Antiguos viceconsejeros debate sobre el pasado y el presente de la Cultura en Canarias

Miércoles, Enero 19th, 2011

La Fundación Pedro García Cabrera inicia sus actividades de 2011 organizando la Mesa redonda Viejos y nuevos retos de la cultura en Canarias. El acto tendrá lugar este jueves,  20 de enero, a las 19 horas en el Salón de Actos de la Mutua de Accidentes de Canarias (MAC), en  Santa Cruz de Tenerife (calle Robayna, nº 2, esquina con calle Castillo).

El debate repasará los hitos culturales desarrollados en Canarias desde la instauración de la Autonomía hasta la actualidad, abarcando aspectos relacionados con la Legislación y competencias del Archipiélago, la evolución presupuestaria, las infraestructuras culturales construidas, y analizando los diferentes sectores culturales: Teatro, Cine, Música, Danza, Artes plásticas, etc. El objetivo de la Fundación García Cabrera es tratar de responder a preguntas como

¿En qué han acertado o fallado los distintos gobiernos en materia cultural?

¿En qué medida la actividad actual se corresponde con lo proyectado?

¿Se ha aprovechado eficientemente la bonanza económica pasada?

¿Qué hitos culturales han quedado en el tintero de las administraciones canarias?

En la mesa,  moderada por Antonio Álvarez de la Rosa, intervendrán antiguos altos cargos de Cultura del Gobierno de Canarias como Francisco Ramos Camejo, quien fuera viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias (1991-1993) y Consejero de Cultura del Cabildo de Gran Canaria durante ocho años (1983-1991), y que en la actualidad es asesor de la Consejería de Cultura del cabildo grancanario; Horacio Umpiérrez Suárez, director General de Cultura del Gobierno Canarias entre los años 1995 y 1999 y posteriormente vinculado al Cabildo de Fuerteventura, donde ha sido el responsable de la programación cultural, las políticas del audiovisual y de los proyectos de nuevas infraestructuras, siendo actualmente director del Centro de Arte Juan Ismael; y Dulce Xerach Pérez, diputada del Parlamento de Canarias que ha ocupado diferentes cargos de responsabilidad política, primero como consejera de Cultura y Patrimonio del Cabildo Insular de Tenerife (1995-2003) y luego como viceconsejera de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias (2004-2007).

 Saludos desde este lado del ordenador.

Titanic 2 (El hundimiento)

Martes, Noviembre 9th, 2010

El viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, vestido de marinero, gorra de plato blanca encima de la cabeza, se encuentra en la proa del barco llamado Cultura fumando en pipa tranquilamente cuando de improviso ve como el iceberg de la crisis desgarra la niebla como si fiera un velo y muerde como una navaja un lado de la embarcación.

ALGUIEN: Zozobramos, zozobramos…

ALBERTO DELGADO (hace bocina con las manos): ¡Las mujeres y los niños primero!

A la primera que tiran por la borda con salvavidas es a Blanca Quintero. Cuando su cuerpo toca el agua se aferra a una tabla que casualmente flotaba por ahí en la que se puede leer Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias.

Delgado recorre la cubierta atestada de gente. Unos marineros bajan lanchas de salvamento al agua agitada del Atlántico. Otros piden orden al pasaje enloquecido. Un grupo de músicos canarios toca, en la popa, temas ligeros para relajar el ambiente.

Una de las lanchas salvavidas se suelta de los amarres y cae al agua donde se hace añicos.

UNA VOZ: ¡Dios mío, sólo nos queda una!

Alberto Delgado reparte órdenes a diestro y siniestro a quien quiera escucharle. Logra, sin embargo, que la única lancha que queda americe con suavidad en el mar agitado. Delgado desciende el primero, bajando con sorprendente agilidad por la escala. Detrás de él, un grupo de pasajeros se amontona, varios de ellos caen al agua donde son arrastrados por las olas.

ALBERTO DELGADO: ¡Qué no cunda el pánico!, ¡qué no cunda el pánico!

