Dos citas para anotar en la agenda

Martes, Marzo 19th, 2013

* Pablo Martín Carbajal presenta este miércoles, 20 de marzo, su tercera novela, La felicidad amarga (Ediciones Irreverentes) en TEA Tenerife Espacio de las Artes. En el acto, el autor estará acompañado por  el también escritor Ignacio del Valle, mientras que el cantautor Andrés Molina pondrá el acento musical a una velada que comenzará a las 20.30 horas. Carbajal es autor de Tú eres azul cobalto (2006) y La ciudad de las miradas (2010), aunque su perfil se torna más introspectivo con su última novela, La felicidad amarga, en la que explora algunos de los temas que ya circuló en La ciudad de las miradas.  

* Este jueves, 21 de marzo, se pone a la venta la tercera y última entrega de la trilogía de La Laguna de Mariano Gambín, que lleva por título –tras Ira Dei y El círculo platónico– de La casa Lercaro. El escritor presenta la novela ese mismo jueves en el Ámbito cultural de El Corte Inglés de la capital grancanaria a partir de las 19.30 horas acompañado de José Luis Correa y Daniel Montesdeoca y el viernes, 22 de marzo, a las 2o horas, en el Museo de Historia y Antropología de Tenerife (Palacio Lercaro) en La Laguna junto a Ana Oramas, Amaya Conde y Colola Chinea. La semana próxima, concretamente el lunes 25, el autor y quien ahora les escribe presentarán La casa Lercaro a las 20.30 horas en el Casino de Tenerife.

Saludos, en busca de la poción mágica, desde este lado del ordenador.

La casa Lercaro, una novela de Mariano Gambín

Lunes, Marzo 11th, 2013

Cuando apareció Ira Dei. La ira de Dios en el panorama literario canario nadie se esperaba –entre ellos su propio autor, Mariano Gambín– el éxito que iba alcanzar entre los lectores la primera parte de una trilogía que, tras El círculo platónico, cierra ahora con La casa Lercaro (Roca Editorial).

Todavía son muchas las voces que cuestionan el trabajo de Gambín, el milagro que ha hecho posible que un escritor que nunca ha ido por la vida de escritor, trascendiera la pequeña e interesante editorial independiente con la que se dio a conocer, Oristán y Gosciano, para desembarcar en un sello de los considerados majors en el mercado nacional como es Roca.

Si se leen las tres novelas que conforma lo que se ha venido a denominar como su trilogía lagunera, puede entenderse sin embargo las claves por las que ha alcanzado popularidad estas tres novelas, ya que se tratan de productos perfectamente armados, que han sabido reinterpretar los elementos del thriller a una geografía tan nuestra como es La Laguna, evitando en todo momento trascendencias y filosofía de bolsillo para contar simple y llanamente historias con aroma a folletín.

Un aroma a folletín que, inevitablemente, al lector sin prejuicios por lecturas mayores o menores termina por seducir.

Gambín escribe capítulos muy cortos, los protagonistas de sus tres novelas obedecen a estereotipos fácilmente reconocibles y, además y lo mejor a mi juicio, es que escribe thriller que desarrolla en La Laguna con absoluta libertad, adaptando las calles y plazas de la ciudad como escenario en el que desarrollar historias con acción trepidante en muchas casos deliciosamente hollywoodiense.

Mariano Gambín cierra con La casa Lercaro –aunque quizá pronto nos volvamos a reencontrar con algunos de los personajes de estas tres novelas en futuros trabajos de ficción del autor– su ciclo lagunero demostrando que detrás del escritor que nunca quiso ser escritor sino un sencillo y atrevido contador de historias, se encuentra un buen narrador. Un narrador que en La casa Lercaro revela además a un hombre que ha sabido madurar literariamente habñando.

Quizá por ello, me resulta esta tercera entrega la mejor de las que ha escrito hasta la fecha, ya que aquí hay más del Mariano Gambín escritor que el de contador de thriller.

Un paso hacia delante que no desmerece el esqueleto ni el vistoso y atractivo traje con el que viste –no disfraza– La casa Lercaro. Una novela de aventuras que cabalga sobre La Laguna y también Santa Cruz de Tenerife, ciudades que Mariano Gambín en apenas tres o cuatro trazos hace creíbles como territorio de aventura. Una aventura que en La casa Lercaro adquiere tintes sobrenaturales, con el célebre fantasma que dice la leyenda habita la hermosa mansión lagunera –hoy Museo de Historia–,  y de insólito carácter romántico.

En el cuadrilátero de sus personajes principales, el inspector Galán, la arqueóloga Marta Herrero, la periodista Sandra Clavijo, destaca en esta historia Luis Ariosto, probablemente el personaje más atractivo del grupo de investigadores a la fuerza, y a quien Mariano Gambín humaniza en esta tercera entrega tras ironizar sobre su supuesta homosexualidad y la ambigua relación que mantiene con su leall chófer Olegario.

