¡Viva el Rey!

Sábado, Enero 12th, 2013

La primera película que me abrió los ojos, que me sacudió por dentro y por fuera estuvo protagonizada por un monstruo.

Era pequeño, es probable que tuviera unos diez años, y descubrirla en la pantalla de aquel televisor en blanco y negro de la marca Pradoni fue, ya digo, como una especie de revelación.

De pronto, me percaté que además de la historia que me contaban había algo que latía por dentro.

Desde ese día King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933)  ocupa orgullosa el primer puesto de esa hipotética lista de diez películas con las que podría irme feliz al otro mundo.

La razón que lo explica es que no he vuelto a sentir esa misma magia, ese mismo sobrecogimiento, esa misma sensación de aprendizaje, de estar con unos para al final estar del lado del agresor primitivo que se convierte en víctima, con otra película.

Es decir, que me pusiera del lado del monstruo.

De la bestia.

Del rey de la isla de La Calavera.

Eso justifica mi fascinación por King Kong.

Y que no me canse de verla una y otra vez.

Me la sé de memoria. De hecho, puedo narrarla e interpretarla porque me la sé de memoria. De cabo a rabo. De rabo a cabo.

Cierro los ojos y la recreo en mi cabeza con absoluta fidelidad.

Cada secuencia fantástica.

Cada fantástica secuencia de esta obra maestra de eso que se llama cine.

Y es que solo hay un Kong.

Y ese King Kong, que a partir del día de la revelación quise que representara mi presunto lado salvaje, aún gruñe dentro de mi. Está cansado de su encierro. Harto de que intente domesticarlo.

Me pregunto qué razones explican que todavía me acuerde de la primera vez que me encontré por casualidad con esta película. Y que razones mastico para entender que no recuerde otros pedazos de una infancia de la que apenas guardo memoria.

Conservo muy fresco, sin embargo, la primera vez que me encontré con Kong.

El latigazo de deseo al que en ese momento fue incapaz de ponerle nombre y apellidos cuando vi a Fay Wray ligera de ropa y el miedo que me envolvió cuando la aspirante a actriz es secuestrada por la tribu de indígenas para que sirva de ofrenda a Kong.

Y el tam tam de los tambores, y el Kong, Kong, Kong que cantan los nativos mientras Wray intenta desembarazarse de las cuerdas…

Y cómo me congelé con la primera aparición del indiscutible Rey de esa selva, jungla delirante y primigenia recreada con mucha clase en estudio.

Aún resuena en mis odios el chillido de pánico de Wray cuando el gorila gigante se la lleva entre sus manos para conducirla hasta su guarida, seguido por los hombres que capitanea Carl Denham (Robert Armstrong), el director de cine sin escrúpulos, y el primer oficial del barco (Bruce Cabot), quien cae seducido, como cae seducido Kong, ante los encantos de Fay Wray, la aspirante a actriz.

Pero es que la misma emoción que sentí entonces se repite ahora cuando la vuelvo a ver.

La escena del tronco del árbol. Los disparos que hacen cosquillas al gorila que ha recibido el primer flechazo de eso que llaman amor.

A Kong abriéndole las mandíbulas a una criatura antidiluviana que solo piensa en tomarse el aperitivo con la chica que lleva entre sus manos.

A Kong explorando esa muñequita mientras descubre el cuerpo de una mujer tan atractiva como fue Fay Wray…

Recuerdo, como si fuera ayer, como tras dormirlo y trasladarlo a Nueva York me puse del lado de Kong.

Hijos de la grandísima puta, pìenso todavía.

Pero comprendan que es aquí, en que me pusiera del lado de Kong, el rey destronado al que denominan ahora como la octava maravilla del mundo en la ciudad de los rascacielos, que entienda que aún permanezca esa pesada cadena hecha hechizo cuando el cine lo que propone es solo buenas historias.

Por disparatadas que resulte al puñetero sistema.

El final, apoteósico incluso hoy, cuando la vuelvo a ver y me quedo clavado en el sofá de mi cueva, da rienda suelta a numerosas interpretaciones.

Pero las explicaciones no valen nada cuando argo que te gusta no sabes exactamente ¿por qué te gusta?

¿Por abrirme los ojos siendo apenas un infante?

