Archive for Noviembre, 2023

Los días de Guayedra, una novela de Santiago Gil

Miércoles, Noviembre 29th, 2023

De las novelas que he leído hasta la fecha de Santiago Gil, comenzando por la excepcional Noche de Reyes, una atrevida y calculada mezcla de comedia y tragedia que se desarrolla un 5 de enero en la capital grancanaria, Los días de Guayedra (Mercurio Ediciones, 2023) me parece la más madura y canaria de todas sin desmerecer títulos anteriores, más centrados los últimos en novelizar la vida de un escritor como Benito Pérez Galdós o un artista como Jorge Oramas que, pese a su registro histórico, giran en torno a una de las principales constantes en su producción literaria como es el amor y la pérdida del amor. De amor y de pérdida se habla y mucho en Los días de Guayedra un relato construido a través de cuatro voces en los que se repasa en distintos arcos temporales las experiencias de una serie de personajes, dos mujeres entre ellos, que lo tuvieron todo y lo perdieron todo también en ese espacio, Guayedra, que parece una esquina del paraíso así como fue el último reducto que existió en Gran Canaria tras ser sometida la isla por los conquistadores.

Digo que es la más canaria de las novelas que he leído hasta la fecha de Santiago Gil no porque Canarias esté presente a lo largo y ancho del relato, que lo está, sino por el notable esfuerzo que hace el escritor para reflexionar sobre lo canario mirando al pasado de la isla. De hecho, la última voz que se pronuncia es la de Tenesor Semidan, o Fernando Guanarteme cuando se cristianizó, y al que le cuelga la leyenda maldita de ser el gran traidor de todo aquel proceso de conquista, sobre todo cuando ayudó a Alonso de Lugo en su apuesta por tomar la isla de Tenerife.

A mi me parece el capítulo más hermoso de esta novela canaria con alcance universal porque la fantasía del escritor se desborda, y hace que El Bosco, Jheronimus van Aken, conozca a Tenesor Semidan en la orilla de la playa donde el pintor hace dibujos en la arena de la playa que desaparecen lamidos por las olas del mar mientras observa aunque no lo entienda, en que se convertirá la geografía en la que se encuentra.

No es novela histórica lo que pretende escribir Santiago Gil sino recrear con muchas licencias el largo monólogo interior de su protagonista, Tenesor Semidan en el último capítulo del libro. Tenesor Semidan acata convertirse en súbdito porque sabe que es imposible enfrentarse al poder de Castilla. Esa misma Castilla que le arrebató lo más amado.

La novela es una interesante reflexión sobre el hecho de haber nacido en este territorio, con todo lo hermoso y miserable que significa, y se lee sin dificultad si uno se deja llevar por el juego literario que plantea el escritor. A través de cuatro voces iremos conociendo retratos no tan diferentes de un mismo espacio, Guayedra, que es un espacio físico pero que también está muy adentro en los cuatro personajes como en el alma del lector si se reconoce en algunos de estos pasajes. Pensamientos que revelan muchas de las constantes de Canarias.

“Mi padre siempre decía que estás islas no tendrían futuro hasta que no se quitaran de encima el yugo psicológico del caciquismo”.

A través de las voces se describe la degradación a la que se ha visto sometido el archipiélago a lo largo de los años y cómo va cambiando la fisonomía del territorio y el carácter de sus habitantes. Las islas, la isla de Gran Canaria, recibe nómadas digitales que apenas se mezclan con la población local como tampoco se dejan ver demasiado los extranjeros jubilados que pasan largas temporadas en sus apartamentos de la costa. La segunda voz es una voz nostálgica y en ella es imposible que más que en un personaje piense en Santiago Gil como su protagonista. Las mismas chaladuras juveniles en un tiempo en el que aún no existían los teléfonos móvil nos hacían ver la vida de otra manera no sé yo sí mejor pero seguro que diferente y más aventurera. La tercera quiero entenderla como la de una toma de conciencia, la que adopta la protagonista que escribe (anunciándonos ya la cuarta voz, la de Tenesor Semidan) que “los últimos años sí vivió obsesionado con la historia de la isla. No hacía más que leer libros sobre la conquista y estaba todo el día en Internet recabando datos” y como los relatos anteriores como con el que concluye el libro, lo que narra es la historia de una pérdida.

No sé si con espíritu filosófico pero sí con entusiasmo por aprender a entenderse, Los días de Guayedra es una novela que bucea en el pasado para entender lo que somos en este presente. Lo que nos condiciona ser conscientes que, efectivamente, hubo un paraíso en esta tierra, un territorio invicto, una porción diminuta de tierra que como Shangrilá nos hace eternamente jóvenes.

