Ni está ni se le espera

Lunes, Noviembre 7th, 2011

Mientras a Alberto Delgado ni está ni se le espera. O mejor, no lo espera Paulino Rivero, la maquinaria puesta en marcha para el tijeretazo a los presupuestos de 2012 destinados a Cultura sigue imparable su marcha anunciando el final inevitable de un modelo que, por razones que espero a nadie se le escape, augura un año apocalíptico en cuanto a fastos (y gastos) culturales se refiere.

Me inquieta, en este sentido, cómo nos están preparando ante el panorama que se avecina. También, obviamente, por cómo se invertirá la patética cantidad que le tocará gestionar a la Viceconsejería que hasta ahora dirigía Delgado. Tengo, no obstante, la esperanza de que eso animará a los agentes implicados del sector –el desatado y el indiferente ante todo este follón– a investigar y fiscalizar en la medida que puedan por dónde se moverán unos recursos públicos que ya no pueden repartirse entre tanta gente.

Espero, con la mano en elcorazón, que eso obligue a detener el despilfarro de viajes con todo incluido que abonaba el departamento que gestionaba hasta ahorita mismito Delgado para acudir a festivales como el de San Sebastián, por poner un ejemplo, en el que no se hacía nada salvo el dejarse ver entre tanta estrella y estrellado.

También la de que por una vez alguien se digne a explicarnos para qué sirve el programa Septenio –que de los tres millones que contó en 2011 pasa a gestionar 800 en 2012– para promocionar la Cultura canaria en el mundo mundial, entre otros poco juiciosos drenajes realizados.

Y a todas estas, mientras tanto, Alberto Delgado ni está ni se les espera.

Él, que fue quien levantó la liebre y puso nervioso a los que integran un movimiento que, mucho me temo, al final va a optar por el sálvese quien pueda.

De todas formas –y está escrito sin ruda ironía– Alberto Delgado igual sorprende y se nos vuelve un hombre fuerte, disciplinado y experto en las artes de la alta diplomacia. Así que cuando se levante del lecho y se mire frente al espejo llamará por teléfono a Paulino para cantarle las cuarenta.

- Hazme caso, Paulino, hazme caso. Mira que si no te boto a la calle a los culturos

Tiembla Paulino… Tiembla… Que no sabes la que te espera…

O sí sabe la que le espera y quizá eso explique el inexplicable empeño por dotar de más dinero a ese invento que llama Policía Canaria.

Paulino dobla de dinero y recursos a los aspirantes a polisía (con s) casi como si quisiera que salieran a la calle para repartir estopa a esos chicos malcriados que una vez se creyeron aquello de que en Canarias y bajo el paraguas del Gobierno de Canarias era posible lo de “mamá, quiero ser artista.”

No sé dan cuenta, criaturas, que el mensaje sufre ahora una violenta metamorfosis.

Lo dejó caer, y quiero pensar que con la peculiar voz de Gracita Morales, la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas:

- Niños, el modeeelito cambia en 2012.

Así que ahora solo cabe gritar: “¡mamá, yo lo que quiero ser es de la polisía canaria!”

Y los más listos, como siempre, “¡mamá, yo lo que quiero ser es director de la Televisión Canaria!”

¿Por qué quieres ser poli, mijo?

Porque me gusta la curtura y vigilar al que tengo al lado.

¿Por qué quiere ser director de la Televisión Canaria, mijo?

Porque quiero ser como Willy.

Saludos, vacaguaré, desde este lado del ordenador.

Des(es)perados

Viernes, Noviembre 4th, 2011

Los acontecimientos se suceden con velocidad de vértigo y ya comienza a palparse el desánimo entre los gestores y creadores canarios puestos en pie de guerra ante el anunciado recorte presupuestario que el Gobierno regional aplicará el próximo año a un área cuyos beneficiados e ignorados parecen que no han superado aún la edad del pavo. Mala cosa, sobre todo si a quien quieren convencer es a todo un presidente que, entre sus muchas virtudes y defectos, parece que no ha salido aún de la adolescencia.

Las declaraciones que publica Diario de Avisos de uno de los integrantes del colectivo indignado, el presidente de Réplica y la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Canarias, Ricardo del Castillo, me resultan así además de atrevidas dictadas más por la desesperación que con la cabeza. Del Castillo propone –pero no dispone– y contando con el respaldo de los que han hecho movimiento, que si  el Ejecutivo sigue en sus trece –esto es aplicar el tijeretazo–  ¿para qué mantener un organigrama que no va a tener nada que gestionar?

