Archive for Octubre, 2014

La cuadratura del Círculo

Martes, Octubre 7th, 2014

Tal y como estaba previsto, nada nuevo bajo el sol. Dulce Xerach Pérez López resultó elegida el lunes pasado, 6 de octubre, presidente del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife con 51 votos a favor de los 85 que estaban llamados a votar. El equipo que encabeza Pérez López está formado por Nieves Duque y Patricia Masset como vicepresidenta primera y segunda, respectivamente, así como Arsenio Pérez Amaral, Ana Sánchez Gijón, Carlos Belda, Paco Fariña, Elena Romero, Lola Camprubi, Ana Hardisson y Carlos Vílchez.

Dulce Xerach Pérez ocupará la presidencia del Círculo cuatro años y releva de esta responsabilidad a Miriam Durango, que lo desempeñó durante unos doce y cuya gestión última se vio salpicada por críticas internas, algunas de las cuales se hacen eco en un artículo de opinión que firma un socio de esta institución, Jesús Pedreira Calamita, y que invitamos a que lean.

Al nuevo equipo de gobierno del Círculo no le espera un futuro fácil ya que se trata de una entidad que, por una u otra razón, permanecía aislada de la vida cultural de la capital tinerfeña.

Así que para recuperar su protagonismo, Dulce Xerach Pérez se ha marcado una hoja de ruta que contempla desde incrementar el número de socios a convertir el Círculo en un espacio “más plural y más visitado”.

Llama la atención, sin embargo, que en una entrevista la nueva presidenta del Círculo lo califique de “una ONG que se dedica a la cultura” al tiempo que procura minimizar cualquier ambición política por ocupar un cargo “que ya conocía incluso antes de entrar en política.”

Dulce Xerach Pérez, y su equipo, tiene mucho trabajo que realizar. Entre otros, analizar con seriedad los errores que han definido la trayectoria última del Círculo y la de encontrar nuevas propuestas y dar color externo e interno al edificio que ocupa un tramo de la calle del Castillo de la capital tinerfeña.

Ya escribimos en su momento que voluntad y capacidad de gestión no le faltan a Dulce Xerach Pérez, una persona que cuenta con una amplia trayectoria en las políticas públicas de acción cultural en aquellos tiempos en los que manaba la leche y la miel.

Pero apenas hay hoy leche y miel para tanta gente, lo que obligará a su presidente a buscar el maldito parné en donde sea. No descarta, en este sentido, llegar a “sinergias con los políticos, pero no sé si hallaré una buena recepción. Hasta ahora solo he mantenido un contacto con Cristóbal de la Rosa, que es socio del Círculo de Bellas Artes, y me ha dado su apoyo.”

Según Dulce Xerach Pérez, su antecesora en el cargo, Miriam Durango, dejó las cuentas saneadas y su gestión reciente se vio encaminada a salvar el edificio que a otra cosa.

Desde El Escobillón.com le deseamos lo mejor al nuevo presidente del Círculo como a su equipo. Somos conscientes que el camino que empieza y empiezan ahora a transitar está plagado de espinas pero cuenta, y cuentan, con capacidad de trabajo (e imagino que entusiasmo) para recuperar de las sombras un espacio que hasta el día de ayer muchos pensaban que había cerrado por liquidación.

Saludos, con puntos suspensivos…, desde este lado del ordenador.

El samurai desnudo, una novela de Manuel Pérez Cedrés

Lunes, Octubre 6th, 2014

“Sentado en un banco frente a la Bahía, todo parece diferente. Aunque no ha nadie a mi lado, me acompaña la extraña imagen de una Arlene preñada y gorda, con todas las curvas de su cuerpo atrapadas en una red de laberínticas deformaciones de carne. Y entonces empiezo a entender el significado profundo del concepto de lo efímero. Del paso del tiempo, de cómo lo externo puede transformar a lo interno tan salvajemente hasta convertirlo en un caos infranqueable.”

(El samurái desnudo, Manuel Pérez Cedrés, Éride Ediciones, 2013)

Manuel Pérez Cedrés dice que El samurái desnudo es una novela extravagante en algunas entrevistas que pesco por Internet, flaco favor que le hace a un texto que si por algo se caracteriza no es por excéntrico sino disperso, aunque se note el esfuerzo del autor por domesticar todo el material que mueve entre sus manos y vierte en un relato que, fragmentado en dos mitades, promete y ofrece bastante en su primera parte pero que se disuelve como un terrón de azúcar en un café con leche en su segundo bloque. Bloque que contiene algunos destellos, pasaje con luces, pero que a la larga resultan forzados, lo que acaba por no redondear un título que si por algo se caracteriza es por sus ambiciones y su voluntad de desconcertar.

La historia comienza siendo narrada en primera persona por Roy Kolbe, un joven de diecisiete años que vive en Newark, Nueva Jersey en los Estados Unidos de Norteamérica cuyas vivencias no tienen nada que ver con las del Holden Caulfield de Guardián entre el centeno, aunque se trate de contar el ansía de rebeldía de su protagonista. Un joven, insiste Cedrés en la novela, demasiado maduro para la edad que tiene y cuyo sendero iniciático el autor se preocupa más por explorar en la segunda parte de una novela que es dos. Dos mitades distintas pero no tan indivisibles como se pudiera pensar.

El salvajismo post adolescente de Kolbe se transmuta, más que madura, en la segunda mitad en una sucesión de episodios bastante esquizoides en el que intervienen otros personajes que no terminan de dar forma a una ficción que, pese a todo, tiene la capacidad de enganchar la atención de un lector que al menos –ese fue mi caso– descubre un libro trufado de referentes culturales que conoce y aprecia, lo que suaviza el enojo de los bandazos que ofrece el relato. Un relato que parece escrito más con las tripas que con la cabeza.

Buscar una coherencia tradicional a la novela no merece la pena. Efecto similar al que me produce la digestión del El almuerzo desnudo de William Burroughs. Por eso, se recomienda enfrentarse a este Samurái –siempre y cuándo el lector quiera– sin prejuicios, y sí dejándose atrapar por sus sensaciones. En especial las que van configurando el carácter del joven Kolbe de diecisiete años, un tipo que observa el mundo con temprano cinismo, lo que explica su visión de las cosas y la traducción que hace de ellas a través de palabras.

Las palabras y sobre todo los silencios son muy importantes en esta novela que contiene numerosos mensajes encerrados en botellas que su autor arroja al mar con la esperanza, supongo, de que lleguen a la costa. Las interpretaciones que cada lector haga de ellos pertenece a su capacidad de resolver acertijos. Porque El samurái desnudo es un acertijo que, mucho me temo, no tiene solución. Lo mismo le pasa a las últimas películas de David Lynch, ese cine que nada peligrosamente entre la tomadura de pelo y el impacto sensorial si uno quiere perder el tiempo intentando averiguar que se esconde tras tanto cripticismo que, a modo de capas de una cebolla, ha terminado por definir la obra reciente del antaño celebrado cineasta.

Si se acepta el reto, la lectura de El samurái desnudo brinda momentos de literatura que se devora con agrado aunque es tanto el exceso por disfrazar lo inevitable que al final se raya casi en la indigestión ya que pese a contar con un final, éste no termina de cerrar el círculo ni de explicar las intenciones que movieron a Manuel Pérez Cedrés a escribir esta historia que va en demasiadas direcciones.

Las reacciones por lo tanto son muy encontradas con esta novela ya que no termina de ubicarse. Y por eso el aviso a futuros lectores que decidan navegar dentro de ella: acepten iniciarse en un juego en el que no hay reglas. Déjense arrastrar, según sea la marea, por la existencia primero de un joven demasiado enfadado consigo mismo y más tarde por el retrato fragmentario, ora con brocha, ora con miras a otras historias dentro de la misma historia, que conforma este rompecabezas al que le faltan algunas de sus piezas.

Con todo, y con lo que leo últimamente escrito en estas tierras, El samurái desnudo me resulta un producto que si destaca por algo es por su rareza. Es una novela que no tiene nada que ver con lo que escribe en la actualidad en Canarias y mucho menos en esa España que se nos ha echado a perder.

Late dentro de El samurái desnudo un soplo que lo hace distinto. Y en ocasiones provocador. Una provocación que su autor desarrolla en una América soñada y reconocible por el cine y la televisión. Una especie de Sensación de vivir para iniciados en las artes del reverso tenebroso y en la que se nota el peso por la cultura popular norteamericana que arrastra su escritor. Un pulp beat, más que un pulp pop.

Alabado sea.

Saludos, catana en mano, desde este lado del ordenador.

Déjà vu

Jueves, Octubre 2nd, 2014

Dulce Xerach Pérez López anuncia –antes muerta que sencilla– que se presenta como candidata a presidir el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife en las elecciones que se celebran el lunes 6 de octubre y que cuenta, ahí el riesgo, con una sola candidatura: la de Dulce Xerach Pérez López.

¡Sola ante el peligro!

Bueno, no exactamente, porque ella y su equipo son los únicos que se presentan. Y ya tendría que estar bichada la cosa para no contar con el respaldo mayoritario de los socios del Círculo.

El Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife cuenta en la actualidad con un puñado de asociados y una presencia apenas visible en la vida cultural tinerfeña imagino que por los vaivenes de la crisis, lo que probablemente pudo repercutir en las acciones que se celebraron en su seno los últimos años, periodo cuya gestión asumió Miriam Durango.

Al frente del cargo, Miriam Durango se vio incapaz en los últimos tiempos de promocionar el Círculo como un espacio polivalente por y para la cultura.  Su dirección no fue fácil y le crecieron algunos enanos. Uno de ellos en la misma cafetería del establecimiento. Litigio que salpicó las redes sociales y que acabó con los del bar montándose un espacio cultural alternativo en otra calle pero en la misma ciudad cuya trayectoria hemos pretendido seguir más o menos con rigurosa atención en este su blog El Escobillón.com.

Entre las razones que empujan a Dulce Xerach Pérez a optar a la presidencia del Círculo es que Miriam Durango desea dedicarse a Miriam Durango y porque “unos amigos me animaron a inscribirme y así lo hice”.

La cuestión es ahora conocer qué programa tiene en mente para relanzar el Círculo. Leo que pretende unir las experiencia de los socios veteranos con “las ideas frescas de los jóvenes” pero advierte –antes muerta que sencilla– que dispone para materializar las propuestas con un presupuesto más que ajustado (las cuotas que abonan los socios) y sin subvenciones a la vista.

Dulce Xerach Pérez apuesta por la internacionalización del Círculo, cuyo edificio se encuentra en la calle del Castillo de la capital tinerfeña y, al mismo tiempo, evoca el espíritu de Eduardo Westerdahl como un símbolo de lo que aspira a realizar.

El anuncio de que Dulce Xerach Pérez regresa a la arena de la cultura lo recibo así con curiosidad por un lado y, por otro, como una sensación de déjà vu cuando menciona la palabra.

¿La palabra?

La palabra no es otra que “transversalidad”.

La transversalidad forma parte del discurso político cultural de esta región desvertebrada y surrealista. De hecho, y de tanto emplearla, ha terminado por convertirse en un comodón comodín más que en una palabra. Dulce Xerach Pérez le añade ahora “transversalidad entre disciplinas” porque “quiero que los artistas prueben en otros ámbitos”.

A mi lo de ámbito me recuerda el título, solo el título de la primera novela de Truman Capote, Otras voces, otros ámbitos, aunque quizá sea ésta la voz que necesita el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife para despertar de la somnolencia de estos últimos años.

Dulce Xerach Pérez no carece de experiencia en cultura, aunque cuando ocupó responsabilidades políticas en este ámbito (ya ven) vivíamos en los tiempos de la abundancia, aquellos días en los que manaba la leche y la miel.

Por eso y otras cosas resultará interesante observar qué impulso dará a la institución en unos tiempos de coste cero. Me consta que capacidad, ganas y cintura política no le faltan para enfrentarse a lo que sin duda supone un reto no ya difícil sino complicado en su ya más que dilatada carrera.

Pero antes muerta que sencilla, Dulce Xerach Pérez anuncia que si la próxima semana es presidente del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife comenzará al día siguiente con el papeleo: “Hay muchas cosas que tengo que conocer, como los problemas en la cafetería”.

* La imagen esta tomada de La Opinión de Tenerife.

Saludos, ¿continuará?, desde este lado del ordenador.

55 títulos que son sospechosos habituales

Miércoles, Octubre 1st, 2014

INTRO

Esta es una lista demasiado larga e insuficiente. También osada porque soy consciente que me dejo en el camino muchos otros títulos y autores que de una u otra forma me enseñaron a amar un género por el que siento, no hace falta que insista, devoción.