LO MEJOR: Un salto hacia adelante en la trayectoria como escritor de Santiago Gil. Se trata de una novela que reflexiona sobre Canarias sin sonrojo alguno

LO PEOR: No me convence la estructura del libro, cuatro voces que no cambian de estilo unas de otras. Es una misma voz que tuvo que ser la única voz, la del canario que inspira esta novela, la de Tenesor Semidan

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

Mariano Gambín: “Tenesor Semidan es un personaje que exige una revisión histórica”

Martes, Noviembre 28th, 2023

Los giros del destino demostrará a los que pensaban lo contrario que Mariano Gambín es un autor que también arriesga. Tras su exitosa serie dedicada a Ariosto y compañía que desde la publicación de Ira Dei ha continuado en once novelas más, se atreve ahora con una historia que no tienen nada que ver con los misterios anteriores. Los giros del destino (Oristán, 2023) se desarrolla durante la conquista de Gran Canaria.

Novela muy atada a lo que se conoce cómo sucedió, en Los giros del destino intervienen personajes como los Reyes Católicos, Alonso de Lugo, Beatriz de Bobadilla y los canarios Tenesor, Egonaiga, Maninidra, Aymedeyacoan, Tasarte y Abenchara, entre otros, para componer un ambicioso mosaico en el que se detalla casi paso a paso lo que aconteció en una isla no tan perdida del océano Atlántico.

- Con Los giros del destino da un giro de 180 grados a su carrera como novelista, ¿le costó desembarazarse de Ariosto y compañía?

“Ariosto y familia siguen estando muy cerca, y habrá más aventuras de ellos en breve. El caso de Los giros del destino es como ocurrió con las dos novelas del Sahara, donde el protagonismo recayó en la arqueóloga Marta Herrero. De vez en cuando a un escritor le apetece salir de su zona de comodidad y explorar nuevos territorios”.

- ¿Por qué centrar la novela en la conquista de Gran Canaria?, ¿qué tiene de particular esta campaña?

“Como historiador, la conquista de Gran Canaria siempre me causó un gran interés. Es la primera vez que los castellanos del siglo XV se enfrentan a un enemigo que no es el musulmán. Es la historia de una resistencia heroica, que llevó a unos guerreros de finales de la Edad Media, con un armamento más sofisticado, a tropezarse con unos indígenas astutos que hicieron de la orografía su mejor arma. Es la campaña más larga realizada por los Reyes Católicos, y duró cinco largos años. La guerra de Granada, coetánea a esta conquista de Gran Canaria, duró diez años, pero cada campaña comenzaba y terminaba el mismo año. En la isla canaria las hostilidades fueron continuas. Fue una situación extraordinaria y muy singular”.

- ¿Los giros del destino pueden desembocar en una nueva serie? Si es así, ¿cómo la ha planificado?

“De momento voy a esperar a ver cómo recibe el público la novela. Si la experiencia es buena, me plantearía seguir con la historia, porque sigue, y de modo muy interesante con la conquista de las islas de La Palma y Tenerife diez años después. Tendría la ventaja de poder utilizar muchos de los personajes que aparecen en Los giros del destino”.

- Uno de los protagonistas de la obra es Fernando de Guanarteme, el gran traidor para unos, ¿cómo lo entiende usted?

“Como ocurre con determinados personajes históricos, algunos han sufrido una injusta leyenda negra. Tildar de traidor a Tenesor Semidan es demasiado simplista, e implica desconocer la Historia de la conquista. Desde mi punto de vista fue una persona que buscó evitar que masacraran a su pueblo, lo que podía ocurrir tarde o temprano. Su intervención propició la supervivencia de los indígenas canarios y ha sido determinante para que la sangre de aquellos fieros defensores de su tierra haya llegado a sus descendientes de hoy día. Es un personaje que exige una revisión histórica que lo saque de la estrecha y tendenciosa consideración a la que algunos lo han sometido”.

- ¿Y Alonso Fernández de Lugo?

“De igual manera, también tiene su leyenda negra, tal vez menos inmerecida por lo que pudo ocurrir años después. Pero en la conquista de Gran Canaria era solo uno de los capitanes que destacó por su valentía en la torre de Agaete. En esta novela no es un personaje que genere ningún conflicto más allá de sus actuaciones militares”.

- Una de las mayores preocupaciones de la novela es mantener un tono neutro, describir unos hechos donde no hubo ni buenos ni malos… ¿Por qué personaje siente mayor simpatía y mayor antipatía?

“He tratado a los personajes históricos, tanto de un bando como de otro, con la mayor imparcialidad posible, que es lo que se merecen. Trato de explicar lo ocurrido, no de justificarlo. Para descender a simpatías y antipatías he creado personajes ficticios que se desenvuelven en los episodios de la conquista y que llevan buena parte del peso de la trama de fondo. Son ellos quienes se ganan o no mis simpatías”.

- ¿Ha sido difícil recrear la vida de los primeros canarios?

“Dada la lejanía en el tiempo y los pocos registros que nos han llegado de su forma de vida, es muy difícil hacer una descripción exacta y total de cómo vivían, Pero podemos acercarnos bastante a muchas facetas gracias a los estudios de nuestros historiadores. Basándome en ellos he recreado algunos detalles cotidianos de los antiguos canarios, y no solo de su modo de vivir, sino también de su forma de pensar ante la terrible amenaza a la que se enfrentaban con el desembarco de los castellanos”.

- ¿Es correcto decir guanches si me refiero a las poblaciones de otras islas del archipiélago al margen de Tenerife?

