Archive for Enero, 2008

‘Flash Gordon’, señor del re(uni)verso escandaloso

Jueves, Enero 24th, 2008

flash_gordon1.jpg En la memoria visual y sonora de cada uno de nosotros existen una serie de títulos y canciones que siendo rematadamente malos han sabido hacerse un hueco en nuestro maltrecho y generalmente herido corazón. Una de estas películas de desguace es la versión que Mike Hodges firmó en 1980 del popular personaje de los colorines, tebeos, historieta o cómic conocido en todo el universo de papel (y ahora fílmico también) como Flash Gordon, aunque su autoría cinematográfica le corresponde más bien a su excéntrico productor, Dino De Laurentis.

Machacada con toda justicia por los aficionados a las tiras de Alex Raymond (aunque en historieta siempre me gustaron más las aventuras que sobre el mismo personaje plasmó Dan Barry a finales de los 60 y 70), el Flash Gordon hecho cine es un homenaje declarado y descarado a la mixtura, a la mezcla gozosa de los géneros más pueriles de nuestra infancia con una banda sonora que todavía rompe los dientes firmada por un grupo de rock –Queen– que supo romper dientes mientras aún estaba entre nosotros su radical vocalista con sueños de diva llamado Freddy Mercury.

En Flash Gordon, además, parece que conspiraron los demonios para rendir tributo no ya al héroe rubio, alto y con ojos azules que encarna Gordon, sino también caprichosos espíritus bromistas en lo que tiene gran parte de culpa el autor de su guión: Lorenzo Semple Jr. Lo que da pie a un chiste fácil, Flash Gordon la escribió un tipo con apellido simple. Lo que es así, pero tampoco.

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La película, con apoyo reitero musical y machacón de Queen, es bastante fiel en sus inicios al tebeo original de Raymond. Flash, un jugador de rugby que interpreta con festiva poca profesionalidad Sam J. Jones, conoce en una avioneta a quien será su novia de papel, Dale Arden (encantadora y hoy olvidada Melody Anderson), en una avioneta, mientras La Tierra está siendo sacudida por extrañas anomalías meteorológicas. Del cielo no caen granizos, ahora lo que caen son piedras de fuego… La avioneta es alcanzada por una de estas rocas incendiarias y mal aterriza en la propiedad del doctor Zarkov, que (dice) interpreta Topol, quien los secuestra para viajar juntos al planeta Mongo. Imperio de opereta que dirige Ming, que ahora tiene la cara de Max Von Sydow.

Una vez en Mongo (Porno, que se llamaba en la versión soft, titulada Flesh Gordon), el atractivo jugador de rugby pasa por mil peripecias, logra unir a los desunidos reinos y principados del planeta bajo la bota del peligro amarillo con apellido de noble sueco y entre batallas aéreas, sexo para todos los públicos (sigue estando divina Ornella Muti como la princesa Aura, hija del malvado Ming), y Queen dando la barra, es imposible que este filme rabiosamente iconoclasta y gamberro no le haya roto el corazón a más espectadores, y no sólo a este que les escribe.

La película divierte, entretiene y te deja esa rara sensación de que te ha tomado el pelo a sabiendas. Es como un niño a punto de convertirse en adolescente. Irritantemente libre, aunque atisbe que ya va siendo hora de que pierda su inocencia… Yo la considero un clásico del cine de estar por casa. Un peliculón de esos que no te cansas de ver y con los que te partes la mandíbula de la risa. Lo único que estropea su perfecta y estúpida redondez es que no aparezcan más razas estrambóticas de las que creó Raymond, salvo los hombres del bosque, con Barin a la cabeza y los hombres halcones, cuyos líderes tienen la cara de Timothy Dalton y Brian Blessed. No puedo ni debo olvidarme tampoco de la estupenda Mariangela Melato, que parece que es la única que se toma en serio está parodia interpretando a una espartana amazona de la policía secreta del pérfido Ming. Será esto ¿el fin?  
   

Brasil es una ‘Aquarela’

Miércoles, Enero 23rd, 2008

toquinho2.jpg Cantante y compositor de una de las mejores canciones de la música Latina (con L mayúscula) de todos los tiempos, Aquarela, sirvan estas líneas para recordar a los despistados que el próximo domingo actúa en el Auditorio de Tenerife Antonio Pecci, Toquinho, uno de los grandes de la música brasileña.

