Archive for Octubre, 2020

Los ocho monstruos del canario Monteverde

Miércoles, Octubre 14th, 2020

Ocho son los protagonistas del último libro del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, son “ocho monstruos” de la Primera República de Venezuela, un sueño que aplastó un lagunero al servicio de España: Domingo Monteverde.

La historia de su condena y posterior huida a Gibraltar forma el material de Los ocho monstruos de Monteverde. El destierro en Ceuta de dirigentes de la Primera República de Venezuela (Ediciones Idea, 2020).

- ¿Qué hicieron los protagonistas del libro para ser catalogados de monstruos?

“Se los catalogó así en una lista de unos cien que se estimaron como tales, aunque algunos de los protagonistas de la Primera República no fueron incluidos dentro de ese catálogo. Cuatro eran americanos y cuatro españoles. Los americanos eran tres venezolanos y un chileno. Fueron escogidos algunos por su papel significativo en la Primera República y otros por su contribución al descubrimiento de alguna de las conspiraciones contra ella”.

- ¿Qué personaje de los ocho destacaría y por qué?

“Señalaría a dos que ocuparon un papel crucial en la Primera República, el natural de San José de los Tiznados Juan Germán Roscio, el ideólogo por excelencia de la revolución, y el chileno José Cortés de Madariaga, que jugó un papel decisivo desde los primeros movimientos rupturistas que condujeron a la Junta Suprema de Caracas. El primero creó el cuerpo doctrinal que dio lugar a la primera constitución y el segundo defendió el constitucionalismo liberal y federal que defendió a lo largo de toda su vida”.

- Son los monstruos de Domingo Monteverde, ¿quién fue Monteverde?

“Domingo Monteverde fue un marino canario, originario de La Laguna, perteneciente a la élite insular, primo de los Rivas, significativos dirigentes de la revolución como José Félix y dos de sus hermanos tíos políticos de Bolívar a los que dio el pasaporte para salir del país al igual que hizo con su sobrino político, bisnieto como ellos y como Agustín de Betancourt, el célebre ingeniero ilustrado, del capitán general de Venezuela Marcos Castro Betancourt. Intervino como marino en la célebre batalla de Trafalgar. Al desembarcar en Venezuela logró aunar todos los sectores sociales y políticos contrarios a la Primera República y derrotarla. Una vez derrotada se autoproclamó Capitán General de Venezuela, habiéndose visto obligados la Regencia y las Cortes de Cádiz a aceptar esa imposición. Firmó la capitulación con Francisco de Miranda, pero no la cumplió. Gobernó con una junta alternativa al margen de los poderes constitucionales, que trataron de limitar su ejercicio omnímodo del poder, cuya cabeza más visible fue el dominicano José Francisco de Herencia, regente de la Audiencia de Caracas”
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– El libro cuenta con fuentes inéditas ¿cuál destacaría?

“Por un lado, junto con los procesos de los ocho dirigentes y documentos de Monteverde sobre los detenidos, cuento con el diario de José Cortés de Madariaga de su viaje hasta Bogotá para negociar con la Junta de Bogotá, que es excepcional por el análisis que hace de las élites de los territorios que visitó en un momento clave anterior a la declaración de independencia y que acaban con muchos tópicos que hasta entonces se tenían sobre el papel de algunas de ellas como las de Mérida, Trujillo o Barinas y que se complementan con su correspondencia con Juan Germán Roscio y de éste con el marqués del Toro. Una documentación totalmente inédita que se complementa con los informes de los desterrados a la Regencia y las Cortes de Cádiz, los procedimientos y resoluciones, la fuga de los cuatro americanos a Gibraltar y su devolución por su gobernador y las gestiones que condujeron a su liberación y lo acaecido con los cuatro peninsulares”.

– ¿Quiénes eran los monstruos penínsulares?

