Al final de la escalera

Jueves, Diciembre 1st, 2011

En la novela del escritor y cineasta Pierre Schoendoerffer, y en la también película que dirigió sobre la misma John Miilus, Adiós al rey, el monarca de un grupo de tribus que hacen la guerra de guerrillas en las selvas de Borneo durante la II Guerra Mundial se despide del oficial británico con el que ha compartido batallas con un escueto y vibrante “Buena suerte, inglés”.

Este mismo saludo, el de “Buena suerte” es el que lanzo hoy, jueves 1 de diciembre, a los miembros del gabinete de crisis organizado para detener el catastrófico recorte anunciado en los presupuestos del Gobierno de Canarias 2012 al departamento de Cultura, y que mantienen un encuentro esta tarde, desde las 16 horas, con la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas.

Una mujer, Inés Rojas, cuyas declaraciones a los medios han venido caracterizándose de insensatas y provocadoras en los últimos tiempos.

Escribo lo de insensatas y provocadoras porque hace apenas unos días Inés Rojas señaló que prefería ver en la calle manifestándose al amplio colectivo que representa el sector cultural en las islas que a los parias de la tierra… La señora Rojas olvidó en estas, reitero que desafortunadas palabras, que muchos de estos parias de la tierra que asaltarán las calles reclamando su derecho a un plato de comida serán, precisamente, artistas y empresarios culturales a los que su nuevo modelo cultural aún por definir condenará irremisiblemente al auxilio público.

Ya hemos contado que la cultura que se ha generado en este archipiélago ha sobrevivido a lo largo de estos veintitantos años que disfrutamos de democracia gracias a un sistema que con sus dobleces e inestabilidades ha sido diseñado por lo que, durante veintitantos años de democracia, gobiernan o cogobiernan esta comunidad autónoma.

En todos estos años, el sector cultural no se ha limitado solo a poner la mano y a pedir ¿qué hay de lo mío?, que casos ha habido y habrán, sino también a consolidar un tejido empresarial que además de generar empleo ha contribuido a llenar las arcas regionales y de paso a enriquecer un territorio estimulando su creación.

Resulta por ello insólito que un Ejecutivo en el que se mezclan nacionalistas y socialistas asistan en algunos casos con absoluto desprecio y en otro con una desarmante indiferencia al desmoronamiento de un modelo que si bien pide a gritos una transformación no se merece la indigencia al que parecen querer reducirlo.

Espero por ello que esta reunión sea constructiva y recuperar la confianza en un Gobierno que no está dando demasiadas muestras en éste, y en otros casos, de cordura.

Las aspas del reloj continúan mientras tanto andando, y el tiempo se acorta.

Apenas queda algo más de una semana para que concluya en la Cámara regional el periodo de enmiendas para corregir los presupuestos, y la propuesta presentadas por el gabinete de crisis es razonada: destinar 10.146.262 euros al desarrollo de la política cultural del Gobierno canario, y no los 2.815.540 euros que contemplan las cuentas públicas.

La prensa publica hoy unas estadísticas elaboradas por el Ministerio de Cultura donde se detalle que el sector en las islas perdió en 2010 un total de 1.100 empleos, lo que supone un descenso del 6,9% con respecto a 2009, el quinto más alto de toda España. “Si a ello le sumamos los 4.500 puestos de trabajo que se destruyeron en 2009 –detalla el gabinete de crisis–, puede concluirse que el sector ha perdido 5.600 empleos en sólo dos años” (fuente Diario de Avisos).

Estando así las cosas, los culturetas calculan que de plasmarse el nuevo recorte –cifrado en 12,2 millones de euros–, “el sector perderá en torno a los 9.000 puestos de trabajo al final de 2012 y, por tanto, estaríamos hablando de casi su desaparición”.

Son datos objetivos y por lo tanto a tener en cuenta.

Inés Rojas debería de estudiarlos con la atención que se merecen, y saber responder a ellos con la altura política que los momentos actuales le exigen.

No sé lo que debe de pensar la consejera de todo este follón precipitado por su Gobierno, pero a quien ahora les escribe no le gustaría estar en su pellejo ya que de ella depende que pase –o no– a la historia del archipiélago como la persona que, literalmente, hirió de muerte a la Cultura en Canarias.

