Archive for the ‘Cine de aquí’ Category

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia

Martes, Julio 26th, 2022

Como en ese cuento de cuyo nombre no quiero acordarme alguien me puso una bolsa marrón sobre la cabeza mientras me arrastraban al interior de un coche que olía ambientador de pino. Por las voces que se decían unos y otros entendí que debían ser tres, dos delante y uno detrás que me cogía del brazo no sé con que aviesas intenciones. El coche arrancó y uno puso la radio. Sonaba AC/DC, aunque no recuerdo la canción. Subió el sonido así que con el estruendo de la banda británica y australiana y el olor a pino me fui mareando porque el coche pensé que transitaba ahora por una carretera llena de curvas.

Hacía calor así que pedí que alguien bajara las ventanillas o pusiera el aire acondicionado pero no me hicieron caso. Comencé a sudar como un gorrino al que llevan al matadero pero aparté ese pensamiento de la cabeza con el fin de pensar en cosas más alegres.

El coche dio un frenazo brusco y sentí que se abría la puerta del piloto. Oí pasos sobre la gravilla y una conversación que quedaba amortiguada por los cristales cerrados del auto. El que estaba a mi lado, aflojó su presión del brazo y salió también al exterior, lo sentí porque un brisa caliente me dio como un tortazo en las mejillas ardientes e, imaginaba, coloradas por tanto sofoco.

Una voz de timbre grave me ordenó que bajara del coche, se abrió la puerta y unas manos me sacaron en peso mientras otro apagaba la radio. El silencio que se hizo de pronto daba miedo. Solo se oía el piar de los pájaros y el canto desgarrado de las cigarras.

Tambaleante, y entre dos, me llevaron por un estrecho sendero no sin antes quitarme la bolsa marrón que me habían puesto encima de la cabeza.

Me sorprendió comprobar que estaba amaneciendo y que nos dirigíamos a un pequeño chalet situado en medio de la nada, o de ese bosque donde los pinos que se levantaban hacia el cielo parecían desafiar a Dios y a su ejército de ángeles.

Tras abrir la puerta de la vivienda, me dejaron sentado en un sofá frente a la pantalla plana de un televisor.

“¿Quiere beber algo?”, me preguntó el que antes me había ordenado salir del coche, lo supe por el tono de voz, y pedí si era posible que me trajeran un vaso de agua.

“Tenemos refrescos”, dijo la voz. Negué muy lentamente con la cabeza. Al cabo, me trajo el vaso de agua. Estábamos en el salón, el de la voz y yo. Los otros dos habían desaparecido en las entrañas de aquel chalet. Unas escaleras al fondo de donde nos encontrábamos conducía a la segunda planta. Probablemente los dormitorios o el dormitorio. La cocina, de estilo americano, estaba justo detrás nuestro. El hombre de la voz se sacudió las manos y dijo algo así como “bueno, y ahora al tajo”. Se acercó al televisor de pantalla plana, se arrodilló delante del aparato y trasteó hasta sacar un dvd. Me miró y exclamó: “listo”.

Mientras metía el disco intenté recordar si conocía a aquel individuo de una vez anterior pero no, no tenía la más mínima idea de quién se trataba. Me llamó la atención, eso sí, un pin que tenía puesto en la solapa de la chaqueta y en el que se podía leer IC(s)DC, y debajo una cruz que, sospechosamente, parecía la gamada. El tipo, que llevaba barba de hispter de provincia debía de ser un poco más joven que yo pero no demasiado, a decir verdad. La pantalla del televisor se encendió y tragué saliva.

“Siéntese… siempre que esté preparado. ¿Está preparado? Esto que va a ver no lo ha visto nadie”.- me advirtió mientras se sentaba a mi lado. Apretó la tecla de avance rápido del reproductor y enterré las uñas en la tela del sofá.

“Todo lo que va a ver es solo para sus ojos”.

“Pero… ¿Por qué?”, atiné a preguntar.

“Pues precisamente por preguntón. Se trata, además, de órdenes..”. – y señaló con el dedo índice de la mano derecha al cielo. Me encogí de hombros e intenté relajarme.

Dio inició la sesión.

Dos horas más tarde tenía aún la boca abierta por el espanto. Los pocos pelos que tenía encima de la cabeza los tenía de punta. No eran imaginaciones, el de la voz me pasó un peine para que me arreglara un poco aquellos cabellos desordenados.

