Gran Hermano

Miércoles, Mayo 23rd, 2012

No acostumbro a ver la televisión por una cuestión de higiene mental. Prefiero encender mi gastado dvd y perder (o ganar, según se mire) el tiempo con una película aunque hay ocasiones en las que, por motivos varios, me encuentro contemplando la pantalla por, empiezo a creer, puro y descarnado sadomasoquismo.

El último castigo visual se lo debo a Gran Hermano, un concurso que lleva ya tantas ediciones como la serie Viernes 13 solo que si en las películas hay un único psicópata destripando a quien se le ponga por delante, en este certamen de encefalograma plano todos, absolutamente todos, son algo así como el mismo Jason pero sin su instinto asesino aunque sí depredador.

Contemplando el programa, y para dar ideas al Big Brother, se me ocurre que podrían poner como prueba a los concursantes la de leer un libro. Un libro con más de quinientas páginas en apenas tres días como máximo. La obra, que dejo a la elección de los responsables, podría ser de caza mayor o caza menor, y al final y en eso que llaman confesionario, acribillar a preguntas al chico o la chica sobre la lectura.

La cosa podría dar juego. Me imagino a unos acostados leyendo en la cama. A otros sentados en la taza del váter con la mirada atenta en las páginas del libro o en la cocina mientras hacen tiempo para que se caliente el agua de los espaguetis.

No sé a ustedes, pero a mi me fascina ver a alguien leer un libro. Procuro, además, intentar descubrir de que libro se trata mientras el desconocido o la desconocida está metido en ese mundo al que no tengo acceso. Me suele pasar cuando viajo en el tranvía, antes de que irrumpan en el vagón la gestapo de chaquetas rojas exigiendo el billete para clavarle una multa al listo la lista que viaja de gratis.

Esta misma mañana, sin ir más lejos, mi mirada tropezó con tres personas que leían libros ajenos a la penosa realidad que había a su alrededor. Los que no leían, o bien observaban por la ventana o enviaban mensajes por el móvil. Apenas vi a nadie con un periódico y mucho menos con una de esas tabletas que amigos y enemigos me restriegan por las narices como si quisieran decirme –sin decírmelo con palabras– te estás quedando anticuado.

Ahí no queda la cosa para quien se está quedando tan anticuado.

En el Gran Hermano veo y escucho alucinado como una chica suelta emocionada que entrar en el concurso ha sido lo mejor de su vida. “Cumplir el sueño de mi vida”, dice.

Intento entonces averiguar cuál fue el sueño de mi vida cuando tenía la misma edad que esa mujercita y automáticamente pienso: la colección completa de Tintín.

Gran Hermano hace que recuerde también la primera vez que leí 1984 de George Orwell, que fue precisamente en 1984. Tras 1984, devoré Rebelión en la granja y más tarde uno de los libros más emotivos escritos por un extranjero sobre la Guerra Civil española:  Homenaje a Cataluña. Hay una fotografía de miembros del POUM en la que se puede ver a Orwell al fondo. A mi esa imagen todavía me emociona. También porque fue en tierras de España donde ideológicamente se quebró el espíritu de este excelente narrador británico.

A Gran Hermano me suena también la campaña que le ha entrado al Partido Popular en la Cámara regional en cuanto a la cultura se refiere. Leo que el diputado Felipe Afonso El Jaber critica al Gobierno regional por destinar casi 80.000 euros al documental Cubillo, historia de un crimen de Estado.

Para El Jaber el documental ofende a muchas personas y censura que mientras que el autor del intento de asesinato de Antonio Cubillo le pide perdón, el segundo no hace lo mismo con sus “cientos de víctimas.”

Concluyo que El Jaber no ha visto todavía el documental.

Concluyo que la consejera de Cultura, Inés Rojas, tampoco lo ha visto cuando responde que este trabajo recibió 7,75 puntos sobre 10 de la (des)comisión audiovisual. Puedo entender, sin embargo, que Rojas asegure que este notable alto no se dio por razones “ideológicas.” Y que más allá del personaje y su aventura independentista, rota desde dentro y mucho antes de que fuera objeto del frustrado atentado, a mi juicio continua pareciéndome un título necesario para entender el pasado y presente de este archipiélago que vive todavía con tanto miedo.