“Se puede apreciar que en el caso del gaditano Isnardi se debió a su papel como secretario del congreso y director de su órgano de prensa, la Gaceta de Caracas; en el de Mires Ruiz por haber contribuido a abortar la llamada conspiración de los Linares, una familia de comerciantes cántabros, y en el de Varona por traidor y descubridor de la llamada asonada de la Sábana del Teque también llamada rebelión de los isleños que fue cruelmente reprimida con ejecuciones de canarios por la Primera República”.

- Se tacha el gobierno de Monteverde de despótico.

“Monteverde se valió de los canarios de clase baja para tratar de erigir un nuevo orden que sustituyese al que había hegemonizado la élite mantuana que en su gran mayoría había apoyado la causa republicana. Les dio algunas prebendas y cargos y se valió de ellos para edificar un nuevo proyecto político que en cierto sentido fue despótico ya que trataba de desconocer el orden constitucional”.

- ¿Y su auge y caída?

“Apenas aguantó un año cuando los ejércitos de Bolívar, procedentes de Colombia en la llamada campaña admirable con su célebre decreto de Guerra a Muerte lograron desmantelar su gobierno. Quedó gravemente herido y tuvo que ir a Trinidad. En apenas un año las tropas de Bolívar ocuparon Caracas, pero tampoco la Segunda República logró imponer su hegemonía porque unos años después la llamada guerra social de los llaneros, dirigidos por Boves y Morales, llevaron a Bolívar al exilio y a una segunda guerra a muerte donde el odio social y étnico se exacerbó hasta niveles considerables”.

- ¿Qué lecciones puede sacar el lector de este libro?

“Ejemplifican como el despotismo quiso edificarse en abierta contradicción con el régimen liberal, pero también demuestra las dificultades de construir un régimen democrático en una sociedad hegemonizada por una oligarquía con pretensiones y con unas élites locales con puntos de vista no precisamente coincidentes”.

Saludos, nubes oscuras nos impiden ver, desde este lado del ordenador

Las estribaciones occidentales de Cydonia, un libro de cuentos de Sergio Barreto

Martes, Octubre 13th, 2020

Conocido más como poeta que como narrador, Sergio Barreto consigue hacerse con el premio Benito Pérez Armas con Vs., una novela que rompió la dinámica tradicional de galardonados de un certamen que no termina de cuajar entre los lectores pese a que se trate de uno de los más antiguos y atractivos económicamente de cuantos se celebran en Canarias.

Vs. fue otra cosa. Se trataba de una novela que rompía la dinámica de otros títulos premiados por su propuesta narrativa y su carácter feroz, una literatura inventiva que pegaba duro al estómago del lector.

La novela se llegó a comparar, salvando las naturales distancias, con La carretera, de Cormac McCarthy, por su tono apocalíptico y por plantearse como una road novel en una geografía sin localizar, mapa de un territorio que nacía de la imaginación de Sergio Barreto quien superaba el más difícil todavía porque ese universo desértico, vagamente inspirado por lecturas varias, configuraba un texto insólito, fresco, con la ira necesaria para entender y asumir tan inhóspito paisaje de la mano de unos personajes que caminaban al filo de la navaja.

Algo de todo esto se respira en los relatos que reúne en Las estribaciones occidentales de Cydonia (Franz Miniediciones, 2020), un volumen en el que el escritor y poeta continúa indagando en territorios imaginados como escenarios en el que desarrollar una literatura personal y con señas de autoría.

Con este libro de cuentos Sergio Barreto pone de manifiesto que se mueve muy bien en la narrativa. Una narrativa original y kafkiana en ocasiones, cruda también cuando así lo demanda la historia aunque la historia sea lo de menos en los relatos y sí la capacidad para recrear atmósferas e inquietud en escenarios que parecen sacados de una oscura pesadilla.

El volumen comienza con La pata superior izquierda del reptil, un cuento que descoloca porque no emite juicio moral sobre lo que expone. Narrado en primera persona, asistimos desde dentro de la cabeza de su protagonista a una acción punitiva que sucede pero no explica sus motivos. Que cada cuál saque sus conclusiones.