No incluyo a Vera Caspary, ni Dorothy B. Hughes, ni Frederick Brown,  entre otros tantos, y sí que recomiendo novelas que no tienen nada que ver –aparentemente– con el género como El hombre demolido y El mapa y el territorio porque entiendo que sí tienen algo que ver con él.

En todo caso, y como toda lista que se precie, es abierta o quiero que sea abierta porque iré añadiendo, y es probable también que omita, nombres a lo largo de estos días que espero se conviertan en semanas y en meses y en años…

… Confieso que dudé si añadir a la nómina a Graham Greene y Eric Ambler, pero al final los deseché porque pienso que su lugar es otra literatura, llámala de espionaje si lo deseas, y porque quien solicitó la lista –el origen del reto– demandó solo novelas y sus correspondientes autores que de una y otra forma me metieron en la sangre el veneno literario de lo negro y lo criminal.

La ausencia de autores españoles, no así de latinoamericanos y algún europeo, no es premeditada ya que si me divierto tanto como me he divertido recomendando a este más de medio centenar de títulos que considero imprescindibles para iniciados, es porque no descarto que próximamente dedique otra a los escritores del género en esta España que se empeña en no entenderse a sí misma.

Haberlos hay. Y hoy más que nunca son legión.

Dicho esto, pasen y háganse un favor: léanlos.

DASHIEL HAMMETT

1.- La llave de cristal

2.- Cosecha roja

3.- El halcón maltés

RAYMOND CHANDLER

4.- El largo adiós

5.- Adiós muñeca

DAVID GOODIS

6.- Viernes 13

7.- Disparen sobre el pianista

8.- Descenso a los infiernos

WILLIAM R. BURNETT

9.- El último refugio

10.- La jungla de asfalto

11.- El pequeño César

JAMES M. CAIN

12.- El cartero siempre llama dos veces

13.- Pacto de sangre

14.- Más allá del deshonor

DON TRACY

15.- El abrazo de la muerte

BILL S. BALLINGER

16.- Retrato de humo

17.- La mujer del pelirrojo

PATRICIA HIGHSMITH

18.- El temblor de la falsificación

19.- Las cinco novelas que protagoniza Tom Ripley

J. LATIMER

20.- La viña de Salomón

DONALD WESTLAKE (como RICHARD STARK)

21.- A quemarropa

JIM THOMPSON

22.- El asesino dentro de mi

23.- 1280 almas

JAMES ELLROY

24- La dalia azul

25.- L.A. Confidencial

MARC BEHN

26.- La mirada del observador

EDWARD BUNKER

27.- No hay bestia tan feroz

28.- Little Boy Blue

JEAN PATRICK MANCHETTE

29.- Volver al redil

3o.- Cuerpo a tierra

RUBEM FONSECA

31.- Agosto

32.- El gran arte

LEONARDO PADURA

33.- Máscaras

JUAN DAMONTE

34.- Chau papa

JAMES CRUMLEY

35.- El último buen beso

36.- Un caso equivocado

DON WINSLOW

37.- El poder del perro

KEN BRUEN

38.- Maderos

HORACIO VÁZQUEZ RIAL

39.- La capital del olvido

JAMES HADLEY CHASE

40.- El secuestro de Miss Blandish

41.- Eva

MIKE SPILLANE

42.- Yo el jurado

MICHEL HOUELLEBEQ

43.- El mapa y el territorio

ALFRED BESTER

44.- El hombre demolido

DENNIS LEHANE

45.- Cualquier otro día

LAWRENCE BLOCK

46.- 8 millones de maneras de morir

ROSS MCDONALD

47.- Dinero

48.- La mirada del adiós

49.- El hombre enterrado

HORACE McCOY

50.- Di adiós al mañana

51.- ¿Acaso no matan a los caballos?

PACO IGNACIO TAIBO II

52.- Sombra de la sombra

E. ANDERSON

53.- Son ladrones como nosotros

CHESTER HIMES

54.- Un ciego con una pistola

JOSÉ GIOVANNI

55.- Los rufianes

Saludos, y hay más, muchas y muchos más, desde este lado del ordenador.