A propósito del puchero narrativo canario

Sábado, Septiembre 10th, 2011

La colección G21 Narrativa Canaria Actual ha iniciado su andadura con la publicación de dos novelas: Murmullo de hojarasca, de José Luis Correa, y Biografía reciclada de Manolito el Camborio, de Cristo Hernández.

Ofrece la pequeña novela de Hernández –apenas un centenar de páginas–  un retrato que sabe a muy poco del protagonista que da título a su obra. Probablemente porque su autor fue consciente que el material que tenía a mano no daba para más.

Una pena.

Esto me hace pensar si será verdad que, pese a los tiempos de crisis que vivimos, estemos asistiendo a una profunda renovación de la narrativa canaria.

Actual.

Es cierto que hay variedad de títulos y que autores no faltan –algunos  dignos a destacar– pero aprecio en la mayoría una aterradora falta de complejidad que podría dar al traste con lo que temerariamente unos llaman fenómeno y yo como un ingrediente más del puchero literario canario.

Ya se ha comentado hasta la saciedad que casi todos estos escritores actuales cuentan con suficiente obra publicada, también que cultivan una variedad de géneros que hasta el día de ayer era como territorio ignoto para los escritores nacidos o educados en las islas.

Pero detecto en la mayoría de los actuales una misma desidia, un dejar o llenar páginas sin itinerario que tritura lo que podría ser un coherente discurso literario.

Estoy en mi derecho como lector de demandar historias que además de estar bien escritas, entretengan.

Que disfrute abriendo las páginas del libro para sumergirme en la profundidad del relato.

Pero algo extraño ha pasado con la Biografía reciclada de Manolito el Camborio.

Siendo una novela corta me ha parecido larga.

Larga pese a su ironía.

Pero lamento escribir que no he encontrado gracia a la ironía ni hacia donde pretendía conducirme con ella.

Esto me hace reflexionar que no encuentro entre los miembros que forman parte de la narrativa canaria actual escritores que ofrezcan una visión de la Canarias actual que me haga pensar.

La mayoría suele perderse en personajes que por norma general protagonizan historias que no van hacia ningún lado, y no porque escriban bajo la tapadera cómoda del experimentalismo sino porque –me da la inquietante sensación– no son capaces de dar el acabado que merecían sus, aparentemente, coherentes y genéricas apuestas literarias.

La Biografía reciclada de Manolito el Camborio parece, en este sentido, un borrador. O lo que comenzó siendo un cuento un ahora aforado ejercicio reciclado de novela corta que se hace larguísima.

Pero lo mismo me pasa con José Luis Correa, quien tampoco apura ni da la consistencia exigible a su Murmullo de hojarasca.

O Javier Hernández Velásquez, que engorda sin propósito alguno su El fondo de los charcos casi como si pretendiera encontrar la clave con la que poder cerrar su ambiciosa novela sobre la capital tinerfeña.

En Los tipos duros no leen poesía, Alexis Ravelo propone una curiosa pero rutinaria novela del personaje Eladio Monroy. 

¿Y?  

Y algo parecido me pasa al digerir el último negro policial de Antonio Lozano, que no es un escritor de la narrativa canaria actual pero sí un narrador canario del que esperaba algo más de su, a mi juicio, decepcionante La sombra del minotauro.

La escritora tinerfeña Yanet Acosta propone una divertida pero primeriza y endeble aventura en su El chef ha muerto.

Y si bien no he comenzado aún a leer la novela Kopi Luwak de Antonio Cabrera Cruz, admito que estoy depositando en ella mis esperanzas tras los apasionados elogios de Nicolás Melini. Un tipo, Melini, con el que comparto algunas complicidades que espero no se frustren.

Deseo que Víctor Conde no me defraude con su última novela, Hija de lobos –título que presenta el próximo 6 de octubre en el Espacio Cultural de El Corte Inglés de Santa Cruz de Tenerife– porque Conde al menos conoce y maneja muy bien las claves del género en el que se mueve…

En cuanto a El guanche en Venecia y Erich el zurdo, de Juan Manuel García Ramos y Domingo-Luis Hernández, respectivamente, encuentro en su lectura exactamente el mismo interrogante que me aqueja con el grupo de narradores canarios actuales: ¿saben de lo que están escribiendo?

Partiendo del principio solidario que está muy bien que, pese a la crisis, estemos asistiendo a un interesante momento literario de la novela escrita en Canarias ¿por qué no dudar si todo lo que se está publicando se trata de verdad de novela?

Es decir, de algo tan simple y complejo como ¿me estás contando de verdad una historia?

Solo puedo decir que, en estos últimos meses en los que he leído mucho de los de antes y actuales narradores canarios. tengo mucha hambre.

Y cuando tengo hambre es porque lo que he digerido no me ha saciado.

Luego concluyo que algo falla y le falta a al puchero literario canario.

Claro que como tituló un amigo que ya es hermano:

“¡Salvemos el puchero!”

Saludos, mis tripas protestan, desde este lado del ordenador.

‘Mistério’ en La Laguna

Viernes, Julio 8th, 2011

Me produce un enorme placer escuchar a un escritor al que sigo con interés y tener la oportunidad de charlar un rato con él. A mi me pasó la noche del viernes 8 de julio en la lagunera librería Mistério, que es uno de esos establecimientos donde además de sentirme muy cómodo porque está especializado en la literatura que más leo, se trata de un local pequeño y acogedor donde también venden excelentes té y café para paladares exigentes.

El protagonista de la noche del viernes fue el escritor Antonio Lozano quien presentó la reedición por editorial Zech de su primera novela, Harraga, una historia escrita en clave de novela negra protagonizada por un joven marroquí cegado por el Dorado europeo.

Lozano leyó algunos fragmentos de Harraga y después mantuvo una animada charla con los que allí nos encontrábamos en la que se habló un poco de todo pero sobre todo de los libros que tiene publicados el escritor: las muy recomendables Harraga y El caso Sankara, así como Donde mueren los ríos, Las cenizas de Bagdad y Preludio para una muerte, primera entrega de las desventuras de su detective José García Gago, personaje que Lozano recupera ahora en su última novela, La sombra del minotauro, que aparecerá este mismo mes en las librerías editado por Almuzara.

Lo mejor de estas presentaciones además de tener la oportunidad de escuchar al escritor invitado es la de departir también con otros narradores como, fue este el caso, Javier Hernández Velásquez, quien en septiembre publicará El fondo de los charcos que se trata de uno de esos títulos que espero como agua de mayo.

Comparto los mismos gustos literarios y cinematográficos con Javier, y tuve la ocasión de conversar un buen rato sobre películas y actores y cineastas que engrandecieron el género por excelencia cinematográfico.

Mientras hablábamos Javier me indicó que Mi nombre es ninguno, protagonizada por Henry Fonda y Terence Hill estaba dirigida por nuestro admirado Sergio Leone, y si bien le dije que no, sembró la duda en mi cabeza lo que me hizo ahora que estoy en casa bucear en la red y, efectivamente, amigo, comprobar que yo tenía razón.

Mi nombre es ninguno es una cinta dirigida por Tonino Valerii (1973).

La próxima vez que nos veamos me debes, Javier, un vaso de Southern Confort sin hielo. O mejor nos tomamos una botella de Southern Confort –sin hielo– a la salud de todos los grandes que hicieron grande el cine del oeste.

En la presentación de Harraga me encuentro también con el cineasta Josep Vlageliú quien me informa que está preparando una película de ciencia ficción.

Ante mi reacción de asombro añade con esa gracia que tiene sello Vilageliú: “una película de ciencia ficción… pero a mi manera.”

No voy a desmenuzar en qué consistirá la historia de Nube 9, que así se llamará la película, pero créanme si les digo que parte de una idea muy atractiva que, me advierte Vilageliú, “seguro que después vas a escribir que falla en el guión.”

Cuando regreso a casa en el tranvía me entran muchas ganas por ver este nuevo trabajo. Sobre todo por el tono que, anuncia el cineasta, tendrá el filme: Lemmy contra Alphaville, de Jean-Luc Godard, una de las escasísimas películas junto Al final de la escapada que tolero del cineasta francés.

Ha sido en definitiva una bonita noche. Llena de misterio en una ciudad como es La Laguna que para quien les escribe continúa siendo aún y afortunadamente un misterio. Solo que ahora lo escribo así: Mistério.

Saludos, fumando, fumando, fumando, desde este lado del ordenador.

Una de literatura y otra de música

Viernes, Julio 8th, 2011

ANTONIO LOZANO PRESENTA HARRAGA EN LA LAGUNERA LIBRERÍA MISTÉRIO

El escritor Antonio Lozano presenta en la librería Mistério de La Laguna la reedición que la Editorial Zech ha hecho de una de sus primeras novelas, Harraga. El acto tendrá lugar este viernes, 8 de julio, a las 20.30 horas.

Harraga fue editada por vez primera hace casi una década en la ciudad de Granada, y relata a modo de rememoración la vida de un joven marroquí que en su intento por salir de su Tánger natal en busca de un mundo mejor, se ve atrapado en una red de corrupción de la que es difícil librarse.

Antonio Lozano, nacido en Tánger en 1956 y establecido en Agüimes, donde organiza el festival teatral Tres Continentes y el de narración oral Cuenta con Agüimes, es licenciado en Traducción e Interpretación y autor de obras como El caso Sankara, Donde muere los ríos y Las cenizas de Bagdad.

La editorial Almuzara editará este mes una nueva novela de Lozano. Se trata de La sombra del minotauro, una historia que transcurre en Gran Canaria y en la que relata el sórdido mundo de las mafias que trafican con mujeres. La sombra del minotauro será la segunda entrega de la serie sobre el detective José García Gago que inició con Preludio para una muerte.

EDUI BERCEDO, EN CONCIERTO

Eduardo Bercedo, o Edui para quienes lo conocen, actuará con su guitarra acústica acompañado de Edhey Sosa y Juanjo Jorganes , en El Generador, Santa Cruz de Tenerife, este sábado, 9 de julio a partir de las 21 horas.

Con Sosa y Jorganes repasará algunos de sus temas y nuevas canciones, algunas de las cuales ha colaborado Rafael Gaomero (Fafe).

También interpretará en directo los temas propios grabados en su último disco, La fiesta de los no invitados.

Bercedo apareció en el panorama musical canario a mediado de los años ochenta como bajista en grupos como Familia Real -el vinilo de esta formación punk tinerfeña cotiza muy al alza en el mercado nacional del coleccionismo- o como vocal y guitarra en La Donna Inmóvil, Signos de la lluvia, Venus en Surf e Innutrios.

Saludos, animándoles a que lo apunten en sus agendas, desde este lado del ordenador.

¿Narrativa canaria? Muy bien, gracias…

Martes, Junio 28th, 2011

No deja de sorprender que, pese a la dichosa crisis, uno descubra en la estanterías de las librerías títulos escritos por gente de aquí no ya editados por editoriales también de aquí sino de fuera.

Recientemente se han presentado, entre otros, Erich el zurdo, de Domingo Luis Hernández, El guanche en Venecia (me comentan que ya se ha agotado la primera edición y que está en prensa la segunda), del profesor Juan Manuel García Ramos; Los tipos duros no leen poesía, de Alexis Ravelo y La casa de las flores rotas, de Juan Andrés Herrera, primera novela de su autor que a este que les escribe no le ha dejado para nada indiferente.

Tras el paréntesis vacacional, se anuncia la publicación en septiembre de los últimos trabajos literarios de José Luis Correa (Murmullo de hojarasca) y Cristo Hernández (Biografía reciclada de Manolito Camborio) dentro de la colección Generación 21, y en Baile del Sol la novela El fondo de los charcos de Pedro Javier Hernández Velázquez, títulos de los que ya nos hicimos eco en un post anterior.

Me informan que en octubre y en la colección Generación 21 se publicará  una novela de JRamallo que, a tenor de lo que me han soplado los que han tenido la suerte de leerla, promete.

Nuestro escritor especializado en fantasía y ciencia ficción Víctor Conde volverá a publica una vez más con Minotauro-Planeta. Se trata de Hija de lobos, relato sobre licántropos y Víctor Álamo de la Rosa tras reeditar El año de la seca con Tropo Editores, repite con la misma editorial pero ahora con un libro de relatos: Mareas y murmullos.

En Tropo Editores también se dará a conocer La trama del arquitecto, de Juan José Delgado mientras que Antonio Lozano –que presenta el próximo viernes 8 de julio en la lagunera librería Mistério la nueva edición que la pequeña pero valiente editorial Zech ha hecho de Harraga, novela que se publicó por primera vez en 2002– espera que Almuzara ponga a la venta precisamente en julio La sombra del minotauro, una historia que transcurre en Gran Canaria y en la que relata el sórdido mundo de las mafias que trafican con mujeres.

Para iniciados en la obra de autor, informar que La sombra del minotauro es la segunda (y eperadísima por los aficionados) entrega de la serie sobre el detective José García Gago que inició su autor con Preludio para una muerte.

Y sí, lo sé… No he mencionado a ninguna mujer.

Saludos, no están obviamente todos los que están, desde este lado del ordenador.

Como un gato en Tarifa

Lunes, Junio 20th, 2011

Tarifa, el punto más meridional de la península ibérica, debe tener como unos 20.000 habitantes aunque en verano “quillo, se duplica su población” me informa un tarifeño con marcado acento andaluz nada más llegar.

Lo primero que sorprende de esta pequeña población es, como me pasa con otros pueblos gaditanos de la costa, la laberíntica geografía de su parte vieja, un conjunto de pequeñas casitas que se alzan en pequeñas y laberínticas callejuelas que cuando llegas como aprendiz parece que se diseñaron para confundirte.

Esta disposición tiene algo de judería y morería, y si fuiste de los que siguió con atención las lecciones de Historia que te enseñaron siendo un niño, recordarás que aquí fue donde cuentan que Guzmán el bueno prefirió sacrificar a su hijo el bueno, preso entonces de las tropas invasoras que venían del otro lado del mar, al ponerlo en la tesitura de rendir la plaza a cambio de su vida.

El castillo de Guzmán el bueno es uno de los atractivos turísticos de este pueblecito apacible que mira de frente la costa de Marruecos, literalmente a un tiro de piedra.

El caso es que Tarifa acoge desde hace ochos el Festival de Cine Africano (FCAT), una cita obligada para todos aquellos que quieran conocer por donde se mueve tan interesante pero también desconocida cinematografía bajo la sombra del Bueno de Guzmán. 

Por estas fechas, el pueblo queda así invadido por cineastas, actores, periodistas y aficionados que ocupan el pueblo (sin necesidad de sacrificios) para ver cine, asistir a mesas redondas y degustar la ya de por sí deliciosa gastronomía de la zona.

Por esas extrañas circunstancias que a veces te depara el destino, he tenido la oportunidad de asistir este año a este encuentro multicultural y a regresar a las islas con esa tonta sensación –que solo procuran los viajes productivos– de haber crecido como persona.

Sea porque conoces en unos pocos días a gente de otros sitios. Sea porque callejeas por un lugar que desconoces hasta hacerlo tuyo o sea porque tienes esa maravillosa sensación de que el mundo es gigantesco (aunque te encuentres en un pueblo diminuto) mientras mandas a paseo las enojosas caenas que me caracterizan como habitante de esta, ay Canarias, tierra mía.

En Tarifa he tenido la oportunidad de charlar largo y tendido sobre cine italiano con una señorita que no sabía hablar español aunque al final la frontera idiomática quedara triturada.

Me recomendaba, entre otras cosas, que no me perdiera las películas de la serie Fantozzi no sin advertirme antes que se trataban de comedias muy, pero que muy ligeras pero también muy divertidas protagonizadas por Paolo Villaggio.

También la de compartir mesa y mantel con el escritor senegalés Boubakar Diop (que estará con nosotros en el III Salón Internacional del Libro Africano, a celebrar en Tenerife del 21 al 25 de septiembre), y si bien mi francés aún no pasa del oui, entender lo que iba narrando a medida que la tarde era devorada por la noche tarifeña.

O enterarme de primera mano de cómo va el cine africano de nuestros días por boca de algunos de sus protagonistas. Gente que parecían uno más en este extraño y mágico punto de la costa peninsular.

La sorpresa fue encontrarme en un  tablado improvisado instalado en una calle, donde un dueto interpretaba flamenco con una señorita que lo bailaba con arte, a Teodoro Ríos igual de entusiasmado de quien les escribe por el hechizo de Tarifa.

Teodoro me cuenta que estaba en el FCAT con la intención de atar compromisos para el que será el primer largometraje de Guillermo Ríos, una historia basada en los niños soldados.

Alguien de la organización me informa que el mismo día que aterrizo en Tarifa, David Baute, documentalista y uno de los responsables de Miradas Doc, también estuvo por aquí.

Por unos momentos, solo por unos de esos momentos que merece la pena congelar, tengo la sensación de que estoy dentro de un sueño y que me deslizo por él tontamente feliz escuchando de fondo una mezcla de francés con español andaluz moteado caprichosamente de un inglés que viene a modo de ráfagas que exhala una realizadora keniata con pinta de gacela que anuncia que intenta poner en marcha la primera película de ciencia ficción africana.  

En definitiva, que han sido cuatro días intensos y provechosos para el cuerpo y el alma. Cuatro días que me han permitido olvidarme de mi otra realidad y por lo tanto endulzar una existencia que tampoco, demonios, está tan mal.

Con el profesor Alberto Elena Díaz charlo sobre las colonias españolas en África y de cómo las reflejó el cine español en pantalla.  

Con Antonio Lozano hablo de novela negra y coincido con el también escritor Pablo Martín Carbajal en que la noche de Tarifa tiene algo muy especial.

La noche de Tarifa es arrolladora y viva.

No descansa.

Así que viniendo de un lugar donde solo te dejan ver la luna hasta primeras horas de la madrugada, compruebo en Tarifa que aquí la puedes seguir contemplando si lo deseas hasta primeras horas de la mañana.

Es verdad que las numerosas terrazas que se desparraman por sus calles y plazas tienen que cerrar oficialmente a las tres de la madrugada, pero también es verdad que puedes cenar a la una o las dos de la madrugada antes de que la policía local ordene la clausura bajo amenaza de multa.

En el aire queda siempre, inevitablemente, ese delicioso olorcito a pescaíto frito como solo saben freírlo en la provincia de Cádiz, pero es que aún digiriéndolo puedes refugiarte en uno de los innumerables pubs abiertos y diseminados en este pueblo amurallado que Guzmán (que dicen fue bueno) no quiso rendir pese a que eso significara que degollarían a su hijo.

Probablemente el vástago pensara antes de sentir la daga moruna cercenar su garganta: ¡Hijo de puta!

Pero así se escribe la Historia.

Guzmán es bueno. Los moros son malos y de su hijo el bueno nadie se acuerda.

Veo la estatua que Tarifa le ha dedicado a Guzmán y siento escalofríos porque en una de sus manos porta la daga que tiró antes de rendir la plaza.

Así se escribe la Historia.

Se lo cuento así a una francesa voluntaria del festival mientras miramos las titilantes luces de la costa marroquí. Y le recuerdo que tan amarga experiencia se repitió mucho tiempo después pero en Toledo y en plena Guerra Civil.

¡El Alcázar no se rinde!

Quizá por eso, y mientras jugamos a buscar colores a países que mencionamos exclama cuando le pregunto por España: Rouge!

No, le respondo, Noire!

El sábado fue la ceremonia de clausura del FCAT en la Casa de la Cultura de Tarifa. El salón estaba hasta la bandera.

La gala contó como maestros de ceremonias con la actriz Rossy de Palma y el actor Ángelo Torres, quienes aportaron grandes dosis de sano cachondeo a la sesión.

Pero no fue su improvisación para salvar los fallos típicos que se producen siempre lo que me llamó la atención. Lo que me abrió los ojos de verdad fue la reacción del público asistente, las ovaciones que brindaron a los premiados y sobre todo los gritos salidos de tono que más de uno exclamó, para que me diera cuenta que Tarifa es un pueblo que sabe que lo lúdico y lo cultural deben de ir unido.

Que la cultura, en definitiva, debe ser siempre una fiesta.

Saludos, recordando que vivo en una tierra donde también se toca el tambor, desde este lado del ordenador.

Noticias sobre ese cine que tanto nos (dis)gusta y una pieza más…

Miércoles, Mayo 11th, 2011

CORTOS QUE NO SON LEVES O SÍ SON LEVES (YO QUÉ SÉ A ESTAS ALTURAS)… EN TEA

TEA Tenerife Espacio de las Artes en Santa Cruz de Tenerife acoge el jueves 12 de mayo una muestra de cortometrajes realizados en las Islas.

En esta sesión, nuestro particular capitán Ahab, Josep Vilageliú, presentará Reflejo en rojo y el realizador Pedro García La brecha abierta del tiempo. La sesión se completará con un trabajo de David Delgado San Ginés, Filmología imaginaria, y con un filme realizado en 2004 por Daniel León Lacave, Hanna después del tiempo.

La entrada a esta proyección, que dará comienzo a las 20 horas, es gratuita, previa retirada de las invitaciones en la taquilla del centro y hasta completar el aforo del Salón de Actos.

La primera de las películas programadas, Reflejo en rojo, cuenta en  su reparto con Miguel Ángel Rábade, Marina Delgado, Chantal Rodríguez y Claudio Trina. Dirigido por Josep Vilageliú, este cortometraje de 18 minutos, recoge la historia de una pareja que decide citarse en el Museo de Historia de la ciudad, ubicado en un antiguo palacio. Se sienten culpables por algo que ha ocurrido. Pero no están solos, una joven pareja de turistas se pasea también por las salas vacías del museo.

La brecha abierta del tiempo, de Pedro García se rodó en dos tardes con un equipo mínimo y está protagonizado por Nayra Ortega y David Delgado, se centra en una pareja y en los caminos que ha tomado su relación.

Filmología imaginaria, de David Delgado San Ginés, se estrena en TEA Tenerife Espacio de las Artes en su nueva versión, tras los cambios realizados después de su pase en la pasada edición del Foro Canario. El encuentro accidental con una cámara propicia a un hombre la posibilidad del cine. Pero, ¿qué es realmente el cine y cómo afrontarlo?

Hanna después del tiempo, de Daniel León Lacave, es un cortometraje rodado en 2004 que, según publicita TEA en su página web, “es un cine que pertenece a otra época, a otro concepto y a otra manera de hacer las cosas” (¿?). Obviamente, las interrogaciones encerradas en paréntesis son nuestras…

ESTÁ BIEN, ESTÁ MUY BIEN

Felicito a los integrantes de la Asociación de cine Vértigo por el ciclo Cine hecho en Canarias, que este lunes exhibirá en CICCA, en la capital grancanaria, películas de Roberto Rodríguez del Castillo a partir de las 19.30 horas.

La sesión incluye los filmes El punto cubano, El último molino, La última foliaEl reencuentro, Ayer y hoy de la cerámica palmera y Pueblo en flor. Punta Gorda.

Se podrán ver, además, las obras de Enrique de Armas Pérez que no se pudieron exhibir el lunes 2 de mayo: Ilusión (1972) y Los campesinos y su romería (1972).

Roberto Rodríguez del Castillo nació en Puntagorda en 1932 y durante su vida ha cultivado diversas facetas artísticas, como la pintura, la fotografía y el cine. Miembro de la Asociación de  Cine Amateur de Tenerife, su trabajo cinematográfico destaca por su valor histórico, paisajístico y etnográfico.
Cine hecho en Canarias proyectará el lunes 23 de mayo varias películas de Abesinio Beltrá García (Gran Canaria).

Y NO ES CINE SINO UNA NOVELA…

Hace unas semanas, charlando con el responsable de BCNegra y de la librería Negra ycriminal de Barcelona, Paco Camarasa, en Los Cristianos, me comentaba el entusiasta librero las ganas que tenía que se reeditara Harraga, novela de Antonio Lozano.

No sé como le sentará a Camarasa saber que Harraga vuelve a editarse aunque al  alemán, en la pequeña pero agitadora editorial ZECH. Aunque tranquilidad y buenos alimentos, amigo Camarasa, porque la misma editorial también lo reeditará en castellano, título que su autor presentará junto a la editora en la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife (Para García Sanabria) el viernes día 27 de mayo a las 20.30 horas.

Más información, bibliografía y foto de la portada: http://www.editorial-zech.com/prensa.htm.

Saludos, escuchando de fondo a los necesarios The Kinks, desde este lado del ordenador.