Archive for Enero, 2008

‘Óscar. Una pasión surrealista’

Miércoles, Enero 16th, 2008

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Intentar comprender la psicología de los que habitamos estas siete islas abandonadas de la mano de Dios invita a que uno se rompa la cabeza. Probablemente sea una tarea compleja por nuestra obstinada manía de mirarnos al ombligo y la de creer que el mundo gira alrededor del suelo que pisamos. El resto de lo que acontece en el planeta no nos importa. O lo que es lo mismo, nos importa un pimiento. He llegado a la conclusión de que el habitante de las Canarias (sea isleño o no, porque todo se contagia) se cree que es inmortal hasta que alguien le demuestre lo contrario.

Cansado de ser víctima de esta visión tan reduccionista del universo, intento analizar ahora el cambio de opinión en torno a la ópera prima de Lucas Fernández, retitulada para el mercado de habla hispana con el acertado título de Óscar. Una pasión surrealista, filme que mucho antes de su estreno ha sido atacado desde todos los ángulos con torpedos cargados de veneno sin que casi nadie haya visto el resultado final, que es la película, o contemplar el largometraje para ponerlo razonablemente a parir, castigarlo con la indiferencia o loarlo como se merece si se trata de un filme que además de rendir justicia a su protagonista, el torturado pintor tinerfeño, logra conmover el espíritu del espectador.

Entiendan no obstante los que leen estas líneas que cuando escribo lo de criticar no me refiero sólo a los comentarios que puedan verter sobre ella los canarios y otros habitantes del pseudoparaíso, ya que sospecho que tras el cambio de pareceres leído en los últimos días en torno al filme, seguramente será bien recibido en estas ínsulas tan necesitadas de guasa y vacilón.

Lo que no termino de entender es la campaña orquestada en torno al trabajo de Lucas (he oído y leído de todo, y no bueno precisamente) y ahora el cambio de tercio. Los babosos siguen siendo los mismos de siempre, eso está claro, pero los que mostraron sus puñales se los han guardado recatadamente y aquí no ha pasado nada. No entiendo nada, en fin.

En todo caso, pienso que todo obedece a una estrategia muy inteligente de su director, Lucas Fernández, para dar la vuelta a la tortilla. Los que han visto la cinta me han hablado muy bien de ella, soltando esa frase fatal para el cine nacional como es la de “fíjate si es buena que no parece española”. Y asiento en silencio, mientras cuento los días para ver la película dirigida por un canario que se estrena este año en Canarias. Sólo con eso, bravo. Ya opinaremos cuando tengamos oportunidad lo que nos parece el trabajo de su director. Aunque para serles sinceros sólo espero ver una buena película. O por lo menos una correcta película.

También le deseo éxito no en estos siete peñascos alborotados sino en los mercados internacionales, y que Lucas Fernández inicie una carrera tras la cámara que lo obligue a emigrar de las miserias y tibias venganzas de su tierra.

Yo mientras tanto fumando espero. 

La película se estrena el 29 de febrero y no a finales de marzo como anuncié en este mismo blog. La primera semana de ese mismo mes se exhibe en la sección no competitiva de la Berlinale. En nota de prensa se me informa, además, que “esta ambiciosa producción ha contado con un presupuesto superior a los seis millones de euros financiado por la productora de Los Ángeles (EEUU) Media-Turner Productions, por la francesa Destiny Films, por Televisión Española (TVE) y por Report Line Producciones (Canarias)”.También que la película recibió una subvención de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias por importe de 300.000 euros, cifra que supone un 4  por ciento del presupuesto total del largometraje… lo que entiendo como un aviso a los navegantes. Como casi todo el mundo sabe, se añade que la cinta está protagonizada por Joaquim de Almeida como Óscar Domínguez, Victoria Abril, Emma Suárez, Jorge Perugorría y Jack Taylor, a quien tuve el honor de entrevistar…

Y pienso, reitero, que Lucas Fernández es un tipo muy inteligente. Las voces venenosas han trocado en voces elogiosas. Ahora todo el mundo habla bien de Oscar. Una pasión surrealista. O habla y comenta el filme con cierta distancia…

Da para que uno se rompa la cabeza. Pueblo chico, infierno grande. O que baje Freud y lo vea. O por lo menos se atreva a psicoanalizarlo. De todas formas, intuyo que lo que Lucas ha querido hacer no es mostrarnos el color del destino sino la pasión surrealista no de Óscar Domínguez sino de estas Canarias en las que vivimos. Vista así las cosas, la película incluso puede aspirar a convertirse en una obra maestra. Aunque yo, como Breton, prefiera seguir cazando lagartos.
He dicho.