Pensando con generosidad, quiero imaginar que Del Castillo hace esta sugerencia siguiendo una política de titulares  pero si no fuera así, me parecen muy desafortunadas unas palabras que entonces solo puedo entender como desesperadas. O una honda frustración hacia un final que intuyen inevitable.

En este sentido, y aunque al Gobierno de Canarias le gustase la idea de teletransportar a San Borondón la Viceconsejería de Cultura, ¿qué soluciones se propone para que la Cultura siga caminando por esta tierra?

Ninguna, a tenor de la información leída. Luego el grito de ¡que desaparezca la Viceconsejería!, puede entenderse como precisamente lo que es. Y lo que es, es precisamente lo contrario: no dejen el área que gestiona Alberto Delgado (quien por otro lado se quedaría sin trabajo) con la ridícula cifra que manejará para fomentar y promocionar el modelo de cultura que los nacionalistas canarios contribuyeron a tejer en estas siete islas alejadas de la mano de los dioses desde que dirigen nuestros destinos universales.

El discurso de Ricardo del Castillo no suena así a radical y rompedor, sino a falta de estrategia, a tirar a todos los lados sin orden ni concierto. Es decir, sin coherencia. Por mucho que el actor diga ahora que debe desaparecer Cultura de la estructura del Gobierno regional porque  “lo contrario sería emplear esa partida tan reducida para acabar con el sector pero manteniendo, eso sí, a los gestores en sus sillones”.

Al menos Martín Rivero, de Rider Producciones, intenta calmar las aguas anunciando una batería de medidas para dotar de grasa el esqueleto de un movimiento que a estas alturas parece más al de un grupo de conjurados asamblearios.

Rivero dice que esperan mantener rondas de contactos con los grupos parlamentarios de CC y de PSOE, y que aguardan a que tanto Paulino Rivero, como la consejera Inés Rojas, “pongan día, lugar y hora” para reunirse con el sector y exponer qué soluciones barajan para afrontar el panorama que se ha abierto.

Y mientras tanto el tiempo pasa.

Y la gente, lógicamente, se pone nerviosa.

Esto es el fin cantaba Jim Morrison.

Yo prefiero pensar que la unión sí que hace la fuerza.

Saludos, carraspeando, desde este lado del ordenador.

¡Corta el cable rojo!, ¡el cable rojo!

Jueves, Noviembre 3rd, 2011

“Hasta que no vea a parte del sector cultural en Canarias que se ha puesto en pie de guerra acantonado en la plaza de La Candelaria y el Parque Santa Catalina no voy a tomarme muy en serio su desgarrado grito de que el recorte significa la sentencia de muerte de la Cultura”. Me lo cuenta, más o menos con estas mismas palabras, un amigo en paro que hasta el día de ayer disfrutaba de un regularmente remunerado trabajo en un concesionario de automóviles.

Y yo no me veo a los cabecillas de la revuelta haciendo noche al raso, aunque la propuesta del amigo pondría de manifiesto a la ciudadanía la indignación y su profundo rechazo ante el tijeretazo anunciado por el Gobierno de Canarias a los presupuestos en Cultura para 2012 y no esa especie de a verlas venir que está emanando de un colectivo que si bien cree que la unión hace la fuerza ha dejado fuera de juego a otros compañeros de fatigas creativas e intelectuales que, por omisión o sencillamente porque nadie se acordó de ellos, han decidido no participar en el movimiento.

Cambia el modelo, resalta Inés Rojas.

Y algún que otro portavoz de los cabreados culturales defiende que Paulino Rivero es un hombre sabio y que al final, como en las películas de acción, se atreverá a cortar el cable rojo que evitará que active el detonador que hará volar por los aires el esquema que desde hace años han mantenido los nacionalistas canarios para estimular la Cultura en unas islas cuyas ciudadanía no se ha dado cuenta de que, efectivamente, estamos en crisis.

Y que la crisis es una puta crisis.

Leo que en la asamblea celebrada este miércoles en la capital grancanaria se aprobó solicitar una entrevista con la consejera Inés Rojas “para discutir medidas que sirvan para amortiguar el recorte y clarificar el escenario que se abre”, así como la de impulsar “mucho más el tema de los artistas locales, darles más protagonismo, así como repasar historias como el Festival de Música o Septenio. “ Programa éste en el que se planteará pedir que se termine y después solicitar una auditoría”, explica Pino Luzardo, de la Unión de Actores de Canarias.

