los más grandes, Richard Mathenson, y que cultivó con olfato e inteligencia el relato corto.

Tal vez soñar sea una buena excusa para iniciarse en esta corriente que supo hacernos creer situaciones muy extrañas en ambientes para nada extraños. También supo distribuir en esa geografía a una serie de personajes que resultan atractivos porque no son ni buenos ni malos, sino personas que actúan bien y mal según las circunstancias. Si ponemos a estos personajes en un escenario reconocible y en donde lo más raro es un apagón, esa aparición no se produce como una explosión sino que disemina de manera muy sutil por todas los cuentos que deja un amargo sabor de boca. Una característica de este libro es que incluso el cuento que puede resultar más cómico, ese humor no provoca precisamente carcajadas sino una mueca que congela la risa en tu boca.

Pero Charles Beaumont como Mathenson no son escritores que se especializaran en literatura de humor sino todo lo contrario. Lo que pasa en ambos casos es los elementos fantásticos se van incorporando a la historia con la forma de un mosaico, un mosaico que deja ver finalmente un cuadro que a veces es tremendamente absorbente y otras no tanto pero sí que captura la atención lo que duran sus páginas.

Cuenta esta antología con al menos dos cuentos que me hacen pensar que inspiraron novelas como Christine y La semilla del diablo. Estos relatos son Un caso típico y Los nuevos vecinos. En el primero, el protagonista descubre que su mejor amigo se ha enamorado de un automóvil y en el segundo de una familia que recién instalada en un barrio residencial descubren que sus adorables vecinos no adoran, precisamente, a los ángeles.

Tal vez soñar revela el talento de un escritor que supo moverse con comodidad en varios registros narrativos. Suena el clarín se desarrolla en una plaza de toros y no solo por la temática sino por el tono me recuerda a Hemingway, solo que para Beaumont el rito de la muerte incluye también la del torero. Todo sea por el puñetero espectáculo.

No conocía a Beaumont aunque habré leído algunos de sus relatos en distintas recopilaciones de literatura de terror. El caso es que descubro ahora su nombre y me pregunto en unos días donde nos saturan con tanta publicidad dedicada a la última novela de Stephen King, Holly, que creo necesario que se sepa que circula también estos días un libro que reúnen 23 historias de un escritor que se llamó Charles Beaumont, y que Beaumont, al que la señora se llevó demasiado pronto, sin dejar que siguiera investigando su mundo, es uno de los ancestros de King, ese escritor al que una piedra le enseñó que su destino era el de convertirse en rey.

Y nadie duda de su reinado aunque sea necesario, y estoy seguro que su majestad también, que viene siendo hora de recordar y reivindicar a sus antepasados, aquellos escritores que como Charles Beaumont y Richard Mathenson lo cambiaron todo al conseguir hacernos creer que hasta lo previsto es imprevisto.

LO MEJOR: El tono de la mayoría de las historias es de sobresaliente aunque mis preferidas son Un caso típico, Night ride, Los nuevos vecinos, Suena el clarín y El mortífero deseo de ganar.

LO PEOR: Que uno acaba el libro y quiere leer más historias escritas por Charles Beaumont, un clásico sea o no del género que deja huella.

FOTO 2: En la imagen el escritor y guionista Charles Beaumont junto al actor Robin Hughes caracterizado como Satán en el episodio titulado The Howling Man de la serie En los límites de la realidad

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

Carol Zardetto: “Volver es, de muchas maneras, un acto de reparación”

Lunes, Octubre 2nd, 2023

Carol Zardetto, abogada, escritora y diplomática guatemalteca, es autora de una producción literaria entre la que se encuentran títulos como El discurso del loco, cuentos del Tarot y Cuando los Rolling Stones llegaron a La Habana. También es guionista y autora del libreto de Tatuana, una ópera que reflexiona sobre “¿qué significa ser mujer?”.

La escritora, viceministra de Educación durante la presidencia de Álvaro Arzú y cónsul en Vancouver, Canadá, estuvo la semana pasada en Los Llanos de Aridane, La Palma, donde formó parte del V Festival Hispanoamericano de Escritores, un encuentro al que asistió porque “la construcción de una comunidad de escritores es importante y estar en Canarias, tan cerca de las costas africanas es un sueño hecho realidad”.

- Su primera novela publicada es Con pasión absoluta. ¿Qué aborda en esta novela?

“Lo que me llevó a escribir Con pasión absoluta fue la experiencia del retorno que es un arquetipo en literatura. Ulises, por ejemplo, con su viaje de retorno a Itaca. Las dificultades que implica volver y también, las consecuencias. La vivencia del exilio (forzoso o buscado) implica expatriarse y esto es un desgarro. Volver es, de muchas maneras, un acto de reparación que toma particular relevancia cuando se parte de un país atravesado por una historia tan trágica como la de Guatemala. Hay traumas históricos que exigen escapar, pero también precisan de ese acto de volver, de recuperar la memoria no solamente para comprender qué pasó, sino para repensar la propia identidad y reconciliarse. Con pasión absoluta es una novela de recuperación de la memoria familiar, pero también de la memoria colectiva y, para mí como escritora, una manera de posicionarme frente a lo acontecido durante la guerra civil de mi país. Creo que a lo largo de mi carrera he tratado el tema del cruce entre la biografía y la historia, sobre todo afincándome en el hecho de recordar”.