“Dios..”- me atreví a susurrar. El de la voz sonrió.

“Y eso que es la primera vez que los ha visto. Esta, si cuento la de por la mañana, es mi quinta ocasión”.

Lo soltó como quien se siente orgulloso de remover la mierda que desborda la taza de un váter. No necesariamente de Roca. Pensar en el váter y en lo que había visto me dio como arcadas. El de la voz me pidió “calma, relax…” Respiré hondo y me atreví a mirarlo a los ojos, que eran de un marrón que tiraba a negro.

“Es un horror, el horror…”.- dije.

El de la voz se encogió de hombros. Después, se quedó un rato mirando la pantalla del televisor apagada y me dijo: “Entiende ahora porque no hemos dejado que lo vea la gente”. Afirmé lentamente con la cabeza. “Usted, salvo los familiares, amigos y equipo de rodaje, es de los pocos que ha visto íntegro este truñazo…”

“¿Y él?”.- pregunté señalando al techo.

“Lo intentó pero casi le da un infarto”.

“Pobre hombre”.- dije sin mucha convicción.

El de la voz cruzó las piernas y sonrió. Sonrió, me parece ahora, para no llorar. “Lo que le voy a decir debe quedar entre nosotros”, dijo. Mi silencio sirvió de señal de consentimiento.

“Queremos que deje de escribir sobre los putos catálogos. Los del 2021 y 2022. Podíamos haberle dado una explicación, por falsa que fuera… Como la loca distribución, que cada una de las productoras de los siete cortos escogiera quién los iba a rotar por festivales pero al final… Al final el resultado de estos dos catálogos es tan espantoso que hicimos examen de conciencia y entendimos que su calidad no iba a colar. La idea, nuestra idea, era que la gente se olvidara de la colección hasta que de arriba –comentó con una mueca volviendo a señalar el techo– alguien tuvo la brillante idea de no exhibirlos, de guardarlos en un cofre de siete llaves pero no contábamos con…

Ante de terminar la frase me puse de pie. La cabeza me latía como un bombo y el corazón le seguía el ritmo con bastante entusiasmo.

“Lléveme a casa”.- solicité.- “Que en boca cerrada no entran mocas”.

Los dos que al parecer estaban arriba bajaron las escaleras y antes de que pudiera observar de quiénes se trataban el de la voz aprovechó para ponerse tras mis espaldas y taparme la cabeza con la bolsa marrón.

“Relájese y déjese llevar”.- me dijo. Alguien abrió la puerta del coche mientras caminábamos sobre la gravilla.

“¿Qué dijo antes?”, me preguntó el de la voz…

“¿Antes…?”- respondí con la cabeza todavía asaeteada por las imágenes que había visto.

“Sí, hace solo unos pocos minutos. Antes…”

Dentro ya del coche hice memoria.

“Que en boca cerrada no entran moscas”- recordé.

Y entonces volvió a sonar a todo volumen AC/DC. Y esta vez sí que reconocí la canción.

- I’m on the highway to hell / Highway to hell.- canturreé mientras el auto arrancaba.

“¿Qué?”.- dijo la voz.

Don’t Stop me”.- respondí.

Lo demás es ruido e imágenes tan tontas que parecían sacadas de una pesadilla…

Saludos, con todo mi cariño a P., desde este lado del ordenador

La Viceconsejería de Cultura margina a los cineastas independientes

Viernes, Julio 1st, 2022

Mientras seguimos esperando que la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias de explicaciones que nos hagan entender el ostracismo informativo en torno al cual han enclautrado los catálogo Canarias en corto 2021 y 2022, que no hemos podido ver porque vaya-uno-a-saber, a veces, solo a veces, ese cine que se hace en el archipiélago nos deja buenas noticias.

Y suelen tratarse, curiosamente, de aquellas películas cuyos cineastas están al margen de los apesebrados que viven de las generosas subvenciones que reparte el Gobierno canario. Son aquellos que se buscan la vida y, solos contra el mundo, llevan sus cortos a cuantos festivales pueden.

Una cosa esta de llevar cortos a festivales que el Gobierno canario no hizo con los catálogos Canarias en corto 2021 y 2022 al tenerlos ¿secuestrados?

