Archive for the ‘Libros’ Category

Akasha, un canto al pulp pop

Jueves, Enero 12th, 2023

Aunque especializado en literatura negra y criminal, Javier Hernández Velázquez también ha escrito novela histórica y ahora de ciencia ficción solo que bajo el filtro, más cinematográfico que literario, de los dos géneros que hasta la fecha ha tanteado. Si en Baraka, novela que se desarrollaba en Marruecos durante los años 20, el relato fidedigno de aquellos hechos coloniales quedaba empalidecido por un misticismo hasta ahora desconocido en el trabajo literario de Hernández Velázquez, ahora, con Akasha (M.A.R. Editor, 2022) hace un híbrido entre la literatura de anticipación con la de tintes policíacos que da como resultado un libro interesante tanto para los que se aproximan por primera vez al universo creativo del escritor como a los que ya conocen sus idas y venidas literarias.

Digamos que por ello no me ha resultado tan insólito que el nuevo trabajo del creador del detective Mat Fernández navegue por aguas ajenas al realismo que marca muchas de sus obras anteriores, apostando ahora por abrirse a nuevos mundos, a propuestas que a la postre no son tan lejanas al universo literario de un escritor que si por algo está marcado es por la idea de redención y sacrificio que domina la mayor parte de su obra. Una obra en la que se mezcla la literatura y el cine popular con resultados tremendamente originales, y a los que ha dado voz propia a través de una serie de libros de los que no resulta nada fácil desprenderse porque enganchan. A mi, particularmente, me gusta la ironía con la que escribe este autor, una ironía que se apaga con lentitud en Akasha pero que reaparece en algunos de los capítulos que estructuran una novela que bebe de fuentes diversas. Una de ellas, me atrevería a detectar, del Dune de Frank Herbert, que ha merecido hasta la fecha dos adaptaciones cinematográficas y a un autor quizá menos conocido pero no por ello menos importante como el Fritz Leiber de Hágase la oscuridad, una de las primeras novelas c/f que leí y en la que se mezclaba con inteligencia religión y ciencia.

En Akasha esa religión converge en una sociedad donde la vida y la muerte se confunden, son tránsitos en los que los supervivientes de las guerras (guerras que resuenan en el pasado y que por tanto definen a los personajes protagonistas de la historia) nos sitúa en un planeta que agoniza lentamente.

Ciencia ficción apocalíptica y también distópica. Akasha entra de lleno en lo que un día acuñé, precisamente al referirme a una novela de Javier Hernández Velázquez, como pulp pop. O la mezcla sin aditivos de géneros diversos, sobre todo populares, a los que tras agitarlos un buen rato dan como resultado novelas de escritura muy ágil con argumentos algo enrevesados. Tanto, que a veces parece que la historia te lleva en una dirección para salir por otra. No es fácil de hecho practicar esta técnica, o militar en el pulp pop ya que el escritor o escritora tiene que tener mucha cultura pulp y pop cargando en sus espaldas y eso lleva años y años de rigurosas lecturas, de encontrar en lo que otros solo ven entretenimiento las claves que hacen grande la literatura de género escrita sin complejos y que da como resultado libros que garantizan lo que prometen: entretenimiento con su dosis de mensaje y filosofía.

Se equivocan así quiénes piensen que se trata de una literatura que puede practicar cualquiera. Conozco de hecho casos de otros escritores que han intentado hacer eso mismo con resultados enojosamente frustrantes.

Si algo caracteriza las novelas de Javier Hernández Velázquez es que el lector no sabe casi nunca por donde va a salir. En Akasha esta norma se cumple por partida doble y pese a que se trata de un género que el escritor practica por primera vez los resultados son más que dignos para quien busque entretenimiento con sentido y, añadiría, sus dosis de sentimiento. La novela, como otras del mismo autor, habla de más temas entre los que destacaría el amor que es una constante en toda su literatura así como la redención como ya se dijo antes.

Akasha cuenta además con otro nivel de lectura aunque este queda reservado para los que conocen su obra. Me refiero a las pequeñas bromas que incluye el libro para iniciados. Entre otras, hacer llamar a uno de los personajes como el Reverendo, un personaje con mucho juego y potencial en la novela y que me parece de los mejores que hasta la fecha ha producido el escritor. Un escritor al que encuentro en una buena racha, con ganas de contar cosas pero sobre todo con impulso para dar rienda suelta a sus emociones más primarias, esas que oculta pero que deja resbalar en el conjunto de una producción que ahora se adentra en los territorios imaginativos de lo que conocemos como ciencia ficción y que, sospecho, volverá a explorar en nuevas novelas.

Saludos, aquí seguimos pero no sé hasta cuándo, desde este lado del ordenador

Un libro sobre las traducciones de Alonso Quesada

Jueves, Enero 5th, 2023

Alonso Quesada es uno de los grandes autores de la literatura canaria y de la literatura en español del siglo XX. Aunque de vida corta, pues murió con tan solo 39 años, tocó todos los palos literarios y vivió con intensidad, desde la incipiente ciudad moderna de Las Palmas de Gran Canaria, las primeras décadas del siglo XX junto a otros intelectuales y escritores como sus conocidos amigos Saulo Torón y Tomás Morales.

Quesada fue un autor de intensa curiosidad y gran inquietud, con constantes ansias de conocer los variados lenguajes y los diversos estilos literarios del pasado y de su tiempo. Es por ello que en toda su diversa escritura pueden observarse numerosas referencias a autores y obras en español y en otras lenguas.

Este es uno de los motivos que son tratados en el nuevo libro Alonso Quesada, traductor, del que es autor el investigador grancanario Antonio Henríquez Jiménez. Sin embargo, el bloque principal abordado no es otro que el que da título a este libro digital, el de las traducciones ejecutadas por el modernista canario, una faceta que si bien ha sido tratada esporádica y parcialmente por algunos investigadores, nunca se había estudiado de manera total y pormenorizadamente como en el presente volumen se hace.

Además, Antonio Henríquez incluye en esta edición, de libre y gratuito acceso, unos cuantos textos, hasta ahora desconocidos, traducidos por Quesada, a los que suma otros tantos que –según sus amplios conocimientos del lenguaje quesadiano y de la prensa en que escribió– baraja la posibilidad de que sean del poeta, narrador y dramaturgo canario. Hablamos de traducciones del portugués como las de Teixeira de Pascoaes; del alemán como las de Henri Heine; del italiano como las de Boccaccio, Carducci, Leopardi o D’Annunzio; o del francés de Jean de Moréas o Víctor Hugo, entre otros.

El libro puede leerse y consultarse gratuitamente, en formato digital y versión pdf, en las páginas de la revista BienMeSabe.org, concretamente en el siguiente enlace:
 

https://bienmesabe.org/publicacion/2023/alonso-quesada-traductor

 
Antonio Henríquez Jiménez. Fue maestro, profesor de Enseñanzas Medias y tutor de la UNED. Ha llevado paralela una vida de investigación en la que ha sido central la labor de rescate y exhumación de textos del modernismo canario, y de la que han surgido libros como Saulo Torón, prosista. Quince textos exhumados (Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2002), Tomás Morales, Prosas (Anroart Ediciones, 2006), Alonso Quesada, Smoking-Room (Anroart Ediciones, 2008), Poemas de la Gloria, del Amor y del mar de Tomás Morales. Materiales sobre la recepción (Anroart Ediciones, 2010), Alonso Quesada, En el solar atlántico. Panorama espiritual de un insulario (Anroart Ediciones, 2010) o Escritos y noticias sobre Tomás Morales (1922-1972) (Instituto de Estudios Canarios, 2011). Ha publicado artículos sobre escritores canarios en varias revistas especializadas y en el portal digital BienMeSabe.org (sección “Rescate”). En los últimos años dedica sus esfuerzos a elaborar una edición anotada del Templo militante y de las Esdrujúleas, dentro de su proyecto de reedición de la obra conocida del poeta fundador canario Bartolomé Cairasco de Figueroa, del que ya ha editado el teatro completo conservado y el poema Vita Christi, ambos volúmenes en Ediciones Tamaimos. Sobre el mismo autor dio a conocer en 2019 el libro Novelerías sobre Bartolomé Cairasco de Figueroa.

