Cierran los Multicines Price Prime

Sábado, Febrero 8th, 2025

Parece que las malas noticias vienen juntas. Si ayer, viernes, comentábamos el cierre del Cine Víctor, hoy, sábado, toca decir que los Multicines Price Prime cuelgan también el cartel de cerrado. Si pasan por la calle Salamanca, leerán un cartel en las puertas de la Multisalas y en taquilla, donde los trabajadores tanto del Víctor como de los Price Prime, anuncian que llevan sin cobrar desde el pasado noviembre.

Bufff, no sé cómo explicar lo que supone para quien ahora les escribe que tanto el Víctor como el Price hayan pasado a mejor vida. Es algo así como si arrancara un trozo de mi vida de cuajo.

Conocí el Price como sala única. Allí vi, entre otras películas, Cabeza borradora y también Saló, en la que me dejaron entrar, era rigurosamente para mayores de 18 años, porque los milagros a veces existen. No voy a decirles el estado en el que salí ni de Cabeza borradora (algo me dice que si existe el más allá David Lynch estará jodido de verdad) ni de Saló, la última película de Pier Paolo Pasolini, pero digamos que entonces sí que habían películas que te zarandeaban como si fueras un machango de goma.

Los Prices pasaron en los 80 a ser multisalas. Allí vi Parque Jurásico y Gladiator (de la que mejor no hablar) y El señor de los anillos… Después la sala fundió a negro y reabrió como Multicines Renoir Price. La idea era la de dedicarla única y exclusivamente para exhibir películas de arte y ensayo que se decía entonces. A mi lo de arte y ensayo siempre me puso a la defensiva, pero por una vez podías ver un largometraje en versión original con subítulos en español, el VOSE aquel famoso.

Los Renoir Price cerraron porque la vida es una cosa mala cuando se empeña en serlo, hasta que reabrieron como Price Prime hasta el día de ayer, en la que sus luces se apagaron definitivamente aunque el cartel luminoso continúa encendido pese a que dentro ya nadie volverá a prende la luz.

La cosa es que este debe ser el momento en el que los que ocupan puestos de responsabilidad política y administrativa actuaran, lo que es mucho decir para toda esa pandilla de gestores de la cosa pública que se han acostumbrado a dormirse en los laureles. Circulan de todas formas ideas, fórmulas para salvar por lo menos al Víctor. Alguien me comenta que con el teatro Guimerá chapado también aunque por obras, el Víctor, con los arreglos pertinentes, podría funcionar como sala de teatro… Otro que tras los arreglos pertinentes también, podría convertirse en sala de teatro, presentaciones, cafetería, tienda y lo que se precise para dar un poco de clase a la cada días más penosa vida cultural de la capital tinerfeña pero ya se pondrán a pensar en ello a los que se les paga para que piensen en ello aunque esto último es un suponer porque conociendo a la fauna, a los políticos que se meten en Cultura y a los técnicos que dicen trabajar por la Cultura en las distintas administraciones, es como misión imposible.

Adiós pues a los enternecedores estrenos en el Víctor. Allí vimos éxitos del cine canario como Guarapo, Intacto, Damsel, Mariposas negras. La hojarasca, Matar cangrejos y Rendir los machos en el Price Prime. Todo volverá a quedar pequeño cuando se exhiban nuevas películas de eso que llaman éxitos del cine canario en el teatro La granja. Adiós, pues, a todo eso.

El Cine Víctor y los Multicines Price Prime son en todo caso la constatación de que las salas se nos pierden, y que ahora mismo en Tenerife contamos con cines en La Orotava, La Laguna y Santa Cruz, sumen las salas que contienen y háganse una idea de cómo le va al negocio.

De momento resisten las de Meridiano y también los Multicines Tenerife que están en Alcampo, pero la pregunta es ¿habrá comenzado también para ellos la cuenta atrás? En los Tenerife han tenido el ingenio de acoger estrenos y festivales aunque en los Meridianos siguen apostando solo por películas.

