Archive for Junio, 2022

Francisco Clavijo ¿Director General de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife?

Jueves, Junio 30th, 2022

A estas alturas no creo que nadie iniciado en las pantanosas aguas de la curtura oficial canaria ignore, y si no lo ignora al menos lo intuya, que algo huele a… en los despachos donde se dirige la curtura del Gobierno canario (tan chachi piruli aunque tenga a medio sector en pie de guerra), Cabildo insular (en nuestro caso el de Tenerife, con una dirección que no ha dejado de mirar la musaraña desde que ocupa tan alto deber) y, por último, en la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Salvo la etapa de la socialista Clara Segura no he observado una apuesta sensata por dotar a esta capital de provincias de una eficaz armadura cultural (ahora sí). Responsabilidad que, salvo el caso antes mencionado, parece que se asume sin demasiado entusiasmo… Lo mismo pasa en el gobierno canario con los gatopardos a la cabeza; el cabildo insular con los gorgoritos a la cabeza y las concejalías de cultura que se han convertido en algo así como un vivo sin vivir en mi.

Hace unos años nos hicimos eco del nombramiento de Carlota Cobo Hernández como gerente del Organismo Autónomo de Cultural tras superar un concurso que, qué quieren que les diga, resultó sospechoso desde el minuto 1. ¿La razón? Se conocía desde meses antes a quién se iba a designar. Esta maniobra, que pone de manifiesto el franco desprecio que se tuvo hacia el resto de los que presentaron sus currículos profesionales, apenas tuvo eco ya que la mayoría de los que optaron a la terna prefirieron dejar estar lo que sigue oliendo a pucherazo no sabe uno muy bien las razones. ¿Miedo?, creo que la respuesta en este caso es afirmativa. Y así nos va. A ellos, los cobardicas y a nosotros, la sufrida ciudadanía. Mientras tanto, se resiente la cultura, ahora curtura, que desde el Ayuntamiento se gestiona.

El paso del tiempo y los chismes que me llegan han terminado porque me solidarice con Carlota Cobo Hernández. Me comentan desde distintos frentes que la mujer no lo está pasando bien aunque el sueldo, y más en estos tiempos que corren, la obligan a estar sentada allí donde estuvieron sentados otros. Cuentan, no obstante, que la concejala no se habla con Carlota, y que a la concejala se le ha ido amargando el carácter a medida que pasan los años.

Hace unas semanas y desde la misma casa consistorial se anunció que se iba a elegir una figura hasta ese momento novedosa en la curtura municipal, el nombramiento de un Director Insular de Cultura que, al modo del comandante Fidel Castro de la canción, mande a parar.

Se convocó un nuevo concurso al que optaron la mayoría de los que se presentaron en su día al de Gerente y si bien el fallo se ha prorrogado hasta el 10 de julio de este año, día que cae un domingo luego se conocerá el fallo al día siguiente, parece que “habemus Papa”. Es decir, que ya hay fumata blanca por mucho que su nombramiento se dilate en el tiempo. Que se dilate en el tiempo puede deberse a vaya uno a saber, aunque pudo ser por la cercanía de esos carnavales de verano que vivimos en la ciudad la semana pasada. Es como si el Ayuntamiento insistiera en una política del pan y circo para despistar a vecinos y visitantes de lo descuidada que está la capital de Tenerife, bastante sucia por otra parte y con todo sin hacer o medio hacer cuando su alcalde deja de soñar con convertirse en senador y se dedica a lo que debe dedicarse, que es gobernar la ciudad.

El caso es que ya suena como probable director general de Cultura y Patrimonio Histórico Francisco Clavijo Rodríguez, en la actualidad oficial mayor del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y secretario delegado del Organismo Autónomo de Cultura. A tenor de lo que me dicen varias fuentes, el cargo sería lo que en política llaman “un traje cortado a su medida”.

De momento no se ha hecho oficial el nombramiento, se supone que lo sabremos en unas semanas pero todo apunta a que Clavijo Rodríguez sea nombrado Director Insular de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Saludos, oh, mamá,bandera tricolor, desde este lado del ordenador.

“Me vino la idea de que aún teníamos colonias”

Miércoles, Junio 29th, 2022

Escritor y pintor, de Santiago Rusiñol se puede decir que jugó en literatura a ser un poquito frívolo aunque esa frivolidad se transforme en De Barcelona al Plata, un viaje a la Argentina de 1910 en una deliciosa sátira hacia tierra desconocida. Es tal la sorpresa que no el asombro lo que describe que hace inevitable la sonrisa cuando se lo lee. El escritor explota todos los recursos de la ironía. Pero una ironía con guasa, de esa que provoca un placentero por tonto enfado.