- Publica libros de relatos y novelas, ¿qué características destacaría entre uno y otro género literario?

“La novela es un género magnífico que lo permite todo. Hubo en cierta época, la fijación por un formato rígido pero el tiempo ha demostrado lo que Cervantes siempre supo, la novela es un producto cultural complejo y admite la reflexión, lo escénico, lo ensayístico y, sobre todo, una multiplicidad de relatos entre los que el autor tiende vasos comunicantes. El artificio de una estructura que une elementos dispares para crear una unidad de sentido. Un relato es una obra de síntesis muy parecida a la poesía. Debe evocar un universo en una sola acción, comprender a un personaje con un gesto. Ambos géneros tienen su propia dificultad. Cuando se concibe una historia, ella misma pide qué forma necesita para expresarse. A veces extenderla la arruina; o, por el contrario, exige extensión, desarrollo”.

- También ha escrito un libreto para una ópera guatemalteca, Tatuana, ¿cómo fue esta experiencia?

“La experiencia de lo escénico me fascina porque sucede en un eterno presente. Tatuana fue un enorme desafío pues se trataba de escribir algo que pudiera ser transformado en música. Y luego, la experiencia de escuchar mis palabras realzadas por el poder emotivo que tiene la ópera. Fue una experiencia inolvidable. Además, esa obra me permitió ahondar en una interrogante vital: ¿Qué significa ser mujer? Especialmente bajo la premisa de que, serlo, ha implicado a lo largo de la historia diversos tipos de represión desde la cultura, el poder político y social”.

- En una entrevista leo que tiene el proyecto de escribir la vida de la mujer en la Guatemala colonial con el mismo nombre que la ópera, Tatuana. ¿Cómo lleva este proyecto?, ¿y qué o quién es Tatuana?

Tatuana es una leyenda mesoamericana. Las versiones varían, pero básicamente trata de una mujer que viola las normas sociales y es condenada por la inquisición. Antes de ser ejecutada, Tatuana dibuja un barco en la pared y escapa. Recuerdo que, en la ciudad de Antigua, había un lugar en ruinas, donde pintaron un barco en la pared con carbón. Cuando yo era niña, me gustaba visitar este lugar para verlo… la huella de una mujer que deseaba escapar me conmovía. Después de escribir el libreto, me surgió el deseo de ahondar en los temas que esa mínima historia sugiere. Y en eso estoy: buscando el lenguaje y la forma para contar lo que siento dentro al regresar a esa imagen: un barco que libera a una mujer. Es quizá el tema de la fuga, un recurso para quienes la libertad no está dada”.

- Es autora también de la novela Cuando los Rolling Stones llegaron a La Habana, que se publica en 2019. ¿Cambió algo en Cuba tras la visita de los Stones?, ¿que nos cuenta en esta novela?

“Esta es una novela que utiliza la experiencia cubana (a través de una pareja de viejos revolucionarios) para poner sobre la mesa un tema eterno: la utopía. Es decir, el ideal humano de sociedades más justas y solidarias pero que, con frecuencia, termina carcomido por la corrupción, el abuso de poder y el desencanto. La ortodoxia de las ideologías que se vuelven una camisa de fuerza. Y nos deja con la sensación de que la utopía es más un camino que un lugar de llegada y que, no obstante los fracasos, la tarea de alcanzarla estará siempre vigente. La visita de los Rolling Stones a la Habana juega en esta novela un papel metafórico. El tema del deseo insaciable que nos arroja a la insatisfacción ilimitada en las sociedades de consumo y que es como una llama atractiva, pero que nos quema. El concierto es un contrapunto, nos lleva a ese lugar tan bien retratado por los Stones: I can´t get no satisfaction”.

- Fue viceministra de Educación en Guatemala y cónsul general de Guatemala en Vancouver… ¿Refleja la vida política en su literatura?, ¿cómo recuerda su paso por la política, pudo serle útil como material literario?

“Creo con firmeza que la vida y la gente con la que nos encontramos tienen dimensiones no aparentes que logran conectar con aspectos ocultos de nuestra propia humanidad. Este punto de contacto es el origen de lo que escribo. Trato de interpretar lo que me intriga de la experiencia vital y dilucidar lo que me está diciendo, aunque no siempre es fácil desentrañarlo. Al ver mi vida en retrospectiva, entiendo que siempre me interesó la historia, la política. Son afinidades personales. Pero me gusta la forma que toman estos temas en la literatura o en otras expresiones artísticas. El arte es un espacio que permite la reflexión, el cuestionamiento y, sobre todo, el juego. La re-presentación de estos temas me interesa más que dedicarme a la política. Dicho lo anterior, he disfrutado mucho de mi participación en puestos públicos y me ha dejado muchas historias que contar”.