Saludos, mira a un lado y al otro, desde este lado del ordenador

Quince libros con acento canario en 2022

Miércoles, Enero 4th, 2023

Hemos seleccionados quince títulos como algunos de los que nos resultaron más interesantes escritos y, la mayoría, publicados en Canarias. En esta lista que no pretende nada salvo tomar el pulso a lo que narrativamente está dando de sí literariamente el archipiélago, hay un poco de todo. Desde novela, a novela con transfondo histórico, un género el histórico que está dando muchas alegrías a sus seguidores y, por supuesto, a los editores que comienzan, aún con cierta timidez, a publicar obras de impecable factura. La lista incluye también libros de cuentos y cómics. Lo de los cómics era obligado porque este año apareció una novela gráfica que adapta con rigor y pasión uno de los título claves de eso que algunos conocen como “literatura canaria”, Mararía, de Rafael Arozarena, de quien se celebra en 2023 el centenario de su nacimiento.

De la radio a las letras (Memorias de infancia y juventud), Fernando Delgado (Nectarina).- El periodista tinerfeño evoca sus primeros años de infancia y juventud en la capital tinerfeña en un libro en el que hay mucho de nostalgia familiar y de la ciudad que conoció en su niñez, para quien les escribe ahora, lo mejor de unas memorias junto al recuerdo que le dedica a algunos de los vecinos que lo ayudaron en su formación como persona y como periodista.

El hijo del apotalado, Jorge Fonte (Editorial Milenio, 2022).- Ambiciosa novela que intenta narrar uno de los episodios más infames sufridos en la isla de El Hierro durante la Guerra Civil española. El libro, que está dividido en dos partes, reconstruye con buen pulso narrativo las vidas reales de familiares del escritor, gentes que estuvieron a un lado y al otro de la contienda como sucedió con muchas familias no solo canarias sino peninsulares durante aquellos años violentos.

Sor Milagros o secretos de Cuba, Aurelio Pérez Zamora (Biblioteca Atlántica, 2022).- Además de tratarse de un insólito folletín, una vez que se supera el lenguaje de época con el que fue escrita, el lector descubrirá un libro singular que sentó una leyenda que el autor del extenso estudio introductorio, el catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz, contribuye a desmontar con datos contrastados y siempre al servicio de la verdad histórica.

Manieristas. Casicienes, relatos cortos, largos y medianos, Claudio Colina Pontes (Aguere/Idea, 2022).- El libro reúne como ya anuncia en su título casi un centenar de relatos que atraviesan como indica en su contraportada 35 años de sonidos musicales por el que desfila una galería de personajes en conciertos y recitales con una banda sonora que suena al fondo de grupos como Siniestro Total, Ataúd Vacante, Smashing Pumkins y Estrella Morente, entre otros. Muy, pero que muy recomendable.

Cinco mil años, Ernesto Delgado Baudet (Nectarina, 2022).- En su labor por reeditar e incluso editar por primera vez textos escritos por narradores/as de las islas, la editorial que dirige Ayoze Suárez presenta una novela “olvidada” del escritor Ernesto Delgado Baudet, un relato de iniciación en una capital de provincias a medio hacer conocida como Santa Cruz de Tenerife.

Supersaurio (Meryen El Mehdati), Blackie Books.- Fue una de las novelas escritas en y desde Canarias que más éxito alcanzó fuera de las fronteras insulares y si bien su recorrido no fue tan intenso como el que hace unos años alcanzó Panza de burro, de Andrea Abreu, sí que generó cierto ruido mediático porque estamos ante una novela no ya desconcertante sino sobresaliente para conocer lo difícil que lo tienen las personas que recién se incorporan al mercado laboral. En el relato, una gran cadena de supermercados que opera en la isla de Gran Canaria.

Cuadernos del Subtrópico Norte, Marcos Dosantos (Ediciones El Drago, 2022).- Un interesante libro de relatos que además de estar muy bien escrito presenta una interesante galería de personajes que, según la activista Carla Antonelli, invitan a “un viaje por las palabras que te atrapa y engancha. Lo inconexo que, finalmente, revela la verdad. Amo a Victoria, es como si la conociera de toda la vida”.

Mitos Atlánticos, Ulises Martín Hernández (Baile del sol).- Si el año pasado destacamos la novela Atis Tirma del mismo autor por el atractivo y literario retrato que hizo de la conquista de Gran Canaria, en este 2022 nos ha vuelto a convencer con Mitos Atlánticos, un libro que no es nuevo pero que ofrece un interesante retrato (a veces ajustado a lo que conoce la Historia, otros pura ficción) sobre las leyendas que han ido armando el imaginario del archipiélago canario como la isla de San Borondón, la Atlántida y la gomera Ana Sánchez, entre otros.

Archipiélago, Inger-Maria Mahlke (Vegueta Ediciones, 2022), un libro atípico en las literaturas que se escriben sobre Canarias ya que se trata de una novela río que gira en torno a tres familias tinerfeñas desde 2015 a 1919. Es decir, el relato no ascendente en el tiempo sino descendente de unos clanes familiares que arrastran sus miserias y grandezas en una obra colosal que repasa cómo determinados momentos históricos (la Guerra Civil, la intentona de golpe de Estado en 1981, entre otros) afectaron nuestra manera que de ver el mundo. Y todo escrito desde la perspectiva de una mujer alemana que vivió largas temporadas en estas tierras alejadas de la mano de los dioses.

El IV Mandamiento, Damián Marrero Real (Ediciones Mesturadas).- Además de parecerme una de las mejores novelas de su autor, me parece también uno de los mejores relatos que he leído este año no solo en cuanto a literatura escrita en esta tierra se refiere sino también a la que se cultivan en otros territorios. Se trata, este El IV Mandamiento, el que insta a honrar a padres y madres, de una obra demoledora, cuajada de frases desconcertantes y que deja una huella indeleble en el corazón y en el espíritu de sus afortunados lectores.

Cazadores de beatniks, Dani Ortiz (Escalera).- Descubrí hace unos años a este escritor e impenitente viajero tras Hola, fondo sur, publicada por Baile del Sol, un notable libro de viajes que mezcla con inteligencia mucho de novela en el recorrido que inicia y termina su protagonista por tierras de América del sur. Ahora, tras recuperar el sello editorial Escalera junto a Talía Lucas, presenta Cazadores de beatniks, que es un notable libro de viajes en el que vuelve a mezclar algo de ficción siguiendo el rastro de los escritores norteamericanos que formaron parte de ese grupo generacional en los años 50 del pasado siglo XX.

