Archive for Noviembre, 2022

Archipiélago, una novela de Inger-Maria Malhke

Miércoles, Noviembre 30th, 2022

La literatura que se escribe en estas tierras fragmentadas no cuenta con demasiadas novelas río que nos narre la vida de varias familias y de paso de la isla que habita a través de sus diferentes generaciones. Es verdad que en los últimos años han ido apareciendo libros bajo esta premisa pero todavía sigue siendo un terreno vedado para la mayoría de los escritores y escritoras de las islas, reacios a escribir historias que requieran además de un enorme esfuerzo de documentación, talento para que los lectores no decaigan su atención en obras que, por norma general, resultan muy generosas en páginas pero poco entusiastas por enganchar el entusiasmo del lector.

Lo ha intentado con resultados más que notables una escritora alemana, Inger-Maria Mahlke con Archipiélago (Vegueta, 2022), novela que recibió el Premio Alemán del Libro 2018, que se trata de un ambicioso y complicado fresco en torno a varias familias tinerfeñas que convergen unas con otras con el paso de los años.

El estilo que ha escogido la escritora para narrar esta especie de crónica de la nada hecha pedazos es el cronológico, solo que al revés. Es decir, la novela comienza en 2015 y finaliza en 1919, un amplio arco temporal (2007, 2000, 1993, 1981, 1975, 1970,1963, 1957-58, 1950, 1944, 1936, 1935, 1929) en el que aparecen y desaparecen las distintas familias que protagonizan este ambicioso retrato político y social tinerfeño, ya que los protagonistas, abuelos, padres e hijos, e hijos, padres y abuelos, proceden de clases sociales diferenciadas.

Ante la enormidad de esta aventura, de esta odisea que es la vida, Inger-Maria Mahlke, consciente de la cantidad de personajes que maneja deja un árbol genealógico al inicio del libro con la idea de que el lector no naufrague en un texto caudaloso, bien escrito y traducido por José Aníbal Campos, traductor cubano que conoce bien las entrañas del monstruo tinerfeño porque habitó en ellas no hace demasiado tiempo, y parte de esa sustancia se refleja en una obra monumental y muy bien documentada pese a que se cuele algún desliz.

Por el libro desfilan el conflicto sahariano, con el que está tan unido sentimentalmente gran parte de la población de las islas; la corrupción urbanística, el frustrado golpe de Estado de febrero de 1981, el control del agua, la Guerra Civil y la represión, franquista, entre otros vientos de la Historia y forma cada año como capítulos de un relato común pero desvertebrado como las islas de un archipiélago.

La intención de la autora no es, sin embargo, perderse en el contexto en el que se ven envuelto los protagonistas pero tampoco cuida demasiado una trama que se dispersa y que no termina de cerrar con la determinación que uno esperaba. Con todo, Archipiélago se merece todos los respetos y algún que otro parabién porque el esfuerzo realizado es titánico y por encima de muchas cosas más, me atrevería a decir que pionero en las letras que se escriben en y sobre este archipiélago abandonado de la mano de los dioses.

A través de las diferentes familias que aparecen en la novela, Inger-Maria Mahlke trata muchos de los temas que han forjado a la capital tinerfeña como ciudad. También retrata con cierta profundidad las relaciones que se producen entre sus vecinos y los visitantes que, episódicamente, recalan en esta isla. Pasa de puntillas por algunos temas de calado en la formación de lo que podríamos denominar entidad tinerfeña pero por otro muestra sin pudor las virtudes y miserias que caracterizan a sus gentes. Lo mejor que hace la autora, en este sentido, es que no juzga a sus personajes, los retrata como lo que son, seres humanos atados a un pasado del que no terminan de liberarse.

Pese a su número páginas, supera las quinientas, y a la estructura con la que se sostiene la obra, es muy recomendable leerla por sus ambiciones, su necesidad de sintetizar la historia en la que se producen los distintos pecados familiares que lastran las vidas de sus protagonistas. Y eso que cuando no iba aún por la mitad pensé que resultaría poco posible que me sumergiera en una novela que hace relato con la ciudad en la que vivo y, al mismo, tiempo, de la isla en la que habito. Se aprecia, además, que la escritora conoce lo que escribe y que pasó largas temporadas en este territorio con seguro de sol pese a que a veces se le cuele alguna reflexión fuera de tono, equivocada porque su mirada no deja de resultar ajena.

En otras ocasiones, por el contrario, sí que sabe convencer a quien conoce la geografía física pero también humana y sentimental de los habitantes que vivimos en estas islas que forman ese Archipiélago al que pienso que se refiere la escritora: un fresco en el que pesa sobre todos los protagonistas la sombra de una discordia que no han sabido (o no han querido) resolver. Ya se sabe que pueblo chico, infierno grande, aunque la gravedad que arrastran algunos de estos clanes que radiografía a lo largo y ancho de la aventura justifique la mayor parte de las veces sus comportamientos por equivocados que resulten.

Archipiélago forma parte así de una literatura digamos que canaria que se firma con otro acento. Una curiosidad tremendamente atractiva (nos permite conocer cómo nos ven unos ojos que no son de aquí aunque sean medio de aquí) sobre un territorio fragmentado no solo en el mapa físico sino también sentimental de una población en la que todo el mundo, ay, cree que conoce la historia de su vecino. Es decir, sus grandezas y miserias pero sobre todo sus flaquezas. Esas mismas flaquezas de las que parecen que no pueden librarse para mirar al futuro cara a cara tras haber superado los pesos que lo ataban y atan a un pasado que no termina por olvidar ni por supuesto asumir.

Saludos, sin fumar espero a la novela que yo más quiero…, desde este lado del ordenador

Dando la nota

Martes, Noviembre 29th, 2022

Pieles sensibles, de Mª Candelaria Pérez Galván se presenta este miércoles, 20 de noviembre, en el Real Casino de Santa Cruz de Tenerife (ubicado en la Plaza de la Candelaria). El libro ha sido editado conjuntamente por las editoriales Aguere e Idea. Participarán en el acto: María Candelaria Pérez Galván (autora), María José Chivite de León (profesora de la Universidad de La Laguna) y Anghel Morales García (editor). La entrada será libre hasta completar el aforo.

El escritor canario Miguel Aguerralde publica El jardín secreto, una novela de crimen y misterio ambientada en el sur de Lanzarote. En un acercamiento al subgénero whodunit, tan popular gracias a los trabajos, por ejemplo, de Agatha Christie, a juegos de mesa como el Cluedo o la películas como Puñales por la espalda, el escritor Miguel Aguerralde plantea un misterio criminal como punto de partida para un emocionante juego del gato y el ratón entre investigadores y sospechosos.

La Poeteca de Canarias continúa su programación cultural con la presentación y lectura del poemario El llanto del demiurgo, de Ramiro Rosón. El evento tendrá lugar el próximo viernes 2 de diciembre, a las 19:00 horas, con entrada libre, en el quiosco del parque Javier Fernández Quesada (antiguo parque Los Dragos), que se encuentra en la zona centro de La Laguna y al que puede accederse desde las calles Heraclio Sánchez y Doctor Antonio González. El acto contará con la presencia de Ramiro Rosón, autor del libro y coordinador de La Poeteca de Canarias, y con la escritora María Teresa de Vega como presentadora. El llanto del demiurgo es el cuarto libro de poesía del autor, después de la publicación de Tratado de la luz (2008), La simiente del fuego (2016) y Ruinas del paraíso (2017),

Dulce Xerach Pérez presenta la cuarta entrega de la serie que protagoniza María Anchieta, Muerte en la Bienal de Venecia. Se trata de una mezcla de ficción y realidad, que combina personajes reales, como Cecilia Alemani, comisaria de la célebre Exposición internacional de Arte y la primera mujer italiana en dirigirla; galeristas y artistas, con aquellos surgidos de la imaginación de la autora. Muerte en la Bienal de Venecia cuenta con edición al italiano y se publica también en Colombia, a través de la editorial Oveja Negra.

Saludos,otra vez, desde este lado del ordenador

El IV Mandamiento, un libro de Damián Marrero Real

Lunes, Noviembre 28th, 2022

“Mi madre, en sus ataques de ira, me parecía un ser sobrenatural , dotado de una fuerza inmensa, de un poder ilimitado. Un alien que acechaba detrás de las puertas y exhalaba un aliento frío y cortante”.

El IV Mandamiento, Damián Marrero Real, Ediciones Mesturadas, 2022

El caso de Damián Marrero Real en la república de las letras podría resultar más o menos insólito porque, que nos conste, publica sus primeros libros con edad madura, como si de repente los cantos no siempre de sirena de la literatura llamaran a su puerta para que volcase todo el mundo interior que lleva dentro en páginas y páginas que, hasta la fecha, van desde el ensayo riguroso y con ganas de pelea –con obras como Piel de papel, una encendida defensa de los libros de papel por encima de los digitales y Crónicas del aire, donde cuenta sus experiencias hospitalarias a la espera de un transplante– a los estrictamente literarios, con novelas como Leyeron con las botas puestas y ahora El cuarto Mandamiento (Ediciones Mesturadas, 2022), que se trata de una reedición muy cuidada y que incluye fotografías de Martina Marrero García, que gira en torno a un personaje, Teo, que además de escribir y contarnos episodios de su vida a propuesta de su psicóloga, lleva camino de ocupar un puesto muy destacado no solo en las literaturas que se escriben en estas tierras sino también en las que se escriben en otros territorios.

El escritor tiene la habilidad de hacerlo creíble y como tal, y a pesar de que la historia se narra desde su punto de vista, resulte casi al mismo tiempo tan encantador como odioso.

Por un lado está su sentido de observar lo que le rodea con una más que estimable ironía, una ironía que hace pensar y, por otro, que estamos ante un libro osado y valiente. Y ácido también sobre un asunto tan delicado en nuestra cultura como es la familia. El título, en este caso, no puede ser más acertado y, al mismo tiempo, irónico: El IV Mandamiento, aquel que reza “honrarás a tu padre y a tu madre”.

La novela se convierte así en una historia de encuentros y desencuentros, de retrato familiar y de pareja que roza en ocasiones el esperpento y de un libro que observa todo lo que toca, todo lo que describe, todo lo que conoce, con una mirada socarrona que no decae ni cae, por fortuna, en la más torpe de las burlas, que es la que provoca el gracioso, el responsable de esas risas tontas que evita como la peste la de reírse de uno mismo.

He leído El IV Mandamiento con una sonrisa boba dibujaba en los labios, asombrado porque siempre me asombro cuando un libro es capaz de alegrarme y entristecerme el día. Y si me procura alguna carcajada y otras tantas lágrimas, tantísimo mejor. Y eso es lo que consigue la lectura de esta novela singularísima, repleta de cargas de profundidad que estallan cuando uno pensaba que era imposible superarse en el capítulo siguiente. Es verdad que apreciaba la narrativa de Damián Marrero Real pero es que en El IV Mandamiento se supera, consigue lo más difícil todavía que es engatusar al lector, hacerlo cómplice de la historia que nos cuenta su protagonista, un tipo que anda bastante desubicado aunque su visión del mundo, de lo que lo rodea, esté teñida de una individualidad que nace de lo más profundo.

Merece la pena adentrarse en este libro que no supera el centenar de páginas para darse cuenta que se pueden contar muchas cosas sin necesidad de engordar con páginas y más páginas la novela. Y Damián Marrero Real lo hace. Lo mastico con El IV Mandamiento, título que encuentro muy superior a Leyeron con las botas puestas aunque sea consciente que se tratan de dos novelas radicalmente diferentes, de dos libros que se miran uno a otro en la lejanía aunque estén escritos por el mismo autor.

Esta distancia demuestra no obstante que estamos ante un escritor que cambia con bastante facilidad de palos con resultados la mayor parte de las veces brillantes. Lo mismo sucede con sus ensayos, si uno propone un conmovedor alegato en defensa del libro de papel por encima del digital, en el segundo retrata autobiográficamente un momento en el que tuvo que detenerse, mirarse a los ojos frente al espejo y aceptar el desafío de mostrarse desnudo no solo ante sí mismo sino también ante el mundo.

Pero si hay dos grandes protagonistas en este libro además de su narrador protagonista son sus padres, aquellos a los que hay que honrar con sus grandezas y con sus defectos.

“Mi padre tenía tendencia a la rutina. Comía siempre en el mismo plato y con el mismo vaso. Usó el mismo cinturón durante treinta años. Condujo siempre el mismo coche. Se levantaba a la misma hora aunque no tuviese que trabajar”.

No sé que nos deparará en el futuro literariamente hablando Damián Marrero Real pero si se trata de libros como El IV Mandamiento que se preparen sus lectores, sean iniciados como profanos, porque se aprecia que detrás de cada una de las páginas que dan vida a esta obra se encuentra un escritor de los pies a la cabeza. Un escritor, además, que al contrario de otros escritores se confiesa lector por encima de escritor. Y ese amor por los libros queda reflejado en Piel de papel y Murieron con las botas puestas. También en Crónicas del aire y menos, mucho menos en El IV Mandamiento donde la familia no tiene nada que ver con la que nos han vendido y aún venden: es otra cosa. Sueño para unos, pesadilla para otros.

“En cualquier caso, criado en un entorno de humillación y violencia, tendía a pensar que esa era la tónica dominante. En alguna ocasión, cuando tenía la rara oportunidad de visitar la casa de algún niño de mi edad, mi acusado sentido de la sospecha me llevaba a pensar que esas relaciones ocultaban algún secreto inconfesable. No podía ser cierta tanta armonía familiar, tantas demostraciones de cariño que seguramente eran una tapadera que disimulaban algún drama terrible”.

Saludos, a leer, que son dos días, desde este lado del ordenador

Albert Serra, MiradasDoc y Laura Mas

Viernes, Noviembre 25th, 2022

Entre hoy y mañana, 25 y 26 de noviembre, se desarrollará en los Cines Price Prime de Santa Cruz de Tenerife la segunda parte de las Jornadas de montaje cinematográfico que arrancaron a finales de octubre. La información y la matrícula se realiza a través de la web www.programadecine.com. Las entradas a precio reducido de 4 euros se podrán adquirir en la taquilla del cine Price Prime.

Alcarràs (2022). Proyeccción el día 25 de noviembre a las 19:30 y posterior coloquio con la montadora Ana Pfaff moderado por Jamie Weiss (productor de El Viaje Films). 

Es el segundo largo de Carla Simón, con el que ha ganado el Oso de oro histórico en el Festival Internacional de Cine de Berlín, es candidata a Los Oscar y cuenta con tres nominaciones  a los premios del cine europeo. Es la primera vez que se podrá ver la película en Canarias en VOSE en la gran pantalla. 

El filme cuenta con la historia de la familia Solé, que e durante generaciones cultiva una gran extensión de melocotoneros en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña. Pero este verano, después de ochenta años cultivando la misma tierra, puede que sea su última cosecha.

Pacifiction (2022). Proyección el día 26 de noviembre a las 18:30 y posterior coloquio con el director Albert Serra y la montadora Ariadna Ribas, moderado por José Alayón (director de las jornadas y de la productora El Viaje Films).

Albert Serra es uno de los grandes autores del mundo actualmente. Él y Pedro Almodóvar son los únicos directores españoles que han participado en la sección oficial del Festival de Cannes en la última década.

Ambientada en la isla de Tahití, en la Polinesia Francesa, cuenta la historia del Alto Comisario de la República, De Roller, representante del Estado francés, un hombre calculador de modales impecables. Tanto en las recepciones oficiales como en los establecimientos ilegales, no deja de tomar el pulso a una población local cuya ira puede despertarse en cualquier momento. Y más aún cuando un rumor se instala: parece haberse avistado un submarino, cuya presencia fantasmal podría anunciar una reanudación de los ensayos nucleares franceses.

Por otro lado, las montadoras Ana Plaff (Alcarràs, 2022) y Aridana Ribas (Pacifiction, 2022) impartirán sendas masterclass el sábado 26 a los inscritos en la parte formativa de las jornadas, con el objeto de conocer más del proceso de montaje, reflexionar sobre la reescritura de las películas de ficción en postproducción y el trabajo junto al director.

Pero no se me vayan que hay unas cuantas cositas más…

MiradasDoc Market reafirma su papel como uno de los principales mercados de España para la producción de cine documental desde Canarias, facilitando el encuentro presencial entre realizadores y representantes de fondos para la financiación de proyectos, festivales, televisiones, plataformas de streaming, distribuidoras y agentes de ventas, con el fin de propiciar que las y los documentalistas seleccionados consigan financiación y posicionar los relatos del eje Sur-Sur en el mercado global.

Los diez proyectos que participan en la XVI edición de DocSur son: Un lugar seguro, de Milena Castro y Magdalena Hurtado (Chile); Laureano, de Claudia Ccapatinta (Perú); The Shire, de Juan Manuel Bugarín (Argentina); Millonaire, de José Isla y Felipe Isla (Chile); Casas Muertas, de Rosana Matecki (Venezuela); Trash Cementery, de Firas Rebiai (Túnez); Kongo is burning, de Arnold Aganze (Uganda y República Democrática del Congo); Adoum’s Scasr, de Ben Gordon (Camerún, Nigeria, Niger, Algeria, Marruecos y España); The girls of the industrial, de Cecilia Montagut (España), y Landowner, de Rodrigo Demirjian, (España, Canarias).

Por su parte, la VI edición de Anidoc Sur, dirigida a proyectos de documental de animación en curso cuyas historias se centren en temas del Sur Global, o relacionados con África o América Latina, contará este año con la participación de seis proyectos: Field Marshal, de Abid Sarkar Sohag (Bangladesh); Misioneros de internet, de Leandro Barneche (Uruguay); Nahota e a Sereia, de Yara Costa (Mozambique); L’ILOT, de Stephanie Saxemard (Martinica); Le Mur de la mort, de Sabir Amine (Marruecos); Viajes Alrededor del Mundo, de Francisco Greene (Chile).

El mercado internacional para profesionales del cine documental que miran al Sur cerró su XVI convocatoria con más de un centenar de proyectos inscritos, de los cuales, dos de los veinticuatro seleccionados son producción de canaria (Tourmalet Films y Siroco Factory). Con todos ellos se trabajará en la formación y asesoramiento, con reuniones individuales, sesiones de pitch (presentaciones públicas del proyecto) y sus correspondientes premios ofrecidos por MiradasDoc, productoras y festivales colaboradores.

Y algo de literatura, por los dioses…

Olimpia, madre de Alejandro Magno, es la protagonista de Olimpia, de la escritora y periodista grancanaria Laura Mas, obra que presenta este viernes a las 19 horas en la Biblioteca Insular de la capital grancanaria, acompañada por el escritor Carlos Battaglini.

Saludos, c’est fini, desde este lado del ordenador

Se hace saber…

Jueves, Noviembre 24th, 2022

* La sala capitular del convento de Santo Domingo, en la ciudad de La Laguna, acoge este jueves, 24 noviembre, la presentación del libro Un idioma sin mancha. Cien caminos en busca del español correcto (Penguin Random House, 2022), del escritor y periodista Ramón Alemán Gutiérrez. El acto comenzará a las 18 horas, momento en el que la concejala de Cultura del Ayuntamiento lagunero Yaiza López Landi, mantendrá un diálogo con el autor de la obra.

* También en La Laguna y a la misma hora, la sede del Instituto de Estudios Canarios, Casa de Ossuna, acoge la presentación de la novela La llave del espejo (Versal, 2022) de la escritora Pilar Torres, y obra por la que fue finalista al premio Nadal. La escritora estará arropada en el acto por las también escritoras Fátima Martín, Ana Belén Hormiga y Pilar Torres.

Saludos, see you later, aligator, desde este lado del ordenador

Pablo Milanés, el trovador que se fue

Miércoles, Noviembre 23rd, 2022

A Pablo Milanés se le quería más que a Silvio Rodríguez. Eso saqué en claro estando de visita en la ciudad de las cien mil columnas, La Habana, la majestuosa capital de Cuba que se desmorona con indefinida dignidad año tras año. A la gente de la calle le gustaba el negrito porque lo sentían como alguien cercano… Silvio además de blanco presumía de arrogante cantautor. Una desventaja en un país como Cuba donde a mal tiempo, buena cara y en la que la segregación pese a que oficialmente no exista, sí que se mantiene en una sociedad más que revolucionaria, esquizofrénica, que así fue como me la definió na amiga en la cocina de su casa mientras calentaba un poco de leche que había comprado horas antes en una tienda para turistas, abastecida, vergonzosamente occidental, ajena a la precaria realidad de la calle.

En mi casa, no obstante, siempre se escuchó a Silvio y no a Pablo de quien me sabía versos sueltos de algunas de sus canciones como Yolanda o Yo no te pido… entre otras muchas que compuso e interpretó el artista a quien metieron en los años 60 en las cárceles cubanas no por cuestiones políticas sino por vender y consumir marihuana. Así lo cuenta el periodista Pierre Golendorf en un libro, Siete años en Cuba. 38 meses en las prisiones de Fidel Castro que hizo mucho dinero en su momento. Lo tengo en casa, la portada es roja y aparece el comandante en jefe y un plano dibujado de Cuba.

Pablo Milanés fallece en Madrid y las redes sociales se inundan de mensajes de condolencia. Se lo merecía el cantante aunque la mejor manera de recordarlo sea escuchando su música, su potente voz… En los últimos años le dejaron que se montara un estudio privado en un país en el que (dicen) no existe la propiedad privada para sacar adelante proyectos y a cantantes de distinto sexo que le impresionaran. No sé cómo quedó ese negocio. Si sigue adelante o quebró como quiebran las cosas buenas. Espero que no.

Ignoro además si hubo rivalidad entre Silvio y Pablo. Si la hubo no me enteré aunque con el paso de los años a mi también terminó por caerme mejor Pablo que Silvio. Y no solo por una rueda de prensa a la que asistí en la que Silvio Rodríguez no admitía preguntas que le obligaran a dar su impresión de la revolución castrista sino por lo que previamente me habían contado los cubanos que conocí en La Habana. Uno me dijo que había detenido un concierto en el teatro Karl Marx de la capital cubana porque le molestaba el murmullo del público, otros, anécdotas que no sé si serán verdad pero que ya conforman una mitología negra con nnombre y apellido, Silvio Rodríguez, dentro y fuera del país.

Al margen de cómo caiga uno y el otro, el caso es que fallece Pablo Milanés y más que lamentar recuerdo otro tiempo donde lo que se escuchaba en determinados círculos eran las canciones de la Nueva Trova cubana. Y entre los integrantes de aquel movimiento, el que más sonaba en mis proximidades eran las canciones que componía e interpretaba Silvio Rodríguez.

No puedo decir me gustara más musicalmente Milanés pero sí que me agradaba más como persona. Alguien lo calificó de tierno, casi como ese osito de peluche que dan ganas de abrazar antes de dormir, pero poco más porque en mi caso, si alguien formó parte de la banda sonora de su ya lejana adolescencia y primera juventud fue Silvio, del que llegué a tener dos discos de vinilo. Sacó muchos más pero connel paso de los años dejé de interesarme en aquella música aunque ahora la recupere ocasionalmente.

El caso es que ha muerto Pablo Milanés y que con él se muere una parte del espíritu que nos hizo personas. Tarareo de hecho y mientras escribo estas líneas una sus canciones aunque más que repetir la letra con mi característica falta de oído lo que hago es murmurar palabras en las que solo se identifica alguna. Más tarde interpreto con la boca pequeña aquella canción tan hermosa que dedicó a Salvador Allende.

En Cuba, no obstante, si queda algo de aquella Nueva Trova que hoy se nos ha vuelto irremediablemente vieja son un puñado de canciones y dos intérpretes por encima del resto: Milanés y Rodríguez, algo así como los Zipi y Zape de una renovada canción cubana que se hacía poeta, sus letras se impregnaban de metáforas y La Habana, ya saben, día de un año….

Saludos, ya te lo he dije, desde este lado del ordenador