Claro que Inés Rojas está puesta ahí por quien la puso ahí.

El problema es quien está ahí resultado de un pacto de gobierno kafkiano parece que no está ahí y,  lo que es peor, que casi parece que no está en ninguna parte.

Saludos, buena noches y buena suerte, desde este lado del ordenador.

Serán cosas mías…

Martes, Noviembre 15th, 2011

No termino por ubicar a Alberto Delgado, de quien he cuestionado algunas acciones que ha realizado al frente de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno canario, así como sus insólitas salidas de tono e indiferencia ante situaciones que han menoscabado su gestión, pero también es cierto que la mayor parte de las veces ha sabido timonear con pericia digamos que técnica el departamento que dirige en tiempos tan siniestros.

El revuelo provocado en parte del sector cultural ante el anunciado y dramático recorte presupuestario que sufrirá su área en 2012, así como las declaraciones incendiarias que la semana pasada hizo públicas en una carta el timplista Totoyo Millares para desmontar la, según él, “falsa solidaridad” de Benito Cabrera al negar la promoción institucional del Ejecutivo regional de su villancico Una sobre el mismo mar durante las fiestas navideñas, pone de manifiesto, a mi juicio, que se quiere echar balones fuera en torno al verdadero problema que ha puesto el nombre de la Cultura, y de las políticas culturales, por una vez en las primeras planas de los periódicos locales: un recorte brutal y sin sentido alguno que frenará drásticamente la maquinaria cultural de unas islas cuya población todavía es ajena al desierto que supondrá no solo para los que viven de ella sino también para los que se han acostumbrado a consumir los productos que genera.

Hace unos días escribía que Alberto Delgado necesitaba de lecciones urgentes de diplomacia política, pero también es cierto que conociéndolo desde la distancia, nadie puede criticarle que no le falta valentía a la hora de enfrentarse al caos.

Lo digo porque Delgado no rehuyó ayer en rueda de prensa manifestarse sobre el asunto aunque advirtió que serían las últimas palabras que expresaría sobre el tijeretazo antes de su aprobación parlamentaria.

No obstante, el viceconsejero apuntó tener la esperanza de que el Parlamento de Canarias “pueda hacer algunas correcciones al proyecto”. Y quizá, si él mismo lo dice, sugerir que el afeitado presupuestario del área que gestiona no resultará tan drástico como el actual 65 por ciento que ha anunciado por activa y por pasiva el Gobierno canario.

Puede que sea el espíritu de la Navidad.

Pese a todo, Alberto Delgado avisa que nos esperan “cuatro años muy duros”.

Y no, el viceconsejero reconoció que no se ha reunido con el presidente del Ejecutivo regional, Paulino Rivero, para tratar este tema aunque es probable que él mismo lo haga con esa parte del sector movilizado aunque desea que antes se encuentren con la consejera Inés Rojas.

Mientras tanto, el colectivo anuncia que mantendrá reuniones con los portavoces en Cultura del Partido Popular, Milagros Bethencourt Aguilar,y el socialista, Domingo Pérez Curbelo. Se supone que el cara a cara con CC se producirá tras las elecciones generales del próximo domingo, 20 de noviembre. 

TIMPLAZOS

Por otro lado, y en un divertido pero contundente artículo de Alfonso González Jerez se reflexiona en torno a lo que el columnista califica de Totoyazo.

Alberto Delgado dio también sus impresiones sobre la polémica desatada por Millares con un paternal y quiero pensar emocionado “me da mucha pena.”

Sobre todo porque, como nos hacíamos eco ayer o fue anteayer o el antes del antes de ayer en este mismo blog, la salida a escena de Totoyo Millares solo ha contribuido a despistar el objetivo de “la protesta por el recorte.”

Para Delgado ambos músicos son “dos grandes artistas y la lástima y la parte real de esto es que se difumina lo que está detrás, la protesta por los recortes, con otro tipo de cosas que vienen de más lejos”. (El subrayado es nuestro).

A la espera de que Benito Cabrera y Totoyo Millares arreglen sus diferencias, polémica a la que se suma también otro timplista, Germán López, en apoyo de Millares, Alberto Delgado reitera que no pierde la esperanza de que en el proceso de tramitación de los presupuestos en el Parlamento de Canarias se puedan introducir correcciones, ajeno él a cómo se mueve la pequeña política parlamentaria canaria en una casa, como decía un amigo que ya no está entre nosotros, Apeles Rafael Ortega, “en la que cuando entro siempre me llevo las manos a los bolsillos”.

