Archive for Enero, 2015

¿Qué hay de nuevo, forastero?

Martes, Enero 13th, 2015

* El Instituto de Estudios Canarios, en su sede de la Casa de Ossuna (calle Juan de Vera, 4) de La Laguna, acoge este miércoles, 14 de enero, a las 19 horas, la presentación de Tránsito, un libro que retrata la sociedad canaria antes, durante y después de Guerra Civil Española, desde la perspectiva del escultor y empresario canario Bernardino García, biografiado por su hija, Elba García. En el acto la autora estará acompañada por la directora de Escritura entre las nubes y editora, Elena Morales, y la escritora Ana Beltrán.

* El escritor Alexis Ravelo participa en el encuentro Europa Negra, que tendrá lugar el jueves, 15 de enero y a las 19 horas, en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, y en el que el autor de La estrategia del pequinés, La última tumba y Las flores no sangran, entre otras novelas, hablará sobre la importancia de la geografía de la capital grancanaria en el conjunto de su obra.

* M. A. R. Editor publica la última novela de Pascal Buniet, escritor francés que escribe en español desde que se estableció hace unos años en el sur de Tenerife. El título de su nueva obra es La verdadera historia de Gloria T., y en ella narra cómo tras la desaparición del hijo de la todopoderosa empresaria que da nombre a la novela, se suceden una serie de investigaciones que sirven a Buniet para reflexionar sobre la evolución de un pequeño pueblo de pescadores a floreciente zona turística con muchos intereses ocultos.

* La colección G21: Narrativa Canaria Actual de Ediciones Aguere/Idea publica la novela Salacot, de Jonás Meneses, una historia escrita en clave de realismo mágico, se informa en la contraportada de un volumen que anuncia nuevos títulos para este año que recién comienza.

* Mientras tanto, esperamos leer la primera novela de Antonio Martín, Lonetas negras, que se desarrolla en los barrios de El Cabo y Los Llanos, en Santa Cruz de Tenerife en los años de la especulación urbana, 50 y 60, y cuya acción comienza con la extraña muerte de ocho personajes que representan el poder político y económico local.

* El salón de actos de la Mutua de Accidentes de Canarias (MAC) acoge este viernes, 16 de enero, la presentación de Relatos de quéséyo, tercer libro que publica Juan Henríquez, y que comenzará a las 19 horas. Acompañarán al autor de la obra, Ánghel Morales, de editorial Aguere, y Rafael Yanes, escritor y ex alcalde socialista de Güímar, y finalista del Premio Planeta/2010.

Y UN VIDEOCLIP

TEA Tenerife Espacio de las Artes acoge la presentación del videoclip de la canción Vive el Carnaval, de Silvia de Esteban, y que ha dirigido Vasni J. Ramos, este martes 13 de enero a las 20 horas. El videoclip fue grabado en parte en  las calles del barrio de San Andrés, y en el mismo, la actriz y cantante Silvia de Esteban está rodeada de casi un centenar de percusionistas de los grupos Bloko del Valle y Energía Echeyde.

Saludos, game over, desde este lado del ordenador.

American Noir. VV.AA.

Lunes, Enero 12th, 2015

Es raro encontrarse con antologías dedicadas exclusivamente a relatos policíacos, o negros y criminales o como quieran denominarlo. Por eso solo, todo aficionado al género recibe con una ovación la publicación en español de American Noir, edición en la que si bien Navona no ha puesto el mimo que demandaba (demasiados errores ortográficos, traducción un poquitín plana) sí que cuenta con excelentes relatos negros que garantiza lo que promete: inquietante evasión.

La edición original está al cuidado de James Ellroy y Otto Penzler y al parecer constaba del doble de autores y cuentos que la que ahora se publica en español, pero con todo, los escritores que aparecen en la de Navona son lo suficientemente conocidos y lo suficientemente impactantes para recomendar un volumen que debería de figurar en cualquier biblioteca particular de lectores seguidores de este tipo de literatura. Una literatura que se maneja muy bien en el relato corto cuando quienes la practican son reconocidos protagonistas de esta república de las letras que indaga no ya en la doble moral del alma humana sino también en sus pasiones y anhelos.

American noir se inicia con un relato de James M. Cain que, a mi juicio, no es de lo mejor del autor de novelas como El cartero siempre llama dos veces o Más allá del deshonor. Se titula Pastorale (1928) y, ambientada en una América rural muy pobre y poblada de garrulos, cuenta una historia tan próxima a Cain –de hecho tengo la sensación de que el escritor escribió casi siempre sobre lo mismo pero con distinta variaciones– en la que describe como una pareja de enamorados planifica y comete el asesinato del esposo de la protagonista porque, como escribe James M. Cain: “Lida era como mujer lo mismo que él era como hombre.”