“En su época, el término guanche se aplicó solo a los indígenas de Tenerife. Los de Gran Canaria eran denominados canarios por los europeos. Ha sido en los siglos siguientes, sobre todo en época reciente, cuando se ha ampliado el término a todos los indígenas prehispánicos del Archipiélago, pero entiendo que es una generalización inexacta y basada en la originalidad del término, que hace reconocible fácilmente la imagen de los primeros habitantes de Canarias”.

- ¿Qué fuentes documentales consultó?

“Todas las que están publicadas. Crónicas, Historias del siglo XVI, documentos de la época y estudios arqueológicos y antropológicos modernos. Es un tema que tiene multitud de fuentes, y en ocasiones narran sucesos contradictorios entre ellas. En estos casos he tenido que decidir por la solución que me pareció más creíble y lógica”.

- ¿Para cuándo una novela que se ambiente durante los primeros años de las islas ya conquistadas?

“El interés por los primeros años tras la conquista no decae con el fin de la campaña militar. Ocurrieron muchas cosas después en las que se vieron involucrados varios de los personajes que aparecen en esta novela. Estoy seguro que pueden dar mucho de sí. Lo que hay que tener claro es que los pobladores europeos que convivieron con los canarios en aquellos años eran hijos de su tiempo, con otra mentalidad, con otras costumbres muy distinta a las de hoy día, y no podemos caer en el error de verlos con nuestros ojos del siglo XXI. Era una sociedad de frontera, con todo lo que ello conlleva. Si los americanos han sido capaces de sacar partido a su Salvaje Oeste, aquí podríamos hacer otro tanto sin mayor problema”.

- ¿Y diferencias, si las hubo, entre canarios y guanches?

“Entramos en terreno de estudios históricos, no de la novela. Tenemos muy buenos especialistas académicos en el mundo indígena prehispánico canario y a ellos hay que referirse. De sus investigaciones se desprende sin género de dudas que la sociedad y la cultura material de los canarios estaban más desarrolladas que la de los guanches tinerfeños. No obstante, tenían muchos puntos en común debido a un mismo o muy similar origen. De hecho, podían entenderse. Don Fernando Guanarteme actuó como intérprete con el mencey de Anaga”.

- ¿Qué licencias históricas se ha permitido en la novela?

“Muy pocas, ya que he tratado de respetar al máximo los hechos históricos que aparecen en las crónicas e historias de la época. En ocasiones, he colocado algún episodio en un momento histórico determinado porque me ha parecido más lógico en función del desarrollo de la trama. Pero no he omitido ninguno. Ya he comentado que no siempre lo que nos cuentan esas crónicas es creíble al cien por cien. En contadas ocasiones hay que aplicar algo de crítica histórica”.

- Usted que es un experto en la materia ¿qué ha descubierto nuevo o que al menos le sorprendiera de la conquista de Canarias?

“Los hechos ya vienen narrados en los textos históricos y muy pocos documentos con datos novedosos han aparecido en los últimos años. Lo que se puede aportar es una reinterpretación de algunos episodios. Lo que sí me ha sorprendido es conocer de cerca algunos lugares de Gran Canaria donde se desarrollaron acontecimientos determinantes y que desconocía. La orografía de la isla es impresionante. Imaginar cómo podían moverse por esos riscos tanto canarios como castellanos es fascinante”.

- ¿Desde cuándo acariciaba la posibilidad de escribir una novela de estas características y cuánto tiempo le llevó escribirla?

“Fue una idea de hace un par de años y ese ha sido el tiempo que he tardado en escribirla, aunque no siempre de modo continuo. Entre medio surgió La torre encantada, mi última novela de misterio, y que nació casi con un descanso de la novela histórica”.

- ¿Qué aporta su novela a otras novelas que se desarrollan en este mismo periodo?

“La respuesta a esa pregunta deben darla los lectores. Yo no debo entrar en comparaciones. Lo que sí puedo asegurar es que en mi novela van a encontrar muchos detalles inéditos de la vida cotidiana de la época. No solo en Gran Canaria, sino también en otras ciudades y lugares de la Castilla peninsular. Porque en Los giros del destino hay muchísimos capítulos que cuentan lo que ocurría en la Península durante la conquista de Gran Canaria y la contextualizan mejor, y eso creo que es una novedad”.

- ¿Hubo algún capítulo que le resultara especialmente difícil de escribir?

“Tal vez aquellos en los que las descripciones de los hechos que nos han llegado son demasiado breves. Hay que suplir la falta de datos con los estudios históricos, y cuando estos tampoco llegan, con algo de imaginación. Pero poca, que conste”.

- ¿Cómo cree que nos han contado a los canarios actuales la conquista?

“Es indudable que los textos de la época que han pervivido cuentan la historia del vencedor, que es quien la escribe. Otra cosa son las historias creadas en los siglos posteriores a partir de esas crónicas primarias y que han interpretado con mayor o menor fortuna los acontecimientos del pasado. La visión subjetiva del historiador siempre aparece en las historias de los siglos XVI a XX. Las opiniones de historiadores clásicos han determinado el modo en cómo se nos ha contado la conquista.