Son éstas las últimas declaraciones que pronuncia el Viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, quien ahora esperará a observar cómo terminará tan desagradable e injusto asunto…

Y que por razones que entiendo pone nerviosa a tanta gente.

Saludos, hermanos y hermanas, desde este lado del ordenador.

Ni está ni se le espera

Lunes, Noviembre 7th, 2011

Mientras a Alberto Delgado ni está ni se le espera. O mejor, no lo espera Paulino Rivero, la maquinaria puesta en marcha para el tijeretazo a los presupuestos de 2012 destinados a Cultura sigue imparable su marcha anunciando el final inevitable de un modelo que, por razones que espero a nadie se le escape, augura un año apocalíptico en cuanto a fastos (y gastos) culturales se refiere.

Me inquieta, en este sentido, cómo nos están preparando ante el panorama que se avecina. También, obviamente, por cómo se invertirá la patética cantidad que le tocará gestionar a la Viceconsejería que hasta ahora dirigía Delgado. Tengo, no obstante, la esperanza de que eso animará a los agentes implicados del sector –el desatado y el indiferente ante todo este follón– a investigar y fiscalizar en la medida que puedan por dónde se moverán unos recursos públicos que ya no pueden repartirse entre tanta gente.

Espero, con la mano en elcorazón, que eso obligue a detener el despilfarro de viajes con todo incluido que abonaba el departamento que gestionaba hasta ahorita mismito Delgado para acudir a festivales como el de San Sebastián, por poner un ejemplo, en el que no se hacía nada salvo el dejarse ver entre tanta estrella y estrellado.

También la de que por una vez alguien se digne a explicarnos para qué sirve el programa Septenio –que de los tres millones que contó en 2011 pasa a gestionar 800 en 2012– para promocionar la Cultura canaria en el mundo mundial, entre otros poco juiciosos drenajes realizados.

Y a todas estas, mientras tanto, Alberto Delgado ni está ni se les espera.

Él, que fue quien levantó la liebre y puso nervioso a los que integran un movimiento que, mucho me temo, al final va a optar por el sálvese quien pueda.

De todas formas –y está escrito sin ruda ironía– Alberto Delgado igual sorprende y se nos vuelve un hombre fuerte, disciplinado y experto en las artes de la alta diplomacia. Así que cuando se levante del lecho y se mire frente al espejo llamará por teléfono a Paulino para cantarle las cuarenta.

- Hazme caso, Paulino, hazme caso. Mira que si no te boto a la calle a los culturos

Tiembla Paulino… Tiembla… Que no sabes la que te espera…

O sí sabe la que le espera y quizá eso explique el inexplicable empeño por dotar de más dinero a ese invento que llama Policía Canaria.

Paulino dobla de dinero y recursos a los aspirantes a polisía (con s) casi como si quisiera que salieran a la calle para repartir estopa a esos chicos malcriados que una vez se creyeron aquello de que en Canarias y bajo el paraguas del Gobierno de Canarias era posible lo de “mamá, quiero ser artista.”

No sé dan cuenta, criaturas, que el mensaje sufre ahora una violenta metamorfosis.

Lo dejó caer, y quiero pensar que con la peculiar voz de Gracita Morales, la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas:

- Niños, el modeeelito cambia en 2012.

Así que ahora solo cabe gritar: “¡mamá, yo lo que quiero ser es de la polisía canaria!”

Y los más listos, como siempre, “¡mamá, yo lo que quiero ser es director de la Televisión Canaria!”

¿Por qué quieres ser poli, mijo?

Porque me gusta la curtura y vigilar al que tengo al lado.

¿Por qué quiere ser director de la Televisión Canaria, mijo?

Porque quiero ser como Willy.

Saludos, vacaguaré, desde este lado del ordenador.