De Barcelona al Plata se reeditó a finales de los años 80 en la colección Biblioteca Grandes Viajeros, una iniciativa de Ediciones B. El libro escrito en catalán fue traducido al castellano por Xavier Moret, autor también del prólogo, y en sus páginas, cuenta como antes de llegar al continente americano, el barco hace escala en Santa Cruz de Tenerife. Momento que aprovecha Santiago Rusiñol para hacer una descripción deliciosamente demoledora de aquella capital tinerfeña de 1910, hace ya más de un siglo, y que ocupa un capítulo entero, el tercero para ser más exactos, de la obra.

“Santa Cruz es un grupito de casas que parecen bajar de la montaña y detenerse junto al mar. Es una ciudad completamente rubia: las casas, con tonos de pergamino; los tejados, de encuadernación; los muros, de ancla oxidada. Por entre las casas asoman las plantaciones de plátanos y, entre los plátanos, las ventanas, todas pintadas de tonos de sol: verde, azul claro, azul mar, rosa de piel de granada, pero como si todos esos colores los hubieran rociado de oro. Un pueblo con esos tintes que sólo tienen las islas”.

El barco en el que viaja Santiago Rusiñol rumbo a la capital Argentina, lleva el nombre de Argentina, navío que se detiene frente a la ciudad, “cerca de muchos otros trasatlánticos, y un remolcador nos lleva a tierra”.

“Al entrar en la población todo es pequeño, limpio, ordenado, con olor a colada. Las tiendas parecen juguetes que tienen para entretenerse, y da la impresión de que no quieren clientes para que no se les ensucien las baldosas. Las aceras son lisas y limpias, y el forastero no se atreve a pasar por ellas por miedo a estropearlas. Aquí y allá se ven pequeños patios que son como cajas de juguete. Y persianitas y postigos. Y chimeneas sin humo, para no ensuciar el tejado.. Y en medio de todo esto, una gran plaza, lisa y limpia como una azotea: una plaza de las islas, para oír el ruido del mar y para tomar el sol y amodorrarse”.

Rusiñol se sorprende durante su recorrido de no encontrarse a nadie por las calles, aunque pronto, escribe, descubre la razón: “Pasaba un entierro… (casi iba a decir que habíamos tenido la suerte de ver un entierro) y en la comitiva iban todos, sin contar al muerto que también estaba. Como era persona oficial según los símbolos de la caja, le seguían todos los elementos, y al ver a tanta autoridad –todos con levita y sombreros de copa–, no sé por qué me vino la idea de que aún teníamos colonias”.

¿La razón? La razón no es otra que “En la comitiva iban treinta gobernadores, treinta señores con cara de serlo, intendentes de eso, delegados de aquello, empleados de todos los ramos de todo tipo de oficios… Y cuando había pasado, las calles quedaban desiertas, y no se veía más vistas que el centellear de unos ojos negros, encendidos como lucecitas detrás de las persianas verdes.

La vida estaba abajo: en el puerto”.

El texto deja su tono desenfadado a medida que su estancia en la capital tinerfeña termina. Ese es el momento en que el protagonista, ya de noche y estando en la cubierta del barco, observa las luces de los muelles y se produce un efecto que “no lo olvidaremos jamás. A medida que se acercaba la noche de arriba, de abajo, de todas partes fueron surgiendo puntos de luz, azules, verdes, rojos, de todos los colores”. El libro continúa contando la travesía del Argentina hasta que llega a destino, la ciudad de Buenos Aires, que tras destripar con su mirada regresa de nuevo a Barcelona dejando atrás “a los amigos que se quedan”.

La pintura de Santiago Rusiñol estuvo muy influida por los impresionistas y tiene temática paisajista, tanto rural como urbana, retratos y composiciones simbólicas de inspiración modernista. Entre sus obras más destacadas figuran La morfina y La medalla, ambas de 1894.

En su obra literaria, siempre en catalán, se incluyen poemas en prosa (Oracions, 1897), dramas como L’alegria que passa (1898), Cigales y formigues (1901), La bona gent (1906) y novelas como L’auca del senyor Esteve (1907) y El català de La Mancha (1917).