Sueños rotos en la baja verde, Ana García-Ramos del Castillo (Baile del Sol).- Tercer libro de lo que podría considerarse una trilogía en la que juega un papel fundamental Tenerife. Tras Tanto para nada y La vida en silencio, Sueños rotos en la baja verde se aparta un poco de estas dos obras anteriores al no estar inspirada en ninguna historia familiar dejando que los protagonistas que en ella intervienen sean productos de su imaginación pero no los hechos que relata, como el hundimiento de un barco de pasajeros, llamado Flachat, en la costa norte de la isla de Tenerife que cambiará la vida de los supervivientes de esta tragedia basada en rigurosos hechos reales.

Libro de los recuerdos. Idir el canario, J.C. Domínguez (Baile del Sol).- Además de tratarse de uno de los libros más originales de año, ya que se trata de las supuestas memorias de un canario antes de la conquista de Gran Canaria por los castellanos, la novela que se hace pasar por real es una cuidadosa reconstrucción de los primeros habitantes de aquella isla así como un retrato preciso y muy creíble de una sociedad que murió en la Historia para nacer en la leyenda.

En el nombre de Canarias, Roberto Gil Hernández (TEA Tenerife Espacio de las Artes).- Pese a que su título resulte a primera vista algo forzado por sus pretensiones de abarcarlo todo, se agradece que su autor continúe la obra que en su día abrió el llorado Fernando Estévez, renovador de la antropología y museología en el archipiélago y autor de un libro de referencia cuya influencia pesa en el que ahora presenta Gil Hernández, Indigenismo, Raza y Evolución. De hecho, En el nombre de Canarias. Representar la sociedad del archipiélago más allá de su imposibilidad se lee casi como una sucesión de aquel estudio y como una interesante reflexión intelectual con la que posicionarse respecto a la realidad de unas islas abandonada de la mano de los dioses.

Mararía, Eduardo González (Ediciones Idea).- Adaptación al cómic de la novela del mismo título del escritor tinerfeño Rafael Arozarena, tarea de titanes que asumió con oficio Eduardo González, hoy por hoy uno de los autores de referencia en cuanto a novela gráfica contamos en estas tierras desperdigadas del Atlántico. Espero que la trayectoria de esta Mararía lleve un ritmo ascendente y que abra las puertas a nuevas adaptaciones al mundo de las viñetas de otros “clásicos” de la literatura canaria.

Saludos, y eso es todo por hoy, desde este lado del ordenador

La esperanza nos mantiene

Martes, Enero 3rd, 2023

Es momento, finalizado ya el año y recién iniciado el 2023, de repasar lo que literariamente dio de sí el 2022 que, pese a tormentas y el poco entusiasmo en el ejercicio de políticas culturales desde la administraciones públicas, sigue dando guerra pese a que el futuro se muestre cada vez más incierto. El caso es que tras repasar un año que no ha sido demasiado pródigo comenzaremos este chequeo con un emocionado recuerdo al poeta y editor Carlos Gaviño de Franchy, que nos dejó hace apenas unos pocos días, el 23 de diciembre, y artistas como Jane Millares Sall, las cantantes María Mérida y Yuya Reyes y el consejero técnico del Museo del Prado y doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, Matías Díaz Padrón. También nos dejó el doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de La Laguna y escritor Francisco Toledo, autor, entre otros libros, de Historia de la Real Academia de Medicina de Santa Cruz de Tenerife.

En cuanto al panorama político cultural resaltó la crítica que aguijoneó al viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Juan Márquez Fandiño, y su equipo al ceder la responsabilidad de las artes escénicas a una empresa dedicada a estos menesteres y el escándalo de un proyectado Museo Rodin en la capital tinerfeña que provocó un insólito, por raro, debate entre los que pertenecen al mundo de la cultura y los que no en torno a unas instalaciones millonarias que no terminan por convencer a la ciudadanía. El 2022 fue también el año del “ni está ni se le espera” en cuanto a materias culturales se refiere del Cabildo de Tenerife, muy apagado en este sentido, como si obviase su papel de motor de la isla y en el Ayuntamiento santacrucero se anunció el nombramiento de Francisco Clavijo Rodríguez como director general de Cultura y Patrimonio, probablemente el hombre que dirigirá la desarticulación del Organismo Autónomo de Cultura para integrarlo al departamento que, en la actualidad, dirige Gladys de Lerón.

En cuanto al Día de las Letras Canarias, que se celebra en recuerdo del fallecimiento de José de Viera y Clavijo, el 21 de febrero de 1813, estuvo dedicado a la escritora y periodista Dolores Campos Herrero mientras que Elsa López recibió el Premio Canarias de Literatura.

La Feria del Libro se celebró sin demasiado entusiasmo en Santa Cruz de Tenerife, quizá porque tras coger el testigo la ciudad de La Laguna y transformarse en Feria del Libro de Tenerife, la cita desde el 2021 es ya más de La Laguna que de la capital tinerfeña, ciudad esta última bastante descolocada en cuanto a políticas culturales se refiere en los últimos años. Y eso que tiene otras ciudades con las que aprender cómo se hacen las cosas en esta materia, como el Puerto de la Cruz, que acogió en agosto la presentación de un libro que recoge las estrategias para el desarrollo de la cultura en la ciudad. El trabajo lleva el título de Bases para un Ecosistema Cultural y Creativo de Puerto de la Cruz.

Por otro lado, el Pleno de la Real Academia Española (RAE) eligió en su sesión del 17 de febrero de 2022 a la filóloga Dolores Corbella (Santa Cruz de Tenerife, 1959) para ocupar la silla d, vacante desde el fallecimiento académico Francisco Rodríguez Adrados el 21 de julio de 2020.

Una de las noticias tristes del año fue el cierre de la librería El libro en blanco aunque en contrapartida asistimos a la apertura de Re-Reader y La Casa del Libro en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente.

Se presentó la página web Ojeart, una mirada a cinco décadas de cultura en Canarias, 1970-2020, una iniciativa del Círculo de Bellas Artes de Tenerife bajo la coordinación de Pablo Martín Carbajal y en materia de solidaridad, un total de once escritores participaron en el encuentro La Palma en el Ateneo, escritores por La Palma, que se celebró el 21 de mayo en Madrid, y en el que participaron Anelio Rodríguez Concepción, David Toscana, Esther Bendahan y Valeria Correa Fiz, entre otros.

En el apartado de premios Víctor Conde y Guillem Sánchez obtuvieron el Minotauro por la novela Horizontes de estrellas y José Zoilo el XXIII Premio Ciudad de Cartagena de novela histórica por Lordemano y el reconocimiento del Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte mientras los galardones literarios que concede la Fundación CajaCanarias recayeron en Antonio Martín, que recibió el Premio de Novela Benito Pérez Armas por Don Jeremías cuenta hasta cien; Pedro M. García, el de Relato Corto Isaac de Vega por Donde soplan los alisios y Nieves Delgado el Premio de Poesía Pedro García Cabrera por Ironía Naturae. Por otro lado, Carmen Pedrero obuto el XIII Premio bienal de poesía joven Emilio Alfaro Hardisson.

Pero si hubo un escritor canario que acaparó en varias certámenes premios fue el poeta Pedro Flores al obtener el 25º Premio Internacional de Poesía Generación del 27 por su obra Los gorriones contrarrevolucionarios (y otros poemas); el VI Premio Internacional Jorge Manrique por Los poetas feroces cuentan lobos para dormir y un accésit en la 41º edición de los Premios del Tren Antonio Machado de Poesía y Cuento por Un hombre que conoció a un hombre que conoció a un hombre que conoció a Paula Sinos.