Es labor del historiador actual revisar esas visiones anteriores y reescribir la historia del modo más riguroso posible según los datos de que dispone.

Lo contrario sería dejarse llevar por falsas creaciones históricas basadas en leyendas, mitos, o en meros intereses políticos que ningún favor hacen a la Historia de nuestra tierra”.

Saludos, esferas, caramelos, cielo, desde este lado del ordenador

Vaya sorpresa… Regresa Canarias en corto

Lunes, Noviembre 27th, 2023

Esta tarde, sobre las 18,30, los quiero ver a todos en el teatro La Granja, ubicado en la Casa de la Cultura de la capital tinerfeña, para que observen los trabajos que componen el catálogo Canarias en corto de su 17 edición. Y digo que los quiero ver a todos porque esta noche tiene un sabor especial, histórico si tenemos en cuenta que los aficionados y aficionados a las cosas cinematográficas que se hacen en esta tierra llevan como varias ediciones (¿dos, tres?) sin haber podido tomar el pulso a una selección que presume de recoger lo mejor del corto que se rueda en estas tierras (pero tampoco) por razones que esta tarde podrían resolver los que presenten este acto. No obstante, algo me da en la nariz que no resultará así. Que como siempre no pasará nada en unas islas –este archipiélago canario con seguro de sol aunque hoy se haya levantado con nubes espesas que amenazan tormenta– que viven felices en su más que absoluta y resignada ignorancia.

Los cortometrajes seleccionados son Aitana, de María Alberti; Circe, de María Abenia; Las invasiones biológicas. El caso del Ovis orientalis musimon en la isla de Tenerife: El último muflón, de Shira Ukrainit y Omar Razzak; En un segundo, de Pablo Fajardo; Daida back to the Ocean, de Pablo Ramírez; Visionado, de Manuel Román y Cloro, de Pablo Borges. Y podrán ser vistos también este mismo miércoles, 29 de noviembre y a la misma hora, en el teatro Guiniguada en la capital grancanaria.

Canarias en Corto, que cumple en 2023 su decimoséptima edición, es el programa de la Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, gestionado a través del Instituto Canario de Desarrollo Cultural, concretamente desde Canary Islands Film, destinado a promocionar y distribuir una selección de cortometrajes de las Islas para intentar su proyección internacional en festivales, mercados, muestras y premios.

Saludos, buenos días y buena suerte, desde este lado del ordenador

El último alzado, una novela sobre la Guerra Civil en La Palma de Guadalupe González Taño

Miércoles, Noviembre 22nd, 2023

Hasta hace muy poco la literatura que se escribe en Canarias había abandonado (quiero pensar que con penosa resignación) la repercusión que tuvo la Guerra Civil española en un territorio fragmentado y en el que no hubo apenas tiempo para responder al golpe de Estado propiciado por el ejército rebelde al gobierno legítimo de la II República.

Salvo títulos ya emblemáticos como El barranco, La prisión de Fyffes y Luchar por algo digno, de Nivaria Tejera, José Antonio Rial y Pedro Víctor Debrigode y memorias dispersas, ha comenzado en los últimos años a publicarse varias novelas y cuentos también cuya acción se desarrollan en esos días aciagos para España como Canarias. Algunos de ellos, la mayoría, menores por su incapacidad de observar aquellos tiempos de odio con una mirada que nos permita entender nuestro presente y otros por una necesidad de hacer justicia sobre un pasado que todavía sigue muy vivo en la olvidadiza memoria de los nietos y de los hijos de los nietos. Muchos de los cuales siguen pensando que aquella guerra fratricida todavía pasa factura y genera encendidos debates sin que la mayoría de las partes (de un lado como del otro) se atreva a pedir perdón, lo que demuestra que como sociedad no hemos avanzado demasiado a la que en 1936 dio por perdido el debate político por la palabra para apostar por el siniestro lenguaje de las pistolas.

El caso es que toda familia de este país cuenta con unos o varios muertos provocados por aquella guerra maldita y que esos muertos para nuestra desgracia reviven cada cierto tiempo para echárselos a la cara a los que defienden a los militares y civiles que se levantaron en armas aquel 18 de julio como a los militares y civiles que prefirieron seguir siendo leales a una II República que tanto las derechas como las izquierdas torpedearon cuando nació un día de primavera de 1931 y que prometía tantas cosas menos una guerra.

Acabo de leer con mucha interés y atención El último alzado (colección Memoria histórica, Ediciones Idea, 2023), de Guadalupe González Taño y las reacciones que me ha generado esta lectura son desconcertantes. Por un lado, porque no he podido dejar de leer sus más de 300 páginas y, por otro, porque se trata de una historia real (que entiendo se permite alguna licencia histórica), inspirada en la propia familia de la escritora.

Digo poco si digo que concluido el libro todavía tengo la piel de gallina, erizada por la emoción. Y todo porque basada en hechos reales, se nota, se aprecia, que el libro está escrito desde muy adentro y que muchas de las páginas no tuvieron que resultarle muy fáciles a la escritora durante la redacción de la novela. ¿Novela? Novela, digámoslo con todas las letras. Novela de no ficción si quieren pero novela al fin y al cabo.

