Atraco (im)perfecto

Lunes, Junio 17th, 2019

Título original: La estrategia del pequinés / Año: 2019 / Duración: 96 min. / País: España / Dirección: Elio Quiroga / Guion: David Muñoz, Elio Quiroga, Alexis Ravelo (Novela: Alexis Ravelo) / Música: Brutalizzed Kids, Elio Quiroga, Alejandro Ramos, Due / Fotografía: Juan Antonio Castaño / Reparto: Unax Ugalde, Kira Miró, Enrique Alcides, Ismael Fritschi, Gonzalo Hernández, Jorge Bosch, Pep Jové, Alejandro Almeida / Productora: Zanzibar Producciones Audiovisuales / Begin Again Films / La Huella Efectos Digitales SL / Servicio de Cultura del Cabildo de Gran Canaria / Ian Stewart Producciones Cinematográficas / Instituto de Crédito Oficial / Televisión Española (TVE) / Televisión Pública de Canarias

Por aquel entonces todo parecía más o menos tranquilo en los territorios de la novela negra española hasta la publicación, entre otras, de La estrategia del pequinés, una novela de Alexis Ravelo en la que sus protagonistas eran parias de la tierra, famélica legión que formaban dos delincuentes de medio pelo; Cora, una prostituta que tiene el mismo nombre de la protagonista de El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain, y una ciudad, Las Palmas de Gran Canaria, descrita con una siniestra paleta oscura.

Hasta ese momento y salvo más que honrosas excepciones, la literatura policíaca que se escribía en este país –y mucho me temo que también la que se escribe ahora– estaba protagonizada por guardias civiles, policías nacionales y autonómicos como los cuerpos policiales vascos, catalanes y navarros, todos ellos honrados profesionales y defensores de la ley que habían obviado el verdadero espíritu que hizo grande al género, la denuncia de una realidad social corrupta, envenenada por dentro.

El género era el mejor acicate para criticar duramente la realidad de aquellos días y Ravelo, aún un escritor dubitativo, procuró mostrar cómo pensaban y cómo eran los que no lo tuvieron fácil, esos parias de la tierra que podían ser detectives privados solitarios, periodistas que aún creían en la honestidad de su oficio y delincuentes que luchaban y luchan contra el sistema.

Partiendo de esta base, Alexis Ravelo recuperó una tradición todavía poco explotada en España con La estrategia del pequinés, una obra en la que cuenta cómo un grupo de perdedores son capaces de enfrentarse a los gigantes, los poderosos y corruptos.

En esta novela que podría ser como una reinterpretación muy personal de La jungla de asfalto, de W.R. Burnett, creíble y con acento de aquí, el robo, el acto delictivo, es cometido a otro ladrón, solo que éste, abogado, está perfectamente instalado en una sociedad que solo mide a los demás por el rasero de lo que lleva en el bolsillo, por lo que la novela además de la denuncia venía a decir que en el mundo del crimen existen también las clases.

Un conflicto el de clase que con el paso de los años ha venido a ser una de las constantes de la mayor parte de la producción literaria de Alexis Ravelo, quien detiene la mirada en unos protagonistas que nacieron sin nada mientras describe a navajazos a los corruptos y poderosos, los que manejan el cotarro, los adoradores del becerro de oro.

Elio Quiroga, un cineasta que cuenta con una interesante y personal filmografía, adapta a la pantalla grande la novela de Alexis Ravelo y el resultado final con todas sus carencias no deja de ser satisfactorio además de una eficaz adaptación del libro.

La película se deja ver y a ratos se deja ver muy bien. Su estética a los años 70, impecablemente fotografiada en tonos muy fríos por Juan Antonio Castaño y dividir la pantalla con el objetivo de imprimir velocidad a la narración son solo algunos de los hallazgos de un filme que ha sabido captar el espíritu de la novela original, lo que no era una tarea fácil.

En todo este proceso, Elio Quiroga no traiciona su mirada, bien es cierto que más contenida que otras veces pero esto en vez de ir en demérito redondea una cinta que, a nuestro juicio, es la más lograda de un cineasta que tiene ojo cinematográfico y que no traiciona aunque sí matiza su estilo.

El reparto ayuda a sostener la película. Kira Miró hace de Cora y viste al personaje con el mismo encanto con el que la describió Alexis Ravelo en la novela. Lo mismo pasa con Unax Ugalde y Enrique Alcides como Junior, turbio y peligroso. Destaca también el trabajo de Ismael Fritchi, Jorge Bosch y Pep Jové, este último como El Gordo, personajes todos que encajan muy bien en el imaginario que como lector asumimos al leer la novela.

En cuanto a la historia, Elio Quiroga refleja lo esencial de la obra literaria recogiendo algunas de las claves que Ravelo diseminó en ella y que ya forman parte del universo del escritor como es recurrir a la variedad del español que se habla en Canarias, y que en la película como en la novela no chirría, se desliza perfectamente entre unos y otros, y describir el paisaje nocturno de una ciudad que resulta muy creíble como espacio negro y criminal.

Como espectador, se me fueron las casi dos horas que dura el largometraje como si nada, la misma sensación que tuve cuando leí el libro. Al mismo tiempo, me preguntaba las razones de que no se recurra con más frecuencia al rico y variado material literario que hay en las islas para ser llevado al cine.

La estrategia del pequinés, al margen de su origen literario, funciona también como película autónoma y romperá moldes en el cine de género que se rueda en España porque su mensaje es directo y sus protagonistas tipos que han terminado así porque les fue mal en la vida. Pese a todo, intentan vivir y dejar vivir.

Se trata de un filme atípico que hace verosímil una historia de amor y muerte que transcurre en un escenario conocido y en el que algunos de sus personajes hablan con acento canario y otros peninsular. La mezcla no resulta cacofónica sino natural porque este elemento es uno más de una película que sin ser redonda atrapa porque narra muy bien una historia que va más allá del robo y que sin pretensiones y agradecida humildad resuelve de manera notable el espíritu de un libro que a su manera hizo historia en el género negro y criminal español y ahora en la carrera como cineasta de Elio Quiroga, un tipo que ha sabido transmitir el mundo imaginado por Ravelo en imágenes. Algunas de ellas muy poderosas como la del puerto de la capital grancanaria iluminado de noche por las plataformas petrolíferas o la del reencuentro de la pareja protagonista.

Saludos, amanece, desde este lado del ordenador

La ceguera del cangrejo, una novela de Alexis Ravelo

Lunes, Junio 3rd, 2019

“No tardaron ni cinco minutos en preguntarle si era canarión. Y él aprovechó para decir que sí, que lo era, pero que tenía familia en Lanzarote, los hermanos de su madre, y que precisamente allí, en Viéitez, se suponía que seguía viviendo un primo de ella. A los viejos se les dilataron las pupilas, como se le dilatan siempre a todo anciano de provincias cuando tiene la oportunidad de descubrir un parentesco”.

(La ceguera del cangrejo, Alexis Ravelo, Siruela Policíaca, Siruela, 2019)

La corrupción urbanística en una isla como Lanzarote y la arrolladora personalidad de un artista como César Manrique son los ejes a través de los cuales gira La ceguera del cangrejo (Siruela, 2019), una nueva novela de Alexis Ravelo quien tras el experimento literario de La otra vida de Ned Blackbird y su incursión en la novela histórica vertiente Guerra Civil en Canarias con Los milagros prohibidos, las dos editadas también por Siruela, regresa a los territorios de la novela negra y criminal en el que el autor ocupa un destacado espacio entre los escritores del género en España.

ConLa ceguera del cangrejo Ravelo además de nadar en aguas que conoce, describe el fascinante y arrollador paisaje de la isla en el que late en cada roca, en cada volcán, el corazón de César Manrique, artista que está presente en toda la novela en carne y espíritu porque fue el gran transformador y defensor de la naturaleza agreste de Lanzarote, una tierra donde todo el mundo se conoce y se reconoce con motes y cuyos habitantes desde tiempos ya perdidos en la memoria se han adaptado las dificultades del paisaje para sobrevivir.

La isla que recorre Ángel Fuentes, el protagonista del libro, un militar que investiga la muerte ¿casual?, ¿suicidio?, ¿asesinato?, de su novia, Olga Herrera mientras recogía información para escribir una biografía de Manrique, empapa la piel de Fuentes y Ravelo y resulta clave para aceptar el juego que propone el escritor, quien va más allá del misterio para relatar el itinerario interior y exterior que emprende su protagonista por la isla mientras rastrea las huellas de su compañera que a su vez investigaba la vida de César Manrique.
Alrededor del protagonista se mueve una pléyade de personajes lo suficientemente sólidos para armar una historia que, como en otras novelas de Ravelo, va más allá de lo policial para meter la pezuña en las entrañas de los poderes que gobiernan una isla que, como todas las que conforman el archipiélago, funciona con sus idas y venidas en su pequeño y variado universo.

Entre las muchas y gratas sorpresas de esta novela está volver a encontrar la capacidad que tiene Ravelo para engarzar todos estos elementos: personajes, Lanzarote, César Manrique y, al mismo tiempo, dotarlos de una consistencia que los hace reales..
Alexis Ravelo demuestra también con esta novela que se puede mirar a la historia de Canarias como material literario. También la de algunos de sus hijos más ilustres, aquellos que desde la trinchera de la cultura hicieron el suficiente ruido como para trascender las fronteras isleñas aunque en su tierra sean pocos los que se acuerden de ellos. No es el caso de César Manrique, de quien se celebra este año el centenario de su nacimiento, lo que hace más oportuno si cabe un libro que, además de contar una historia, sirve de homenaje al artista.

En cuanto al protagonista, Ángel Fuentes, es inevitable que recuerde a un Eladio Monroy más joven ya que sus prontos y arranques de violencia –y despliega varios en la novela– evocan al del investigador grancanario que reside en la calle Murga. Fuentes, no obstante, se distancia de él en su busca de respuestas, respuestas que den una solución a la muerte de Olga Herrera mientras reconstruye sus últimas semanas de vida. Al mismo tiempo, conoce a la gente con las que ella se relacionó en Lanzarote y se reencuentra con un viejo compañero de armas.

La ceguera del cangrejo brinda también un personal retrato de la isla visto a través de los ojos de otro isleño y muestra durante su recorrido por las distintas realidades que viven en Lanzarote, una agradecida mirada y una notable capacidad para meterse en todos lados.

Con este libro Ravelo explora nuevas posibilidades en un género que está más vivo que nunca, por lo que más que ser una novela negra es una historia de amor con fantasma, César Manrique, en el paisaje volcánico de una isla que atrapa a quien decida conocerla si huye del cartón piedra de las zonas turísticas, esos gigantescos depredadores del territorio.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador

Atención, navegantes

Miércoles, Enero 9th, 2019

Atención navegantes porque comienza el año con interesantes publicaciones con sabor canario, tierra que si no fiuera por algunos de sus capaces sería conocida en el mundo entero por ese aplatanamiento con el que quiso desfigurarla el viejuno de dion Miguel de Unamuno.

Azulia rescata, por un lado, el discurso que impartió don Domingo Pérez Minik en la facultade Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna en 1968 con el título de La condición humana del insular, un librito con medio centenar de páginas de necesaria lectura no solo para los habitantes de las ínsulas sino también de los continentales, esos que no saben lo que es vivir (a)isla(dos) de verdad. El texto apenas ha sido arañado por el paso del tiempo y sobrevive con toda su sabiduría en estos tiempos de franco retroceso intelectual. Y no solo en la tierrra que me vio nacer.

Publicado también por Azulia aparece El archipiélagpo nómada. Un viaje libre y salvaje por las islas Canarias que fiirma José L. González-Ruano, editor de Azulia y viajero impenitente que no impertinente que tiene el buen gusto de contarnos sus experiencias por esos mundos de Dios. En esta ocasión un recorrido que transita entre lo poético y lo real por las siete islas de un archipiélago en el que hay muchos más colores y sonidos de los que uno imagina. Solo hay que abrir los ojos y descubrirlos.

Ángel Marrero Delgado pone el acento fantástico con Kaxalum. El secreto de la ciudad maldita, aventura fantástica con claro acento pulp que debe mucho a la mitología creada por ese gran hechicero de la ficción que fue H. P. Lovecraft. La novela ha sido editada poor Círculo Rojo y hace la sexta de un escritor que aporta con sobresaliente imaginacíón más madera al universo lovecraftiano, poblado de deidades impías y con nombres de complicada pronunciación.

Por último Altrevés presenta la segunda novela de la serie Eladio Monroy en su labor por reeditar las historias que hasta la fecha le ha dedicado Alexis Ravelo a su personaje, un ex marino mercante aficionado a meter las narices donde nadie lo llama. Solo los mujertos es su título y es una buena oportunidad para releerlo o bien conocer a uno de los duros de la última novela negra y criminal que se escribe en España, ese país que se nos perdió hace ahora mucho, demasiado tiempo.

Saludos, buenas lecturas, desde este lado del ordenador

Reeditan la primera novela de un antihéroe canario: Eladio Monroy

Martes, Julio 3rd, 2018

La primera novela de Eladio Monroy, un ex jefe de máquinas de la marina mercante y residente en la capital grancanaria, se publicó en una pequeña editorial en 2006 con el título de Tres funerales para Eladio Monroy. El libro, gracias al boca a boca, se convirtió primero en un fenómeno a escala insular y poco a poco, de prisa pero sin pausas, regional y, finalmente, nacional e internacional.

Alexis Ravelo, el creador de Eladio Monroy, lleva escritas hasta la fecha cinco novelas con el personaje, la última de ellas, El peor de los tiempos, se presentó en 2017 en la editorial Alrevés, sello que a partir de este año, 2018, se ha comprometido a reeditar todas las que protagoniza Monroy comenzando, era lo lógico, por la primera, Tres funerales para Eladio Monroy que cuenta además con un prólogo de Alexis Ravelo en el que explica los orígenes del personaje y un relato inédito, Desde un país cercano a la tristeza, protagonizado por el cliente del bar Casablanca y vecino de la calle La Murga en Las Palmas de Gran Canaria.

Resulta atractivo para los iniciados en las peripecias de Monroy como para los que lo conocerán gracias a esta reedición, encontrarse con un personaje que en esta primera entrega presenta sin titubeos los elementos que, posteriormente, darían consistencia y coherencia a su universo. Universo que forma una atractiva galería de personajes secundarios que volverán a aparecer en las otras novelas como el carácter de un hombre, Eladio Monroy, que se transforma en protector de los más débiles para repartir lo que entiende como justicia.

Los poderosos, como en toda novela de género que se precie, resultan los villanos de la serie y Eladio Monroy una especie de ángel vengador de izquierdas, aunque más que de izquierdas lo que defina a este personaje sea su conciencia social así como la urgente necesidad de reconstruir una relación inexistente con su hija, pieza que es determinantes –aunque ésta aparezca físicamente en la novela– para que se dispare la acción de la primera novela de Eladio.

En Tres funerales para Eladio Monroy aparece su nueva compañera sentimental, Gloria, la parroquia del Casablanca, bar en el que se refugia el ex marinero para leer la prensa nacional y la local si no queda más remedio, y se perfilan algunas de las aficiones que Alexis Ravelo irá desarrollando en otras entregas como es su afición por la cocina y los libros.

Hay otros ingredientes todavía sin madurar desparramados en Tres funerales para Eladio Monroy, pero muchos de ellos se irán cocinando a fuego lento en las nuevas entregas de un personajes cuyas historias resultan adictivas no solo por lo que cuentan y que por una vez se haga justicia en favor de los parias de la tierra, sino por la forma en que está narrada y el protagonismo que ocupa, siempre en un discreto segundo plano, la capital grancanaria, que es la geografía en la que normalmente se mueve el personaje y que en estas novelas es descrita como una suerte de ciudad de provincias que ha ido creciendo con el paso de los años y reproduciendo, solo que con acento de aquí, las mismas enfermedades de otras grandes ciudades en las que el mal coexiste en las novelas de Eladio Monroy en archipiélago que hace años perdió su seguro de sol.

Saludos, ya saben, desde este lado del ordenador

Elio Quiroga inicia el rodaje de La estrategia del pequinés, la novela de Alexis Ravelo

Lunes, Mayo 7th, 2018

Elio Quiroga inicia en mayo y continuará en junio el rodaje de La estrategia del pequinés, la novela de Alexis Ravelo.

La historia se desarrolla en la capital grancanaria y con ella su autor obtuvo el premio Hammett que concede la Semana Negra de Gijón.

La versión cinematográfica estará protagonizada por Kira Miró y Unax Ugalde quienes encarnarán a Cora y Tito el Palmera. El resto de los personajes principales estarán interpretados por Jorge Bosch (El Rubio), Enrique Alcides (Junior), Luis Zahera (Beltrán), Pep Jové (el Gordo), Ismael Fritschi (Larry) y Luifer Rodríguez (Felo).

El guion de la película es de David Muñoz (El espinazo del diablo) y Elio Quiroga; la dirección de producción de Ian Stewart; la de arte de Sergio Hernández y la de fotografía de Juan Antonio Castaño (AEC).

El filme cuenta también con Ángel Fraguela (sonido directo); Beatriz Faura (maquillaje) y Antonella Camponeschi (vestuario), así como de productora asociada a Margaret Nicoll, habitual colaboradora de Quiroga y con Jorge Gimeno Suárez.

Una vez estrenada, La estrategia del pequinés tendrá sus ventas mundiales en exclusiva con la norteamericana Guardian Entertainment, responsable de la distribución a más de treinta territorios de los anteriores largometrajes de ficción de Quiroga, La hora fría y No–Do. La distribución en España correrá a cargo de la empresa Vercine.

Saludos, ganas tenemos ya de verla, desde este lado del ordenador

‘El peor de los tiempos’, una novela de Alexis Ravelo

Jueves, Noviembre 23rd, 2017

“Los tipos como Dorta siempre salen indemnes. Sobre todo si no hay pruebas. Si ha pasado ya un año y medio desde que llegaron al jodido fondo de la infamia. Si los únicos testigos de su vileza son dos fulanillas que han desaparecido del mapa y que, en caso de reaparecer, estarán lo suficientemente asustadas como para no dar testimonio. Un testimonio que, además, se pondría en duda, porque ¿quién va a creer a una puta en un caso así? Ellas, en realidad, nunca son víctimas. Siempre pretenden otra cosa. No hay que fiarse de ellas. Ese era el subtexto que se había podido leer en muchos medios de comunicación en casos similares”.

(El peor de los tiempos, Alexis Ravelo. Editorial Alrevés, 2017)

Alexis Ravelo es un escritor con todas sus letras. Lo demuestra una producción literaria en la que ha probado muchos palos con oficio sin perder un átomo de carácter. Carácter hay, y mucho, en sus novelas criminales pero también en La otra vida de Ned Blackbird y Los milagros prohibidos, donde explora otros géneros con elaborada pericia. O, lo que es lo mismo, con el talento suficiente para contar historias que enganchan, relatos que se leen con adicción porque despiertan el interés del lector.

El escritor regresa a la novela negra y criminal con El peor de los tiempos, donde recupera a Eladio Monroy, un personaje que en esta su quinta entrega se ha vuelto más oscuro, quizá sea cosa de la edad, y cínico y brutal con sus enemigos. Enemigos que no busca pero encuentra en los casos donde mete el hocico.

Estructurada en cinco partes (La chica desaparecida, Palas, La chica muerta, Los dueños de todo esto y La cuartería) Eladio Monroy sigue siendo el mismo Eladio Monroy de siempre aunque ha tenido tiempo suficiente tras Morir despacio, publicada en 2012, de reconciliarse con muchas de las penas que arrastraba desde entonces. El personaje se nos presenta cómodamente instalado en su refugio. Ha hecho una rutina en la que no le falta cariño ni comprensión.

Los escenarios por los que se mueve Monroy vuelven a ser los mismos, aunque bajo una atmósfera invernal y lluviosa que refleja también el devenir errático de un país incapaz de navegar con decencia por estos tiempos que ha tocado vivir, “el peor de los tiempos”, reza el título de una novela que recupera a un hombre que solo quiere que lo dejen vivir en paz, inmerso por amistad (encontrar a la desaparecida hija menor de uno de sus mejores amigos) en una investigación que salpica a una de las familias más acomodadas de la capital grancanaria.

Si en las anteriores novelas de Eladio Monroy se repartía justicia, en El peor de los tiempos Eladio Monroy reparte su peculiar sentido de la justicia. Un sentido de la justicia brutal pero sin dobleces. Bastante canalla si quieren, pero creíble en un personaje que a medida que va descubriendo la sórdida verdad transmite su asco y su necesidad de hacer justicia a los parias de la tierra, a todas esas flores que sí sangran en el silencio de la noche.

No están, precisamente los tiempos, para inclinar la cabeza, y eso hace que el lector empatice con la ácrata ira que invade al personaje a medida que avanza la acción. Un milimétrico y elaborado relato en el que se mezcla miseria, violencia y muerte y en el que se relega a un segundo plano los discursos morales.

Aunque apenas hay moral en la mierda en la que se mete Monroy.

Todo esto y más contiene El peor de los tiempos, una novela que obliga a que nos preguntemos por donde irán a partir de ahora los derroteros del personaje en futuras entregas.

En ésta, las cosas no le han podido ir mejor pero también peor al jefe de máquinas retirado de la marina mercante. Ese tipo capaz de salir de su retiro ante la llamada de un amigo a quien no ve desde hace veinte años y por el cual vuelve a hurgar en las tripas de una ciudad donde nada es lo que parece y a forzar las puertas de los armarios de algunas de sus grandes fortunas, esos vertederos “con clase” donde esconden a sus cadáveres.

El peor de los tiempos es una novela directa, que no se detiene en naderías, por lo que aguanta muy bien el ritmo en sus más de trescientas páginas. Páginas donde Eladio Monroy, muy a su pesar, sale de su refugio para volver a navegar en la inmundicia humana. Una inmundicia que el dinero hace todavía mucho más inmunda.

Más que leerse, El peor de los tiempos se devora porque conmueve y hace posible que por una vez se haga justicia, nuestra justicia que es la de los parias de la tierra. Lo que se agradece en unos tiempos, ya ven, donde lo que se quiere es justo lo contrario.

Saludos, ¡¡¡NO AL CIERRE DEL TEATRO TIMANFAYA!!!, desde este lado del ordenador.