Lecturas con acento de aquí

Jueves, Abril 11th, 2019

El Pacto de las viudas (Siete islas, 2¡19) es una novela de Víctor Álamo de la Rosa en la que recrea un mundo en el que las mujeres han logrado manejar los hilos del poder aunque ahora ese universo vive una pandemia de suicidios en la que Danilo Porter, un investigador privado, buscará la verdad de lo que está ocurriendo, adentrándose en una realidad distópica en la que el planeta está gobernado por las esposas de los más célebres dictadores del siglo pasado. El escritor, cuya última novela publicada obtuvo en 2013 el premio Benito Pérez Armas, despliega la historia de amor de Danilo Porter y Eleonore para demostrar que hay amores que no cura el paso del tiempo. Danilo Porter se niega a aceptar su divorcio y se dedica a espiar a su exmujer, convencido de que el tiempo no cura las heridas, de que hay amores que no se olvidan. Las viudas intervendrán para ayudarle. La trama, ambientada en Madrid, Río de Janeiro y en una extraña isla inventada llamada Calibán, describe las peripecias de Danilo Porter y sus investigaciones al mismo tiempo que reconstruye su fallido matrimonio y su obsesión por recuperar a Eleonore.

Santiago Gil es el autor de El Gran amor de Galdós (Ediciones La Palma, 2019), un libro en el que relata la historia del primer amor que vivió y sufrió el autor de, entre otras grandes novelas, Los episodios nacionales. En la contraportada se avisa que “Benito Pérez Galdós fue un hombre con muchos amores que, sin embargo, renunció siempre a la convivencia marital y al compromiso. Se encerró a escribir como un galeote y creó personajes en los que fue dejando rastros de su propia biografía. En sus memorias insiste en que no hay nada reseñable antes de 1864, pero quienes conocen su vida hablan de un primer amor con María Josefa Washington Galdós Tate que marcó toda su existencia”. La publicacion de esta novela se inserta en las conmemoraciones del denominado Bienio Galdosiano, comprendido entre 175 aniversario de su nacimiento, que se celebra desde mayo de 2018, y del centenario de su muerte, en enero de 2020.

Todo bien (Círculo Rojo, 2019) es una divertida novela de Gregorio Duque en la que repasa la actualidad que han vivido las islas que forman el archipiélago canario en los últimos años. El libro se plantea asì y entre otras cuestiones ¿podemos sustraernos a todos los hechos negativos de la vida o, por el contrario, se convierten en condicionantes y elementos que marcan la vida, la forma de pensar, la ética, la ideología y sus aficiones? A esta pregunta responde el autor mediante una novela peculiar, a través del humor, y de una serie de personajes que hablan en presente del pasado más reciente, encabezados por Antonio, fiscal sordo que llega a Santa Cruz de Tenerife una semana antes de incorporarse a su destino, y un grupo coral en el destacan Rafael, Jesusa y Chano.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordernador

Víctor Álamo incursiona en la novela juvenil con Omar, el niño cangrejo

Viernes, Marzo 31st, 2017

La editorial Siete Islas presenta Omar, el niño cangrejo, una novela de Víctor Álamo de la Rosa en la que incursiona en la literatura infantil y juvenil. Con esta nueva obra, recupera a un personaje, Omar el cangrejo, que ya había protagonizado un cuento publicado en 2004.

Omar es un niño que está convencido de que es el hijo del mar porque tiene un brazo que parece una pinza de cangrejo y extraños poderes, como hablar con las olas y los peces o respirar bajo el agua. Disfruta de una vida apacible y divertida en El Hierro pero pronto comienzan los líos con otros muchachos y se verá envuelto en un misterio, hasta el punto de que se verá obligado a luchar contra los terribles conjuros de un extraño brujo para poder recuperar su vida, y a su novia.