- En un mundo en el que la inteligencia artificial amenaza con desplazar al hombre ante todo tipo de tareas, ¿hasta qué punto sirve la literatura?

“Quizá el temor a la inteligencia artificial debería hacernos repensar qué es la inteligencia. Y luego, cuestionar qué es el conocimiento. Los seres humanos somos mucho más que almacenamiento de datos o maquinas que pueden conectar información. Hay elementos complejos como la cultura, la imaginación, o la propia subjetividad. ¿Podemos hablar de subjetividad en un producto de inteligencia artificial? En cuanto a la literatura, es un fenómeno, meramente humano, de intima conexión con el otro. No se trata de una forma o de un formato. Se trata de una experiencia. Por tanto, no creo que un poema escrito por la inteligencia artificial pueda interesarme tanto como lo que escribió Alejandra Pizarnik desde su cuerpo, su vida y su tragedia personal”.

- ¿Le pesa como escritora guatemalteca la sombra siempre de un escritor como Miguel Ángel Asturias?

“Yo creo que sustituiría las palabras “sombra” y “pesa” de su pregunta. Más bien diría que Asturias ilumina y libera porque se trata de una mente genial que tuvo la capacidad de ver Guatemala, de dilucidarla. Esa claridad de Asturias nos sigue alimentando a los escritores guatemaltecos, como una gran madre nutricia. Además, contar con autores como Asturias nos entrega un legado muy preciado. Me parece que la literatura se construye a partir de estos legados generacionales que alimentan a quienes vienen detrás. No solamente lo admiro, sino que siento su literatura como parte de mi experiencia de ser guatemalteca”.

- ¿Qué elementos considera prioritarios en su literatura?

“Mi literatura es muy experimental. Me gusta jugar con muchos elementos: la vivencia de los personajes, pero también su entorno geográfico, físico, las conexiones culturales que me permite hacer y que forman parte de la atmósfera de la obra. Siempre trabajo de una manera intuitiva y nunca sé a dónde me va a llevar una historia. Me encantan las palabras. Con frecuencia busco su etimología para comprenderlas, habitarlas. El lenguaje es lúdico y lo disfruto. Tengo temas recurrentes: los relatos de la memoria, el cruce entre la biografía y la historia, el tema del deseo como un poder complejo y poco comprendido, que nos asusta y nos fascina. Me gusta la literatura que nos sumerge en una atmósfera bien construida. Trato de hacer eso con lo que escribo”.

- ¿Reconoce influencias de otros/as escritores/as en su obra?

“Yo aprendí a escribir leyendo y soy el resultado de esas lecturas. Sin embargo, no puedo definir qué autores me han influenciado de forma específica. Pero para responderle: he leído mucho en inglés y, por tanto, la narrativa norteamericana del siglo XX seguramente me ha influenciado. De igual manera, el boom latinoamericano me marcó en términos de cómo ver y sentir Latinoamérica, cuáles son nuestros lenguajes y los vasos comunicantes de nuestra cultura.
En los últimos años, he leído a muchas escritoras. Ahora me interesa mucho la percepción femenina del mundo y creo que hay obras extraordinarias que estoy disfrutando mucho. Me gusta también la no ficción. Reportajes y libros de grandes aventuras, biografías”.

- Son malos tiempos para el periodismo, ¿cómo vive esta crisis, a la que se suman secuestros de ediciones, persecuciones a profesionales en los países que forman Centroamérica?

“Es un tiempo fundamental para repensar el periodismo. Por una parte, vivimos el desafío de los enormes cambios en la manera en que nos comunicamos. El periodismo debe hallar su lugar en estos nuevos lenguajes. Sin embargo, nunca como hoy se difunden las noticias, la democratización en la información es un espacio de oportunidad para tener mayor incidencia. También para participar en un esfuerzo colectivo por combatir los males que se han multiplicado: propagación de desinformación, discursos de odio, etc. También hay desafíos de sostenibilidad. Los tiempos de cambio presentan enormes posibilidades creativas. Emociona y preocupa.
En cuanto a la represión política, el periodismo tiene un papel importante que jugar frente al abuso del poder público, pero debe ser estratégico. No jugar el juego que le propone el creciente poder autoritario y populista. Ayudar a la gente a salir de los hechizos de la propaganda. Un periodismo que alimente el pensamiento crítico, pero que también logre poner sobre la mesa la agenda de discusión que le dicta su propio ethos. No siempre es fácil, especialmente cuando tenemos ejércitos mercenarios de net centers manipulando la percepción.
Finalmente, hay que hallar espacio para el periodismo de profundidad. Los grandes reportajes que hay que sentarse a leer y que nos invitan a reflexionar. No todo lo que vale la pena contar cabe en un tik tok, o en un hilo de X”.

FIRMA FOTO: Lucía Barrios

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