Archive for Marzo, 2017

El tren delantero, una novela de Emilio González Déniz

Miércoles, Marzo 8th, 2017

El tren delantero (Mercurio editorial, 2016) es la última novela, aunque más que novela habría que hablar de divertido experimento literario de Emilio González Déniz, autor, entre otros libros, de El llano amarillo y la cinéfila Hotel Madrid.

Cinefilia hay también en El tren delantero, cinefilia y erotismo en una narración que da eco a otra narración, un poco al modo de Las mil y una noches pero sin el grado de laberíntica complejidad narrativa que ofrece este clásico de la literatura universal.

Emilio González Déniz cuenta así varias historias, y acusa en alguna de ellas obvios homenajes cinematográficos y una cierta parodia de géneros hoy tan populares como el policíaco.

Con estos elementos, no creo que El tren delantero sea un libro para tomarse demasiado en serio aunque ahí, en ese carácter más que irónico, bromista, radica su grandeza como apuesta narrativa en la que se delata lo bien que se lo tuvo que pasar el escritor armando este relato aparentemente fragmentario.

La historia presenta a Vesta Laserre y el detective privado Ernesto Cruz, que investiga la muerte de un señor muy rico que resulta o podría ser el esposo de Laserre, y a través de este diálogo ora bromista, ora reiterativo, se cruzan varias historias que están ahí, podría pensarse, para dar consistencia física a un libro que no llega a las 150 páginas.

Con todo, y si se entra en el juego que propone González Déniz, El tren delantero divierte y araña literatura en algunas frases que disemina a lo largo de un texto que no termina, sin embargo, de funcionar aunque se agradece el tono festivo con el que está escrito, y esa celebración por parodiar con tan entusiasta cordialidad.

Una parodia que más que ridiculizar escenifica está inmensa broma que es la vida.

(*) El tren delantero está publicado en papel por Mercurio Editorial y en su versión digital por ATTK Editores,

Saludos, a la mar fui por naranjas…, desde este lado del ordenador.

Nueva junta directiva del Clúster Audiovisual de Canarias

Martes, Marzo 7th, 2017

El Clúster Audiovisual de Canarias renueva Junta Directiva. El debate y las votaciones de produjeron durante la Asamblea General de Socios, que celebró el  lunes 6 marzo.

El nuevo presidente de la asociación, que reúne a más de cincuenta empresas y profesionales y a instituciones públicas comprometidas con el desarrollo del sector audiovisual, es el productor y director de cine Jose Ángel Alayón (El Viaje Films). A él le acompañan los productores Sebastián Álvarez (Volcano Films) y Jose Víctor Fuentes (Chukumi Studio) como vicepresidentes, y los vocales Ramón Rodríguez (Cyrano Producciones), Jairo López (director de Digital104 y presidente de la Asociación de Cineastas de Canarias Microclima) y Marcos Martín (director de Salero Animation Studio y presidente de la Asociación SAVE). Ángeles Horna (Imaco 89) ejercerá el cargo de tesorera, mientras que las coordinadoras de las Film Commissions de Tenerife y de Gran Canaria, Concha Díaz y Nuria Guinnot, ocuparán la secretaría del Clúster.

Durante la Asamblea General, celebrada en el salón de actos de la sede de la Mutua de Accidentes de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, el nuevo presidente agradeció la  labor realizada en los últimos años por la presidenta saliente, Ana Sánchez-Gijón.

Saludos, no sopla viento, desde este lado del ordenador.

El canto de la raposa, una novela de Rafael Alonso Solís

Lunes, Marzo 6th, 2017

El símil es fácil pero viene como al anillo al dedo: El canto de la raposa es una novela construida con varias capas, también un ejercicio de estilo y un juego, a veces insolente y otras con ganas de buscar pela, con géneros diversos. Tiene mucho de misterio esta novela donde nada es lo que parece y que se construye sin explicar demasiado las cosas, ni el paisaje ni los escenarios en los que se mueven sus protagonistas.

Resulta complejo comentar una novela en la que cualquier clave puede revelar un final que, probablemente, sorprenda a muchos, pero afortunadamente lo que importa en este relato no es el final sino la forma en cómo está narrada. El empleo de una primera y una tercera persona que operan como piezas de un rompecabezas que ahonda, con mucha ambigüedad, en la cabeza de su personaje.

Historia de iniciación, de una iniciación perversa, la novela podría considerarse como un relato iniciático en el que se describe la formación de un asesino. Cuenta además con un comienzo que anima a continuar con la lectura ya que se intuye que la historia irá a más.

“Nací cuando el siglo veinte dibujaba sus últimas décadas, a finales del verano, en esa época en que el sol sofoca las conciencias y aviva el resto de los fuegos, el mismo día, casi a la misma hora y el mismo mes, en que mi padre, un año más tarde y por tenebrosa coincidencia, se diera un tajo en la garganta llenando la habitación de sangre y baba pegajosa”.

El canto de la raposa es un cuento, un cuento terrible pero cuento, ya se sabe. Violenta, escandalosa a ratos, la novela sacude al lector página tras página en un crescendo que si bien no se encuentra en estado de gracia a veces si que lo alcanza.

Más que tener, evoca este libro otros libros que se han tomado el asesinato como una de las bellas artes. Al margen de Thomas de Quincey, hay ecos livianos de El perfume, y más extremo de El asesino de la carretera, probablemente la novela más extraña del insólito y salvaje James Ellroy, pero son solo referencias que asaltan nuestro ánimo lector. Se intuye que el escritor juega con él, y que al final, solo al final, descubrirá la sorpresa. Esa sorpresa a lo vaya no me lo imaginaba así.

La novela desnuda lo que piensa su protagonista, un tipo que no cae demasiado bien y en el que todo es diferente aunque es, precisamente, esa diferencia la que lo hace tan humano, pese a que su trabajo consista en dejar un reguero de cadáveres tras sus pasos por un ordeno y mando de una sociedad secreta, esta sí es secreta y no discreta, que responde al nombre de La Cofradía.

Lástima que sé dé tan poca información sobre la misma, pero se admite porque lo que le interesa al escritor es continuar el itinerario de su protagonista y no contar demasiado lo que sucede a su alrededor.

El canto de la raposa es una novela que apuesta por la ambigüedad, deja que sea el lector quién recree lo que apenas se dice y no se dice… Un pequeño grado de dificultad que más que ralentizar, encaja muy bien en una obra sembrada de pistas falsas que desemboca en una resolución inesperada.

Es posible, y es una sospecha ligera, que algunos de los elementos que disemina en esta historia de inmersión en el mundo de los adultos sean explotados por Rafael Alonso Solís en próximas novelas. Y merecerá la pena leerlas no ya para conocer algo más de esa extraña organización criminal sino por los personajes que protagonizarán esos libros que no sé si tiene en la cabeza.

El canto de la raposa solo es el principio de una carrera que se augura preocupada por el retrato psicológico de los personajes. Que lo que son por dentro mueven la acción que hace avanzar a todas las historias.

Saludos, lunes, desde este lado del ordenador.

Jorge Fonte explora la cinefilia de Woody Allen

Viernes, Marzo 3rd, 2017

Tras  desentrañar las claves literarias y musicales de Woody Allen, el investigador Jorge Fonte explora ahora la pasión por el cine que mantiene el cineasta en Woody Allen. El cine dentro de su cine (Editorial Diábolo, 2017).

En este volumen, Jorge Fonte repasa las películas que más le han gustado como las que más le han influenciado al autor de Annie Hall con el cálculo y la precisión de un cirujano, y resulta clarificador para detectar muchas de las referencias cinéfilas que ciajan su cinematografía y que van desde los grandes cómicos del cine silente a los hermanos Marx, casi una refrencia obligada en muchos de sus filmes; Ingmar Bergman, Federico Fellini y Luis Buñiel, entre otros.

La edición de Woody Allen. El cine dentro de su cine está muy cuidada y cuenta con una excelente selección gráfica, otro aliciente para perderse por ente las páginas de un libro cuyo objetivo es que el aficionado conozca un poco más el universo de un director que todavía hoy continúa siendo una estrella.

Saludos, ¿nos vamos al cine?, desde este lado del ordenador.

Fallece la escritora Esther Terrón Montero

Jueves, Marzo 2nd, 2017

“Tal vez como consecuencia de mi estado de sopor permanente ayer volví a perderme buscando el apartamento. Cuando me pierdo pienso: si encuentro la autopista estoy a salvo, si tomo la salida 78 llego a casa, pero temo que algún día me falle el truco. Cada vez es más difícil, cada vez es más difícil orientarse sobre un territorio en cambio continuo. “Debería hacerme con una carta celeste”, pienso a veces con una ironía no exenta de dramatismo. Hoy he visto un palmeral que ayer no estaba.”

(Junio, Esther Terrón Montero, colección Tid, Ediciones idea)

Me entero por casualidad del fallecimiento de Esther Terrón Montero, autora de una única novela, Junio, que merecía mayor eco del que obtuvo cuando fue publicada hace ahora seis años, más o menos.

Junio se trata de una novela vagamente autobiográfica y se desarrolla en su mayor parte en un colegio del sur de Tenerife. Es una novela inquietante, extraña, con eco involuntario a El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati. Un libro en el que aparentemente no pasa nada pero en el que sí que pasan muchas cosas en su subsuelo.

Por aquel entonces, recibimos la lectura de Junio con asombro y se resaltó en la reseña que le dedicamos que esperábamos leer cosas nuevas de una escritora no ya en ciernes sino completa para ofrecer a los lectores su curiosa percepción del mundo a través de la literatura, que de esto se trata.

Conocí personalmente a Esther Terrón una tarde de 2012. Quedamos en el kiosco de La Paz, que ya no existe, y hablamos además de su novela de los libros que nos gustaban. Coincidimos en nuestro mutuo aprecio por John le Carré, que es un autor imprescindible cuando se le conoce, y anocheció sin que nos diéramos cuenta.

Hace unos días pensé en ella, no sé exactamente bien la razón. En las redes sociales dicen que falleció un 24 de febrero, un día, el 24 de febrero, en el que se me fue un gran amigo y escritor, Ezequiel Pérez Plasencia. No quiero creer en las coincidencias, pero a veces pienso que el azar conspira para hacernos un poco más infelices.

Esther Terrón Montero escribe en su blog (y el uso del tiempo presente es aposta, porque la escritora vive a través de lo que dejó escrito) que Junio se trata de una novela que “es más bien una alegoría sobre la soledad y la incomunicación en medio de un paisaje deshumanizado, un paisaje que conozco bien, el del sur de Tenerife, mi isla. Un lugar que, paradójicamente, es uno de los más bellos que conozco.”

Junio es una novela de necesaria lectura en este archipiélago que vive tan de espalda a sus posibilidades creativas, un título que exige la reivindicación que se merece una escritora que supo reflejar con excelencia los fantasmas que genera la soledad sin trampas ni cartón. Escribíamos entonces y lo ratificamos ahora que Junio es una novela que genera desasosiego. Una novela donde “la asfixia que sufre su protagonista araña también el ánimo del lector”.

Y una especie de desasosiego me acompaña desde que conocí la noticia de su ausencia. Me calma pensar que al menos tuve la suerte de conocer a la narradora y a la estupenda mujer que fue Esther Terrón Montero.

Saludos, muy amargos, desde este lado del ordenador.

Dimes y diretes

Miércoles, Marzo 1st, 2017

* Los habitantes del hormiguero se dividen entre los que aplauden al ganador del concurso de Drag, que se celebra en los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria porque –atento–  la Iglesia y unos pocos políticos oportunistas tachan de “blasfemo” y los que defienden el escándalo y la polémica de atentando a la libertad de expresión. Aunque libertad para expresarse tuvo el drag cuando realizó el montaje. En Facebook, y probablemente en Twitter pero es que no sigo Twitter, los dimes y diretes que se cruza la muchachada a favor y en contra sube la temperatura de una fiesta, los Carnavales, donde lo más normal es ver entre ositos y piratas, a tíos travestidos de monja y alguno, de sacerdote.

* Esos mismos dimes y diretes le caen a la actriz Anabel Alonso al confundir en uno de esos Tweet que no sigo a los habitantes de la capital grancanaria con chicharreros, que son como popularmente se conoce a los que viven en Santa Cruz de Tenerife.

* Indignación, esa indignación que nos entra a los que residimos en estas desperdigadas islas del Atlántico ante las pequeñas cosas que, en nuestro secular ombliguismo, consideramos gigantescas, porque la fiesta de los Indianos que se celebra en Santa Cruz de La Palma no se menciona siquiera, el siquiera se escribe para dotar de dramatismo estas líneas, en el informativo de una cadena nacional que sí que menciona, no obstante, los Indianos que se festejan de un tiempo a esta parte en la capital grancanaria.

* Leo artículos y columnas de opinión sobre el último Festival de Música de Canarias y no me aclaro porque sospecho que muchos de los que critican y también de los que alaban la gestión de esta edición no han asistido en su vida a ninguno de los conciertos que se desarrollan en el que continúa siendo, pese a todo, la joya de la corona de los festivales (sean de música, cine, que de estos hay un montón, literatura, unos poquitos, apenas se cuentan con los dedos de una sola mano) que se celebran en este archipiélago rodeado estos días de aguas tan turbulentas.

* Leo también artículos y columnas sobre Rafael Arozarena, a quién se dedica este año el Día de las Letras Canarias, pero sospecho, como sospecho de los que escriben sobre el Festival de Música, que salvo Mararía, y solo por el nombre, la inmensa mayoría sigue desconociendo el trabajo literario de un escritor que fue un poco más lejos que la novela que lo consagró primero al ser finalista del Nadal y más tarde al convertirse en lectura obligatoria cuando uno estudiaba, o hacía que estudiaba, la EGB, que ya no es EGB ni es ná de ná.

* Me cuentan, porque ya no tengo edad para estar pegado frente al televisor en la fría y solitaria madrugada, el desaguisado de los Oscar. Desaguisado porque se equivocan al anunciar la película ganadora de la dichosa estatuilla. El presidente Donald Trump les dice en un Tweet, otra vez los Tweet, que eso les pasa por hablar de política en una ceremonia donde lo que se pide es hablar de cine, pero Trump en apenas cien días que lleva al frente de la Casa Blanca si ha demostrado una cosa es que es un soberano tocapelotas.

* Puestas así las cosas, sobrevivo de momento gracias a Ignacio Agustí, un escritor que pide a gritos recuperar su obra, y Eric Ambler, de quienes espero, dioses mediantes, hablar un día de estos.

Saludos, ya se sabe, desde este lado del ordenador.