¿Un niño que jugaba a los soldaditos, que recreaba con aquellas figuras batallas que calmaban al Kong que llevaba dentro?

¿Ese mismo chaval con el que me identifico y que continúa pidiendo clemencia cuando el gorila cae abatido por los disparos de los biplanos mientras Kong está en la cima del Empire Sate Building?

Solo sé que me asaltan las lágrimas cuando contemplo en la película el cadáver aún caliente de Kong sobre el asfalto.

Y la sentencia de Denham:

 “No, no fueron los aviones. La belleza mató a la bestia.”

Así que anoche no vi King Kong.

Fue otra cosa.

Anoche volví a soñar con King Kong

Saludos, el Rey cumple ochenta años, desde este lado del ordenador.

Dando notas a las puertas del apocalipsis

Miércoles, Diciembre 19th, 2012

* La escritora Esther Terrón Montero debuta en el panorama literario con la novela Junio (colección Tid, Ediciones Idea), donde propone una ácida alegoría sobre la incomunicación y la carencia de relaciones sinceras “que vivimos en la sociedad actual.” La protagonista de la historia, una profesora que todos los días se traslada a un instituto localizado en el sur de una isla que podría ser Tenerife, relata en primera persona sus experiencias, mostrando sus emociones y todo cuanto se desarrolla a su alrededor.

* También en Ediciones Idea aunque en la colección Narrativas ha aparecido el nuevo libro de relatos del escritor Agustín E. Díaz Pacheco, Proa en nieblas, título que, en palabras del también escritor Jorge Majfud: “La cartografía tradicional de los cuentos lineales, abundantes en acción y con finales cerrados en sus propias resoluciones, nos llevará a naufragar en el más temiblemente calmo de los mares que componen este libro.” Otros libros de Agustín E. Díaz Pacheco son Los nenúfares de piedra, La cadena del agua y otros cuentos y El camarote de la memoria.

* La editorial Alhulia publica Línea líquida (Memorias de unos años algo frívolos) del escritor y abogado José María Lizundia. El autor explica que en este libro “domina el humor de principio a fin”, aunque admite que es de difícil clasificación: “Es narrativa y podría ser una novela, pero se trata de un libro de memorias que abarca dos o tres años del autor en su cincuentena, luego no parecen unas memorias; quizá podría presentarse como diarios, pero ocurre que no hay días marcados.” Lizundia es autor también de Diario de un abogado mundano, entre otros títulos.

* Noa y los dioses del tiempo, de Ana Joyanes Romo, es el séptimo título de la colección de novelas G21: Narrativa Canaria Actual, si no contamos el primero de esta iniciativa coordinada por el editor de Ediciones Aguere, Ánghel Morales, una antología de relatos que incluyó entonces a doce autores y que desde entonces se ha convertido en una especie de fenómeno literario en las islas. Noa y los dioses del tiempo transcurre en un espacio alternativo que podría ser cualquiera de las islas que forman el archipiélago canario, en el que la realidad y la magia se dan la mano. Esta novela se presenta el sábado, 22 de diciembre, en el Ateneo de Miraflores, en Santa Cruz de Tenerife, a las 20 horas. Introducirá el acto el abogado y escritor Iván González.

* Ediciones Idea ha reeditado, en su colección Narrativas, El perfil de las esquinas, de David Galloway, una recopilación de relatos que vio la luz por primera vez en 2003 y que, en esta ocasión, cuenta con un prólogo del profesor y poeta Ernesto Suárez, así como con un cuento inédito, titulado La vida en defensa propia (Pubis azul). La obra indaga en la búsqueda de la felicidad y está poblada de personajes que, a través de las experiencias vividas, terminan comprendiendo que toda ilusión, sea cual sea su cariz, su contrapartida, siempre hace mella. El volumen se presenta este jueves, 20 de diciembre, a las 19.30 horas, en la Librería de Mujeres de Canarias. En el acto intervendrán, junto al autor, el prologuista de la obra Ernesto Suárez; la directora de la librería, Izaskun Legarza; y un representante de la editorial canaria.

