Los espantos de Santa Cruz salen a la luz

Jueves, Diciembre 5th, 2024

Hubo un tiempo en el que circuló por este país una serie de cromos que bajo el nombre de La pandilla basura presentaba personajes estrambóticos a medio camino entre el humor y la tragedia que alimentaron la imaginación de miles de jóvenes, jóvenes que absorbieron en su imaginario aquellas divertidas y grotescas estampas. Y tanto, uno de aquellos chavales, hoy reconvertido en adulto pero que no pierde ni el entusiasmo ni la curiosidad del adolescente perdido, les rinde ahora homenaje en un álbum, Espantos de Santa Cruz, que protagonizan una serie de personajes igual de estrafalarios e igual de divertidos como trágicos, productos todos ellos de la fértil y retorcida imaginación de Ángell Marr, un escritor e ilustrador tinerfeño que tras este pseudónimo esconde a Ángel Marrero, un artista que además de tener mirada para reflejar todos estos disparates, tiene un agradecido y novedoso sentido del humor, lo que convierte la lectura de esta obra en un desternillante paseo por una ciudad, Santa Cruz de Tenerife, que gracias a su autor se transforma en una capital de provincias con sus seres oscuros, todos ellos paródicos referentes santacruceros que en unos casos y en otros no, están claramente inspirados en la realidad.

Espantos de Santa Cruz ofrece además en cada estampa un atractivo por divertidísimo paseo por las calles de una capital de provincias que parece inspirada en los escenarios de El gabinete del doctor Caligari, incluido el polémico monumento a Franco, que aparece en la portada de este cuaderno que recomiendo no solo como lectura con la que romperse la boca con tanta carcajada sino también entendiendo que detrás de muchas de estas ilustraciones se esconden auténticas bombas de relojería, así como un asomo de crítica que arremete contra fiestas muy populares en esta geografía como son los carnavales y de unos años a esta parte, fiestas de magos.

Las intenciones de Ángell Marr en esta obra son claras y no las disfraza, así lo expresa en el prólogo: “En estas estampas se encuentran todo tipo de monigotes, unos haciendo alusión a figuras históricas y otros a personajes populares de la ciudad, ya sean reales o ficticios. Asimismo, agregué una serie de seres de corte folclórico y legendario, partiendo de unas cuantas figuras de la mitología guanche. Todo ello, mezclando terror y misterio con un humor ácido y burlesco”, por ello, nadie debería de sentirse ofendido ni por el paisaje humano como urbano que presenta Marr en estas ilustraciones que, ya digo, hacen pensar. Y lo hacen sin que a uno se le borre la sonrisa en los labios, lo que engrandece el trabajo de este escritor e ilustrador tinerfeño que conoce lo que hace y a quien no le falta ni le sobra erudición para describir a su galería de personajes, cuarenta en total, dibujados a todo color y cinco en blanco y negros que fueron descartados.

El libro está dividido en cuatro secciones, cada una de las cuales reúne diez ilustraciones y están titulados al modo de La pandilla basura como Fantasmones, Mostros, Podridos y Guanchescos. El primero, tal y como ya se indica, muestra los “fantasmas” que pueblan la ciudad como El fantasma del Adelantado, que no es otro Alonso Fernández de Lugo que cada 3 de mayo regresa al mundo de los vivos con la cruz que dio nombre a la capital tinerfeña o el Fantasma de la Gesta, uno de los bribones que “se borraron del mapa” cuando en el horizonte aparecieron los navíos de guerra de Horacio Nelson, y que ahora reaparece cuando se celebra la derrota al inglés. En este primer capítulo aparece también Cuco el facha, un espectro franquista al que se puede ver de madrugada ante el monumento a Franco, como se le conoce popularmente en la ciudad.

En el capítulo Mostros aparecen una serie de personajes que proceden del abismo y que están inspirados algunos en los que salieron de la mente de H.P. Lovecraft como Chico Chicharro, un desternillante sujeto con forma de pez que venera la estatua del Chicharro como “aquellos al dios Dagón” y el El Tete yuyu, un alma en pena que vaga mientras da gritos desgarrados por los aledaños del Heliodoro Rodríguez López cuando el C.D. Tenerife pierde un partido.

El perfil de las estampas se vuelve un poco más gore, pero un gore de risa, en Podridos, donde aparece El Fantoche de la ópera, una “momia viviente” que va vestido como un dandy del siglo XIX en el teatro Guimerá. O Puta Pena o Torcuato Carroñas, este último un “mostro” que se deja ver en Carnavales, esos días en los que “las calles de Santa Cruz están hechas un auténtico estercolero”.

El humor ácido de Ángel Marr también hace gala en Guanchescos, retrato de “guanches” que son más caricatura perversa que otra cosa. Un desfile de tipos y bichos raros que, como La zampagodos, no deja de devorar a cualquier penínsular que nos visite si se aproxima al charco de la plaza de España. Podría seguir mencionando personajes que se reproducen en este álbum pero no quiero aburrir ni por supuesto continuar mencionando los restante personajes que pueblan esta capital de provincias, una ciudad que vive ajena a su pasado, y si lo recuerda es que con tres o cuatro cosas en su obsesiva carrera por reinventarse. ¿Reinventarse en qué?, eso no lo saben ni los Espantos de Santa Cruz.

Saludos, ay que risa maríaluisa, desde este lado del ordenador

José Herrera: “Mi trabajo es de introspección, emocional, de tránsito y de preguntas”

Martes, Octubre 29th, 2024

José Herrera (San Cristóbal de La Laguna, 1956) inaugura la temporada de la galería Bibli, en la capital tinerfeña, con el primer acto de un proyecto artístico que lleva por título Levemente incómoda, y en el que recoge trabajos realizados entre 2022 y 2024. El caso es que sumergirse en esta experiencia tiene algo poderoso ya que despierta –esa al menos es nuestra lectura– una conmovedora mirada en torno a un espacio y a unas instalaciones que, como dice el mismo artista, “activan relaciones no solamente físicas, dimensionales, sino emocionales”. La exposición clausura el 25 de octubre pero está previsto que del 31 al 8 de noviembre, Bibli acoja el segundo acto de esta iniciativa, que lleva el título de Panoptes y que contará el día de la inauguración con una acción de Javier Arozena.

Las ocho piezas que reúne Levemente incómoda están estratégicamente expuestas en el espacio Bibli, y son Cuerpo para la palabra, Desde la media noche, Cuerpo para la fragilidad, Cuerpo para la noche, Cuerpo para el árbol, Espacio para la provisionalidad, Cuerpo para el cuerpo y Cuerpo para la intuición que se encuentra en el despacho de la galería. La mayoría de las piezas son de este año aunque también hay otras que fueron realizadas entre 2022 y 2023.

José Herrera forma parte de la generación del 80, y fue uno de los primeros artistas que propiciaron la renovación de los lenguajes plásticos del archipiélago, informa la galería, que recuerda que esta influencia estuvo más próxima a las corrientes centroeuropeas y latinioamericanas que a las que se formalizaron aquellos años en el resto de España. La obra del artista forma parte en la actualidad de colecciones como
las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Banco de España, Fundación La Caixa, Centro Atlántico de Arte Moderno y TEA Tenerife Espacio de las Artes, entre otras.

- Creo que la exposición es un encargo de la galería Bibli, ¿qué indicaciones le propusieron, cómo fluyó este trabajo?

“Sí, después de concluir la exposición Velar la Forma en TEA, me propusieron este ilusionante proyecto individual. Indicaciones ninguna, el espacio es determinante y motivador para “embarcarte” con obra nueva realizada entre 2022 y 2024. Mi trabajo fluye muchas veces de manera convulsa, otra cosa es la instalación de la obra en el espacio. Cada pieza debe “vivir” por sí misma y tener su propio “peso”, con una carga emocional y de energía fuertes”.

- La exposición consta de dos partes, la primera de las cuales, Levemente incómoda, se expone actualmente, y la segunda Panoptes, a partir del 31 de octubre ¿Por qué dividirla en dos partes?

“Mientras trabajaba, veíamos la obra, hablábamos e íbamos madurando el proyecto. Estaba inmerso, en ese momento, en una pieza grande que formaba parte de Levemente incómoda y fueron ellos, Fernando y Richard, los que me propusieron que esta pieza, Panoptes, formara parte del 2º acto, que abarcara absolutamente todo el espacio. Me conmovió la idea, me llevó a otra parte”.

- ¿Qué es lo que quiere transmitir con estas piezas y qué sensaciones cree que puede despertar en el espectador?

“Nunca pienso en qué quiero transmitir. Mi trabajo es de introspección, emocional, de tránsito, de preguntas. Trabajas en soledad, intentando buscar no sé qué, en muchas ocasiones perdido. Luego viene la calma, el reposo. Es en ese momento, cuando puedes ser espectador de tus propias cosas. Y para que todo funcione, no podemos ningunear el espacio, los detalles, los matices. Es la hora de que el espectador contemple, observe y se sienta parte de…”

- Tras Velar la Forma, exposición que mostró en TEA Tenerife Espacio de las Artes hace dos años, ¿ha cambiado mucho su mirada desde entonces o sigue siendo prácticamente la misma?

“La mirada siempre está en continuo cambio. Se vuelve más exigente, más introspectiva. A través del arte, la mirada es más sensible, frágil y provisional. Velar la Forma fue una enorme experiencia. Después de Días deshojados, Gilberto González me planteó una revisión de cuarenta años de trabajo. A partir de ese momento es cuando tengo una estrecha colaboración con Fernando Pérez en la importante tarea que desempeñó como director de montaje”.

