Rafael Arozarena no estaba muy satisfecho con la versión cinematográfica de Mararía (Antonio Betancor, 1998). No le entusiasmaba la actriz protagonista y prefería el guión de Lola Salvador al que más tarde se rodó, y que firmaron Carlos Álvarez y Antonio Betancor.
No obstante, Arozarena decía que la película era una cosa y la novela otra, así que asumía sin demasiado dolores de cabeza que la Mararía que llegó al cine no tuviera demasiado que ver con la suya. Estaba razonablemente contento por la repercusión que su novela tuvo tras el estreno de la película.
“Mi juicio sobre el filme sería parcial y sesgado y no quiero entrar en la polémica de si lo que escribí es mejor que lo que se ha rodado, porque esos son cosas que debe decidir el público y no yo”, manifestó en una entrevista.
La historia de la versión cinematográfica de Mararía se inicia a finales de los años ochenta con el colectivo Yaiza Borges, que poseía entonces los derechos cinematográficos de la novela y proceso en el que se implicaron también Gerardo Herrero, Alfonso Ungría y más tarde Jaime Chávarri.
Lola Salvador trabajó un guión y la cosa parecía ir sobre ruedas hasta que “por razones que Andrés desconoce” (1) el proyecto llegó a Andrés Santana y se anunció como director Antonio Betancor, un cineasta con oficio y entonces conocido por su adaptación al cine de los primeros libros de Crónica del Alba, Valentina y 1919, de Ramón J. Sender.
“Una mañana recibo una llamada de María Dolores Marrero, del Gobierno de Canarias, ofreciéndome la película. No daba crédito, pero tampoco me lo pensé más. Mis condiciones fueron claras: libertad total y absoluta y que la dirigiera Antonio Betancor”, contaría más tarde Andrés Santana.
Para Rafael Arozarena la Mararía del nuevo proyecto era sensiblemente distinta a la de la novela. “Los guionistas han preferido retratarla como una mujer joven, en la plenitud de su belleza, mientras que yo la recuerdo en su vejez, transformada ante la comunidad como una bruja. De todas formas, la historias que han escrito reúne material lo suficientemente digno para que realicen una película. Aunque, personalmente, creo que el guión de Lola Salvador era mucho más fiel a la obra.”(2)
En Conversaciones con Rafael Arozarena, el escritor comenta que “no hay que ir a leer Mararía en la pantalla. Hay un giro especial en el tiempo, que fue de acuerdo con Antonio, puesto que era muy dificultoso hacer los flash back de la historia original. Ahora se narra linealmente, con una Mararía joven. De esta manera se pierden cosas importantes, como el personaje anciano del cura, con la potenciación que tiene el carácter del sacerdote… Hay una mezcla especial con el personaje del inglés sustituyendo al árabe… Por una parte, se perdió una fuerza muy especial que ve el lector en Mararía, pero, por otra, adquiere una gran plasticidad, una fotografía deliciosa.”
Arozarena reconocía el trabajo del actor José Manuel Cervino aunque lamentaba que fuera tan corto y elogiaba la música de Pedro Guerra pese a que al principio, al conocer la noticia, “me eché a temblar cuando me dijeron que este cantautor había acogido con mucho cariño la banda sonora de Mararía. Al explicar que tendría una música con aires canarios, pero moderna, pensé que pondría isas, malagueñas y tanganillos y que me iba a echar a perder Mararía…”
La banda sonora al final satisfizo a Rafael Arozarena, tanto que consideraba que la música y la fotografía habían salvado al filme porque “te ponen los pelos de punta. Considero que salió una película seria y no una frivolidad, ni una españolada.”
Antonio Betancor
Antonio Betancor entendía que Mararía se trataba de una historia poética, una historia poética que, admitía, sí reflejaba el guión de Lola Salvador pero que el cineasta consideraba intraducible en pantalla porque literatura y cine “son lenguajes diferentes.” (3)
El presupuesto de Mararía fue de 400 millones de pesetas, 99 de los cuales aportó el Gobierno canario. Eso ayudó a que el filme contase con un reparto de actores entre los que se encontraba Goya Toledo, Carmelo Gómez, Mirta Ibarra, José Manuel Cervino y el británico Iain Glenn, hoy popular por ser uno de los protagonistas de Juego de tronos.
Antonio Betancor defendía su versión. Una versión que extrae la esencia de la novela y que procura mantener las líneas maestras que definen a los personajes “aunque estos hayan sido readaptados a nuestros tiempo.”
Su Mararía representa “a la mujer isla”. Indómita y objeto de deseo que se rebela contra todos sus pretendientes. “Creo que este espíritu fue el que Rafael Arozarena quiso imprimir al personaje en la historia”. Para el cineasta Mararía se trataba de un melodrama muy moderno en el que aparentemente no ocurre nada, pero “sí que suceden cosas, y continuamente”.
Mararía se estrenó en otoño de 1998 y tuvo una carrera irregular en las salas comerciales sin embargo y más allá de sus resultados económicos, significó el primer y por ahora único puente entre literatura y cine en Canarias.
La película, que participó en el Festival de Tokio, obtuvo cinco nominaciones a los Goya, aunque solo recibió el de Mejor Fotografía, que recayó en Juan Antonio Ruiz Anchía.
(1) Observatorio Audiovisual de Canarias, blog (observatorioaudiovisualdecanarias.com)
(2) Conversaciones con Rafael Arozarena, Roberto García de Mesa, Editorial Benchomo, 2004
(3) El Día, domingo 14 de septiembre de 1997
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Un guión de cine frustrado
Rafael Arozarena escribió un guión de cine titulado Gentileza, se desarrollaba a finales de julio de 1797 en Tenerife durante las jornadas de asalto del contralmirante Horacio Nelson. En el libro Conversaciones con Rafael Arozarena, el escritor comenta que la Warner Bros. se había interesado en esta historia pero que no se hizo “por cuestiones económicas”. Más tarde, escribiría un guión radiofónico para Radio Club Tenerife sobre este histórico y frustrado asalto pero no estaba muy contento con el resultado final. Arozarena escribió también el guión dedicado a Tenerife de la serie Atlantes, que realizó a mediados de los noventa el centro de TVE en Canarias con dirección y voz de Carlos Pablo Melero.
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¿SABÍA QUE…?
Mararía obtuvo el Goya a la Mejor Fotografía, Juan Antonio Ruiz Anchía, de cinco nominaciones (Mejor guión adaptado, Mejor actriz revelación, Mejor dirección artística y Mejor música original) en la XIII edición de los premios, 1999.
El actor Iain Gleen se haría años más tarde famoso por integrar el reparto de Juego de Tronos.
Antes que Goya Toledo se barajó a la actriz italiana Maria Grazia Cucinotta para interpretar a Mararía. Buscaban entonces el perfil de una joven Sophia Loren, Gina Lollobrigida y Silvana Mangano, declaró el productor Andrés Santana
Mararía fue el último largometraje de Antonio Betancor, quien fallecería en 2006.
Saludos, ¿mañana más?, desde este lado del ordenador