El viernes pasado se inauguró en BIBLI una exposición que celebra el 50 aniversario de la sala Conca y el trabajo que desarrolló en ella Gonzalo Díaz, su fundador. Conca fue durante muchos años un referente para aproximarse a través de sus exposiciones –alguna legendaria– a etapas claves del arte en Canarias como fueron la de los años 70.
La exposición, que permanecerá en este espacio hasta el 21 de mayo, quiere ser también un reconocimiento del director de BIBLI, Fernando Pérez (Tenerife, 1980) a toda una generación de artistas que colocaron muy alto el listón gracias a la intervención (con sus luces y sus sombras) de galeristas y resistentes como Gonzalo Díaz.
- ¿Cuándo, dónde, cómo y por qué surge BIBLI?
“Toda mi carrera profesional se ha desarrollado en un espacio de interrelación entre la arquitectura, el diseño y el arte. Trabajé en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife y luego en un estudio de proyectos de interiorismo donde se vendían las mejores firmas de mobiliario de diseño a nivel internacional, en este espacio ya propicié algunas exposiciones con muchos de los artistas con los que he seguido trabajando, Gonzalo González, Sema Castro o Juana Fortuny. BIBLI se presenta en diciembre de 2012, en la galería Mácula, de nuestro amigo Emilio Beautell. En ella realizamos una exposición que se llamó Interacciones, Arte y Diseño, donde integramos piezas de los artistas de la galería con piezas de diseño industrial creadas por Le Corbusier, Phlilippe Starck, Castiglioni, entre otros. En plena crisis, en febrero del 2013, abrimos el local de la calle de La Rosa, con una exposición del artista Gonzalo González, y en el año 2019 compramos y reformamos un local en el mismo barrio del Toscal, en la calle San Francisco Javier, 15, un local más amplio y más céntrico, el local donde, en los años 60, se fundó el Kilo”.
- ¿Cómo es el mundo de las galerías de arte en la era digital?
“Es totalmente diferente al que habíamos conocido antes. En estos momentos la información vuela, la gente puede ver todo lo que pasa en el mundo y tener acceso muy fácil a través de internet, por lo tanto, lo que necesitaba era un modelo de galería que fuera más integral, que lo que le ofrezca al cliente no solo sea una pieza de arte, sino un concepto, un estilo, una forma de vida que incorpore el arte, la arquitectura y el diseño. Lo que vendemos es una idea más amplia de lo que es el concepto de arte, no sólo centrado en el arte entendido en sentido más tradicional”.
- ¿Cómo?
“En la galería ponemos en contexto cómo se verá la obra, si la aspiración es que la obra pase a formar parte del mercado, esta se verá en un contexto doméstico, con lo cual ya hay un espacio de prevención, al poder ver la obra en un contexto previo a lo doméstico, en cierta forma BIBLI funciona como un espacio osmótico en cuanto hace de membrana que permite entender como se va a producir el trasvase del estudio del artista a la casa que la va a acoger. En BIBLI hacemos proyectos de interiorismo y vendemos mobiliario de diseñadores y arquitectos que forman parte de importantes colecciones de museos del mundo, como el Moma y el Pompidou, entre otros, objetos industriales diseñados por Norman Foster, John Pawson, Patricia Urquiola, los Hermanos Campana, etc.“Somos una galería del siglo XXI permeable a todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Si miramos lo que pasa a nuestro alrededor lo vemos claro, Bjork a expuesto más veces en el MOMA que Picasso, y no tanto por ser cantante, sino como referente cultural. Los videojuegos ya han entrado en las colecciones permanentes de los museos de arte contemporáneo. Esos museos están abiertos y son porosos. En 1982 el Metropolitan se rindió ante Ives Saunt Laurent y en el 2017 volvió a rendirse” ante la diseñadora Rei Kawakubo, hablar de que todo es liquido es una obviedad”.