* La Escuela Canaria de Creación Literaria comenzará el nuevo año con un Curso de Relato Breve, que impartirá el escritor Víctor Álamo de la Rosa. Las clases tendrán lugar los jueves desde el 24 de enero al 11 de abril, de 20.30 a 22 horas, y en el mismo se profundizará en la esencia de la narrativa, así como se trabajará con los recursos expresivos de cada alumno. El curso se completará con la realización de un relato por parte de cada alumno con la intención de hacer una publicación colectiva. Más información en la página web de la ECCL.

* Este miércoles, 19 de diciembre, se presenta El libro LuchaLibro, publicado por la editorial Baile del Sol, dentro de la colección Sitio de Fuego. El volumen, de 160 páginas, compila los más de ochenta relatos que participaron en este certamen, e incluye como no podía ser menos, el trabajo ganador, que recayó en Enrique Sicilia (primer premio) así como los finalistas Nuria López, Alejandra Allueva y Hugo Clemente. El libro de LuchaLibro se distribuirá en las principales librerías de la isla y a través del blog de LuchaLibro Canarias. La presentación tendrá lugar a las 21 horas en  el Malavida, “ideas y copas”, en Santa Cruz de Tenerife.

* El Espacio Cultural Aguere de La Laguna acoge desde este miércoles, 19 de diciembre, hasta el 9 de enero del 2013, un ciclo dedicado a la actriz de origen canario Maria Montez. También se inaugurará una exposición coordinada por Aron Benchetrit y compuesta por paneles y material gráfico perteneciente a la colección de Antonio Pérez Arnay, fallecido el 1 de enero de este año y al que se le rendirá un homenaje. El ciclo Maria Montez incluye la exhibición a las 20.30 horas de La reina de Cobra (1944); Alí Babá y los cuarenta ladrones (1944) y Las mil y una noches (1942), el 19, 20 y 21 de este mes, respectivamente.

* La Filmoteca Canaria recupera sus ciclos el próximo año, entre enero y febrero, con una atractiva retrospectiva dedicada al cineasta Ernst Lubitsch. Entre otros títulos se exhibirá Ninotchka y To Be or not To Be.

Saludos, escobilloneros antes del fin, desde este lado del ordenador.

¿Insisten en tomarnos el pelo?

Jueves, Noviembre 29th, 2012

La matrioska es una muñeca de origen ruso que se encuentra hueca por dentro, de tal manera que en su interior alberga una nueva muñeca, y ésta a su vez a otra, y ésta a su vez otra, y otra…

En su ya tradicional política de marear la perdiz el Gobierno de Canarias ha hecho lo mismo que la tradicional matrioska en cuanto a los recursos dinerarios destinados a su área de Cultura.

La historia comenzó el año pasado, cuando fijó en un 60 por ciento el recorte levantando la protesta de parte del sector.

Una parte del sector que redactó un manifiesto, organizó un presuntuosamente revolucionario Gabinete de Crisis que fue incapaz de aglutinar a todos los afectados aunque hizo algo de ruido en la calle…

Días antes, el 24 de octubre, el poco inspirado viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, mantenía una reunión con parte de los afectados para transmitirle la dramática noticia del tijeretazo.

Ignoro si Delgado ha vuelto a reunirse con parte del sector este año para comunicarles el nuevo recorte –la matrioska– que contemplan los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2013.

Aunque algo me dice que no.

El Ejecutivo regional intenta matizar el feo afeitado anunciando que se trata “solo” de una reducción del 0,9 para sus políticas activas en materia cultural el año próximo.

Es decir, que se contará, chicos y chicas, con 5.879.548 frente a los 5.933.540 euros “empleados” –así está escrito en una nota de prensa– en 2012.

Cabe destacar –otra matrioska– que en esta cifra desaparecen los Presupuestos Generales del Estado que hasta ahora aportaban ayudas y subvenciones, entre otras, las destinadas a la movilidad de los artistas y creadores canarios.

Es decir, que la cantidad de 505.750 euros que pasaba Madrid será cero en 2013.

El Gobierno canario, que no sale de su natural indignación ante este nuevo atentado de la Metrópoli, responde sin embargo con un rapto de generosidad sin precedentes al anunciar que, don´t worry, be happy, aportará de su propio bolsillo, que es el nuestro, 200.000 euros para que los creadores de la isla no jueguen con desventaja frente a los artistas y creadores que residen en la parte continental de ese territorio que aún me atrevo a llamar España, aunque cada día con la boca más pequeña.

