Archive for Septiembre, 2015

Agatha Christie cumple 125 años

Martes, Septiembre 15th, 2015

¿Quién no ha leído alguna novela de esta señora?

¿Sabían que terminó El msiterio del tren azul durante una estancia que pasó en el Puerto de la Cruz y que ambienta Una señorita de compañía en Gran Canaria?

¿Conocen el festival que en su honor se celebra con carácter bianual en esta ciudad turística de la costa norte de Tenerife?

¿Que sus novelas y cuentos han sido adaptados al cine en numerosas ocasiones?

¿Que Telón es la última novela que protagoniza su Hercules Poirot?

¿Que La Ratonera es una de las piezas con más representaciones de teatro brtiánico?

¿Que Agatha solo hay una?

¿Lo sabían?

Pues si no lo saben ya están tardando para hacerse con cualquiera de sus novelas.

y si sabe leer en inglés ¡bravo!

pero si no, a mi me encantan las que editó Molino.

Y entre todas las historias que escribió la reina del suspense:

Diez negritos.

Una obra redonda, perfecta y que encima acaba mal…

Cantad, cantad conmigo:

Diez negritos se fueron a cenar;

uno se asfixió y quedaron nueve.

Nueve negritos estuvieron despiertos hasta muy tarde;

uno se quedó dormido y entonces quedaron ocho.

Ocho negritos viajaron por Devon;

uno dijo que se quedaría allí y quedaron siete.

Siete negritos cortaron leña;

uno se cortó en dos y quedaron seis.

Seis negritos jugaron con una colmena;

una abeja picó a uno de ellos y quedaron cinco.

Cinco negritos estudiaron Derecho;

uno se hizo magistrado y quedaron cuatro.

Cuatro negritos fueron al mar;

un arenque rojo se tragó a uno y quedaron tres.

Tres negritos pasearon por el zoo;

un gran oso atacó a uno y quedaron dos.

Dos negritos se sentaron al sol;

uno de ellos se tostó y sólo quedó uno.

Un negrito quedó sólo;

se ahorcó y no quedó… ¡ninguno!

Saludos, preguntan por el señor Owen, desde este lado del ordenador.

Hombres sin mujer, una novela olvidada de Carlos Montenegro

Lunes, Septiembre 14th, 2015

“- ¿Por qué lo hiciste?

El corazón de Pascasio se agitó con inusitada fuerza al sentirse interrogado en aquel tono tan confidencial. En vez de hablar, hizo un esfuerzo vano por acallar los latidos que se le hacían perceptibles fuera de él, e imposibilitado por la emoción, no supo más que alzar los hombros y forzar una sonrisa.

- Yo lo sé- dijo el muchacho, mirándolo con fijeza.

Luego paseó la mirada a su alrededor. Con excepción del compañero suyo de ingresos, que precisamente en aquel instante los observaba, no vio a nadie más. Dudó un momento, pero decidiéndose, se acercó a Pascasio, y obligándolo a inclinarse, le dijo, uniendo casi sus labios a los del ranchero:

- Estás loco, pero…

No pudo terminar la frase; el brazo de Pascasio lo había envuelto y atraído hacia sí, confundiendo las dos bocas. Andrés no opuso resistencia alguna; cerró los ojos abandonándose, hasta que Pascasio, asombrado de lo que hacía, lo soltó.

Entonces el muchacho repitió lo que había comenzado a decirle:

- Estás loco, pero eres un hombre.”

(Hombres sin mujer, Carlos Montenegro, Editorial Verbum, 2014)

Hombres sin mujer de Carlos Montenegro está inspirado en las experiencias carcelarias que padeció su autor a la edad de diecinueve años, tras asesinar a puñaladas a un hombre en los muelles de La Habana.

Fue en la cárcel donde el escritor se aproximó a la literatura y más tarde al comunismo cuando conoció a un grupo de presos que estaban afiliados al partido, aunque no de  libros ni de presos políticos se habla en Hombres sin mujer, novela que se editó por primera vez a finales de los años treinta y que inexplicablemente ha permanecido olvidada desde ese entonces, pese a que se trate de un título casi de culto que reivindican unos pocos y tratarse de una novela de ambiente carcelario en la que su autor además de describir la intensa pulsión sexual que habita detrás de sus muros, también hace pedagogía social y denuncia el sistema penitenciario cubano de aquellos años.

Pasado el tiempo y cuando recuperó la libertad, la vida de Carlos Montenegro continuó dando bandazos aunque se sabe que combatió en la Guerra Civil Española junto a otros compatriotas cubanos como Pablo de la Torriente Brau, que murió en los campos de batalla de España; Rolando Masferrer, luego pistolero a sueldo del régimen de Fulgencio Batista y el excelente periodista y escritor Lino Novás Calvo. Montenegro abandonó la isla tras el triunfo de las tropas castristas en enero de 1959, iniciando a partir de ese momento una existencia igual de aventurera a la que se puso fin en 1981.

El maquis, el pistolero urbano, el asesino, el presidiario, el escritor dejó detrás de sí un puñado de obras y una novela inédita, aunque ocupo un puesto destacado en la república de las letras que se escribe en español por esa joya elaborada y con tan honda penetración psicológica que es Hombres sin mujer, una atractiva rareza que hoy puede entenderse como un título adelantado a su tiempo y uno de esos clásicos olvidados que necesitan de urgente recuperación porque no ha perdido para nada su bronco espíritu de ruptura y su demoledor espíritu provocador.

Hombres sin mujer es una novela sobre la violencia y sobre la homosexualidad en un espacio geográficamente acotado como es el de una cárcel. Este tipo de relaciones se describen como relaciones de poder, de sumisión del más débil al más fuerte, una especie de derecho de conquista que marca el territorio y es signo de normalidad ante los que se oponen y luchan porque no quieren forman parte de un sistema que saben viciado.

La novela relata el drama sentimental y sexual de uno de estos resistentes, el negro Pascasio Speek y describe cómo comienza a descomponerse su mundo cuando conoce a un preso recién llegado y apenas un adolescente que se llama Andrés. Andrés enciende en Pascasio una llama que hasta ese momento desconocía, y le hace olvidar la realidad miserable en la que habita. Sin embargo…

Las páginas más bellas de este libro tan negro son las que describen este flechazo, y todo ello sin caer en ningún momento en el sentimentalismo.

Carlos Montenegro expone con la minuciosidad de un cirujano las reacciones de sus personajes, y pone el acento en la de sus protagonistas, quienes se sienten atraídos en una relación trágica cuyo desenlace se anuncia ya desde el inicio de la novela.

Hombres sin mujer sitúa al lector en atmósferas empapadas de sudor, y lo hace partícipe de los chismes que corren por las galerías, así como de los celos que se desatan en unos y en otros. Lentamente, y con un lenguaje que en ocasiones se perfila cierto barroquismo tropical, detalla el proceso de bestialización que transforma a sus habitantes, tanto presos como guardianes, que obedecen a las leyes no escritas de un sistema penitenciario que no regenera sino que alienta al monstruo que llevamos dentro. Por eso, y cuando asoma una luz de humanidad en ese mundo de sombras, la presión del ambiente se encargará de triturar los anhelos de sus protagonistas porque nada bueno se puede sacar del sitio en el que están encerrados, en el que cumplen condena.

Para Carlos Montenegro, la prisión tal y como estaba concebida en los días que escribió esta novela, los treinta, no reformaba individuos. Y el encierro es tan demoledor, que este gradual proceso de hundimiento afecta también a los guardianes, que son igual de miserables y traicioneros que los presos que vigilan, aunque ellos llevan uniforme y se supone que trabajan del lado de la ley.

En la introducción de la novela, Carlos Montenegro advierte al lector que su objetivo con Hombres sin mujer fue el de denunciar “la crueldad de las condiciones de vida en el presidio”, un espacio al que sobrepasa la violencia. Una violencia no solo física sino también intelectual, y que el escritor revela a través del lenguaje.

La lectura de esta novela desconcertante duele, y es de esas que te agitan las tripas y no se cansa de golpearte la cara. Deja secuelas, para que nos entiendan, y hace pensar sin cursilería en el amor.

Ya lo cantó el poeta, el amor florece allí donde menos se le espera.

Imaginad una cárcel, hombres muy solos… Una luz.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador.