La antología desciende un peldaño con ¡Muere!, dijo la dama (1953), que firma Mike Spillane, un escritor que demuestra que incluso en el cuento se movía por las mismas constantes que definieron su literatura: la venganza como acto de justicia, y una misoginia que leída hoy puede entenderse como bruto machismo. Nada nuevo bajo el sol, aunque American Noir comienza a moverse hacia delante con el tercer relato que compone esta antología, Un profesional (1953), de David Goodis.

Y no es por nuestra sospechosa devoción por Goodis, es que este relato es sencillamente magnífico. Y como las novelas que escribió el que quizá fue el más lírico de los escritores negros de la edad dorada, una contundente historia sobre humillación que proporciona el primer regusto amargo en la boca.

La cuarta historia de American Noir está firmada por otro de los grandes clásicos del género, Jim Thompson, un escritor que crece con el paso de los años por la crudeza de sus historias. En Para siempre jamás (1960) sorprende porque Thompson, el autor de El asesino dentro de mi o 1.280 almas transita no solo por la geografía de lo negro y criminal sino también en las complejas aguas de lo fantástico. La pieza, muy corta, se trata así de un feliz descubrimiento y obliga a demandar más Thompson aunque sea en versión reducida.

Era inevitable que en una antología de estas características también apareciera Patricia Highsmith y una de sus piezas más celebradas entre los que no dejan que pase un año sin recurrir a las febriles y hondamente psicológicas historias de la escritora. En este sentido, y como relato, Lenta, lentamente al viento (1979) cuenta con el sello inconfundible de quien fue madre del refinado psicópata Tom Ripley. El regusto amargo se mantiene por lo tanto en la boca, que a estas alturas del libro ya nos sabe como a regaliz.

La aportación de James Ellroy a American Noir probablemente decepcionará a los que no son seguidores de las crudas y violentas historias del hoy escritor que ubicó el género en la lista de los más vendidos, aunque Desde que no te tengo (1988) tiene que ser entendida más como un divertimento y una prolongación de su ya popular cuarteto de Los Ángeles, esas cuatro novelas que erigieron a su autor en referente de la literatura policíaca por su manera de indagar y mostrar la maldad y la corrupción que anida en el alma de sus protagonistas. Se trata, además, de una historia retro, que ubica a los personajes en unos años cuarenta y cincuenta marcadas por tenebrosas tinieblas.

El gran cuento, el gran relato de esta antología lo firma, a nuestro juicio, Jolyce Carol Oates con su gótico y negrísimo Infiel (1997). Una historia en lo que si algo importa no es la trama, la resolución de un hecho delictivo, sino cómo afecta a sus jóvenes protagonistas y al padre. Un triángulo que apenas se sostiene tras el presunto abandono de la madre.

Infiel no tiene desperdicio, y se absorbe y lee sin poder despegar los ojos de sus páginas. No sé si la señora Oates se merece el Nobel, pero con cuentos como éste no está de más afirmar que es uno de los más grandes escritores del género en la actualidad.

American Noir continúa yendo en sentido ascendente con el siguiente cuento. Lo firma otro clásico, Lawrence Block, y se titula Como un hueso en la garganta (1998), un durísimo relato sobre venganza que cuenta con un demoledor y sorprendente final que reflexiona sobre la pena de muerte dándole la vuelta al calcetín.

Las dos últimas historias de la antología son Quedarse sin perros (1999), de Dennis Lehane y Cuando las mujeres salen a bailar (2002), de Elmore Leonard.

El primero se trata, es un juicio huelga decir que muy particular, de un excelente retrato de personajes y circunstancias. La acción se desarrolla en un ambiente rural que da miedo y a través de una galería de convincentes y creíbles personajes que Lehane muestra a través de diálogos para plantar reflexiones con mucho calado en torno a la amistad y el amor. A nosotros nos dejó k.o. y acrecentó si cabía más el regusto amargo  de las historias que componen este libro. Es decir, que lo amargo supo apoderarse de nuestro ya creíamos domesticado sentido del gusto.

Lo mejor que se puede decir de Cuando las mujeres salen a bailar es que está firmado por Elmore Leonard y que sus protagonistas son dos mujeres muy Leonard. O dos personajes que se mueven más por instintos que por lo que les dicta su cabeza. Así que como sucede en la mayor parte de la literatura policíaca del autor, detrás de la sutil ironía se esconden agazapadas cargas de profundidad que terminan por explosionar en un final que no dejará indiferente a nadie.