Mientras tanto, la mayor preocupación del departamento que dirige la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, es la de crear un chiripitiflatulento Observatorio Canario de la Cultura que nadie sabe cuanto nos costará a los que vivimos en estas islas abandonadas de la mano de los dioses.

Casi parece, reflexiono, que a mamá Inés y a su escudero Alberto Delgado, felizmente recuperado de una enfermedad, le parece más importante mirar antes que pasar a la acción

Septenio, oh, Septenio.- Lo que me llama poderosamente la atención si se hace un desglose de las cantidades que se distribuirán por los distintos programas que vertebra el departamento que hoy dirige Delgado bajo la atenta mirada de su consejera, Inés Rojas, es el anuncio de que Septenio –que en 2013 estará dedicado al Turismo– contará con una partida de 780.000 euros.

Entiendan mi asombro.

Más si tenemos en cuenta que el Gobierno de Canarias aplazó recientemente este año la misma convocatoria, dedicada en 2012 Al suelo.

En su momento, el departamento que dirige Inés Rojas y su escudero Alberto Delgado, confiaba en un escrito remitido a los afectados que presentaron proyectos para su edición 2012: “En poder retomar esta convocatoria en próximos ejercicios.”

¿2013?, ¿2014?, ¿2084?

¿Adiós Al suelo y bienvenido Turismo?

La idea de Turismo en contra de la del Suelo, nos vende la cada día menos creíble Consejería de Cultura, es la “de valorar y analizar el estado de Canarias en el ranking turístico mundial y planificar nuevas estrategias futuras, apostando por el turismo cultural como nueva etiqueta para las Islas.”

Mmmm

Y Pienso, porque a veces me da por pensar, ¿qué se hará con los proyectos que se presentaron a la convocatoria de 2012?

¿Tirarlos Al suelo?

Claro que aquí, ya saben, nunca paaasa naaada, mano.

Cine.- El programa Canarias y el Cine dispondrá de 300.000 euros para 2013 con el fin de “seguir manteniendo el trabajo desarrollado en anteriores ejercicios, en el Plan Canario Audiovisual y en la labor de conservación y difusión del patrimonio audiovisual canario, a través de la Filmoteca”, se avisa en la misma nota de prensa…

Claro que ¿esto que cuentan es verdad?

Lo pregunto porque a un mes de que finalice 2012, este año que termina Canarias Cultura en Red aún no ha publicado convocatoria alguna para proyectos de coproducción audiovisual.

Y mucho me temo que lo mismo sucederá en 2013.

Así que ¿qué sentido tendrá la existencia de un Plan Audiovisual de Canarias cuando en Canarias los únicos que están haciendo algo parecido a cine es sin contar con el apoyo de ese mismo Plan Audiovisual de Canarias?

Empiezo a sospechar que la matrioska, a medida que se hace más pequeña también se hace más mentirosa…

O que me oculta argo… 

Para completistas.- Desgloso a continuación las cantidades dinerarias que se distribuirán entre las distintas áreas y programas que la matrioska Cultura, por llamarla de alguna manera, piensa distribuir en 2013.

¡¡¡El año de la serpiente según el horóscopo chino!!!

* Circuito islas de Música, Teatro y Danza: 1.035.000 euros.

* Canarias y la Cultura: 1.664.548 euros que se destinarán presuntamente para promocionar el desarrollo cultural “en diversos planos como la dinamización y promoción de actividades culturales, en el marco de la integración y la difusión de los valores de la cultura canaria.” (¿?)

* Canarias y el Arte: 400.000 euros que pretenden estimular los centros de producción y gestión de las artes plásticas “en los que se promocionan y fomentan la formación, la producción y la exhibición, en el terreno de las artes visuales, así como de los espacios y centros de arte dependientes del Gobierno de Canarias.”

* Canarias y la Cultura Tradicional: 200.000 euros, “con la finalidad de seguir dinamizando la cultura de raíz y el patrimonio cultural, en el ánimo de contribuir a su difusión y preservación.”

* Bibliotecas y Archivos: 4 millones de euros.