El escritor aprovecha también las páginas de la novela para bromear sobre su éxito como autor de ventas, así como dirige críticas a la realidad política y social que caracteriza las islas en las que vivo.

Ya lo demostró con El círculo platónico, aunque en La casa Lercaro estas pullas discretas van directas al centro de la línea de flotación. Solo hay que quedarse con su doble sentido.

El pianista, entre acorde y acorde, reconoció entre los elegantes invitados –no era necesario vestir de etiqueta: traje y corbata para ellos, vestido de cóctel para ellas– a un grupo selecto de personalidades de la vida social y política de la isla. El presidente del Cabildo, que disfrutaba como pez en el agua aparentando conocer a todo el mundo y estrechando cuantas manos se ponían a su alcance; el alcalde, a quien las últimas encuestas invitaban a una jubilación anticipada tras el previsible resultado de las inminentes elecciones; el aspirante a alcalde, jefe de la oposición, que miraba inquisitivamente a los ojos a quienes se cruzaban con él buscando un reconocimiento que no siempre llegaba; la directora del museo, cuya forzada sonrisa revelaba la tensión que aquella velada le producía, muy alejada de la cotidiana labor anodina de su despacho. Todos ellos rodeados por otros políticos de segunda fila, por miembros del estirado cuerpo consular y por un conjunto de gente bien compuesto por una mezcla de poseedores de apellidos interminables y de arribistas aupados por la fortuna –o un buen padrino– a la élite de la sociedad tinerfeña del momento.”

La acción de La Casa Lercaro se inicia durante la inauguración de una exposición que exhibe algunas de las banderas que se portaron en el frustrado ataque del contralmirante Horacio Nelson a las costas de la capital tinerfeña y acto en el que se produce un asesinato ritual. Al mismo tiempo aparece el fantasma de un alma en pena que, una vez comienza a desarrollarse la acción, toma como protagonistas la sede del actual Museo de Historia, un pozo en ese mismo Museo de Historia, así como un inquietante y seductor multimillonario argentino, una médium con atractivos que van más allá de su supuesta comunicación con, precisamente, el más allá, y un tesoro escondido que ha guardado a lo largo de los años monedas que hoy resultan de incalculable valor.

Para contarnos todo esto, separando a sus protagonistas y volviéndolos a unir, narrando una eléctrica historia de amor entre la médium y el ambiguo hasta ahora Ariosto, Gambín pinta al fondo una ciudad, La Laguna, que el autor amplifica y reivindica sin trazo grueso. Haciéndola, para que me entiendan, mucho más atractiva de lo que es al mostrarnos los misterios que se esconden tras sus señoriales mansiones al recuperar ese pasado castellano que la caracteriza como la gran ciudad de frontera que fue.

El escritor cuenta así la historia de una casa con apellido en la que se nota un trabajo previo de rigurosa investigación. Elementos que acopla y dan consistencia a un título que te enseña lo que hay detrás de esas grandes casas que datan del siglo XVI, XVII. Más o menos lo mismo que ya hizo en El círculo platónico con los templos que salpican la geografía del casco antiguo lagunero.

Sin embargo, lo interesante de la tercera entrega de Ira Dei, La casa Lercaro, es que más allá de su misterio, más allá de su trepidante aventura, más allá incluso de los rasgos con los que pretende justificar las aparentes excentricidades de Ariosto, Gambín se nos revela como un escritor dotado para dar vida a la amplia galería de secundarios que rodea como satélites al grupo de investigadores protagonistas.

Estos secundario, muchos de los cuales apenas aparecen en una, dos, tres páginas, dan credibilidad y consistencia al universo imaginado por Gambín porque resultan, decíamos, reales como elementos de la historia, las historias, que desarrolla el escritor en su novela.

Y no es un trabajo fácil, porque todos ellos forman parte de esa geografía lagunera en el que pasado y presente se dan la mano al ser articulados con pericia en una trama repleta de misterios por resolver, algunos de cuyos senderos terminan confluyendo en una capital tinerfeña que, entre otros retratos, describe el autor: “La bahía de Santa Cruz brillaba bajo el sol del mediodía. La cordillera de Anaga, al fondo, a la izquierda, compartía decorado con un puñado de barcos fondeados en la ensenada. Más cerca, la actividad del puerto de la ciudad, con varios cruceros repletos de turistas, competía con el bullicio de la plaza de España y su enorme fuente de un solo chorro, que recordaba siempre a un estanque medio vacío.”

Y casi como si controlara los hilos, aunque su retrato esté caracterizado por la ambigüedad, la inquietante figura de un multimillonario argentino rodeado de un ejército de guardaespaldas cuya presencia parece que deja abierta el novelista para que aparezca en nuevas aventuras no sé ya si con  los cuatro investigadores que han protagonizada la trilogía.

Y todo ello puesto al servicio de una historia que solo pretende entretener. Literatura para unos mal llamada ligera, inconscientes del trabajo que implica y de lo complicado que resulta enganchar al lector. Lector, lectores, que han conectado con esa La Laguna misteriosa perfectamente reconocible para quienes tenemos la suerte de conocerla pero también cuajada de atractivos para quienes no han tenido la oportunidad de pasear por una ciudad que, insisto, durante un tiempo fue señera como núcleo urbano de frontera.

Mariano Gambín me recuerda así a un escritor con todas sus letras más próximo al universo del James Bond literario que al de otros autores de éxito que hoy por hoy copan la lista de los libros más vendidos. Y escribo Bond porque la trilogía de Ira Dei --salvando distancia temporales y de géneros-- tiene algo del espíritu de Ian Fleming, el creador del agente secreto 007, cuando describe los platos de una cena o de un almuerzo y los vinos que acompañan a esas viandas, así como la sensación de que todo lo que se cuenta va en función de la historia. Incluso en aquellos capítulos en los que, aparentemente, no pasa nada pero en los que planea siempre una sombra ominosa, un continuará que obliga a continuar con su lectura hasta llegar a un final que si bien no está lo suficientemente amarrado, sí que me parece la más literaria de las tres novelas de la serie.

NOTA: La casa Lercaro se presenta el martes, 19 de marzo, en el Casino de Tenerife.

Saludos, ¿acaso es Amaro Pargo quien llama a la puerta?, desde este lado del ordenador.

Novedades: novelas con acento canario

Jueves, Febrero 28th, 2013

* La tercera parte de la trilogía Ira Dei, La casa Lercaro, del escritor tinerfeño Mariano Gambín, se pondrá a la venta en marzo. El título, que ha sido editado por Roca Editorial, se presentará en el Casino de Tenerife el 19 del mismo mes, y en él, Gambín vuelve a reunir al equipo de protagonistas de su ya conocida como trilogía de La Laguna en una nueva aventura con toques fantásticos. En la contraportada de La Casa Lercaro se avanza: “Todos en La Laguna saben que en la Casa Lercaro suceden fenómenos inexplicables. Algunos, incluso, aseguran haber visto la figura de una mujer joven, de otra época, vagar por los pasillos de la antigua mansión, que ahora es la sede del Museo de Historia. Cuando se organiza en ella una exposición cultural internacional a cuya inauguración son invitados los miembros más selectos de la sociedad, nadie imagina la experiencia que están a punto de vivir. El inspector Galán se enfrenta a uno de los casos más complicados de su carrera, un asesinato imposible, un misterio que se estrella contra toda lógica. ¿Cómo atribuir un crimen a alguien que no existe? Para solucionarlo contará con la ayuda de sus amigos: el excéntrico Luis Ariosto, la arqueóloga Marta Herrero y la periodista Sandra Clavijo.”

* Nueva novela del escritor Víctor Conde, pseudónimo tras el que se encuentra Alfredo Moreno Santana. Su título: La ópera de la mente (Scyla eBooks), cuya acción comienza cuando “Caleb Gloss, un rico arancelario de espacios en la órbita de atraque del planeta Tanjet, decide trasladar su mente a un nuevo cuerpo, debido al accidente que tuvo durante las fiestas de carnaval que se celebran por todo el planeta. El nuevo cuerpo parece perfecto: hermoso, atlético, sano… pero pronto nota cambios. De la noche a la mañana muta para adoptar la monstruosa forma de un Señor del Crimen que fue asesinado. Y junto con esos cambios llegan recuerdos que Gloss sabe que no son suyos. ¿Está su cuerpo bioformateando a alguien para descargar una salvaguardia del criminal muerto? ¿Desaparecerá el yo de Gloss ante la presión de la mente que ha entrado?

* Bimini (Martínez Roca) es la última novela del escritor Alberto Vázquez Figueroa, quien en sus últimos trabajos está escorando su producción hacia el thriller. La contraportada de Bimini plantea: “¿Pueden dos hombres solos cuestionar las reglas por las que se ha regido la navegación durante miles de años, afirmando que se deben construir los barcos de forma diferente? ¿Pueden dos hombres solos demostrar que los países ricos en petróleo pretenden monopolizar la producción de energía conspirando con el fin de impedir que los países pobres utilicen sus reservas de carbón? ¿Pueden dos hombres solos apoderarse de mil doscientos millones de dólares sin utilizar la violencia ni dejar rastro?

* Andamana. La reina mala es una novela del escritor grancanario Marcos Alonso Hernández en la que su autor recrea “en mitos, hechos, personajes y lugares de Canarias de distintas épocas. La novela trata de una ambiciosa princesa (Andamana) repudiada por su padre, el rey o mencey, que duda de su paternidad. Andamana se tiene que enfrentar al Guanarteme, una especie de valido de su padre, que intenta desprestigiarla haciendo correr el rumor sobre la infidelidad de su madre, que se suicidó cuando creyó que su hija Andamana había muerto. Para conseguir sus fines, Andamana no duda en utilizar a sus propios hijos, que tuvo con un pastor guerrero, Guindafe, siguiendo las directrices de una pitonisa. En su interior hay una constante lucha entre la ambiciosa Andamana y la mujer enamorada que es capaz de renunciar a todo. Paralelamente hay un enfrentamiento entre sus dos hijos: Artemi es tan ambicioso como su madre, además de un discípulo inseparable de ésta. Taré, en cambio, es un amante de la libertad y el mar, que admira a su padre al que aún no conoce.”

* Los dos primeros títulos –de los cuatro que está previsto editar este año la colección Generación 21: Nuevos novelistas canarios– están a punto de llegar a las librerías. Se tratan de Julia y la guillotina y El centro del gran desconocido, de Jonathan Allen y Eduardo Montelongo, respectivamente. Meses después, se publicarán en la misma colección Cinco mujeres que no subirán al cielo, de Juan Andrés Herrera y Si hubieras estado aquí, de Cecilia Domínguez Luis.

Y UNA PRESENTACIÓN

El jueves 7 de marzo y a las 20 horas se presenta en la sede central de CajaCanarias, en la capital tinerfeña El hombre que ama a Gene Tierney, accésit de edición del premio de novela Benito Pérez Armas 2011. En el acto intervendrá además de su autor, Daniel María, la escritora María Teresa de Vega y Dave Santos.

Las cosas del payaso: Si lo sabes, mucho mejor

Miércoles, Enero 16th, 2013

* El sábado 16 de marzo tendrá lugar en la Biblioteca la Bòbila el acto de entrega de la séptima edición del Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial, que convocan el Ayuntamiento de L’Hospitalet y Roca Editorial, y que está dotado con 12.000 euros y su publicación en Roca Editorial. La novela ganadora fue El asesinato de los marqueses de Urbina, del escritor Mariano Sánchez Soler, y está inspirado en un doble crimen ocurrido en Madrid durante los primeros años de la Transición. Nuestras felicidades al escritor ganador por lo tanto, aunque hacemos extensivo este abrazo a otra novela que estuvo a punto de arrebatar el galardón a Soler escrita por el tinerfeño Javier Hernández Velázquez, autor, entre otras obras, de El fondo de los charcos y El sueño de Goslar. La novela finalista de Hernández Velázquez, Un camino a través del infierno, ha sido recomendada por el jurado del certamen “a que se tome en consideración” la posibilidad de publicarla. Un camino a través del infierno es un relato protagonizado por Matt Fernández, personaje que ya había aparecido en un relato corto del escritor, en el que se describe una historia negro criminal bajo la atmósfera violenta que vive una pequeña capital de provincias en tiempos de elecciones.

* Un total de sesenta  y dos autores han presentado sus trabajo al Premio de Novela Benito Pérez Armas, dotado con doce mil euros además de la publicación de la obra ganadora. Todas las narraciones son inéditas, con un tema de libre elección y elaboradas por autores que no han sido galardonados con este premio en ediciones anteriores. En cuanto al Premio de Poesía Pedro García Cabrera participan 58 autores y está dotado con un único premio de tres mil euros y la publicación de la obra ganadora. El tema del poemario es libre, con una extensión máxima de 700 versos y mínima de 350. En ambos casos, Novela y Poesía, el fallo del jurado se dará a conocer en junio.

* La Editorial Roca publica en su versión de bolsillo el thriller de misterio El círculo platónico, del autor canario Mariano Gambín, que saldrá a la venta el próximo lunes, 21 de enero. Se trata de la segunda entrega de la Trilogía de La Laguna, que se publica tras el éxito de Ira Dei. El círculo platónico fue publicado, inicialmente y solo para el mercado canario, por la editorial Oristán y Gociano en 2011, y en este tiempo se han vendido más de cinco mil copias de la novela, lo que la posiciona, junto con Ira Dei, como uno de los libros de ficción más vendidos en el Canarias. La salida al mercado nacional de El círculo platónico precede, en poco tiempo, a la publicación –tal y como avanzamos en este mismo blog– de la tercera parte de la trilogía, La Casa Lercaro, que estará en las librerías en marzo de este año.

* Día de fiesta inicia este jueves, 17 de enero, un ciclo dedicado al cineasta y actor francés Jacques Tati en la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural. La proyección, en versión original subtitulada, comenzará a las 19.30 horas. Otros títulos que componen este ciclo son Las vacaciones monsieur Hulot (24 de enero); Mi tío (31 de enero) y Playtime (7 de febrero).

* Al final no fue en enero, como anunció el Gobierno de Canarias  y todavía promociona la página web de Tenerife Espacio de las Artes (TEA), el estreno de La senda, del realizador tinerfeño Miguel Ángel Toledo, en cuyo guión colabora el también director Juan Carlos Fresnadillo. Al parecer, aunque los hados son caprichosos, el estreno de la película será en marzo. Les dejo dos comentarios sobre La senda firmados por Daniel León Lacave y María Jesús León para que hagan cábalas.

* Les recomiendo la lectura del más que riguroso post titulado canariasmusica.com o medio millón tirados a la basura de la recomendable web Dirty Rock. Tras la lectura del artículo a uno se le clarifican las ideas y entiende lo que tenía más que entendido: así funcionaban las cosas en la hasta el día de ayer Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias. No se lo pierdan, dan ganas de salir a la calle con el cuchillo en la boca.

* Viendo los episodios de la primera temporada de Justified, serie basada en relatos del escritor Emore Leonard, su protagonista, el marshall Raylan Givens, protagonizado por el actor Timothy Oliphant menciona la isla de Tenerife cuando explica que entre aficiones raras, además de coleccionar pinturas de Adolf Hitler, está la de un conocido suyo que recrea en maquetas grandes accidentes de la historia de la aviación…

En fin.

Esto todavía no es el fin.

(*) En la imagen, cómo no, el gran Lon Chaney… ¿saben de qué película se trata?

Saludos, solo es un pequeño paso para la humanidad, desde este lado del ordenador.

¿Me estás hablando a mí?

Jueves, Enero 10th, 2013

LIBROS

* Editorial Roca, en su colección de bolsillo, publicará el 15 de marzo de este año La casa Lercaro, tercera entrega de la trilogía que el escritor tinerfeño Mariano Gambín dedica a la ciudad de La Laguna, y cuyo segundo volumen, El círculo platónico, se puede encontrar en las librerías por este mismo sello editorial. El caso de Gambín no deja de resultar insólito en las letras españolas, ya que es una de esas ocasiones en las que una editorial con el peso y el prestigio de Roca apuesta por el trabajo de un escritor relativamente recién llegado a la república de las letras. Las novelas del escritor son  thrillers eficazmente armados en los que desentraña misterios, salpicados de asesinatos, en la ciudad de La Laguna.

* El salón de actos del MAC (Casa Elder), calle de Robayna, 2, Santa Cruz de Tenerife, acoge este viernes, a las 19 horas, la presentación del libro Razones para la rebeldía, de Guillermo Toledo con la colaboración de Pascual Serrano. El volumen, que será introducido por José M. Castellano, dará pie a un debate moderado por Luis Pérez Serichol. Razones para la rebeldía, editado por Península, está prologado por Julio Anguita.

* Alrevés Editorial publicará en febrero la novela La estrategia del pequinés, del escritor grancanario Alexis Ravelo. Ravelo, que publicó el pasado diciembre en la Editorial Mercurio Morir despacio, cuarta entrega dedicada a su peculiar investigador y jefe de máquinas retirado, Eladio Monroy, se distancia del tono de la serie Monroy para presentar “una novela dura, violenta y crítica”, en la que aparecerán pocos policías. “Es una historia sobre perdedores protagonizada por traficantes, parados de larga duración y prostitutas ambientada principalmente en Gran Canaria”, señala el autor de La iniquidad.

* El mismo Ravelo escribe un atractivo artículos sobre el escritor norteamericano M. A. West en su blog Ceremonias. Admito mi más absoluto desconocimiento sobre el señor West, aunque me entero que es un pseudónimo porque el escritor no quería que se le identificara con quien realmente era. Un caso, por otro lado, habitual en las letras anglosajonas si recordamos a Thomas Pynchon y B. Traven, entre otros. La novela que rescata el creador de Eladio Monroy se titula El viento y la sangre, y se publicó en una edición pulp en los Estados Unidos. Llegó a España en los años sesenta y desde entonces no se ha reeditado. A ver si hay suerte y me la encuentro este domingo en el Rastro.

SERIES

* En cierta ocasión un profesor, que no maestro, me dijo algo así como “más vale tarde que nunca” cuando le entregué un trabajo dos semanas después de haberlo exigido. Resulta curioso cómo recuerdo a aquel profesor, que no maestro, por la frase que me lanzó, cargada de un cinismo disfrazado de ironía mientras recogía aquel puñado de folios mal grapados. Lo mismo me pasa con la revisión que, últimamente, y gracias a la generosidad de un buen amigo, estoy teniendo con las series de televisión norteamericanas que invaden el mercado. Llego tarde a ellas, aunque nunca es tarde si la dicha es buena. Veo ayer el último capítulo de la primera temporada de la serie Boardwalk Empire y se me saltan las lágrimas al pensar que tengo que esperar a que esa misma mano generosa me facilite la segunda y tercera temporada, pese a que sea consciente de que degenerará como degeneran todas las serie de televisión. No obstante, y con los doce capítulos que componen su primera entrega, Boardwalk Empire es un producto que no debería de perderse cualquier aficionado al cine. Y digo bien, cine, porque cada capítulo de esta extraordinaria producción es como una película que va más allá de su personaje protagonista, Nucky Thompson, interpretado de manera magistral por Steve Buscemi. Lo he dicho mil veces, odio el puñetero continuará…

* Por la generosidad de otro amigo, veo también Justified, basada en relatos del gran Elmore Leonard, posiblemente uno de los escritores con mayor éxito, y quizá por ello ninguneado, de la novela negro criminal que nos viene Estados Unidos. Su protagonista, Raylan Givens, está protagonizado por Timothy Olyphant, a quien ya vimos ejerciendo de sheriff en la más que recomendable Deadwood, y en conjunto, la serie capta muy bien el universo literario en el que se mueve Leonard, ruda ironía, mujeres con aliento al cine de Howard Hawks y buenos y malos con matices.

* Una mala noticia para los que nos confesábamos seguidores de la serie Boss, ya saben, ese potentísimo retrato del alcalde de Chicago que interpreta magistralmente Kelsey Grammer, quien nos muestra el otro lado de su registro interpretativo tras hacerme reír a carcajadas con Frasier. La mala noticia es que la han cancelado. Que no habrás tercera temporada, que nos deja –como nos dejaron cuando anunciaron el cierre definitivo de Deadwood, Carnivale–  con la boca abierta.

ADIÓS

* Me entero por el facebook de la Filmoteca Canaria que el pasado 3 de enero falleció la actriz y modelo Patty Shepard, quien hizo su carrera en el cine español como estrella de descacharrantes producciones de terror como La noche de Walpurgis, cinta que vi en su día en el Cinema Victoria, y que dirigió León Klimovsky, así como Un, dos, tres al escondite inglés, primera película de Iván Zulueta, y Timanfaya (Amor prohibido), que rodó en Lanzarote a las órdenes de José Antonio de la Loma.

(*) En la imagen Lon Chaney en El trío fantástico (Tod Browning, 1925).

Saludos, Dashiell Hammett que está en los cielos nos dejó tal día como hoy hace 51 años, desde este lado del ordenador.

Entre indígenas y conquistadores

Viernes, Septiembre 28th, 2012

La publicación este mes de la última novela del escritor y guionista Carlos Álvarez, La señora: Beatriz de Bobadilla, señora de Gomera y Fierro, inspirada en la vida de una mujer que ha pasado a la historia de este archipiélago como “rara, que teniendo todas las gracias y flaquezas de su sexo, tuvo la crueldad y constancia de un hombre sañudo” (Viera y Clavijo) y la presentación el 21 de noviembre de El corsario de Lanzarote, de Francisco Estupiñán, por la que obtuvo el XXVII Premio Benito Pérez Armas, anima la redacción de este artículo que solo pretende dar cuenta de algunos títulos recientes cuya acción se desarrolla en aquellos tiempos en los que tardó en asentarse la colonización europea en el archipiélago canario. Este marco histórico reúne suficientes atractivos para ser un territorio abonado de relatos y novelas aunque, desgraciadamente, aún son escasos los títulos que han intentado recrear literariamente cómo fue aquel momento tan trascendental para la Historia de Canarias.

Ignoro las razones que ha generado este desinterés, aunque sospecho que probablemente una de ellas sea el trabajo de investigación que implica una novela de estas características y el miedo, contagioso, de intentar recrear literariamente el nacimiento de un territorio en el que aún corría la sangre indígena mezclada ahora con la de una cultura exterior que, en el caso de la castellana, se había forjado reconquistando a golpe de espada y fuego lo que hoy conforma la península Ibérica.

Ese momento, que ha llegado hasta nosotros confundido por la leyenda, está plagado de personajes fascinantes. Hombres de su tiempo que, como Alonso Fernández de Lugo, son encarnaciones “del villano perfecto” en palabras del escritor y también historiador Mariano Gambín; o la mismísima Beatriz de Bobadilla, una mujer que muchísimo tiempo antes de que inspirara a Carlos Álvarez ya había sido objeto de carne literaria en Doña Beatriz de Bobadilla: drama histórico en cuatro actos (1840) de Manuel de Ossuna y Saviñón, y objeto de una biografía de Alejandro Cioranescu en Doña Beatriz de Bobadilla. Una amiga de Cristóbal Colón.

Con estos antecedentes y con estos protagonistas, continuo pensando que trabajada con perspectiva histórica y huyendo del maniqueísmo en el que, desgraciadamente, aún se caracterizan muchas de las ficciones que han intentado novelizar aquel capítulo que unió a Canarias con una España que en aquel entonces aprendía a dar sus primeros pasos como unidad, es un rico filón narrativo a través del cual poder entender la realidad de las islas y un momento trascendental para comprender el sentido de frontera que anida entre los que residen en estos territorios desvertebrados.

Al margen de la literatura que se escribió sobre la conquista de Canarias en el siglo XIX, y que contribuyó en gran parte a alimentar el sentimiento de buen salvaje por los primeros pobladores del archipiélago y entre cuyos títulos cabría destacar Los guanches o la destrucción de las monarquía de Tenerife (1834), del ya citado Manuel de Ossuna y Saviñón; El último de los canarios (1858), de Agustín Millares Torres y La baja del secreto (1900), de Benito Pérez Armas basada en la rebelión de Los Gomeros de 1488, resulta curioso como en las novelas recientes que hemos recopilado sobre aquellos hechos planee todavía en la mayoría de ellas una visión idealizada del indígena. Es decir, que caen en una visión del buen salvaje encarnado en el guanche –por generalizar aunque no sea correcto a los primeros pobladores de las islas Canarias– que debilita sensiblemente sus ficciones por resultar más que literarias, panfletos en los que se describe el desmoronamiento de una cultura que, presuntamente, habría logrado una perfecta comunión con la naturaleza.

Se tratan pues de títulos, en estos casos, que resultan más una reinterpretación propagandística y en algunos casos incluso folletinesca. Historias que pretenden explotar el mito del buen salvaje que a aproximaciones objetivas, lo que hace, es mi parecer, que resulten a la postre productos literarios fallidos porque no quisieron, o no supieron sus autores, aprovechar la riqueza de aquel período.

Los guanches.- Títulos como El guanche en Venecia (Artemisa Ediciones) de Juan Manuel García Ramos y en mucha mayor medida Taucho, la memoria de los antiguos (colección Atenai, CSB Ediciones) de Fernando Hernández González, son así relatos demasiado ingenuos sobre los guanches, aunque García Ramos sabe imprimir a su novela de cierto carácter aventurero, lo que se agradece  aunque no termine por convencer por su idealizada reivindicación de lo guanche.

Por el contrario, sí que carece de ese sentido de la aventura Taucho, la memoria de los antiguos, obra en la que su autor está más preocupado por reflejar con cierto realismo –sobre todo recurriendo a discutidas fuentes orales–  la cultura guanche que al propio relato en sí .

Escrita como una novela de aventuras en su sentido más festivo se encuentra Canaria, de Jesús Piñeiro (De Librum Tremens), relato que narra la historia de dos gaditanos que a mediados del siglo XV recalan en la isla de Gran Canaria donde las circunstancias hacen que militen en bandos contrarios. Es decir, que uno terminará combatiendo al lado de los canarios y el otro de los castellanos.

Novelizar la Historia es lo que se propuso el historiador Agustín Guimerá Ravina en su Tenerife, la nueva frontera (colección Tid, Idea), donde da voz, entre otros protagonistas al mencey Bencomo y Alonso Fernández de Lugo, aunque no es un título a recomendar para quienes busquen un retrato psicológico de personajes.

Lo guanche sirve también a Jesús Caudevilla para componer Las Cañadas de Achinet (Equipo Sirius), donde dos parejas de turistas peninsulares de visita en Tenerife viajan al pasado… Esta excusa, permite al escritor describir cómo vivían los primeros pobladores del archipiélago, moradores que aparecen también en Guanche, de Enrique Nacher, título por el que obtuvo el premio Benito Pérez Galdós de Novela y que con un poco de suerte puede encontrarse en la reedición que el Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC) hizo en 1999 de este título.

En esta incursión literaria nos encontramos también con las tres novelas juveniles que el escritor grancanario Carlos Guillermo Domínguez publicó con los títulos de Bencomo, Atacayte: corazón valiente y Sosala. El hijo del volcán, y ya en otros territorios no estrictamente a los que quiere circunscribirse este artículo, La sima del diablo (Alfaguara juvenil) de Heinz Delan, y La cueva de las mil momias (Herques editorial), de David Galloway. La primera porque su autor propone una curiosa aventura fantástica que entronca con la leyenda de los tibicenas y la segunda porque, también en clave de fantasía aventurera, se cuentan las andanzas de un descendiente de guanches en pleno siglo XVIII.

Destacamos, igualmente, el relato que el escritor vasco José Luis Urrutia ambienta en Tenerife a finales de mayo de 1494 en La amistad de los vencidos, cuento que se incluye en la antología  2.050 kilómetros. Antología de relatos vasco-canaria (editorial Baile del sol), coordinada por Agustín Díaz Pacheco; y en los territorios de la novela de evasión y aunque no tenga nada que ver con la conquista de Canarias pero sí con la de América, los siete volúmenes (1) que Alberto Vázquez Figueroa dedicó a su Cienfuegos, o las andanzas bélicas, amorosas y un poco golfas que emprende un gomero por el Nuevo Mundo y que siempre he querido ver como la respuesta del escritor tinerfeño al canario que dibuja en la fascinante La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, Ramón J. Sender. Un tipo, ese canario, que el autor de Imán describe como taimado y cizañero.

Cosas de la tarumba equinoccial, supongo.

Alberto Vázquez Figueroa es también Garoé (Ediciones Martínez Roca), ambientada en la isla de El Hierro y obra en la que el autor combina ingredientes de la novela de aventuras con la de romance para componer un atractivo fresco sobre las relaciones entre castellanos y bimbaches en la más occidental de las islas Canarias y título por el que obtuvo en 2010 el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio, patrocinado por la Obra Social de Caja Castilla La Mancha.

Con un espíritu más próximo a Zane Grey, dos escritores alemanes explotaron el mito del buen salvaje en sendas novelas que deben ser leídas como relatos de aventuras meridianamente atractivas como son Tanausú, rey de los guanches y El rey de Taoro de Harald Braem y Horst Uden, respectivamente, y que pueden encontrarse en la editorial Zech.

Otras incursiones literarias son Achineche (ediciones Aguere/Idea) en la que su autor, Andrés Martín Peinado, narra las aventuras de Alejandro, un joven capitán español que tras caer herido en la batalla de Acentejo es trasladado como prisionero por los guanches a Taoro y salvado por una indígena llamada Cataysa; Bentorán (colección Tid, ediciones Idea) de Félix Díaz, en la que un guanche tiene que adaptarse a su nueva vida tras la derrota de la batalla de La Laguna, mientras intenta no renunciar a sus creencias religiosas para emprender, finalmente, viaje a las Indias Occidentales; Iballa (Globo editorial), de Manuel Mora Morales, en la que se recrea la revuelta de los gomeros a finales del siglo XV en contra de Fernán Peraza el joven por su presunta relación con la joven que da título a la novela, y que obligó a Beatriz de Bobadilla a refugiarse en la Torre del Conde, y material histórico que también se desarrolla en Iballa (Edirca, 1992) de Juan del Río Ayala, autor también del romance Tirma, material que sirvió para la película del mismo título.

Destaca también El Garoé. La leyenda del árbol el agua (Centro de la Cultura Popular Canaria), de Emilio González Déniz, y cuya acción se desarrolla en la isla de Pluvalia donde vive pacíficamente el pueblo bimbache, y del mismo González Déniz, Ico, la princesa blanca (Centro de la Cultura Popular Canaria) que está inspirada en una leyenda de los aborígenes de Lanzarote).

Por su valor histórico y literario reseñamos por último Ritos y leyendas guanches (Miraguano Ediciones), de Sabas Martín, un título que ha terminado por convertirse de culto.

Los conquistadores.- Carlos Álvarez cuenta además de La señora con una novela que, a mi juicio, es de las más sobresalientes de cuantas se hayan escrito sobre aquel período. Período, insisto, que entiendo como una especie de amanecer de lo que sería Canarias.

La pluma del arcángel se desarrolla en la isla de Gran Canaria durante el siglo XVI, territorio en el que desembarca el inquisidor Fermín Ximénez con la idea de poner orden y reinstaurar la fe verdadera que es la que le ha dado sus poderes.

La pluma del arcángel, por la que su Álvarez obtuvo el premio Benito Pérez Armas, es un relato que quiere ser picaresco y que aún se deja leer porque está poblado de personajes a cada cual más extravagante.

Es además la única novela de todas las citadas con anterioridad que se centra en esos nuevos canarios que, como los marcianos de Ray Bradbury, son los que, viniendo de otro lugar, decidieron establecerse en una geografía que, cosas de la vida, aún continúa sin querer reconocerlos como sus antepasados.

Para cerrar este recorrido, destacamos la última novela ganadora del premio Benito Pérez Armas, El corsario de Lanzarote, cuya acción se desarrolla en el siglo XVI. Escrita por Francisco Estupiñán, en la novela los personajes reales y ficticios se cruzan. Así, en su relato desfilan, entre otros, el primer marqués de Lanzarote, Agustín de Herrera y Rojas, o el pirata Morato Arráez.

El corsario de Lanzarote se presenta el 21 de noviembre en el salón de actos de CajaCanarias.

(1)  Las cinco novelas de la serie Cienfuegos son Cienfuegos; Caribes; Azabache; Montenegro; Brazo fuerte; Xaraguá y Tierra de bisontes.

(Artículo publicado en el número 116 de El Perseguidor, Diario de Avisos).

Saludos, ya llegan las primeras nubes, desde este lado del ordenador.