Ummmm. No sé si se habrá dado cuenta Luzardo que muchos de los que integran la plataforma de protesta cuentan y contaron con proyectos beneficiados por un programa que en su momento a casi todo el mundo le pareció chiripitifláutico. La cosa dejó de resultar tan chiripitifláutica cuando los proyectos dejaron de lado a unos y sí que beneficiaron a otros. Mosqueo que justificó el actual viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, porque los protestones no se habían llevado nada.

El señor Delgado, que necesita con carácter de urgencia clases de diplomacia intensiva, se esconde mientras tanto en las sombras mientras parte del sector arde y anuncia una guerra sin cuartel siempre y cuando Paulino, que es un hombre sabio, no ceda. Claro que como Paulino es un hombre sabio esperan que al final ceda y desvíe algunas perritas para que parte del sector indignado pueda respirar en 2012 y preparar entonces el traspaso al nuevo modelo (sin definir) que de la noche a la mañana sugiere el Gobierno a través de la consejera Inés Rojas.

Explicada así la cosa, este follón se parece cada día más al de un culebrón hecho en Canarias: Paulino vive en otra dimensión mientras una parte de la Cultura reclama su amor tras conocer por boca de Alberto Delgado la realidad de un tijeretazo demasiado pronto anunciado. Al final a la Cultura no le quedará más remedio que revelar a Paulino que con la decisión que tomará su gabinete en diciembre deshereda a parte de un sector que ahora discute qué hacer para que el presidente se decida de una puta vez y corte el cable.

El cable rojo.

¿Conmoverá su corazón?

Él es bueno y comprenderá…

A la espera de las conclusiones que saquen los miembros de la asamblea en Tenerife, en Gran Canaria los indignados sugieren pedir una auditoría de Septenio para ver en qué se han gastado esos dineros y saber si se ha hecho un seguimiento de sus actividades. El objetivo es transmitir a la opinión pública que los culturetas “no somos todos oportunistas”.

Por su lado, el cineasta Jaime Falero escribe un artículo con ganas de avivar la polémica en el que se manifiesta a favor de los recortes en Cultura. Falero explica los por qué de sus razonamientos y viene a decir que tras los habituales ninguneos con el que fue objeto en las distintas convocatoria de Canarias Cultura en Red para promocionar un audioviosual que apenas trasciende las salas de las islas en sus estrenos, él ha rodado sus cortos, documentales y ahora un largo (pinchen enlace para ver el teaser) buscándose la vida.

Entiendo la rabia y las ganas por meter cizaña de Falero, aunque su pieza queda descompensando por un obsesivo yo, yo, yo que desluce sus intenciones críticas. Esto no descarta las ganas que ha despertado por ver El clan, título de su ópera prima como director de largometraje.

En la asamblea celebrada en la capital grancanaria se habló también del Festival de Música, que “se lleva una parte consistente del presupuesto y aquí nos repercute, es un dinero que se va afuera, apenas participa gente de aquí”; de convocar manifestaciones y acciones en señal de protesta, utilizar la fórmula parlamentarias para presentar una enmienda a los presupuestos y crear una web para mantener informado al sector.

La idea es escenificar que este sector que está indignado continúa con sus movilizaciones y que está trabajando en ella a través de la constitución de mesas de trabajo para sugerir propuestas con las que seguir adelante antes del hachazo presupuestario que vislumbra se producirá a finales de año.

No sé, como sugiere mi amigo, si otras de las medidas que podrían adoptar resultado de estos encuentros es la toma de las plazas de las dos capitales canarias aunque espero, francamente, que las ideas que están debatiendo se articulen finalmente en un programa que convenza a un Ejecutivo autonómico cuyo presidente, la verdad, no tengo nada claro que sea bueno y mucho menos un sabio.

Saludos, no se vayan todavía que aún hay más, desde este lado del ordenador.

Los que van a morir te saludan

Miércoles, Noviembre 2nd, 2011

Faltaba su voz. Y su voz irrumpe con atronadora fuerza. Inés Rojas, consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias clama a los cielos y a los infiernos: “La cultura no muere con estos presupuestos”. Lo que muere es el modelo cultural de un pasado que, si no recuerdo mal, construyeron esos mismos nacionalistas canarios desde que llevan gobernando esta Comunidad Autónoma en la noche aciaga de los tiempos.