* Libro y Publicaciones: 635.651 euros.

* Patrimonio Cultural: 539.005 euros.

Por último, la aportación pública al Festival de Música de Canarias se reduce un 35 por ciento, pasando de los 2.000.000 euros en 2012, a 1.300.000 euros en 2013.

La nota informativa del Gobierno de Canarias termina con un notable pero nada agradecido sentido del humor:

“Aunque estas partidas han sufrido un importante ajuste, el Gobierno, con estas cifras, garantiza un servicio público de calidad.”

Saludos, aquí nunca paaasa naaada, desde este lado del ordenador.

El extraño viaje: ‘Antilia. Navigatio Sancti Brandani’

Miércoles, Noviembre 28th, 2012

No sé si Antilia. Navigatio Sancti Brandani, del cienasta palmero Jorge Lozano Vandevalle, terminará por convertirse en la serie de televisión que intenta promocionar con la exhibición en diversas salas de las islas de su episodio piloto, pero al margen de que esta expectativa se cumpla, y solo con la intención de cotejar por donde transita el audiovisual que se está rodando en estas islas, digamos que verla el pasado martes, 27 de noviembre, en TEA Tenerife Espacio de las Artes ha sido para quien les escribe como un extraño y gozoso viaje.

Un extraño y gozoso viaje que, pese a todos sus defectos, logró llamar mi atención como espectador aunque su inevitable “continuará…” frustrase las expectativas para proponer un análisis global de lo que solo es, por el momento, su capítulo cero.

De todas formas, y salvando este inconveniente, veo en Antilia una atractiva aproximación a la leyenda de San Brandán y su busca del Paraíso perdido rodada con una inspiración lisérgica y sano espíritu de aventura con una voluptuosa mirada técnica que la hace radicalmente distinta a otros trabajos canarios estrenados en esta misma sala de TEA.

En este aspecto, sus imágenes y la historia evocan aventuras marineras y de claro signo iniciático como La Odisea y Las aventuras de Simbad, porque Antilia es, precisamente, un relato fabuloso y fantástico marcado por un asombro en este caso teñido de primitivo cristianismo, cuya puesta en escena parece inspirada por Pier Paolo Pasolini, el Luis Buñuel de Simón del desierto, e incluso por su espíritu extravagante a esa obra maestra del cine fantástico que es la versión alemana de El barón de Münchhausen (Josef von Báky) de 1943.

Sobre todo, en su segunda mitad, cuando apuesta todo a una carta tan difícil como es la fantasía en su estado más puro y salvaje. Ese territorio donde la única regla posible es contar con la complicidad de una audiencia difícil porque está demasiado inmersa en la gris realidad que la estrangula.

Vista así, como un relato donde lo imposible puede suceder, donde los sueños quizá puedan tocarse con los dedos de las manos si les mueve una obsesión que, en el caso de Antilia se hace en el nombre de la fe, la cinta de Lozano Vandewalle desarma y convence.

Lastra, sin embargo, esta curiosidad, esta pequeña pieza que bebe de fuentes genéricas tan dispares, un abuso incómodo de la voz en off, así como algunos diálogos demasiado literarios que marca una notable distancia –no acerca–  al relato que estamos viendo en pantalla.

Un relato que si hubiera respetado más el periodo de creencias hoy superadas en el que se escribieron los fabulosos viajes de San Brandán, hubiera resultado mucho más brillante de lo que realmente es si no pensase que el público que la va a ver es tan mostrenco.  

Afortunadamente y para compensar lo que entiendo una debilidad de juicio y sobre todo de apuesta sincera por el relato de tan insólita singladura, Antilia recupera en ocasiones ese espíritu al que no debió de renunciar para contar una historia que es desbordante fantasía, mostrando los hechos extraños que acontecen como anormalmente normales en un viaje que por irreal, se muestra a veces con un afortunado desprecio por el ridículo que a mi, al menos, supo meterme en el bolsillo porque están representados con una plasticidad que no cae en la parodia.