Saludos, gente de bien, desde este lado del ordenador

Todas las personas que mueren de amor, una novela de Víctor Álamo de la Rosa

Lunes, Julio 6th, 2015

“La tristeza no. La tristeza está hecha del dolor que hay detrás del dolor  Cuando ya no se siente. Cuando ya no se siente nada es la tristeza. Atrás de atrás de atrás, trascendido de todo cuanto duele. La tristeza, lo que aparece cuando ya no hay dolor, cuando el arrasamiento. Eso es la tristeza, hecha d amores, desamores, humores y fantasmas,  voluta hinchada, perplejo posicionamiento de la última capa del alma. La tristeza.”

(Todas las personas que mueren de amor, Víctor Álamo de la Rosa, Salto de Página, 2015)

Víctor Álamo de la Rosa cuenta con una trayectoria literaria consolidada. Creador del territorio mítico de Isla Menor, geografía que prácticamente ha monopolizado casi toda su narrativa y que es un trasunto –explica Álamo de la Rosa– de la isla de El Hierro, ha obtenido el último premio Benito Pérez Armas de Novela con Todas las personas que mueren de amor, obra que, curiosamente, no transcurre en Isla Menor sino en una realidad brumosa, que juega caprichosamente con los sueños, para narrar el relato de un desamor.

Estructurada en dos partes y un final en el que se fusiona realidad y fantasía, Todas las personas que mueren de amor es una novela que busca su tono empleando para ello varias voces narrativas, todas ellas en primera persona, pero no termina de cuajar en sus ambiciones.

Con esta estructura, la primera propone la versión de un joven profesional que piensa que ha encontrado el amor de su vida, solo que tras sufrir una enfermedad, y mientras espera ser sometido a una complejísima intervención quirúrgica, descubre que no es oro todo lo que reluce.

La novela gira, pero no plantea, la búsqueda del amor del protagonista. Un amor muy particular que en su relato se transforma en fuente de la que emanarán todos los conflictos. El narrador explica su desamor –a veces en clave poética–  en torno a la mujer que pensó era la de su vida.

Planteado así, el argumento de Todas las personas que mueren de amor no deja de tener su atractivo romántico aunque la mirada del protagonista antes-durante-después de la operación que decidirá su vida o su muerte resulta demasiado turbia al estar trufada de reproches contra esa mujer que lo cegó y que le robó el alma.

Para destacar esta actitud, Víctor Álamo de la Rosa presenta a un protagonista inmaduro cuya visión del amor declina hacia el sexo en encendidos encuentros eróticos que describe a lo largo del libro.

En este sentido, le falta a Todas las personas que mueren de amor precisamente amor y le sobra demasiado sexo.

Eso al menos es lo que evoca el protagonista de esa relación, quien dibuja a su novia, Gladys, como una vamp de andar por casa. O lo que es lo mismo, una chica caprichosa a la que le gusta el sexo.  No hay nada más profundo entre los dos, aunque el protagonista bastante ingenuo y egoísta reclama una complicidad que, por lo que explica en la novela, solo se ha dado en almuerzos y cenas; escapadas al mar y sobre todo entre sábanas revueltas.

El protagonista más que amor por Gladys lo que siente es un deseo que se convierte en adicción. Gladys, que pertenece a un mundo radicalmente diferente al suyo, sí que sabe estimularlo para el placer efímero pero no le proporciona –parece que no lo busca tampoco– tranquilidad emocional.

La primera parte de Todas las personas que mueren de amor se trata más que de una confesión de un alegato en el que su protagonista no deja de plantear un desengaño desconcierto entendemos que egoísta:

“¿Cómo después de todo lo que me había pasado, esas mujer no daba el paso de venirse conmigo y cuidarme y amarme sin reservas? Me lo preguntaba a diario, aunque ella me llamara y me enviara SMS amorosos.”

Todas las personas que mueren de amor debe ser leída entonces como una crítica que el autor  emprende contra un chico que no entiende la razón de ¿por qué las cosas le van tan mal? pero sin darse cuenta que quizá sea él el origen de todo ese mal.