‘Luchar por algo digno’

Martes, Enero 15th, 2008

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Pedro Víctor Debrigode (Barcelona, 1914-Santa Cruz de Tenerife, 1982) está considerado el maestro de la novela popular española (que es algo así como las novelitas pulp estadounidenses) por una legión de aficionados que no paran de citar y, lo que es mejor, loar su nombre en diferentes foros de Internet. Creador de personajes aventureros como El Pirata Negro, Lord King, Diego Montes, El Halcón o El Capitán Pantera, entre otros, y prolífico escritor a sueldo de novelas policíacas y de misterio firmadas con su nombre original o pseudónimo (Peter Debry o P. V. Debrigaw, por citar sólo algunos). Está claro que si Debrigode hubiera dado con sus huesos en otro país que no fuera España sería reconocido como se merece.
Lo curioso de Debrigode es que a lo largo de su rocambolesca vida tuvo incluso tiempo para escribir cosas digamos que serias como su autobiografía Luchar por algo digno, memorias cuyo primer tomo publicó Ediciones Idea hace unos años con el subtítulo de El barco borracho, y cuya segunda entrega está al caer bajo la subdenominación de El espía inocente.
¿De qué trata Luchar por algo digno? El libro recoge sus experiencias como militar durante la Guerra Civil española, contienda que le cogió por casualidad en Canarias, por lo que combatió del lado de los nacionales, experiencia que narra con fluidez en El barco borracho, donde nos muestra a través de su aguda mirada de escritor cómo se vivió el conflicto en la isla de Tenerife. Uno de los mejores capítulos de este libro es la escalofriante descripción que ofrece de los tristemente célebres barcos prisión atracados en el muelle de la capital tinerfeña y en cuyas bodegas se hacinaban centenares de no afectos a los militares rebeldes, así como emociona y provoca risas nerviosas el comportamiento de sargentos, capitanes y coroneles chusqueros con aquellos pobres diablos a quienes tenían prisioneros. Entre ellos mi abuelo, preso por masón.
En el segundo volumen, que en breve podrá adquirirse en las librerías de las islas, Debrigode nos cuenta el calvario que sufrió en el verano de 1937 cuando tras recorrer buena parte de aquella España en llamas fue condenado a prisión bajo la acusación de abandono de destino (es delicioso el capítulo que describe de su estancia en Cádiz, donde logró disfrutar de unos momentos de paz) así como de malversación de fondos y espionaje. Entre otras cárceles famosas, Debrigode fue un preso más en el penal de Santa María, una especie de antesala al infierno en la que, sin embargo, encontró rasgos de humanidad.
Escritas con rigor no exento de un extraño sentido del humor para soportar tanta tragedia, Luchar por algo digno es una de esas autobiografías que uno no se cansa de recomendar no ya a los interesados en los asuntos de la Guerra Civil, sino también a los que aún se emocionan con una apasionante novela de aventuras. Porque este libro es eso, una apasionante novela de aventuras donde un simpático golfo catalán termina por transformarse en un hombre al que ni los golpes ni el hambre logró domesticar. Se trata del testimonio, en definitiva, de un señor que llegó a definirse en cierta ocasión como ni rojo ni azul, “soy un cachondo y la política me tiene sin cuidado”.
Un gran libro, en definitiva. O una de esas autobiografías noveladas que piden a gritos convertirse en película o serie de televisión para que su mensaje llegue a todos esos (que hoy son multitud) a los que les cuesta un riñón disfrutar del placer de la lectura.

Ellos y ellas se lo pierden.  

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¡Llorad, malditos, la muerte de George McDonald Fraser!

Sábado, Enero 12th, 2008

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La lectura del periódico agria el carácter. Que me lo digan a mí… Hago responsable de que  la sombra de la tristeza haya vuelto a revolotear por mi cabeza a J. J. Armas Marcelo y su adictiva colaboración (A la intemperie) que publica el ABC de las artes y las letras, donde leo sorpendido que George McDonald Fraser, el genial novelista británico y padre del héroe cobarde más delicioso de la literatura moderna, Harry Flashman, ha muerto. Ha muerto.