- ¿Por qué Levemente incómoda?

“Empecé a trabajar en una pieza de papel en 2019 llamada Rostro para el paisaje y en 2022, de forma muy intuitiva, volví a hacer volúmenes muy frágiles doblando papel de acuarela y cosiendo las partes. Ese proceso encierra mucha provisionalidad, muchos cambios, así como el concepto de lo efímero. Todo se relacionaba con todo: espacio, forma, volumen, dimensiones, el cuerpo, la mirada como tacto, pensamiento, lo emocional, la respiración, el silencio en ocasiones y las ideas que no paran en mi cabeza… Ahí comienzo a sentirme parte de la provisionalidad de las piezas, de la leve incómoda idea de la provisionalidad, de mi propia provisionalidad. Es como surge el título Levemente incómoda.”

– ¿Y Panoptes?

“Pensé que podía compartir esta obra con Javier Arozena. Hablamos y le transmití la idea de hacer una pieza única para todo el espacio y que me gustaría que inaugurara este proyecto con una acción el día 31 de octubre. Rápidamente nos inundó la ilusión y las ganas de hacer algo juntos. Fue él quien nos da a conocer a Argos Panoptes, un personaje de la mitología griega: De todos los ojos, el que lo ve todo”.

- Me cuentan que Panoptes contará, además, con un perfomance.

“Bueno, Jaime Arozena no habla de performance, sino de acción. Lo ve más como una acción. Es su proyecto. Está trabajando y tenemos que seguir compartiendo ideas. Me imagino muchas cosas”.

- ¿Cuando trabaja en una pieza tiene una idea clara en la cabeza o prefiere ir experimentando sobre la marcha?

“Hay vagas ideas a veces, otras eres médium, filtro, caminas a tientas, partes de algunos dibujos y bocetos sobre papel y suceden muchas cosas. La mayoría de ellas, de pensamiento, silencio y observación. Hay que “estar” para que todo comience a moverse”.

- ¿Qué lecciones saca José Herrera de sus creaciones artísticas?, y ¿cuál es su relación con ellas?

“Te das cuenta que eres muchos con el paso del tiempo. Cada vez dudas más, lo que supone seguir haciéndote más preguntas no siempre con respuestas. Cuando vida y obra se desarrollan como la misma cosa, tu propia existencia va tomando “cuerpo”. Parte de mí muere y parte de mí se regenera. La relación es íntima, física, de medirme. Una cuestión de aprendizaje y conocimiento”.

- En su ya larga trayectoria como artista ¿qué evolución aprecia?, ¿qué cambios si los hubiera nota en ella?

“Expresar y canalizar es una necesidad, una actitud. Tu propia vida va cambiando y transitando por “otros lugares” que tienen que ver con lo sensible, con la “otra mirada”. Esto me hace más vulnerable y el trabajo se impregna de todo lo que acontece: deterioro absurdo y feroz de nuestro medio ambiente global, de nuestras islas, derechos humanos, libertad de expresión. Aprendemos poco, muy poco. Creo que sigo asumiendo compromiso y riesgo. Lo que me lleva en muchas ocasiones a un estado de angustia”.


- Relacionan su trabajo con el Minimalismo y el Arte Povera ¿está de acuerdo con esta opinión?

“Siempre he intentado ir a la esencia de las cosas, lo primario, el espacio y las formas puras, estructuras que se repiten. Quizá ahí puede haber alguna relación con el Minimalismo, con la diferencia de no dejar de lado lo emocional, la energía y memoria del espacio, los silencios y vacíos…el cuerpo a cuerpo. La naturaleza, a través de ella y a mi relación con los árboles, me lleva a indagar sobre lugares de pensamiento, a realizar proyectos muy abiertos trabajando con materiales pobres y a la concepción determinante de los espacios. Hay ahí, quizás, algunas referencias con el Povera. Pero no debemos olvidar el contexto en el que se desarrolla la obra”.

- ¿Tienen relación, unas con otras, las piezas que expone en Levemente incómoda acto 1?

“En cada una de ellas trabajo sobre la búsqueda no sabiendo. Cada pieza tiene o debe tener vida propia. Es muy importante en mi trabajo el papel; como lo son también, los materiales y los objetos. En Levemente incómoda las piezas sí se relacionan, no sé si dialogan, no tienen por qué, pero el espectador inevitablemente las relaciona. Hay que “escuchar” el espacio, “habitarlo” para que suceda “algo” que va más allá de la obra misma”.

- ¿Cómo explica que cuando trabaja unas obras permanezcan y otras las destruya?, ¿qué es lo que le convence para dejar unas y no otras?

“Es una cuestión de energía, de tiempo, de permanencia visual y física, de medida y cuerpo. A veces no soportan el paso del tiempo. Parece que se acartonan y mueren, literalmente mueren. ¿Por qué, si no las he tocado, si no las he modificado? No lo sé. Joan Miró daba la vuelta a muchas de sus pinturas hacia la pared y decía que el tiempo se encargaría de terminarlas. Es verdad. Hay que estar día a día con ellas para que no se pierdan”

- ¿Cómo evita repetirse?

“Cada obra debe ser siempre un acto de abrir puertas y ventanas para que corra el aire, de matices, de diferencias, algo vivo. Pero es necesario cerrar la puerta al espacio de confort y mantener siempre abierta la de la incomodidad en lo que a proceso creativo se refiere. Si somos uno y al mismo tiempo otros, la obra debe serlo también”.

- ¿Es usted un artista disciplinado?, ¿de los que trabajan con horario?

“Soy disciplinado, diverso, pero sin horario fijo de taller. Tengo la sensación que mi vida se desarrolla siempre trabajando. Pensar, observar, vivir muy hacia el interior de las cosas está dentro de mi normalidad”.

- ¿Cómo ha sido la relación con Bibli para aprovechar el espacio de la galería?

“Excelente. He trabajado con Richard y Fernando en algunas colectivas y con este último en Velar la Forma. Bibli es un espacio de experimentación, riesgo y nivel. Es lo que hay que hacer y es por lo que hay que trabajar: subir el listón”.



- Fernando Pérez dijo en una ocasión, precisamente, que “entiende el espacio como una hoja en blanco para el artista”.

“Sí, así es. Cualquier punto de color que pongas en un papel genera tensión. Cualquier cosa que instales en el cubo blanco de Bibli es todo un riesgo. Eso es lo interesante. Es una cuestión de composición, equilibrio de fuerzas y formas, texturas, colores, materiales y dimensiones. Pero no debemos olvidar la frescura del espacio y la habitabilidad del mismo para que la experiencia afecte. Una exposición debe afectar a la persona que mira, que observa. Es muy importante saber ser autor y espectador al mismo tiempo; lo que te da una mayor capacidad crítica”.

- ¿Cuál es su mirada en torno al arte que se hace en Canarias en la actualidad?

“Creo que gozamos de buena salud. Hay mucha gente trabajando en las islas y esforzándose por desarrollar una obra personal. Algunas/os artistas ejercen con su obra un cierto activismo con respecto al calentamiento global del planeta, deterioro del territorio, derechos humanos y libertades, etc. Las cosas no han cambiado mucho con respecto al apoyo institucional de cara a salir al exterior. Sé que todavía, después de tantos años, tienen que sacar sus obras declarándolas como attrezzo para luego montar sus exposiciones en galerías de arte. Aunque a muchos se les llene la boca diciendo que somos Europa, no es cierto. Hay muchas dificultades y se sigue mirando para otro lado. Y para muchas personas que ostentan cargos públicos, el arte, la cultura, es esa cosa que sirve de entretenimiento y ocio. Mientras, estas personas creativas, dinamizadoras de la cultura que trabajan para cambiar y mejorar nuestras vidas, viven en precario”.

- Cree que TEA promociona a los artistas canarios o la sombra de Óscar Domínguez es demasiado alargada?

“Hay poquísimos proyectos de promoción del arte en Canarias hacia el exterior por parte de TEA. Es necesario la normalidad de colaboración con otros centros de arte contemporáneo en los contextos nacional e internacional. Es su función, su obligación. Aquí hay un componente político muy evidente, muy fuerte, que obstaculiza en gran medida una política cultural abierta y diversa. Muchas/os artistas plásticos están trabajando muy bien, pero con pésimas perspectivas de futuro. Es preocupante, decepcionante y triste. En cuanto a la sombra de Óscar Domínguez y el surrealismo es muy alargada en TEA. Debemos tener cuidado con esto porque corremos el riesgo de que un centro del siglo XXI se convierta en un centro de arte moderno y no lo es. Es un error hacer una lectura del arte contemporáneo a través de la figura y obra de Domínguez y del movimiento al que perteneció. Es necesario saber qué significó el surrealismo, qué intentaron las/os artistas y cuál era su máxima: “un intento eminentemente subversivo de cambiar el mundo” a través de “o inconsciente y de lo irracional como medio para cambiar la vida, la sociedad, el arte y el hombre”. En este sentido, se está haciendo una lectura conservadora de lo que significó en esencia el surrealismo, de artistas que arremetieron “contra todo. El edificio del Viera y Clavijo podría convertirse en el Instituto Óscar Domínguez, tan deseado desde hace tanto tiempo. Es necesario un centro de investigación, documentación y estudio rigurosos del movimiento en su totalidad. En Málaga existe el Museo Picasso y el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y ambos desempeñan sus funciones con objetivos diferenciados. Es necesario no generar confusión, no prestarnos a ello, y que el Instituto Óscar Domínguez y TEA, brillen por su excelencia”.

