Archive for Enero, 2020

El Perseguidor celebra su número 500

Domingo, Enero 26th, 2020

Vaya por Dios, o los dioses, El Perseguidor celebra este domingo su número 500. Para darse un homenaje, estas páginas que están insertas en el Diario de Avisos y que publica tal día como hoy, hermanos y hermanas, dedica sus habituales cinco páginas a conmemorar el centenario de don Benito Pérez Galdós con una jugosa encuesta, entrevista y dimes y diretes de tipos que lo conocieron o desconocieron pero que escribieron sobre él unos bien y otros mal.

El Perseguidor comenzó como suplemento cultural del Diario de Avisos hace ya mucho, muchícimo tiempo pero con esto de la crisis se ha ido reduciendo el número de páginas hasta las cinco actuales. Un buen número el cinco, los hijos de la viuda saben la razón y los que no, pues también. Cinco son los dedos de una mano y diez los de las dos.

Estamos de celebración, imagino que se aprecia, así que súmense al jolgorio.

Desde esta atalaya, desde este espacio de resistencia, nosotros estamos lo que se dice muy felices. Felices porque pese a la crisis el Diario sigue confiando nosotros y felices por la respuesta de amigos, enemigos y gente a la que desconocemos pero queremos precisamente por estar ahí con nosotros desde que comenzamos a caminar por un sendero que no ha estado cubierto de rosas pero tampoco de espinos.

En fin, gracias, danke, thank you, spasiva..

Gracias, se dice, desde este lado del ordenador.

El escritor francés afincado en Tenerife, Pascal Buniet, IX Premio Wilkie Collins de Novela Negra

Sábado, Enero 25th, 2020

La muerte sabía a chocolate del autor francés afincado en Tenerife Pascal Buniet se ha impuesto en el IX Premio Wilkie Collins de Novela Negra entre 174 obras recibidas desde 19 países. La acción criminal de la novela transcurre en Tenerife, entre la comunidad belga.

Resultaron finalistas El método egipcio del asturiano Juan Manuel García Llaneza y Un camerino en el María Guerrero de la madrileña Ángela Martín del Burgo.

Pascal Buniet recibirá el Premio Wilkie Collins en marzo, en el transcurso del festival de Novela Negra Tenerife Noir, de manos del escritor Javier Hernández Velázquez.

La novela ganadora La muerte sabía a chocolate cuenta la historia de un joven detective de origen belga que destrozado tras el fallecimiento de su esposa decide cambiar de aires y acepta la oferta de un empresario que pone a su disposición un alojamiento en un pueblo turístico del sur de Tenerife, donde suele pasar habitualmente el invierno. Al llegar a Tenerife Bernard se encuentra con una lujosa villa situada en un  pueblo al borde del mar, lugar predilecto de los jubilados belgas y allí descubre una comunidad de compatriotas que gira alrededor del restaurante Estrella de mar, propiedad de un personaje atípico pero popular conocido como Pepe el Belga.

Unos días después de su llegada Bernard se entera que Alfred Van Der Mersch, propietario de la fábrica de chocolate Otelo, ha sido asesinado en su casa el día en que él viajaba hacia la isla. Mientras en Bélgica el inexperto  inspector Tony Bellanger investiga quién es en realidad el fallecido, Bernard en Tenerife se incorpora al mundo de los alegres jubilados y descubre que todo no es como parece.

Saludos, muchas felicidades, desde este lado del ordenador
 

Notas sobre el cine de aquí

Jueves, Enero 23rd, 2020

* Tenerife Shorts, ahora Festival Internacional de Cortometrajes de La Laguna, cambia de ciudad. Si antaño se celebraba en Santa Cruz de Tenerife, del 23 al 26 de enero se desarrollará en el Teatro Leal y el IES La Laboral.

Precisamente será en el Leal el que acoja el día 23 y a las 18.30 horas la competición canaria, en la que participarán los cortos: Pillimpo, de Rafael Montezuma; Zapato roto, de Domingo de Luis; La Noria, de Carlos Baena; Selfie, de Nayra Sanz Fuentes, y 300 Todo incluido, de Pablo Fajardo.