El barco lentamente se hunde en el mar. El ruido de hierros destripándose atraviesa la noche como el grito desgarrador de mil gatos en celo. Más allá, en el horizonte, otros navíos de  la escuadra del Gobierno de Canarias se ponen en posición vertical para ser tragados por las aguas rabiosas del Atlántico.

Un teatrero que ha logrado hacerse sitio en la barca exclama: ¡Esto es el fin!
Todos miran como el barco Cultura se hunde en el mar.

Saludos, de un marinero en tierra, desde este lado del ordenador.

¿Qué nos pasa, doctor?

Jueves, Octubre 14th, 2010

La noticia ha pasado sin pena ni gloria pero a mi juicio me parece muy destacable: el gasto medio por persona en ocio, espectáculos y cultura descendió en Canarias un 6,7 por ciento entre los años 2006 y 2008, lo que sitúa a nuestra sufrida y maleable comunidad autónoma como la tercera con mayor descenso global en este tipo de servicios.

Me pregunto como serán los datos del trienio 2009-2011. Cuando todos éramos postmodernos se solía decir la siguiente imbecilidad: corramos un estúpido velo. Pero como ya no soy postmoderno permítanme la gracieta rabiosa: que los dioses nos cojan confesados.

A la espera de las reacciones autorizadas que nunca vendrán para que expliquen este bajón tan desalentador, que nadie me diga que ese descenso de un 6,7 por ciento se debe a la puta crisis porque en aquellos años todavía disfrutábamos pensando que éramos ricos.

No, si el gasto por persona ha bajado en este periodo es urgente ponernos a pensar ya en cómo evitar este descenso antes de que se publiquen los datos correspondientes a 2009-2011.

Y detectar donde hemos fallado.

Todos.

Claro que para eso se elaboró un Plan Estratégico del Sector Cultural de Canarias que… bueno… sí… hay un Plan Estratégico del Sector que… bueno sí… Hay un Plan Estratégico del Sector que… (y así hasta el infinito).

Lo que está claro es que los residentes en estas ínsulas esqueléticas cada vez se gastan menos en cultura. Y no sé si será por el en ocasiones prohibitivo precio de algunas de las localidades para disfrutar de algún espectáculo que recala en estas costas. O a una oferta que cada vez conecta menos con el público. O simple y llanamente porque a los que habitamos en estas ínsulas estas cosas de la cultura nos la trae floja.

Y no. Alto ahí, porque no quiero pensar eso. ¡Vade retro Guayota! Soooo, malandrín…

Pero harto de faycanes y de vendedores de nada imagino que los que piensan como yo somos como una especie de últimos mohicanos que necesitamos alimentarnos de cultura. Cultura que en un archipiélago que cuenta hoy por hoy con dos universidades y una interesante (a ratos) producción cultural, sabe que este descenso en el gasto no se lo merece. Por eso exige, exijo: dadme de comer. Y si pago, procurad ofrecerme algo que merezca la pena.

Y es que soy de los idiotas que supone que en tiempos de crisis si hay refugio en el que buscar algo de serenidad ese es en el de la cultura. Entendiendo por cultura todo su espectro. Sin hacerle ascos a lo que los amantes de la caza mayor miran de abajo arriba porque no les entra en sus mal distribuidas neuronas que eso también puede ser cultura. De hecho, si me apuran, creo que cualquier cosa puede ser cultura siempre y cuando nos haga reflexionar. 

Me he tomado casi como una cuestión personal esta dejadez ante la cosa cultural que arroja ese informe que lleva por título El gasto en cultura y ocio en España, elaborado por el centro de estudios estratégicos (Strategic Research Center) de EAE Business School . Y la verdad es que me cuesta entenderlo porque al menos en Tenerife que es la isla en la que me muevo no podemos quejarnos en cuanto a actividades culturales se refiere.

En este 2010 funesto la agenda de propuestas ha sido amplísima y atractiva. Actualmente, en el espacio cultural de CajaCanarias se pueden admirar obras de El Greco, Goya y Sorolla entre otros artistas gracias a la fantástica exposición El retrato español en El Prado. Por otro lado, en la sala de exposiciones temporales de la Fundación Cristino de Vera se puede admirar La magia de Miró, y sólo cito dos de las más llamativas porque me dejo un puñado de propuestas ante el muro de las lamentaciones.

Con el ánimo de espabilar a la peña para que salga de casa y se empape de iniciativas les invito a que descubran o redescubran la obra de Pedro García Cabrera a través de ciclo Pedro García Cabrera, nuevas perspectivas de un autor vivo, que se desarrollará del 19 al 21 de octubre en la Casa Elder (MAC) y el Círculo de Amistad XII de enero, en cuyo teatro se presentará el jueves 21 una lectura dramatizada de Proyecciones, a las 19.30, pieza original de García Cabrera escrita en los años treinta.

Y aún hay más. CajaCanarias contra viento y marea empapa de cultura esta estación con su Otoño cultural, a mi juicio una de las propuestas más interesante y altamente culturales a precios realmente de risa que cada año nos regala esta institución financiera.

El Gobierno de Canarias, al margen de marearnos la perdiz con Septenio, hace lo que puede a través de su desarmada Viceconsejería de Cultura, departamento que pide a gritos (no nos cansaremos de insistir) una profunda depuración. Y no nos referimos a su capitán, Alberto Delgado, precisamente.

Las empresas privadas, que son en verdad las verdaderas afectadas y a su modo responsables de este dramático descenso, deberían de dejar de mirarse en el espejo de las subvenciones y plantear apuestas más arriesgadas. Reiventarse si es necesario, y romperse la cabeza para articular un mercado que demande cultura. Y cuando escribo mercado no me refiero a dar protagonismo a los papanatas de siempre, sino a apostar por otras voces hasta ahora ocultas por esos mismos papanatas de siempre.

Quiero imaginar que arrimando el hombro gestores y consumidores podremos torcer ese dramático descenso del 6, 7 por ciento. Bajón en el que, tengámoslo claro de una vez, todos salimos perdiendo porque sólo la cultura es capaz de que nos metamos el dedo en el ombligo para sacar esa mierda que unos todavía pretenden que dejemos donde está.

He dicho:.

Saludos, cual Simón del desierto, desde este lado del ordenador.

¡Los artistas son un asco!

Miércoles, Junio 30th, 2010

 

El excelente guionista y dramaturgo Ben Hecht  tituló una de sus novelas ¡Los actores son un asco! Así que recurriendo a tan sabia y provocativa denominación amplio cariñosamente su valoración a los artistas en general: ¡son un asco!

Reflexionen: la mayoría de esta especie pertenece a esa dimensión desconocida que popularizó otro excelente escritor para cine y televisión que nunca estuvo matriculado (afortunadamente) en eso del LEAC, y que se llamó Rod Serling.

No sé como serán los creadores de otras partes del universo mundo, pero en confianza y ahora que no nos lee nadie, puedo afirmar que los de aquí (los de Canarias) son algo así  como una especie de grupo salvaje pero sin la épica de los forajidos del filme de Peckimpah. Es más, y utilizando juguetonamente otro título del director de Mayor Dundee, puedo afirmar que mientras los que gestionan la cosa cultural desde las altas instancias del Gobierno regional, cabildos y ayuntamientos sean los mismos, esto suena sospechosamente a su inmortal Quiero la cabeza de Alfredo García.

Si por algo se caracteriza lo que podría definir científicamente como artista canarius, lo primero que se me ocurre es su obsesión por crear capillas, llevarse bien con el consejero de turno para el reparto de prebendas y despedazarse con sus semejantes como bestias. Lo que ilustra a la perfección aquello de pueblo chico, infierno grande.

Lo paradójico del caso es que entre estas bandas de artistas y artistuchos apenas hay diferencia y en la mayoría de los casos una coincidencia en planteamientos formales que no justifica ese “todo pa’ mí” en el que se  emperran. Es probable, en todo caso, que el problema sea que si no perteneces a la tribu o al clan, genere ese enojoso odio hacia el otro que al final se olvida cuando uno muere o simplemente desaparece del mapa insular.

Los que se salvan de la criba de los carroñeros son aquellos creadores relativamente jóvenes que han pasado a formar parte de la liga de los que están más allá del bien o del mal. Generalmente se tratan de hombres y mujeres que asumieron el riesgo de emigrar con lo puesto y hacerse un hueco en otros territorios. Y si en esos territorios adquirieron un éxito por insuficiente que sea, garantizo que a su regreso serán mirados de otra manera. No sé si con respeto, pero sí al menos como rarezas, como si esa persona materializase los sueños de los creadores que se quedaron en esta bipolar autonomía.

Teniendo en cuenta que en Canarias se crea mucho y que la vieja metáfora de que en esta tierra cuando se levanta una piedra salen tantos poetas como hormigas, ya va siendo hora de que las cosas se pongan en su sitio, y una de esas formas es a través de una crítica que sin venir de estos grupúsculos, evalúe con la suficiente independencia el trabajo que todos ellos están desarrollando gracias aún al dinero del contribuyente.

No es una tarea fácil esto de ser crítico. Es más, creo que es uno de los mejores métodos para procurarse enemigos en este archipiélago infernal, pero sostengo que es necesario. Más si tenemos en cuenta que cuando hablan o escriben no se les suele tener mucho en cuenta afortunadamente. De hecho, pienso que no hay que hacerle ningún caso a quien valora una obra hecha por otros pero sí a saber encajar su opinión. Y que esta opinión suscite debate y si se quiere bronca en unas islas donde el disenso sólo se produce en estos mismos grupos culturetas pero a puerta cerrada y en plan maoísta.

Tal y como está el panorama, con los mensajes de advertencia que están lanzando desde las instituciones avisando que la época de las vacas gordas es ya un pálido recuerdo del pasado, es necesario que los artistas según los bandos (azules o verdes como en la antigua Constantinopla romana) dejen de lado sus estúpidas diferencias y aprendan el valor de la unión. ¡La unión hace la fuerza! que decía el otro. Es recomendable también que empiecen a estrujarse la cabeza para buscar otras fuentes de financiación cuando las oficiales ya no por gestos sino de palabra anuncian que están a punto de tirar la toalla. Claro que esto ya no es tarea para artistas sino de gestores culturales. Y en Canarias, como pasa con los poetas, hoy hay tantos como hormigas cuando uno levanta esa piedra del camino…

No sé si será por el calor o por la invasión de cucarachas que parece que vuelve a repoblar las calles de la capital tinerfeña, pero ya va siendo hora que los diversos colectivos e individualidades creadoras canarias se quiten la mordaza que reprimen su (en la mayor parte de los casos justificada) denuncia y asuman –de una vez por todas– que son artistas, y que como artistas (escritores, cineastas, pintores, músicos, fotógrafos, etc…)  hay que arrimar el hombro porque no vale con estrenar, actuar, publicar, exponer con suerte una vez al año en estas desesperadas siete islas.

Ok, se supone que una de las fuentes de las que emana el programa Septenio pretendía precisamente poner remedio a esto pero visto sus resultados mucho me temo que la política de la Viceconsejería de dar una de cal y otra de arena sólo ha generado más caos donde tendría que haber diseminado semillas.

El problema es que se están agotando las posibilidades para un eficaz golpe de timón. Y la verdad, tampoco veo mucha intención por hacerlo.

Saludos, cabiZbaJos, desde este lado del ordenador.

Septenio o al arte de marear la perdiz

Martes, Junio 22nd, 2010

Sigo con bastante interés la guerra de tartas que se ha organizado en torno al programa cultural Septenio. En rueda de prensa, el viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias (no moja pero empapa) Alberto Delgado, anunció hoy en la capital tinerfeña que esta iniciativa ha respaldado 75 proyectos de diversas disciplinas, con más de 300 convocatorias culturales tanto en las islas como en el exterior, con la contratación directa e indirecta de 1.560 personas y la participación de 455 empresas desde su inicio.

No aclaró no moja pero empapa, o al menos no he leído que lo aclarase en las crónicas que se hacen eco del relumbrante acto informativo, del impacto que han tenido estos actos por esos mundos de Dios ni de las supuestas opacidades denunciadas por algunos artistas canarios cuyos nombres no se encuentran escritos en el paseo de la fama septenional.

Reiterando que, pese a mis críticas, todavía entiendo este programa como una plataforma eficaz para articular y dar a conocer lo que se hace aquí en tierras de allá, lamento una vez más la actitud inmovilista y fuera de todo sentido de un Viceconsejero al que le entra el mal de San Vito cuando desde fuera (¡y desde dentro!) se le reclama que cambie aspectos de un modelo que hoy continúa sin convencer a una amplía mayoría.

Imagino –y es un suponer– que la pretensión de la más conferencia que rueda de prensa organizada hoy por la Viceconsejería de la cosa cultural era la de emitir una cortina de humo en torno a un programa que despierta sospechas porque su máximo responsable no contribuye a despejarlas. ¡Y qué mejor filtro para despistar a la opinión pública que recitar una retahíla de cifras donde se barajan cantidades millonarias como si se aspirase con ello, con los números, a ahuyentar la sombra de la duda que se cierne sobre este programa!

No se ha dado cuenta no moja pero empapa que, precisamente por eso, alimenta más preguntas y dudas al ser incapaz de rebatir con argumentos las denuncias que le han llovido por Septenio desde que éste comenzó a dar sus primeros e inestables pasos. No me vale así que reduzca esta cuestión al comodín: “los artistas que protestan son todos aquellos cuyos proyectos fueron rechazados”. 

Detecto por ello que el espectáculo montado hoy por el Viceconsejero suena más a marear la perdiz que a otra cosa. Y en esa línea –como la de repartir presuntas regalías y amenazar veladamente a quien se manifieste en contra, como parece que esta pasando en las áreas de tan sacrificado departamento del Gobierno autónomo (muy castigado en sus presupuestos por la dichosa crisis)– no se deben hacer las cosas.

No señor, no se debe.

Concluyo: señor Delgado: el que respeta, aprecia y el que tolera, desprecia.

Y usted, me parece a mí, poco de lo uno y mucho de lo otro.

MIENTRAS TANTO, EN EL PARLAMENTO DE CANARIAS…

Coincidiendo “casualmente” con la conferencia de prensa del programa Septenio, en esa casa de vagos en la que ha terminado por convertirse el Parlamento de Canarias el diputado socialista Domingo Fuentes Curbelo exigió que se destinen los 20 millones de euros previstos para los próximos cinco años en el programa Septenio a la cultura en el archipiélago.

La consejera de Educación, Milagros Luis Brito (conocida en su círculo como la requeté), le respondió que el programa nació, precisamente, para impulsar la actividad creativa cultural y trasladarla fuera de las islas. Añadió, además, y como si tuviera a su lado el fantasma de no moja pero empapa, que Septenio está superando sus objetivos con la financiación de más de 80 proyectos entre 2008 y 2009.

Nada nuevo bajo el sol.

El socialista contestó (metáfora de la tarta) que el programa “es un fracaso, un derroche, un despilfarro y un descontrol”. Y la requeté –a lo suyo– que “el objetivo estratégico –cómo le gusta a esta gente esta palabra, estrategia, estratégico, estratergoris y todas aquellas declinaciones que ustedes quieran– es dedicar recursos a la cultura de aquí, es impulsar actividad creativa cultural y trasladarla fuera del archipiélago”.

En esta batallita de tartazos también flotó en el aire el Espacio Canarias. Creación y Cultura instalado en pleno centro de Madrid, una iniciativa estimable pero que mucho me temo ha terminado por convertirse en una especie de club social canario en la capital de España; y otras historietas de ayer y hoy bien aderezadas de números, cifras, estadísticas, matemática pura y dura con el fin, obvio, de no coger al toro por los cuernos: Septenio, como todas las áreas del departamento de esta actual Viceconsejería de Cultura del Gobierno canario, necesita de una urgente y radical ITV si no quiere entrar en la UVI.

En cuanto al área que dirige no moja pero empapa se espera que se atreva a despejar de una vez el autista dirigismo que está caracterizando su manera de administrar la cultura, y que asuma de una vez por todas que aún se está a tiempo de corregir el camino y no de meter más la pata.

Con desprecio marrullero no se va a ningún sitio y sí a destruir lo poco bueno que aún nos queda.

Pero esto, tal y como se están llevando las cosas, no lo va a arreglar ni Achamán por tanto guayota metido ahí dentro. Y mucho menos esa especie de talismán al que recurre nuestra Viceconsejería de Cultura como as en la manga cuando se queda sin números, sin cifras que publicitar porque carece de argumentos convincentes, y que denomina como Plan Estratégico de la Cultura en Canarias.

Según la requeté se presentará antes de fin de año.

¿Otra incógnita?

Saludos, a lo apaga y vámonos, desde este lado del ordenador.

A ‘tartazos’ con el programa Septenio

Miércoles, Junio 16th, 2010

La verdad es que no deja de sorprenderme cuando algo relacionado con la Cultura suena en el Parlamento de Canarias, casa donde esta palabra es para sus señorías como algo parecido a la ciencia ficción. Basta con radiografiar el nivel intelectual del equipo que nos representa en los escaños.

Esta misma semana, el portavoz del grupo parlamentario socialista, Francisco Hernández Spínola, ha provocado un pequeño seísmo en mundillo al afirmar que el programa Septenio del Gobierno canario se caracteriza por su “opacidad, falta de transparencia, fracaso y despilfarro”. Paralelamente, La Provincia ha ido publicando un serial donde como buenamente pueden han ido revelando la cuentas de un Septenio que, a juicio de Spínola, sólo ha servido para llenar “estómagos agradecidos” porque “nadie sabe los criterios por lo que se dan las subvenciones”.

Ignoro, por el momento, cual ha sido la respuesta del Gobierno de Canarias salvo el breve apunte que la diputada por CC, Dulce Pérez, publica en su blog, pero no deja de sorprenderme e inquietarme cuando el PSOE insiste en su tradicional despiste e intenta ahora instrumentalizar políticamente un programa que, pese a las turbiedades que lo envuelven, creo que es positivo para dar a conocer la cosa cultural canaria por esos mundos de Dios.

Miedo me da cuando la palabra cultura suena por boca de sus señorías porque tengo la sensación que siempre resultará maltratada por sus dimes y diretes.

Si de algo me sirvió mi experiencia como periodista parlamentario fue la de descubrir que nada bueno podía salir de alguien que no sabe quién es Agustín Espinosa por poner un ejemplo meridianamente conocido, pero que no se cansaría de mencionarlo en su discurso si tuviera la oportunidad de lanzarlo como tartazo a su oponente, que tampoco sabría de quién estarían hablando.

Desde este blog he sido muy crítico con Septenio pero me indigna que un portavoz dícese progresista jalee a la platea con una serie de perogrulladas cuyo único objetivo es manchar con generalismos un programa que si se ajusta y define contenidos tiene razón de ser. Más en unos momentos como los que vivimos absolutamente desnortados y tan canallas.

Estas cosas sólo pasan en el Parlamento de Canarias. Una casa donde los de un lado y los del otro se dedican a tirarse tartazos a la cara.

Mis recuerdos de aquellos días están pintados así en blanco y negro, con los diputados del PP y CC empuñando sus pasteles de nata y los del PSOE los de fresa mientras miran atentos a que el presidente de la Cámara, Antonio Castro, toque el silbato para que comience la fiesta.

El problema es que en esta película muda la mayor parte de las veces la tarta no da al oponente sino a los escasos invitados y periodistas que de manera forzosa cubren tal espectáculo.

Y aquí no hay risas pero sí la sensación, mientras la víctima se limpia la cara de crema, que los que están abajo –sus señorías– son de verdad los “estómagos agradecidos” de esta Canarias cada día más imposible en la que me ha tocado vivir.

Saludos, infinitamente cansado, desde este lado del ordenador.