El escritor retrata la visión del mundo que tiene su personaje como un territorio muy limitado en el que no asume culpabilidad alguna ante sus acciones. La situación se complica cuando al borde de la muerte ingresa en el hospital para que le extirpen otro mal que tiene la forma de un lagarto.

Mientras tanto, el narrador continúa con su victimismo y cataratas de reproches:

“Mi cabeza no podía admitir ese hecho, había que tener demasiado estómago. Mentir y engañar despiadadamente a su novio enfermo.”

Y líneas más abajo, resaltar:

“Me moría en serio.”

Al margen de la frustrada relación de pareja, lo mejor de la primera parte de esta novela se encuentra en la descripción de la vida cotidiana que desarrolla en el hospital y en cómo acomoda su existencia con la de otros enfermos igual de graves que él a la monotonía de un centro que funciona con un horario espartano y en el que salir a escondidas para fumar un cigarrillo en una habitación olvidada se convierte en algo así como un signo de libertad.

Será también en este hospital donde vea y hable con dos hijas supuestas. Las hijas que pudo tener con Gladys y la necesidad de construir una familia.

Los celos, sin embargo, contribuyen a su desgaste sentimental y minan su alterada conciencia cuando concluye que “Gladys es mala, no puede haber otra explicación.

La segunda parte de Todas las personas que mueren de amor está narrada por Gladys pero su relato es también un reproche en el que más que explicar las razones de porqué actuó así, sirve para manifestar que más que mala es una chiquilla manipuladora. Se resuelve por lo tanto la duda que tiene el protagonista masculino mientras se cincela el carácter igual de inmaduro de ella. A modo de cierre, irrumpe entonces un tercer personaje que no revelaremos pues ofrece otra mirada moral sobre la misma historia.

En la tercera parte, por último, interviene el jefe de Neurocirugía del hospital donde ha estado ingresado el joven y las niñas que son productos de la imaginación, o fantasmas según se prefiera.

Con ellos se pone candado a un relato coral que, sospecho, no es de lo último en la producción narrativa de Álamo de la Rosa así que su lectura resulta muy desconcertante y deja la sensación de que necesitaba de paciente revisión para imprimirle el sello que caracteriza su literatura. Esa literatura que en su universo de Isla Menor tanto le debe a lo que se conoce como realismo mágico.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador.

Víctor Álamo de la Rosa gana el Premio de Novela Benito Pérez Armas por ‘Todas las personas que mueren de amor’

Lunes, Noviembre 3rd, 2014

La Fundación CajaCanarias ha hecho público hoy, lunes 3 de noviembre, el título de la obra ganadora del Premio de Novela Benito Pérez Armas 2014, distinción que recae en  Todas las personas que mueren de amor, del escritor Víctor Álamo de la Rosa. El galardón, dotado con 12.000 euros, lleva aparejado la publicación de la obra en 2015.

Se presentaron al certamen un total de 64 obras originales, de los que se seleccionaron cuatro para la final. El jurado de esta edición estuvo formado por la escritora y poeta Cecilia Domínguez Luis, el profesor y escritor Juan-Manuel García Ramos y el periodista y también escritor Juan Cruz Ruiz.

Todas las personas que mueren de amor es “una indagación muy literaria en las sensaciones del desamor, porque narra la historia de un personaje capaz de morirse de amor nada menos que siete veces”, avanza Álamo de la Rosa en una nota informativa. Añade, además, que se trata de un libro “muy literario porque está en las antípodas de las novelas de género, tan en boga por estrictos parámetros comerciales, ya que tiene una escritura muy elaborada y fragmentaria, y además presenta guiños a obras tan emblemáticas de la tradición literaria canaria como Fetasa, de Isaac de Vega”.