Yo, que pertenezco a otra época, no termino de sentirme cómodo en las multisalas. El olor a cotufas siempre me tiró para detrás. No digo ya cuando se sentaba al lado un tipo con un cartón repleto hasta arriba de maíz inflado. Por fortuna, aquí no ha llegado la moda de ponerles mantequilla como si hacen los gringos al menos en las películas, pero imagina que tienes la vista fija en pantalla y te llega a la nariz el inconfundible olor de las cotufas solo que ahora amplificado por el de la mantequilla derritiéndose encima de ellas…

Paseo delante del Cine Víctor y también de los Price Prime y sigue la congoja, la tristeza de ver cómo otro signo de mis tiempos se evapora en el aire. Al paso que voy, casi parezco uno de esos cuatreros de Peckinpah, un tipo que se quedó anclado en su tiempo, que ya no se reconoce en los actuales…

Los dos únicos cine del centro de la capital tinerfeña desaparecen. Ahora solo cabe esperar qué futuro le aguardan. ¿Otro supermercado?, ¿unos grandes almacenes?

Uno pasea ahora por la plaza de la Paz y ve un Cine cerrado, sube por la avenida de las Islas Canarias (antes del general Mola) y ve el Cinema Victoria convertido en garaje y parte de un súpermercado y al lado el antiguo teatro Baudet en estado ruinoso. El Baudet, prometió el concejal de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Carlos Acha, abrirá. Él mismo me contó sin que le temblara el pulso y mientras mojaba un churro en una taza de café con leche. Este mismo año o el próximo…, dijo. Conociéndolo, lo mejor es tomárselo a broma. El caso es que si sube por esa misma calle y al cruzar con la de Santiago Cuadrado, Cuadrado fue uno de los primeros muertos de nuestra Guerra Civil en Canarias, falangista que se derramó en la plaza de Candelaria ante los disparos de los leales, recordará que allí estaban los minices Charlot y en Salamanca primero el Price, luego Renoir Rice y Price a secas y más tarde Price Prime.

Ahora solo falta que Ratatour se meta dentro del Víctor como de los Price Prime y nos muestre la degradación de dos inmuebles que ya forman parte de la historia de los cines de Canarias. En un futuro lejano, cuando ya no exista el cine tal y como lo conocemos en la actualidad, quizá haya alguien que se pregunte qué fue lo que pasó, como fuimos capaces de dejar pasar la oportunidad de haber hecho algo grande con estos espacios…

En una utopía, y por eso imposible de realizar, el Ayuntamiento y Cabildo se pondrían las pilas y a trabajar. En mi sueño veo al Víctor transformado en lo que siempre fue: un palacio de la cultura. También imagino al Baudet y los Prices iluminados… pero todo esto es fruto de un sueño y los sueños, sueños son.

En fin, vamos y gritemos juntos NO AL CIERRE DEL CINE VÍCTOR Y DE LOS MULTICINES PRICE PRIME

Saludos, fue bonito mientras duró, desde este lado del ordenador

El Cine Víctor reabre sus puertas en marzo como Teatro Cine Víctor

Lunes, Febrero 22nd, 2021

El único cine de pantalla única de Canarias, el Cine Víctor, ubicado en la capital tinerfeña, podría volver a reabrir sus puertas en marzo. Así se informa en sendos cartelones que se han instalado en la fachada del edificio diseñado por el arquitecto José Enrique Marrero Regalado.

Según estos cartelones, el Víctor no sería utilizado solo como sala de exhibición cinematográfica sino también como teatro, espacio para conciertos y monólogos.

Bajo la leyenda de La cultura llega al Teatro Cine Víctor, estas actividades se desarrollarían los fines de semana, así que habrá que esperar hasta el próximo mes para comprobar cómo se desarrolla la programación con la que se quiere reincorporar a la actividad pública esta emblemática sala, situada en lo que antaño fue el corazón de Santa Cruz de Tenerife.

Sin más información de momento, se desconoce si la reapertura contará con el respaldo de las instituciones públicas y cómo desarrollará el Víctor –si lo desarrolla– su política de exhibición cinematográfica.

El Cine Víctor llevaba cerrado desde el pasado 14 de marzo de 2020 tras proclamarse el estado de alarma en toda la geografía española ante el avance de la pandemia provocada por la Covid-19. Desde entonces, sus puertas han permanecido cerradas aunque de tanto en tanto circulaba en los mentideros de la capital una posible reapertura que hasta hoy resultaron cantos de sirena.

El hecho que la empresa que gestiona el Cine haya instalado estos carteles para informar sobre lo que hará cuando se reabra la sala indica que, abra o no sus puertas, la intención de hacerlo de momento hay que tomársela en serio.

Tras varios años cerrado, desde 2002 hasta 2008 estaba alquilado por el Cabildo Insular, el Cine Víctor comenzó a operar de nuevo como sala de exhibición cinematográfica en 2013 bajo la gestión de la empresa E.F.T. Ocio S.L, propietaria de otros tres cines en Tenerife, los Multicines Price (Santa Cruz de Tenerife), Puntalarga (Candelaria) y Multicines Gran Sur (Adeje), que desde marzo del año pasado permanecen cerrados.

El cine Víctor tiene capacidad para 550 butacas en la parte baja y 225 en la parte superior. Se encuentra situado en una de las esquinas de la Plaza de la Paz de Santa Cru de Tenerife y fue inaugurado el 22 de abril de 1954 con la proyección de la película musical británica, Los cuentos de Hoffman, dirigida por Michael Powell y Emeric Pressburger.

Saludos, ¡no al cierre del Cine Víctor!, desde este lado del ordenador

Los multicines Price ¿abren o no abren?

Lunes, Marzo 27th, 2017

Me dicen, en una capital de provincias que vive de miedos no de miedo, que la reforma de los multicines Price es una realidad y no un sueño ya que se están llevando a cabo obras en su interior. Los Price nacieron primero con una sola pantalla en 1950, gracias al empuje del empresario Antonio Saavedra Carballo, y ya como multisalas en 1990 gestionado por Argisei S.A. y, posteriormente, la cadena Renoir hasta noviembre de 2013.

Desde ese entonces, los multicines Price han permanecido cerrados (y mira que es triste observar un cine cerrado en cualquier ciudad) aunque Eladio Fraga, el mismo tipo que levantó el Víctor, palacio del cine con pantalla única que se encuentra apenas unos metros más abajo, anuncia ahora su reapertura, que podría ser en unos cuantos meses.

Eladio Fraga explica que se han reformado los baños y que están a la espera de los proyectores, que vienen de Japón.

Me cruzo con Eladio Fraga, empresario, una mañana de domingo con horario cambiado y bajo un cielo hermoso que no termina de ponerse azul, de un azul intenso y poderoso.

Eladio Fraga comenta, mientras acomoda los periódicos bajo el brazo,  que dos de las seis salas exhibirían películas en versión original con subtítulos en español y me resulta tan grata y sorprendente la noticia que pienso “ojalá”, un ojalá dicho con acento moruno, para el que se aspira la j con la voluntad de pronunciar oh Alá

Esto me hace pensar en los viejos tiempos, que no sé si fueron más felices pero sí más ingenuos, y en la milla de oro de Santa Cruz de Tenerife que decía aquél. Un tramo de la ciudad, avenida del general Mola y hoy de las Islas Canarias, que llegó a contener en apenas unos metros cuatro cines (La Paz, Teatro Baudet, Cinema Victoria y Tenerife) y muy cercanos el Price, los Charlot y el Víctor.

Los tiempos, sin embargo, son otros. La avenida de las Islas Canarias ha dejado de ser el centro de la capital de provincias en la que vivo así que lo que ayer fue de primera, hoy es de tercera.

Pero a Eladio Fraga le encantan los retos y le encanta su negocio, y parece que va en serio en lo de reflotar los multicines Price.

Si estos cines abren dentro de unos meses, la isla sumaría más salas en V.O.S.E. y sería una buena noticia para los que disfrutan viendo películas en su idioma original (no, no es lo mismo ver y escuchar a Edward G. Robinson en inglés que doblado al español) como para la depauperada zona en la que se encuentran, calle de Salamanca casi esquina con la avenida de las Islas Canarias.

La respuesta, espero que dentro de unos cuantos meses.

O más, porque eso nunca se sabe.

Saludos, se levanta el telón…, desde este lado del ordenador

En busca de la Tierra Prometida

Miércoles, Diciembre 10th, 2014

Cecil B. Demille es todo un personaje en la Historia del Cine. Nadie puede negarle su olfato para la taquilla y su apuesta por el gran espectáculo. Muchos por lo tanto todavía recordamos su obra por atreverse a trasladar a la gran pantalla algunos de los relatos que se narran en ese fabuloso Libro pergeñado de venganzas, sexo y líos familiares como es el Viejo Testamento.

Demille se percató que en ese Libro se encontraba casi todo lo que el público demandaba a una película y que, inspirándose en el Libro, podía incluso burlar a la censura con la excusa de que su cine además de colosal respetaba el mensaje del original literario, es decir, su espíritu sagrado que eclosiona en la todavía fascinante Los diez mandamientos (1956), una película que descubrí siendo un enano y que pasó a formar parte de mi memoria por la escena del Mar Rojo, la misma en la que Moisés a golpe de vara separa sus aguas para que el esclavizado pueblo judío alcance la Tierra Prometida mientras es perseguido sin tregua por los egipcios.

La historia de quien hace posible este milagro, Moisés, reúne otros atractivos ya que narra cómo su protagonista recupera identidad y linaje tras descubrir que no es un noble egipcio sino un judío que por revelación asume la tarea de guiar a su pueblo. Sin embargo, su gesto trae consecuencias, como poner fin a una ambigua amistad con el faraón cuando Moisés asume la misión que le encarga el Dios de los hebreos.

El Dios de los hebreos es un Dios colérico y caprichoso que más que cuidar de los suyos parece que los mantiene a raya para que no se le salgan del tiesto. Es probable que esta soberbia actitud divina explique el posterior devenir no solo de los hijos de Israel sino también de los seguidores de las otras dos grandes religiones monoteístas que nacieron bajo su inspiración como son la cristiana y la musulmana.

No es éste, sin embargo, un espacio para reflexionar sobre religión pero sí de la última película que narra la rebelión de Moisés, el príncipe de Egipto, en nombre de una fe que en Exodus (Ridley Scott, 2014) encarna una divinidad con la forma de un niño caprichoso y violento. También sediento de venganza.

Pese a su duración, no termina de aburrirme Exodus quizá porque conozco la historia, la historia de Los diez mandamientos, aunque sí noto en falta episodios que forman parte de este apasionante episodio como es la lluvia de maná y la ira desatada de Moisés cuando descubre a su pueblo, el judío, adorando al becerro del oro mientras baja de la montaña portando las tablas de la Ley.

El filme de Scott pone el acento no en el relato bíblico conocido sino en mostrar el ocaso de una civilización que se enfrenta a un iluminado Moisés. Un Moisés fanatizado que a lo largo de la película renuncia a su humanidad para guiar a su nación por el desierto.

Es inevitable que recuerde y haga comparaciones entre Exodus y Los diez mandamientos y que apueste más por el individualismo salvaje de Charlton Heston que por el fanatismo rebelde de Christian Bale así como por el laconismo de Yul Brynner frente a la vulnerabilidad de Joel Edgerton haciendo de Ramsés, pero pese a estas siempre odiosas comparaciones y un doblaje que fustiga, Exodus funciona porque esta historia, ya lo sabía el viejo Demille, funciona.

Y funciona porque si bien cuentan más o menos el mismo relato, el filme de Scott se decanta por resaltar su lado humano al mismo tiempo que muestra con sospechoso guiño agnóstico los milagros y los castigos que el Dios de los hebreos realiza primero con forma de siete plagas, brillantemente expuestas en pantalla, para concluir con el descenso, no separación, de las aguas del Mar Rojo en la escena más espectacular de una película que, como Los diez mandamientos, entiende que fue el milagro más vistoso y atractivo cinematográficamente hablando de cuantos pudo realizar el profeta a quien, irónicamente, su Dios le negó entrar en la Tierra Prometida.

Si despierta mi interés Exodus y hace que clave los ojos con cierta sorpresa en la pantalla del Cine Víctor es que la película cuenta con escenas muy bien resueltas y en todo momento intenta hacer realismo con unos hechos que sobrepasan a la misma historia. En este aspecto, la conversión del guerrero Moisés a profeta es creíble, así como el proceso de humanización que padece su oponente, el faraón de Egipto, un joven ansioso de poder al que las circunstancias –como la muerte de su primogénito–vuelve cada vez más oscuro y escéptico. Se aprecia que detrás de esta historia se encuentra un guionista, Steve Zaillan, preocupado por personajes con contraste, por mostrar las dos caras de una misma moneda. Vean si no La lista de Schindler, Gangs of New York o American Gangster.

Resulta igual de destacable la participación española en esta epopeya, desde su banda sonora que firma un cada día más internacional Alberto Iglesias, y la de la actriz María Valverde. Huelga recordar que la película se rodó también en escenarios de Almería y Fuerteventura. Se menciona solo a título informativo, el trabajo de actores como Sigourney Weaver, John Turturro y Ben Kingsley que parecen que están ahí, pese a su brevedad en pantalla, para que el espectador iniciado los reconozca y recuerde que está contemplando una súper producción.

Exodus, como los fue también en su día Los diez mandamientos, recurre y mucho a los efectos especiales no solo para mostrar las siete plagas y la espectacular escena en las que las aguas del Mar Rojo se traga al ejército egipcio que persigue al pueblo elegido por ese Dios que encarna un niño ya se ha dicho que caprichoso y cruel, sino también para mostrar la grandeza de una ciudad, Menfis, que me hace preguntar qué hubiera hecho Demille con esta técnica si hubiera estado tan avanzada en su tiempo. Es verdad, en todo caso, que esa afición al colosalismo opaca en ocasiones los enfrentamientos entre Moisés y Ramsés en Exodus, pero la historia de lo que no deja de ser una amistad traicionada en nombre de la fe –fe que hace que Moisés también se vea obligado a abandonar a su esposa y a su hijo para socorrer a los suyos– es todavía tan fuerte que logra trascender la mentira de tan precisos efectos digitales.

Ridley Scott dedica esta película a su hermano Tony Scott, fallecido en trágicas circunstanciasa hace dos años. No sé si eso explica que, al finalizar el filme, escuche en el vientre de ese único cine que existe en Canarias y, probablemente en este país que se nos pierde, tímidos aplausos de unos espectadores que –pienso– tuvieron también la opotunidad de ver en su día Los diez mandamientos.

Saludos, vagando por el desierto en busca de la Tierra Prometida, desde este lado del ordenador.

Primera sesión en el Cine Víctor

Domingo, Noviembre 3rd, 2013

INTRO

Reproducimos a continuación un texto que no encontramos a la entrada del Cine Víctor, en Santa Cruz de Tenerife. Como recordarán, el Cine reabrió como sala de pantalla única el viernes pasado, 1 de noviembre, y el sábado se estrenó oficialmente como Cine con Thor: el mundo oscuro (Alan Taylor, 2013), segunda entrega de la película sobre el legendario héroe del universo Marvel.

PRIMERA SESIÓN

“Tras la inauguración el Día de Todos los Santos, puedo escribir que en este domingo que ya se fue, ¡alabado sea el Señor!, veo mi primera película rodeado de público en el nuevo y “monumental” Cine Víctor.

Unos niños alucinan con esto de ver una película en la parte de arriba, mientras que en la de abajo se colocan los que van de iniciados.

En concreto, en la fila del pasillo donde pueden estirar las piernas y recuperar ese silencio que solo se da entre los que se reconocen sin saber nombres y apellidos.

Una chica, emocionada, le cuenta a otra la cantidad de recuerdos que guarda en su memoria de una sala que inicia su periplo con Thor: el mundo oscuro, que es una de súper héroes.

O arte y ensayo que incluye planetas que convergen, elfos que han abrazado el reverso tenebroso y el martillo del dios rubio y ario como la cerveza volando por los aires para desencadenar tormentas…

Una sensación extraña me atrapa cuando veo la primera, y espero que no última película taquillazo en el Víctor.

Mi Cine.

El Cine que continúa siendo el mismo aunque los tiempos no sean los mismos.

En sus entrañas recojo entre las manos un pedazo de vida que, irremediablemente, se ha ido por el sumidero de mi pequeña y provinciana historia.

Pero sé que mi fe mueve montañas porque nunca me gustó Thor.

Mi dosis Jack Kirby en los colorines no fue más allá de Kamandi.

Thor era un culebrón un poco idiota, como si el mensaje lo dictara el psicópata que lee a Nietzche en Un pez llamado Wanda.

No obstante, si comparo mi grado de evasión con el primer Thor y el segundo en el cine me como palabras y retrocedo gracias al Víctor –otra vez con la nostalgia– a las aleccionadoras sesiones de cine a las cuatro que devoré en ese mismo Cine hace mucho, muchísimo tiempo.

Thor: el mundo oscuro tiene batallas con escandalosos efectos especiales, prácticamente se destruye Greenwich (Londres) –se podría volver a ubicar en una tercera y cuarta película el Meridiano en la isla de El Hierro– y una épica de tebeo y cambio de escenarios que convencerá a los más ingenuos pero no sé si inocentes de la casa.

Yo cierro los ojos y casi me dejo dormir en la butaca de un Cine que considero por derecho propio, mío.

Es una luz que permanecía apagada y que de pronto se ha encendido para reconciliarme conmigo mismo.

El Víctor me sabe a victoria.

Recupero el rito.

Pagar la entrada en esa taquilla que no es otra cosa que una elegante garita.

Cruzar el pasillo y acompañar a los que vienen a que visiten la zona del bar y observen y toquen y palpen las viejas máquinas del Cine que se exponen.

A contar, a quien quiera escucharme, las batallitas que viví allí dentro.

A señalar, llevándome un dedo a los labios, la puerta que conduce a la misteriosa sala de proyección: el corazón del dinosaurio.

Un niño comenta, mientras coge un puñado de cotufas de un cubo XXL, “qué miedo.

Su miedo es como el que visita por primera vez un museo.

O una catedral o una mezquita mientras la revelación le dicta que el tiempo no existe.

PERO ANTES, POR LA MAÑANA

Me encuentro con un amigo mientras no deja de marearme la idea en la cabeza.

El puto tiempo.

Mi amigo dice: “ahora solo veo series de televisión del pasado”.

El túnel del tiempo, The Munster, Galería nocturna, La familia Adams

Juntos recordamos El prisionero, El fugitivo –con su prólogo, acto primero, acto segundo, acto tercero y epílogo–, La dimensión desconocida, con Rod Serling ejerciendo de maestro de ceremonia cigarrillo en mano para advertir al telespectador que van a viajar a los límites de la realidad…

Pero le digo que últimamente solo quiero ver comedia…

No sé, reírme de saber que solo soy una lágrima en la lluvia.”

Saludos, ¡¡¡Larga vida al Cine Víctor!!!, desde este lado del ordenador.

¡Larga vida al Cine Víctor!

Sábado, Noviembre 2nd, 2013

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.” (Augusto Monterroso)

No recuerdo cuándo fue la primera vez que entré en el Cine Víctor, ni la edad que tenía. Lo que sí tengo claro es que ese Cine fue la sala de Cine en unos tiempos donde la capital tinerfeña estaba regada de otros Cines. Más tarde aterrizaron las multisalas, el vídeo y después el dvd; ahora eso que llaman blu-ray y las descargas piratas…

La historia del Cine Víctor forma parte de la historia de esta pequeña ciudad de provincias en la que habito.

Cuando le llegó su primer y doloroso final como sala comercial, el Cabildo de Tenerife cogió el testigo y lo reabrió para proyectar otro cine.

Unos los llaman de autor.

También se proyectaron producciones canarias y ciclos organizados por la Filmoteca hasta que la crisis llamó a la puerta. Se acabó lo que se daba. El Cine Víctor, damas y caballeros, había muerto.

Más tarde operó como sala de conciertos y teatro, también para acoger mítines políticos que es una forma de hacer teatro. Pero no aguantó demasiado.

La segunda muerte del Cine Víctor parecía la definitiva.

Muerto y enterrado a perpetuidad como la zona de Santa Cruz de Tenerife en la que se ubica. Aunque aún respira el Kiosco de La Paz y El Imperial con sus magníficos bocadillos de pollo.

El Cine Víctor es memoria de una capital de provincias que tiene posibles. Un iluminado me dijo una vez que forma parte del mobiliario de una pequeña ciudad que debería de estar orgullosa de su origen bastardo y mestizo.

No sé si eso explica que durante un tiempo y en este mismo su blog no me cansara de repetir ¡No al cierre del Cine Víctor!

Y un viernes, 1 de noviembre, día de Todos los Santos (¿una coincidencia?) me trague mis palabras porque el Víctor, ¡milagro!, ha abierto.

Desde este sábado, 2 de noviembre, el Víctor funciona como Cine. Uno de los últimos de pantalla única que aún operan en Expaña.

Y me da viruje.

Son muchas las sensaciones que se agolpan en mi cabeza.

A partir de ahora viviré en una capital de provincias con una sala de Cine de Verdad.

¡Podré ver películas dentro del colosal vientre de un dinosaurio!

Los recuerdos se hacen paso en mi cabeza.

El portero Madelman en la puerta.

Esconderme en las butacas para que no me vieran comer pipas.

Ver no-sé-cuántas-veces Una noche en la ópera los domingos a las cuatro de la tarde en aquellas aleccionadoras sesiones de matiné.

A mi padre apartando con gesto de caballero al Madelman para entrar a ver Forajidos de leyenda. Quien les escribe no había cumplido aún los dieciocho años de edad.

Lo difícil que era agenciarte algunos de los carteles y pósteres de las películas…

Los carteles y pósteres que anunciaban próximos estrenos.

Y el intermedio a mitad del largometraje…

Por aquello de visite nuestro bar.

Aunque hoy hubo cóctel en el Cine Víctor.

Y risas, y odisea para acercarte a la barra, y conversaciones con gente a la que no veía en mil años…

El cine Víctor abre el ojo y sus fantasmas, que los tiene, están liberados.

Los saludé a casi todos ellos.

Me recuerdan todavía de la época del volveré

En cuanto al acto inaugural, al feliz nacimiento, resultó muy nuestro.

No se escucha al responsable del milagro, ni al presidente de la Cámara de Comercio, ni a la representante del Cabildo Insular ni al del Ayuntamiento –aunque este último no habla– porque no hay micrófono.

Sueltan sus palabras mientras en las filas de atrás y en la parte de arriba algunos se quejan con un sonoro¡no se oye!”

Luego el cóctel.

Y después del cóctel, Thor: el mundo oscuro, la primera película que inicia esta etapa del Víctor.

Pero, oh, madre de Dios hermoso, se escucha el ruido ambiente pero no lo que dicen sus protagonistas.

Es algo así como cine mudo pero en color.

Imaginen a Antonhy Hopkins en su papel de Odín moviendo la boca, creo que para censurar a Loky

Doy media vuelta y abandono la sala.

Demasiadas emociones…

Al levantarme de la butaca me fijo en un tipo disfrazado de Thor que mantiene los ojos clavados en la pantalla. No sé si lleva el martillo, pero ganas me dan de habérselo cogido mientras atravieso la Rambla.

Sin embargo, confío en que el guerrero de Asgard proteja al Cine Víctor.

Sus fantasmas se lo merecen y yo es como si despertara y el dinosaurio continuara allí.

- ¿Qué hay de nuevo, viejo?

- Ya ves, fumando espero.

Saludos, ¡larga vida al Cine Víctor!, desde este lado del ordenador.