Sé que va a resultar exagerado, pero si usted ha sido uno de esos afortunados que conoce el país de Pan de Azúcar, Brasil respira en cada una de las canciones de este legendario intérprete. Porque Brasil, como su bandera, es de un verde que ciega los ojos, pero también de un amarillo que invita a tumbarte en la arena de cualquiera de sus playas para que te olvides del universo.

Las notas de prensa anuncian que el cantante va a celebrar en Tenerife sus 40 años dedicados a la canción, pero no hagan caso. En todo caso, viene a estas islas zarandeadas por la mano de Dios con la esperanza de inocularnos algo de la sangre que corre por las venas de su también castigado país. Y ese dulce veneno en forma de canción que también es Brasil puede traducirse por una dulzura casi tan contagiosa como la del azúcar y por una belleza que nace desde la pureza. O lo que es lo mismo, desde la mezcla salvaje de las razas.

Si Toquinho es droga dura, no les digo nada de la experiencia casi religiosa que es vivir una temporada a tu aire en cualquier ciudad o pueblo remoto de Brasil. Un país que, pese a las adversidades, no ha perdido el gusto por la generosidad. De tender la mano sin esperar nada a cambio.

Por eso, y tras cofensar que soy de los que entiende el brasileiro pero se confunde con el portugués, creo que si hay paraíso en la Tierra lo más parecido a él es ese gigantesco e indiferente país latinoamericano.

Muito obrigado, Toquinho.

Muito obrigado, Brasil.

El Parlamento de Canarias acoge mañana la presentación del libro ‘Proceso a la CNT: 19 fusilados el 23 de enero de 1937′

Martes, Enero 22nd, 2008

La sala de cabildos del Parlamento de Canarias acoge mañana, miércoles, la presentación del libro Proceso a la CNT. 19 fusilados el 23 de enero de 1937,  del investigador Ricardo García Luis. Está previsto que al acto acudan familiares de los cenetistas ejecutados, y que el volumen sea presentado por el historiador Ramiro Rivas, así como su autor, a partir de las 19 horas.
Proceso a la CNT ha escogido este escenario porque fue en este mismo recinto, el salón de plenos de la Cámara regional, donde se celebró el Consejo de Guerra que condenó a muerte a los 19 anarquistas, y que en aquel entonces era sede de la mancomunidad de cabildos.
El libro pormenoriza cómo discurrió este Consejo de Guerra, e incluso ofrece una reproducción facsímil de la sentencia. La obra de Ricardo García Luis cuestiona además la acción de la “justicia de los rebeldes” y rastrea biográficamente a cada uno de los 19 ejecutados, tanto en fuentes escritas como orales. El libro cuenta con fotografías, certificaciones y recortes de prensa, entre otro material documental.
Ricardo García Luis es coautor de El Telémaco y Vallehermoso, el Fogueo, y también de La justicia de los rebeldes (los fusilados en Santa Cruz de Tenerife 1936-1940) y  Estrella Polar. Un viaje clandestino Canarias-Venezuela 1948,  entre otros.