Para Víctor Álamo de la Rosa esta novela será “un giro sorprendente” para sus lectores. “Estoy muy feliz porque esta novela no habría tenido salida si no llega a ganar un concurso como éste, donde se busca premiar obras con valores literarios, artísticos, y no se utilizan criterios meramente comerciales”.

La novela premiada, Todas las personas que mueren de amor, es la séptima en la trayectoria de este narrador, después de haber publicado las obras El humilladero (1994), El año de la seca (1997), Campiro que (2001), Terramores (2007), La cueva de los leprosos (2010) e Isla nada (2013), su última novela hasta la fecha, recientemente destacada por el periódico El Mundo como “la novela de un gran contador de historias universales”.

Saludos, muchas felicidades Víctor, desde este lado del ordenador.

Un diario digital anuncia que el escritor Víctor Álamo de la Rosa es el ganador del Premio de Novela Benito Pérez Armas 2014

Sábado, Noviembre 1st, 2014

El Diario de Tenerife anuncia que el escritor Víctor Álamo de la Rosa ha resultado ganador del Premio de Novela Pérez Armas 2014, dotado con 12.000 euros, más la publicación de la obra en 2015, aunque la información que firma Gallo no especifica cuál es su título pero sí que fue la que se alzó con el galardón “por mayoría del jurado” entre las cuatro obras finalistas.

La Fundación CajaCanarias no ha hecho público aún el fallo, aunque seguramente se hará oficial el próximo lunes.

El jurado de esta edición estuvo formado por los escritores Juan-Manuel García Ramos, Juan Cruz y la poeta Cecilia Domínguez Luis.

El Escobillón.com ha intentado ponerse en contacto con Víctor Álamo de la Rosa para confirmar esta noticia pero no ha habido manera tras varios intentos. Desde aquí y si se confirma la noticia que revela el diario digital, le expresamos nuestra más sincera enhorabuena. No obstante, y por precaución, esperaremos al anuncio oficial de la Fundación CajaCanarias no vaya a ser que…

En estos momentos, el Premio de Novela Benito Pérez Armas es el certamen literario más veterano de cuanto se celebran en el archipiélago canario y es también el mejor dotado económicamente.

La escritora Silvia García fue la ganadora de la edición de 2013 por la novela En el reino de los cielos. En esa ocasión, el jurado estuvo integrado por el catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna, Humberto Hernández; la catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Alicia Llarena y el escritor y periodista Fernando Delgado.

(*) En la imagen Benito Pérez Armas, escritor y político canario que da nombre a este premio literario.

Saludos, amanecemos que no es poco, desde este lado del ordenador.

Un año de narrativa en Canarias

Sábado, Diciembre 28th, 2013

A MODO DE INTRODUCCIÓN

No están todos los que deberían de estar pero sí aquellos que leímos y que conocimos a lo largo de un año que tan productivo ha resultado para las letras canarias. Nuestro objetivo es pues visualizar este fenómeno insólitamente fértil en unos tiempos donde la crisis parece indicar lo contrario. A vista de pájaro, y a modo de ráfagas, proponemos un repaso urgente a lo más destacado, a nuestro juicio, del 2013. Meses en el que hemos asistido al nacimiento de nuevas apuestas editoriales, a la consolidación de la novela de género en el archipiélago; a la publicación de novedades firmadas por escritores veteranos y noveles dentro y fuera de las islas; a encuentros y festivales literarios. También, desgraciadamente, a las ausencias de escritores muy vinculados con las islas como José Luis Sampedro y el senegalés El Hadji Amadou Ndoye; así como del abogado y escritor Miguel Ángel Díaz Palarea; Ricardo Lezcano y el profesor Enrique Fernández Caldas. Y aunque no tuvieron vinculación con la literatura: Vicky Penfold, José Pedro Pérez y el empresario Roberto Gutiérrez, entre otros.

HECHOS

* El Día de las Letras Canarias estuvo dedicado a José de Viera y Clavijo, de quien se celebró con una serie de actos austeros su centenario así como el proyecto de publicar  su obra completa en Ediciones Idea, trabajo que coordina el profesor de la Universidad de La Laguna, Rafael Padrón.