Saludos, EXIGIMOS QUE EL GOBIERNO DE CANARIAS EXPLIQUE PORQUE NO PODEMOS VER LOS CATÁLOGOS CANARIAS EN CORTO 2021 Y 2022, desde este lado del ordenador

Oyinkan Braithwaite: “Me gustaría que mis libros se tradujeran a todas las lenguas que se hablan en Nigeria”

Martes, Junio 28th, 2022

Oyinkan Braithwaite (1988) nació en Lagos, Nigeria, y se trasladó a Gran Bretaña para estudiar en las universidades de Kingston y Surrey, donde se formó en Escritura Creativa y Derecho. Se han traducido al español dos de sus novelas, Mi hermana, asesina en serie y El bebé es mío, que se desarrolla durante el confinamiento, historias muy oscuras pero cruzadas de humor y cuando no llega, de ironía.

La escritora nigeriana fue una de las invitadas de la segunda edición de Aridane Criminal, que se celebró en mayo de este año en Los Llanos de Aridane. Esta entrevista fue posible gracias a Julia Padilla.

- ¿Se siente cómoda escribiendo historias de género negro y criminal?

“Sí, me siento cómoda en ese género pero procuro escribir toda clase de historias. Historias diferentes, muchas de las cuales no tienen nada que ver con lo negro. Lo hago así porque no me quiero encasillar, así que si recurro a la novela negra y criminal es para criticar, entre otras cosas, la situación actual que se vive en Nigeria y otras veces porque lo que deseo es contar una historia de crímenes”.

- Pero qué puede aportar al género, sobre todo tras publicar historias tan negras como Mi hermana, asesina en serie y El bebé es mío.

“Creo que lo negro y criminal es algo que comparto con la mayoría de los nigerianos porque en este país suceden cosas horribles como secuestros, robos con armas… En mi caso recurro al humor, a la sátira mejor, para expresar lo que siento. Además no me gusta que mis historias resulten muy depresivas y tristes sino que compagino estos sentimientos con humor. De ahí sale una novela como Mi hermana, asesina en serie”.


- Las reseñas que he leído sobre su obra destacan, sobre todo, el humor que hay en sus libros.

“Y no era mi principal intención aunque es verdad que busco el contraste, que todo se haga más satírico. Pienso que el contraste entre lo dulce y lo amargo, entre lo alegre y lo triste genera ironía”.

- Creo que un tema prioritario en su literatura es la familia.

“Para la novela Mi hermana, asesina en serie buscaba un vínculo fuerte entre dos mujeres y una amistad no resultaba tan sólida ya que con independencia a lo que pueda pasar, la protagonista tiene que estar junto a su familia”.

- Nigeria es uno de los países más grandes del continente africano, ¿hasta que punto las escritoras como usted empiezan a hacerse notar?

“Con el dinero llega la libertad y si bien aún seguimos por el camino que es largo y tortuoso el cambio se está produciendo. Es verdad que las mujeres nigerianas son bastante resilentes pero ahora comenzamos a ser lo que queremos ser. Una escritora o desempeñando cualquier oficio”.

- ¿Cómo refleja la situación de su país?, ¿O no la refleja?…

“No siento tanto la situación nigeriana como sí hacen otros autores pero sí muestro aspectos de nuestra cultura, que es lo que me interesa, para poder relacionarlos con otros temas que saco de por ahí o de mi propia experiencia vital con el fin de que todos se vean reflejados en ella”.

- ¿Cómo ha sido recibida la novela?

Mi hermana, asesina en serie ha recibido dentro como fuera de Nigeria críticas que no han sido demasiado negativas sino más bien lo contrario”.

- ¿Reconoce influencias en su literatura?

“Como me crié en Inglaterra mis influencias no proceden tanto de la literatura nigeriana. Como lectora me gusta leer toda clases de géneros y a medida que comencé a crecer fue cuando empecé a leer literatura nigeriana. Pero si hablo de escritores y escritoras que me tocaron mucho antes mencionaría a Charles Dickens, Jane Eyre, Louisa May Alcott, Frances Hodgson, Lucy Maud Montgomery y Ann M. Martin, entre otros…”

- ¿Y cuándo siente la pulsión por escribir?

“Guardo entre mis papeles cuando me preguntaron qué quería ser de mayor y escribí que escritora. Ha sido desde entonces una pulsión. Comencé escribiendo letras de canciones y más tarde poemas. Con el paso de los años me gradué en escritura creativa y mi primer trabajo lo desarrollé en una editorial. Es como si el camino me llevara a la literatura, a llegar donde estoy ahora”.