Miedo ¿a qué?

Pues al Gran Hermano.

Circula en la red un vídeo en el que se puede observar al viceconsejero de Presidencia, Jorge Rodríguez, reclamar en un estado de digamos sospechosa alegría: “una, grande y libre Canarias.” Lo suelta en un acto homenaje a Secundino Delgado, de quien ahora se cumple el centenario de su fallecimiento.

Y comparto mi miedo, que es la mejor manera de aligerarte el miedo, al comprender que el Gran Hermano nos vigila a casi todos porque casi todos servimos, efectivamente, al puñetero Gran Hermano.

 Saludos, está ahí ¡detrás!, desde este lado del ordenador.

¡¡¡España es culpable!!!

Martes, Mayo 8th, 2012

¡¡¡España es culpable!!! Esa España que tan poco sabe de Canarias. Esa España que piensa que aquí solo viven chimpancés y que nos mira de reojo porque nosotros, los nativos, no sabemos pronunciar las dichosas c y z.

La culpa, ya digo, viene de España. Todos lo males del archipiélago son de España y el que diga lo contrario es un traidor. Un Judas o un perro judío como diría ese godo escapado del zoológico al que llaman Kiko.

Veo la luz tras leer las notas que informan sobre la comparecencia de la consejera de Cultura, Inés Rojas, en el guachinche en el que se ha convertido el Parlamento regional.

Y la luz me ciega al traducir la intervención de Maribel Oñate, antaño de CC y hoy una españolista del PP. ¿Qué soluciones ofrece esta señora? No hay propuestas, ni caminos, ni intenciones. La Oñate insiste en lo de siempre: Este Gobierno solo reparte a lo suyos en Cultura.

Según informa Canarias 7,la consejera no responde.

La imagino portando la llama de la libertad y rodeada por la bandera tricolor… La de un mar azuuuul que brilleee, con sieeete estreeellas veeerdes, el amarriiillo de sus trigaaales y el blaaanco de sus rompieeentes

Rojas anuncia –quiero imaginar que con la voz rota– el drástico recorte que se ha visto obligado a asumir el Ejecutivo regional a las empresas culturales canarias.

¿Por qué?

Por los godos. Los malditos godos.

Aunque la Oñate insista que Rojas solo tiene parné para los suyos.

Pero Inés no le hace caso, y se aferra a su discuro de me duele esa España que nos desprecia y que aún nos toma por tontos.

Semos, en todo caso, una geografía desvertebrada… Enferma… Aterrada ante ese ejército de parados que crece día a día como si esto fuera un mal episodio de Walking Dead.

Y todo por culpa de España, esa ingrata.

Nunca por Canarias… Tierra tan generosa, tan despierta, tan hermosa… Un mar azuuul que brilleee, con sieeete estreeellas veeerdes, el amarriillo de sus trigaaales y el blaaanco de sus rompieeentes

Explica Rojas, no sé si aferrada al atril, que “a la vista de los presupuestos generales del Estado, en el que se detraen al menos 700 millones de euros, según el primer análisis realizado” aún “quedan pendientes otros 374 millones que se encuentran en partidas innominadas.

Así que la venenosa España “no solo no cumple la ley estatal del REF, por la que debe invertir en Canarias al menos la media de España, sino que abre más la distancia”.

Ante este panorama desolador que fomenta España porque Canarias no tiene la culpa, tan generosa, tan despierta, tan hermosa…, que se preparen las empresas culturales. Porque Cultura, anuncia Rojas, va a quedar todavía más afectada por el raquitismo presupuestario…

¿Qué hacer? se preguntarán los miembros del Gabinete de Crisis.

Un mar azuuul que brilleee…

Y llega mayo. Y el pueblo canario, ajeno al estrangulamiento español, se entusiasma con el opio de los grandes conciertos que vienen…

Ignorantes ellos que estamos asistiendo a la última traca de un modelo que desaparece. Se acabó la época de las vacas gordas. Casi parece como si se quisiera que la gente, el próximo año que encima termina en 13, recuerde que cualquier tiempo pasado fue mejor

¿Cómo coger a la cabra por los cuernos?

Inés Rojas vuelve a repetir el discurso de siempre. Parece un muñeco al que se le da cuerda. Mueve las piernas y las manos y se aferra al clavo ardiente de impulsar la transversalidad en las áreas de Gobierno y elaborar un proyecto de ley de mecenazgo que ¡ar! “queremos que esté en el Parlamento” antes de finalizar 2012.

Sacrifico a un baifito bajo las faldas del Teide para que Achamán despierte… Pero no hay manera, debe de estar aplatanada la vieja deidad aborigen.

Rojas dice que la Ley de Mecenazgo, cuyo proyecto de ley espera entre en la Cámara regional a finales de año, estimulará el binomio turismo-cultura; y también, desde el área de economía y a través de un estudio sobre la viabilidad del establecimiento de deducciones en el IRPF, en el tramo autonómico en materia cultural, además de las ya existentes sobre el patrimonio cultural.

Todo ello contribuirá, pese a la maligna España, para que “cualquier persona pueda invertir en el sector cultural, generando así mas actividad, riqueza y puestos de trabajo, al mismo tiempo que obtiene una compensación fiscal”.

¡Ay, que rosquete!

Y ¡ay, que rosquete! ante el anuncio de un estudio cuyo objetivo será el de establecer la viabilidad de materializar la Reserva de Inversiones en otras áreas de la Cultura, además del audiovisual canario… “Todos estos ejes de trabajo se articularían desde el anteproyecto de la Ley de Mecenazgo.”

Ley de Mecenazgo que espera se presente a finales de año en el guachinche parlamentario canario. Todo ello, añade la señora, porque es consciente que “la actividad cultural es una actividad dinámica, que tiene una gran capacidad para la creación de actividad y empleo por su efecto de arrastre sobre otros sectores.”

Tiembla pues pérfida España.

En Canarias ¿empiesa –ya más nunca empieza– a amanecer?

Saludos, atrás, magua, desde este lado del ordenador.

¿Verdad o consecuencia? (La cursiva es nuestra)

Martes, Abril 10th, 2012

 

LA SEÑORA

Leo la intervención de la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Inés Rojas,  en esa especie de guachinche en que se ha convertido el Parlamento regional y siento escalofríos.

De hecho, el churro grasiento que estoy a punto de zamparme para que caiga como una bomba en mi estómago se queda congelado entre mis dedos cuando Rojas admite, imagino que mirando a sus aburridas señorías, que la rebaja de 1.500 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para políticas activas de empleo “obligará a reformular la elaboración de un plan de empleo específico para el sector cultural canario.”

Ello hace, informa la consejera, que los recortes que contemplan los PGE obliguen aplantear los objetivos –¿objetivos?– de este año y de los años en que dure la crisis.

Dejo prudentemente el churro sobre el platito y tomo un sorbo de café con leche, ya tibio.

Inés Rojas menciona el tan cacareado, el tan orquestado Plan Estratégico de la Cultura aprobado por el Ejecutivo canario el año pasado. Ya saben, aquella hoja de ruta que nació con el fin de convertirse en el documento de acción para el sector cultural los próximos años y estructurado, recuerda la consejera, en dos fases: diagnóstico y estrategia de futuro.

Es hora pues, apunta Rojas, de profundizar en la estrategia y olvidarnos del diagnóstico. Diagnóstico, cabe señalar, que se limitó a detectar las carencias pero no a detectar el cáncer que ya por el aquel entonces devoraba a un sector acostumbrado a vivir de la sopa boba de las subvenciones.

La consejera propone ahora a los empresarios de la cultura que busquen nichos de oportunidades pero, precisa, “fuera del ámbito de lo público.”

Me pregunto, mientras observo como el churro se encoge en el plato cuál será ahora el paso que darán los miembros que componen el denominado gabinete de crisis. Rojas afirma que el asunto cuenta con el consenso del sector –gabinete de crisis, que son los únicos que han mantenido conversaciones con la señora– para la elaboración de un plan de empleo específico para la cultura aunque, y aquí está el quid, éste deberá ser reformulado ante el anuncio de la rebaja del Estado para políticas activas de empleo. “Trabajaremos desde la transversalidad, con el resto de administraciones públicas y con el sector privado”, anuncia desde su tribuna la consejera quien, entre otras propuestas, reclama intensificar la coordinación con el área de Turismo para la supervivencia de los dos sectores; completar la elaboración de un mapa de equipamientos culturales en las islas y potenciar el binomio Educación-Cultura en el que apuesta — e ignoro quien la habrá asesorado, pero es para ponerse a temblar– impulsar la oferta de estudios superiores en el audiovisual, como si Canarias contara con espacio para sostener a titulados superiores en esta materia.

No hay más que estudiar esa formidable escuela de parados a nivel nacional. Con un cine y unas televisiones en franco retroceso. Reflexiono pues, manía la que se tiene para dar títulos a futuros muertos de hambre.

El churro se parte de la risa en el platito. Algo esmirriado, es la verdad.

UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO

Leo una entrevista con el viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado Prieto. El hombre vuelve a recordar que cuando se anunció el recorte en un 60 por ciento de la inversión al área que gestiona casi dimite. Si uno continúa leyendo, entiendo que aquello fue un calentón porque insiste: “Claro que se me pasó por la cabeza presentar la dimisión. Todos somos humanos, y hay momentos que te encuentras desesperado” y añade más adelante: “También es cierto que desde las distintas asociaciones sectoriales se insistía en que querían tener al frente a alguien que conociera bien la actividad cultural. Y eso me animó a seguir.”

Ahhhhh, suspiro aliviado al entender que Alberto Delgado enfrió el calentón al pedirle el sector, en plural, es decir que hay que suponer que fue todo el sector y no parte del sector cultural, que ni se le pasase por la cabeza dimitir porque “más vale viceconsejero conocido que bueno por conocer…”

Delgado Prieto explica a continuación que con el raquítico presupuesto con que dispone se mantendrá el circuito de teatro, música y danza, el programa Canarias Crea Canarias y, con interrogantes, Canarias Crea. En cuanto a la joya de la corona, Septenio, lean y no se me desmayen: “Cuando no hablábamos de crisis, Septenio supuso una inyección de 4 millones de euros al presupuesto de cultura, fue una subida tremenda. Se quedan pendientes unas ideas fantásticas de cara al futuro. El presupuesto queda en 1,2 millones de euros cuando el año pasado hubo 3 millones. Si restamos los pagos de personal y alquiler, para proyectos quedará en torno a unos 500.000 euros, porque hay algunos proyectos plurianuales que aún estamos pagando, e incluso alguno que acababa el año pasado y les dijimos a los promotores que avanzaran un año para poder fraccionar las ayudas. La situación es la que es, y ya hemos dejado claro que hay que recortar en todos los frentes, no se pueden asumir esos grandes viajes. Creo que hemos puesto nuestro granito de arena en la internacionalización de la cultura canaria, cosa que hace diez años era imposible, habrá que seguir peleando en esa línea porque en las Islas tenemos un mercado de dos millones de personas y hay mucho artista para este público. Y no lo digo en sentido peyorativo (la cursiva es nuestra). Y que esto lo haga a quien le toque desde luego, porque a mí no me va a tocar tal como está el tema (la cursiva vuelve a ser nuestra).”

Hombre de verbo fácil, y refiriéndose a que ahora toca mirar hacia dentro, hacia lo que se hace en las islas, Delgado Prieto insiste en que “hay que ajustarse al dinero que tenemos. Ahora por ejemplo se programa teatro canario. ¿Qué pasa? ¿Nos ha dado el nacionalismo cultural? (la cursiva es nuestra) Pues que no hay dinero para compañías ni artistas nacionales y te llevas a Delirium Teatro y luego resulta que funciona. El sistema es perverso en sí mismo.”

Reconozco que he soltado la risa.

El sistema es perverso en sí mismo… Caray.

El maestro recula ante el sarampión de conciertazos programados en Tenerife y Gran Canaria en mayo y junio próximos. Observen como da una de cal y otra de arena. “Desde luego que hay que ayudar a los grandes conciertos pero este año no podemos. Un concierto como el de Sting el año pasado son 180.000 euros del Gobierno. Y si no es así no lo vemos, ni el público puede pagar las entradas. Lo que no se puede pretender es pagar el caché al grupo para que el empresario se infle. No vamos a intervenir en ninguno de los grandes conciertos programados, porque un gasto de 100.000 euros supone salvar a seis o siete empresas.”