Tardo un tiempo en reaccionar. ¿George McDonald Fraser ha muerto? No me lo creo. No puede ser cierto… Y busco en la red, esperando que J.J. Armas Marcelo se haya equivocado, que todo se debe a un lamentable error… pero no, mi admirado George McDonald Fraser ha muerto. Así de sencillo. Dejó este mundo tan podrido y por lo tanto necesitado de las aventuras de Harry Flashman el pasado 2 de enero. Y en España ni una puta línea, ni un artículo reconociendo la labor de este singular escritor que como todo gran escritor cuenta con una biografía igual de literaria. Los numerosos aficionados a su serie Harry Flashman estamos de luto y encanallados. Es decir, que nos sentimos un poco traicionados por Fraser. Yo esperaba.. yo esperaba que sus novelas sobre Harry iban a continuar apareciendo y que por fin, un día de estos, quizá el próximo año, caería en mis manos el volumen de sus aventuras en plena Guerra de Secesión Norteamericana. Pero no va a ser así, y por eso me siento estafado, noqueado… aunque miro las estanterías de mi biblioteca y observo en un lugar destacado todas las novelas que publicó Edasha sobre ese militar seductor y cobarde que consiguió con mentiras y arribismo impresentable las más altas condecoraciones del imperio británico…

Escritor y guionista, Fraser firma el libreto de Octupssy, uno de los Bond más divertidos de cuantos protagonizó Roger Moore, aunque si por algo es conocido entre los lectores es por la serie que le dedicó a Harry Flashman, las supuestas memorias de un cínico y cobarde militar británico que estuvo en casi todas las grandes campañas militares de su gloriosa nación a partir de la segund mitad del siglo XIX.

Afganistán, Sudáfrica, Abisinia, la península de Crimea… fueron sólo algunos de los escenarios donde este impresentable de uniforme fue adquiriendo fama y notoriedad, al tiempo que de su mano Fraser nos mostraba la otra cara de la gloriosa Unión Jack.

Novelas de aventuras, George McDonald desmitificó para siempre las batallas del imperio y transformó sus libros es una especie de espejo deformante de las épicas cantadas por gigantes anglosajones como Kipling o P. C. Wren. Su mirada casi siempre fue de absoluto desprecio hacia los generales y de honesto aprecio por todos aquellos que fueron enviados al matadero en nombre de la Gran Bretaña.

Se habló de convertir sus aventuras en serie de televisión, pero el proyecto nunca llegó a puerto pienso ahora que por demasiado brutal con las glorias pasadas de su país. Malcom McDowell sí que lo encarnó en una cinta desigual dirigida por Richard Lester, El cobarde heroico (que refundía en uno los dos primeros libros de la colección, Harry Flashman y Royal Flash);  así que los aficionados todavía estamos a la espera de que un cineasta valiente lleve otra de sus historias al cine sin escatimar medios ni la crudeza de sus descripciones… Ay, algo me dice sin embargo que no… aunque nos quedan sus novelas, sus fantásticos relatos de capa y espada en los que Harry, huyendo del peligro siempre encontraba la paz bajo las faldas femeninas…

En fin, que se nos ha ido otro de los buenos. De los mejores, para que me entiendan. Va por usted George McDonald Fraser. También por tí, Harry Flashman.

Para saber más del escritor y su personaje recomiendo la consulta de está página:  www.harryflashman.org.

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Un asesino incómodo

Viernes, Enero 11th, 2008

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Resulta incómoda por lo que un telespectador que ha sido educado en las creencias judeocristianas tiene que verla a distancia y casi a hurtadillas o de reojo. Qué más da. A mí, sin embargo, es precisamente por su espíritu transgresor lo que más me llama la atención. Que resulte tan antipática y fría. Distante, que casi huela alcohol alcanforado. Además, se trata de una ficción con vocación de ficción. Es decir, que no presume de contarnos cosas de la vida real ni bucear en las relaciones para desnudar el alma de sus protagonistas. No. En Dexter todo es gélido o tan frío como un cubo de hielo.
Viéndola me he dado cuenta que ésta y no otra se convertirá con el paso del tiempo en una serie de culto. Ya saben, una serie a la que un grupo de iniciado venera  porque ha descubierto en ella las claves secretas que la hace grande. A mí me da igual, pero háganme caso porque tengo ojo para estas cosas.
Dexter no es para todos los públicos. Pero tal y como están las cosas las mejores series de televisión (en la que no entra, naturalmente, ninguna española) no son para telespectadores con encefalograma plano. Hablo de A dos metros bajo tierra, de Los Soprano, incluso de Los Simpson y si me apuran de Dexter. Sólo que Dexter manda a paseo la unidad familiar para contarnos la historia de un monstruo razonablemente bueno.
¿Dónde se ha visto esto?
Si no han seguido la serie, que actualmente emite la Fox, les cuento sucintamente de qué va Dexter. Pues se trata de la historia de un asesino en serie a quien su padre adoptivo, un policía, domesticó en su turbulenta adolescencia. El padre murió pero Dexter que ahora trabaja de forense para la misma policía, lo evoca de tanto en tanto para justificar sus carnicerías. Vamos, que el asesino adolescente se ha transmutado en un asesino adulto pero domesticado. Es decir, continúa con sus malos hábitos, pero ahora canaliza su instinto depredador con otros asesinos.
Dexter está protagonizado por Michael C. Hall, que era el hermano alegre de A dos metros bajo tierra. El actor demuestra con su nuevo papel que es un tipo con numerosos registros y una futura estrella de la televisión porque resulta creíble en un papel tan increíble. Claro que, en el fondo, no deja de ser un Harry el sucio pero fino. Y sin Mágnum aunque sí con estilete.

