Por el bien del cine canario y para dejar tranquilas sus aguas es el momento de animar a la ACEPA (*) y en concreto a su actual presidente Eduardo Araujo, de que ha llegado la hora de trabajar. Y ponerse a trabajar implica dejarse de lamentos y abandonar por dignidad profesional el espacio que ocupan en las hasta ahora (des)comisiones que anualmente convoca el Gobierno de Canarias para el reparto de las subvenciones al cine y la televisión.
Me produce frustración y algo de vergüenza que ahora la Acepa critique en La Provincia “las incongruencias entre las bases” cuando en una decisión sin precedentes por darle transparencia a la última convocatoria, Cultura ha optado por darle voz pero no voto a los representantes de esta asociación que, cabe recordar, hasta la de 2008 sí que disfrutaban del derecho al quiero y puedo en las mismas.
Según la información que publica hoy el mismo periódico, el viceconsejero de Cultura ha anunciado que se modificarán las bases de la ayuda al cine y la TV con el objeto de mejorar el reparto y corregir errores, lo que es una buena noticia siempre y cuando las cosas se hagan con sensatez. Y un gesto sería que la Acepa se retirara discretamente de las comisiones deliberadoras porque, y nos reiteramos, no cabe en cabeza alguna que miembros de una asociación formen parte de una comisión donde también se presentan trabajos de sus asociados.
Las sugerencias hechas por los miembros de las comisiones, entre las que se encontraban miembros de la Acepa con voz pero sin voto no dejan por eso de resultar llamativas, en especial cuando afirman (no se dice quién, pero se supone) que la actual convocatoria no valora en las obras sus vínculos con Canarias. Pese a todo, se añade en el mismo artículo que la convocatoria de este año fue “limpia, honesta, consensuada y justa” (¿?).
En todo caso cabe la pena recordar a los que han efectuado esta apreciación que si echamos una mirada a los proyectos que obtuvieron repartos dinerarios en 2007… de canario… en fin, que de canario… ¿qué es lo canario? y todo eso pese a que en aquella ocasión los miembros de la Acepa sí tenían derecho a voz y voto. Oséase que ¿qué es lo que quieren decir?
Entre esas sugerencias que hoy revela La Provincia, Araujo propone ahora cambios en los criterios de la comisión como son los de poner freno a proyectos respaldados por una gran productora (¡!) y recomienda que desde lo público se apoye coproducciones que no tengan garantía de éxito (¡!). O lo que es lo mismo, que si el proyecto es un rollo y no hay quien lo entienda pero tiene “argo”, que nuestro deber es darle el dinero de todos aunque se sepa que va a resultar un fiasco mayúsculo mientras olvidan que en este negocio (porque el cine es negocio e industria además de cultura) lo que se demanda es dinero y menos tontería.
Araujo continúa con sus peticiones de cambio, cuando la primera es que la Acepa (y no la Acepta, malintencionados sobrinos míos) en un acto de profesionalidad lo que debe hacer es abandonar las comisiones. Lo que no dice. Pero sí dice, leyendo siempre el mismo artículo, que hay que acabar con las puntuaciones subjetivas a la creatividad, eliminado de la baremación la puntuación más alta y más baja, dejando sólo una media de las notas intermedias, “como ocurre en la alta competición deportiva” (¡toma ya!).
Lo mejor, sin embargo, se deja al final del texto.
Araujo defiende que la Acepa continúe en la comisión porque (agárrense a lo que tengan a mano) ellos defienden la realidad del tejido audiovisual canario.“Sin voto y sólo con voz nos sentimos libres para emitir opiniones sin estar supeditados al resultado de la votación, así nadie tendrá la tentación de decir que influimos en el resultado”. ¿A cuénta de qué?, ¿por qué no escoger a un profesional libre y sin presiones sectoriales para que ejerza la misma labor que venían desarrollando los miembros de la Acepa. Es decir, sin derecho a voto pero sí con voz?
Nikiiita, Nikiiita, lo que se da sí se quita
(*) Ya no es la única asociación de profesionales del sector, recientemente se presentó la Unión Profesional Audiovisual de Canarias (UPAC).
Saludos nuevamente perplejos a este lado del ordenador.