Salvar a seis o siete empresas.

Un héroe, esto solo puede decirlo un héroe. Un héroe de nuestro tiempo.

Ya que un tipo que dice que pensó en dimitir pero que al final no dimite porque ante la presión de los culturetas (todos, parte o uno o dos de los culturetas) lo conveció para continuar adelante y sufrir en sus carnes los latigazos de Inés Rojas y sacrificarse para que el sector no se desintegre por completo, solo lo hace una especie de Sísifo, aquel tipo que subía sobre sus hombros una piedra a la cima de la montaña para ver como ésta volvía a rodar cuesta abajo y vuelta a comenzar… Arriba y abajo. Como la cultura oficial en este territorio desvertebrado. 

Concluyo: un héroe de nuestro tiempo.

Con todas sus letras.

Saludos, en las fronteras sombrías, desde este lado del ordenador.

‘El hombre de la boina’, un musical

Miércoles, Febrero 29th, 2012

Al fondo, oculto por las sombras, se adivina la figura de un hombre corpulento y con boina que, asegura alguien que ha pasado a su lado, tiene el rostro “como picado por la viruela.”

En la tribuna, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se quita las gafas para mirar desenfocado al centenar de estudiantes resignados que asisten al acto. Rivero consulta sus papeles y sonríe sin mostrar los dientes.

- Uno, uno….- ladra al micrófono sin que la sonrisa que no muestra sus dientes se borre de la boca. Un estudiante golpea con disimulo a la compañera que tiene al lado. La chica ha aprovechado el momento para echar una cabezadita. Pero no hace falta el gesto porque la chica abre los ojos alarmada cuando escucha el grito de Rivero.

- Ustedes, todos ustedes son el futuro de Canarias. Ustedes, mis niñas y niños, son el futuro de un archipiélago que, como cantó al escritor y poeta al que hoy queremos honrar, Pedro García Cabera, fue “un encendido admirador del paisaje isleño.”  

- Braaaavo, señor presidente, braaaavo.- exclama Inés Rojas saltando al escenario. Se acerca a Paulino, se inclina teatralmente y le arrebata el micrófono mientras suena una caja de música que aprovecha la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Viviendas del Gobierno regional para rapear una canción con la dudosa intención de ganarse la complicidad del estudiantado.

INÉS ROJAS (soltándose la melena): ¡¡¡Pedro García Cabrera, / ese gran hombre, / concibió Canarias como una sola isla / y mientras caminaba por el monte y por la playa / nunca dejó de cantar (Rojas pone el micrófono para recoger el griterio de la chiquillada que no abre los labios) a la libertaaaaaad!!!  

Silencio en la audiencia. La chica que quiere dormir vuelve a cerrar los ojos.

La consejera de Cultura, transfigurada en una Teresa Rabal, insiste con sus rap.

INÉS ROJAS: García Cabrera, fue un gomero batallador / que creía en la fuerza de la palabra / para hacer un mundo mejooooor….

Un profesor observa inquieto y por el rabillo del ojo como el hombre de la boina oculto por las sombras tiembla en el fondo del salón de actos.

INÉS ROJAS (dando palmas por encima de la cabeza): ¡¡¡Vamos, cantemos juntos,  que hoy celebramos el Día de las Letras Canarias!!!

- ¿Pero eso no fue el 21 de febrero?- le pregunte el compañero a la compañera que tiene al lado y que intenta echarse un dormida.

- Y yo qué sé.- responde la chica con la esperanza de que la ñora que está dando gritos en el escenario se calle de una puta vez.

Paulino Rivero coge a Inés Rojas por la espalda y le quita el micrófono mientras cambia el registro del rap.  Canta el presidente con voz seductora, con una insólita mezcla de Manolo Escobar y Pepe Benavente.

PAULINO RIVERO: “Sabías, mi Inés, / que Garcíaaaa Cabreraaaa / mantuvo siempre la mano en el agua, / confiado en que llegaría un futuro mejor / para esta Canarias que tanto amaba como túúúú”.

Alberto Delgado y Juan Manuel Castañeda repiten a los coros: “como túúú

Repentinamente las luces se apagan. Rompe la oscuridad un foco cuyo círculo ilumina a Rivero, ahora solo.