¿Conclusiones?

Pues que la edición en español de American Noir, con todos los peros que impone esa sensación de que fue editado deprisa y corriendo, es un volumen necesario para completar la obra de los autores que se reúnen en el libro, y al mismo tiempo una antología necesaria para comprender cómo ha ido evolucionando el género en los Estados Unidos de Norteamérica desde el siglo XX al XXI aunque muchos de los temas se repitan, solo que están narrados bajo perspectivas muy diferentes.

Esto nos obliga a destacar que si usted es aficionado a lo negro y criminal no debería dejar escapar la oportunidad de leerlo. Y que si aún se trata de un novicio, ésta es una buena oportunidad para iniciarse en una literatura donde lo que importa, más que los hechos, es describir esa amarga y existencialista sensación de que, efectivamente, no somos nada.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador.

Un ajuste de cuentas

Viernes, Enero 9th, 2015

Dirección y guión (basado en un cuento del mismo título de José Santiesteban): Aurelio Carnero Hernández. / Producción: Proim Canarias y Luna Llena Producciones. / Fotografía y Sonido: Enrique Guillermo. / Montaje: Miguel Ángel Cigala y Guillermo Carnero Rosell. / Música: Antonio Rosell. / Dirección de Producción: Davinia Súárez. /  Maquillaje: Rosa Vidal. / Ayudante de sonido: Francisco Puñal. / Intérpretes: Juancho Aguiar y Blanca Casañas. Fecha de estreno: TEA Tenerife Espacio de las Artes, 7 de enero de 2015.

Tiene razón Aurelio Carnero cuando recomienda a los cineastas canarios a que busquen algunos de los argumentos e ideas de sus películas en las obras publicadas por escritores de aquí. De hecho, el último cortometraje de Carnero, Suena el destino, digo el teléfono, ¿lo coges?, adapta el relato del mismo título de José Santiesteban, un autor que cuenta con dos notables libros de cuentos como son Topless y El arte de los jíbaros, y volúmenes por los que obtuvo el primer premio del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Premio de Cuentos Ateneo de La Laguna-CajaCanarias, en 1997 y 2001, respectivamente.

No obstante, y paradójicamente, uno de los grandes defectos de Suena el destino, digo el teléfono, ¿lo coges? es su origen literario ya que en el filme prima más el diálogo que la imagen en un arte, como el cine, en el que lo que cuenta es cómo se narra visualmente la historia más que por lo que hablan, conversan, sus protagonistas que en esta película interpretan los actores Blanca Casañas y Juancho Aguiar.

El filme de Carnero, como lo fue en su momento el relato de Santiesteban, es un ingenioso combate psicológico que manipula con habilidad las emociones del espectador. Todo lo que se ve y se escucha por lo tanto en este trabajo inevitablemente terminará siendo distinto a lo que en un principio podría sospechar el público, ya que se trata de un ajuste de cuentas. O de aplicar justicia de una manera poco ortodoxa sobre las –quiero pensar–  involuntarias traiciones que cometemos a lo largo de nuestra existencia.

Cuenta así con interesante y desconcertantes cargas de profundidad la adaptación que Aurelio Carnero adapta del original literario, lo que contribuye –sobre todo al inicio del filme– a plasmar ese sentimiento de culpa que termina por ahogar a uno de los protagonistas con una intensidad deliberadamente improvisada.

Improvisación que poco a poco va derivando hacia una narrativa tradicional como si el cineasta, ya se ha dicho, lo que pretendiera es jugar continuamente con el espectador, al tiempo que mantiene una medida distancia –la mirada del voyeur– sobre el desarrollo de unos acontecimientos que se precipitan a raíz de la conversación telefónica que se cruzan los dos protagonistas y en la que aflora la culpa como resto de un naufragio que todavía continúa flotando en la memoria.

La tragicomedia es un género en el que Aurelio Carnero se mueve muy bien. Un caso insólito si recordamos el parámo que el género tiene en la pequeña pero cada año más nutrida historia del cine independiente rodado por canarios en Canarias.

Ya lo demostró con El zorrocloco y Apartamento 23F, tragicomedias que todavía se mantienen porque Carnero más que un cineasta preocupado por la técnica es partidario, sospecho, de la planificación de las escenas y el diálogo. Y diálogo con acento de aquí.

Suena el destino, digo el teléfono, ¿lo coges? cuenta en este sentido con esos elementos que definen la para nada sutil ironía canaria, aunque la historia tiene la habilidad de hacerlo sutil y devenir en una reflexión, me permito, bastante interesante sobre la condición insular y lo complejo que resulta desprenderse de ella cuando lo que se pretende es reinventarse en otro espacio, en otra geografía, en otro lugar. En este caso Madrid, ciudad en la que vive uno de los protagonistas, protagonista que recibe la llamada del destino, digo teléfono, desde su lugar de nacimiento, Santa Cruz de Tenerife.

Rodado en un día, se nota la improvisación no ya técnica –en este aspecto es un filme bastante clásico, casi de cámara fija, cuyo velocidad se la deja en principio a un espasmódico montaje–  sino artística que asumen Casañas y Aguilar, por lo que sus interpretaciones dan la sensación que necesitaban estar más trabajadas para que ambos actores resultaran convincentes.

Más si se tiene en cuenta que Suena el destino, digo el teléfono, ¿lo coges? no deja de ser como una obra de teatro filmado en la que su director y guionista apuesta más por el que se dice que por la manera de mostrar el cómo se dice. Y lo que se dice, que exigía mayor preocupación cinematográfica, tiene como ya se ha dicho mucho fondo, sabor a culpa no expiada y a un ajuste de cuentas que se dispara con una simple pero demoledora llamada telefónica.

Saludos, ya saben, desde este lado del ordenador.

Cuatro canarios nominados a los Goya

Miércoles, Enero 7th, 2015

Otros ya han hecho un repaso de lo que ha dado de sí el cine español en 2014, e imagino que desde El Escobillón reflexionaremos sobre lo que dará de sí la gala de la 29 edición de los Goya que se celebrará el 7 de febrero… De momento y desde esta bitácora virtual, sí que hemos detectado a cuatro canarios nominados en las distintas categorías en las que se reparten estos premios.

¿Que quiénes son?

Ellos son Goya Toledo, que compite en Mejor Interpretación Femenina de Reparto por su trabajo en Marsella; Tatiana Hernández en Diseño de Vestuario por El Niño;  Octavio Guerra, que ha resultado ser candidato a Mejor Corto Documental por La Máquina de los Rusos y Víctor Moreno en  la categoría de Mejor Documental por Edificio España.

Saludos, continuaremos informando, desde este lado del ordenador.

Estos breves van de cine

Lunes, Enero 5th, 2015

* TEA Tenerife Espacio de las Artes inicia la temporada de estrenos canarios este miércoles, 7 de enero, a las 20 horas con Suena el destino, digo el teléfono, ¿lo coges?, de Aurelio Carnero, y que cuenta con las interpretaciones de los actores Blanca Casañas y Juancho Aguilar. La historia del corto gira en torno a una mujer que ha triunfado en el mundo del espectáculo que recibe una llamada de un desconocido que le obligará a replantearse su vida. Suena el destino, digo el teléfono, ¿lo coges? es una producción de Proim Canarias y Luna Llena Producciones y está basado en el cuento del mismo título de José Santisteban. En el apartado técnico han colaborado en este trabajo Enrique Guillermo (fotografía y sonido); Miguel Ángel Cigala y Guillermo Carnero Rosell (montaje); Antonio Rosell (música); Davinia Suárez (dirección de producción);  Rosa Vidal (maquillaje) y Francisco Puñal (ayudante de sonido).

* La Filmoteca Canaria, con la colaboración del Instituto Iberoamericano de Finlandia, inicia entre enero y febrero del 2015 su política de ciclos con una retrospectiva dedicada a la cinematografía finlandesa. Las exhibiciones tendrán lugar en teatro Guiniguada y en el Espacio Cultural Aguere, en Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna, respectivamente, e incluyen los títulos: Elina, como si no estuviera aquí / Una semana tranquila; Cartas al padre Jabob / La teoría de Korso; Casi 18; La chica de la fábrica de cerillas y Ariel.

* El soundtrack del filme Playing Lecuona será distribuido por la multinacional norteamericana Sony Music a través de su división de jazz Okeh Records con sede en Nueva York. El acuerdo ha sido firmado recientemente en la sede de la multinacional en Madison Avenue de New York, entre el productor ejecutivo de Playing Lecuona JuanMa Villar Betancort, y el director de la división de jazz de Sony, Wulf Müller.

* Mateo Gil prepara Project Lazarus, una historia de ciencia ficción que transcurre en el año 2074 y gira en torno a la resurrección de un hombre criogenizado durante 60 años. La cinta tendrá un presupuesto de 5,5 millones de euros y contará con la ayuda financiera de Televisión Española, según anunció el jefe de cine y ficción de TVE Fernando López Puig.