El último alzado cuenta en su parte final con una bibliografía y fotografías de algunos de los protagonistas de esta historia que se inicia en 1904, aunque incluye una introducción que se desarrolla en 1975 y concluye en 1954, un amplio arco temporal en el que se mueve con oficio González Taño (lo que llama la atención porque se trata si no me equivoco de su primer libro), cronología que le da oportunidad para narrar la vida de sus protagonistas desde que eran jóvenes y vivían felices en Garafía, hasta su posicionamiento de izquierdas cuando irrumpe esa II República que vino para quedarse pero que no supo como mantenerse entre la inquina y la insidia de unos y de otros.

El título ya lo avisa, se trata de la historia de El último alzado, que no lo fue pero que da igual. Y de cómo el veneno de la guerra se filtró en una tierra que derramó durante aquellos años en el mar cualquier atisbo de paz, de concordia, de reconocimiento entre vecinos que hasta ayer se saludaban por la calle.

El libro está escrito sin artificios, no hay afán de experimentalismos (a lo más que llega la autora es a identificar a los narradores que en primera persona cuentan esta historia) y es precisamente este estilo parco, casi crudo lo que le da mayor fuerza narrativa a la obra. Un libro en el que hay buenos, en todas las historias familiares siempre hay buenos y malos, que también pululan en todas las historias familiares, pero sobre todo palpita por usar un verbo que evoca –redobles de tambor– una autenticidad, de cuento contado por alguien al que le han contado un millón de veces esta misma historia que no es otra cosa que una historia familiar de “nuestra” Guerra Civil. Y es ese tono de historia familiar uno de los grandes aciertos de una novela (El último alzado lo es, una novela) que en mi caso supo tocarme el corazón. Es lo que me pasa con algunos libros que me hablan de aquella desgraciada guerra que unos pocos de ambos lados se empeñan en resucitar en unos tiempos actuales que, como los que vivimos, me obligan a pensar que como país apenas hemos avanzado lo que se dice moralmente. Que no hemos aprendido la lección de que hablando se entiende la gente.

El último alzado cuenta con páginas muy descriptivas y bellas de nuestro personaje, Antonio González Cabrera, escondido en los montes de Garafía huyendo primero de falangistas y más tarde de los soldados. Y da una visión resumida y para todos los públicos de lo que significó la Semana Roja (que sirvió también de escenario para la novela Los milagros prohibidos, de Alexis Ravelo) y la represión que vino después… Es una historia sembrada de héroes, sí, pero de héroes de carne y hueso. Humanos, creíbles y por lo tanto tan cercanos que parecen que están inspirados en los muertos que también hay en mi familia provocados en aquella gran tragedia española.

Finalmente, me gustaría destacar la portada del libro, de este El último alzado, y de quien la firma, Elías Taño.

Saludos, over the rainbow, desde este lado del ordenador

Susana Martín Gijón: “Quiero dar voz a la mayoría social, que nos metamos en su piel”

Martes, Noviembre 21st, 2023

Reproducimos una entrevista realizada a la escritora Susana Martín Gijón que firma la periodista Cora Cedrés.

Dice la crítica que Susana Martín Gijón, reconocida escritora de género negro, ha dado un triple salto mortal con La Babilonia, 1580 (Alfaguara, 2023), calificada como la novela más ambiciosa de su rica trayectoria. Con esta novela y todo el bagaje que le da su recorrido, la escritora extremeña reflexionó el sábado 4 de noviembre, en la Casa de la Cultura de Tacoronte, sobre literatura, historia, género negro en el Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte.

En la Sevilla de 1580, la ciudad del Guadalquivir vive su momento de máximo esplendor como capital del comercio entre el Nuevo y el Viejo Mundo, por la actividad de la Flota de Indias. Dos mujeres protagonizan esta historia, Damiana y sor Catalina, que fueron amigas en la infancia y se verán unidas de nuevo para investigar un brutal asesinato, una labor en la que pondrán en peligro sus propias vidas y el secreto mejor guardado de la Corona.

 - Seguro que está cansada de escucharlo, pero es obligado preguntar cómo decide dar el salto a la novela histórica, con el largo y fructífero recorrido que tiene en el género negro, porque esta novela combina los dos géneros, o, puestos a poner etiquetas, ¿es “negra-histórica”?  

“ Le han puesto todo tipo de etiquetas. No suele haber una novela pura. Yo creo que esta novela es histórica; por supuesto, es novela negra, también se van a encontrar con thriller, porque tiene todos esos elementos de capítulos cortos, giros de guion, finales en alto, para hacerla muy adictiva; es también una novela de aventuras, incluso la han calificado de novela picaresca o nueva picaresca. Lo importante es que disfruten y que se lo pasen bien con ella.