En el back stage suena un gritito histérico, de fan.

PAULINO RIVERO: Oh Pedro, mi Pedro, / tu lucha personal y compromiso con la libertad / puede hoy servirnos de ejemplo / para la libertaaaaaaaaaaaaad.- se desgañita el presidente que se pone todo colorado y se tambalea por el escenario.- Libertaaaaaaaaaaaaaad

Pero ni con esas, los alumnos –¡el futuro de Canarias!–  solo aciertan a responder con un enojoso e incómodo silencio.

Rivero, con la cabeza baja y la camisa tricolor empapada en sudor, casi como si aún sintiera dentro el grito libertaaaaaad se retira lentamente del escenario al que sube ahora el alcalde Los Realejos, Manuel Domínguez, la localidad natal donde nació Viera y Clavijo, ese señor por el que se celebra el Día de las Letras Canarias.

A ritmo de pachanga, Domínguez canta: “Yo Paulino, / quisiera aprovechar mientras bailo un cha cha cha / que te mojes un poquito / y dejes de lado tanto cantar… cha cha cha. / Yo lo que reclamo, humilde servidor, / es que haya dinero cha cha cha / para rehabilitar la casa / donde nació tan ilustrado caballero, cha cha cha”.

Paulino, cogido del brazo de Inés Rojas, reaparece en el escenario.

PAULINO RIVERO E INÉS ROJAS: Manolito, recuerda, / la cosa no está para fiestas/ Piensa,  baifito, / que hoy a quien celebramos es a Pedro García Cabrera, / así que no nos molestes más.”

El hombre de la boina y oculto entre las sombras comienza a moverse como si le hubiera dado el mal de San Vito.

La música se apaga. Inés Rojas, cogida de la mano de Rivero y Domínguez, avanza hacia el centro del escenario donde pronuncia con voz entrecortada por la emoción y con los ojos anegados de lágrimas de cocodrilo.

INÉS ROJAS: La poesía es la expresión más directa del ser y, a la vez, la más oscura.

- Me aburro.- grita alguien del público.

Y el hombre de la boina, que por fin sale a la tenue luz del salón de actos, declama moviendo los brazos como un borracho: “Basta de ser colillas apagadas / del cenicero de los mares. / Ombligos de la sed, / sólo un placer de humanidad nos puede.”

- ¿Y quién es ese, qué coño está diciendo?.- pregunta Rivero sorprendido, mientras escucha como el estudiantado estalla en una improvisada ovación.

- Un tipo que lleva boina.- responde Inés Rojas.

 Saludos, ¿la esperanza me mantiene?, desde este lado del ordenador.

Harakiri

Jueves, Febrero 9th, 2012

Vivimos en unas islas de infeliz ignorancia. Todas navegan en direcciones diferentes,  lo que ha hecho que los que  residen en una les importe un carajo lo que suceda en la otra. Y así vamos, observando como pasa la historia. Una historia en la que lo único que nos une es una infatigable capacidad para morder al que tenemos al lado.

Esta tendencia enfermiza, que se multiplica por eso que llaman pleito insular, se materializa en el curso natural de nuestra existencia con pasmosa frecuencia. Y se emplea a modo de catarsis burlona en una fiesta, los Carnavales, con la que mantengo un discreto divorcio desde hace años.

Lo escribe alguien que es víctima de la toma de la calle por la masa disfrazada y juerguista. Que escucha resignado –mientras intenta aislarse en su casa de la tenebrosa realidad que se va apoderando a su alrededor– los gritos y las canciones desafinadas de un grupo de borrachos que, ya es inevitable en estas fechas, acaban de amanecida cantando el me gusta la bandera con acento aguardentoso.

Igual de aguardentosa me parece la última polémica en la que se ha visto envuelto el área de Cultura del Gobierno Canario que no da para sustos en este 2012.

La denuncia procede, en esta ocasión, de La Asociación Amigos Canarios de la Ópera (ACO), que asienta sus reales en la vecina isla redonda, y colectivo que exige a través de una carta pública que se “aclare con suma urgencia cuánto, cómo y cuándo se va a hacer efectiva la subvención del Gobierno de Canarias a la Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria Alfredo Kraus,” ya que su continuidad “está en peligro”.

La ACO necesita pasta.