* El estreno mundial del segundo largometraje de la cineasta Irene Gutiérrez, Entre perro y lobo, tendrá lugar en la Sección Forum de la 70 edición de la Berlinale.

Se trata de su segunda película tras Hotel Nueva Isla (2014). Entre el perro y el lobo es una coproducción canario-cubana rodada en las montañas de la Sierra Maestra, en el oriente de Cuba y quiere ser el retrato de tres veteranos de la guerra de Angola que practican un ritual secreto, ser los últimos samuráis de la Revolución cubana.

* La Casa Animada presenta La historia de Lila, un corto de 16 minutos de duración que dirige Alfonso Ruiz. Este trabajo se esrena este jueves, 23 de enero, a las 20 horas y se basa en la novela Certain Poor Shepherds, de la escritora norteamericana, antropóloga y experta en enología animal Elizabeth Marshall Thomas. El guion está firmado por la directora finlandesa Jaana Wahlforss.

Saludos, una piedra en el camino, desde este lado del ordenador

Ignacio Dean: “Soy la prueba física que el ser humano merece la pena”

Miércoles, Enero 22nd, 2020

Ignacio Dean Mouliaa continúa siendo el primer español, de una lista que incluye solo a cinco personas, en dar la vuelta al mundo caminando. Es, además, la primera que ha unido los cinco continentes a nado por lo que más que Ignacio o Nacho habría que llamarlo Heracles o Hércules. Así, dice, se lo pidió a su madre tras ver siendo muy joven una película con el héroe de la mitología griega y romana de protagonista.

Amante de la montaña y de los desiertos así como de los siete mares, Ignacio Dean cumplió hace unos años el sueño de dar la vuelta al mundo caminando.

Tras recorrer 33.000 kilómetros y cuatro continentes, la aventura le costó tres años de su vida y algunos sustos aunque mayores fueron las alegrías.

Su experiencia la reflejó en un libro Libre y salvaje (Editorial Zenith, Planeta, 2017), que ya va por su sexta edición y que el año pasado presentó en el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras Periplo.

- ¿Cómo se prepara un viaje de estas características?

“La idea apareció cuando estaba realizando la transpirenaica. Fue el contacto con la naturaleza y estar alejado de las prisas de la ciudad cuando pasó por mi cabeza dar la vuelta al mundo caminando pero claro, una cosa es tener ideas y otra la de tomar decisiones. Dediqué nueve meses, meses que invertí en contactar con embajadas, ponerme vacunas y buscar patrocinadores. También de decidir qué material debía transportar y elaborar la web… Una vez sobre la marcha se produjeron cambios porque, inevitablemente, un viaje de estas características implica cambios, cambios que hay que hacer sobre la marcha”.

- ¿Qué tipo de cambios?

“Los que haces cuando conversas con la gente local para que te indique cuáles son las mejores rutas, países que cuando te fuiste de España vivían en paz y cuando llegas están en guerra aunque el mayor cambio fue no pasar por África”.

- ¿Por alguna razón?

“Por dos razones. América la iba a recorrer de norte a sur pero finalmente lo hice de sur a norte porque tenía que atravesar el desierto de Atacama. Cuando finalicé Australia, en junio de 2014, pensé que sería una buena idea cruzar un desierto en invierno pero luego me di cuenta que da igual el mes en el que atravieses un desierto. La segunda razón es que había vivido hasta entonces bastantes situaciones dramáticas como intentos de asaltos y que un viaje así lo haces cuando sientes la llamada de la aventura, algo inevitable que tienes que hacer y del mismo modo que empiezas terminas cuando sientes que ya es hora de poner punto y final”.

- ¿En qué país se sintió más cómodo durante su periplo?

“En muchos países aunque tuve muy buena acogida en Costa Rica, que es número uno en felicidad mundial. Se trata de un país que no tiene ejército, pura vida, que dicen allí. Recorrí Costa Rica acompañado siempre de gente. Buena acogida tuve también en Méjico, donde apuré los seis meses que me permitía el visado porque quería conocer su historia, cultura, música, gastronomía… En Eslovenia la gente fue muy hospitalaria y en otra expedición que realicé, Jordania”.

- ¿Y los peores?

“No me gusta hablar mal de ningún país pero los más complicados de cruzar caminando fueron India, por las dificultades ambientales y El Salvador por una razón de seguridad y eso que es el país más pequeño de América Central, el Pulgarcito lo llaman. En los seis días que tardé en atravesarlo me intentaron asaltar tres veces con un cuchillo”.

- Después de la aventura, ¿animaría a la gente a que hiciera lo mismo?

“Hay que tener muy claro que lo que quieres hacer es dar la vuelta al mundo y que la quieres dar caminando. Tienes que luchar por tus sueños y ser valiente o por lo menos intentar ser valiente con lo que sea. Y me refiero no solo a viajar sino a tener una familia, a montar un negocio… Un viaje de estas características te permite conocer más de cerca las políticas, las culturas y las religiones de los países que pasas porque vas caminando y aprendes y desaprendes por dentro muchas cosas. ¿Lo recomendaría? Sí, pero no me quiero hacer responsable si el viaje les sale mal”.

- Habla de aprender y desaprender por el camino.

“Van de la mano pero está claro que cuanto más sales de lo que se llama ahora zona de confort y vives situaciones como no tener comida, un lugar donde dormir, calarte hasta los huesos por la lluvia lo vives tanto fuera como por dentro y adquieres una visión global del planeta, de las culturas, de cómo funciona el mundo. Adquieres un gran bagaje personal y te vuelves una persona muy consciente de quién eres y qué quieres. Cuando vives situaciones tan extremas sueles volverte bastante tranquilo. Una de las cosas que más me costó al regresar a España después del viaje fue la de relajarme, relajar el estado de alerta en el que estaba sumido durante el viaje. Te vuelves también muy agradecido porque a mi, particularmente, me brindaron su ayuda en todos los países que pasé y gracias a esa ayuda el viaje fue posible”.

- Después de su experiencia ¿el hombre es bueno o es un lobo para el hombre?

“En la especie humana caben la bondad y la maldad. Viajar a pie es el medio de transporte más lento y expuesto que hay por lo que si la humanidad fuera mala no habría llegado ni a Francia. Soy la prueba física y demostrable que el ser humano merece la pena, la humanidad en general es bondadosa. Lo que ocurre es que no es noticia porque las noticias malas son la que suenan más y nos hacen parecer que somos así. Y no, no es cierto porque algunas personas que conocí me invitaron a su mesa como si fuera un miembro más de la familia aunque eso no quita que haya un porcentaje reducido de gente despiadada y sin escrúpulos para los que la vida no vale nada”.

- ¿Recuerda lo que sintió cuando inicia y finaliza el viaje?

“Cuando comienzo siento mucha ilusión y euforia porque estoy materializando y dando los primeros pasos de un sueño en el que llevo trabajando mucho tiempo. Fueron nueve meses, prácticamente el tiempo en el que se alumbra una vida; nueve meses con una idea fija, una obsesión en todo lo que hago, pienso e investigo y que parece ir encauzado a este objetivo. Cuando doy esos primeros pasos fueron de mucha felicidad. De hecho, en las primeras jornadas caminaba etapas de 50 o 60 kilómetros hasta que me avisaron las rodillas, lo que hizo que ralentizara la marcha y que las etapas fueran más cortas, de 30 kilómetros. Al terminar el viaje tuve una mezcla de sentimientos encontrados. Por un lado estaba feliz y satisfecho de haber dado la vuelta al mundo caminando y de haber cumplido mi sueño pero, por otro, estaba un poco descolocado, sabía que iba a costar adaptarme”.

- ¿Cómo financió esta aventura?

“Lo financié con ahorros personales porque entonces era un desconocido y me costó trabajo conseguir un poco de ayuda económica y sobre todo material como las zapatillas de deporte, el carro que transportaba. Ninguna marca quería asociar su imagen a un proyecto que pensaba estaba condenado al fracaso ya que eran escasas las probabilidades de éxito y sí bastantes de que el aventurero falleciera durante la marcha o se diera la vuelta, que tirara la toalla. No conseguí apoyos pero hay un proverbio que dice que cuando quieres algo encuentras un medio y cuando no quieres una excusa. Y yo estaba convencido de que esto era lo que quería hacer. Dediqué esta aventura a la defensa del medio ambiente porque caminar es el medio de transporte más silencioso y ecológico que existe y era una manera de transmitir y concienciar con este mensaje. Recibí además algunas donaciones e inicié una campaña de crowdfunding aunque fundamentalmente fue la gente la que me tendió una mano a lo largo del camino”.

- ¿Es más de montaña o de desierto?

“Es difícil aunque era más de montaña, de escalada, senderismo, acampada. Me gusta la nieve aunque últimamente me tira el mar. El desierto tiene otro magnetismo”.

- ¿Próxima expedición?

Estoy en ello y me gustaría contar en esta ocasión con un equipo de investigación científica. Un biólogo marino, meteorólogo y cámaras de televisión para filmar lo que hacemos porque estudio la idea de dar el salto al audiovisual”.

CONTAR EL VIAJE

Tras su experiencia recorriendo el mundo caminando, Ignacio Dean cuenta que se refugió en un hórreo en Asturias para escribir su aventura. Se tuvo que enfrentar así con los cuadernos que fue escribiendo a lo largo del camino y revivir las experiencias de ese periplo que, explica, lo ha hecho mejor persona.

“Me fui con 33 años, una edad en la que seguía siendo muy ingenuo y regresé tres años después más viejo y con un bagaje formidable”.

Todo volvió a su memoria nada más abrir el primer cuaderno, “el repiqueteo de la lluvia contra la lona de la tienda, la tinta de los bolígrafos que utilicé para escribir los cuadernos… Lo más difícil fue el proceso de filtrado, de qué cuento y no cuento. De destilar lo que pasó en esa vuelta al mundo”.

PRÓXIMA EXPEDICIÓN

Tras da la vuelta al mundo, Ignacio Dean se embarcó en una nueva expedición con mensaje, en esta ocasión la de unir los continentes cruzando a nado la costa que los separa.

La expedición Nemo se hizo con paréntesis entre junio del 2018 a marzo del año pasado, y le costó un año prepararla.

A nado cruzó el estrecho de Gibraltar para unir simbólicamente Europa con África; Grecia y Turquía para enlazar Europa con Asia así como el estrecho de Bering para unir Asia con América. Practicó además una travesía de 22 kilómetros en el mar de Bismarck, al norte de la isla de Nueva Guinea y en marzo de 2019 el golfo de Akaba, en el mar Rojo, donde nadó desde Egipto hasta Jordania con el fin de unir África con Asia. Este último trayecto fue muy delicado, explica, ya que esa parte del mar Rojo hace costa con cuatro países: Egipto, Israel, Jordania y Arabia Saudita que están situados en una zona en continuo estado de alerta.

Ignacio Dean se encuentra ahora organizando las imágenes que rodaron durante la expedición para un documental que cuente la historia de esos días, el esfuerzo que significó cumplir otro sueño. Alterna este trabajo con la preparación, aún embrionaria de otra aventura. “Tal vez en el mar, pero no lo sé todavía”.

Saludos, se hace camino al andar, desde este lado del ordenador

México, el país invitado en el III Festival Hispanoamericano de Escritores

Martes, Enero 21st, 2020

La embajada de México será el escenario el jueves 23 de enero de la presentación del III Festival Hispanoamericano de Escritores, en el que México será el país invitado.

Está previsto que participen en el acto el Presidente del Cabildo Insular de La Palma, Mariano Hernández Zapata, el agregado cultural de México en España, el novelista Jorge F. Hernández; la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane (sede del festival), Charo González Palmero, el director del festival, el escritor Nicolás Melini, el director de la Cátedra Vargas Llosa, el novelista J.J. Armas Marcelo, y los escritores José Esteban y David Toscana.

En este acto literario e institucional se presentará la colaboración de México y la isla de La Palma con la Cátedra Vargas Llosa en el desarrollo de la tercera edición del Festival, que se desarrollará en Los Llanos de Aridane del 15 al 19 de septiembre.

El Festival es una iniciativa de la Cátedra Vargas Llosa, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane y la consejería de Turismo del Cabildo Insular de La Palma, y en las dos primeras ediciones contó con el apoyo de la Fundación Universidad de Guadalajara (México), el Instituto Cervantes, AC/E Acción Cultural Exterior del Gobierno de España y Canarias Cultura en Red, entre otros.

Se estima que 25 autores mexicanos —de una cuarentena larga de escritores– formen parte de la programación.

Fellini cien por cien

Lunes, Enero 20th, 2020

Si no me falla la memoria tuve la suerte de ver Amarcord en un cine que un grupo de resistentes llevaba entonces en la capital tinerfeña. Aquel grupo de resistentes se hacían llamar Yaiza Borges y tras rehabilitar el antiguo cine Tenerife en la avenida del general Mola hoy de las Islas Canarias, fue como una especie de oasis para espectadores que querían ver otras cosa además de lo que se estrenaba en las grandes salas que había entonces en Santa Cruz. Digo poco si escribo que me enamoré de aquellos recuerdos convertidos en película por Federico Felllini (Rímini, Emilia-Romaña, 20 de enero de 1920-Roma, 31 de octubre de 1993), cineasta que hoy hubiera cumplido cien años con una gran comilona y rodeado de amigos en una trattoria escondida en un callejón de Roma, la ciudad eterna a la que dedicó varias películas que encendieron mi interés por conocer la ciudad eterna, aquella que descansa a orillas del Tíber.

El cineasta que vino del mundo del cómic (fumetti que dicen en aquella tierra) y se casó con la gran actriz Giulietta Masina, rodó sus mejores películas cuando el eco del neorrealismo continuaba sacudiendo la conciencia del cine italiano y europeo. Así que me llevo a esa isla desierta con sala de cine El jeque blanco, Los inútiles, La Strada y Las noches de Cabiria y menos al de 8 1/2 y La dolce vita pero no al que firmó Satyricon y, ya se ha dicho, Amarcord, esa película que no me cansó de ver y que hoy volveré a visionar en reconocimiento a la carrera de un hombre por el que merece la pena gritar ¡¡¡viva Italia!!!, ¡¡¡viva Fellini y Nino Rota!!!

Anoche soñé que volvía a ver Cabeza borradora, un filme dirigido por David Lynch (Missoula, Montana; 20 de enero de 1946) y que salía del cine, entonces Price y de una sola sala o pantalla única como dice aquél, conmocionado, preguntándome qué diablos… Años más tarde y en Madrid volvió a seducirme aquel director con Terciopelo azul, cinta que se convirtió en un poema para una generación de espectadores que por aquel entonces no se cansaba de buscar referencias y sobre todo nuevos autores en eso que llaman cine. Anoche soñé las espontáneas reuniones en aquel viejo piso de la capital de España para ver Twin Peaks y susurrar su sintonía sin sospechar, entonces, cómo degeneraría la serie ni la carrera de un director que se vuelve cada vez más hermético, cerrado y en el que se confunde realidad con ficción.

David Lynch me hizo llorar con la belleza del monstruo en El hombre elefante y me metió literalmente en el bolsillo en Dune, que sigo pensando es una de sus películas menos comprendidas y en las que se fusiona el talento del cineasta con el fasto pop de la firma Laurentis. Comenzó a desinflarse con Corazón salvaje aunque lo reencontré en Autopista perdida y Mullholand Drive, no tanto en Inlad Empire. Una historia verdadera es otra cosa, un filme que no parece de David Lynch siendo cien por cien Lynch.

Saludos, hermanos y hermanas, desde este lado del ordenador