Resulta doloroso comprobar que por abrir la boca y criticar. Por decir lo que se piensa sin que nadie que yo sepa lo haya contradecido, que un cortometraje como Madres, a título personal uno de los mejores trabajos de su director, el grancanario Daniel León Lacave. no haya sido mencionado en ninguna de las redes sociales ni páginas que gestiona la Viceconsejería de Cultura pese a obtener doble premio, el del Público y el del Jurado, en la sección canaria del Festival Internacional de Cine de Lanzarote. Que no aparezca pone de manifiesto que algo hiede a podrido en esa casa que dejó de ser santa hace mucho tiempo.

Uno sospecha entonces que si el ganador hubiera sido otro, uno de esos que pertenecen al club de vividores al servicio del departamento que dicen (es un decir) dirige Juan Márquez Fandiño, la cosa hubiera sido distinta.

Me resulta muy insólito que estas prácticas “fascistas”, la de hacer desaparecer de sus altavoces a todos aquellos que por llevar la contraria “no gustan por trotkista” o “desviacionistas”, se haya instalado tan cómodamente en una Viceconsejería que contaba y cuenta al frente con un hombre presuntamente de izquierdas. Un progresista que desde que gana dinero y se aloja en hoteles de cuatro o cinco estrellas digamos que perdió hace tiempo su compromiso con la ciudadanía para caer en los mismos errores que sus antecesores en el cargo.

Los independientes como Daniel León Lacave, los que hacen cine porque lo llevan en las venas, a esos que les den porque son los incontrolables. Los rebeldes, los que se salen de la fila. Los que levantan el puño para cantar las cuarenta.

El caso es que las personas que llevan la política audiovisual de la Viceconsejería de Cultura parecen que no se enteran. En ocasiones porque se han dejado asesorar por gente que no vive en una realidad conocida. Sí, quizá entiendan algo del cine que solo ven cuatro, ese que va de experimental y que no entiende ni Dios (pero eso te pasa porque no crees ni quieres ser Dios), pero son ellos, esta gente y no otra, la que hubiera rechazado conceder subvención a un corto como Esposados porque cuenta una historia. Si algo les interesa a esta manada es vivir del cuento mientras tejen una red de conocidos que forman parte de la medianía de la profesión. Y encima están vinculados a ese cine, por llamarlo de alguna manbera, que parece que se está riendo de nosotros.

Tuve esperanzas cuando supe que un tipo de izquierdas iba a dirigir la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias pero esas esperanzas se han ido quemando a medida que pasaban los años. Me sorprende también la falta de reflejos de Márquez Fandiño y su negación ante la realidad al estar rodeado de una corte de aduladores que harán lo imposible por, más que desacreditar, aislar, hacer el vacío, al que critica y denuncia porque “tengo boca y debo gritar”.

Con este panorama, agradezco que tipos independientes de verdad, de los que son capaces de quedarse sin nada para sacar adelante sus proyectos como es el caso de Daniel León Lacave (felicidades por ese doble premio) sigan estando ahí a pesar de los tropiezos que ponen en su camino los grandes. En este caso una Viceconsejería de Cultura cuyo capitán no se entera de la misa ni la mitad. Quiero creer que es así, que todo es resultado de las torpezas de un hombre abducido por otros. Esos otros que reparten el trabajo entre amigos y conocidos. A estos, todo. A los guerrilleros, ni agua.

En fin, las cosas de una Viceconsejería en la que hace tiempo dejó de sonar La Internacional y mucho menos el contrabajo a modo de instrumento de acompañamiento.

Saludos, EXIGIMOS QUE EL GOBIERNO DE CANARIAS EXPLIQUE EL PORQUÉ NO PODEMOS VER LOS CATÁLOGOS CANARIAS EN CORTO 2021 Y 2022, desde este lado del ordenador

El que calla otorga (un ejercicio de memoria histórica)

Jueves, Junio 23rd, 2022

Tuve un rapto de lucidez y pensé que si la Viceconsejería de Cultura a través de su Instituto Canario de (sub)Desarrollo Cultural no ha dicho nada acerca de la suspensión de la exhibición de los trabajos que formaban parte del Catálogo Canarias en Corto 2021 y 2022 es porque todavía tiene esperanza de que alguna de estas películas gane un concurso, aunque sea solo uno, en cualquiera de los festivales a donde llegan cuando los envían.

Es verdad que de momento nada de nada, pero la esperanza me mantiene porque la calidad de estas películas debe de tener una magnitud tan colosal que solo explica el silencio administrativo con el que el departamento de audiovisuales de IC(s)DC lleva el asunto. El asunto de los catálogos que, como recordarán, queridos nietos y nietas, queridas sobrinas y sobrinos, son los correspondientes a 2021 y 2022.

Trabajos, por otra parte, que solo han podido ver los familiares y amigos de quienes los hicieron. Aunque ahora que lo pienso es probable que el del 2021 no se estrenase por aquello de la Covid-19, entonces en plena expansión pero ¿y el del 2022? El del 2022 no hemos podido verlo, es un suponer, porque alguien espera que uno de sus cortometrajes gane un concurso.

Se rumorea, de hecho, que fue por presentar previamente uno de los cortos seleccionados en el Catálogo 2022 a un concurso lo que evitó que se proyectaran para todos. Para todos los que vivimos en este archipiélago y que somos los que pagamos la existencia de ese dichoso catálogo que no hemos podido ver.

Tampoco se nos ha dado respuesta a los que hemos preguntado la razón, el por qué no hemos podido disfrutarlos… Otro misterio que encierra esa viceconsejería que dirige (es un decir) el gatopardo primero, Juan Márquez Fandiño, y el gatopardo segundo, el director general de Cultura, Rubén Pérez Castellano.

Un amigo me dice que “ya verás. Ya verás como el catálogo 2021 y 2022 lo presentarán a finales de este año sin dar ningún tipo de explicación” pero claro, pienso, ¿por qué no han dicho nada después de todo este tiempo?, ¿por qué no he podido ver unos cortometrajes que nos pertenecen a la ciudadanía?

La respuesta de momento es continuar con la política de silencio, esa política de en bocas cerradas no entran moscas que se ha instalado en esa santa casa. Una actitud, por otra parte, opaca y nada progresista aunque Juan Márquez podría, por aquello de podemos, esforzarse. Y si no quiere nuestro candidato a geyperman de provincias, algo escuchimizado porque solo come choricito de Teror (es un suponer), que delegue el marrón, el cómo aguanto la cara para dar explicaciones de esta ausencia injustificada.

Pero vamos a pensarlo bien… El que calla otorga. Y Márquez Fandiño y su equipo calla. Luego otorga.

Creo yo que están rezándole a la virgen de Candelaria para que algunas de las piezas de ambos catálogos gane un concurso. O también, ya puestos, que son tan malos, tan malos, tan malos, que mejor guardarlos para que la gente los olvide salvo unos pocos que sí tienen memoria como la mosca cojonera que administra El Escobillón.

OTRA COSA

Se anuncia para mañana, viernes, el estreno en los Multicines Price Prime, en Santa Cruz de Tenerife, de Rendir los machos, la ópera prima en formato largometraje de David Pantaleón. Curiosidad por verla pero no sé si la exhibirán este sábado y domingo. Tampoco si tras la experiencia del estreno llegará a verse en cines, aunque sea en uno de los ya pocos que nos quedan en esta Comunidad Autónoma abandonada de las manos de los dioses.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

Guarapo, el cine que pudo ser y no fue

Martes, Junio 7th, 2022

Título: La gran aventura de Guarapo / Directores: Guillermo Ríos Bordón, Pedro Felipe Fernández | 2020 | España / Producción: River Flow Pictures / Duración: 73 minutos / Guion: Pedro Felipe, Guillermo Ríos / Fotografía: Alejandro Darias / Música: Juan José Falcón Sanabria, Orquesta Sinfónica de Tenerife, Jacky Ríos / Montaje: Pedro Felipe / Reparto: Teodoro y Santiago Ríos Marrero, Eduardo Campoy, Roberto Ríos Marrero, Patricia Adriani, Juan Carlos Fresnadillo, Jerónimo Saavedra, Juan Manuel Cervino, entre otros.

Guarapo es una de esas películas que se te quedan grabadas en la memoria cinéfila cuando la ves por primera vez porque siempre hay una primera vez, que es la que marca una mirada inocente, sin intoxicaciones externas. La mirada curiosa, la que descubre. Si el espectador es nacido o residente en las islas Guarapo sigue siendo el largometraje que hizo posible el sueño que, por mucho que insistan, todavía se está construyendo de eso que podríamos llamar “cine canario”. Un cine que carece todavía de identidad. Claro que la identidad es algo que se la trae muy floja a la mayoría de los cineastas que hacen cine actualmente en estas tierras. Están más preocupados por narrar cinematográficamente historias crípticas que por contarnos cosas con una mirada de artista (otra vez la mirada) acerca de la realidad que nos rodea.