‘Vampira’ es inmortal

Lunes, Enero 21st, 2008

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Comienzo  la semana con una reseña dolorosa que, una vez más, pasa desapercibida para la cada día menos aguda prensa local: la noticia del deceso de Maila Nurmi, más conocida entre todos los aficionados de bien del cine fantástico y de terror de todos los tiempos como Vampira.
Convertida en un Icono de género e imitada hasta la saciedad por numerosas aspirantes a ocupar su lugar, entre ellas la olvidable Elvira, creo que muchos no le vamos a perdonar que nos hiciera creer que era inmortal cuando nos dejó solteros y sin novia a la edad de 86 años.
Su personaje, Vampira, con el que presentó un programa de cine de terror en la televisión norteamericana de los años 50, está claramente inspirado en las tiras cómicas de La familia Addams, que dieron con posterioridad origen a una de las mejores series de televisión de todos los tiempos, La familia Addams, protagonizada, entre otros, por la encantadora Carolyn Jones y el gran John Astin. Sin embargo, cosas de la vida, si Vampira es hoy recordada por legión y legión de aficionados es por su aparición, apenas unos cinco minutos, en Plan 9 from outer space (1959) de Ed Wood, estrafalario cineasta que hoy ocupa el dudoso honor de encabezar la lista del peor director de la historia del cine.
Tim Burton le rindió justo tributo a Wood en una película inspirada en su excéntrica vida, donde repasa, entre otras cintas, el rodaje de Plan 9 del espacio exterior. La película original, que he tenido la suerte de ver la semana pasada, no deja de ser una simpática payasada de extraterrestres que resucitan a los muertos para conquistar la Tierra, con platillos volantes de fabricación casera sobrevolando Hollywood. Los diálogos son deliciosamente estúpidos, apenas cambia de escenario y recurre a imágenes de archivo, entre otras, las de un cadavérico Bela Lugosi que murió días antes de que comenzara este monumento cinematográfico a la improvisación.
No creo que Vampira le hiciera mucha gracia trascender este mundo siendo recordada por su breve, pero descacharrantemente intensísima intervención en esta película, pero pese a todo, merece de nuestro reconocimiento como fanes fatales. Su larga cabellera negra (aunque al parecer era rubia natural) y su cintura de avispa no deja de despertar extrañas lecturas en mi cerebro y en otras partes de mi anatomía a pesar del tiempo pasado. Claro que quizá se deba a que si bien los caballeros las prefieren rubias al final se casan con las morenas. Eso al menos decía mi por otra parte también admirada Anita Loos.

Descansa en paz, Maila Nurmi, pero vive entre nosotros Vampira.  

Más cine de barrio: ‘El jorobado de la morgue’

Viernes, Enero 18th, 2008

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Cuando cae la tarde y empieza la noche, este que les escribe siente la quemazón de la soledad, que es un estado de ánimo bastante deprimente porque además de hacerte pensar en cosas feas llegas a la conclusión de que la vida es un chiste demasiado corto. Pues bien, así estaba yo un día de esta semana que termina cuando llegó a mis manos una de esas películas de barrio que le levantan la moral a cualquiera. En especial a los hundidos, o esos niños mayores que no han terminado de percatarse todavía que los sueños, sueños son.
La visión de esta película, que ya había visto en el pasado y de la que guardaba gratísima memoria, me hizo feliz un buen raro y me obligó a reflexionar en todas aquellas tonterías que impide que piense sobre mí mismo. Lo que agradezco y justifica la devoción de adicto que tengo por el cine como vehículo de tonto entretenimiento. La película, El jorobado de la morgue, no es una obra maestra del cine fantástico español, pero sí una delirante película de terror hecha en casa que provoca sanas carcajadas.
Protagonizada por Jacinto Molina/Paul Naschy, El jorobado de la morgue nos cuenta pues la delirante historia de un jorobado que trabaja como encargado de un depósito de cadáveres. El pobre vive marginado por todos, excepto por Frieda, una joven que es su única amiga y de quien Gotho (el jorobado)  está enamorado. Pero un día ella muere, y Gotho roba el cadáver para llevárselo a unos científicos que estudian la forma de devolver la vida a los muertos y, claro está, pasa lo que pasa… Una locura. Es una pena que historias así ya no se hagan, porque un espectador sin prejuicios en la cabeza y con ganas de pasárselo bien se lo va a pasar requetebién con este largometraje que copia sin arrugarse el traje elementos de todas partes. Incluso de mi admirado (en aquella tierna adolescencia que ya se fue) H. P. Lovecraft en la que probablemente sea una de las escenas más excéntricas de la historia del cine. Con uno de los médicos invocando a deidades prohibidas mientras al jorobado le tiran ratas como gatos que, al parecer, los de producción pillaron en las alcantarillas y tuvieron varios días sin comer. Angelitos.
Dirigida con psicotrónico estilo de barriada por Javier Aguirre, El jorobado de la morgue es una de esas malísimas buenas películas que los nortemericanos hubieran rescatado del baúl de los recuerdos para declararla obra maestra del mal gusto. El problema es que es española, y en este país somos más dados a marginar y aislar a todos aquellos que nadan a la contra lo que a mí, personalmente,  me produce escalofríos.
A modo de advertencia, esta cinta se la recomiendo a ese público al que le gusta el vacilón y echarse unas risas con el miedo, una fórmula que al menos para este escriba le sirve para liberar tensiones y por lo tanto de perfecto relajante muscular. Además, está protagonizada por Paul Naschy, un actor que sin caerme demasiado bien siempre he respetado por su fidelidad al género de la fantasía en general.
En definitiva, que les recomiendo más que una película un buen antídoto contra los demonios de la depresión. Aunque mejor no me hagan caso. Claro que entonces se la perderán…  

El hombre es un mono que un día comió un hongo alucinógeno

Jueves, Enero 17th, 2008

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Por mucho que hayamos avanzado todavía quedan temas que levantan ampollas en nuestras conciencias, independientemente del signo ideológico con el que cada uno ha encarrilado su vida. Por ello, hablar de sustancias psicotrópicas o drogas como comúnmente se las conoce, resulta incómodo. En especial porque esta sociedad tan limpia y sana en la que queremos vivir las considera tabú o instrumento del mismo diablo. Lo que está claro es que casi nadie quiere hablar con honestidad y rigor del asunto, por lo que en el debate sobre las drogas hablan los mismos inquisidores de siempre y algunas víctimas escogidas por el sistema. Sistema que, supongo que a nadie se le escapa, ha devenido en una especie de fascismo dulce donde tanto las izquierdas como las derechas coinciden en sus deplorables y pseudos moralistas argumentos.
Afortunadamente todavía quedan en España voces valientes e ilustradas que encaran el problema de las drogas como debe ser. Esto es raciocinio y profundo conocimiento de causa y efecto. Entre todas las voces que han intentado marginalizar los sumos pontífices del orden destaca, qué duda le cabe a nadie, Antonio Escohotado, que sentó precedente con su ya imprescindible Historia General de las Drogas para que el interesado conociera de cerca los pros y los contras de estas sustancias. En contra de lo que opinan algunos cafres, este libro no es una apología de las drogas ni de su consumo, sino un sesudo tratado que propone precisamente eso: una historia general de las drogas y su empleo entre las distintas culturas humanas. Escohotado continúa dando la vara en la actualidad en su página web www.escohotado.org, que casi se ha convertido en una especie de Grial para todos aquellos que buscan espacios abiertos al disenso y el debate.
Pero no era de Escohotado de quien quería hablarles hoy, sino de Javier Esteban, director de la revista Generación XXI y conocido agitador cultural que pretende romper ideas y suscitar polémicas incendiarias con su último libro: El derecho a la ebriedad. Manifiesto libertario contra la prohibición (colección Soma, editorial Amargod)
Las páginas del libro pues, son una unidad en la que se defiende la libertad absoluta del consumo de cualquier sustancia a partir de la mayoría de edad, con el único límite de la libertad de terceras personas y si bien no supone una apología de las drogas, sí que lo es de la ebriedad, que su autor considera un derecho fundamental que forma parte de la libertad de conciencia que todavía no ha sido reconocido “en nuestras sociedades ni legislaciones”.
Como asegura Javier Esteban, su manifiesto es un reto a la autoridad, pero también a los peatones, y un canto “al dolor de millones de víctimas del llamado prohibicionismo: inocentes cautivos del estado del miedo, ceguera moral e ignorancia que destilan los legisladores. No puedo olvidar a los millones de seres humanos que han perdido su libertad o su vida por causa de unas leyes injustas y mezquinas. Cada humano que se pudre en una cárcel por las leyes de la estupidez es un insulto a la especie, un fracaso del mundo”.
El primer ejemplar del libro, obra que recoge la conferencia El derecho a la ebriedad que su autor no pudo exponer al ser saboteada por las “interferencias continuas de dos personas vinculadas a las fuerzas del orden” en la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid en abril del año pasado, fue enviado al presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado de un secante con 120 microgramos de LSD, asegura su autor, quien inicia su particular y rupturista manifiesto con un prólogo de Antonin Artaud, de 1916, que todavía conmueve por su radicalidad intelectual.
Se esté o no de acuerdo con el derecho a la ebriedad, el libro de Javier Esteban se suma a la todavía pequeña pero cada día más sustanciosa bibliografía de textos heréticos en defensa de los paraísos artificiales, quizá porque cada vez son más los que piensan que el hombre es un mono que un buen día se comió un hongo alucinógeno.