Rojas defiende el recortazo que sufre el área que gestiona el hasta ahora viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, diciendo que el afeitado al cero no pondrá en peligro la “capacidad creativa de los artistas de las islas.”

Y obviamente tiene razón la señora.

Un escritor, un pintor, un cineasta, un escultor, un músico crea “gratis” en la soledad de su estudio. Otra cosa es que su creación pueda verse y sobre todo venderse si no cuenta con una estructura que haga posible la promoción de su trabajo.

Y si bien es cierto que el modelo pasado –reitero que alimentado por los nacionalistas canarios– se sostenía mayoritariamente en los dineros públicos, el panorama que se presenta para el 2012 augura la calma de los cementerios mientras la consejera y sus asesores esperan sentados a que se les encienda la luz para plantear un nuevo modelo gestión sin apenas intervención de un Ejecutivo más preocupado hoy en fortalecer a su policía privada que en enriquecer con Cultura a sus atribulados y algo tontainas contribuyentes.

Entiendo que la posición de la señora es bastante difícil.

Dirige un área con amplísimas responsabilidades sin que ninguna de ellas tenga que ver unas con otras.

Ya me dirán que hay de cercano entre Cultura y Deporte con las Políticas Sociales y de Vivienda salvo que muchos de esos creadores a los que pide calma dependerán en el futuro de las políticas sociales de un Ejecutivo que les está diciendo con bastante falta de tacto váyanse a llorar a otra parte.

“El talento y la creatividad no peligran, porque éste no depende de las subvenciones públicas” comenta la señora mientras cientos de proyectos se paralizan porque, evidentemente, el entramado cultural en Canarias bebía (como beben otras áreas) de lo que hasta ahora repartía –bien es cierto que en algunas ocasiones con sospechosas preferencias– este Gobierno que se acostumbró a crear un estado de las cosas que ahora, y a tijeretazo limpio, desmonta sin que le tiemble la mano.

Inés Rojas admite, sin embargo, que el recorte presupuestario “no es normal”, pero la compleja situación económica “obliga a ello, si se quieren mantener los servicios esenciales.”

“Hemos priorizado todo lo que es la cultura que se puede llamar de base. Se mantendrán en funcionamiento todas las infraestructuras culturales del Gobierno de Canarias. Los mayores recortes se han fijado en los proyectos que implican ayudas a empresas privadas del sector cultural, parte importante del modelo que, repito, ha muerto”.

El argumento es claro.

El Ejecutivo no se bajará del burro, nunca mejor dicho.

Eso sí, susurra la señora: “estamos abiertos al diálogo” e invita a los agentes del sector a sentarse con ella para estudiar cómo diablos hacen abracadabra con las gotitas presupuestarias que le tocan a Cultura.

Esto me hace suponer que muchos de los que hoy permanecen unidos ante la debacle final afilarán cuchillos para dotar con algo sus propias iniciativas.

Rojas explica que la fórmula consistirá en cambiar dinero de algunas partidas a otras.

Y yo observo como se aproxima la tormenta de arena que amenaza a la Cultura subvencionada canaria.

La tormenta hace mucho ruido.

No hay verde para tanta langosta.

Saludos, Ave César, desde este lado del ordenador.

Money, money, money…

Martes, Noviembre 1st, 2011

La imagen muestra sonrientes al consejero de Economía, Hacienda y Seguridad del Gobierno de Canarias, Javier González Ortiz, mientras entrega el proyecto de Ley de Presupuestos al presidente de la Cámara regional, Antonio Castro.

Con la que nos está cayendo encima, parece como si Ortiz le estuviera haciendo un regalo envenenado a Castro, cuyas mandíbulas se ensanchan aunque apenas deje ver la sombra de los dientes.

Luego vienen las declaraciones, en las que González Ortiz anuncia a los periodistas que estos son unos presupuestos “realistas” para 2012 y con “marcado carácter social en un contexto de incertidumbres, grandes dificultades y escasez de fondos públicos.”

Y añade –¿un aviso a los navegantes?– “debemos entender que no hay recursos suficientes, no hay dinero para todos”.

La Comunidad Autónoma dispondrá para el próximo ejercicio con 6.736,2 millones de euros, un 1,4 por ciento más que en 2011.