Los otros cuentos del libro basculan sobre cuestiones parecidas, exponen situaciones límite en un escenario que medio conoces aunque no se termine de reconocer. Es cómo si el paisaje se reflejara en la superficie de un espejo cóncavo o convexo, según las historias y en los que si algo permanece –y une con un delgado hilo invisible– es el desconcierto que producen con independencia de que algunos estén mejor y otros peor acabados.

Estamos ante un libro de cuentos que transita por una geografía extraña que a veces se reconoce. O crees reconocer. Es como si el escritor quisiera dejar alguna rendija sin cerrar y por la que se avista una capital de provincias con semejanzas a un Santa Cruz de Tenerife que no existe salvo en su imaginación y ahora en la de los lectores.

Otro, a mi juicio, de los atractivos de estas piezas aparenteme desordenadas que reúne Las estribaciones occidentales de Cydonia es que todos los relatos forman parte de una tierra que invita a recrearlos con imaginación. Un ejercicio en el cual el escritor apenas ofrece elementos que orienten al visitante en cómo son las calles y plazas y sobre todo el parque de esa ciudad que existe pero que es otra. Lo fantástico juega así un papel fundamental en esta constelación de historias que sin estar lo suficientemente ancladas no dejan de resultar una lectura agradable siempre y cuando uno se meta voluntariamente en lo que cuenta (o no cuenta) Sergio Barreto.

Los cuentos lo que hacen es recrear atmósferas en la que se mueven una serie de personajes que parecen salidos de alguna remota pesadilla del autor… Por lo que si se acepta el contrato, no decepcionarán pese a que algunos no terminen de cumplir las expectativas.

El volumen incluye además de La pata superior izquierda del reptil, el mejor a nuestro juicio de los siete que reúne el libro; Las estribaciones occidentales de Cydonia, La ruta de las montañas, El próximo personaje, Según Ilianna, Ni se te ocurra pensar en Vicky y El diván asiático. En orden de preferencia, destacaría también Ni se te ocurra pensar en Vicky y La ruta de las montañas que es uno de los más extensos aunque el conjunto no deja de resultar redondo.

Los cuentos están narrados en primera y tercera persona y presentan una galería de personajes que arrastran algo. Y ese lastre, del que cuesta desprenderse pese a que no se resuelva, marca la dinámica de cada uno de los relatos de un volumen que recupera el oficio de narrar de un escritor y poeta que, de momento, prefiere evitar la realidad que lo rodea. Las estribaciones occidentales de Cydonia revela desde varias perspectivas las tensiones de Sergio Barreto, un narrador que sueña otras realidades en estos tiempos de pesadilla colectiva que vivimos.

Saludos, aún en el agua, desde este lado del ordenador

Fallece el cantautor y poeta Alberto Cañete

Domingo, Octubre 11th, 2020

El mundo de la Cultura solo se pone de acuerdo cuando desaparece “uno de los nuestros”. Es la sensación amarga que tengo con el anuncio del fallecimiento de Alberto Cañete del Toro, primero cantautor y poeta y después concejal de Educación, Juventud y Desarrollo Local del Ayuntamiento de La Laguna, en representación de Unidas Podemos.

No fueron muchas las ocasiones en las que conversé con Alberto Cañete pero en todas aquellas oportunidades salí con la agradable sensación que aquel tipo era un buen tipo. No sé si les pasará a los que continuamos en este valle de lágrimas pero hay gente que te cae bien y otra que no te cae nada bien. A los primeros llegas incluso a quererlos aunque no hayas compartido momentos siempre gozosos de ocio mientras que con los segundos prefieres (intuición lo llamo) mantenerlos alejados sin que te hayan hecho nada. A ambos los saludas por las calle pero el saludo en uno es sincero y en otros solo una formalidad, un acto mecánico de buena educación.