Y es ahí cuando Jorge Lozano, como si reinterpretase al Passolini de Las mil y una noches y los delirios católicos del más onírico e irreverente Fellini, roza lo imposible: que viva tan extraña aventura

Antilia cuenta así con escenas de una insólita belleza estética que despierta algunas de mis más secretas y primigenias inquietudes, como el encuentro con el ermitaño en el roque perdido en el mar y el delicioso diálogo que mantiene con los monjes navegantes; así como la aparición, en otra isla en la que recala la pequeña embarcación cuyo grupo lidera Brandán, con uno de los siete obispos que gobiernan ese territorio.

Por ello insisto que como vehículo fantástico, rico en situaciones extrañas, Antilia. Navigatio Sancti Brandani es un producto gozoso, que sorprende, que sabe hacerse con ese corazón de niño asombrado que aún debo de tener por algún lado.

Pero soy también consciente que su aparente inocencia no será entendida por un espectador demasiado encerrado en esa otra fantasía que nos venden como realidad. Hay pues que dejar la mente abierta y dejarse seducir por una historia que reproduce con medios limitados el viaje legendario que emprendió ese monje de origen irlandés en pos de un sueño. Monje del que toma nombre la misteriosa isla de San Borondón que, como todo el mundo sabe, es la esquiva y octava isla de Canarias.

Jorge Lozano muestra este itinerario por ese mundo fabulado subrayando la irrealidad con efectos especiales que, pese a su técnica, se ensamblan perfectamente a un relato que, ya lo hemos dicho, apuesta por la fantasía pura y salvaje. Por una geografía que exige la complicidad del espectador con el objetivo de que participe en ese universo imaginario libre de prejuicios, sin ataduras a su experiencia cotidiana.

Porque lo que vemos es un cuento al que no le interesa demasiado los personajes, aunque se explique innecesariamente que Brandán emprende su viaje tras quemar como Don Quijote todos sus libros de caballería al tener como única y obsesiva meta la de buscar el paraíso perdido quizá con la esperanza de que, efectivamente, los sueños existen cuando se transforman en leyenda.

Con un cuidadoso trabajo de dirección artística y una banda sonora que me retrotrae a un cine cuya mirada resultaba felizmente kitch, ver Antilia ha sido como una especie de revelación extrasensorial porque ha consiguido que a veces, solo a veces, dejase de transitar por el camino de baldosas amarillas.

Y escribo solo a veces porque la hipnosis que me produce la visión de la cinta continuamente es interrumpida por una voz en off que me devuelve a la realidad de que estoy viendo una película que no termina de creerse a sí misma. Pienso que bastaba, en este sentido, solo mostrar, y no subrayar con palabras, las distintas maravillas que presencian estos monjes en su viaje.

Maravillas que contribuyen a convertir su fe en una esperanza –llamada Paraíso– que terminará al final sobre el lomo de una ballena.

Saludos, yo también creo en San Borondón, desde este lado del ordenador.

‘Rodajes en Canarias 1951-1970′

Lunes, Noviembre 19th, 2012

La Filmoteca Canaria presenta este martes, 20 de noviembre, y el miércoles 21 a las 20.30 horas en el Espacio Aguere de La Laguna y en el teatro Giniguada de Las Palmas de Gran Canarias, respectivamente, el catálogo Rodajes en Canarias 1951-1970, un volumen en el que se recoge la producción de películas, documentales y noticiarios realizados en las islas durante este periodo. El acto contará además con la exhibición de noticiaros de NO-DO y un pequeño documental, y será presentada por la directora de la Filmoteca, María Calimano, y el coordinador del catálogo, Enrique Ramírez Guedes.

La obra que se presenta es la segunda entrega de un proyecto que vio la luz en el año 2004 y que atendía al periodo comprendido entre los años 1896 y 1950.

Este segundo volumen centra su contenido en las producciones que han tenido lugar en territorio canario e incluye películas de ficción, que abarca el cine argumental realizado en Canarias de manera profesional; documental, donde se ubican los filmes de este carácter rodados en las islas también por profesionales; noticiarios, que recoge los reportajes de corta duración y carácter informativo que tradicionalmente formaban parte de unidades mayores, como los NO-DO; y, finalmente, amateurs, en el que se incluyen las obras realizadas por aficionados independientemente de que puedan ser de ficción o documentales, incluyendo también los realizados por cineastas foráneos. Finalmente también, y por el interés que pueda tener su reseña, se ha incluido una sección dedicada, como en la primera entrega, a los proyectos que no llegaron a cuajar.

Las producciones cinematográficas recogidas en este catálogo reflejan el auge que experimentan las islas como escenario cinematográfico privilegiado, al que recurren productoras de países tan diversos como Finlandia, Sudáfrica, Suecia, México o Australia, amén de los más tradicionales EE.UU., Reino Unido, Italia o Francia, para, exceptuando España, hacer un total de veintidós los países que en estas décadas rodaron al menos una película en Canarias. Reino Unido y la República Federal de Alemania encabezan la lista de países con más realizaciones, seguidos por Francia, Italia y EE.UU.

Como datos totales de los 20 años que recoge el Catálogo encontramos que la ficción arroja un saldo de 42 películas realizadas, mientras que los documentales suman 245, los noticiarios 121, la producción amateur sube hasta 167 filmes y los proyectos que no llegaron a conclusión suponen 61.

Filmoteca Canaria ha editado de esta publicación un total de 600 ejemplares que serán puestos a la venta a través de Lemus.

Saludos,comentaremos este ambicioso trabajo en un próximo post, desde este lado del ordenador.

La hora de la verdad: frente a frente

Sábado, Octubre 27th, 2012

Voy al cine.

Hago el esfuerzo de gastarme un puñado de euros y entro en la sala oscura.

Mientras busco acomodo en la butaca me doy cuenta que me asaltan las mismas emociones que me asaltaban las primeras veces que iba al cine. Una mezcla extraña de expectación ante lo que voy a ver…

En silencio invoco a los dioses para que la película que se va a proyectar en una de esas pantallas grandes que ya no son, sin embargo, tan grandes como las de antes, me diga algo. Es decir, que no salga con la sensación de que me han estafado, tomado el poco pelo que aún me queda sobre la cabeza.

En silencio, y mientras la luz del proyector ilumina la sala veo los tráiler entre los que destaca la última película protagonizada por Sylvester Stallone. La dirige Walter Hill, así que le comento al amigo que tengo al lado que regresa el cine de autor de los ochenta. Es una broma particular que tenemos.

Coincide además que Hill es un cineasta con el que los dos nos hemos alimentado.

Allá en los ya hoy lejanos años ochenta.

En mi caótica deuvedeteca conservo varios títulos del director: El luchador, Forajidos de leyenda, La presa…Y sí, si que me gusta el cine de Hill, como me gusta el cine de John Milius.

Los dos son algo así como una especie en extinción.

Tan extinción como esto del cine.

Y como quien les escribe.

La película que veo tiene título, claro está: Looper.

Y me deja k.o.

O lo que es lo mismo, me hace pensar en mi mismo mientras veo esta curiosa e inquietante tragedia sobre nosotros mismos.

Imaginad un futuro donde las mafias envían a sus víctimas a un pasado que vive una brutal crisis económica para que sean liquidados por asesinos a los que se conocen como Looper. Unos liquidadores, estos looper, que en sus ratos libres gastan su sueldo –en forma de lingotes de plata y ocasionalmente oro– en prostitutas, borracheras y drogas de diseño.

El ser o no ser, esa es la cuestión surge cuando el asesino tiene que eliminar a un hombre que viene del futuro que es él mismo.

Contado así puede resultar confuso pero el filme de Rian Johnson lo explica muy bien. Demasiado bien. La película, además, explota otras vías, otros caminos posibles.

Busco referencias: Doce monos, Horizontes de grandeza, incluso un look a lo pobre tipo Matrix… Porque la grandeza de Looper es que se trata de una película pequeña en la que late un corazón muy grande.

Tiene mucho de tragedia. No sé si shakesperiana pero sí de tragedia. La tragedia de ser uno mismo.

Una de las mejores escenas del filme muestra frente a frente al protagonista del filme con su yo del futuro. El personaje, que interpreta Joseph Gordon-Levitt, y Bruce Willis se miran a la cara y piden el mismo plato en una cafetería de carreteras.

Willis le grita que no sea tan idiota cuando su yo le dice que lo deje en paz, que va a cumplir con la regla que es pegarle un tiro en la cabeza.

Acabar consigo mismo.

Quiere vivir su futuro.

Ese futuro que desconoce y que tiene ahora delante de sus narices.

No se reconoce, y aquí está el drama, en ese hombre maduro –que es él– que solo desea cambiar el pasado para ser feliz.

Esto me hace pensar en cómo reaccionaría mi yo del pasado si se enfrentara a mi yo del presente.

Probablemente el yo del presente le diría lo mismo que le dice Willis: Espabila… Solo que, para complicar las cosas, mucho me temo que mi yo del futuro le diría lo mismo a quien ahora escribe estas líneas.

¿Me reconocería en él?

Looper es una película que trasciende las fronteras del género de la ciencia ficción por lo que es una película recomendable también para quienes detestan el género de la ciencia ficción.

Suscita preguntas. Y que me plantee preguntas es una de las pocas cosas que le pido no solo a una película.

El hecho de que haga trabajar mi cabeza es un síntoma claro que lo que veo contiene algo más que acción, paradojas temporales y una nueva y apasionante lectura sobre los viajes en el tiempo…

Pero esto debe ser así porque siempre me ha fascinado especular sobre lo de viajar en el tiempo. Retroceder, nunca avanzar, en el tiempo.

La culpa la tiene un escritor grandioso que se llamaba H.G. Wells.

Y otro escritor, Richard Mathenson, que en un relato se adelantó a ese fantástico disparate que es El Caballo de Troya de J. J. Benítez.

Un viajero del futuro, invisible, asiste en directo a la crucifixión de Jesucristo.

Solo puede observar, no intervenir.

Ray Bradbury explotó el viaje en el tiempo en una serie de relatos donde sus protagonistas se trasladaban a esos tiempos donde los dinosaurios dominaban la Tierra. Peter Hyams llevó al cine una de estas historias con resultados muy frustrantes. El dibujante Richard Corben sin embargo sí que supo captar la paradoja en una serie de historietas que a mi todavía me producen cierta fascinación.

En la primera entrega de la trilogía de Regreso al futuro de Robert Zemeckis se proponía un discurso inquietante, que iba más allá del complejo de Edipo cuando la futura madre del protagonista siente algo especial por su hijo… Claro que ella no sabe que ese chico será fruto de sus entrañas…

Pienso también en la reivindicable Peggy Sue se casó, de Francis Ford Coppola. Un cineasta que incluso en sus horas más bajas sabe que el negocio del cine es algo personal y no solo negocio.  

Looper va más allá.

Atención, pregunta:

¿Sería usted capaz de matar a un niño que sabe que el día de mañana será el responsable de su tragedia?

¿Sería capaz de asesinar a un inocente que el día de mañana se convertirá en el mayor hijo de puta conocido y reconocido en la Tierra?

Esa cuestión planea en Terminator…

Ira Levin reflexionó sobre lo mismo aunque en clave sensacionalista y con clones en Los niños del Brasil, novela que cuenta con una excelente adaptación cinematográfica.

En ese realista retrato que es Ven y mira, de Elem Klimov, el joven protagonista termina disparando contra un retrato de Hitler cuya imagen retrocede hasta mostrarnos a un niño austriaco sin su futuro  ridículo bigotito que mira desafiante al partisano.

El joven comunista no puede apretar el gatillo.

Es incapaz de matar a ese niño por muy monstruo que pueda convertirse en el mañana.

No voy a contar lo que hace el protagonista (desdoblado) de Looper.

Pero da que pensar.

Salgo del cine conmovido, con cuestiones parecidas a las que he expuesto mientras devoro un delicioso bocadillo de pollo en el Imperial.

Le doy vueltas a lo que haría…

También a cómo me enfrentaría a mi yo de ayer.

Es decir ¿sería capaz de reconocerme en ese tipo que, ahora que repaso algunas fotografías de mi mismo de hace apenas diez, veinte años, ahora resulta ser un completo desconocido?

Sí, sé que soy yo…

Pero no soy yo…

Recorro las calles solitarias y sucias de la capital de provincias en la que vivo.

Llueve.

Y hoy cambian además la hora.

A las tres de la madrugada serán las dos.

El tiempo.

Siempre el puto tiempo. 

Saludos, ¿mañana será otro día?, desde este lado del ordenador.