Búscalo y encuéntralo

Jueves, Septiembre 10th, 2015

* La sala MAC en Santa Cruz de Tenerife acoge este viernes, 11 de septiembre y las 18 horas, la presentación de Ecos, una novela de Tomás Felipe. Ecos forma parte de la colección G21. Narrativa Canaria Actual y es el tercer título que publica su autor tras Extraños en su mundo y Pasa la tormenta.

* Kahuna es el nombre de una librería de segunda mano que se encuentra en la calle de San Agustín, en La Laguna. Cuenta con página Facebook y en el local además de vender libros de ocasión se acoge también recitales poéticos y presentaciones. Kahuna abre de 9.30 a 13 y de 16.30 a 20 de lunes a viernes y de 10 a 13 los sábados.

* La sonrisa de Duchenne, una novela de Gerardo Pérez Sánchez, ha resultado finalista del Premio Iberoamericano de Novela Verbum 2015 entre 497 trabajos presentados. Será la misma Verbum la que publique esta novela en la que se combina thriller y suspense con una historia de amor.

Saludos, código rojo, desde este lado del ordenador.

Los custodios de la Virgen, una novela de Carlos Felipe Martell

Miércoles, Septiembre 9th, 2015

Los enanos se acercaron desde ambos lados del túnel. Laureano, al verlos, respiró aliviado y sonrió. La luz de la boca, parcialmente tapada por Isidro, se esparcía sobre ellos para testificar su absurda presencia. La visión a través de la cortine de agua les otorgaba un aire de aterradora incoherencia. Era el mismo disfraz de la Bajada de la Virgen. Eso era lo de menos, claro. Lo escalofriante en sí era la reproducción de la pesadilla; esta visita, de ser real y no una alucinación, implicaba que el sueño recurrente del profesor era algo más que eso. Se trataba de una premonición, de algo que ocurría en su vida…, quizá en el momento de su muerte. La aparición no se producía en el callejón de A. Cabrera Pinto, ese detalle era la parte engañosa que adorna todo sueño. Ocurría en Marcos y Cordero.”

(Los custodios de la Virgen, Carlos Felipe Martell. Nova Casa Editorial, 2015)

Entre los revulsivos que se están produciendo en las letras canarias en los últimos tiempos destaca que sus autores, los escritores sean aprendices o veteranos, sean nacidos o residentes, ya no le tienen miedo a los géneros ni a su espacio –entiéndase la isla–.

Esta dedicación, pese a que irrite a algunos miopes, ha logrado prender el interés en los lectores. Lectores que van más allá de amigos y conocidos para trascender en la mayoría  de los casos las fronteras y que su nombre suene en territorios tan lejanos, para los que vivimos en este archipiélago lejano de por sí, como son los peninsulares.

Paralelamente, y pese a la elogiable labor que están desarrollando las editoriales canarias, algunos de estos narradores han conseguido que sus libros sean publicados por sellos nacionales, lo que amplía una mayor repercusión en el mercado y en algunos, incluso, el reconocimiento en forma de premios y fichajes por editoriales consolidadas ya que cuentan con un más que respetable catálogo.

En este universo se sitúa Carlos Felipe Martell quien con solo tres novelas hasta la fecha –Los privilegiados del azar, El asesino del rap y ahora Los custodios de la Virgen–  abre nuevas puertas al thriller a través de unas historias en las que además de jugar matemáticamente con las tramas, va más lejos al preocuparse por la consistencia y credibilidad de sus personajes.

La novela de suspense y de intriga ha encontrado en Carlos Felipe Martell una voz que aporta originalidad y una –en ocasiones– rompedora y audaz manera de entender un género que ha sido capaz de personalizar sin renunciar a uno de sus presupuestos fundamentales como es el entretenimiento.

Ahora, en Los custodios de la Virgen propone una apasionante vuelta de tuerca y una atractiva mezcla en la que fusiona elementos de la historia –unas cuarenta páginas de esta novela que supera las trescientas están dedicadas a fabular sobre la conquista de La Palma y en ella interviene, entre otros personajes reales, Alonso Fernández de Lugo–  al romance y al suspense con la creación de una organización secreta (no discreta) cuyos miembros vigilan celosamente a la patrona de esta isla casi desde la noche de los tiempos para explicar –literariamente claro está– de dónde nace el origen de la Imagen y de las famosas y populares Fiestas Lustrales.

Mientras, Carlos Felipe Martell describe con pulso el aparato que rodea a esta celebración, lo que incluye la música y los populares enanos, entre otros, durante esos días en los que se da la mano lo lúdico y lo sagrado.

Ordenada en diecisiete capítulos, que a su vez están ordenados cronológicamente, la acción y la fantasía son elementos recurrentes en un libro que a medida que se avanza en su lectura va en sentido ascendente. Si se conoce otras obras del autor, como Los privilegiados del azar, se comprobará además que algunos de los personajes de aquella novela regresan en ésta, lo que da una idea más o menos aproximada del universo narrativo que pretende elaborar Carlos Felipe Martell, una literatura en las que existen vasos comunicantes, pero obras que deja se lean de manera independiente.

La acción se desarrolla en esta ocasión en La Palma, y en concreto Santa Cruz de La Palma, isla y capital que son otro de los grandes protagonistas de la novela y geografía y ambiente en el que se mueve con comodidad el escritor. Escritor que se mueve también con comodidad en la creación de personajes y en la descripción de atmósferas, sean luminosas o tenebrosas.

Los custodios de la Virgen sorprende y, lo que es mejor, entretiene si se trituran prejuicios y se deja arrastrar por la aventura y quiere averiguar el secreto. Un secreto que va más allá de los enanos –que en la novela se pincelan como amenaza sombría y terrorífica– y que se incorpora al imaginario de una isla, como es La Palma, tan celosa en respetar sus arcanas tradiciones.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador.

Fabián y el caos, una novela de Pedro Juan Gutiérrez

Martes, Septiembre 8th, 2015

En ese momento todos los cubanos, seis millones de personas, quedaron igualados por lo bajo. Como un golpe de kárate. Magistral. En un instante dejaron de existir la clase alta, la media y la baja. Mandrake el Mago, con un solo pase de sus manos, hizo un truco perfecto delante de los ojos de todos, y nadie vio la trampa. Ahora todos eran pobres de verdad. En todos los sentidos. No sólo económicamente. Era un golpe genial, algo perfecto. Pero era sólo el comienzo. Lo mejor vendría después.”

(Fabián y el caos. Pedro Juan Gutiérrez, Narrativas Hispánicas, Anagrama, 2015)

La publicación de Trilogía sucia de La Habana significó algo así como un terremoto en las letras escritas en español. Hasta ese momento, nadie, lo que se dice nadie, había narrado con tanto sangre, sudor y lágrimas la vida en un barrio habanero que se cae a pedazos, cruda metáfora de un proceso de desgaste que ha forjado el carácter de sus habitantes más marginados y marginales.

Sexo, violencia, individualismo extremo fueron algunos de los elementos de los que se sirvió su autor, Pedro Juan Gutiérrez, para contar el devenir de una ciudad y de un país, Cuba, donde se comenzaba a cuestionar cosas tan sagradas en su imaginario colectivo como es la macabra generosidad de morir por la patria es vivir, aunque en las novelas y cuentos de este escritor vivir no es lo mismo que desaparecer por tu país, sino una necesidad extrema que configura a una amplia galería de personajes bizarros, marcados todos ellos por las emociones e instintos más que por la  cabeza, que en este caso no resulta nada sensata sino fuente de problemas.

Pedro Juan Gutiérrez continuó apostando por esta fórmula magistral en otras historias, aunque a medida que iban a apareciendo comenzó a repetirse al dar la sensación de que estaba dando vueltas y vueltas sobre un mismo tema. Esto, imagino, lo obligó a reinventarse y a que un tal Pedro Juan, a quien describe como alguien que “tenía el diablo en el cuerpo, lo cual es al mismo tiempo una bendición y una desgracia”, se convirtiera en un sujeto más o menos fijo de sus libros y en testigo protagónico –pero en esta ocasión ocupando un discreto segundo plano– en Fabián y el caos, título que hasta la fecha es el último del escritor y novela en la que además de narrar la vida de un homosexual que visita las catacumbas del infierno, repasa a velocidad de vértigo las décadas de los 60 y 70 en esa isla que es la mayor de Las Antillas.

El lector habituado al universo de Pedro Juan Gutiérrez se encontrará en esta novela con un relato en el que parece que el autor busca senderos por los que bifurcar nuevas historias. En ésta, en concreto, La Habana que se cae a pedazos desaparece en favor de la ciudad de Matanzas, donde nació Pedro Juan y geografía, como ya se ha dicho, en la que su álter ego da dos pasos atrás y deja que el protagonismo se lo robe el Fabián del título, de quien se nos cuenta el itinerario de un hombre que no encaja en la realidad socialista y caribeña cubana de aquellos años.

Hay furor, y mucho, en esta novela feroz, pero también un atractivo estudio sobre un personaje desubicado que intenta convertirse en un número, en uno más, con el fin de  pasar desapercibido en un régimen ferozmente paternalista, empeñado en meter en cintura a los desviados, sean ideológicos o sexuales.

La sombra del fracaso monopoliza casi todas las páginas de este libro, una obra que destaca en la producción literaria de Pedro Juan Gutiérrez porque relata ese fracaso que personaliza en Fabián, sin perder su desarmante sentido del humor, tan cubano dirán algunos, así como sostener una mirada objetiva que marca distancias ante lo que describe.

Parece, se intuye, que Pedro Juan Gutiérrez procuró en todo momento no caer en la tentación del sentimentalismo ni insistir en que el lector simpatizara con un Fabián que, como la vida misma, resulta a veces muy cercano y en otras grosero y caprichoso. Este carácter complejo, se muestra sin asomo de crueldad. Se limita, en todo caso, a exponer hechos, síntoma que delata el origen como periodista de un escritor que, pese a estar más calmado, muestra a la fiera que lleva dentro en algunos de los capítulos en los que se estructura esta novela.

Y esa fiera se revela cuando describe el declive de su protagonista, un hombre atrapado en la tela de araña de un sistema kafkiano que lo castiga para que forme parte de una realidad salvaje en un ambiente sórdido y hostil.

Se asiste así, al largo proceso de desmoronamiento de un pianista con talento al que frustran la carrera artística por su ambigua conducta sexual y al que se envía –para rehabilitar– a un matadero de animales, entre otras habitaciones del infierno en las que da con sus huesos.

Como otras novelas del escritor, Fabián y el caos deja un regusto muy amargo y genera cuestiones inquietantes porque este viaje al final de la noche conmociona y hace temblar. Respira la misma subversión que otras novelas y cuentos del autor

Pedro Juan Gutiérrez es un escritor con su universo personal y cuenta además con un estilo que es único e inimitable. Su literatura, en definitiva, silencia a quienes lo acusan de cultivar un realismo sucio caribeño o de tratarse de una especie de Charles Bukowki tropical. Esas voces olvidan que el mundo de Pedro Juan Gutiérrez tiene nombre y apellido:

Pedro Juan Gutiérrez.

Así que no valen comparaciones ni las falsificaciones que se han reproducido desde que irrumpió con su Trilogía sucia de La Habana porque solo hay un Pedro Juan Gutiérrez.

(*) Pedro Juan Gutiérrez presenta el próximo viernes, 18 de septiembre, y a las 18.30 horas su última novela, Fabián y el caos, en la librería Agapea, en Santa Cruz de Tenerife.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador.

Vincent Cassel contra Jason Bourne

Jueves, Septiembre 3rd, 2015

Vincent Cassel y no Viggo Mortensen como se especulaba hace unos meses será el villano de la próxima entrega de la serie Jason Bourne, papel que protagoniza Matt Damon.

Otros actores que participarán en la película, y que comenzará la semana próxima a rodar algunas  de sus escenas en la capital tinerfeña, son Alicia Vikander y Tommy Lee Jones.

Tras las cámaras, Paul Greengrass, que también es autor del guión junto a Christopher Rouse.

Aún se sabe poco de la historia que contará la quinta entrega de la serie, aunque la semana pasada el mismo Damon adelantó que se inspira en el “mundo post-Snowden” y pondrá su acento en las libertades civiles y la democracia.

Dios nos coja confesados.

Saludos, se ha dicho, desde este lado del ordenador.