Creo que por supuesto, tiene todos los esos elementos de la novela negra que yo tengo ya tan pulidos, con diez novelas publicadas a las espaldas, pero, bueno, en cuanto a la decisión, es porque, como autores, necesitamos enfrentarnos a nuevos retos. Yo siempre he sido muy lectora de novela histórica, además de novela negra y, después de toda esta serie de libros, y en concreto los tres últimos de la inspectora Camino Vargas, sentía que me apetecía ese cambio. Entonces, me atrevo por fin, sabiendo lo que conlleva, todo ese proceso muchísimo más exigente de estudio, de investigación y de documentación. Y me voy a mi escenario habitual, que es Sevilla”.

 - ¿Por qué 1580?

“Para mí es el momento más interesante de la ciudad, de máximo esplendor porque era capital comercial neurálgica del Viejo y el Nuevo Mundo, todo, todo en el Nuevo, en el Viejo Mundo pasaba por Sevilla. En ese momento, la ciudad ha crecido en riqueza y muchísimo en población, con gente que iba hasta Sevilla para lograr un pasaje para una vida mejor y se quedaban ahí de forma indefinida, acampados en el arenal. Es insostenible por muchos motivos y me parecía que también, para esos elementos de novela negra que incorpora, era un aliciente, aglutinaba todo el esplendor, pero también la miseria, las desigualdades y ese mundo en el que yo también me quería introducir”.

 - No se trata de una novela histórica de evasión, sino que hace una reflexión sobre la cuestión social, un análisis crítico que evidencia la oscuridad que puede haber en un sistema social, ¿no?

 “Totalmente, yo lo que hago, tanto con la novela más actual como con esta histórica, es un retrato social. Además, en este caso hay algo que a mí también me motivaba a la hora de narrar esta etapa histórica, que era irme a la gran mayoría social, la de los desheredados y desheredadas. Las mujeres van a tener un protagonismo importante en la historia. No quería irme a la Corte, a la Corona y todo su entorno, no a las élites, en definitiva, que es una minoría, pero es lo que tendemos a encontrar de forma muy habitual en la ficción histórica. Yo quiero irme a esa mayoría social y darles voz y que nos metamos en su piel; por supuesto, a base de conocer la historia, y vamos a ver mejor dónde estábamos y todos esos lastres que nos persiguen a día de hoy: la violencia feroz de la época, la corrupción, la hipocresía, la desigualdad y, por supuesto, la desigualdad atroz entre mujeres y hombres. Todo eso que se va a ver claramente en esa etapa y en la novela, lo seguimos arrastrando, por lo tanto, sirve muy bien para comprender mejor de dónde venimos, que parece un tópico, pero es que es realmente así, nos hacemos mucho más conscientes y reflexionamos sobre ello. Entonces, por supuesto que puede una novela histórica servir para la reflexión”. 

- Otra cosa que también parece un tópico, que es necesario mencionar, es el que hecho de que ser escritora le ofrece una perspectiva sobre esas desigualdades que afectan a las mujeres mayor que si fuera un escritor, ¿no?

 “Creo que más que el que sea hombre o mujer, es la sensibilidad y la empatía que se tenga. Creo que una de las virtudes o de las habilidades más importantes de un escritor es precisamente la de la empatía, la de saber ponerse en el lugar del otro. Yo igual me pongo en la piel de un animal o de un asesino en serie o de cualquier tipo de hombre o de mujer de diferente clase social, pero sí es cierto que veo que hay una deuda histórica con las mujeres, que se han invisibilizado absolutamente en esa historia que nos han contado. En la novela negra clásica está muy descompensado el protagonismo que se da al hombre con el que se da las mujeres, que es mucho más secundario, estereotipado. Por suerte, esto está cambiando, se está igualando un poco, aunque aún queda por hacer, pero si así nos vamos a la histórica, y más al siglo XVI, es que parece que las mujeres no existían, cuando eran, igual que ahora, la mitad de la población. Así que aquí sí está, hay hombres y hay mujeres y hay mujeres, como es el caso de Damiana, que tienen un protagonismo muy importante en la historia”.

- La Babilonia del título parece que es Sevilla, pero es un prostíbulo.

“Me refiero a Sevilla, pero sí también es el nombre de la botica de la casilla donde ejerce una de las protagonistas. La Babilonia es como llamaban los grandes literatos de la época a Sevilla, esa gran Babilonia de España, por todo lo que representaba, de opulencia, boato, esplendor, pero también de vida pecaminosa, de pillaje… Está todo contenido ahí. Es cierto que, dentro del compás de la laguna, de esa mancebía sevillana, ese prostíbulo legal de la ciudad, hay una de las casillas donde vende su cuerpo la protagonista. Este nombre es ficción, no se llamaba así. He querido llamarla también la Babilonia, porque resume todo. Es una botica muy cotizada, donde va gente de mucho prestigio, pero donde también está toda la miseria, el pecado, esa vida pecaminosa que está contenida en la expresión de lo que representaba la ciudad de la época”.

 - ¿Cómo era vivir en la Sevilla de esa época? ¿Qué hacía diferente a la ciudad en España y en Europa?
 