Las cuentas públicas deberán aprobarse antes de que finalice el año y en los apenas dos meses que nos quedan para recibir el 2012, se supone que los grupos parlamentarios podrán sugerir las modificaciones que entiendan pertinentes aunque, como aclara González Ortiz, “hay poco margen de maniobra para enmiendas.”

Respecto a la situación en la que queda Cultura, el consejero repite lo sabido:

Se recorta el 3,5 por ciento, lo que significa 13,6 millones. Este descenso afectará principalmente a la Promoción Cultural.

El Ejecutivo afeita también los recursos destinados al Ente Público Radiotelevisión Canaria aunque el tijeretazo no resulte tan brutal. Si ayer manejó 38,66 millones, en 2012 hará lo mismo pero con 37. Una cantidad suficiente, imagino, para que el Gobierno canario continúe apostando por una televisión que año tras año degenera y que parece sacar el revólver cuando se le reclama que invierta algo, aunque sea algo, en Cultura.

¡Curtura para qué si tenemos la curtura que queremos en nuestra (la de ellos, no la mía) televisión autonómica canaria!

Curtura, qué palabreja.

Mientras tanto, el Ejecutivo canario aumenta, no recorta, los dineros destinados a la Policía Canaria y a la Academia Canaria de Seguridad.

Curtura, qué palabreja.

A todas estas, el viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, se retira a sus cuarteles de invierno a verlas venir.

Ignoro si calculando cómo se van a desarrollar los acontecimientos hasta diciembre y su futuro al frente del cargo. Es probable que se pregunte también si continuarán las algaradas de parte del sector cultural indignado para arañar esa calderilla que tanto piden.

Money, money, money

No sé yo.

Por otro lado, la portavoz del PP en el Parlamento de Canarias, Milagros Bethencourt, pone de manifiesto una vez más que la Cultura es, efectivamente, la hermanita tonta de la gestión pública en Canarias.

Anuncia que su partido permanecerá vigilante para comprobar el buen uso que se dará a lo que se recorte del presupuesto en el área aunque apunta que “si el descenso que al parecer se llevará a cabo, y del cual nos hemos enterado por la prensa, es para priorizar en Sanidad o Educación, lo entenderíamos, como toda la ciudadanía, pero si se trata de mantener con esa rebaja al personal eventual, los asesores o los enchufados, nos tendrán frontalmente en contra”.

Probablemente sea fruto de la paranoia pero da viruje pensar que la portavoz del PP afirme que se ha enterado del malestar generado en un importante sector de la Cultura en las islas por la prensa.

Y sí es así, ¿a que están esperando los indignados para informar a todos los grupos parlamentarios canarios?

CC no oye.

Y PSC-PSOE no escucha.

El Grupo Mixto… pues eso, mixto.

Y PP. Bueno, el PP anuncia en boca de Bethencourt que su partido no descartaría presentar enmiendas si lo cree necesario.

No sé, debe ser cosa de todos los santos.

Saludos, lamentando la muerte de Walter Vidarte, desde este lado del ordenador.

Al final todo este follón es cosa de la bruja…

Lunes, Octubre 31st, 2011

Leo que la mano negra que animó a Alberto Delgado a reunirse con parte del sector cultural hoy levantado en armas fue Dulce Xerach Pérez. Un nombre ya habitual cuando se quiere señalar con el dedo confabulaciones extrañas y misteriosas. Casi como si la señora Xerach perteneciera a una sociedad secreta que manejara los hilos de los repartos dinerarios de la hoy castigada Viceconsejería de Cultura en los presupuestos previstos para el 2012.

Desde que algunos empresarios y artistas (sobre todo músicos y cineastas) levantaron la voz para denunciar lo que, a su juicio, significará la sentencia de muerte de la Cultura en Canarias, están apareciendo escritos y comentarios para todos los gustos que, una vez haya pasado la tormenta, merecerán ser analizados concienzudamente para darnos cuenta de cómo nos gusta marear la perdiz.

Y es que por mucho que lo intente, me cuesta imaginar a Xerach Pérez con mandil mientras ordenar a Delgado, también con mandil, dar inicio a una maquiavélica conspiración…

En fin…  

El caso es que los indignados anuncian una reunión para este jueves, 3 de noviembre, en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y según se informa este miércoles, 2 de noviembre, el grupo de Gran Canaria en el Centro de Iniciativas de La Caja de Canarias (CICCA).