Hace una semanas se estrenó La gran aventura de Guarapo (Pedro Felipe Fernández y Guillermo Ríos, 2020) que tras dos largos años llega por fin a las pantallas. ¿El resultado?, si no sorprendente sí que emotivo, el filme y los que lo hicieron posible, Teodoro y Santiago Ríos, merecían un reconocimiento de este calibre por ser los “padres fundadores” de un cine rodado en las islas con acento de las islas.

La película se trata de un documental sobre el rodaje de Guarapo y habla sobre esta experiencia y también del impacto que supuso verla en pantalla grande para los actores y técnicos que colaboraron en ella así como para los especialistas y cineastas que sin tener nada que ver en su realización, sí que fueron testigos de su estreno, estreno que terminó por convertir a la película en un fenómeno a escala regional y en un filme que, vuelto a ver, mantiene intacto su espíritu y lo que quizá sea más importante su mensaje.

Dan sus lecturas sobre Guarapo y lo que significó para el aún entonces embrionario “cine canario”, espectadores que vivieron aquel fenómeno de cerca. Algunos de ellos insiste de hecho que se trató de un largometraje que revolucionó el estado de las cosas ya que asentó la idea de construir en el imaginario un cine que pudo ser posible. Y cercano para los canarios en su conjunto. Abrió la puerta e hizo posible poder contar historias de y sobre el archipiélago.

Historias “nuestras” pero universales que es lo que hizo Guarapo y más tarde Mambi y El vuelo del guirre, relatos cinematográficos firmados también por los Ríos y en los que se insiste en un mismo asunto: la emigración. En el caso de Guarapo y Mambí, siempre forzada por las circunstancias a Venezuela y Cuba, respectivamente, y en El vuelo del guirre, la más intimista de las tres, el regreso de un emigrante a su tierra de origen, en este caso Tenerife.

Uno de los aciertos de Guarapo fue la elección de los actores, comenzando por el llorado Luis Suárez que interpreta al protagonista, y en aquel entonces actor de moda por la serie Cañas y barro, según la novela de Vicente Blasco Ibáñez y que se emitió en Televisión Española. Junto a Suárez aparecen los peninsulares Patricia Adriani y Juan Luis Galiardo, y otros canarios asentados en Madrid como José Manuel Cervino, el también llorado José Conde y como extras con frases el recordado periodista Chela, entre otros.

La gran aventura de Guarapo me hace recuperar la memoria de aquel entusiasmo alegre y juvenil que nos envolvió a todos cuando la vimos. No fuimos sin embargo conscientes (y gran parte del documental trata de eso) del enorme esfuerzo que supuso levantar aquella producción prácticamente de la nada. Tampoco que despertara en los que entonces éramos adolescentes la idea de que quizá un día los canarios podrían hacer películas en Canarias. Viene a decir más o menos esto mismo Juan Carlos Fresnadillo, director de Intruders y 28 semanas después, entre otras.

Ha llovido mucho desde aquel estreno que supuso un terremoto en el apacible y mundanal ecosistema canario. La situación ha mejorado visiblemente aunque las producciones canarias apenas se estrenen no ya a nivel nacional sino insular, y que catálogos promocionales como el denominado Canarias en corto de 2021 y 2022 no hayan podido ser vistos por el público mientras se está a la espera que la Viceconsejería de Cultura explique la razón de este frustrado doble estreno.

A la espera de una respuesta que no debe ser tan complicada, La gran aventura de Guarapo se merece una mayor singladura que los tres días que se exhibió en TEA Tenerife Espacio de las Artes porque ayudará a que los más jóvenes y ambiciosos aprendices de cineastas de las islas se den cuenta de una vez que esto del cine tiene pasado en Canarias. Un pasado que, por fortuna o sin ella, no ha sabido generar la tradición que se merece.

Guarapo nos hizo creer que pudo ser posible el sueño, dejó en nuestra memoria frases memorables como “Vete a echarte, merdellón”, y vista hoy, con todo el delirio del siglo XXI, tiene un sabor más de desventura que de aventura, de sueño que no termina por ser. Con todo, ya se ha convertido en un clásico sobre ese “cine canario” que pudo (y aún puede) ser posible.