Y como que,

que no hay pasta.

O sí que pudo y puede haber pasta –entiende uno– tras leer las contradictorias declaraciones que tanto el viceconsejero, Alberto Delgado, y su jefa en cosas culturetas, Inés Rojas, han derramado sobre el asunto.  Así que si se lee con atención las noticias, parece que la segunda ha puenteado a su presunto hombre de confianza –que es el primero–  en este problema de todo por la pasta.

La ACO, incendiaria, advierte, que como siga este lío de yo dije diego pero la que tengo encima me responde lo contrario, “este Gobierno pasará a la historia con el honroso título de haberse cargado una actividad cultural de 45 años de vida, con un gravísimo perjuicio a la ciudadanía de Gran Canaria”.

Por lo que zas, el tenebroso espectro del pleito insular vuelve a instalarse en las nunca calmadas aguas que separan a unas islas de las otras.

Rojas, la consejera, ha hecho saber rápidamente que este viernes, 10 de febrero, mantendrá una reunión con los amigos de la ópera.

La pregunta que planea en el aire es si en ese encuentro estará Alberto Delgado.

Planteo la cuestión porque los de la ACO lamentan que el viceconsejero haya dejado caer que esto de la ACO es un grupo de particulares que trata de divertirse a expensas de fondos públicos. Así lo aseguran los aficionados a la ópera en el escrito.

Con la que le está cayendo a Delgado no creo que nadie le gustara estar en su pellejo.

Primero le recortan el presupuesto de Cultura, segundo le protesta parte del sector al que tanto contribuyó a alimentar constituyendo lo que llaman un Gabinete de crisis y tercero lo ningunea su propia jefa probablemente por orden del jefe supremo.

Ya saben, Paulino Rivero.

Ese hombre.

Si yo fuera Alberto Delgado los dejaba a todos colgados. A los de la ACO, a los ingratos del Gabinete de crisis, a Inés Rojas y a ese hombre. Estaría hasta la mismísima coronilla de que me estuvieran torpedeando por casi todos los lados para concluir que, efectivamente, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Los de la ACO tiran a dar en su escrito.

Están temerosos de que se queden sin ópera no sé si Gran Canaria o ellos mismos. Brrrrr, qué viruje.

Queremos pasta, grita la panda y, en un ejercicio de inocencia patibularia, escriben: “no entendemos que diga el señor viceconsejero que no hay dinero para la ópera, cuando sí lo hay para otras actividades culturales y todo parece que se trata de una venganza personal del señor viceconsejero.”

O lo que es lo mismo, para los de la ópera Alberto Delgado se ha transformado en Berto el Malo ya que, destacan sin que se les caigan los anillos de los dedos ni las peinetas encima de la cabeza, Berto quiere  vengarse “por haberle demostrado ACO, con informes técnicos irrebatibles redactados en 1990 y actualizados en 2010, la imposibilidad de coordinar una misma temporada de ópera en ambas capitales.”

Y ah, viejo, ahí está otra raíz del problema con estos amigos de la ópera.

O lo que comentábamos al principio, que cada isla quiere seguir yendo a su puta bola.

En fin.

No sé de lo que hablarán este viernes con la Rojas, doña Iñés que no es roja sino solo de apellido. La pregunta, como apunté antes, es si en esa reunión estará presente Alberto Delgado.

Los de la ACO por lo pronto piden un pronunciamiento de Inés Rojas.

O lo que es lo mismo, del hombre.

De ese hombre.

Así que tal y como están las cosas, entendería perfectamente que Alberto Delgado se hiciera el harakiri.

En el fondo siempre sospeché que tenía vocación de samurái.

Solo que hoy se ha convertido en un ronin, o en un samurái sin amo al que servir.

Saludos, esto es cosa de locos, desde este lado del ordenador.

Sonámbulos

Sábado, Diciembre 3rd, 2011

Los cuatro representantes del Gabinete de crisis se sacuden las fatigas acumuladas tras tantos días de vivo sin vivir en mi cuando penetran en la estancia. Al fondo de una mesa irregular están sentados Inés Rojas y Alberto Delgado, que pasea entre sus dedos un bolígrafo.

- Sentarse, sentarse.- dice Delgado sin dejar de mover el bolígrafo entre sus dedos.