Des(es)perados

Viernes, Noviembre 4th, 2011

Los acontecimientos se suceden con velocidad de vértigo y ya comienza a palparse el desánimo entre los gestores y creadores canarios puestos en pie de guerra ante el anunciado recorte presupuestario que el Gobierno regional aplicará el próximo año a un área cuyos beneficiados e ignorados parecen que no han superado aún la edad del pavo. Mala cosa, sobre todo si a quien quieren convencer es a todo un presidente que, entre sus muchas virtudes y defectos, parece que no ha salido aún de la adolescencia.

Las declaraciones que publica Diario de Avisos de uno de los integrantes del colectivo indignado, el presidente de Réplica y la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Canarias, Ricardo del Castillo, me resultan así además de atrevidas dictadas más por la desesperación que con la cabeza. Del Castillo propone –pero no dispone– y contando con el respaldo de los que han hecho movimiento, que si  el Ejecutivo sigue en sus trece –esto es aplicar el tijeretazo–  ¿para qué mantener un organigrama que no va a tener nada que gestionar?

Pensando con generosidad, quiero imaginar que Del Castillo hace esta sugerencia siguiendo una política de titulares  pero si no fuera así, me parecen muy desafortunadas unas palabras que entonces solo puedo entender como desesperadas. O una honda frustración hacia un final que intuyen inevitable.

En este sentido, y aunque al Gobierno de Canarias le gustase la idea de teletransportar a San Borondón la Viceconsejería de Cultura, ¿qué soluciones se propone para que la Cultura siga caminando por esta tierra?

Ninguna, a tenor de la información leída. Luego el grito de ¡que desaparezca la Viceconsejería!, puede entenderse como precisamente lo que es. Y lo que es, es precisamente lo contrario: no dejen el área que gestiona Alberto Delgado (quien por otro lado se quedaría sin trabajo) con la ridícula cifra que manejará para fomentar y promocionar el modelo de cultura que los nacionalistas canarios contribuyeron a tejer en estas siete islas alejadas de la mano de los dioses desde que dirigen nuestros destinos universales.

El discurso de Ricardo del Castillo no suena así a radical y rompedor, sino a falta de estrategia, a tirar a todos los lados sin orden ni concierto. Es decir, sin coherencia. Por mucho que el actor diga ahora que debe desaparecer Cultura de la estructura del Gobierno regional porque  “lo contrario sería emplear esa partida tan reducida para acabar con el sector pero manteniendo, eso sí, a los gestores en sus sillones”.

Al menos Martín Rivero, de Rider Producciones, intenta calmar las aguas anunciando una batería de medidas para dotar de grasa el esqueleto de un movimiento que a estas alturas parece más al de un grupo de conjurados asamblearios.

Rivero dice que esperan mantener rondas de contactos con los grupos parlamentarios de CC y de PSOE, y que aguardan a que tanto Paulino Rivero, como la consejera Inés Rojas, “pongan día, lugar y hora” para reunirse con el sector y exponer qué soluciones barajan para afrontar el panorama que se ha abierto.

Y mientras tanto el tiempo pasa.

Y la gente, lógicamente, se pone nerviosa.

Esto es el fin cantaba Jim Morrison.

Yo prefiero pensar que la unión sí que hace la fuerza.

Saludos, carraspeando, desde este lado del ordenador.

¡Corta el cable rojo!, ¡el cable rojo!

Jueves, Noviembre 3rd, 2011

“Hasta que no vea a parte del sector cultural en Canarias que se ha puesto en pie de guerra acantonado en la plaza de La Candelaria y el Parque Santa Catalina no voy a tomarme muy en serio su desgarrado grito de que el recorte significa la sentencia de muerte de la Cultura”. Me lo cuenta, más o menos con estas mismas palabras, un amigo en paro que hasta el día de ayer disfrutaba de un regularmente remunerado trabajo en un concesionario de automóviles.

Y yo no me veo a los cabecillas de la revuelta haciendo noche al raso, aunque la propuesta del amigo pondría de manifiesto a la ciudadanía la indignación y su profundo rechazo ante el tijeretazo anunciado por el Gobierno de Canarias a los presupuestos en Cultura para 2012 y no esa especie de a verlas venir que está emanando de un colectivo que si bien cree que la unión hace la fuerza ha dejado fuera de juego a otros compañeros de fatigas creativas e intelectuales que, por omisión o sencillamente porque nadie se acordó de ellos, han decidido no participar en el movimiento.

Cambia el modelo, resalta Inés Rojas.

Y algún que otro portavoz de los cabreados culturales defiende que Paulino Rivero es un hombre sabio y que al final, como en las películas de acción, se atreverá a cortar el cable rojo que evitará que active el detonador que hará volar por los aires el esquema que desde hace años han mantenido los nacionalistas canarios para estimular la Cultura en unas islas cuyas ciudadanía no se ha dado cuenta de que, efectivamente, estamos en crisis.

Y que la crisis es una puta crisis.

Leo que en la asamblea celebrada este miércoles en la capital grancanaria se aprobó solicitar una entrevista con la consejera Inés Rojas “para discutir medidas que sirvan para amortiguar el recorte y clarificar el escenario que se abre”, así como la de impulsar “mucho más el tema de los artistas locales, darles más protagonismo, así como repasar historias como el Festival de Música o Septenio. “ Programa éste en el que se planteará pedir que se termine y después solicitar una auditoría”, explica Pino Luzardo, de la Unión de Actores de Canarias.

Ummmm. No sé si se habrá dado cuenta Luzardo que muchos de los que integran la plataforma de protesta cuentan y contaron con proyectos beneficiados por un programa que en su momento a casi todo el mundo le pareció chiripitifláutico. La cosa dejó de resultar tan chiripitifláutica cuando los proyectos dejaron de lado a unos y sí que beneficiaron a otros. Mosqueo que justificó el actual viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, porque los protestones no se habían llevado nada.

El señor Delgado, que necesita con carácter de urgencia clases de diplomacia intensiva, se esconde mientras tanto en las sombras mientras parte del sector arde y anuncia una guerra sin cuartel siempre y cuando Paulino, que es un hombre sabio, no ceda. Claro que como Paulino es un hombre sabio esperan que al final ceda y desvíe algunas perritas para que parte del sector indignado pueda respirar en 2012 y preparar entonces el traspaso al nuevo modelo (sin definir) que de la noche a la mañana sugiere el Gobierno a través de la consejera Inés Rojas.

Explicada así la cosa, este follón se parece cada día más al de un culebrón hecho en Canarias: Paulino vive en otra dimensión mientras una parte de la Cultura reclama su amor tras conocer por boca de Alberto Delgado la realidad de un tijeretazo demasiado pronto anunciado. Al final a la Cultura no le quedará más remedio que revelar a Paulino que con la decisión que tomará su gabinete en diciembre deshereda a parte de un sector que ahora discute qué hacer para que el presidente se decida de una puta vez y corte el cable.

El cable rojo.

¿Conmoverá su corazón?

Él es bueno y comprenderá…

A la espera de las conclusiones que saquen los miembros de la asamblea en Tenerife, en Gran Canaria los indignados sugieren pedir una auditoría de Septenio para ver en qué se han gastado esos dineros y saber si se ha hecho un seguimiento de sus actividades. El objetivo es transmitir a la opinión pública que los culturetas “no somos todos oportunistas”.

Por su lado, el cineasta Jaime Falero escribe un artículo con ganas de avivar la polémica en el que se manifiesta a favor de los recortes en Cultura. Falero explica los por qué de sus razonamientos y viene a decir que tras los habituales ninguneos con el que fue objeto en las distintas convocatoria de Canarias Cultura en Red para promocionar un audioviosual que apenas trasciende las salas de las islas en sus estrenos, él ha rodado sus cortos, documentales y ahora un largo (pinchen enlace para ver el teaser) buscándose la vida.

Entiendo la rabia y las ganas por meter cizaña de Falero, aunque su pieza queda descompensando por un obsesivo yo, yo, yo que desluce sus intenciones críticas. Esto no descarta las ganas que ha despertado por ver El clan, título de su ópera prima como director de largometraje.

En la asamblea celebrada en la capital grancanaria se habló también del Festival de Música, que “se lleva una parte consistente del presupuesto y aquí nos repercute, es un dinero que se va afuera, apenas participa gente de aquí”; de convocar manifestaciones y acciones en señal de protesta, utilizar la fórmula parlamentarias para presentar una enmienda a los presupuestos y crear una web para mantener informado al sector.

La idea es escenificar que este sector que está indignado continúa con sus movilizaciones y que está trabajando en ella a través de la constitución de mesas de trabajo para sugerir propuestas con las que seguir adelante antes del hachazo presupuestario que vislumbra se producirá a finales de año.