* En septiembre de este año se desarrolló con éxito de público la primera edición de Periplo. Festival Internacional de Literatura de Viaje y Aventuras en el Puerto de la Cruz. Se celebró también las segunda y tercera edición de Santa Cruz, ciudad leída con paneles diseminados por la capital tinerfeña en los que se reprodujeron fragmentos de novelas y cuentos y poemas escritos por autores nacidos y/o residentes en las islas, así como LuchaLibro, un original concurso de improvisación literaria. Tuvimos la suerte de asistir a un nuevo encuentro de NNegra de Arona, que en esta ocasión estuvo dedicado a la presencia de las escritoras en el género negro y criminal y tiene lugar el XVIII Festival Internacional del Cuento de Los Silos.

* Desaparece en Tenerife, tras acoger tres ediciones, el Salón Internacional del Libro Africano (SILA) que se traslada –en una maniobra confusa que genera mucho ruido en los medios locales– a la capital grancanaria, donde se desarrollan su cuarta y quinta edición.

* La revista La Página celebra la publicación de su número 100. Mientras, en TEA Tenerife Espacio de las Artes se exhibe hasta el 13 de abril la exposición Syntaxis: una aventura creadora en la que se repasa los diez años de esta publicación.

* Abrimos antes de Navidad botellas de vino espumoso cuando Alexis Ravelo obtiene el XXVII Premio Ciudad de Getafe con La última tumba, novela que publica Edaf. También cuando Javier Hernández Velázquez resulta finalista con Un camino a través del infierno en el Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial. En el territorio de la novela policíaca, José Luis Correa publica Blue Christmas (Alba Editorial), última entrega de la serie protagonizada por su peculiar detective privado Ricardo Blanco.

* Se quiso encerrar la Feria del Libro en las dos capitales canarias entre cuatro paredes aunque al final, afortunadamente, venció la sensatez en este archipiélago tan poco acostumbrado a la sensatez.

* Aún nos preguntamos las razones que provocaron que la Fundación CajaCanarias no revelara este año los nombres del jurado del Premio de Novela Benito Pérez Armas, dotado con 12.000 euros y la publicación de la novela ganadora, que recayó En el reino de los cielos, de Silvia García.

* Ediciones Escalera publica Off the Road, de Carolyn Cassady con traducción de Ana Lima y Alexis Ravelo y Thalía Rodríguez nos ofrecen la versión en español de El viento y la sangre, un feliz descubrimiento de un oscuro escritor policíaco, M. A. West, y que se editó en la colección Negra, en Navona Editorial. Mario Domínguez Parra presenta, entre otros trabajos, su traducción al inglés de poemas de Miguel Ángel Galindo y la profesora Elena Sánchez Hernández se ocupó de la traducción y edición de Generaciones (Siníndice Editorial) de Rachel Korn.

* 2013 fue también el año del parto lento y difícil de dos proyectos editoriales: Neys Books y Attikus. Attikus ya iniciado su singladura con la publicación on line de la novela El destino de las palabras, de Santiago Gil. El escritor Luis León Barreto presentó en la Nueva Asociación Canaria para la Edición (NACE) su última novela: Carnaval de indianos.

* Se produce el cese de Alberto Delgado como viceconsejero de Cultura al transformarse el departamento en Dirección General de Cultura, al frente ahora de Xerach Gutiérrez Ortega.

* El poeta y escritor Roberto García de Mesa presenta en el teatro Guimerá, en Santa Cruz de Tenerife, el libro El teatro de vanguardia en Canarias (1924-1936). El editor y escritor Ánghel Morales reunió algunos de sus artículos de opinión en el volumen La voz de Ánghel (colección La quinta columna, Ediciones Idea) y la escritora Elena Morales da a conocer la trilogía Somos solidarios (Minitextos para sonreír, Minitextos para comprometidos y Minitextos de amor y lujuria) en la que colaboraron 87 escritores, y que destinó el dinero recaudado en ventas a causas humanitarias y fines sociales a través de las ONG Cruz Roja Española, Amnistía Internacional y Ayuda en acción.

* La colección Letras Hispánicas (Cátedra) publica El espejo de tinta, de Andrés Sánchez Robayna.

* El escritor y periodista Juan Cruz presenta en 2013 Viaje a las islas Canarias (Aguilar); Especies en extinción (Tusquets) y Jaime Salinas. El oficio del editor (Alfaguara). Alberto Vázquez Figueroa, Bimini (Martínez Roca) y Sabas Martín regresa con El farallón (Huerga & Fierro) a su isla Nacaria, territorio legendario y “cifra y resumen de Canarias”, donde denuncia las prospecciones petrolíferas que se hacen en su mar insular y las nefastas consecuencias que ocasiona.

* Entre otros volúmenes de cuentos, pudimos leer Ellas tampoco saben por qué, de María Gutiérrez; ¿Quién cuidará de mis guardianes?, de Alba Sabina Pérez; Breves atajos, de Agustín Díaz Pacheco; Cuentos para ser leídos antes de dormir, de Jesús Villanueva; Hari Maguada, de Carmen María Reyes Santana y El rastro de la mujer caracol, de Alain Barreto Hernández.

* Se publican los tres primeros volúmenes de Historias de guanches, obra gráfica de Juan Carlos Mora en la que se reinterpreta en clave de cómic y a todo color  la vida de Beneharo. El Mencey de Anaga; Bencomo. El Mencey de Tahoro y Bentor. El heredero.

* En cuanto a poesía, Rafael José Díaz publica La crepitación. Poesía reunida (1991-2006);  Iván Cabrera Cartaya obtiene con Creencias de verano el VI Premio de Poesía Antonio Gala y MAPFRE Guanarteme publica Para ser recitado al viento sibilante seguido de Sangre de eclipse (2013),  de Cabrera Cartaya y Sergio Barreto. Agustín Gajate propone Achicaxna xaxo agual. Palabra de momia paria, 110 poemas y nueve silencios escritos en la lengua de los primeros pobladores de Canarias con su correspondiente traducción al español. Daniel Díaz Bernal obtiene, por otro lado, el Premio de Poesía Pedro García Cabrera que convoca la Fundación CajaCanarias con El tiempo de los lemures y Víctor Álamo de la Rosa presenta El equilibrista y los jardines. Como desafío y grito de supervivencia, los animales de Zoo.0 presentan Poeta hermafrodita, entre otras acciones poéticas. No quisiéramos olvidar, aunque se publicara en 2012, La mentira del agua y Alfabeto celoso (obra completa), de Julián Herraiz, voz poética de la década de los cuarenta que rescataron del olvido Luisa Chico Pérez, Fermín Domínguez Santana y Javier Rivero Grandoso. El libro está publicado en la colección Ministerio del aire de Ediciones La Palma.

* Víctor Conde, álter ego literario de Alfredo Moreno Santana, publica La ópera de la mente (Scyla eBooks); He oído a los mares gritar mi nombre (Dolmen Editorial); Miniaturizados (Hidra) y es antólogo de Los Monstruos del mar (Nowtilus). Mientras, en la colección G21 Narrativa Canaria Actual se publicaron los títulos El centro del gran desconocido, de Eduardo Montelongo; Julia y la guillotina, de Jonathan Allen; Si hubieras estado aquí, Cecilia Domínguez Luis; El peso del tiempo, de Gerardo Sánchez; Cinco mujeres que no subirán al cielo, de Juan Andrés Herrera y Mujeres en la encrucijada, de Javier Marrero.

* Ediciones Idea recupera al escritor Ángel Sánchez con la publicación de Calibán. Y Carlos Álvarez reedita La pluma del arcángel (Hora antes Editorial), una novela histórica por la que el escritor obtuvo el Premio Benito Pérez Armas en 1998. Novela histórica es también 1797. Piratas del Atlántico (Centro de la Cultura Popular Canaria), de Luis Medina Enciso y El judío que quiso ser ario (Éride Ediciones) de Enrique Reyes. Y en Ediciones Aguere/Idea se publican los thrillers El envío turco, de Pilar Escalona, La fortaleza del tiempo, de Edward T. Riker,  y La piel de la Lefaa, de Juan R. Tramunt; Con esta misma sintonía se edita Los privilegiados del azar (Chiado Editorial), de Carlos Alberto Felipe Martell. Se publica también El samurai desnudo (Editorial ERDE), de Manuel Pérez Cedrés; Paté de foie (Los 80 pasan factura), de Guillermo Alemán; Caídos del suelo (colección Narrativa, Baile del Sol Ediciones), de Ramón Betancor; Yo maté a Rajoy (colección Serie Negra, Baile del Sol) de Juan Carlos Pérez; … En el aire queda de Damián H. Estétevez y Las gaviotas y el buitre, de Diego I. Ramírez, las dos en Ediciones Aguere/Idea.

* Coinciden además dos novelas en cuyo título se confiesa que se ama a las mujeres. El hombre que ama a Gene Tierney (La Página Ediciones), de Daniel María; y El hombre que se enamoró de Sasha Grey (Cultiva Libros), de Antonio Lorenzo Gómez Charlín. Daniel María obtiene el Premio Joven Promesa Periodismo Cultural; Agustín Ravina Pisaca presenta Mi Habana en el recuerdo, obra en la que se narra cómo dos emigrantes canarios logran prosperar en Cuba antes del triunfo de la revolución castrista. Sonia Díaz Oval debuta en Ediciones Idea con Entre bambalinas.

* El Gobierno de Canarias, a través de su Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural, organiza el ciclo literario Entre palabras. Se produce el I Encuentro de Joven Crítica Canaria, que tiene lugar en n la Sala Domingo Pérez Minik de la Biblioteca Pública del Estado de Santa Cruz de Tenerife.

Somos conscientes que faltan muchos más títulos, pero su ausencia es involuntaria. Nuestra intención es la de orientar y ofrecer una selección de las diez novelas que, a nuestro juicio, resultaron de las más atractivas del 2013.

¿POR QUÉ ESTOS TÍTULOS?

- La estrategia del pequinés (Alrevés Editorial), de Alexis Ravelo.- porque este año ha sido el año de Alexis Ravelo, del que leo en 2013 Morir despacio (Mercursio Editorial), cuarta entrega de su peculiar investigador ocasional Eladio Monroy; Las estrategia del pequinés, título en el que se aparta de la tendencia negrocriminal en la que se ha escorado el género en España, y novela dura y contundente, feroz y despiadada por la que pululan personajes del arrollo, marcados con el signo de los perdedores; y La última tumba (colección Voz y tiempo, Editorial Edaf) con la que obtuvo un más que merecido XXVII Premio Ciudad de Getafe.

- Un camino a través del infierno (M.A.R. Editor), de Javier Hernández Velázquez.- porque el escritor rompe con su producción anterior y presenta un título repleto de guiños y sano (¿sano?) sentido del humor, claves de eso que denomino literatura pulp pop. La novela propone además una historia en la que se mueve como pez en el agua su protagonista, Mat Fernández, un personaje modelado con la forma de Mike Hammer más que de Lew Archer. Un detective de gatillo fácil y muy orgulloso de vivir en provincias.

- Sorimba (Editorial Puentepalo) María Jesús Alvarado.- porque ha sido uno de los escasos títulos leídos este año que va por otros derroteros, que se preocupa en reivindicar el mundo rural en una isla, El Hierro, donde todavía es posible oler el perfume de la naturaleza. Sorimba es un título raro si quieren entre tanta literatura urbana. Otra forma de entender la realidad que nos rodea.

- Isla nada (Tropo Editores) Víctor Álamo de la Rosa.- porque Víctor Álamo de la Rosa pone punto y final a su ciclo narrativo de Isla Menor. Pulveriza el universo que, hasta ahora, caracterizaba su producción narrativa y despierta la curiosidad del lector en descubrir por dónde irán sus próximas aventuras literarias. Sexo y naturaleza salvaje son solo algunos de los elementos con los que juega el escritor en la despedida amarga de su territorio imaginario, muy próximo al de su isla natal, El Hierro.

- El zahorí del Valbanera (colección: Narrativa, Baile del Sol Ediciones), de Juan Manuel García Ramos.- porque el escritor reivindica la figura del emigrante canario con emoción y distancia. El protagonista de la novela está inspirado en uno de los abuelos del escritor y, al mismo tiempo, es un relato en el que se describe lo que fueron capaces de hacer aquellos hombres y mujeres que aprendieron a vivir en tierras extrañas que terminaron haciendo suya. Como explica el autor de la obra, El zahorí del Valbanera huye de idealizar a su personaje protagonista aunque, destaca, “la emigración siempre es rebeldía”.

- Johanna (colección: Sitio de Fuego, Baile del Sol Ediciones) de Eduardo Montelongo.- porque leo una atractiva historia de piratas. Libre y sin prejuicios, que me sabe a La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson; La taza de oro, de John Steinbeck y a El negrero de Lino Novás. Una novela, en definitiva, que hace transportar al lector a otros mundos, a navegar por los mares y a desembarcar en islas y continentes que están por conquistar.

- Pasa la tormenta (colección: Serie Negra, Baile del Sol Ediciones), de Tomás Felipe.- porque logra algo insólito: fusionar dos géneros aparentemente diferentes como son la ciencia ficción y la novela policiaca. El resultado final es una divertidísima historia que transcurre en una futurista Las Palmas de Gran Canaria dividida en sectores. En uno de ellos viven pobres que son muy pobres y en otro ricos que son demasiado ricos. De fondo, un caso de triste actualidad: la emigración irregular.

- Si hubieras estado aquí (colección: G21 Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea), Cecilia Domínguez Luis.- porque recupera al territorio de la narrativa a una escritora que articula un drama familiar y generacional dando voz a sus protagonistas a través de diarios, blogs… Confesiones privadas que se revelan a un lector que se siente incómodo en su papel de voyeur.

- La Casa Lercaro (Roca Editorial), Mariano Gambín.- porque el escritor termina su ya conocida trilogía de La Laguna, Ira Dei, manejándose con comodidad por el thriller con un lenguaje sencillo, al servicio de una historia donde lo que importa es la acción. En su último título planean así fantasmas, ladrones de altos vuelos y el compacto círculo de protagonistas de las dos entregas anteriores dispuesto a resolver ¿su último misterio?

- La felicidad amarga (Ediciones Irreverentes), Pablo Martín Carbajal.- porque se trata de un relato de descubrimiento que propone un sutil e introspectivo itinerario por el pasado de su protagonista. A modo de muñecas rusas, el escritor va revelando  con delicado pudor las interioridades de su personaje para concluir en un final en el que pone de manifiesto lo que significa el dolor de la victoria. O lo que es lo mismo, aceptarse cada uno como lo que es.

(*) Este artículo se publica este domingo, 29 de diciembre, en El Perseguidor, Diario de Avisos. En el blog hemos podido actualizar datos que omitimos, involuntariamente, en la versión de papel. Como en ediciones pasadas, agradecemos aportaciones para hacer más exacto lo que solo ha pretendido ser un balance de un año, insistimos, insólitamente productivo en las letras canarias.

Saludos, la esperanza me mantiene, desde este lado del ordenador.