Los cuatro se sientan.

Primerísimo plano de sus ojos.

Primerísimo plano de los ojos de Inés Rojas.

Primerísimo plano de los dedos de Delgado moviendo el bolígrafo entre sus dedos.

El aire está tenso. Casi se puede cortar con el filo de una navaja.

- Siéntanse como en su casa. ¿Café, té, agua?

- Café.

- Agua.

- Té.

- Nada, gracias.

- Buenoooo….- exclama Delgado para romper el hielo.

- Ustedes dirán.- dice Inés Rojas.

Los cuatro se miran unos a otros.

- Yo le voy a ser sincero, señora consejera.- comienza uno que se ajusta las gafas mientras consulta unos papeles que ha dejado sobre la mesa.- La cosa está chunga. Muy chunga.

- No diga más.- le corta Inés Rojas.- Puedo prometer y prometo que vamos a hacer lo posible para arreglar lo imposible.

Otro del gabinete de crisis, aficionado a las películas del oeste, interrumpe: “Yo he venido a por mi hijo”.

Silencio.

- ¿Su hijo?

- Yo…- comienza el otro.

- Siga, siga usted con su exposición.- gritan los otros tres.

Rojas clava su mirada en los cuatro.

- Tres vías.

- ¿Tres vías?.- preguntan los cuatro.

- Tres vías.

- ¡Prestad atención!- salta Delgado.

- Primera vía: a corto plazo plantearemos por enmiendas una mejora en la aportación a Cultura en el borrador de las cuentas que se debate actualmente en el Parlamento de Canarias. Pero ojo, porque no será una subida sustancial y estará destinada a programas muy locales que han quedado desasistidos.

- ….- murmuran los cuatro.

- Segunda vía: invito a quedar a mediados de enero para poner en marcha la creación del Consejo de la Cultura y las Artes de Canarias para buscar fórmulas de viabilidad financiera de futuro para el sector.

- ¿Cuánto costará ese Consejo?, y ¿quiénes lo integrarán?.- taladra a preguntas el más desconfiado.

- ¡A callar!- le ordenan los otros tres.- Continué usted, señora consejera.

Inés Rojas toma un sorbo de agua.

- Tercera vía: transversalidad con otras consejerías para, a medio plazo, intentar llegar a los siete millones de mínimo que, añadidos a los 2,8 previstos, son necesarios, han dicho, para la supervivencia del sector.

Silencio.  

- ¿Cómo lo ven?.- dice Delgado dejando de mover el bolígrafo entre sus dedos.

-…

- ¡Qué se tenga en cuenta el Plan Estratégico de la Cultura!.- exclama uno.

- Sus palabras suenan como si el presidente del Gobierno fuera consciente de la situación….- reflexiona otro.

Alberto Delgado vuelve a mover el bolígrafo entre sus dedos.

- La cultura, ¡ay, la cultura!… Puedo prometer y prometo que la defenderé con la misma vehemencia como siempre he defendido las políticas sociales o la vivienda. ¡Viva la cultura!

Los cuatro a la vez se ponen en pie tirando las sillas al suelo: ¡viva la cultura!

Alberto Delgado, sin dejar de mover el bolígrafo entre los dedos: ¡Viva!

- Les toca mover ficha.- dice Rojas.

- Mmmmmm.- mascullan los cuatro.

Otro silencio.

Los cuatro aproximan las cabezas y comienzan a debatir en susurros.

Inés Rojas consulta la hora en su reloj de pulsera.

- Mmmmm.- siguen diciendo los cuatro.

Uno de los cuatro asiente con la cabeza. Aclara la voz con un poco de café.

- Señora consejera, aplazamos, de momento, las posibles movilizaciones planteadas en base al desarrollo de esta entrevista. A falta, claro está, del refrendo de las asambleas que se celebrarán en Tenerife y Las Palmas y que se convocarán la próxima semana para ser informadas de lo acordado y lo aprueben o rechacen.

- Lo aprueben y lo rechacen….- susurra Rojas.

El bolígrafo que se mueve entre los dedos de Delgado da un brinco y cae debajo de la mesa.

- ¡Alberto!

 (Fuente: El Día)

Saludos, sonámbulo, desde este lado del ordenador.