Respecto a festivales literarios, que todavía son muy escasos si se los compara con los cinematográficos, Puerto de la Cruz acogió por todo lo alto la décima edición del Festival Internacional de Literatura de Aventuras y Viajes, Periplo; Los Llanos de Aridane el IV Festival Hispanoamericano de Escritores y Aridane Criminal II. En la capital tinerfeña se desarrolló la séptima edición de Tenerife Noir, que rindió un caluroso homenaje al detective privado Pepe Carvalho con motivo de su 50 aniversario y el II Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte, entre otros.

LIBROS
En cuanto a libros publicados en Canarias o escritos por canarios y publicados fuera de las islas no están todos los que se presentaron este año en este artículo pero sí una surtida selección de títulos de los que tuvimos noticia nada más empezar el 2022, que parece que fue ayer.
Que tengamos constancia, se publicaron las memorias de los periodistas y escritores Fernando Delgado y Andrés Chaves con los títulos de De la radio a las letras (Memorias de infancia y juventud), que editó Nectarina Editorial, y Memorias ligeras (Gaveta Ediciones), respectivamente. Fernando Delgado publicó también novela: Todos al infierno (Planeta).

En la editorial Torremozas se publicó Cartas, de Natalia Sosa y en literatura de testimonio Víctimas de la dictadura franquista (Escritura entre las nubes), que coordinó Ángel Nazco García.

Otros libros fueron Mil doscientos pasos (Alfaguara), de Juan Cruz y Cumbre Vieja (Kolima), de Alberto Vázquez Figueroa. Andrés Sánchez Robayna publicó en Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores el ensayo Borrador de la vela y la llama.

El Gobierno de Canarias presentó bajo el cuidado del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz, Sor milagros o secretos de Cuba, de Aurelio Pérez Zamora, nuevo número y muy recomendable libro de la Biblioteca Atlántica y en las colecciones Agustín Espinosa y Nuevas Escrituras Canarias Reparación del horizonte y Orilla es-con-di-te, de Víctor Álamo de la Rosa y Pedro M. García.

El Gobierno de Canarias publicó también el Libro de Estilo del Gobierno de Canarias, una guía de consulta sobre el buen uso del español dirigida a todos los miembros de la Administración regional que fue escrito por Ramón Alemán, autor también de Un idioma sin manchas (DeBolsillo). Pedro Mari Sánchez y Ana Martín-Coello firmaron La palabra mágica. Un método para adquirir elocuencia y aprender a contar y a contarte (Gaveta Ediciones).

En el género de la novela histórica se publicaron dos libros escritos por autores de las islas que resultaron finalistas al premio Nadal 2022, El teatro en medio del océano (Destino) de Francisco Juan Quevedo, y en la edición de 2021, La llave del espejo (Versal) Pilar Torres. Novela histórica es la que propone también Fátima Martín con El ruido de las preguntas (Nectarina) y Ana García-Ramos del Castillo en Sueños rotos en la baja verde (Baile del sol) y Laura Mas en Olimpia (Espasa). Y novela histórica fueron también Idir el canario, un supuesto libro de recuerdos escritos por un aborigen de la isla de Gran Canaria, de J.C. Domínguez, y Mitos atlánticos, relatos donde se mezcla la historia con la leyenda de Ulises Martín Hernández, ambos publicadas en Baile del sol.

La Guerra Civil en la isla de El Hierro se desarrolla en El hijo del apotalado (Milenio), de Jorge Fonte, y el norte de África en El latido de Al-Magreb (M.A.R. Editor), de Pablo Martín Carbajal y Aquellos días del Sáhara (Ediciones del Azar), de Pascual Ortuño.

Juan Ignacio Royo Iranzo nos ofreció su personal relato de la batalla por Santa Cruz de Tenerife en julio de 1797 en La gesta (Aguere/Idea) y Balbina Rivero en Hermana Lega, narra las desventuras a finales del XVII e inicios del XVIII de una joven a la que le ha ido muy mal en la vida. Por último, Delmedio Ediciones y Atlántida Distribuciones se unieron para reeditar Búscame donde nacen los dragos, una novela de Emma Lira.

En el apartado policíaco Alexis Ravelo publicó Los nombres prestados (Siruela), por la que recibió el Premio de Novela Café Gijón 2021 y del mismo autor la reedición de Los días de mercurio (Alrevés). Otros libros adscritos al género fueron El jardín secreto (Siete Islas), de Miguel Aguerralde y Muerte en la Bienal de Venecia (La oveja negra), de Dulce Xerach Pérez, que firma la cuarta entrega que protagoniza María Anchieta. José Luis Correa, por otro lado, publicaba la novela número doce protagonizada por Ricardo Blanco, Para morir en la orilla (Alba Editorial) y Julieta Martín Fuentes Tormenta García (Mercurio). Por otro lado, Ismael Lozano Latorre daba a conocer Odio (Editorial Siete Islas) que llegaba a las librerías con La chica de las estrellas de Luis Castañeda y La chica que escribía cartas (M.A.R.) de Pascal Buniet. Gladys Cruz Sureda presentó en Kinnamon El barro entre los dedos.

Regresó a la novela de suspense Mariano Gambín con La torre encantada (Oristán) mientras sigue su estela Bibiana Reyes en Bajo el convento (Romeo Ediciones). Se supo que Javier Hernández Velázquez dejaba (momentáneamente) la novela negra para incursionar en la de ciencia ficción con Akasha (M.A.R.) y Víctor Conde, nuestro escritor más ci-fi, publicó El filo del ocaso (Apache). Por último, Félix Ríos y Román Morales fueron los autores de un extenso estudio que con el título de La matanza de los Alexander. El crimen del siglo, arrojó luz en torno a un asesinato que conmocionó a la sociedad tinerfeña en diciembre de 1970.

Literatura sin estar atada a género alguno fue la que leímos en Cinco mil años (Nectarina), de Ernesto Delgado Baudet; El IV Mandamiento (Ediciones Mixturadas), de Damián Marrero Real; Secuestros literarios (Editorial Siete islas), de Santiago Gil; Mentira robada, de Juan Ruiz Correa; Duérmete, cuerpo mordido (Mercurio), de Rafael-José Díaz, quien dio a conocer también en prosa títulos como Luz que se escapa (Ril Editores); Y le sopla en los ojos para que vuelva a mirar (Altazor). Rafael-José Díaz fue el responsable además del libreto de la ópera Surcos calcinados, de Samuel Aguilar que fue estrenada en noviembre del año pasado en Lanzarote con motivo del centenario del nacimiento del escritor José Saramago. Otras novelas fueron Archipiélago (Vegueta) que firma la escritora de nacionalidad alemana Inger-Maria Malkhe y en ediciones Aguere/Idea Claudio Colina Pontes por los cuentos que incluye en Manieristas y en esta misma editorial 99 variaciones en torno a la barra (Aguere/Idea), microrrelatos de Virginia González Dorta y Puntadas con hilo (Baile del sol), que firma Ángeles Jurado.

En el apartado juvenil, Violeta Volcán y el tesoro (Anaya) de William Winter; Autofagia (Ediciones La Palma), de Celia Lorenzo Ramos y De los nacidos entre dos estaciones, un libro de fantasía autoeditado por Patricia de Pablos, autora, y Ángeles Herrera, ilustradora.

