Archive for Diciembre, 2016

Sergio Ramírez: “Yo persigo la forma que no encuentra mi estilo”

Lunes, Diciembre 12th, 2016

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) participó el pasado noviembre en el ciclo La condición humana, que organiza la Fundación de CajaCanarias y escenario en el que desgranó algunas de las características en las que se sostiene su literatura. Una literatura que permanece muy unida a su trayectoria política ya que Ramírez tuvo un papel protagonista en la revolución sandinista, una revolución de la que hoy es junto a Ernesto Cardenal uno de sus representantes más desencantados.

- Nicaragua es tierra de poetas pero usted salió narrador.

“Es cierto que la tendencia en Nicaragua fue siempre la poesía aunque me di cuenta muy pronto que lo que yo quería era ser narrador, contar historia, entender los por qué de lo que me rodeaba. Mi primera experiencia cuando llegué a la Universidad, allí hacinado en un aula muy pequeña junto a un centenar de estudiantes, consistió en cómo sostenerme porque los que procedíamos de pueblos pequeños para continuar la carrera teníamos que empeñar los libros, que entonces eran muy caros, y los anillos de bachillerato para sobrevivir y mi primer cuento fue sobre todo eso, sentí la pulsión de contar a otros lo que a mi me parecía que era singular y de lo que no se daban cuenta los demás.”

- ¿Qué libros son los que marcan esta etapa de su vida?

“Mira, yo lo que quería era ser cuentista porque para mi la novela y el cuento no tenían nada que ver, así que comencé primero a leer cuentistas como Chéjov, O. Henry, Bierce, Horacio Quiroga, un autor hoy bastante olvidado; Rulfo no había llegado en ese momento, pero los autores que leí me enseñaron una forma moderna de expresar lo que quería decir.”

- ¿Y no leía a escritores nicaragüenses?

“No, no leía a escritores vernáculos sino a los cuentista modernos –para mi Chéjov era moderno– lo que me ayudó a ir buscando las reglas de un género muy complicado como es el cuento y a estimular la ambición de contar una historia en pocas páginas que al final tuviera un final sorpresivo. Eso era entonces lo que buscaba.”

- De los cuentistas que mencionó antes Chéjov era ruso y Bierce y O.Henry, norteamericanos. El único sudamericano es Quiroga.

“Es que en aquel entonces no conocía a Borges ni a Cortázar. Estoy hablando del año 1959 y tras graduarme el siguiente paso que di fui irme a vivir a Costa Rica, que era un país muy distinto a Nicaragua. En San José había librerías excelentes y en las vitrinas de esas librerías me encontré por primera vez con Rulfo, Borges, Cortázar. Más tarde leí en Méjico a Fuentes y Elizondo aunque mi primera novela, Tiempo de fulgor, ahora que la releo, veo que ahí está Rulfo, que fue mi modelo de entonces.”

- ¿Cuál es su desafío como escritor?

“Encontrar mi propia voz, tener un estilo, ser reconocido por un estilo. Después de tantos años de escribir esa sigue siendo mi ambición. Poder hacer una síntesis de todas las voces del pasado para decir este soy yo. Hay un poema de Rubén Darío en el que escribe: yo persigo la forma que no encuentra mi estilo. Y esa es la lucha.”

- ¿Y por qué Nicaragua es una tierra de poetas?

“Rubén Darío creó una literatura no solo nacional sino también el modernismo aunque no transformó a Nicaragua que es un país de estándares culturales y pobre pero hay una circunstancia que marcan a la literatura nicaragüense. Hay un posmodernista que representa Salomón de la Selva, que viaja becado a los Estrados Unidos de Norteamérica por el gobierno liberal del general Zelaya, el mismo que nombra a Rubén Darío embajador en España, y Salomón de la Selva se vuelve un poeta de vanguardia. En Chicago es uno de los fundadores de la revista Poetry y escribe un libro muy bello, El soldado desconocido, sobre sus experiencias en la I Guerra Mundial. Después está José Coronel Urtecho, poeta que también se va a vivir a Norteamérica y trae de vuelta a Nicaragua la poesía norteamericana moderna y crea un grupo de vanguardia… Así que cuando comienzo a escribir la poesía norteamericana es muy conocida porque ha sido traducida por, entre otros, Coronel Urtecho. La poesía busca una evolución constante en Nicaragua y eso no ocurre con la narrativa, cuyo panorama es muy desierto. Miro hacia atrás y los escritores son muy escasos, no hay demasiada tradición narrativa.”