La primera vez que hablé con Alberto Cañete del Toro fue cuando trabajaba en la ya desaparecida CajaCanarias para hablar con Alberto Delgado del por aquel entonces Festival de Jazz. Creo que fue la edición en la que tocó Chick Corea que no recuerdo ahora si fue la misma en la que vimos actuar al vibrafonista Milt Jackson, toda una leyenda como leyenda me resulta todo aquel pasado de fastos culturales con nombres y apellidos y de una ciudad, la de La Laguna, que todavía era capital cultural no sé si de Canarias pero sí de Tenerife.

Como debe de saber todo el mundo, La Laguna se despojó de aquella aureola de prestigio porque las fiestas del Cristo y la Semana Santa son demasiado sagradas y el relevo lo cogió la capital de la isla, testigo que como todo el mundo sabe ya, se le olvidó en alguna parte. Miro hacia atrás y pienso, es inevitable, que sin lugar a dudas para Santa Cruz de Tenerife cualquier tiempo pasado fue mejor. Mejor porque la ciudad disfrutaba además de su teatro de toda la vida, el Guimerá, con el Pérez Minik que se encontraba en ese parque que hoy está en ruinas, el Viera y Clavijo. También estaba abierto el Círculo de Bellas y el Ateneo en la vecina La Laguna y se celebraban conciertos en la plaza de toros que, mira tú que siniestra casualidad, está en ruinas como lo está el antiguo templo masónico de la calle de San Lucas de la capital chicharrera. Creo a veces, cuando paso delante de su todavía señorial fachada, que los responsables municipales hacen pactos con Satanás para que venga una tormenta de esas y termine por desmoronar lo que no es sino pasado de esta humilde capital de provincias.

Pero hablaba de Aberto Cañete del Toro y se me va el baifo, algo habitual cuando escribo necrológicas porque no me gusta escribir necrológicas. Su tono es demasiado triste, uno evoca momentos con el que se fue y siente rabia porque piensa que son siempre los mejores los que se van antes.

De Cañete del Toro nos queda al menos su trabajo como artista y político aunque nunca lo vi como esto último, lo que es un piropo viniendo de alguien que recela de toda esta gente.

Un amigo también ausente me advertía siempre que iba a cubrir algún pleno en el Parlamento de Canarias que llevara las manos en los bolsillos por si acaso. Ese acaso implicaba que si nos las metías lo más probable que es saliera sin la cartera ni las llaves de casa. Le hice caso, por lo que no perdí “accidentalmente” la cartera ni las llaves cuando entraba en aquella casa de vanidades… pero, oh, ¿lo ven?, vuelvo a irme por las ramas aunque algo me dice que es lo que a Alberto Cañete del Toro le gustaría que hiciera.

En fin, no llegué a conocerlo como leo ahora que lo conocía todo el mundo de la cultura que, como dije al principio, se pone siempre de acuerdo cuando “uno de los nuestros” desaparece pero es que en el caso de este caballero es una verdad de esas que resultan aplastantes.

Un buen tipo que debe de estar tocando la guitarra y cantando sus canciones si existe un más allá. Detrás deja discos como el de Nueva Canción Canaria, junto a Pedro Guerra, Rogelio Botanz, Andrés Molina, Marisa Medina y José Luis Calcines, su etapa como fundador de Tríptico y grabaciones donde compartió micrófonos con miembros destacados de la llamada nueva trova cubana como Silvio Rodríguez y Vicente Feliú.

En fin, y como ya se dijo, se nos ha ido un hombre bueno.

Saludos, gimamos, gimamos, gimamos, desde este lado del ordenador

El Instituto de Arte Contemporáneo, “disconforme” con el nombramiento de la nueva gerente del Organismo Autónomo de Cultura

Viernes, Octubre 9th, 2020

Se siguen sumando las manifestaciones de rechazo al nombramiento de Carlota Cobo Hernández como director gerente del Organismo Autónomo de Cultura. Reproducimos, a continuación, una carta de la delegación del Instituito de Arte Contemporáneo dirigida al alcalde de Santa Cruz de Tenerife en la que se explica su “disconformidad” porque entienden “poca o nula vinculación de la mencionada profesional con el sector cultural y las políticas culturales”.