- Qué le lleva a organizar una exposición homenaje a Gonzalo Díaz, fundador de la sala conca en 1971.
“Gonzalo Díaz ha sido una figura decisiva para el desarrollo del arte contemporáneo en Canarias, su galería indiscutiblemente forma parte de uno de los episodios más destacados del arte contemporáneo. Hizo que el mercado del arte no fuese tan pequeño, y eso no se ha valorado lo suficiente. Gonzalo es una figura olvidada y no lo suficientemente entendida. Sin él no se entendería el auge del arte contemporáneo en Canarias. Su galería fue un escenario destacado en el arte contemporáneo que contribuyó al proceso de democratización y modernización. Hoy Gonzalo Díaz es un mito y la Sala Conca un lugar histórico que confunde la persona con la galería”.
– ¿Cuál fue el criterio para seleccionar las obras?
“La Conca fue la casa de una generación de artistas amplia y muy diversa. Nos hemos centrado con especial relevancia en los artistas vinculados a la galería durante la década de los 70, la etapa más importante del espacio. Hemos seleccionado los artistas que tuvieron una importante vinculación con Gonzalo Díaz; como Cándido Camacho, Juan Hernández, Ernesto Valcárcel, Gonzalo González, Juan Bordes, Fernando Álamo, Ildefonso Aguilar y José Antonio García Álvarez. Hemos seleccionado importantes piezas de cada uno de los autores y una pequeña selección de folletos e invitaciones de las exposiciones desarrolladas en los años 70. Toda la imagen gráfica creada por la Conca fue otra de las aportaciones más significativas”.
- ¿La procedencia de las obras es en exclusiva de Conca?
“Las piezas que se exponen son íntegramente de la Colección Conca, con excepción de la obra del artista Ernesto Valcárcel que nos ha cedido el propio artista. En la colección ya no había ninguna y era muy importante tener obra de Valcárcel de esa época. Queríamos una pieza significativa dentro de su producción y de la historia de la Conca”.
- ¿Qué diferencias cree que existe entre el mercado de arte actual y el de los años 70-80 del siglo pasado?
“No tengo una experiencia directa de lo que hacían las galerías en esos años. Pero si creo que en el contexto insular la labor de Gonzalo Díaz durante esos años fue fundamental, el abre el concepto de coleccionista, algo que prácticamente no existía, allanó el terreno para que nosotros ahora sigamos ampliando y trabajando”.
- ¿Cómo se calcula el precio de una obra de arte?
“Indiscutiblemente la trayectoria del artista es fundamental para el valor de la obra. La historia de la pieza, de dónde viene, a quién ha pertenecido, el momento en el que fue creada y las circunstancias que la rodearon. El mercado del arte es sumamente importante para el arte y para la historia del arte, y a veces se establece una separación muy absurda entre la historia y el mercado”.
- En verano del año pasado se publicó un artículo en redes sociales que cuestionaba tanto a su galería como a TEA Tenerife Espacio de las Artes…
“Cada uno llama la atención como quiere y puede. Nosotros lo hacemos a través de nuestro trabajo. Lo que queremos decir está ahí. No soy de fuegos artificiales ni voy a participar en dividir aún más un contexto tan frágil y atomizado como todo lo que rodea el arte contemporáneo en Canarias”.
- ¿Quién compra ahora obras de arte?
“El perfil del comprador es muy variado, y de muy variada situación social y económica. Un buen coleccionista no implica tener mucho dinero, sino saber elegir, tener buen ojo y estar muy bien asesorado. El arte es, en principio, una experiencia emocional y más una forma de cuestionamiento que una serie de respuestas. Vivimos en la época de la imagen, y en un mundo donde hay tantas imágenes, entender su significado nos exige reflexión. El coleccionista establece una relación con el objeto que adquiere, se identifica con la obra y entiende que habla de él. Las personas que compran arte son las que hacen un esfuerzo por entender eso”.