“Al tener el monopolio del comercio de las Indias, todas las flotas de Indias tenían que pasar obligatoriamente por el puerto de Sevilla, con ese convoy que entraba y salía dos veces al año. Se descargaba todo el oro y toda la plata y el resto de mercancías y de riquezas. Esa población se enriqueció exponencialmente y dio a la ciudad muchísimo. Yo me pregunto si toda esa desigualdad que hay a día de hoy en Sevilla, que es la ciudad con más barrios desiguales de España, no trae causa también en todo aquello, porque la ciudad se ha enriquecido muchísimo, pero también se generó un enorme escalón social y desigualdad. Era apasionante vivir allí, si tenías ciertos recursos. Si no, estabas fastidiado. Dentro de la península, era el lugar más fascinante. Luego tenemos Canarias, que también vivieron mucho de este comercio de Indias, porque ahí paraban a hacer aguada, a cargar mercancías, en diferentes islas.  Canarias también tiene su papel en la trama, porque nos vamos a ir en uno de esos galeones, con esa flota, y una parte de la trama se desarrolla en Garachico, también una ciudad que se hizo riquísima”. 



- Entiendo que una parte importante de los retos que se afronta al dar ese salto a la novela histórica es, precisamente, el de la documentación, ¿verdad? 

“Sí, en ese sentido he sido muy rigurosa. Me parece esencial un ejercicio de honestidad con los lectores, sobre todo el conocer yo la época todo lo mejor posible, estudiarla e interiorizarla cuanto esté en mi mano y luego, si hay algo que, por la acción, se considera importante ficcionar, en mi caso lo que hago es hacerlo saber a los lectores en una nota final. Esto exige muchísimo trabajo, primero de estudio, de lectura de textos de la época, de crónicas… en archivos, en librerías de viejo he encontrado verdaderos tesoros y también contar con el criterio experto de profesores y profesoras de universidad, especializados en los distintos contextos de esa época y que, por suerte, siempre son muy generosos a la hora de aportarte su saber y de decirte si estás metiendo un gazapo o vas por buen camino.

Luego, estuve viviendo específicamente en Sevilla durante medio año para buscar todo esto y para estar in situ, me llegué a enrolar en una réplica de un galeón, armado, como el de la novela. Esto fue un regalo para mí, yo no sabía que existían réplicas navegando por el mundo. Hice un trayecto de cinco días con ellos, desde Vigo a Bermeo, y tuve la oportunidad de dormir allí, de ayudarles a arriar velas, de marearme como solo se marea en un galeón, de oír crujir la madera por la noche… Es duro, pero, ayuda muchísimo a la hora de trasladar a los lectores esta experiencia sensorial”.

 - El otro reto que se afronta al escribir una novela histórica es evitar hacer un juicio desde el presente. ¿Cómo lo hizo?

 “Sí, eso es todo un reto, porque vivimos en el presente, por mucho que yo me haya querido documentar y meter en esa máquina del tiempo, incluso metiéndome en el galeón, al final vivimos en la época que vivimos y es complicado no saber cuándo estamos proyectando, pero bueno, en todo caso el ejercicio es ponerse en la piel de esas personas, que, además, era mi motivación. En el caso, por ejemplo, de Damiana, que era una mujer que vendía su cuerpo en la mancebía sevillana, nos han llegado muchas referencias por literatos que iban allí y después nos lo contaban, pero nunca hemos tenido la oportunidad, que a mí me conste, de saber precisamente en boca de esas mujeres, cómo era esa vida suya. Lo que yo quiero es que nos pongamos en esa piel, me parece mucho más interesante. Una niña huérfana que no ha tenido recursos, que se ha buscado la vida como ha podido y se ha ido curtiendo –cada día es un desafío para la supervivencia–, me parece que es mucho más interesante y mucho más novelable, además de restituir esa deuda de la que hablábamos. Tiene mucho más que decir que un noble al que se lo han dado siempre todo y, para mí, mi ejercicio y mi trabajo es intentar ser ella, transforme en ella, hablar por su propia boca, digamos. Ahora ya que juzguen quienes lean, pero también lo juzgarán desde el presente, porque al final son las herramientas que tenemos”.

FIRMA FOTOS: Andrea Gil

Saludos, danke, desde este lado del ordenador

Santiago Castellanos y su visión del mundo godo

Lunes, Noviembre 20th, 2023

“Para un creador literario, la época visigoda es apasionante”, aseguró el historiador y escritor de novela histórica Santiago Castellanos en Tacoronte Histórica. Castellanos acudió a la tercera edición del Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte para presentar su libro Rey de los godos (Edhasa, 2023), con la que, según la crítica, se consagra entre los grandes del género de la narrativa histórica en España.

 “Es apasionante” … dijo Castellanos como escritor, mientras que el historiador situó con precisión: “Estamos hablando de una época trascendental, cuando el Reino de Visigodo de Hispania empieza realmente a fortalecerse y ocupar casi toda la Península Ibérica. En realidad, toda esta época es lo que viene después de Roma, en el conjunto de Europa y el Mediterráneo. Es un mundo de cambios tan profundos que van a modificar el mapa de todo el mundo occidental hasta ese momento”.