Carta Gerencia del OAC Carlota Cobo_2020

“Estimado Sr. D. José Manuel Bermúdez Esparza,

Tras el nombramiento el pasado martes 22 de septiembre de 2020 de Carlota Cobo como gerente del Organismo Autónomo de Cultura, resultado de un proceso de selección entre dieciocho aspirantes con trayectorias laborales conectadas con el ámbito cultural, el IAC Instituto de Arte Contemporáneo explicita su disconformidad con el resultado final de esta selección debido a la poca o nula vinculación de la mencionada profesional con el sector cultura y las políticas culturales.

Si bien su perfil de gerente cubre las necesidades administrativas que un puesto de este tipo necesita suplir y por el que ha desempeñado puestos de responsabilidad en el pasado, es necesario denunciar y visibilizar lo que supone que la que gerencia del OAC Organismo Autónomo de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife no esté cubierta por personal con un conocimiento profundo de la gestión económica en materia cultural.

En este sentido la convocatoria explicita para cubrir la vacante, “Específicamente en el caso del Director del Organismo Autónomo de Cultura.

• Puestos de trabajo desempeñados tanto en las Administraciones Públicas como en las Empresas Privadas, con un mínimo de cinco años de ejercicio profesional.

• Especialización en comercialización y gestión de ingresos, patrocinio, mecenazgo, sponsors, colaboraciones y cooperación económica cultural internacional.

• Especialización en derecho, periodismo, protocolo, marketing y turismo cultural.

• Especialización en diseño y dirección de políticas y estrategias culturales.

• Disponibilidad 24 horas, 365 días al año. Capacidad de respuesta a los imprevistos en cualquier momento.”

En el propio portal web de Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife se explicita la formación de la nueva gerente del OAC como: “Carlota Cobo Hernández, licenciada en Derecho y Ciencias de la Información, cuenta en su titulación con un Máster en Gestión y Dirección de Empresas realizado en la Universidad Católica de Ávila. Con una dilatada trayectoria profesional y reconocida en la empresa privada, ostentaba desde el año 2005 la gerencia de la Junta Provincial de Santa Cruz de Tenerife de la Asociación Española Contra el Cáncer.”

La actual gerente cumple el primero de los puntos pero consultado en contraste con el perfil de las demás personas aspirantes, en su trayectoria no se menciona si la experiencia en empresa privada tiene alguna relación con el ámbito cultural, bien es sabido que aunque su labor es puramente económica ya que la figura de la gerencia no se debe confundir con la de elaboración de contenidos en política cultural, sino exclusivamente en la labores de procesos económicos de dicho campo, es necesario tener conocimientos de las dinámicas económicas de la cultura.

Les rogamos que reconsideren estos puntos y, en virtud de la fluida relación de diálogo y colaboración que debe existir entre organizaciones civiles y profesionales, cuenten con nosotras/os para futuros procesos de selección.

Quedamos por tanto a su disposición para trabajar en común en las condiciones de transparencia y profesionalidad que creemos deseables para obtener un resultado de interés para la ciudadanía y las/os profesionales canarias/os.

Agradecemos de antemano su atención y les enviamos un cordial saludo.

Pedro Déniz
Presidente de la Delegación del IAC en Canarias
Iac.canarias@iac.org.es”

Tres asociaciones del sector cultural manifiestan en una carta su “extrañeza” ante cómo se ha organizado las jornadas Canarias Cultura 2020

Jueves, Octubre 8th, 2020

Carta Canarias Cultura 2020 ok(1)

Se reproduce a continuación el texto íntegro (se tiene acceso a él si se pincha el enlace) que los representantes de la Delegación del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) en Canarias, MAV Mujeres en las Artes Visuales y AICAV Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales han enviado al viceconsejero de Cultura del Gobierno regional, Juan Márquez Fandiño:

“Estimado Sr. D. Juan Márquez Fandiño

Nos ponemos en contacto con ustedes desde la Delegación del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) en Canarias, MAV Mujeres en las Artes Visuales y AICAV Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales para expresarles nuestra extrañeza ante la forma en que se han organizado y convocado las jornadas Canarias Cultura 2020.

A pesar de que estas jornadas se han difundido como una invitación a las/os profesionales del sector cultural en su más amplio sentido “para analizar y reflexionar sobre el papel de la cultura en nuestra sociedad actual”, creemos que la manera en que se ha gestionado la convocatoria ha obviado a las asociaciones profesionales del sector que reclamamos nuestro papel como representantes autorizados y legítimas/os interlocutoras/es.

Especialmente por el hecho de que se nos emplaza públicamente a participar en las llamadas “mesas sectoriales” que tendrán lugar en el marco de dichas jornadas.

En nuestra opinión, para que dichas mesas sectoriales tengan un verdadero carácter representativo, los/as representantes de las diferentes asociaciones profesionales del sector, deberían tener un papel relevante en las mismas, así como contar con un guion o planificación clara de las mismas y objetivos definidos. Solo de esta manera se alcanzará el propósito de llegar a elaborar un documento de conclusiones que tenga alguna validez y contribuya a recoger la situación, necesidades y propuestas del sector profesional.

Les rogamos que reconsideren estos puntos y, en virtud de la fluida relación de diálogo y colaboración que nos une, cuenten con nosotras/os y el resto de las asociaciones profesionales del sector que atañen la reflexión de la cultura y de la situación de las/os profesionales en estas jornadas.

Quedamos por tanto a su disposición para trabajar en común en las condiciones de transparencia y profesionalidad que creemos deseables para obtener un resultado de interés para la ciudadanía y las/os profesionales canarias/os.

Agradecemos de antemano su atención y les enviamos un cordial saludo”.

La carta está firmada por:

Yolanda Peralta Sierra, delegada territorial de MAV en Canarias

Pedro Déniz, presidente de la delegación del IAC en Canarias

Manolo González, presidente de AICAV

Nacido para fracasar

Miércoles, Octubre 7th, 2020

La primera novela del escritor norteamericano Nico Walker, Cherry, entronca directamente con toda una tradición literaria que está vinculada a la memoria de hombres y mujeres que se hicieron soldados, combatieron y regresaron a casa con la sensación de una juventud no perdida sino robada.

Lo relata Gustav Hasford en Una chaqueta metálica, novela que llevó al cine Stanley Kubrick y ahora Nico Walker con Cherry (Literatura Random House, 2020), solo que el escenario de Vietnam es sustituido por el de Irak, una guerra radicalmente diferente a la del sudeste asiático no solo porque sus geografías resulten radicalmente opuestas (espesas junglas en una, áridos desiertos de roca en otra) aunque sí que existe una conexión entre ambos conflictos y es la formación errática de los soldados, lo que explica su carácter desnortado tras volver a casa.

El protagonista de Cherry vive al límite tanto en la paz como en la guerra. Carece de una relación familiar normal, consume grandes cantidades de droga y no tiene donde caerse muerto hasta que ingresa en el ejército como enfermero guerrero para reproducir en otro país –que está en guerra– los mismo vicios que en casa y traérselos de vuelta cuando lo licencian. No hay futuro para el protagonista de la novela, protagonista que el aparato mediático se empeña en afirmar que es autobiográfico aunque el escritor lo desmiente en la primera página del libro.

Recoja o no la novela la desordenada vida que lleva el protagonista de Cherry es sin embargo lo de menos porque lo que cuenta es la forma dispersa en la que ordena los capítulos y la sensación de que todo lo que escribe fue verdad porque sabe a verdad. Este y no otro es la cualidad dominante en Cherry, que sus páginas resulten tan auténticas aunque el lector se vea mareado, sobre todo en la parte dedicada a Irak por un bosque de siglas militares que hace acudir con demasiada frecuencia al glosario que se incluye al final de la obra.

La conclusión es que el protagonista de la novela como probablemente el mismo autor, ha desperdiciado una vida por miedo a reconocerse en el espejo. La realidad reflejada, sospecha, no va a gustarle. Esa huida hacia adelante es lo que explica que se enrole en el ejército y deje en casa a su novia de toda la vida, una yonqui como él que le roba el corazón. Aunque uno intuye que es otra excusa que busca para olvidarse de sí mismo.

La novela está estructurada en seis partes (Cuando la vida apenas comenzaba, te vi; Aventura; Novato; Picaflor; El gran romance yonqui y Un bajón) en las que cuenta la vida del protagonista en casa. Donde trabaja y pierde trabajo. Vuelve a trabajar mientras dice que está enamorado entre juergas de campeonato que desgastan un poco más su visión de las cosas. El libro continúa con la descripción del personaje protagonista en el ejército y el destino donde va a servir como enfermero guerrero.

Se trata de la parte más interesante de la novela porque describe el día a día de un grupo de hombres y mujeres que están ahí porque es su trabajo. Hay semanas en las que las camas de los barracones quedan vacías porque ha muerto uno de los ellos, bastantes con apellidos hispanos. La tropa entre misión y misión, se relaja drogándose y bebiendo y observando películas de violencia real con ratones por internet. Relata también algunas operaciones como la quema de cabañas vacías, el asesinato de inocentes porque “estamos en guerra” y algún que otro combate mientras tachan los días del calendario.

Tras esta experiencia, el escritor muestra el regreso a casa del protagonista y su vida de nuevo como civil. Se casa con su novia de siempre, se divorcia y conoce a otras mujeres mientras se droga y bebe. Ahora aprovecha su experiencia militar –algo así como enfrentarse a la muerte todos los días– para cometer pequeños delitos. Pero no es Dillinger y sí un paleto que no sabe qué hacer con una vida que se le va por la nariz y las venas del brazo.

Cherry, que así apodaban los veteranos a los novatos que llegaban a Irak, es una novela interesante cuya lectura me hizo recordar la de Una chaqueta metálica. Lo llamativo del caso es que se trata de un libro que no desconcierta por el dramatismo absurdo de su experiencia como enfermero guerrero sino por contar con textos donde todo lo cotidiano resulta dantesco y el cambio paulatino que se produce en el narrador que cuenta la historia en primera persona.

Se reitera que Nico Walker dice lo contrario pero el libro, que lo escribió en la cárcel, está basado en hechos reales. Otra cosa es que los haya maquillado para recrearlos en una novela que no está escrita con rabia ni intención de renuncia sino como el testimonio de un enfermero guerrero en el frente de Irak como en casa.

La novela ha sido saludada con palabras elogiosas por Donald Ray Pollock y no faltan razones para entender estos elogios ya que tanto Pollock como Walker escriben desde dentro. La verdad asoma aunque esté maquillada de ficción. Está viva porque no recrea una mentira sino una experiencia. Nico Walker como Ray Pollock no son de los que marean la perdiz con la crueldad porque la violencia que aparece en sus libros… No chirría ni agota al apreciarse que forma parte de ese mundo. De su vida normal sea en la paz como en la guerra.

Lo que cambia es solo el escenario. Y el escenario que cambia afecta al personaje. Partieron y regresaron siendo los mismos solo que un poco más alejados de la realidad. Saben que no tienen futuro y que su única escapatoria como parias de la tierra, como carne de cañón, es abandonarse con sustancias que lo vuelvan un poco más nihilista y menos, mucho menos soñador.

Despiadado retrato generacional, la publicación de Cherry con todas sus flaquezas (que las tiene y muchas) pone el dedo en la llaga sobre una generación que no es otra cosa que anteriores generaciones: peones. O tipos que saben –pero no quieren admitirlo– que no hay sitio para ellos en lo que llaman el sueño americano.

Saludos, tras lla lluvia, el sol, desde este lado del ordenador