* Esperamos mientras tanto el estreno de The Mistery of the King of the Kinema, de Elio Quiroga, un documental sobre uno de los cineastas más fascinantes del cine mudo. Max Linder.

* Y nos informan, por último, que ha vuelto. ¿Que quién ha vuelto?, pues uno de los personajes más chiripitifláuticos que de tanto en tanto se deja ver por estas islas que no salen ni quieren salir de su tradicional aplatanamiento: Vicente Mora. Sí, nos referimos a ese crack de la inversión que hace unos años vaticinó el rodaje de una nueva versión de Papillón en este archipiélago castigado por su ombliguismo provinciano… Lo que explica, por otra parte, que así nos vaya.

Saludos, fundamos a negro, desde este lado del ordenador.

¿Triste, solitario y final?

Sábado, Enero 3rd, 2015

Pues la criatura empieza mal el año porque abandona la lectura de La rubia de ojos negros cuando apenas le faltaban unas cien páginas para terminarla. Ya se lo habían advertido amigas y amigos de los que se fía bastante por coincidir en los gustos, pero eso no evitó que se enfrentara a una novela con la esperanza de recuperar la influencia de Raymond Chandler y agradecerle de paso los buenos ratos que pasó junto a Philip Marlowe mientras tomaban juntos y en cualquier bareto de Los Ángeles un gimlet tras otro.

Pero , de . La criatura no pudo terminar La rubia de ojos negros. Hacemos constar en el informe, no obstante, que entusiasmo y ganas no le faltaron pero…

 ¿Pero qué?

La criatura va por ahí diciéndole a quien quiera escucharlo que no le convenció leer cómo Benjamin Black (John Banville) intentó recrear el universo de novelas como El largo adiós o La hermana pequeña. Y que la lectura de este libro le ha resultado forzada aunque admite –mientras se enciende un cigarrillo con el dedo gordo revuelto de llamas– que si bien el estilo empleado por Black/Banville es una copia excelente, la novela en sí no supo  despertar a su dormido instinto chandleariano.

Que no encuentra eco ni la peculiar sensación que lo atrapaba cuando leía al autor original. Aquello de triste, solitario y final.

Anotamos que esperamos que se le pase la depresión. El año apenas acaba de iniciarse, así  que debe de estar agradecido por otras cosas, como la de haber tomado la decisión de no ver la última de Tim Burton y ahorrarse el dinero que le damos cuando lo sacamos de paseo.

Pero algo le pasa… Probablemente sea el frío que ha tomado por asalto la capital de provincias en la que vive porque la criatura detesta el frío. O quizá se trate de que apenas pueda dar sus zancadas habituales en una ciudad cuyas calles y plazas están repletas de peatones que compran los regalos de última hora porque un día de estos vienen los Reyes Magos del Oriente.

No llueve, afortunadamente.

Pero hace frío.

Pero a pesar de que hace frío, la criatura asiste a la presentación de Noches sin sexo junto a su autora, Yanet Acosta, y Ariadna Acosta, que ilustra con notables dibujos un libro que le desconcierta y en el que se reúnen más de cuarenta relatos breves y microrrelatos.

Hay queso y vino, que con queso y vino se hizo la Reconquista, cuando finaliza la presentación en la Librería de Mujeres, un espacio que se ha convertido en un oasis en una ciudad que, como ya dijimos en otra ocasión, se resiste a envejecer con dignidad. 

Más tarde, la criatura camina por las calles de aceras estrechas y se tropieza con hombres y mujeres que transportan paquetes cuando se detiene en un paso de peatones –lo que nos alarma al principio– y mira al cielo antes de seguir su camino.

¿Por qué se ha detenido?, nos preguntamos.

De momento, observamos a una criatura que no está nerviosa y que responde a un tratamiento que no va descaminado pero sí nos preocupa que todavía pronuncie Maaat Meeen mientras callejea sin sospechar que lo seguimos muy de cerca.

Y hace frío.

La criatura no deja de saludar a conocidos a los que no veía desde hace años y se suceden abrazos y las habituales palabras que se cruzan dos personas que no tienen nada mejor que decirse. Una de las que más se repite es “a ver si nos vemos”, un a ver si nos vemos al que responde la criatura con un: “Maaat Meeen.”

Muere la tarde y se despierta la noche, momento en el que la criatura se retira lentamente a sus aposentos en los que se apagan las luces y se enciende la del televisor.

¿Qué estará viendo?, nos preguntamos.

- Maaat Meeen.- responde la criatura.

Saludos, madre mía, qué viruje, desde este lado del ordenador.