 “Los godos son muy pocos en términos demográficos. Es una minoría absoluta, desde el punto de vista de la población que había en Hispania en esos momentos, y, sin embargo, fueron capaces de construir un sistema y lo consiguieron en un sistema fundamentalmente militar, los godos funcionan con un cerebro militar. Hacer esto es difícil, pero los godos lo consiguieron, aunque, nosotros, desde el presente, sabemos que todo esto se disolvería como un azucarillo en el siglo octavo”. La novela se ambienta en esa época, es producto de esa época y quiere trasladar a los lectores todo ese mundo a través de la tragedia personal del protagonista.

“Esta época es apasionante para un novelista porque es cuando todo el juego se está jugando. La partida se está jugando y es muy importante porque las piezas que habían formado parte del juego anterior ya se han repartido durante varios siglos y, sin embargo, hay poderes que se resisten a dejar de jugar. Este es el hilo conductor de mi novela: los poderes tradicionales que vienen del mundo romano están jugando una partida que saben que es importante y el protagonista de mi novela, Sergio, forma parte de esa partida”, apuntó.

Sergio fue un niño abandonado en el monasterio de Santa Eulalia, en la ciudad de Emérita natal, el fenómeno de la exposición de niños era algo común en Roma y en el mundo antiguo. Fue un niño abandonado ya relativamente crecido, casi un adolescente. Al mirar hacia atrás desde el Toledo del siglo VII, Sergio recorre los hechos que ha vivido:  el asesinato de Agila, las guerras civiles, las querellas religiosas, el ascenso al trono de Leovigildo y la formación del reino godo en Hispania. En medio de estos hechos, el protagonista se ve obligado a tomar decisiones. Verse obligado a elegir significa para su protagonista, según el escritor, preguntarse “¿qué inocencias pierde? No las pierde todas, pero sí algunas de las más importantes”, detalló el novelista.

 Aunque para los lectores, los dilemas de Sergio lo hagan parecer un hombre actual, él es “más romano que el río Tíber”. Lo que ocurre es que, al contar sus memorias, Sergio aborda algo “tan humano como atemporal… hasta dónde estamos dispuestos a apostar nuestra vida –dijo, preguntando al público–: ¿qué estamos dispuestos a perder… por una carrera profesional, por una ambición política o literaria? Ese es el tema de mi novela, que no es el de la Hispania visigoda”.

 “El proceso creativo es muy duro y, en mi caso, además, cuando uno es profesor de Historia de Roma, es más duro en el sentido de que uno tiene que desdoblarse, en cierto modo. Hay una cierta esquizofrenia cultural o intelectual”, dijo Castellanos.

Castellanos aseguró que “hay un vaso comunicante entre la ciencia y la literatura”, lo que, a su juicio, explica que en estos momentos haya más narrativa de creación en la que se recogen los avances realizados por la investigación histórica respecto al periodo de la sustitución del Imperio Romano por los nuevos reinos de los pueblos bárbaros: “yo creo que hay un trasvase; en los últimos 30 o años la ciencia ha dado un vuelco a lo que se sabía sobre esta época, no solo en Hispania, sino también en el resto de Europa. Entonces, antes no podía haber esa expresión literaria, porque la literatura, igual que el cine, es hija de su mundo. La ciencia no había planteado nuevas preguntas, nuevos interrogantes”.

Rey de los godos es una simbiosis perfecta entre historia y literatura en la vida de su protagonista, Sergio, permite conocer los convulsos tiempos que decidieron el futuro de lo que había sido la Hispania romana, una tierra peligrosa en la que imperan el caos y la batalla, donde las ambiciones y el ansia por el poder chocan con el amor y las pasiones.

Santiago Castellanos (Logroño, 1971) es profesor titular de Historia Antigua en la Universidad de León. Doctor en Historia por la Universidad de Salamanca, ha sido Visiting Scholar invitado en la Universidad de Oxford y profesor de investigación por la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos. Como historiador, ha dirigido varios proyectos de investigación del Ministerio de Educación y del de Economía, analizando los cambios en el ocaso del Imperio romano y la Hispania visigoda; ha publicado en revistas científicas, como Journal of Early Christian Studies, Early Medieval Europe o Historical Research, entre otras, ha impartido decenas de conferencias en diversos países del mundo y es autor de capítulos en obras colectivas en algunas de las editoriales internacionales más relevantes.

Entre sus ensayos, cabe mencionar En el final de Roma (Marcial Pons, 2013), Constantino. Crear un emperador (Sílex, 2010) o Los godos y la cruz (Alianza Editorial, 2007), sobre la conversión del reino visigodo al catolicismo. Sus últimos libros académicos son Los visigodos (Síntesis, Madrid, 2018), Diocleciano y la Gran Persecución (RBA-Gredos, 2018, con edición en Italia, 2019), y The Visigothic Kingdom in Iberia (University of Pennsylvania Press, 2020). Su dedicación a la novela histórica ha dado como fruto obras como Gothia. Muerte en Barcinona o El libro de los crímenes (todas ellas, en Ediciones B). Rey de los godos es su última novela.

Saludos, qué noche la de aquel día, desde este lado del ordenador