No sé, como sugiere mi amigo, si otras de las medidas que podrían adoptar resultado de estos encuentros es la toma de las plazas de las dos capitales canarias aunque espero, francamente, que las ideas que están debatiendo se articulen finalmente en un programa que convenza a un Ejecutivo autonómico cuyo presidente, la verdad, no tengo nada claro que sea bueno y mucho menos un sabio.

Saludos, no se vayan todavía que aún hay más, desde este lado del ordenador.

Los que van a morir te saludan

Miércoles, Noviembre 2nd, 2011

Faltaba su voz. Y su voz irrumpe con atronadora fuerza. Inés Rojas, consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias clama a los cielos y a los infiernos: “La cultura no muere con estos presupuestos”. Lo que muere es el modelo cultural de un pasado que, si no recuerdo mal, construyeron esos mismos nacionalistas canarios desde que llevan gobernando esta Comunidad Autónoma en la noche aciaga de los tiempos.

Rojas defiende el recortazo que sufre el área que gestiona el hasta ahora viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, diciendo que el afeitado al cero no pondrá en peligro la “capacidad creativa de los artistas de las islas.”

Y obviamente tiene razón la señora.

Un escritor, un pintor, un cineasta, un escultor, un músico crea “gratis” en la soledad de su estudio. Otra cosa es que su creación pueda verse y sobre todo venderse si no cuenta con una estructura que haga posible la promoción de su trabajo.

Y si bien es cierto que el modelo pasado –reitero que alimentado por los nacionalistas canarios– se sostenía mayoritariamente en los dineros públicos, el panorama que se presenta para el 2012 augura la calma de los cementerios mientras la consejera y sus asesores esperan sentados a que se les encienda la luz para plantear un nuevo modelo gestión sin apenas intervención de un Ejecutivo más preocupado hoy en fortalecer a su policía privada que en enriquecer con Cultura a sus atribulados y algo tontainas contribuyentes.

Entiendo que la posición de la señora es bastante difícil.

Dirige un área con amplísimas responsabilidades sin que ninguna de ellas tenga que ver unas con otras.

Ya me dirán que hay de cercano entre Cultura y Deporte con las Políticas Sociales y de Vivienda salvo que muchos de esos creadores a los que pide calma dependerán en el futuro de las políticas sociales de un Ejecutivo que les está diciendo con bastante falta de tacto váyanse a llorar a otra parte.

“El talento y la creatividad no peligran, porque éste no depende de las subvenciones públicas” comenta la señora mientras cientos de proyectos se paralizan porque, evidentemente, el entramado cultural en Canarias bebía (como beben otras áreas) de lo que hasta ahora repartía –bien es cierto que en algunas ocasiones con sospechosas preferencias– este Gobierno que se acostumbró a crear un estado de las cosas que ahora, y a tijeretazo limpio, desmonta sin que le tiemble la mano.

Inés Rojas admite, sin embargo, que el recorte presupuestario “no es normal”, pero la compleja situación económica “obliga a ello, si se quieren mantener los servicios esenciales.”

“Hemos priorizado todo lo que es la cultura que se puede llamar de base. Se mantendrán en funcionamiento todas las infraestructuras culturales del Gobierno de Canarias. Los mayores recortes se han fijado en los proyectos que implican ayudas a empresas privadas del sector cultural, parte importante del modelo que, repito, ha muerto”.

El argumento es claro.

El Ejecutivo no se bajará del burro, nunca mejor dicho.

Eso sí, susurra la señora: “estamos abiertos al diálogo” e invita a los agentes del sector a sentarse con ella para estudiar cómo diablos hacen abracadabra con las gotitas presupuestarias que le tocan a Cultura.

Esto me hace suponer que muchos de los que hoy permanecen unidos ante la debacle final afilarán cuchillos para dotar con algo sus propias iniciativas.

Rojas explica que la fórmula consistirá en cambiar dinero de algunas partidas a otras.

Y yo observo como se aproxima la tormenta de arena que amenaza a la Cultura subvencionada canaria.

La tormenta hace mucho ruido.

No hay verde para tanta langosta.

Saludos, Ave César, desde este lado del ordenador.