Me pregunto si una y otra reunión, así como las multitudinarias ruedas de prensa que ofrecieron en las dos capitales canarias la semana pasada, estarán siendo grabadas. No por agentes camuflados de la Policía Canaria sino por alguno de los implicados.

Lo digo porque el material resultante podría servir para un documental en el que quedara constancia de este movimiento que lleva camino de superar las expectativas que en su día generó la perdida batalla del 2 por ciento para Cultura.

El documento, además, podría optar a las convocatorias que anualmente organiza el Gobierno canario. Y recibir subvención.

Mientras tanto, y para confundir un poco más al personal, se afirma sin recato alguno que detrás de la protesta se encuentra Dulce Xerach Pérez.  

La bruja. Uuuuuuu.

Resulta curioso, en todo caso, que algunas voces intenten buscar un origen a lo que se supone fue indignación de los afectados por el recorte. A estas alturas, no creo que nadie ponga en duda que el tijeretazo va a resultar demoledor para un sector que con pretendido tono asambleario y también lastimosamente reivindicativo, está despertando hacia un mañana siniestro.

Y si bien es hora de buscar soluciones y estudiar planteamientos para la supervivencia del sector, urge que todos –afectados e implicados, curiosos y a los que les importa un real pimiento este asunto– sean conscientes que buscar soluciones no será nada fácil.

Pero que buscarlas, hay que buscarlas.

Todo hace indicar que el modelo de negocio, tal y como estaba sustentado hasta ahora, cambiará radicalmente (ya no habrá tarta para tanta gente) pero lo peor es que casi nadie se ponga de acuerdo en cómo va a resultar ese nuevo modelo de negocio que implica algo tan intangible pero necesario como la Cultura.

Partamos de la base que la Cultura ha sido considerada casi siempre como la hermana tonta del entramado que articula el Ejecutivo regional pese a que algunos de sus representantes hayan acudido obedientemente a los protocolarios encuentros con el actual presidente del Gobierno de Canarias.

Esos encuentros solo han puesto de manifiesto, entre otras cosas, las ganas que tenían algunos por salir en la foto y exclamar pa-pa cuando la luz de flash inmortalizara estos acercamientos entre un presidente que vive, evidentemente, en otra galaxia, y unos culturos cegados por un poder que susurraba: dejad que esos niños se acerquen a mi…

Fueron tantas las buenas palabras que David Baute recuerda algunas en un artículo que con el título de ¿Y qué pasa con el Plan Canario de la Cultura?, alentaban en mayo de 2011 a apostar por la Cultura “como eje de nuestras políticas.”

Este programa de CC resaltaba, además, que “como partido nacionalista, la política cultural debe ser uno de los ejes de nuestra acción política y una de las señas de identidad de nuestra futura acción de gobierno.”

Baute escribe como un mes más tarde el pacto de Gobierno suscrito entre CC y PSOE consideraba vital la Cultura para “generar riqueza y empleo, en el marco de un nuevo modelo económico de la economía sostenible, fundamentada en el talento.”

Así que leídas estas declaraciones de intenciones, que un despistado sugiera que Alberto Delgado es un conspirador por reunirse con algunos representantes del sector y lanzarles la bomba de lo que me va a tocar gestionar en los presupuestos del 2012 es cosa de Abracadabra.

¡Abracadabra!

Y si ese mismo alguien escribe que actuó siguiendo la fórmula de Xerach Pérez me gustaría saber ¿en que consiste esa fórmula?

Llevo mucho tiempo en esto, y conozco algunos de sus venenos y pócimas, así que me parece gratuito y tendencioso llamar Estrategia Xerach algo que  el autor del artículo no razona al beber, allá él y su conciencia, solo en las empantanadas fuentes de la rumorología.

A estas alturas de la vida me sorprendería de veras descubrir a Xerach Pérez como una especie de bruja que no quiere salir del armario. Así que sin pruebas, esa teoría que esgrime el amigo en su columna no tiene fundamento y sí mucha mala leche y un objetivo obvio: machacar un movimiento con el que puedo o no estar de acuerdo, pero que representa a un amplio sector de una Cultura en Canarias que, paradójicamente, sí que está viviendo estos días su amarga Noche de Difuntos.

Saludos, no hay caramelos para todos, desde este lado del ordenador.