Archive for Febrero, 2015

Tres cortos canarios en TEA

Miércoles, Febrero 11th, 2015

Estaba preocupado porque hacía tiempo que no tenía noticia de alguno de ellos. Vamos, que comenzaba a notar en falta esas sesiones en las que ves tres cortos realizados por tres cineastas diferentes y bronco amor al arte en TEA Tenerife Espacio de las Artes, más cuando recibo un whatsApp de esos y se me informa que yo, este quien les escribe, dirige una de las piezas.

“Será la primera película que dirijo y sin enterarme”, respondo y a los pocos segundos suena la campanilla del whatsApp ese: “Pues eso es lo que me han contado a mi”. Y yo sigo lo que ya sospecho es una broma: “las cosas del doble, de mi entrañable Hyde”.

Al final cierra la conversación el fulano recurriendo a uno de esos socorridos emoticonos. En concreto el de la carita que sonríe y se le saltan lágrimas por los ojos. “Vete pal’carajo”, le contesto cuando entonces, oh, oh, oh, recibo en mi bandeja de correo electrónico un mensaje con el asunto: “Sesión de cine en TEA”.

Y leo que este jueves, 12 de febrero y a las 20 horas se exhiben tres cortos. Pero no sé si serán leves o no leves. Y pienso lo que escribí en la primera línea de este comentario: me alegran el día porque me tenía preocupado esta gente. Pero que ya no, vaya, porque sí exhiben sus últimos trabajos es porque continúan aquí. Y regresan.

Estiro los dedos, preparados para redactar esta previa cuando me llama por el móvil un tipo cabreado que me cuenta una milonga a la que no presto demasiada atención. Los dedos descansan ahora sobre el teclado.

Sesión de cine de aquí en TEA Tenerife Espacio de las Artes.

El programa incluye:

Nadie, de Daniel León Lacave; Paraísos, de Josep Vilageliú y Lost in Black Friday, de Gabriel García, Adrián Rosales y Eduardo Gorostiza.

Tres trabajos rodados el año pasado pero que se estrenan en 2015.

Paraísos (Josep Vilageliú) es una producción de La Mirada Gorostiza. Produce Laly Díaz y Eduardo Gorostiza y está escrita por el mismo Vilageliú. La fotografía corre a cargo de Eduardo Gorostiza mientras que el sonido y la música original es de René Martín. En cuanto a vestuario y maquillaje: Leonor Cifuentes y los ayudantes de producción: Macario García y Bibiana Rodríguez. Tiene una duración de 27 minutos y está protagonizada por Rebeca Campos y José Sosa. Sinopsis, como toda sinopsis que se precie, sencilla: La llegada de una extraña carta rompe la apacible vida de una pareja.

Nadie (Daniel León Lacave) esta producida La Elipsis, Maylam, Mandalai y Sonovisión. Firma la fotografía: David Delgado y el sonido: Paco Perdomo. La música es obra de Jonay Armas; el maquillaje de Any Rodríguez Liria. El reparto artístico lo forman habituales del director, los actores Penélope Acín, Lamberto Guerra, Abraham Santacruz. Nadie va sobre una chica que queda con dos chicos distintos en la misma cafetería.

Lost in Black Friday (Gabriel García, Adrián Rosales y Eduardo Gorostiza) va directo al grano. Nada de ficha técnica ni artística. Ná más y ná menos. El corto narra la visita de un cineasta, Pierre Rochemback, a Tenerife para localizar exteriores para su nueva creación audiovisual.

Más leve imposible.

Recibo otro whatsApp de esos: “¿vas a ir?”

Uno treinta segundos de silencio ya que espero asistir si otras tareas no requieren el concurso de mis modestos esfuerzos. Esto último lo pienso así que contesto al whatsApp ese con el emoticono de la carita con ojos asombrados y un grito mudo en letras mayúsculas: “VÉTETE PAL’CARAJO”.

Saludos, el jueves, desde este lado del ordenador.

‘Mr. Turner’, retrato de un artista

Martes, Febrero 10th, 2015

Esa misma noche se repartían los Goya pero como la fiesta del cine español poca gracia me hace ahí estoy el sábado haciendo cola en el salón de actos de TEA Tenerife Espacio de las Artes para ver Mr. Turner (Mike Leigh, 2014), película que recorre los últimos meses de vida del pintor británico, ese mismo que, cuenta la leyenda, se preocupaba por observar sus cuadros nada más llegar y nada más irse de Londres el profesor José María Hernández-Rubio.

Se ve Mr. Turner como se tiene que ver una película, en rigurosa versión original con subtítulos en español y en una sala repleta de espectadores, rodeado de un público al que le gusta llamar al silencio aunque siempre hay alguien que se olvida de apagar el teléfono móvil. Se escribe porque uno resuena en algún momento de la película, mientras Turner atado al mástil de un barco es zarandeado por una violenta tormenta.

Mr. Turner es una película conmovedora y de las que deja huella. De esas que provocan cuando sales de la sesión a que hables de ella con tu acompañante porque uno aún está preso de su hechizo.

Y charlas. Y se te va el tiempo y comentas lo impresionante del trabajo de los actores, en especial el que desarrolla Timothy Spall como Turner. O la fotografía, que imita los colores de los cuadros del artista; o que muestra con ironía el círculo intelectual de su tiempo, tan parecido en sus patéticos corrillos al nuestro; o esa escena prodigiosa, o ese plano que se sale, y que si patatín y que si patatán…

El caso es que salgo de Mr. Turner alterado, lo que me obliga a reflexionar sobre uno de los grandes temas que aborda esta película: la fugacidad de la vida, y el arte como ambición para retenerla, de congelarla sin demasiados barroquismos en el caso de un pintor que se muestra en el filme humano. Demasiado humano. Una cinta que explora todas sus contradicciones para revelar sus zonas más oscuras y luminosas.

Es inevitable que piense cómo es posible una película de estas características en unos tiempos como los actuales, tan dados a un cine despersonalizado, más preocupado en lo que puede recaudar en taquilla que en contar una historia que cuenta tu propia historia. Que indaga en tus miedos, en tu reverso tenebroso y que ahonda también en esa luz que, pese a todo, escondes en algún lugar remoto de tu alma.

Mr. Turner es, afortunadamente, otro cine. Otro vicio que nada tiene que ver con las lobotomizadas sustancias que nos proporciona el cine de evasión que se estrena en estos días.

Su música, que la tiene, suena distinta y es pausada. De la que implica a que te sumerjas en un relato que va más allá de la pintura y del retrato biográfico. Diríamos, es más, que habla de otra cosa. Llámala vida. Y de la soledad y de las ausencias. Que pone el acento en los grises de la existencia, siempre efímera, un guiño muchas veces malgastado.

¿Huelga decir que es una película imprescindible?

Saludos, fundido encadenado, desde este lado del ordenador.

Salacot, una novela de Jonás Meneses

Lunes, Febrero 9th, 2015

“Gran Canaria conseguía devolverlo a estados que hacía tiempo había perdido: ensoñaciones, miradas perdidas, pérdida de la noción del tiempo.”

(Salacot, Jonás Meneses, colección G21. Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea)

La colección G21. Narrativa Canaria Actual tiene los días contados, así al menos lo asegura uno de sus editores, quien prepara en estos momentos cuatro o cinco títulos que clausurarán una iniciativa que si por algo destaca es por su heterodoxia y suponer una corriente renovadora en las letras que se escriben a este lado del Atlántico.

Por el momento, y ante lo que ya es la crónica de una muerte anunciada, la última novela G21 es Salacot, de Jonás Meneses, primer libro con el que aterriza en la arena su autor literaria y título en el que combina varios géneros –el misterio, la aventura, la fantasía– en una ópera prima narrativa de un escritor que aún está en ciernes y en el que se observan influencias más cinematográficas que literarias.

Jonás Meneses propone en Salacot una novela de viaje y por lo tanto de iniciación a raíz de un espectacular descubrimiento en las cuevas de Gáldar (Gran Canaria). El relato se escora así hacia el proceso de transformación de sus personajes, que es la verdadera aventura de un título que aprovecha los géneros para canalizar la noción de desarraigo y el asombro ante el viaje.

La novela está estructurada en siete partes: Prólogo (Qué), Primera Parte (Cuándo), Segunda Parte (Quién); Tercera Parte (Cómo); Cuarta Parte (Dónde); Quinta Parte (¿Por qué?) y, finalmente un Epílogo (Para qué) en las que Meneses intenta responder a unas cuestiones que no termina por resolver.

Comentaba el también escritor José Correa en la presentación de Salacot, que tuvo lugar el viernes 6 de febrero en la sala MAC, Santa Cruz de Tenerife, que aún se detecta en esta obra el nerviosismo de la primera vez. Sobre todo porque su autor no escapa a incluir elementos autobiográficos o al menos cercanos en los que se vislumbra, sin embargo, la capacidad de observación y la literatura que lleva dentro cuando obedece a lo que ha visto y conoce.

En este sentido, es destacable su descripción de las tensiones que se viven en los despachos universitarios y la naturalista recreación de la excavación arqueológica, entre otros. No mantiene sin embargo la misma pauta cuando se declina en favor de contar una historia que no destella por completo aunque el hecho, el descubrimiento, transforme a sus personajes, todos ellos instalados pero también con sus inseguridades.

Como otras novelas publicadas en esta colección, Salacot es un título atractivo por lo que significa de apuesta literaria, y de no casarse con ningún género aunque en ésta se mezclen varios de ellos. Cuenta con un inicio que anima a continuar pero comienza a salirse de la carretera cuando llega a un nudo y a un desenlace que pedía ser más razonado y comprometido con sus personajes.

Salacot por el contrario sí que crea –como hicieron con otro estilo y con otra fortuna Dr R (Jramallo) y Víctor Conde con sus novelas publicadas también en esta misma colección– desconcierto por lo exótico de la jugada.

La novela permanece indiferente a esa cada vez más despersonalizada literatura de género y escapa a los experimentos en los que incurre todo escritor primerizo que no se preocupa por entretener a sus potenciales lectores.

Falta conocer ahora por donde terminará yendo Jonás Meneses en su recién estrenada carrera como escritor. Por lo que avanzó durante la presentación de Salacot su apuesta continúa por jugar con los géneros y el relato de iniciación.

Saludos, casi Carnaval, desde este lado del ordenador.

“La fatalidad ha querido que yo sea escritor”

Jueves, Febrero 5th, 2015

“La fatalidad ha querido que yo sea escritor, y escribo sobre la ausencia de raíces. Este es mi tema, en cierto modo.”

(El otro y su doble. Graham Greene. Conversaciones con Marie-Francoise Allain. Traductor: Basilio Losada. Luis de Caralt Editor, 1982)

Graham Greene, como buen periodista, fue un hombre poco dado a conceder entrevistas aunque encuentro por casualidad y en una de esas batidas dominicales por el Rastro de la capital tinerfeña un libro de entrevistas con, precisamente, Graham Greene.

No sabía de su existencia así que fue toda una sorpresa encontrarme un ejemplar en  condiciones de un libro que fue editado en 1982 por Caralt, y en el que se recoge la extensa conversación que a lo largo de varias semanas mantuvo con Marie-Francoise Allain.

El libro tiene sin duda gran interés para los que nos confesamos seguidores del autor de El revés de la trama, El americano impasible o Nuestro hombre en La Habana, pero también debe ser leído como una ejemplar entrevista donde su autora además de ganarse la confianza de un Greene bastante suelto y con entusiasmo por contar cosas, revela claves que hasta ese momento permanecían ocultas por ese, quiero entender, compromiso que mantuvo el escritor a lo largo de su vida y que en parte mantiene tan viva su producción literaria.

Una producción que, a mi juicio, es una de las más interesantes y conmovedoras del siglo XX.

Graham Greene es un escritor extraño que, además de estar peleado con su país y con lo que representaba, fue otro católico converso que sacrificó su vida al arte de escribir. Primero destripando los hechos como periodista y más tarde estudiándolos con despiadado espíritu crítico cuando navegó por la marea de la ficción.   

Creo que la primera novela que leí de Graham Greene fue Nuestro hombre en La Habana, un cruel divertimento sobre espías que transcurre en la capital cubana a finales de los años cincuenta y literatura aparentemente sencilla que John le Carré intentó imitar en la que hasta la fecha es una de sus mejores novelas: El sastre de Panamá.

Menciono a le Carré porque a lo largo de la lectura de El otro y su doble es inevitable que piense en él y lo compare con Greene. Gana la apuesta, no iba a ser menos, el señor Greene aunque esto no mengua los extraordinarios e intensos momentos que pasé y pasaré leyendo al creador de Smiley, solo que me irrita ligeramente que algunos no terminen de considerar serio a un escritor tan serio y, afortunadamente tan poco británico, como Graham Greene.

En la extensa entrevista que mantiene con Marie-Francoise Allain el hombre que escribió esa gran novela romántica que es El fin del romance arroja mucha luz sobre su persona y muestra, ya se dijo, claves que obligan a entender un poco más su poderosa obra.

El libro camina, en este sentido, por un sendero que va más allá del autor y de sus libros, y consigue lo que parecía imposible, que vuelva una vez más a reconocer al escritor que tanto me dijo y que tanto me dice.

El entusiasmo es tanto que me invita a que relea sus novelas y sus también sobresalientes relatos porque Graham Greene fue un escritor que se movió muy bien por los territorios del cuento. ¿No recuerdan El ídolo caído?

Pero lo interesante, lo atractivo, lo que hace realmente actual esta larga y provechosa entrevista es que muchas de las reflexiones que propone Greene son perfectamente entendibles hoy en día.

Su visión del mundo y su relación con los otros, así como el daño que la pluma de un intelectual pudo ocasionar al Haití que representó Papa Doc como a los Estados Unidos, país que le cerró las puertas tras confesar que había militado un par de semanas en el Partido Comunista, obliga a pensar que a veces y por breve que sea, la voz de un escritor puede oírse más alto y estremecer los cimientos de su tiempo. Y el que vendrá.

En el libro, Graham Greene recuerda con humor las razones que lo llevaron a militar en el Partido Comunista: viajar gratis a Moscú para conocer el paraíso socialista.

Al final no viajó a Moscú porque sus camaradas sospecharon que tenía otras intenciones así que el individualista que fingió querer dejar de serlo les dijo adiós y se dedicó al periodismo, el espionaje y a la literatura.

El mundo ganó entonces a un excelente narrador y perdió, afortunadamente, a otro ortodoxo comunista.

“El pánico es algo momentáneo. El miedo es otra cosa. Uno se acostumbra a él, y en definitiva resulta terriblemente aburrido.”

Saludos, cosas del factor humano, desde este lado del ordenador.

Citas para hombres y mujeres que son jueves

Miércoles, Febrero 4th, 2015

* La Fundación CajaCanarias, a través de su colección Aislados, ha procedido a publicar el volumen titulado La forma del tiempo y otros ensayos, una recopilación de textos críticos de Alejandro Cioranescu escritos entre 1964 y 1991, y compuesto por un conjunto de ensayos y artículos de crítica, teoría literaria y literatura comparada que no han sido recopilados hasta la fecha en un volumen. El acto de presentación de la obra se llevará a cabo este jueves, 5 de febrero, a partir de las 20 horas, en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, con entrada libre hasta completar aforo. La edición ha sido realizada por el filólogo Andrés Sánchez Robayna, catedrático de Literatura Española de la Universidad de La Laguna. Además del propio Sánchez Robayna, Premio Nacional de Crítica y de Traducción, intervendrá en la presentación de La forma del tiempo el catedrático de filología griega de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos García Gual.

* La Librería de Mujeres acoge este jueves, 5 de febrero y a las 19.30 horas, un recital poético de Wolfgang Hermann, poeta austríaco que suele pasar largas temporadas en Tenerife y acto en el que intervendrán Iván Cabrera Cartaya y Alba Sabina Pérez, quienes lo acompañarán durante el acto y se encargarán de leer algunas de sus obras que han sido traducidas al español por el escritor y traductor José Aníbal Campos.

* Filmoteca Canaria, proyectará este jueves, 5 de febrero, en el Aguere Espacio Cultura l, en La Laguna , la película Casi 18 , de la directora Maarit Lalli, un filme que fue galardonado en 2012 con los Premios Jussi (equivalentes finlandeses de los Óscar) a la Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión. La sesión dará comienzo a las 20.30 horas, en el marco del ciclo Finlandia en el objetivo, en versión original con subtítulos en español. Este ciclo se ha organizado en colaboración con el Instituto Iberoamericano de Finlandia con el propósito de acercar la cinematografía de ese país al público canario. Casi 18 es el primer largometraje de Lalli, quien escribió el guión con su hijo Henrik Maki-Tanila, que también es uno de los principales actores de esta película basada en los problemas y aspiraciones de los adolescentes finlandeses. Con anterioridad a esta película, la directora era conocida por sus cortometrajes y trabajos en televisión.

Saludos, y solo es jueves, desde este lado del ordenador

TEA reestrena ‘El perdedor’, un mediometraje de Julio García

Martes, Febrero 3rd, 2015

Los franceses, que para estas cosas son muy suyos, denominan la sensación que me asalta como déjà vu. Puede ser que sea esto. No lo sé y la verdad es que no me importa. No obstante, sí que hago cálculos y las cuentas me salen que han pasado ya ocho años, la friolera de ocho años, la cifra casi araña la década y es como volver al pasado, a otro tiempo no sé si más feliz pero sí en el que todos fuimos más jóvenes.

Todo esto para contarles que este miércoles, 4 de febrero, se reestrena en Tenerife Espacio de las Artes TEA y a las 20 horas el mediometraje El perdedor, de Julio García.

Y flash, viaje en el tiempo… Recuerdo que el estreno de la película se produjo hace ahora ocho años, y que también fue en febrero aunque no sé si tan frío como éste.

La primera exhibición de la película de Julio García se produjo en el Cine Víctor junto al cortometraje La despedida de Alexis Hernández. El Cine Víctor era entonces una sala con los días contados. Pero gracias a los dioses, no es tan fácil matar a un dinosaurio y el Víctor sobrevive…

La memoria es traicionera, así que tiro de archivo y exploro en este su El Escobillón lo que escribí entonces acerca de las impresiones de un trabajo en el que su director, Julio García, puso algo más que el alma. No sé si este miércoles podré asistir a su reestreno –¡se proyecta en su formato original: 35mm!– ya que otras tareas requieren en la actualidad el concurso de mis modestos esfuerzos, pero releo lo escrito hace ya ocho años y recupero alguna sensación en forma de déjà vu que dicen los franceses y solo sé que salí conmovido de aquella sesión donde todos, reitero, éramos más jóvenes y no sé si felices pero si algo más crueles.

Reproduzco lo escrito con algún añadido pero sin molestas ni nuevas consideraciones:

El perdedor… Y siento un latigazo en el estómago o esa pálida emoción que, recuerdo ahora con cierta nostalgia, sentí cuando ví por primera vez Esposados de Fresnadillo, película a la que rinde homenaje García en su película.

Se trata de un corto currado, donde se cuenta en imágenes (y eso es cine, damas y caballeros) la historia de un hombre que quiere redimirse. Es verdad que no me sorprende la resolución de la historia, claro que es verdad también que me he pasado casi toda la vida viendo buen cine (carne hecha cine) y cine malo (casquería hecha cine) pero descubro en El perdedor el embrión de un cineasta. O un tipo al que si le dan la oportunidad de seguir contando historias va a sorprender a propios y extraños.”

Ná más.

Ná más y ná menos.

Saludos, disfrútenla, desde este lado del ordenador.