Otros libros que leímos en 2022 fueron Cazadores de beatniks y Listilla, publicados en Escalera y de Daniel Ortiz y Talía d. Lucas, respectivamente. Supersaurio (Blackie Books) de Meryem El Mehdati; Soltando lastre y Contradicción, literatura de viajes de Carlos F. Centurión Martín y Doble cristal (Diego Pun), una ¿novela? de Nicolás Dorta. Mercurio presentó Angostura, cuentos de Domingo Luis Hernández así como Lugar, de Víctor Ruiz y Baile del sol Parada de fantasmas, relatos de Rafael Alonso Solís. Juan José Mendoza probó también con el relato en Garañón (Mercurio) y cuentos son también los que recogen los libros Cuentos canarios (Ediciones remotas), de Benito Pérez Armas; Cuadernos del subtrópico (Ediciones El Drago), de Marcos Dosantos; María Ruiz Ferrer en La maldición de los ojos redondos (Baile del sol); Mª Candelaria Pérez Galván con Pieles sensibles (Aguere/Idea); Sergio Barreto en La diosa de los eunucos (Baile del sol); Bruno Mesa en Literatura fantasma (Ediciones La Palma); Límites (Aguere/Idea), de Marcos Cova y El mundo de Adelina, de Eulalia Teresa Rodríguez (ACTE).

Se publicaron también las novelas Icaria (Diego Pun) y Fábulas para ególatras (Aguere/Idea) ambos de Cecilia Domínguez Luis; No regreses si no vuelves rico (Idea), de Sinesio Domínguez Suria; Canela en rama (Autografía), de Magüi Leonardo; La culpa transparente (Verbum), de Gerardo Pérez Sánchez; Santa Ludmila de los Desamparados (Aguere/Idea), de Sergio Rodríguez Pinto; Ferretería de Cabras (Bailes del sol), de Jaime Padrón Castañeda y De Bilbao a Bilbao, cuarenta años después (Editorial Alhulia), de José María Lizundia,

Ernesto Rodríguez Abad fue autor de un libro para jóvenes, Tu sombra en la puerta (Nectarina), Pedro Ruiz García de La venganza de Gaia (Siete Islas), Premio Literatura Infantil de la editorial 2022 e Isabel Medina de la novela El secreto de Sofía (Nectarina) .

En cuanto a libros de historia y ensayo generales, pudimos leer Masones en Italia (Ediciones Idea), de Fulvio Conti; La penúltima lectora (Mercurio), de Elisa Rodríguez Court; A punto de palabras (Mercurio), de Sabas Martín; Soltadas dos (Mercurio), de Victoriano Santana Sanjurjo, En el nombre de Canarias (TEA), de Roberto Hernández; el libro colectivo Un barrio, tres nombres (Salvemos la Historia), que trata de los santacruceros barrios de Los Llanos, El Cabo y Las cuatro torres; Iluminación de exposiciones. De la práctica a la teoría (Interventa Red), de Miguel A. Rodríguez Lorite y Las fortalezas secreta de los silenciados. La resistencia de los aborígenes canarios, un libro colectivo que incluye una novela de Cirilo Leal. En la Biblioteca Sebastián Padrón Acosta (BSPA) se dio a conocer sus dos nuevos volúmenes, Miscelánea artística y Miscelánea histórica, que rescatan textos del escritor Sebastián Padrón Acosta (1900-1953).

Por otro lado y en Le Canarien se publicó Miguel Campos Delgado. Héroe y mito de la Nueve, un pormenorizado estudio sobre este luchador que firman Carmen Góngora Expert, Fabián Hernández Romero, Aarón León Álvarez y Octavio Rodríguez Delgado y 1496. De Aguere a San Cristóbal de La Laguna, de Antonio Tejera Gaspar.

Destacan también Vidas cruzadas. Memorias de personas trans desde el franquismo hasta los noventa en Canarias, de Carlos Alayón Galindo y Daniasa Curbelo, así como el C.D. Tenerife. Centenario de una pasión (1922-2022), libro en el que el periodista Luis Padilla reconstruye la centenaria historia del representativo tinerfeño mientras que el también periodista José Luis Zurita contó el relato de La Tarde. 55 años de periodismo tinerfeño (1927-1987). El ocaso de la prensa vespertina en España.

POESÍA
Benito Romero publicó el libro de aforismos Una galaxia imperfecta (La isla de Siltolá) donde puso de manifiesto que se maneja muy bien en este género y en cuanto a poesía tuvimos noticia de la publicación de La penúltima agua (Mercurio), de Rafael-José Díaz, también coordinador junto a Sandra Santana de la colección Lecturas silenciosas II, del Ateneo y que trece poetas habían participado en Lyra, con ilustraciones de Nuria Vidal y en el que participaron entre otros Ángel Sánchez, Juan Noves Kuehn y Miguel Martinón.

Se publicó además Viaje hacia los signos (Vitrubio), de Víctor Ruiz; A la sombra del fuego (Ediciones La Palma), de Ricardo Marrero Gil; Balada sin poesía (Aguere/Idea), de Marcelino Rodríguez Marichal y Honda meditación de toda cosa. Poesía canaria del paisaje. 1990-2020 (Fundación Ortega Muñoz) una antología que, al cuidado de Jordi Doce, reunió a quince poetas de las islas nacidos entre 1965 y 1980. Pompeyo Pérez Díaz dio a conocer también Variaciones serias (Devenir) y Antonio Carmona el poemario titulado Sepia.

Poesía hay en Otro mar, otro vuelo (El sastre de Apollinaire), de Nilo Palenzuela; A la sombra de un árbol invisible (Puentepalo) de Francisco Ramírez Viu y en Domus Nostra (Vitrubio), de Pedro Javier Castañeda García, a los que habría que sumar tres poemarios publicados en Nectarina: Llamarse Federico, Ojos de la palabra y Eclipses familiares de Federico J. Silva, Jorge Boccanera y Patricia Severín, respectivamente.

CÓMIC

Que los cómics, la novela gráfica, los chistes, los colorines, los tebeos y cuantos nombres más quieran ponerle están viviendo una edad de oro en Canarias es una verdad que no creo que haya nadie que discuta. Si a ello sumamos la publicación de obras que adaptan a “nuestros clásicos”, como ha hecho el dibujante y guionista Eduardo González con Mararía (Idea), novela original de Rafael Arozarena con vistas a que este año, el 2023, se celebra el centenario del nacimiento del escritor, es muy válido afirmar que algo se está moviendo en el mundo de la ilustración en las islas. A su impulso se debe el Salón Internacional del Cómic de Santa Cruz de Tenerife, que este año regresó a su hábitat natural, el Centro de Arte de la Recova, y a la presentación de historietas como Universos paralelos (Idea), de Francisco Lezcano Lezcano y trabajos como Creatividad e independencia, de Julio García, Fenomenología de la forma en el cómic, de Rafael Verdejo Román, Imágenes en movimiento 2, volumen colectivo que coordinó Lucas Morales y Cómics & Estudios culturales, bajo la coordinación de Francisco Pomares. Estos libros fueron resultado de una coedición entre Idea y la Fundación Cine más Cómics. A estas propuestas habría que sumar la biografía en cómic de Juan Negrín, de Francisco de Zárate y Fer Calvi; Popurri, de Moño; Anécdotas tontas y otras historias, de Irene Morales; Cómo está el patio, de Carolina Bonino; 4 diablitos, de Nancy Martín; Escrito@s, 154 caricaturas, de Néstor Dámaso del Pino; la obra colectiva Ilustradoras e Ilustradas 2; Los enigmas del Estatuto, de Chela y José Carlos Gracia y los volúmenes 1 (ilustraciones) y 2 (cómics & viñetas) de Proyecto volcán: un cómic para La Palma.

En la editorial Le Canarien, La isla alzada y La rebelión del guirre, de Zebenzui López Trujillo y Alicia Reyes y en Diego Pun se presentó el álbum El lago de los cisnes, con textos de Ernesto Rodríguez Abad e ilustraciones de Gabriel Pacheco.

Saludos, aquí, de notarios de la realidad bibliográfica canaria, desde este lado del ordenador

Benjamín Prado: “Estoy del lado de la gente que timan y no del timador”

Lunes, Enero 2nd, 2023

El poeta y escritor Benjamín Prado Rodríguez (Madrid, 13 de julio de 1961) fue uno de los protagonistas de la décima edición del Festival de Literatura de Viajes y Aventuras Periplo celebrado el pasado octubre en Puerto de la Cruz y escenario donde presentó su última novela, Los dos reyes (Alfaguara), que protagoniza Juan Urbano y que hace la sexta de la serie de un personaje cuyo nombre rinde recuerdo al Juan Panadero del poeta gaditano Rafael Alberti, uno de los mentores de Benjamín Prado.

En su última novela, Los dos reyes, el escritor propone un relato en el que realidad y ficción se mezclan con el fin de que el lector comprenda que, a veces, la Historia no es la que nos cuentan.

- Los dos reyes hace la novela número seis de la serie Juan Urbano. En cierta ocasión dijo que la cerraría cuando llegase a diez, ¿está seguro de eso?

“Claro que sí, dije desde el principio que serían diez novelas porque si Almudena Grandes estaba escribiendo en aquellos momentos una de seis no iba a ganarla en número de lectores pero sí de novelas. Ella sufrió mucho por no haber podido acabar con los Episodios de una guerra interminable y yo le dije a mi editor que ya que tardo como unos cuatro años en escribir un libro, que me obligara a escribir otro en dos y eso es lo que he hecho”.

- Y después de todo este tiempo, ¿qué tal le cae Juan Urbano?

“Me ha terminado por caer bien. Desde el principio supe que él y yo íbamos a hacer un largo viaje”.

- Es el protagonista de una serie, no sé yo si negra y criminal, muy peculiar.

“Cinismo con n y civismo con v es lo que le pasa a todos los personajes de la novela negra, un mismo detective, diferentes casos solo que los detectives de Chandler y Hammett son unos tipos que al final se quedan sin la pasta ni la justicia porque tienen un concepto moral de la justicia que hoy ha desaparecido bastante. Juan Urbano no creía en nada en las primeras historias pero ahora está enamorado como un tonto claro que ¿se pierde estar enamorado como un listo?”

- Y deja pistas para la que será la séptima novela de la serie.

“En todas las novelas de la serie me gusta hacer una broma, un homenaje y en Los dos reyes aparece al final del libro una escena que quise que recordarse a las de las novelas de Agatha Christie donde reúne a los presuntos sospechosos para resolver el misterio en dos páginas. Quise además que hubiera una boda pero eso lo dejo, o no, para una próxima novela”.

- Dedica Los dos reyes a Almudena Grandes, solo que al final del libro
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“Las dedicatorias las dejo siempre al final. Almudena fue una mujer extraordinaria, con un talento como escritora tremendo. Hizo algo muy difícil, como escribir cada vez mejor. Como persona era fantástica, una fuerza de la naturaleza y la sentí de mi familia porque creo en las familias que escoges a dedo”.

- En Los dos reyes cuenta dos de los atentados que vivió el anterior rey de Marruecos, Hassan II, pero ¿cuánto hay de verdad y de ficción en el libro?

“Escribo novelas sobre temas que me obsesionan durante mucho tiempo y me entran ganas de escribirlas. Tengo desde pequeño algo de obsesivo con la Marcha Verde y conocía algo la historia de Hassan II pero estando en Ceuta el director de la Biblioteca pública me explicó el primer atentado al rey, cuando 800 cadetes de una escuela militar al mando de un general y un coronel irrumpieron en palacio y se dieron cuenta que allí dentro nadie respetaba la ley musulmana lo que indignó a los cadetes, comenzando una matanza que se saldó con más de un centenar de muertos y otros tantos heridos. Y en ese escenario, se le ordenó a tres soldados que fueran a los servicios porque ahí estaba escondido el rey con sus hijos para que los asesinasen. Sin embargo, a los quince minutos regresó Hassan II con los mismos soldados solo que ahora convertidos en miembros de su guardia personal. La leyenda propagada por los seguidores de Hassan II dice que éste les planteó dos preguntas a los cadetes: ¿vais a matar a vuestro rey. El gobernador de los creyentes? ¿Por qué no me besáis la mano? Y la leyenda dice que los soldados bajaron sus armas y le besaron la mano. La novela tiene un poco de todo: tiene acción, drama, misterio pero sobre todo no hay quien se la crea”.

- Lo que está claro es que todas las novelas de la serie Juan Urbano están muy documentadas aunque nadie se lo crea.

“Investigo, pero investigo al revés porque no soy historiador sino novelista. Hassan II fue un tipo que lo mismo era vengativo como repartía dádivas. En el segundo atentado que tiene, viaja a Marruecos de vuelta de Barcelona y la baraka, la suerte de los elegidos, le dice a quien quiere atentar contra su vida que si lo lleva de vuelta a Rabat para que su avión aterrice en una base aérea lo nombra ministro de Aviación, por el contrario, la familia del general que intentó matarlo, Mohammed Ufqir, estuvieron presos en una cárcel fantasma, un agujero del desierto durante más de veinte años. Yo cojo la parte histórica y me invento el resto, como el papelito que cae del cielo y que se ve en la portada del libro”.

- ¿Y qué dice ese papelito?

“Se dice que el general Ufqir le ofreció al rey que firmara su abdicación y que viviera en el exilio pero este documento nunca apareció y fabulo en la novela en torno al destino de ese papel”.

- Hay dos personajes que me han resultado muy interesantes en la novela: las niñeras españolas.

“Se cuenta que estas cuidadores se enfrentaron a los soldados que fueron a matar a los hijos de Hassan II y que gracias a su acción les salvaron la vida. No obstante, se sabe muy poco de ellas salvo lo escrito por un periodista que entrevistó a una familiar. Es curioso que estas dos señoras pertenecieran a una asociación ultra católica cuya labor era evangelizadora luego ¿por qué criaban a los hijos de un rey de un país musulmán? Hablé con antiguos agentes del CNI y uno me aseguró que estas dos mujeres eran informantes. Y tiras del hilo y aparecen otras cosas igual o más interesantes”.

- ¿Cómo cuáles?

“Las peripecias de los españoles que vivían allí y de repente el país que conocían desaparece porque obtiene la independencia, que es cuando el nuevo gobierno les exige el 51 por ciento de sus negocios. Y algunos se quedaron, como los de La Valenciana y otros se hicieron millonarios vendiendo cerillas. La otra pregunta es ¿por qué eso que llamamos desierto los marroquíes lo conocen como el río de oro?”

- ¿Por qué?

“Porque es un río de oro al ser una zona muy rica en fosfatos y Marruecos es uno de los mayores importadores del mundo. Por otro lado, el gran negocio es la venta de arena, que es el segundo bien material más escaso del planeta después del agua. La arena se usa para muchas cosas porque sin arena no habría construcción ni teléfonos móviles, que llevan silicio y el silicio sale de la arena. Es un negocio de muchos ceros a la derecha y gran parte de la arena sale del Sáhara. Quise llamar la novela Los traficantes de arena pero no le gustó a mi editora y se quedó finalmente como Los dos reyes”.

- Canarias aparece de tanto en tanto en el libro…

“Muchos españoles que vivían en Marruecos terminaron viviendo en las islas cuando el país se independizó. Y desde aquí continuaron haciendo negocios con un gobierno que como el marroquí está siempre abierto a los negocios. Hablamos de un país que gobierna una oligarquía que allí llaman el majzén, de donde procede la palabra almacén. El epicentro del negocio de la arena en Europa está en Canarias”.

- Imagino que viajó mucho a Marruecos para escribir la novela.

“Mucho pero no sé si voy a volver porque es imposible regresar a Marruecos si escribes una novela como Los dos reyes. En este aspecto, criticamos la monarquía española pero es una monarquía parlamentaria sujeta al control del Parlamento pero la marroquí es constitucional, sujeta a las leyes de una Constitución que dice que todo es del rey y el majzén”.

- Sin embargo, el rey Hassan II sufre dos atentados.

“Por aquel entonces, Hassan II estaba muy desprestigiado, se rían de él, era un hortera y poca cosa. Un tipo sin carisma que sufre dos intentos de golpe de Estado, el primero con una acción de los cadetes que no estaba prevista que fuera tan sanguinaria pero parece que los chicos, que procedían de lugares muy pobres, al ver a toda esa gente vivir a los grande hizo que se desatara la escabechina. El rey estaba muy desprestigiado y se habla como de héroes a los que intentaron derrocar la tiranía alauita pero hay que recordar también que el general Ufqir fue un torturador, un tipo que estuvo muy implicado en Francia en el asesinato del opositor Ben Barka. Ufqir fue un asesino que quiso matar a otro asesino que derivó en que Hassan usara el comodín de España y se organizase la Marcha Verde que fue un camelo”.

- En el libro cuenta el destino de las hijas del general Ufqir…

“El hecho revela que hablamos de algo que parece remoto pero que no lo es tanto. En el primer atentado, el médico personal de Hassan II y que estaba casado con una granadina, para intentar salvar al rey se puso encima la túnica real hasta que fue tiroteado por los cadetes. Al acabar todo, Hassan II dio orden que la hija del médico se criara en palacio como si fuera suya. Hoy es la embajadora de Marruecos en España, la misma que fue llamada a consulta por su gobierno y provocó una crisis diplomática entre ambos países. Marruecos está muy lejos porque está al lado, somos países con diferentes peculiaridades, cada uno en un continente diferente y que profesa distintas religiones”.

– ¿Y qué pasa con el Sáhara?

“La verdad es que no se entiende la relación de España con el Sáhara, es inexplicable. Se manipula la historia. El Sáhara por su riqueza y situación geopolítica y estratégica resultaba idóneo para una presunta defensa de Canarias, tampoco existe respuesta de porqué España renuncio a esa mina de oro. Bueno, relativamente, ya que de las 35 empresas del Ibex español, 19 tienen intereses en el Sáhara occidental”.

- En esta novela como en Los treinta apellidos escribe sobre el origen turbio de las grandes fortunas españolas.

“Sí, tiene razón. En Los treinta apellidos explicaba cómo el origen de algunas de las grandes familias españolas había comenzado con la trata de esclavos y que recogí de una frase que dijo un empresario en un corrillo de periodistas: ‘En el Ibex 35, treinta somos los de siempre, los que gobernamos España desde hace doscientos años’. Y pensé que ahí había una novela y la escribí. Tengo otra sobre la España del pelotazo, Mariano Rubio, Mario Conde y me fijé que mi personaje, que se llama Martín Duque en la novela, se inspira en la parte dramática de Mario Conde y que saqué de las memorias que escribió en las que cuenta un episodio que me impresionó mucho que es cuando Abelló lo llama aparte y le dice ‘mira, Mario, tenemos que hablar y explicarte una cosa que es importante que aprendas; eres un tipo brillante, astuto y demasiado bueno para los negocios pero esto funciona así: hay que tener unos apellidos porque si no los tienes no se entra, Así que no intentes ser uno de nosotros porque si lo haces te destrozaremos’. Por lo que una cosa es que te apellides Ybarra y otra Conde. Estoy del lado de la gente que timan y no del timador, estos son los que le ponen la soga al cuello a mucha gente”.

- Y sin embargo en Los dos reyes intentan comprar a su protagonista, Juan Urbano, no con dinero sino con libros. ¿Siente usted también la pasión bibliófila que caracteriza a su personaje?

“Lo que me obsesiona es leerlo todo y me obsesiona más un libro no leído que una primera edición. En la novela quien le ofrece el libro a Juan Urbano es un villano pero también un tipo encantador porque no puedes escribir una novela solo con Quijotes sino también con Sancho Panzas. La gente es diversa y hay gente maravillosa que está forrada de dinero. Además, tienes que entender las razones de todos aquellos que no están de acuerdo contigo, eso me lo enseñó Rafael Alberti, que me decía ‘niño, no seas sectario porque si lo eres terminas por ver solo la mitad de las cosas’. E intento hacer esto en la vida real y en mis novelas, es decir, comprender. En cuanto a la bibliofilia de Juan Urbano se explica porque es profesor de Lengua y Literatura y le puse esta afición con la idea de que defendiera a nuestros clásicos que, la verdad, están muy mal defendidos”.

- Y ahí está Juan Urbano para recordárnoslo.

“Tenemos un tesoro en todos esos grandes escritores y poetas, son de primera línea, en especial los del Siglo de Oro. Juan Urbano suelta de vez en cuando alguna frase de Calderón, de Quevedo, de Góngora pero lamento que se siga representando tan poco el teatro que escribieron”.

- Y usted siente debilidad por Góngora y Quevedo.

“En literatura hay cosas que te aburren aunque pertenezcan al canon. Borges dijo que hay escritores que aún no han escrito para ti porque hay que descubrirlos. A mi me parece que la literatura consiste en abrir un libro que es una puerta que te lleva a otro libro. Por eso, ¡cómo vas a escribir poesía si no has leído a Quevedo, Góngora, Lorca, Alberti…! Tenemos en España muy buenos poetas pero también muy malos reyes”.

- Ha citado ya varias veces a Rafael Alberti, ¿cómo fue su primer encuentro con el autor de Marinero en tierra?

“Fue casual y gracias a los bares porque en aquel entonces estudiaba en el instituto y tenía escrita algunas cosas, todas muy influenciadas por las canciones de Bob Dylan hasta que un profesor me recomendó que leyera Poeta en Nueva York, de Lorca y Sobre los ángeles y Sermones y moradas, de Alberti, este último es un libro muy importante para el surrealismo español pero que tuvo muy poca fortuna ya que pasó a un segundo plano. Fue escrito a finales de los años 20 y nunca se publicó como libro suelto. La verdad es que Rafael le tenía un poco de manía a este libro pero a mi me cambió la vida ya que me convertí en otra persona que es lo que consigue la buena literatura”.

- Pero ¿cómo recuerda aquel primer encuentro con Alberti?

“Mi padre me dijo un día al terminar de almorzar que fuera al bar de la esquina a comprar una barra de helado y cuando entré en el bar allí estaba Alberti, que entonces era como un futbolista por lo de famoso y con su melena blanca y aquellas camisas hawaianas que llevaba… Paco Umbral dijo de él: ‘Alberti se dejó crecer el pelo para ceder espacio a la blancura…’ Y me acerqué a él y le dije que había leído su libro Sobre los ángeles y me preguntó que me había parecido y le respondí que no estaba mal pero que me gustaba más Sermones y moradas. Rafael me preguntó qué edad tenía y después me invitó a un gin tonic y nos hicimos tan amigos que nuestra amistad duró quince años. En cuanto al helado, regresé a casa con la barra derretida y no conté nada en casa, me daba como vergüenza”.

- El personaje de Juan Urbano es un homenaje a Alberti.

“Lo tomé de su Juan Panadero, un personaje de sus poemas políticos, poemas urgentes como él los llamaba. No le debo tanto literariamente pero sí que me enseñó a respetar la literatura, la cultura y el valor cívico que puede tener un poema o una novela al intentar contar lo que nos pasa. Los temas que me interesan tienen mucho que ver porque conociera a Alberti en aquel bar”.

- Desde entonces, el papel del poeta ha cambiado mucho en este país.

“Los poetas de ahora son más mentales y escriben menos. En mi caso encontré una manera de evitar el riesgo de contar lo mismo con otras palabras. La poesía actual vive un buen momento y hay muchos poetas que son mejores que yo porque la gente joven ha llevado la poesía a sitios que no habían sido llevados hasta ahora como son los auditorios, los bares… Hay poetas, una mala noticia para los apocalípticos”


ISABEL ESCALDÓN

Benjamín Prado explica que en las novelas pasan cosas que no estaban previstas y que lo que más le divierte cuando escribe es, precisamente, irlas descubriendo a medida que avanza en el texto. En Todo lo carga el diablo, por ejemplo, “pensé que estaba escribiendo una novela de mujeres fuertes que han tenido que correr el doble para llegar al mismo sitio que el hombre porque estuvieron sometidas al silencio”. En este sentido, la compañera de Juan Urbano, Isabel Escaldón, con la que parece que habrá boda, así al menos lo sugiere el final de Los dos reyes, le está comiendo terreno a su protagonista porque es “más lista que él”. Resuelve, de hecho, algunos de los enigmas esenciales e incluso escribe algunos de los capítulos de su último libro.

¿NACIONALISMO?, NO, GRACIAS

Lo ha dicho en varias ocasiones y todo apunta a que seguirá insistiendo en ello, Benjamín Prado no es partidario de nacionalismos. “Me parecen una paletada”. Lo afirma un tipo que se define como “un viejo hippie” al que le interesan “los países y no las patrias”. Y dentro de los países, las personas, “eso que llaman la gente”. “Soy muy español, me gusta España y la defiendo y me siento orgulloso de ser español pero no de Madrid, sino español”. Cree, de hecho, que cuando uno busca identidades “se mete en problemas porque de ahí nacen los radicalismos, sean de derechas como de izquierdas”, puntualiza.

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La torre encantada, una novela de Mariano Gambín

Lunes, Diciembre 19th, 2022

Mariano Gambín, con doce novelas ya publicadas, se ha convertido en un autor de referencia para aproximarnos al thriller canario escrito en Canarias. El escritor conoce las claves en las que se mueve y quizá sea por eso que por mucho que sus libros se parezcan unos a otros, al final el entretenimiento esté asegurado porque ante todo Gambín es un escritor de novelas de entretenimiento, muy alejado de una escritura compleja, que gusta más de la forma en cómo se cuenta que en el qué se cuenta.

Dicho esto, nada nuevo bajo el sol con su libro doceavo correspondiente a la serie que coprotagonizan Ariosto y su leal guardaespaldas Olegario, la intrépida periodista Sandra Clavijo, la arqueóloga Marta Herrero y el inspector Galán de la Policía Nacional, y que lleva por título La torre encantada. Con esto, se quiere decir que la nueva novela de Mariano Gambín reúne todos los ingredientes que lo convirtieron en una de las voces literarias más leídas del archipiélago tras su trilogía Ira Dei, un universo que casi parece que se mueve por sí solo y del que el mismo escritor ha intentado distanciarse en al menos dos novelas, El viento del diablo y El oro de Mauritania, esta última probablemente el libro más alejado del mundo Ariosto/Sandra/Marta/Olegario/Galán, al ser una novela digamos que muy apartada de la línea oficial que ha hecho conocido a su autor, quien por una vez se decantó por una trama internacional de altos vuelos en las que los protagonistas habituales de la serie Ira Dei apenas aparecían en sus páginas.

La torre encantada es una vuelta a los orígenes, una novela que sí se ajusta a la dinámica establecida por las anteriores de la saga. Es decir, que hay un misterio lagunero y una búsqueda, la del tesoro del legendario corsario Amaro Pargo, un personaje cuya vida real se confunde con la leyenda. En el libro también se encuentra un objeto de devota veneración religiosa que ha desaparecido de la iglesia de La Concepción y a cual se le atribuye poderes para sanar; una sociedad ocultista que no tiene demasiado de sociedad ni de ocultista (los masones asoman también la cabeza, pero la asoman con la discreción que los caracteriza) y una red de espías rusos que andan tras el venerado objeto religioso en una isla que, en manos de Mariano Gambín, se convierte en territorio de acción y de suspense.

Con esta fórmula, el escritor cocina una novela a lo Ira Dei y los resultados no decepcionan. Ni a sus seguidores ni a los que lleguen de nuevas a la serie ya que una de sus características es que con independencia del orden cronológico que marcan los libros, el lector se puede iniciar en estas aventuras con cualquiera de ellos, doce libros que, hasta la fecha, construyen un imaginario lagunero de misterio aunque personalmente recomendaría que se comenzase por la primera, Ira Dei, por ser la que dio origen a este curioso y atractivo fenómeno literario canario.

Si se han leído las anteriores novelas de la serie se notará que el escritor se siente cada vez más suelto y seguro con ellas. Y como pasa con las anteriores, si hay un personaje de “los buenos” oficiales que destaca en ésta por encima de los otros es Olegario, de quien el escritor nos da algunas pinceladas de su pasado. Tan cómodo se siente Gambín transitando por estas historias de misterios laguneros y ocasionalmente santacruceros (es más que probable que amplíe el radio de acción a otras localidades en futuras novelas) que en su empeño por dar credibilidad a estos relatos no duda en añadir elementos de nuestra realidad como fondo en sus novelas. En las que nos ocupa, La torre encantada, denunciando los atascos que se producen en las autopistas de la isla los días laborables y hecho que casi hace responsable en el libro que los héroes de la historia pierdan a los villanos que persiguen.

No es fácil lo que ha logrado construir el escritor a lo largo de esta docena de novelas, y no solo se apunta por el notable éxito que han alcanzado sobre todo en la ciudad de La Laguna, sino por dar identidad a unos personajes que libro a libro se han ido afianzando en sus estereotipos. Se tratan además de novelas extremadamente blancas, en las que el lector no encontrará demasiado drama y sí mucho de comedia, un humor que a veces aparece soterrado pero que se respira a lo largo y ancho de la obra, en especial cuando irrumpen los secundarios que el lector iniciado conoce de libros anteriores como Adela Cambreleng, entre otros. Si hay algún tipo de violencia, esta apenas consume un uno por ciento del relato, ya que éste prefiere profundizar en la investigación, en este caso cruzada (el objeto religioso que “suda”, el tesoro del legendario corsario tinerfeño) pero que convergen al final en un mismo espacio: la iglesia de La Concepción.

En este aspecto, y reconociendo las virtudes y defectos que reúne la novela, como que se tenga la sensación que supera la trescientas páginas más por llenar espacio que porque lo exija la historia, La torre encantada como los otros títulos anteriores del escritor está estructurado en capítulos alternos, todos ellos protagonizados por los diferentes personajes que forman parte del team, del equipo de investigadores que desde Ira Dei están ahí para resolver misterios y a veces, solo a veces, tropezarse con situaciones que parecen que proceden del más allá.

Saludos, misterio, misterio, desde este lado del ordenador