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Y sí, estoy enganchado a la serie hasta que algún episodio me demuestre lo contrario. Pero más que por ver cómo se le despierta su instinto justiciero, por las complejas elucubraciones mentales que se plantea para justificar sus actos. Todo el rato viene a decirnos algo así como que quién mata a un asesino tiene cien años de perdón y no… No, pero por eso me tiene cogido, por mostrarme el otro lado de la bestia. O de un tipo congelado, sin sentimientos y que ni siquiera sueña. El monstruo, vaya, que quiere ser como el resto de los mortales: un tipo que paga la hipoteca de su casa y que se preocupa por la salud de sus hijos.

Sátiras del poder y la fama

Jueves, Enero 10th, 2008

No es un fantasma, pero casi. Paco Obrer me envía desde aquel Madrid de… su nuevo libro , titulado Vanitas Vanitatis. Sátiras del poder y la fama en el que retrata con un estilo despiadado a 90 protagonistas de la actualidad nacional e internacional con pluma afilada y ganas de meter ruido. Mucho ruido.

El fantasma de Paco Obrer, pseudónimo tras el cual se esconde un personaje acostumbrado a usar máscaras, aprovecha estos retratos para meter el dedo en la llaga y nos cuenta sus delirantes visiones personales de estrellas de la farándula cañí como Isabel Pantoja y de políticos del talante de Zapatero.

El estilo es cuidado, y la risa no deja de sacudir al afortunado lector que se introduce en este universo de canallas tras un breve pero sustancioso prólogo firmado por Raúl del Pozo.

Publicado por Amargord Ediciones, Vanitas Vanitatis cuenta con perlas tan descacharrantes como las siguientes: “Zapatero ganará, y lo hará a golpe de errores ajenos y paciencia, de alfombrilla, de cupones de la ONCE, de café con leche y churros en la cafetería del Congreso” (…) “Lo que choca de este personaje con carta astral de funcionario es que nos hable de socialismo libertario y venga defendiendo la sociedad civil. Defendiendo a los que no somos políticos, ni afiliados, ni funcionarios, ni curas, ni militares, ni sindicalistas ni rentistas de ínsula bancaria alguna”. O esta otra pincelada, ahora sobre Aznar, ”Muchos sospechan que se la ido la olla. Dicen que le ha salido un gorro invisible de Napoleón. Otros piensan que hay que erigirle una escultura en la Castellana a lomos de un caballo, aunque quede un poco paticorto, con la siguiente leyenda: A Ansar I, el belicosillo”.

Vanitas Vanitatis es así. Retratos y retratos desquiciados y desquiciantes de personajillos y personajes que como Alfonso Guerra, Almodóvar, Garzón, Bono, Pujol y Rappel, entre otros ilustres, forman parte del espejo deformante de esta España en la que vivimos. Un libro que respira mensaje libertario, y cuyas palabras no tienen miedo ni inquietud al que pasará… y sí mucho de mofa, de reírse de los famosos y de los poderosos porque su autor, Paco Obrer, el fantasma, sabe que es la única manera de darle donde más les duele: mostrando que son tan ridículos y surrealistas como nosotros mismos.

No tiene desperdicio este libro ácrata y canalla, sobre todo en unos tiempos como vivimos tan necesitados de llamar a las cosas por su nombre. Su lectura, al menos, me ha limpiado medio cerebro de basura cotidiana. Así que sólo por su labor de desagüe merece la pena leerlo.  

Danke Obrer, el fantasma… 

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La voz de oro africana llega en marzo a Tenerife

Miércoles, Enero 9th, 2008

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Amigos y aficionados conocen a Salif Keita (Djoliba, Mali, 1949) como la voz de oro africana. Voz que casi con toda probabilidad podremos volver a escuchar en marzo a este lado apartado del Atlántico. El lugar, el Auditorio de Tenerife.

La historia de Keita da para escribir un millar de novelas. Apartado por su familia y por la sociedad por nacer albino, lo que es un signo de mala suerte en la cultura Mandica, Keita a base de tesón y trabajo duro se hizo un hueco primero en la canción de su país y más tarde en Europa donde ha consagrado su trayectoria en el mundo de la canción. Disfrutar de su música siempre es un lujo, así que aficionados a la voz de oro que nos vino de África prestad atención: Keita regresa. La cita: Auditorio de Tenerife, marzo de 2008.