- ¿Qué diferencias observa en galerías de arte. Han cambiado con el paso del tiempo?
“Indiscutiblemente las redes sociales han cambiado la manera de acercarnos al arte, la manera de mirar y nuestra relación física con la obra y los espacios. Perder esa relación es catastrófico. A pesar de todo creo que las ventas de arte en plataformas digitales no son todo lo interesante que nos venden, la mayor parte de las cosas que se venden por internet son de poca importancia. El coleccionista todavía quiere ver físicamente la obra. Esa relación no se ha perdido. Por suerte, cada vez más también vemos la incorporación de la mujer en el ámbito de las artes plásticas, esto nos debería alegrar a todos. Hace unas décadas la imagen de la mujer era casi inexistente, estaban ahí, pero silenciadas. Lo que creo que no ha cambiado prácticamente nada es la visión que se tiene de una galería, hay que quitarse la idea de que el arte es un lujo elitista y necesariamente algo caro, somos espacios abiertos al público de manera gratuita y estamos encantados de que nos visite toda persona”.
- ¿Es importante que las galerías tengan su propia colección?
“Es fundamental, el primer apoyo para el artista lo debe realizar la galería. Es una cuestión de coherencia. Las colecciones más importantes del país en un porcentaje alto están en manos de galeristas, sin ir más lejos la colección de Gonzalo Díaz es un buen ejemplo de ello, significativa es la colección del galerista Miguel Marcos o la de la galerista Helga de Alvear que recientemente ha inaugurado en Cáceres su museo, donde alberga su enciclopédica colección, hace unos años la galerista Soledad Lorenzo donó su importante colección al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Ejemplos de buenas colecciones en manos de galeristas hay muchos”.
- ¿Cuál es la relación de los artistas con su galería o galerías: hay contratos, exclusividad?
“La galería es el instrumento fundamental para el artista, es el lugar de encuentro de la obra con la crítica, el coleccionista y el público en general. Cada espacio define como quiere trabajar. Mi relación con los artistas se establece de una forma muy personal que roza lo familiar. En mi caso no creo en las exclusivas, porque no me parecen justas. En un territorio como Canarias nadie puede garantizar unas ventas anuales que permitan al artista vivir exclusivamente de su trabajo”.
- ¿Qué formación tiene que tener wl director de una galería?
“No hace falta una formación concreta pero sí un conocimiento profundo. La profesión está impregnada de una visión histórica, analítica y de investigación constante que solo se aprende estudiando. El conocimiento y la sensibilidad no se heredan. Yo estudié Bellas Artes en la Universidad de la Laguna y en la Escuela Superior de Diseño Femando Estévez de Tenerife, ahora mismo estoy realizando un Máster de Peritaje y Tasación de Obras de Arte por la Universidad de Nebrija”.
- ¿BIBLI se define porque apuesta por tendencias artísticas muy concretas?
“BIBLI responde a propuestas concretas que nos parecen interesantes, está claro que existen cosas que nos definen como espacio, detrás de todas las galerías está el gusto del galerista con una mirada muy clara. Nos hemos esforzado siempre en mantener un contacto directo y activo con todo el que quiere acercarse, en ofrecer algo más que cuadros colgados en las paredes. Hemos organizado performance, visitas guiadas, encuentros, presentaciones de libros, lecturas de poesías, conciertos, en suma, crear un público interesado en el arte. BIBLI se define por ser un lugar permeable a todo lo que ocurre a su alrededor”.
- ¿Trabajan ya en la próxima exposición?
“La próxima exposición y la que clausura la temporada será muy especial, se trata de una exposición dual de los artistas Dokoupil y Fernando Álamo, llevan meses trabajando juntos. En septiembre comenzamos la temporada con la artista Juana Fortuny, con un proyecto muy arriesgado que gira en torno al ornamento y lo doméstico. Estos son los proyectos más confesables”.
TODAS LAS IMÁGENES SON DE SERGIO ACOSTA
Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador