Archive for Febrero, 2018

Rafael-José Díaz presenta mañana, miércoles, la traducción de La alta ruta, un clásico de la literatura suiza

Martes, Febrero 20th, 2018

El miércoles 21 de febrero y a las 20 horas, el Espacio Cultural CajaCanarias, Santa Cruz de Tenerife acoge la presentación de La alta ruta (Periférica) de Maurice Chapaz y que ha sido traducido al español por Rafael-José Díaz.

Rafael-José Díaz mantendrá un diálogo con el catedrático de Filología Francesa en la Universidad de La Laguna, Antonio Álvarez de la Rosa.

La editorial Periférica publica ahora por primera vez en lengua española a uno de los autores más destacados del siglo XX en Europa: el suizo Maurice Chappaz. Vagabundo y sedentario, íntimo y expansivo, defensor de la integridad natural de su país natal y a la vez participante en la construcción del progreso (en este caso la Grande-Dixence, la mayor presa de gravedad del mundo, situada en el Val d’Hérens del cantón de Valais), iconoclasta y fervoroso recolector de tradiciones, propietario de viñedos, alpinista y defensor del bosque mítico de Finges, Maurice Chappaz, muerto en 2009 a los 93 años de edad, es una de esas figuras gigantescas que no se parecen a ninguna otra, que han ido labrando su obra entre la convicción y la duda mientras a su alrededor el mundo, que apenas supo escucharlas, se iba decantando por el más desolador y estéril de los olvidos: el olvido del ser, de la autenticidad, de la búsqueda de lo que alguna vez pudo llamarse el Weltinnenraum, el “espacio interior del mundo”.

La alta ruta conecta Chamonix con Zermatt a través del solemne y bellísimo vacío de los glaciares, un universo lunar nevado, atravesado por la soledad del esquiador de fondo o el alpinista, que tan bien conoce el vértigo y la embriaguez del esfuerzo. El olvido del punto de partida y la obsesión con el punto de llegada, la respiración interior de quien camina siempre hacia arriba, dejando atrás imprevistos geranios en cabañas de madera y mariposas blancas… Maurice Chappaz habla de todo ello con las palabras de una verdadera liturgia (en la que la belleza, en todas sus formas, es más importante que el frío).

El principal propósito de este libro no es tanto hacer un listado de cumbres nevadas y  ascensiones como recrear «lo absoluto del desierto nevado», en un recorrido donde hay tanta ansiedad como calma, tanta excitación como ataraxia. Desde el Mont Blanc hasta el Mont Rose, esta famosa travesía por los glaciares suizos tiene mucho de ruta iniciática. Llevado por la embriaguez de la altitud, Chappaz capta lo esquivo, dando fe de la avalancha de sensaciones que invaden al montañero (para él, la literatura alpina incluso puede compararse con la literatura erótica). En la vida en las montañas, aunque sea sólo por una temporada, hay un ascetismo y un esfuerzo, que, agotándolos y a la vez colmándolos, llenan tanto el cuerpo como el alma.

En la memoria de los montañeros, estas páginas revivirán lo que han experimentado alguna vez de manera muy intensa; el resto de lectores asistirá a una verdadera «revelación de la altitud», con todo lo que de sorprendente y seductor tiene esta.

Chappaz traduce lo indescriptible manejando imágenes de una rara belleza… Si habla de un guía de montaña, es para transfigurarlo, hasta el punto de que uno tiene la impresión de estar en presencia de un sacerdote o un chamán. Sólo el narrador parece capaz de ayudarnos a olfatear una grieta y, en un universo donde triunfa el blanco, descubrir azules, verdes, marrones. A veces, a través de sus imágenes, nos hace pensar en el Giono de los grandes momentos.
«La alta ruta es en un libro de extrema sensualidad, donde el cuerpo se convierte en el actor principal, un cuerpo que, según el momento, oscila entre el deseo impaciente de conquistar y el abandono a una fatiga reconfortante.» Jean-Paul Paccolat.

Saludos, mañana miércoles habrá más, desde este lado del ordenador.

Cuatro novelas optan al premio Ciudad de Santa Cruz

Jueves, Febrero 15th, 2018

Cuatro novelas aspiran a obtener el premio Ciudad de Santa Cruz 2018 que concede el Festival Atlántico de Género Negro Tenerife Noir a la mejor novela negra editada en español durante el año previo a la celebración del festival, en esta ocasión, por tanto, editada en 2017. Los escritores Ricardo Bosque, Yurena González, Javier Hernández y Susana Martín, la crítica literaria Maica Rivera y el profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) Javier Rivero integran el jurado que concede el premio, que se anunciará el próximo 17 de marzo.

El comisario del festival, el escritor tinerfeño Javier Hernández Velázquez, presentó las obras escogidas para participar en esta edición del más preciado galardón entre los que entrega Tenerife Noir, en un acto informativo en el que participaron el asesor y director del Seminario de investigación sobre Género Negro de la ULL, Javier Rivero Grandoso, la concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Marisa Zamora, y, en representación de Hecansa, empresa adscrita a la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, la directora del Hotel Escuela Santa Cruz, Victoria Palau.

Hernández Velázquez anunció en la rueda de prensa celebrada en el Hotel Escuela que un proceso de selección llevado a cabo por parte de 16 profesionales del sector literario ha concluido por elegir las novelas La mala hierba, de Agustín Martínez (Plaza & Janés); Sucios y malvados, de Juanjo Braulio (Ediciones B); El peor de los tiempos, de Alexis Ravelo (Alrevés), y Ya no quedan junglas a donde regresar, de Carlos Augusto Casas (MAR Editor) para concursar por el premio Ciudad de Santa Cruz, un galardón dotado con 3,000 euros.

El comisario de Tenerife Noir destacó que la selección de las obras se ha hecho bajo el único criterio de “la literatura” y anunció que todos los autores escogidos participarán en la tercera edición del festival, que se celebra del 1 al 18 de marzo próximo en Santa Cruz de Tenerife y La Laguna. “Tenerife Noir marca tendencia”, aseguró al destacar que cuatro de las novelas finalistas de este premio forman parte del grupo de seis obras seleccionadas por la Asociación Cultural de Amigos de la Literatura Policial Novelpol para otorgar el suyo, que será fallado en el marco de Tenerife Noir.

Saludos, ojo con la oscuridad, desde este lado del ordenador.

La transparencia del tiempo

Miércoles, Febrero 14th, 2018

Mario Conde está a punto de cumplir sesenta años pero no está solo. Aún está con la mujer de su vida, Tatiana, y mantiene a un pequeño pero leal grupo de a amigos, muchos con la idea de emigran a Estados Unidos de Norteamérica en busca de un horizonte mejor…

Algo, ¿algo?, todo ha cambiado en el entorno del protagonista, tanto como su ciudad, una Habana que continúa en ruinas y en la que se hacinan en barriadas infectas miles de orientales (palestinos se los conoce con el humor popular habanero), También es una ciudad donde pasean vagabundos sin zapatos y una ciudad de grandes contrastes y en pleno proceso de cambios y de movimientos….Y tan contradictorio porque la ciudad ha asumido muchos de los vicios del Otro Mundo, el lujo de restaurantes caros y de diseño, una Habana de luces de neón, cuerpos modeladosy garitos exlusivo…

Tiene, y mucha, amargura La transparencia del tiempo. Una novela que ya nos revela desde el título el paso implacable e impecable del tiempo, aunque con dos apuestas narrativas en la que asoma el Leonardo Padura más literario, el escritor que escribe libros sin género.

Narrada en tercera persona pero desde la perspectiva de Mario Conde, el protagonista de una serie de novelas que procura ir a más en cada uno de los títulos, se mezclan otras voces narrativa en las que se explica el origen de una imagen mariana que el investigador debe de encontrar antes de que llegue a otras manos y en la que está implicado Antoni Baral. Antoni Baral pequeñas piezas narrativas, casi una novela dentro de otra novela, en 1472, 1936, 1314-1308, 1291 y el 8 de octubre de 2014, que es el año en el que se desarrolla también el relato de Conde.

Lo mejor de la novela, como pasa en muchas de sus novelas de hecho, es además de la descripción de escenarios y el grosor psicológico de algunos de sus personajes, la falta de esperanza de su protagonista. Esperanza que solo recobra junto a su mujer y los amigos del alma pero ellos tampoco están allí todos los días.