- Entonces, ¿la sombra de Rubén Darío es muy alargada?

“Solo leemos su poesía y no la prosa y Rubén Darío es el gran prosista del modernismo y un excelente articulista. Escribió para el diario de La Nación setecientas crónicas, crónicas de dos mil palabras, crónicas en las que exploraba la modernidad y hablaba de todo, de política, teatro, vodevil, la visita de los reyes, la cocina, de los fenómenos tecnológicos de su época. Y la crónica periodística de Rubén Darío sigue siendo ignorada. Y sus cuentos, sus cuentos son estupendos.”

- Pero habrá algún narrador…

“Lizandro Chávez Alfaro, que a mi me parece que creó la novela moderna en Nicaragua y que cuenta con Trágame tierra, en la que explora el asunto del canal que iba a construirse en Nicaragua y de cómo algunos pensaban que iba a enriquecer al país y Erick Blandón-Guevara con Vuelo de cuervos y Erick Aguirre con Un Sol sobre Managua, que son novelas que observan la revolución con cierta distancia crítica y en la que se plantean cuestiones como: ¿por qué pelamos? y ¿qué resultó de todo eso?

- En este sentido, ¿hasta que punto le ha condicionado la literatura su actividad política y hasta que punto le condiciona ahora su trayectoria literaria con la política?

“Es un punto de encuentro que se da en mi vida. Cuando ingreso en la Universidad y me hago escritor descubro la literatura pero también la dictadura. Vengo de un pueblo pequeño y de una familia liberal así que cuando llego a la ciudad veo el choque diario de los estudiantes contra la dictadura y participo en manifestaciones en las que el ejército dispara y soy sobreviviente de una masacre por lo que es muy difícil separar la protesta, la vida política y la ambición por un cambio con la idea de ser escritor. Las ideas que yo concebí entonces de justicia, democracia y libertad son las que veinte años después se cristalizan en la revolución porque mi generación, la de los sesenta, es la que hace la revolución y no hay manera de apartarse de ella.”

- ¿Y cómo se compromete con la revolución?

“En Alemania, donde viví dos años, fue cuando la revolución se me vino encima y tuve que escoger entre irme a trabajar a Francia en el Centro Pompidou, donde me concedieron una beca para escribir guiones de cine, o la revolución que comenzaba a tomar una forma muy real así que regresé a Nicaragua. Pienso que eso fue lo que tuvo que pasar necesariamente porque si escojo Francia me hubiera dado cuenta del triunfo de la revolución leyendo Le Monde pero escogí la revolución, en la que tuve un protagonismo que me obligó a abandonar la escritura durante diez años.”

- ¿Y cuándo vuelve a escribir?

“A finales de 1984, cuando resulto electo vicepresidente, hice la reflexión de que durante el periodo que durara mi mandato podía dejar de ser escritor y esa idea me horrorizó y me animó al mismo tiempo a escribir. En esa etapa trabajo en Castigo divino que es mi novela más voluminosa y compleja y que escribí en los años más duros de la guerra a la contra.”

- Entiendo que escribir le sirvió de válvula de escape. Una forma de escapar a la presión política.

“Y por eso mismo me volqué en la historia de un envenenador en la ciudad de León y su juicio. No escribí sobre la revolución porque nadie que está en una posición de poder y se vuelve un relaciones públicas del poder, que era lo que representaba, puede escribir una novela justa sobre lo que estaba ocurriendo. Es imposible, sería una obra de propaganda y no creo que la literatura sea para eso. Busqué un tema muy alejado de lo que estaba pasando y escribí un libro que se desarrolla en los años 30. Fue mi respuesta literaria a esos años tan difíciles.”

- Ha explorado el género negro en varias de sus novelas, ¿qué atractivo tiene para usted?

Castigo divino es una novela que pertenece a este género pero no la escribí con el propósito de que fuera una novela negra sino una novela social, de costumbres, judicial, una novela en la que un médico hace un poco de investigador de un crimen. Otra cosa es cuando escribo El cielo llora por mi, que es una novela policíaca en la que el protagonista es un antiguo guerrillero, Dolores Morales, que pierde una pierna en el frente sur y le hacen una prótesis en Cuba y termina en el departamento antidrogas el año en que el Frente Sandinista pierde las elecciones, lo que supone un descalabro ya que no consiste en que un partido sustituya a otro en el poder sino que la revolución pierde sus mecanismos y el ejército se despoja del color sandinista y lo mismo pasa con la policía, que busca su institucionalización para salvarse. Morales y su compañero de aventuras, el subinspector Lord Dixon, observan esa realidad con cierto cinismo y humor negro mientras investigan un caso de tráfico de drogas lo que me dio la oportunidad de describir la Nicaragua de esos años.”

- Personajes que ha anunciado que quiere recuperar en una nueva novela.

“Y que se desarrolla en la Nicaragua de 2016, que es la Nicaragua de Daniel Ortega y su mujer, y en la que Dolores Morales tiene 60 años y ha sido retirado de la policía pero dirige una pequeña agencia de detectives en la que investiga casos de adulterio, pequeños robos hasta que un millonario que procede del Frente Sandinista le encarga el caso de la desaparición de su hija.”

- El nombre de Dolores Morales es muy significativo.

- Y existe.

- ¿Dolores Morales?

“Es un nombre muy simbólico. Lord Dixon dice en la novela que deberían llamarlo Placeres Físicos porque va de cama en cama. Es un nombre emblemático.”

- ¿Cuentos y novelas son ahora géneros paralelos para usted?

“Hay una tendencia, y es la de escribir cuentos para entrenarse y pasar a la novela pero  no fue mi caso. Mi padre estaba muy ilusionado con que fuera abogado pero cuando tuve veinte años reuní mis cuentos en un librito que, cuando se lo entregué él, que no era letrado sino comerciante, lo que me dijo fue: ahora tiene que escribir una novela. Y me puse a escribirla y me convertí en novelista pero nunca abandoné el cuento porque hay ideas narrativas que solo pueden resolverse en pocas páginas. La novela es un árbol proceloso y cada día te da una sorpresa mientras que el sé cómo va a terminar y no me puedo perder porque es un género que impone sus propias reglas.”

Novela y revolución

Sergio Ramírez cree que en Nicaragua pasa lo mismo que en América Latina: las reglas de la novela se están rompiendo, por lo que en la actualidad los novelistas se acercan al periodismo y el periodismo se aproxima más a la literatura. “La novela es más cervantina que nunca en el sentido que contiene muchas cosas”, dice un escritor que espera que la gran novela sobre al revolución sandinista la escriba ahora quienes no combatieron en esa revolución porque nacieron en el siglo XXI. “La estoy esperando con curiosidad porque va a definir el rumbo de esas escrituras cuando vuelva su mirada al pasado.” Sergio Ramírez explica que la revolución es un fenómeno que hoy se ha olvidado en Nicaragua y que a los jóvenes no les interesa saber quién fue Somoza o Sandino, por eso espera que la mirada hacia atrás contribuya a generar una idea sobre lo que significó la revolución para una generación desencantada que es la de sus padres y abuelos. Pero ¿y cómo es la generación de los hijos y nietos? Ramírez piensa un momento antes de contestar: “ellos son la generación global, la que está desinformada de su propio pasado e historia.”

Saludos, ya saben, desde este lado del ordenador.

Fidel Castro en el cine, la historia no lo absolverá

Viernes, Diciembre 9th, 2016

INTRO

El pasado 25 de noviembre fallecía en La Habana Fidel Castro, el hombre que manejó durante más de cincuenta años y con mano de hierro los destinos de  Cuba y de miles de cubanos, a quien dio escuela y hospitales pero también condenó a presidio por disentir de sus ideas. Personaje complejo, paternal, maniqueo, egocéntrico, rebelde y furioso (bravo, que dicen los de su tierra), la pregunta ahora es plantearse si la Historia –o no– absolverá al guerrillero que tras bajar de las montañas llegó a La Habana en enero de 1959.

Sea absuelto o no, la figura de Fidel Castro alcanza dimensiones históricas. Los analistas destacan que consigió convertirse en un líder mundial y recuerdan que casi provoca la tercera guerra mundial cuando estalló la crisis de los misiles. Estamos a principio de los años sesenta y el pulso que sobre la isla mantienen soviéticos y norteamericanos solo llega a su fin cuando Nikita Kruchev decide reembarcar los cohetes mientras masas de cubanos adoctrinados y encolerizados le gritan “Nikita, Nikita, lo que se da no se quita.”

Fidel Castro junto con Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos forman como la santísima trinidad de un proceso revolucionario que nació tras el frustrado ataque al cuartel Moncada en julio de 1953. Estos santos laicos, más que marxistas y leninistas, martianos en el caso de Castro y Cienfuegios, entraron en la Historia cuando un pequeño yate de nombre Granma desembarcó a un grupo de hombres en una playa de del oriente cubano. Este desembarco dio inició a lo que más tarde se conocería como revolución cubana. Una revolución que como todas las revoluciones tiene sus luces pero también sus sombras.

Este artículo no pretende ser un sesudo análisis político sobre la vida y obra del comandante en jefe sino un juego, si se nos permite, en el que hemos intentado localizar esas películas en las que un actor ha interpretado a Fidel Castro en pantalla, fuera ésta grande o pequeña.

Jack Palance, Juan Luis Galiardo y Demián Bichir han interpretado con peor o mejor fortuna al comandante, un hombre que, cuenta la leyenda, participó siendo un mozo como extra en varias películas del enemigo. O Hollywood. Los títulos son Vacaciones en Méjico y Easy to wed, filmes que no hemos tenido oportunidad de ver para localizar entre los figurantes la corpulenta silueta de quien años más tarde se convertiría en uno de los enemigos número uno de los Estados Unidos de Norteamérica.

LAS PELÍCULAS

Che!, Richard Fleischer, 1969.-  Mientras el cadáver de Ernesto Guevara aún permanecía caliente tras ser acribillado a balazos en un aldea perdida de Bolivia, el sólido Richard Fleischer rueda la que, probablemente, sea una de sus peores películas.  No ya por un discurso abiertamente proestadounidense, sino por el tono maniqueo del que se sirve para retratar la ascensión y caída del guerrillero argentino. El filme recorre la vida del Che desde las espesas selvas de la Sierra Maestra, en Cuba, hasta Bolivia. Omar Sharif interpreta al primero médico y más tarde soldado verde olivo mientras que Fidel Castro es Jack Palance.

Topaz, Alfred Hitchcock, 1969.- Tampoco se trata de una de las mejores películas del maestro del suspense ni de una de las mejores novelas ladrillo de mi respetado Leon Uris y si bien nadie interpreta a Castro en este confuso y sin embargo fascinante largometraje de espías, John Vernon encarna a un convincente revolucionario que se parece bastante a… Fidel.

Bananas, Woody Allen, 1971.- No se trata de una de las mejores películas del primer Woody Allen cinematográfico pero cuenta con algunos gags memorables y un discurso políticamente incorrecto que no gustará ni a las izquierdas, tan dignos y moralinos ellos como a las derechas, tan de misa diaria y moralinas ellas.

Matar a Castro, Chuk Workman, 1989.- Intento fallido de adaptar el clásico La caza del hombre (Fritz Lang, 1941) ya que al intercambiar los dictadores que se ponen en el punto de mira del fusil que empuña su protagonista, Walter Pidgeon en el filme de Lang y Stuart Whitman en la estrafalaria versión de Workman, no aguanta ni un asalto la segunda. Serie B o Z según se mire y al servicio de un productor demasiado pasado de rosca, esta extravagancia es lo que es, una extravagancia cuyo visionado da vergüenza ajena.

Hasta la victoria siempre, Juan Carlos Desanzo, 1999.- Alfredo Vasco interpreta al Che Guevara en esta entusiasta producción argentina recomendable solo para los que, como quien escribe este post de urgencia, sienten abierto y a su manera comprometido interés  por ese pedazo de la historia de Cuba. Orestes Pérez interpreta a Fidel Castro.

Lío en La HabanaPeter Askin, Douglas McGrath, 2000.- Si alguien la ha visto, que nos la cuente.

Fidel, David Attwood, 2002.- Miniserie de televisión de marcado signo anticastrista que interpreta en su infancia, juventud y madurez los actores Honorato Magaloni y Víctor Hugo Martín (en la imagen). Gael García Bernal hace de Che Guevara, personaje que volvería a interpretar en la mucho más luminosa Diarios de una motocicleta.

La ciudad perdida, Andy García, 2005.- Pese a que su guión estuvo escrito por Guillermo Cabrera Infante y contase con una buena producción para recrear la feliz y loca Habana de los años cincuenta, La ciudad perdida es un pretencioso y confuso largometraje que dirige sin pena ni gloria el actor Andy García, quien al asumir las facetas de director y actor de la cinta cometió uno de los mayores fiascos de su carrera. Gonzalo Menéndez interpreta a Fidel Castro en esta nostálgica y casposa cinta de oportunidades… perdidas.

Che Guevara, Josh Evans, 2005.- Película que o bien es espantosa o ha sido víctima de una conjura judeomasónica porque, que se sepa, no se estrenó jamás. La protagoniza Eduardo Noriega, que hace de guerrillero argentino y le secunda, entre otros, Enrico lo Verso como Fidel Castro. En la imagen, Noriega como el guerrillero argentino.

I love Miami,  Alejandro González Padilla, 2006.-  Lo más significativo es que presenta  a un envejecido Fidel Castro que interpreta Juan Luis Galiardo. Ese Fidel huye en balsa a Miami tras ser víctima de un atentado.

Che, el argentino, Steve Sordeberg, 2008.- Empeño personal de Benicio del Toro, que encarna a uno de los mejores Ernesto Guevara de la historia del cine, Fidel Castro lo asume con magnético y mimético oficio Demián Bichir, quien compone un personaje complejo, motor de una revolución que, ya ven, medio siglo después continúa conmoviendo al mundo.

SI YO A CUBA LA FILMARA…

Otras películas en las que no aparece Fidel Castro pero está presente porque su sombra es alargada son Cuban Rebel Girls (Barry Mahon, 1959), Piers 5, Havana (Edward L. Cahn, 1959); la fascinante Soy Cuba (Mikhail Kalatozov, 1964); El padrino II (Francis Ford Coppola, 1974); Cuba (Richard Lester, 1979); Havana (Sydney Pollack, 1999); Operación Fangio (Alberto Lecchi, 1999) y Sangre de Cuba (Juan Gerard, 2003), entre otras. La Cuba castrista ha protagonizado además algún capítulo de Mi bella genio, Los Simpson e incluso la secuencia pre créditos de Octopussy, una de las más hilarantes películas de James Bond protagonizadas por Roger Moore. No olvidamos, además, los intentos de asesinato y la frustrada invasión de Bahía de Cochinos que se narra en The Company, serie que adapta la monumental novela sobre la CIA de Robert Littell. Hemos obviado, por razones de espacio, las películas cubanas que se rodaron sobre la revolución como Historias de la revolución (Tomás Gutiérrez Alea, 1960) y Clandestinos (Fernando Pérez, 1987).

Saludos, hasta la victoria, ¡siempre!, desde este lado del ordenador.

Fallece Horacio Bacallado

Miércoles, Diciembre 7th, 2016

Escritura entre las nubes informa del fallecimiento de Horacio Bacallado, autor del libro de microrrelatos y dibujos Tablero de las sombras. Primera sección. Bacallado presentó en septiembre una muestra de reproducciones en lienzos de sus dibujos en la Sala de Exposiciones de la Mutua de Accidentes de Canarias (MAC).

Horacio Bacallado dijo que  Tablero de las sombras es un libro en el que «bullen mis egos, mis yos, mis ellos y hasta mis ellas, aunque estas últimas andan desparramadas por los textos. A todos les he puesto nombre para gozo y desenfreno de mi grandiosa soledad. Son muy cortitos. No quiero intentar expresar lo que está reflejado en los dibujos, que son la antesala de las sombras, la antesala de lo inexpresable, lo que ningún escritor logrará nunca expresar: esa obra total que nunca existirá».

Saludos, no somos nada, desde este lado del ordenador.

Carmen Rosa de la Nuez, presidenta de NACE

Martes, Diciembre 6th, 2016

Carmen Rosa de la Nuez Aránega ha resultado elegida presidenta de Nueva Asociación Canaria para la Edición (NACE) tras una asamblea en la que también se votó que Cecilia Domínguez Luis ocupe la responsabilidad de vicepresidenta, en ambos casos por de dos años.

Saludos, sea la paz con vosotros, desde este lado del ordenador.

Una historia mágica de La Gomera

Lunes, Diciembre 5th, 2016

A finales de los años veinte en Agulo, un pequeño pueblo del norte de La Gomera, sus habitantes no dejaban de sorprenderse cuando un pequeño grupo de vecinos acudía algunas noches y en procesión al cementerio para entonar extraños cantos y ritos.

Este grupo, conocido como los filiichristi, ha pasado a la historia de la comunidad con una mezcla de misterio y leyenda, ingredientes más que suficientes para llamar la atención de Daniel María (Agulo, 1985) e iniciase una investigación que comenzó hace ahora tres años mientras investigaba sobre poetas y escritores nacidos en la localidad.

“Los filiichristi pululaban en la memoria colectiva de Agulo”, dice.

Este investigación terminó convirtiéndose en un libro que bajo el título de El misterio de los filiichristi de Agulo, edita Baile del Sol en la colección Texto del desorden, y volumen en el que María intenta reconstruir el relato de un grupo de amigos que “llegaron a crear una congregación  teosófico-cristiana” en La Gomera durante los felices años veinte.

La teosofía fue una corriente que tuvo mucho éxito a finales del XIX y principios del XX al combinar religión, filosofía y esoterismo. Sus adeptos buscaban la Sabiduría Divina, a la que llamaban la Verdad y contaban con numerosos símbolos, mitos y rituales.

En el caso de los filiichristi de Agulo, como los conoce Daniel María y quienes ahora se acercan a su historia, las ceremonias las realizaban con absoluta discreción aunque los vecinos del pueblo sabían de sus misteriosas reuniones en el cementerio y en el Garajonay. También hay testimonios de encuentros en el faro de San Sebastián, capital de La Gomera y parece ser que establecieron un pequeña grupo en Vallehermoso, pero no existen muchas referencias en este caso, explica.

El guía, el maestro de los filiichristi de Agulo fue Agustín Bethencourt Padilla, un personaje que continúa siendo “todo un enigma”.

Políglota, viajero, profesor de latín y griego, Bethencourt Padilla se inició en la Sociedad Teosófica de Madrid y su último paradero conocido es Portugal, país en el que desaparecen sus huellas tras estallar la Guerra Civil. Corre el rumor, dice Daniel María, que acabó sus días en el Tíbet, probablemente como monje, pero es una leyenda. Una leyenda más de las tantas leyendas que rodean a los miembros de este grupo. Bethencourt es el autor del libro La misa y sus misterios aunque ya forma parte de la historia de Agulo por ser el fundador de esa congregación teosófica de corte cristiano.

El misterio de los filiichristi de Agulo podría servir de base para una novela de misterio sobrenatural, ya que además de ritos y cantos en cementerios o en lo más profundo de los bosques gomeros, aparecen personajes con innegable atractivo pese al paso de los años. Uno de ellos es Mario Rosso de Luna con el que los filiichristi mantuvieron una estrecha relación cuando un grupo se estableció en la capital de España y asistieron a algunas de las charlas que impartía en el Ateneo madrileño.

Los filiichristi durante su estancia en Madrid, aprovecharon además para iniciarse en la masonería, en concreto en la logia Fuerza Numantina No 355 (1914-1922), en la que entraron de la mano de Mario Rosso de Luna.

Que se tenga constancia, cuatro de los filiichristi fueron masones que asistieron a las tenidas que se celebraba en la logia de Añaza, en Tenerife y en la de Fuerza Numantina, en Madrid. Ellos fueron los hermanos Agustín y Pedro Bethencourt Padilla, además de Pascasio Trujillo y el pintor José Aguiar, que fue un filiichristi a medias, dice Daniel María.

El destino de los filiichristi de Agulo se truncó tras el estallido de la Guerra Civil española. Los cuatro masones fueron procesados y condenados por el ejército rebelde aunque Agustín Bethencourt Padilla desapareció. Su hermano Pedro y Pascasio Trujillo fallecieron en Madrid, mientras que José Bethencourt Padilla, Domingo Montesinos y Pedro Sánchez murieron a edades muy avanzadas en Tenerife y Luz López, la única mujer del grupo, en Madrid.

El misterio de los filiichristi de Agulo es un libro curioso por el hecho que narra, y atractivo porque aporta información sobre la obra literaria que dejaron algunos de los miembros de la congregación así como informa de los ambientes esotéricos que existían en Canarias en los años veinte.

En cuanto a la producción literaria de sus miembros, Daniel María destaca la obra de Pedro Bethencourt Padilla, autor del poemario Salterio y del ensayo La corrupción del mundo o el imperio de la magia y la obra de su hermano, José Bethencourt Padilla, con las novelas La efigie de cera y El salmo de la bruja.

La efigie de cera fue calificada por su autor como un relato “de amor y de misterio” aunque esconde, a juicio de María, “un racimo de referencias al mundo ocultista del grupo, y se sirve de la trama amorosa para exponerlos en el texto.”

En esta novela se cruza la magia negra, los hechizos y la brujería, un cóctel de ciencias ocultistas que cuenta también con referencias al magnetismo, el cuerpo astral y el karma, e incluso el vampirismo. El salmo de la bruja se concentra más en la brujería de La Gomera, explica María, quien ha armado esta investigación recurriendo a fuentes orales y bibliográficas.

Las fuentes orales son resultado de largas entrevistas con los vecinos de Agulo, sacando información de un memoria colectiva que se resiste a olvidar a los miembros de esta congregación que casi parece confundirse con las leyendas que tejen el espíritu de la localidad.

“Según los testimonios recogidos, muchas personas acudían a ellos para encontrar objetos perdidos, saber del paradero de familiares durante la guerra y la emigración y para contactar con seres de otra dimensión”, opina María, quien concluye con una idea que ya planea en el prólogo de La corrupción del mundo o el imperio de la magia: “seres de otro mundo me han elegido para redactar las advertencias que ofrece esta obra, por lo que no soy el autor sino el medio del que se han servido los otros…”

Saludos, ¡la verdad!, desde este lado del ordenador.

Se hace saber…

Jueves, Diciembre 1st, 2016

* Adrián Serrano Sanz ha obtenido por Sahara el X Premio de Poesía Joven Emilio Alfaro Hardisson que convoca el Ateneo de La Laguna y que está dirigido a autores noveles. El jurado lo formó Daniel Hernández María, Covadonga García Fierro y Alejandro Coello Hernández. Adrián Serrano Sanz (Zaragoza, 1992) es graduado en Psicología con mención en Psicología Social por la Universidad de Zaragoza y actualmente realiza el doctorando en el Programa de Doctorado en Sociología de las Políticas Públicas y Sociales por la misma universidad.

* Javier Marrero presenta su tercera novela, Nueve y media en Junta Suprema (2016), que ha sido editada por BL&W Editores. El libro es una precuela de La visión de Alma, y  forma parte de la trilogía La Reserva, cuya tercera parte, ya escrita, permanece inédita.

* El próximo viernes, día 2 de diciembre, a las 19 horas, en el MAC, Calle Robayna 2,  tendrá lugar la presentación del libro: El poder la escritura, de Rafael Lutzardo. En el acto intervendrán, además del autor,  Carmelo Rivero, premio Canarias de Comunicación (2004) y director del Diario de Avisos y Ánghel Morales, periodista y editor.

* El inspector, de Ángel Nazco, se presenta el viernes, 2 de diciembre, a las 19 horas, en la Casa Secundino Delgado, en Arafo (Tenerife). En el transcurso del acto, el autor ofrecerá la charla El hombre frente a sus circunstancias.

Saludos, ¡¡¡sereno!!!, desde este lado del ordenador.