Archive for Enero, 2015

¡Qué vistas tan bonitas…!

Miércoles, Enero 21st, 2015

“Todas las veces que habían hecho juntos ese trayecto, se había empeñado en comportarse como un guía turístico: en aquella dirección estaba Maspalomas, ahora pasarían junto a Telde, ¡qué vistas tan bonitas…! Se incorporaron al tráfico de la ciudad. El hotel estaba frente a la playa de las Canteras, en la zona de la Puntilla. El conocido que tres años antes le había contratado como contable había ido desprendiéndose de hoteles y ya sólo poseía uno, el Iris, en el que ahora Ramiro trabajaba como gerente. Elías descubrió que no sólo trabajaba sino que también vivía en el Iris.”

(La buena reputación, Ignacio Martínez de Pisón, Seix Barral / Biblioteca Breve)

Tres píldoras audiovisuales

Martes, Enero 20th, 2015

* Alby Álamo presenta algunas de sus obras en vídeo el 20 de enero a las 18 horas en el Salón de Actos de TEA Tenerife Espacio de las Artes. El acto será introducido por Ángel Mollá Román, profesor de Estética y Teoría de las Artes de la ULL, quien mantendrá una charla posterior con el artista. Alby Álamo (Las Palmas de Gran Canaria, 1977) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna de Tenerife (2001) y desde 2010 vive y trabaja en Berlín. Su práctica artística se centra en la pintura y el video. Ha participado en numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas, entre las que se encuentran: Back to the future, Sala de la Embajada de España, Berlín. (2014), Sin Escala, DA2 Salamanca, España (2013), Sieben grüne Sterne: die Schule von La Laguna, Kunstraum dreieich. Frankfurt. (2012), Remake, SAC. Santa Cruz de Tenerife. (2010), Correspondencias, Galería Tercer Espacio. Madrid (2009), o Siempre son otros los que mueren, Circulo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife. (2008).

* Filmoteca Canaria inicia 2015 con un ciclo dedicado a la cinematografía finlandesa, integrado por los trabajos de los cineastas Klaus Härö, Jussi Hiltunen, Antti Hikki Pesonen y Maarit Lalli, así como las dos primeras películas de Aki Kaurismäki. Las sesiones darán comienzo este martes 20, en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, y el jueves 22, en el Espacio Aguere, en Tenerife. Ambas sesiones, en las que se proyectará la película Elina, como si no estuviera aquí, de Härö, y el corto Una semana tranquila, de Hiltunen, contarán con la asistencia de representantes institucionales del país nórdico. En Gran Canaria estará la directora del Instituto Iberoamericano de Finlandia, Auli Leskinen, y la vicecónsul honoraria de Finlandia en Las Palmas, Maritta Kettunen; mientras que en La Laguna lo hará la responsable de Comunicación del mismo instituto, Luisa Gutiérrez Ruiz y el Cónsul Honorario, Juan Carlos Díaz Lorenzo. Las sesiones darán comienzo a las 20.30 horas y serán en versión original con subtítulos en español.

* TEA Tenerife Espacio de las Artes estrena el jueves 22 de enero a las 20 horas el cortometraje Todo por dinero de José Agustín Hernández. La entrada a la proyección, es gratuita previa retirada de invitaciones en la taquilla del centro. Todo por Dinero es el cuarto cortometraje producido por J. A. Producciones y bajo la dirección de José Agustín Hernández, también guionista de la historia junto a María José Luis. El reparto artístico está formado por los actores José Luis de Madariaga, Sofía Privitera, María Abreu, Diego Lupiáñez, Aarón Gómez, Silvia Romero y Luis Almeida junto a la participación de Yurena Perdomo, Melania Quintero y Adrián Hernández.  En el equipo técnico destaca Agustín Polegre en la dirección de fotografía y Kiko Castro en el diseño sonoro y montaje. Todo por Dinero cuenta la historia de Bencomo Iriarte, un hombre que se ha sacado la lotería pero ha perdido la memoria. Sus familiares y amigos harán todo lo posible para llevarse los millones. El cortometraje está basado en una pieza de animación que la propia productora presentó en 2006.

Saludos, cut, cut, cut, desde este lado del ordenador.

‘Nagasaki’, una novela de Antonio Lorenzo Gómez Charlín

Lunes, Enero 19th, 2015

“Yo sabía que para Valentina los momentos que pasaba conmigo carecían de importancia, pero para mí eran importantes, únicos e irrepetibles, al fin y al cabo me estaba muriendo, cada día era un paso más hacia el abismo. Al llegar a casa apuntaba a grueso modo todo lo que habíamos hecho, los lugares donde habíamos estado, no quería que se perdieran en los confines de la memoria.”

(Nagasaki, Antonio Lorenzo Gómez Charlín, Letras de autor)

Las novelas de Antonio Lorenzo Gómez Charlín no dejan indiferente a nadie. Es decir, que se le aprecia o se le detesta, no caben los términos medios. Y quien escribe estas líneas pertenece al primer grupo. Entiéndase entonces que soy un lector al que le gusta reencontrarse con su obra, más si tenemos en cuenta que su último libro, Nagasaki, se lo dedica, entre otros y muy generosamente, a quien firma estas letras.

Se equivocan los que critican a Charlín de que no escribe novelas porque Charlín sí que escribe novelas. Sus novelas. Y en esta ocasión ofrece dos por el precio de una. Nagasaki engloba así su peculiar vía crucis radioactivo con los títulos de Hiroshima y… Nagasaki.

Se tratan de dos relatos que comienzan de una manera y que terminan resultando otra cosa.  Nagasaki, en concreto, y más allá del interesante desdoblamiento de personalidad que propone con Hiroshima, crece cuando su autor se quita la máscara y apuesta por contarnos su vida. Una vida salpicada de lecturas y amores turbios y mercenarios. Temas, de hecho, que componen  el sustrato a través del cual gira su peculiar universo literario. Un universo que cuenta con sus propias señas identidad y que no está impostado. Una literatura pues próxima al realismo sucio y que en manos de Gómez Charlín recuerda a veces al crudo y poético vitalismo callejero de Charles Bukowski.

Y ese aroma es el que respira Nagasaki, una novela que sube peldaños cuando sabe a memoria. Una memoria en la que se mezcla el bronco escritor que lleva dentro y el desarmante corazón roto que lleva, sospecho, también dentro. Gómez Charlín juega con estos elementos –y a veces muy bien y otras no tanto– para moldear  caprichosamente realidad y ficción.

Si me engancha leer Nagasaki, como sucedió con otros títulos de su autor, es que Gómez Charlín obliga a que sea usted cómplice de su mundo. A que participe con él en lo que no es sino una búsqueda desesperada por conseguir amor. Amor con sus mujeres mercenarias y amor al proceso de creación literaria.

Una aventura existencial que parece estar condenada al fracaso, sobre todo en sus relaciones con las mujeres, pero en la que insiste porque lo importante es amar. Sea al precio que sea.

Encuentro así que entre lo mejor de Nagasaki está el drama que plantea su histérico peregrinar –desdoblado en dos novelas que al fin y al cabo es una sola y devastadora novela– para dejar de estar solo y la forma en cómo narra esa travesía por el desierto con sobresaliente e insólita ironía.

Desviste de atolondrado melodrama algunas de las situaciones de hondo calado sentimental que describe, lo que provoca que asome la sonrisa ante las situaciones más atrevidas y desoladoras que presenta. Claro que como dejó escrito Boris Vian, la risa ayuda a que seamos capaces de tomarnos las cosas en serio. Y Nagasaki es una novela seria, muy seria, pero narrada con una mirada que, a nuestro juicio, parece desconcertantemente burlona.

La historia o mejor las dos historias que se relatan en Nagasaki son así fundidos encadenados que dan paso a otras escenas que terminan inevitablemente fundiéndose en otras hasta llegar a su final.

Un final inevitable y que no desprende sorpresa pero sí un asombro por lo poético de su composición. Parte de la acción transcurre, además, en Los Cristianos, sur de Tenerife, en los días de un año…

Tras la lectura del libro quedan atrás una serie de situaciones que mejor no ordenar en la cabeza sino disfrutarlas como fragmentos que forman parte de un mismo mosaico en el que cada uno de sus elementos tiene su razón de ser. Situaciones clave que son parte de un todo aparentemente caótico en el que late un vitalismo que ya quisieran muchos literatos reconocidos y de los que aún permanecen en la sombra.

Porque si algo define la literatura de Gómez Charlín es que resulta aplastantemente sincera. Incluso en su ficción, en la que encuentro un poso de verdad en el que agradezco que no pretenda darme absurdas lecciones morales.

Nagasaki, como otros libros de Antonio Lorenzo Gómez Charlín, es una pieza improvisada como lo son todas las huidas hacia adelante. Y una novela que puede ser entendida como dos novelas en la que bulle una aguda y en ocasiones intensa reflexión sobre la vida, el amor y el proceso de creación literaria.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador.

¿Quién dijo que el sueño de la razón produce monstruos?

Viernes, Enero 16th, 2015

“En su mirada vi la confesión plena de su derrota. Mi victoria no tenía, ni tuvo nunca, más que dos testigos; no por ello me fue menos preciosa.”

(El manuscrito encontrado en Zaragoza, Jan Potocki. Traducción: José Luis Cano. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, 1971) 

Nunca me reí tanto y nunca pasé tanto miedo que viendo El manuscrito encontrado en Zaragoza. Una película que ahora celebra su cincuenta aniversario y que a mi, personalmente, me sigue provocando risa y, al mismo tiempo, mucho miedo.

La versión cinematográfica de la novela que firma Jan Potocki es, como el autor de la obra original, polaco. De una Polonia sumida en aquellos años en blanco y negro en un régimen –el socialista– que entonces se observaba en occidente con crudo y bélico recelo. 

O bobería de comunistas. Una gente muy aburrida por grisácea y uniforme.

No sé pues como se las ingenió Wojciech Has para rodar esta fantástica película fantástica, ni cómo logró reunir tantos medios para el cine polaco de la época y regalarnos a los cínicos habitantes de occidente (¡el mundo libre!) un filme tan ingenioso e insólito. Y sobre todas las cosas tan hábil y riguroso a la hora de adaptar el clásico literario que la inspira.

Imagino que saben que la película se basa solo en los relatos en clave fantástica de la obra original. Un puñado de historias que se mezclan unas con otras, al modo de Las mil y una noches, en la que se narran y cuentan historias e historias como si de un tétrico laberinto se tratara.

Y ambientado en una fabulada geografía española más próxima a la magia que a otra cosa.

Una España apasionada y apasionante en su desolación en la que puede ocurrir cualquier cosa. Más cuando un oficial de la perfecta maquinaria del ejército francés se encuentra con un extraño manuscrito tras la toma de Zaragoza.

Afirman los expertos que Potocki lo escribió bajo el influjo de Francisco de Goya y la versión cinematográfica de Has explota esa visión salvaje y negra de España sin perder el agradecido sentido de la ironía que empapa el texto original: el respeto a lo sobrenatural desde una atractiva perspectiva ilustrada.

¿Quién dijo que el sueño de la razón produce monstruos?

Y así inicia el protagonista su odisea con ingenuo ingenio infantil mientras suena de fondo la música e Krzysztof Penderecki.

El malogrado actor Zbigniew Cybulski (en la imagen) interpreta al audaz oficial francés que se convierte en el involuntario centro de esta historia. Un hombre de fe que…

“- Alfonso mío  –me dijo Emina–, ¿seréis capaz de hacer un sacrificio por nosotras? Se trata de vuestro interés más que del nuestro.

- Mi bella prima –le contesté– ese preámbulo es innecesario. Decidme francamente lo que deseáis de mí.

- Querido Alfonso –volvió a decir Emina–, nos desagrada e intimida esa joya que lleváis en el cuello, y que, según  nos habéis dicho, es un trozo de la verdadera cruz.

- Oh, no me pidáis que me la quite –contesté rápido–. Prometí a mi madre llevarla siempre encima, y yo cumplo todas mis promesas, como sabéis.”

Polonia era en 1965 un país controlado por un primo del gran hermano socialista que no perdía ojo sobre un territorio que había dividido media Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Y fue rodada entre la frustrada Revolución húngara de 1956 y la Primavera de Praga de 1968…

Así que… ¿Cómo pudo rodarse El manuscrito encontrado en Zaragoza en pleno y santificado realismo socialista?

Probablemente porque el tuerto es el rey en el país de los ciegos.

Durante aquelos años el cine polaco continuó brillando con otras producciones igual de tuertas. Eran tiempos de Guerra Fría… Faraón (Jerzy Kawalerowicz, 1966) se estrenó un año después que El manuscrito encontrado en Zaragoza… Y pese a que son dos películas  distintas sí que tienen puntos en común: ¿cómo nos manejan a cuenta del más acá y el más allá?

Viaje iniciático, reflexión ocultista, la novela como la versión cinematográfica de El manuscrito encontrado en Zaragoza es una obra circular del cine como fuente de entretenimiento y evasión en su estado más desarmente y puro.

Una cinta misteriosa que esconde otras cintas igual de misteriosas en la que el iniciado que no las resuelve pero sí que aprende de todas ellas, se transforma al final en maestro. Es decir, en un aprendiz que solo sabe que no sabe nada.

Y todo gracias a un relato poblado de espectros, endemoniados, bellas doncellas y apuestos galanes libertinos.

 Un acertijo hecho broma: la vida.

Saludos, salto hacia atrás y cojo la espada, desde este lado del ordenador.

‘Las flores no sangran’, una novela de Alexis Ravelo

Jueves, Enero 15th, 2015

“La noche es sahariana, con aire caliente y tierra que entra por las ventanas que los incautos se han dejado abiertas. Y nadie podrá dormir. Felo, en su cuartucho, ve en televisión un documental sobre el Amazonas. Lola y Diego acaban de echar un polvo bruto y rápido, y ahora están ahí, desnudos y destapados en la cama húmeda de sudor y semen. Lola mantiene aún su excitación acariciándose, esperando a que él recobre la respiración y complete lo que se ha dejado a medias entre las piernas de ella. Eusebio, tendido en su cama, hace cálculos, repasa horarios, coartadas, posibles errores, mientras constata que hay un desconchón en el techo y que, un día de estos, tiene que dar una mano de pintura. Siente un ansia y una pereza infinitas. En cambio, Paco el Salvaje no ha llegado a acostarse. Permanece ahí, en su salón, concentrado en el sulfatador (se lo ha llevado a casa para limpiarlo), comprobando una y otra vez la pistola de juguete, los guantes, el elástico de la mascarilla. Parece inmerso en esas tareas, pero en realidad piensa en Ruth. En Ruth y en el olor de la piel de Ruth. En Ruth y en pasajes de avión y en largarse de una puta vez de la isla.”

(Las flores no sangran, Alexis Ravelo, Alrevés, 2015)

Alexis Ravelo no es un tipo duro y por eso lee poesía. Desconozco si el escritor nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1971 ha escrito alguna vez un poema. Y si fue así, a quién le cantó con sus versos… Por lo pronto, sí que detecto a un Ravelo que nos sale poeta en muchos de los títulos de sus novelas negras y criminales e, intermitentemente, en fragmentos, párrafos aislados de sus historias, todas ellas trufadas de cadáveres.

Descubrí el lirismo de Ravelo en la que hasta la fecha sigo considerando su mejor novela, La estrategia del pequinés, y me acomodé porque lo identifiqué con él a través de La última tumba y ahora Las flores no sangran que es, a mi juicio, la más poética –y por ello desconcertante– novela de un escritor que sin abandonar las cargas de profundidad que alimenta al género no sé si escribe pero sí que lee poesía.

La novela policíaca vive en España un estado de gracia al que unos, quiero imaginar que pocos, desea pegarle el tiro de gracia. Con todo, el género se mueve y mantiene aún una luna de miel con unos lectores que supongo están cansados de levantarse las mañanas con tanto cadáver real que le entra por la televisión aunque, paradójicamente, lo que buscan algunos de esos mismos lectores es evasión leyendo historias con cadáveres inventados. Y el plato, por ahora, funciona porque la literatura negra y criminal que se escribe y se publica en España gana lectores por mucho que se disperse por cualquier provincia que vertebra este país que parece ahora no quiere perderse.

Y Alexis Ravelo se mueve muy bien por esta geografía. La geografía de un género al que ubica a Gran Canaria y por extensión al archipiélago en el mapa negro y criminal español contando las mismas historias pero con acento de aquí e, inteligentemente, prestando voz a todos aquellos que piensan como viven y que por eso quieren cambiar para vivir como les gustaría pensar.

Alguien los llamó los parias de la tierra.

Otros, marginados que han acabado por ser delincuentes de poca monta y que se enfrentan en esta novela a otra clase de delincuentes, esos que visten traje y corbata.

¿Quién gana?

No lo tengo tan claro en las novelas de Alexis Ravelo, aunque en Las flores no sangran la pírrica victoria se decanta del lado de los que llevan chándal y una soga atada alrededor del cuello.

Las flores no sangran, como La estrategia del pequinés, es una novela que trata de todos ellos: los que llevan corbata y sogas alrededor del cuello, solo que resulta algo más larga. Sea, supongo, porque se trata del más comprometido políticamente pero también desconcertante relato de un escritor que lee poesía.

En Las flores no sangran un quinteto de delincuentes de medio pelo planifica primero y realiza después el que piensa será el golpe de su vida. No se trata en esta ocasión de robar a un narcotraficante sino de un secuestro express, el de la hija de un capitoste grancanario que ha amasado su gran fortuna blanqueando dinero con el que ha armado una red de empresas que sostiene un imperio corrupto pero oficialmente legal pese a que esté podrido en sus entrañas.

El relato está narrado en dos tiempos y en una distante tercera persona que describe, tal y como hablamos por esta tierra, esta operación criminal. Pero no termina Ravelo de afinar a los cinco miembros de la banda de delincuentes de caza menor que protagonizan la historia. La primera parte resulta así muy explicativa y extensa para contarnos cómo son cuatro hombres y una mujer que se buscan la vida en una capital de provincias.

Llámala Gran Canaria.

Tras la declaración de guerra, Alexis Ravelo enfrenta a esos buscavidas con otros delincuentes. Delincuentes de caza mayor que, como en otras de sus novelas, resultan bastante atractivos. Y los dibuja con pincelada impresionista, procurando que la mancha no caiga en maniqueísmos para mostrarlos también como seres humanos.

Y aparece un tal Raúl Silva, alias Belmondo, que es un argentino al que no te gustaría encontrar cuando está trabajando.

La acción de Las flores no sangran comienza entonces a moverse y a coger al lector por el cogote en su segunda mitad. Y uno piensa entonces que la demora mereció la pena. Que mereció la pena leerse este relato de guerra entre dos formas de entender la delincuencia.

O la de los cinco delincuentes de medio pelo y la que encarna Isidro Padrón y Marcos Perera, el Martillo y el Yunque de Tejeda, dos hombres de negocios sin escrúpulos que organizan un operativo para recuperar –al margen de la policía– a la hija secuestrada del primero.

Y es aquí, en el tramo final cuando Las flores no sangran recupera la emoción y el calado negro y criminal que se buscaba. El momento en el que el relato se vuelve oscuro y despiadadamente violento. Ese en el que no hay calima que valga para serenar lo que deriva hacia una orgía de sangre. Una orgía de sangre que desencadena la peculiar forma de hacer justicia que tienen estas dos formas de hacer delincuencia.

Pero, ah, los de arriba son hombres de negocios y los de abajo parias de la tierra.

¿Quién ganará?

Ya lo dice el título: Las flores no sangran.

(*) El escritor Alexis Ravelo participa este jueves, 15 de enero, en un encuentro que tendrá lugar a partir de las 19 horas en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.

Saludos, allí nos veremos, desde este lado del ordenador.

Anótenlo en sus agendas

Miércoles, Enero 14th, 2015

* TEA Tenerife Espacio de las Artes proyecta este jueves, día 15 de enero a partir de las 20 horas, el documental Tras la estela del Valbanera, un trabajo rodado en Canarias y en Cuba que aborda la emigración canaria a América y que dirige Federico Pérez Martín y está producida por Producciones Ibora, Tras la estela del Valbanera recoge uno de los episodios más dramáticos de la emigración canaria a Cuba, como fue el naufragio del barco Valbanera, que se hundió en las costas cubanas con 488 personas a bordo en septiembre de 1919, hace ahora exactamente 95 años. La entrada es gratuita previa retirada de invitaciones en taquilla.

*JRamallo, impulsor del movimiento Realismo.0, mostrará en Santa Cruz de Tenerife las obras que conforman su colección en un encuentro en el que invita a la muerte del artista y a sacar nuestro lado más animal. “El Realismo.0 se caracteriza por rebelarse en contra de las convenciones, por burlarse del artista burgués y de su arte. Su actividad se extiende a gran variedad de manifestaciones, desde la poesía -literatura- a la escultura y fotografía pasando por la pintura o el cine”, destaca una nota informativa, que añade que “el collage como técnica de composición es protagonista en los libros, revistas y diversos soportes que podrán verse y tocarse y que JRamallo (también autor de Cucarachas con Chanel), utiliza para transformar su realidad.” En el encuentro habrá además música, vídeo proyecciones y se subastarán varias obras cuya recaudación irá destinada en parte a la actividad del Equipo PARA. Durante los tres días que durará este Encuentro Animal, los asistentes podrán elaborar sus propias creaciones, que luego serán ubicadas en el lugar que más les corresponde: la calle.

Saludos, ya lo saben, dese este lado del ordenador.