Llega a los cines Contando ovejas

Miércoles, Abril 13th, 2022

Contando ovejas, la ópera prima del cineasta afincado en Canarias José Corral Llorente, se trata de una comedia negra con tintes de thriller.

Esta pesadilla “con atmósfera de rave, la habitan personajes encarnados por los ganadores del Premio Goya -Eneko Sagardoy (Handia, Mía y Moi) y Natalia de Molina (Un día, una noche; Las Niñas)-, a los que acompañan el actor argentino Juan Grandinetti (Competencia Oficial, La maldición del Guapo) y la veterana actriz Consuelo Trujillo (Adiós, Verónica), así como unos villanos de papel maché, cartón y escayola, con las voces de Julián Villagrán, Manolo Solo y José Luis García-Pérez. Completan el reparto María Fernanda Valera, José García, Luis Sacristán, Sergio Dorado y Juan Serrato”, informa una nota de prensa.

Inspirado en la dirección de arte de su cortometraje de animación premiado en el Festival de Málaga Down by love, José Corral Llorente ha recreado el universo colorista y siniestro de un mal sueño en Contando Ovejas.

La película, que se rodó en el verano de 2020 tras el confinamiento en un edificio en el centro de Madrid, se convirtió en el escenario de un mundo hilarante, ácido e incómodo en el que conviven un traficante, una casera gruñona, modernos, una famosa actriz, yonquis y hasta tres singulares carneros que harán lo que sea para que Ernesto pueda dormir.

Saludos, id al cine, muchada, desde este lado del ordenador

Va de cine

Jueves, Marzo 24th, 2022

* Más de 30 años después del estreno de Guarapo, un documental recoge lo vivido detrás de la cámara durante el rodaje del filme, para muchos el título que puso los pantalones largos al cine rodado en Canarias. La cinta será proyectada en la sección documental del Festival de Cine de Málaga este viernes, 25 de marzo, en una sesión especial fuera de concurso.

La gran aventura de Guarapo
es un documental producido por River Flow Pictures y dirigido por Guillermo Ríos Bordón y Pedro Felipe Fernández, con dirección de fotografía de Alejandro Darias y música de José Falcón Sanabria, Orquesta Sinfónica de Tenerife, y Jacky Ríos. El documental cuenta, a través de testimonios actuales e imágenes inéditas, las anécdotas del rodaje de Guarapo estrenada en el año 1988, convirtiéndose en la primera película producida de manera profesional en las Islas Canarias.

La película, rodada íntegramente en escenarios naturales de La Gomera y Tenerife, narra el drama de la emigración hacia América durante la posguerra española. Treinta años después, sus directores, los hermanos Teodoro y Santiago Ríos, recuerdan la aventura que supuso su primera incursión en el largometraje y nos desvelan su propia historia, marcada por la emigración y por los recuerdos de su infancia en la Cuba prerrevolucionaria.

El documental cuenta con los testimonios de personas que participaron en el rodaje, como los propios hermanos Ríos, Ernesto Galván, Yamil Omar, José Manuel Cervino, Patricia Adriani, Hans Bürmann, Carlos Sáenz, Cristina Bordón, Javier Fernández, Julio Gavilanes, Ramiro Sabell, Roberto Ríos o el productor, Eduardo Campoy.

La cinta recoge también los testimonios de quienes, aunque no participaran del rodaje, pudieron ver Guarapo en la época en la que fue estrenada, como Juan Carlos Fresnadillo, Jerónimo Saavedra, Juan Manuel García Ramos o Claudio Utrera, y pueden contar de primera mano lo que la película supuso tanto para ellos como para el entorno y el mundo cultural del momento.

* El Festival de Cine Fantástico de Canarias Isla Calavera, que celebrará su sexta edición el próximo mes de noviembre en Tenerife, ha sido elegido por la publicación especializada en género fantástico Dread Central como uno de los mejores festivales temáticos del mundo.

Esta selección ha sido realizada por expertos en la industria cinematográfica como la directora originaria de Laos Mattie Do, João Fleck, Nicolas Tonsho (Brasil), John Adams y Toby Poser (EEUU), Rob Jabbaz (Canadá), Adrian Tofei (Rumanía) o Peter Van Steemburg, talent manager de la productora y agencia de ventas internacionales XYZ.

Saludos, avisados quedan, desde este lado del ordenador