Mario Conde sale más tocado si cabe en esta novela, La transparencia del tiempo, que en anteriores aunque el escritor no quiere dejar un regusto amargo en sus lectores y pese a que viva en un país en el que los indigentes no llevan zapatos, la gente se hacina como ganado en colonias prefabricadas y por contra es una ciudad en la que se puede cenar en restaurantes que más que formar parte del paisaje habanero lo parece de la quinta avenida de Nueva York, Mario Conde con mirada cada vez más turbia y triste no pierde sus ganas de vivir que se reduce al amor de su vida y al grupo cada vez más pequeño que le quedan de amigos..

Algo pasa, se siente, casi es como si Leonardo Padura estuviera preparando al lector del fin, ahora definitivo, de Mario Conde.

Saludos, hermanos y hermanas, desde este lado del ordenador

Miguel Delibes escribe y reflexiona con acento paternal sobre Tenerife

Lunes, Febrero 12th, 2018

La relación de Miguel Delibes Setién. (Valladolid, 17 de octubre de 1920 – Valladolid, 12 de marzo de 2010) con Canarias estuvo en manos del destino, y como tal, el canto del archipiélago parece el de una sirena. Llegaba, se iba, volvía a llegar… casi el movimiento de las olas cuando mueren en la arena y en las rocas de la playa.

Castilla, y con honra, es el escenario de la mayoría de sus libros. Así como los hombres y mujeres nacidos y que se han forjado en este paisaje. La Castilla profunda y fría, hermosa pero dura tanto por dentro como por fuera.

Durante la Guerra Civil española prestó servicio, precisamente, en el crucero Canarias, experiencias que recoge en la excelente novela 377A. Madera de héroe y más tarde porque dedicó al archipiélago, y concretamente la isla de Tenerife, uno de los capítulos de Por esos mundos. Sudamérica con escala en las Canarias, y con el que concluye un relato de viajes por Brasil, Argentina y Chile escrito más con nervio periodístico que literario.

Con todo, su visión de Tenerife y por extensión Canarias no deja de resultar interesante sobre todo porque se trata de un retrato de la isla a finales de los años 50.

El paisaje tinerfeño se ha transformado y mucho desde ese entonces, aunque aún conserva ciertos elementos reconocibles sobre todo para los que nacieron en ese Tenerife sin autopista al sur y que en el momento del arribo del escritor y periodista castellano era la zona más pobre y abandonada de la isla.

En el texto, Miguel Delibes pretende en todo momento mantener una mirada distante pero inevitablemente paternal así comoresultar condescendiente con los insulares, carácter que intenta definir en capítulos como El isleño no llora ni aplaude, frase apunta que toma prestada del abogado y erudito tinerfeño Tomás Cruz.

Y escribe: “ese apaciguamiento que descubrimos en el isleño –y que posiblemente para el americano, especialmente para el americano tropical pasa inadvertido– es, cómo no, otro fruto del clima. El clima del litoral tinerfeño es, ya lo hemos dicho, benigno, de una blandura enervante.Todo el que arriba a la isla queda, automáticamente, influido por él. A algunos, incluso, les produce un desequilibrio febril”.

Hasta concluir, más adelante que “el tinerfeño es un ser más bien deprimido, apagado, muy alejado de la exaltación. Mi buen amigo isleño Alfredo Reyes Darias, que se conoce el país de pe a pa (…) me decía en cierta ocasión: El tinerfeño no roba, ni mata; se suicida”,

Es una pena que no sepamos nunca las reflexiones que le sugeriría la isla y Canarias del siglo XXI. Muchas cosas han cambiado para mejor aunque otras parece que para peor.

Miguel Delibes anota también la manera en como tienen los canarios de llamar a España, Península aunque entiende que “este amor es tanto más emocionante cuanto mayor es el desapego del peninsular Hacia sus islas. Si uno, en el curso de la conversación, dice España por Península, el isleño sonreirá comprensivo, pero en lo hondo se dolerá de nuestra ligereza”.

A lo largo del texto, apenas medio centenar de páginas estructuradas en capítulos, Miguel Delibes escribe frases contundentes y con cierto colorido de Tenerife, “isla oxidada”, y sobre el volcán: “El Teide, adormecido, presidiendo majestuoso el agrio contorno de la isla, nos habla de un pasado incierto, de un ayer incensado por el humo de los volcanes y uno comprende que esas rocas detesmpladas, de una calvicie inquietante, constituye los detritus digestivos del Teide, los despojos de su voracidad secular. Tenerife es, pues, una vomitona del Teide, una pura excrecencia volcánica; y ya por el mero hecho de que el gigante duerma, la isla puede considerarse justamente afortunada”.