- Y por último, ¿cómo definiría su arte?

“Como algo vivo, que tiene vida propia y que hay que cuidar y proteger. Como nuestro medio natural y diverso para que no entre en zona de cuidados paliativos. Si enfermamos, enferma el arte y si enferma el arte, enfermamos nosotros. Si la naturaleza enferma, enfermamos todos los seres vivos, y si enfermamos, es que la naturaleza se encuentra, como digo, en cuidados paliativos”.

PRÓXIMAMENTE

Tras la exposición Levemente incómoda, de José Herrera, la galería Bibli ya tiene completa la temporada próxima con una serie de experiencias que volverán a tomar este espacio ubicado en la calle de San Francisco Javier de la capital tinerfeña. De noviembre a enero de 2026, se mostrarán trabajos de Lecuona y Hernández, pareja de artistas en la que se encuentran Beatriz Lecuona y Óscar Hernández, ambos nacidos en 1978 aunque en localidades diferentes, Cantabria y Tenerife, y ambos licenciados en Bellas Artes. Lecuona y Hernández comenzaron a trabajar juntos a partir de 1999 y desde ese entonces han participado en más de ochenta proyectos colectivos e individuales, representando a España en la XI Bienal de la Habana, en la X Bienal Internacional de Cuenca/Ecuador, en la Bienal de DaKar Off 06 y en la II Bienal de arte, arquitectura y paisaje de Canarias. En los últimos años se ha intensificado su presencia en América Latina y los Estados Unidos, exponiendo en Miami, Venezuela, Brasil, Ecuador, Cuba o Perú entre otros.

FORMA FOTO: Sergio Acosta

Saludos, ya lo saben, desde este lado del ordenador

Leopoldo, una novela de Jorge Fonte

Miércoles, Abril 24th, 2024

Jorge Fonte es una de las personas que conozco que más sabe de Walt Disney y Woody Allen, personajes a los que ha dedicado varios libros. En su ya más que respetable bibliografía, cuenta con otros textos de cine dedicados a directores como Steven Spielberg, Oliver Stone y John Lasseter, entre otros.

Hace unos años, sin embargo, apostó por interrumpir su producción de libros de cine para decantarse por la literatura de ficción. Es autor de dos volúmenes de relatos eróticos (Natalia y otros relatos solo para adultos y Milena Velba y más relatos para adultos) y de varias novelas. En la primera de ellas, Una isla a la deriva, que se desarrolla en El Hierro, promete lo que da, evasión, mientras que la segunda, Llevadme a ver el mar, se sumergió en las aguas del género histórico al recrear la ciudad de La Laguna de mediados del siglo XVII para narrar con pulso los turbulentos amores entre el noble don Jerónimo de Grimón y Rojas y la monja sor Úrsula de San Pedro.

A partir de entonces Jorge Fonte ha seguido indagando en el género. Su tercera ficción, El hijo del apotalado, volvió a desarrollarse en la isla de El Hierro durante la Guerra Civil y se trata de uno de sus títulos más interesante porque sabe recrear muy bien aquellos días infames.

En el 2022 publicó la novela corta From Me To You. The Beatles en Tenerife, en la que narraba la estancia de tres miembros del grupo (George, Paul y Ringo) en el norte de la isla a través de cartas y recortes de prensa y en los que se apreciaba una constante en toda su literatura, sea el ensayo como la ficción, y es la cuidadosa investigación que emprende para contar sus historias “basadas en hechos reales”.

Leopoldo (Colección Agustín Espinosa, Gobierno de Canarias, 2023) rompe ligeramente la trayectoria que estaba caracterizando la obra del escritor. Se escribe ligeramente porque no se trata de un libro en el que se tire por la ventana pero sí que tiene ambiciones ya que lo que desencadena la acción y casi transforma a su protagonista en otra persona es un nuevo caso en el que debe trabajar, el crimen de la familia Alexander. Este horripilante suceso le sirve de telón de fondo para ahondar en las dudas que le asaltan a su protagonista, que llega a poner en duda su sentido del bien y del mal.

El Leopoldo que da nombre al libro es un juez destinado en Tenerife a quien le toca llevar este caso criminal, uno de los más espantosos de la crónica de sucesos en Canarias. Sucedió a inicio de los años setenta en la capital tinerfeña cuando se descubrieron en una céntrica vivienda los cadáveres de tres mujeres (Dagmar, la madre y Marina y Petra, dos de sus hijas) asesinadas brutalmente por el padre (Harald) y su hijo /hermano (Frank), quienes obedecían, según ellos, órdenes celestiales. Escapó de aquella orgía de sangre Sabine, una de las gemelas porque no se encontraba aquel día en la vivienda familiar.