– ¿Tiene un libro clave?

“Mi amor por la literatura está relacionado con la literatura que ha sido escrita por mujeres, también la que escriben algunos hombres que se han ocupado en sus libros de personajes femeninos. Esto me condicionó en su momento porque al principio solo podía escribir lo que estaba relacionado con lo que leía, todas esa autoras y más que antes mencioné”.

- ¿Qué constantes reconoce en su literatura?

“La mujer que se enfrenta a un problema o ante una situación complicada como la de estar encerrada en su ascensor con una persona que ha hecho algo muy malo a alguien que quiere. Me gusta poner a los personajes ante un reto y observar cómo actúan. La gente que ha vivido experiencias especialmente negativas en su hogar no van a reflejar su maldad y eso es lo que atrae investigar y desarrollar en mis libros”.

- ¿Está trabajando ahora en algo nuevo?

“Estoy trabajando una novela relacionada con mujeres, mujeres que se enfrentan a una serie de acontecimientos difíciles o positivos de su propia vida. No sé si será una novela negra, no escribo pensando en cómo va a terminar. Solo cuando la termino la miro, la corrijo y asumo lo escrito, pero mi escritura es la que se va desarrollando a medida que escribo un nuevo libro”.

- ¿Habla el yoruba?

“Soy cristiana y no hablo el yoruba aunque lo entiendo. Mi marido sí que lo está estudiando y lo intento, sobre todo por el acervo cultural que significa pero no sé escribirlo ni podría traducir del inglés al yoruba. Tampoco hablarlo con mi marido pero me gustaría aprenderlo para poder transmitírselo a mis hijos”.

- ¿Le gustaría entonces que sus novelas se tradujeran al yoruba?

“A finales del año pasado se lo propuse a mi editor en Nigeria, también que se tradujera algunas de las novelas a otras lenguas que se hablan en el país. El problema es que el coste es muy elevado por lo que tendría que hacerlo yo misma y de momento no sé ni hablarlo ni escribirlo”.

Saludos, gracias mil, Julia, desde este lado del ordenador

Soltando lastre y Contradicción, libros más allá del viaje de Carlos F. Centurión Martín

Lunes, Junio 27th, 2022

La literatura canaria cuenta con una tradición de escritores viajeros que ha sido objeto, no tantos como uno deseara, de estudios académicos.

Las islas han sido tierra de viajeros, de entrada, como dijo Domingo Pérez Minik, y salida de viajeros, y de ello han dejado constancia en numerosos libros donde uno puede hacerse una idea de cómo era esto siglos atrás e incluso qué impresiones se llevaron de los habitantes del archipiélago.

Entre otros volúmenes, y por su carácter de rareza, me resulta especialmente atractivo el retrato que Alexandre Corréard y el cirujano Jean Baptiste Henri Savigny –pasajeros del Medusa, un navío que tras hacer escala en Tenerife naufragó cerca de las costas de Senegal dando origen a una de las mayores tragedias de la historia marítima francesa– escriben de la isla ya que además de ofrecer una vistosa descripción de cómo era el puerto de Santa Cruz de Tenerife, muestra rasgos que ahora se nos antojan insólitos de la población de aquella plaza que todavía no se había convertido en capital de la isla ni del archipiélago.

Pero no es objeto de estas líneas reflexionar sobre estos relatos del pasado a los que, cabe decirlo, somos muy aficionados, y sí a las literaturas de viajes que se han escrito desde Canarias por escritores nacidos o residentes en estas islas.

Estos libros no cuentan, necesariamente, sus impresiones de lo que han visto en su recorrido por el archipiélago sino su sorprendida mirada cuando saltan las fronteras insulares.

El caso de Carlos F. Centurión Martín, como el de su hermano Jaime Centurión y Román Morales, es paradigmático ya que ha hecho de sus experiencias por esos mundos de Dios material con el que concebir libros más que de viajes, de viajeros porque el escritor no se ciñe al recorrido turístico por los países que visita sino que se sumerge en ellos, conoce a sus habitantes y aprende de sus culturas. Es un viajero que procura andar más que coger guaguas o automóviles o cualquier medio de transporte que disminuya la sensación del trayecto.

En los libros de Carlos Centurión el viaje además de atravesar caminos (se hace camino al andar) narra el paulatino proceso de transformación que vive por dentro su protagonista. Un cambio en su manera de ver la vida y cómo esa nueva mirada le transforma el carácter y su espíritu. No valen otras lecturas en los dos libros que el escritor presenta en 2022, tan singulares por su poderosa claridad, una luz que es resultado de sus innumerables experiencias.

Uno de los libros que ha dado a conocer este año se trata de una nueva versión de Soltando lastre, obra que ya se ha convertido en todo un clásico de la literatura de viajes que se escriben en Canarias, solo que ahora el autor imprime al relato una madurez que no tuvo el año que la obra comenzó a circular en librerías.

Soltando lastre es, como ya avisa su título, un libro en el que el escritor se va desprendiendo del disfraz que se fue haciendo en las islas antes de tomar la decisión de ver mundo. Y su ver mundo comienza en Turquía para vagabundear, no hay otra palabra mejor que defina su periplo, por la costa oriental del continente africano.

La peculiaridad de esta travesía es que el protagonista, el propio Centurión Martín, la hizo caminando o haciendo autoestop, por lo que lleva al lector con espíritu viajero como al que no por países con culturas radicalmente distintas a la occidental y que van desde Egipto a Ciudad del Cabo.

Un buen trecho de kilómetros que recorre con la curiosidad del viajero, la que no ha perdido aún la mirada de asombro ante lo que ve pero sobre todas las cosas ante lo que aprende. Centurión no hace turismo, así que traslada al papel con la objetividad de la primera vez las realidades de los países que atraviesa. Como se explica en la contraportada, Carlos Centurión concibe la vida “como un gran viaje, no tanto geográfico sino más bien hacia el interior de nosotros mismos”.

“Nos dedicamos a habituarnos al ritmo de vida africano, que calma esa actividad e impaciencia que traemos inoculada del “primer mundo”. A transformar el riguroso concepto de “aprovechar el tiempo” por el de simple deleite. A derribar esquemas que portamos congénitos de nuestra cultura. A disfrutar de un paseo. Nada más”.

El segundo libro de Carlos F. Centurión Martín es Contradicción, un relato que abraza los territorios de la novela. Una novela, no iba a ser menos en la literatura de su autor, escrita por un viajero.

En este caso el recorrido lleva al protagonista de la historia al archipiélago de Cabo Verde donde “don Sebastián Legazpi rememora para su hijo algunas experiencias acaecidas” en este conjunto de islas que forman parte de la Macaronesia.
“A las siete de la mañana, cuando despierto, ya ha amanecido el primer día del nuevo año. Se parece como dos gotas de agua al último día del año pasado. Este hecho me recuerda esas caprichosas e invisibles líneas geométricas que dibujaron aquellos políticos europeos en el África colonial para trazar las fronteras que separan a las diversas naciones. Como si los granos de arena en medio del desierto fueran diferentes a ambos lados de la divisoria”.

La novela está basada en experiencias reales vividas por su autor (las conoce todas menos la isla de Sal porque la considera demasiado turística) aunque no es descartable que haya trufado el relato con elementos de ficción para armar la columna que sostiene una historia en la que prima la descripción de lo que ve mientras disemina el texto con datos históricas sobre este conjunto de islas tan cerca pero tan lejos de Canarias. La obra destila mucha humanidad por los escenarios que visita pero sobre todo por los personajes con los que se va tropezando a lo largo de este recorrido existencial por las islas de Cabo Verde.

Carlos Centurión dice que a diferencia de Soltando lastre, de marcado acento autobiográfico, Contradicción mezcla novela con el ensayo, y a título personal la combinación, la mezcla de ambos géneros, funciona porque si algo caracterizan a estos dos libros es la poderosa sensación de libertad que se respira en cada una de sus páginas. Su canto a salir de casa y perderse por esos mundos de Dios, a mirar siempre hacia adelante. A caminar porque, como dijo el poeta, solo se hace camino al andar.

Sañudos, viaje con nosotros, desde este lado del ordenador

Puzti, el confidente de Hitler, un libro de Thomas Snégaroff

Viernes, Junio 24th, 2022

No es correcto entender Putzi. El confidente de Hitler (Seix Barral, 2022) como una novela ya que poco tiene de ficción y sí mucho de realidad, de laborioso trabajo histórico y periodístico siguiendo las huellas de quien fue el agente de prensa extranjera del dictador alemán. Un hombre, se nos describe, que medía más de dos metros y que tocaba el piano.