El escritor y periodista castellano continúa su peregrinar por una isla que lo asombra y que lo conmueve. Una isla que sabe sacar además un sentido del humor que no pretende herir a nadie aunque llame la atención de, precisamente, el canario, objeto del análisis apresurado del viajero.

Su estampa del sur de la isla es desoladora y refleja cómo era el sur de la isla a finales de la década de los 50.

“En el sur reina el patetismo, la aridez, el drama, mas, por ello, precisamente, racata un mayor valor, un interés humano inifinitamente másvivo”. Páginas más adelante escribe que en Santa Cruz de Tenerife le han comentado que “está llegando la hora de la redención del sur y que el sur, con el tiempo, conocerá una era de prosperidad que rebasará la actual prosperidad del norte”.

Este informe más que crónica de viaje, Miguel Delibes no se detiene a describir comidas aunque sí deja arrastrar su pluma en la descripción de paisajes resulta una fotografía interesante de cómo era la isla y en conjunto las islas a finales de los 50, y sirve para darse cuenta de lo que hemos avanzado no sé si como sociedad pero sí en calidad de vida en cuanto a prestaciones técnicas. El acomodo a un sistema de vida, con todo lo que lleva implícito, no hubiera sido del gusto del escritor castellano. Y no porque fuera contrario a las comodidades de la modernidad sino por el precio que había que pagar.
En su itinerario por la isla, resulta de interés el retrato que hace de la capital tinerfeña de aquel tiempo donde las cosas se hacían con otro ritmo: “Santa Cruz da la impresión de una ciudad tropical, no solo por el número, sino por la plasticidad de sus flores”. Más adelante escribe que el sol de la isla “no quema” y que la brisa es una “brisa que no curte”.

Por último le parece llamativo, como a otros viajes anteriores y contempornáeos que las calles de Santa Cruz a las nueve de la noche estén desiertas.

Este misterio, sobre el que también reflexionó Leslie Charteris en El picnic de los ladrones, continúa siendo uno de los enigmas que forman parte del pasado, presente y todo hace sospechar de esta pequeña y agradable capital de provincias.

Saludos, lunes de carnaval, desde este lado del ordenador

Juan Carlos Fresnadillo podría dirigir para Disney un remake de Merlín, El Encantador

Viernes, Febrero 9th, 2018

El universo de clásicos Disney en imagen real sigue ampliándose con la puesta en marcha de un remake de Merlin, El Encantador, y que podría dirigir Juan Carlos Fresnadillo.

La cinta original, estrenada 1963 y dirigida por Wolfgang Reitherman, contaba la historia del Rey Arturo según la novela de Terrence Hanbury White, La espada en la piedra, que se centraba en la infancia del personaje mitológico y tenía un toque humorístico. Convertida en en clásico infantil, en parte gracias a sus números musicales, Merlín, El Encantador fue nominada a un Oscar gracias a su banda sonora.

Pocos datos han trascendido de la adaptación de la que va a encargarse Fresnadillo, tan solo que el guion ha corrido a cargo de Bryan Cogman, conocido por haber firmado varios capítulos de Juego de Tronos.

Antonio Lozano escribe una biografía de Mandela para jóvenes

Jueves, Febrero 8th, 2018

Antonio Lozano escribe una biografía de Nelson Mandela para jóvenes que lleva el título de Nelson Mandela, el camino a la libertad y que publica Anaya entre sus últimas novedades de literatura infantil y juvenil.

La historia está narrada en primera persona por uno de los biznietos del líder sudafricano y que tenía trece años cuando este murió. El joven es consciente de que ha crecido junto a un ser extraordinario, una fuente enorme de sabiduría, y vive con el dolor de no haber tenido la curiosidad en su momento para hacerle preguntas y aprender de él. Se da cuenta de ello cuando ya es demasiado tarde.

Pero al recuperar el contacto con su abuela y conocer al guardián del museo Mandela de Qunu, antiguo compañero de su bisabuelo en la prisión de Robben Island, se adentrará en la interesante vida de quien luchó por la libertad en Sudáfrica y logró abolir el apartheid.

Saludos, días tan tan tan raros, desde este lado del ordenador.