Como en sus novelas históricas anteriores, el caso está rigurosamente documentado, accediendo el escritor a fuentes poco conocidas. El resultado es un interesante trabajo aunque la sustancia que anima a la obra, y que no es otra que el macabro crimen cometido, se convierte en sombra con el fin de oscurecer la mente de su protagonista, hasta ese momento un hombre honesto y muy familiar que tras conocer a Harald y Frank comienza a oír voces y a cuestionarse ¿qué separa el bien del mal?

Para narrar este proceso de paulatina transformación, de esa dualidad que se fragmenta para que una de las partes domine a la otra, trata en el fondo el libro. El crimen, el asesinato que aquellos iluminados carniceros realizaron porque obedecían órdenes de Dios pasa a un segundo plano pero no deja de ser el desencadenante, no el motor, que pone en movimiento a esta la novela.

Leopoldo cuenta con numerosas descripciones de la capital tinerfeña, algunas de cuyas zonas documenta Jorge Fonte más con espíritu informativo que como paisaje con personalidad dentro del relato. Para visualizar las dudas que asaltan al buen juez, las convierte en palabras que terminan en largos diálogos con un amigo que es sacerdote, un sacerdote progresista y moderno en la oscura España de aquellos años. Estas conversaciones son reflexiones que poco aportan al curso de la historia.

Se aprecia en el libro una férrea voluntad por recrear de manera “realista” aquel Santa Cruz de Tenerife de principio de los años 70 y se agradece que el autor no caiga en el morbo al inspirarse en un crimen tan espantoso, y eso contando con la documentación necesaria para invitarlo a que así lo hiciera.

El protagonista, Leopoldo, resulta humano por las contradicciones en las que incurre cuando comienza a dudar de lo que es realmente el bien y el mal, que encuentre o no respuestas es una de las claves más señaladas de un libro donde por mucho que se esfuerce no se entiende cómo Harald y Frank actuaron como lo hicieron, tampoco que padre e hijo piensen que lo que hicieron estuvo bien porque fue mandato divino.

La novela consta de 51 capítulos que se distribuyen en más de trescientas páginas y cuenta con un Epílogo y un extra, Desmontando a Leopoldo, donde Jorge Fonte explica cómo trabajó al personaje y el libro.

LO MEJOR: La documentación que recopiló el autor para escribir la novela. Y no solo la relacionada con el espantoso crimen que la inspira. Se agradece, además, que no incida en los datos más sangrientos de aquel asesinato.

LO PEOR: Si se tiene en cuenta que el espantoso crimen sirve para contar la paulatina transformación que sufre el protagonista, poco. No es una novela sobre el asesinato sino de cómo le afecta al protagonista las conversaciones que mantiene con los asesinos.

Saludos, encadenados, desde este lado del ordenador

Brevísimos

Jueves, Abril 18th, 2024

UNICORNIO REABRE PARA LIQUIDAR EL MATERIAL DE LIBROS Y OBJETOS QUE AÚN CONSERVA

La librería Unicornio que cerró definitivamente sus puerta este año por la jubilación de Cristóbal Hernández Torres y María Dolores Lapuente Montoro, anuncia a través del primero que este viernes y sábado volverán a reabrirla para liquidar todo el material que aún les queda. Lo horarios serán de 10,30 a 13 y de 17 a 20 el viernes y de 10,30 a 13 el sábado. El establecimiento colgó hace unos meses el cartel de cerrado tras llevar 37 años abierta en la calle de Santa Rosalía, nº 24, en pleno barrio de El Toscal.



SOLO UNA VEZ, DE GUILLERMO RÍOS, UNA DE LAS PELÍCULAS MÁS VISTA EN NETFLIX ESPAÑA

La ópera prima de Guillermo Ríos, Solo Una Vez, tras su estreno en Tenerife en junio de 2021 y en 61 salas de toda España al mes siguiente llega ahora llega a Netflix, donde tras su estreno el pasado 14 de abril, ha conseguido situarse en el número dos de las películas más vistas en la plataforma en España. Solo una vez cuenta la historia de Eva y Pablo, una pareja de profesionales que tiene que acudir a la consulta de Laura, una psicóloga especialista en violencia machista, cuando él es denunciado por maltrato.

Saludos, jueves, desde este lado del ordenador

Todos tenemos para contar nuestras pequeñas historias sobre la Guerra Civil

Miércoles, Marzo 13th, 2024

Actuo como moderador en un debate que bajo el pretencioso título de Las heridas de la Guerra Civil reúne a tres mujeres que han escrito sendos relatos que se desarrollan en esta época nefasta en la historia de España. Ellas son María del Mar Rodríguez, Concha de Ganzo y Guadalupe González Taño. Sus libros son, respectivamente, La tuerta, Retrato en la pared y El último alzado, todos títulos de los que ya nos hemos hecho eco en este mismo su blog El Escobillón.

La sesión tuvo lugar el domingo pasado, 10 de marzo, en una sala repleta de cuadros que representan escenas históricas en el Museo Municipal de Bellas Artes de la capital tinerfeña, un pequeño pero agradable espacio que reunió a un nutrido grupo de personas interesadas en escuchar lo que les iban a contar estas tres mujeres.

María del Mar Rodríguez ubica La tuerta en plena postguerra y un escenario reconocible aún para los que habitan en la capital tinerfeña, la calle de Miraflores, antes conocida como de “las chicas”, y centro de prostitución que el crecimiento de la ciudad ha ido devorando. Es decir, que de calle de las putas hoy ya no queda casi nada salvo resistentes que todavía hacen la esquina.

Retrato en la pared
es una novela construida a base de relatos donde Concha de Ganzo nos cuenta la historia de varios hombres y mujeres nacidos en las islas que por causa de la guerra se vieron combatiendo a un lado de la trinchera en las desgarradas tierras de España. En este libro, la escritora y periodista nos desvela también el destino de Isabel Piñero, quien fue la mujer de Miguel Campos, preso, más tarde combatiente y tras finalizar la guerra, militar enrolado en La Nueve, la unidad formada por republicanos españoles que luchó en la II Guerra Mundial con el uniforme de la Francia libre.

El último alzado es una novela que recrea la azarosa vida de uno de los abuelos de la escritora en Garafía, La Palma, cuando se produce el alzamiento nacional. En su día elogié mucho esta obra porque va directa al grano y no termina de caer demasiado en el maniqueísmo que envuelve a todas las historias relacionadas con la Guerra Civil.

Durante la conversación, con un solo micrófono que pasaba de mano en mano para que las invitadas y el moderador se hicieran escuchar, se narraron historias muy tristes, que ponen la piel de gallina, y se insistió en la gran victoria del miedo en la sociedad canaria de aquel entonces. Una sociedad en la que apenas hubo respuesta a los golpistas y que tan bien relató José Antonio Rial en Tiempo de espera, que se desarrolla en julio de 1936 en Santa Cruz de Tenerife y en la que se explica la razón del porqué las izquierdas no reaccionaron a la toma del poder de los militares rebeldes.

Al margen de cuestiones políticas, la charla estuvo en general bastante bien. Se contaron anécdotas familiares y de cómo marcó a familias enteras que se estuviera en el bando perdedor como ganador en aquella contienda de cabestros.

Me di cuenta que si uno ha nacido en esta tierra, vamos a seguir llamándola España, todos, absolutamente todos tenemos una historia que contar de aquellos hechos. Historias que pasan de generación en generación donde se cuentan las cosas que hizo el abuelo cuando la guerra… Aunque esas cosas vayan tomando un aire legendario a medida que pasan los años.

En mi caso recordé, mientras las tres mujeres narraban sus relatos sobre la guerra y la post guerra, que aquí mismo, en Tenerife, mi abuelo fue preso por masón y mi tío abuelo anarquista desaparecido en el mar, frente a la costa de San Andrés. Soy consciente que los dos han adquirido la dimensión de mitos en mi cabeza y que lo que creo que fueron no se corresponde con la realidad. En este aspecto, me gustaría que existiera una máquina del viento para viajar a julio del 36 y observar cómo reaccionaron de veras, cuánto miedo tuvo que devorarles por dentro… El increíble y sonoro silencio que tuvo que escucharse en la barca en la que tiraron al mar a mi tío abuelo, padre reciente y que dejaba una viuda demasiado joven y a la que conocí ya mayor con el rostro repleto de arrugas, una mirada muy triste y una inocencia con olor a campo que me acompañará mientras viva.

Por eso no me llamó a sorpresas que en el turno de preguntas el público más que preguntar soltara largos monólogos emocionados recordando lo que su abuelo hizo cuando la guerra. Todos, para mi sorpresa otra vez, en el bando que perdió aquel conflicto que enfrentó a hermanos contra hermanos.

Es verdad que Guadalupe González Taño parecía que no quería soltar el micrófono cuando caía en sus manos, “eso es porque soy política”, dijo, pero no sé yo. También que Concha de Ganzo subrayó la investigación periodística que desarrolló cuando escribió Retrato en la pared explicando que muchos de los canarios que combatieron con el uniforme de los rebeldes en la península no es que fueran fascistas sino gente normal y corriente a los que la guerra cogió en el lado equivocado y que María del Mar Rodríguez pone voz a quienes no la tuvieron, las mujeres de la calle que hicieron cualquier cosa por sobrevivir.

Saqué varias conclusiones de esa charla que tuvo lugar una mañana de domingo. La primera es que todos tenemos una historia que contar de aquella guerra. La segunda es que las mujeres vivieron también otra guerra dentro de aquella guerra y la tercera es que el miedo que se implantó una vez pacificado el archipiélago todavía sigue vivo en alguno de nosotros. Como si observáramos con miedo una realidad que esconde detrás delaciones y recelos. Delaciones y recelos que vivieron los que fueron represaliados en esta islas donde los otros no tuvieron oportunidad de devolver el golpe.

Me extrañó que una de las preguntas que se plantearan, una de las pocas preguntas que se plantearon, viniera a decir algo así de que a él no le enseñaron que la guerra también sacudió este archipiélago que por apacible resulta a veces tan idiotizado. Pensé, cuándo escuché esa cuestión, que en qué familia había nacido ese muchacho de barriga generosa. O bien que su propia familia había silenciado lo que sufrieron sus ancestros cuando a los españoles nos dio por darnos de garrotazos.

En fin, que el domingo pasado no fue un domingo cualquiera sino un día en el que constaté algo que sabía de hacía tiempo pero que no me había puesto a valorar con cierta seriedad y es que todos somos descendientes de aquel horror indistintamente el signo político al que se oriente. Que todos, en definitiva, tenemos para contar nuestra pequeñas historia de la Guerra Civil.

Saludos, viento, desde este lado del ordenador

Un experto revela las claves de la estética masónica del templo de la calle San Lucas

Jueves, Enero 11th, 2024

El profesor del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada, David Martín López (La Orotava, 1979), imparte el viernes 12 de enero y a las 19 horas en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (RSEAPT) una conferencia en la que revelará las claves de la estética masónica del templo de la Logia de Añaza 270, ubicado en la calle de San Lucas de la capital tinerfeña. El edificio se inauguró en 1902 y consta de tres plantas que, en la actualidad, están siendo restauradas después de un largo proceso de adjudicación de las obras.

El acto forma parte del ciclo de conferencias Hablemos de masonería, que organiza la Asociación Cultural Nueva Era 93 y la Gran Logia Simbólica Española en colaboración con la RSEAPT.

La Logia Añaza 270 fue una sociedad masónica integrada en el Grande Oriente Español y una de las tres que formó parte de la Gran Logia de Canarias y que también estuvo adscrita, para los altos cargos, al Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocés hasta su disolución en 1936.

Tras la Guerra Civil, el Régimen franquista se incautó de todos los bienes de la masonería y este templo pasó a ser propiedad del Ejército, que lo utilizó como Farmacia Militar.

En los años 90 del siglo pasado el Ministerio de Defensa sacó el edificio a subasta pública y fue entonces cuando el Ayuntamiento lo compró y se inició el proceso para declararlo Bien de Interés Cultural, lo que se obtuvo en 2006.

David Martín López es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Granada desde 2010 aunque desarrolla en la actualidad su labor investigadora en el Instituto de História da Arte de la Universidade Nova de Lisboa, donde pertenece a su Consejo Científico y a la Línea Museum Studies.

Estética masónica, arquitectura y urbanismo. Siglos XIX y XX fue el título de su tesis doctoral. Es autor también de Los lenguajes subversivos y el hermetismo simbólico desde la oficialidad en las artes españolas (1930-1976) y de Arquitectos masones y su relación con el franquismo: represión, exilio y asimilación por el régimen.

En su labor como investigador también se ha ocupado por estudiar la escenografía masónica, el mundo del cómic y del cine, la moda, el compromiso social o las pintoras victorianas en Canarias.

Otros de sus estudios son Consideraciones estéticas en la restauración del patrimonio masónico: análisis histórico y perspectivas de futuro así como Visionando y restaurando la estética masónica en el paisaje urbano: el ejemplo de Canarias y Matriarcado arquitectónico y estética masónica: el paradigma de la marquesa de la Quinta Roja.

David Martín ha realizado estancias de investigación en centros académicos de Preston, Leeds y París y gran parte de sus trabajos se centran en la historia del turismo, la arquitectura y la identidad contemporánea, así como la aplicación de la perspectiva de género y las teorías queer en el arte contemporáneo. Sobre esta materia ha sido director de las Jornadas Científicas Reflexiones Arquitectónicas al Sur de Europa (Granada, 2006 y Santa Cruz de Tenerife, 2011), además de coordinador junto a Pedro Ordóñez Eslava del libro Between categories, beyond boundaries: Arte, ciudad e identidad (Libargo, 2013).

Como docente, entre las áreas afines a las jornadas Ciudades de la Moda, el Arte y el Diseño, ha impartido clases en Historia del Diseño Gráfico (Universidad de Granada) e Historia de la Fotografía (Universidade Nova de Lisboa).

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