Con sangre medio alemana y medio estadounidense, Ernst Hanfstaengl es uno de esos personajes que se dejaron seducir por el resplandor que emanaba de Adolf Hitler, fascinación en la que cayeron no solo los hombres y mujeres que formaron parte de su círculo íntimo sino también de todo un país que se entregó a la voluntad de un desequilibrado que, visto desde la distancia, parece tan ridículo, histrión, tan delirante en definitiva.

Pero Putzi. El confidente de Hitler no debe de leerse como una novela porque no lo es. En todo caso, sí que tendría que definirse como una biografía novelada en la que, paradójicamente, los momentos más interesantes son los que encuentro cuando el propio autor del libro, Thomas Snégaroff, asume protagonismo en la historia. Una historia que cuenta con una notable labor de documentación para narrar la vida de un hombre contradictorio. En Putzi se dieron muchas de las contradicciones de aquellos tiempos agitados.

No se revela nada ni se altera el interés de la obra si se dice que Putzi descubrió, tras pasar mucho tiempo al lado de Hitler y de toda la corte de hombres y mujeres que lo rodeó, que los destinos de Alemania se habían entregado a un loco. A un hombre que no estuvo nunca en sus cabales por mucho que hiciera posible el “milagro alemán”, la recuperación económica de un país arruinado tras la I Guerra Mundial y fascinación que mantuvo durante la II Guerra Mundial

Tras la revelación, Putzi logró cruzar el Atlántico y reencontrarse con su segunda patria, los Estados Unidos de Norteamérica, donde se convirtió en asesor del presidente Franklyn Delano Roosevelt mientras procuraba justificar su pasado como afiliado al partido nazi, el de la siniestra cruz gamada.

Thomas Snégaroff se ha basado en gran parte en las memorias que dejó escritas el protagonista para articular una obra que, entre otras curiosidades, cuenta que pudo haberse producido un encuentro entre Hitler y Churchill en los años previos a la segunda gran catástrofe europea y que Hitler declinó, así como que fue testigo directo del incendio del Reichtag, infierno que tuvo consecuencias: dar el poder absoluto a Hitler.

Pero si hay un capítulo en esta biografía novelada que se aparta de la reconstrucción de la vida de Putzi, es aquel en el que Thomas Snégaroff entrevista al cineasta Hans-Jürgen Syberberg, director de Hitler, una película sobre Alemania y éste le confiesa al escritor y periodista: “sabe, amigo mío, nunca fue Alemania más ella misma que con y bajo Hitler”.

Pero Putzi. El confidente de Hitler no es una novela. Ni siquiera una novela de no ficción que es un género que se ha puesto de moda en los últimos años. En todo caso, se trata de una biografía que desecha todo tipo de objetividad salvo la que busca analizar la contradictoria existencia de un hombre cultivado que cayó rendido ante el mal. Un mal que encarna como una sombra la presencia de Adolf Hitler, un personaje que sigue suscitando interés y sobre el que se ha escrito demasiado. Y no demasiado bueno, que digamos.

El libro de Thomas Snégaroff es, ya se dijo, una biografía que se ajusta a la realidad de los hechos de los que nos ha dejado constancia la Historia. Y propone una aproximación a unos años y a un hombre que no supo navegar en las revueltas aguas que formaban la corte que rodeaba a su líder. Una corte de cuchillos largos, de puñaladas por la espalda, de un repugnante arribismo que alimentaba el propio guía desde las alturas. Habría que estudiar algún día la obsesión que tienen la mayoría de los dictadores por lo colosal, por todo aquello que va mucho más lejos que lo gigantesco. Es como si creyeran que solo las construcciones que desafían al cielo dejaran constancia de su paso por la tierra.

Por Puzti. El confidente de Hitler desfilan muchos de los actores secundarios que forman parte también de aquel gigantesco drama. Desde Rossemberg, que mantiene una guerra particular con Putzi; como Goering, su amigo si en este régimen uno podía encontrarse con un amigo tal y como lo entendemos. Goebbels lo observa con fría atención que disfraza de indiferencia mientras la cuestión judía todavía duerme aunque provoque pesadillas entre los que estuvieron informados del siniestro plan los años previos a la guerra.

El libro de Thomas Snégaroff plantea ésta y otras cuestiones y, al mismo tiempo, se aprecia que su intención como escritor no fue la de actuar como un historiador sino como un periodista preocupado por entender el pensamiento de un hombre que se vio toda su vida tentado por arañar poder. Y como no pudo, al menos sí procuró formar parte del círculo íntimo de quién sí lo tuvo.

Se trata en todo caso Putzi. El confidente de Hitler de un retrato más que sentimental bastante gélido de una época y de unos personajes que condujeron al mundo a una guerra. Una lectura que con la que nos está cayendo apenas iniciada la tercera década del siglo XXI resulta bastante cercana. Los vientos envenenados que soplan del este europeo es solo un síntoma que podría hacer realidad la frase que afirma que la Historia está condenada a repetirse.

Saludos, una semana intensa y con carnaval añadido, desde este lado del ordenador

El que calla otorga (un ejercicio de memoria histórica)

Jueves, Junio 23rd, 2022

Tuve un rapto de lucidez y pensé que si la Viceconsejería de Cultura a través de su Instituto Canario de (sub)Desarrollo Cultural no ha dicho nada acerca de la suspensión de la exhibición de los trabajos que formaban parte del Catálogo Canarias en Corto 2021 y 2022 es porque todavía tiene esperanza de que alguna de estas películas gane un concurso, aunque sea solo uno, en cualquiera de los festivales a donde llegan cuando los envían.

Es verdad que de momento nada de nada, pero la esperanza me mantiene porque la calidad de estas películas debe de tener una magnitud tan colosal que solo explica el silencio administrativo con el que el departamento de audiovisuales de IC(s)DC lleva el asunto. El asunto de los catálogos que, como recordarán, queridos nietos y nietas, queridas sobrinas y sobrinos, son los correspondientes a 2021 y 2022.

Trabajos, por otra parte, que solo han podido ver los familiares y amigos de quienes los hicieron. Aunque ahora que lo pienso es probable que el del 2021 no se estrenase por aquello de la Covid-19, entonces en plena expansión pero ¿y el del 2022? El del 2022 no hemos podido verlo, es un suponer, porque alguien espera que uno de sus cortometrajes gane un concurso.

Se rumorea, de hecho, que fue por presentar previamente uno de los cortos seleccionados en el Catálogo 2022 a un concurso lo que evitó que se proyectaran para todos. Para todos los que vivimos en este archipiélago y que somos los que pagamos la existencia de ese dichoso catálogo que no hemos podido ver.

Tampoco se nos ha dado respuesta a los que hemos preguntado la razón, el por qué no hemos podido disfrutarlos… Otro misterio que encierra esa viceconsejería que dirige (es un decir) el gatopardo primero, Juan Márquez Fandiño, y el gatopardo segundo, el director general de Cultura, Rubén Pérez Castellano.

Un amigo me dice que “ya verás. Ya verás como el catálogo 2021 y 2022 lo presentarán a finales de este año sin dar ningún tipo de explicación” pero claro, pienso, ¿por qué no han dicho nada después de todo este tiempo?, ¿por qué no he podido ver unos cortometrajes que nos pertenecen a la ciudadanía?

La respuesta de momento es continuar con la política de silencio, esa política de en bocas cerradas no entran moscas que se ha instalado en esa santa casa. Una actitud, por otra parte, opaca y nada progresista aunque Juan Márquez podría, por aquello de podemos, esforzarse. Y si no quiere nuestro candidato a geyperman de provincias, algo escuchimizado porque solo come choricito de Teror (es un suponer), que delegue el marrón, el cómo aguanto la cara para dar explicaciones de esta ausencia injustificada.

Pero vamos a pensarlo bien… El que calla otorga. Y Márquez Fandiño y su equipo calla. Luego otorga.

Creo yo que están rezándole a la virgen de Candelaria para que algunas de las piezas de ambos catálogos gane un concurso. O también, ya puestos, que son tan malos, tan malos, tan malos, que mejor guardarlos para que la gente los olvide salvo unos pocos que sí tienen memoria como la mosca cojonera que administra El Escobillón.

OTRA COSA

Se anuncia para mañana, viernes, el estreno en los Multicines Price Prime, en Santa Cruz de Tenerife, de Rendir los machos, la ópera prima en formato largometraje de David Pantaleón. Curiosidad por verla pero no sé si la exhibirán este sábado y domingo. Tampoco si tras la experiencia del estreno llegará a verse en cines, aunque sea en uno de los ya pocos que nos quedan en esta Comunidad Autónoma abandonada de las manos de los dioses.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador