Mañana hablaremos del Gobierno
Martes, Julio 23rd, 2013INTRO
Si fuera un adivino de la antigua Roma y supiera leer el vientre de una paloma podría vaticinar que lo que está pasando literariamente en estas costas es síntoma de que por fin argo está cambiando.
En la lejanísima Península –para quien escribe Expaña continúa siendo la Península– se están dando cuenta que aquí se escribe y que lo se escribe cuanto menos llama la atención sin renunciar a nuestra peculiar idiosincrasia y a nuestra también peculiar forma de hablar.
Nunca he entendido, en este sentido, por qué los amigos y conocidos peninsulares se molestan cuando les pregunto: “¿Vienen a cenar?” y me responde entre ofendidos y sorprendidos “tutéanos”.
¿Tutear?
¿Pretenden acaso que emplee el vosotros?
Esa segunda persona del plural me parece demoledoramente cursi.
- ¿Venís a cenar?
- Arrállate un millo.
No pretendo con este post reivindicar mi forma de hablar pero sí que, pese a que se esté perdiendo la sonoridad, a veces brutal, de muchas de las palabras que utilizaron mis padres y abuelos y bisabuelos y lo que hay más atrás, continúe empeñado en llamar fechillo a un cerrojo; zarcillo a un pendiente y mojo a la rica salsa canaria que cantara Caco, Juan Carlos Senante, en sus años de trovador.
No quiero decir con todo esto que los escritores de aquí –vivan o no aquí– insistan en sus obras en cómo decimos las cosas, pero sí que argo de todo esto se rastrea, precisamente, en sus obras.
Llámalo si quieres seña de identidad o simplemente forma de asumir una realidad que por circunstancias diversas, entre otras la puñetera insularidad, nos hace percibirlas con otro acento y con otro color.
Al margen de esta reflexión, mi objetivo es informar de una serie de iniciativas y novedades que se están produciendo en la república de las letras escritas en Canarias.
Si fuera un adivino de la antigua Roma interpretaría que los vientos son favorables y que para derrotar a nuestro característico miedo –si se observa desde fuera y afortunadamente desde dentro– lo que se está escribiendo en estos territorios atlánticos africanos llama la atención.
Y que si hubiera un faycán con dos dedos de frente podría aprovechar este interés y venderlo como se merece.
LA PUNTA DEL ICEBERG
* La última novela de Juan Manuel García Ramos, El zahorí del Valbanera (colección Narrativa Baile del Sol) es reseñada por Juan Cruz en Babelia.
* Alexis Ravelo obtiene por La última tumba el XVII Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe.
* Víctor Conde, escritor de referencia en la ciencia ficción y la fantasía que actualmente se escribe en Expaña, publica He oído a los mares gritar mi nombre (colección Stoker, Dolmen).
* El inevitable e imprescindible Ánghel Morales prepara próximos lanzamientos en la colección G21: Narrativa Canaria Actual como El peso del tiempo, de Gerardo Pérez, ya camino de la imprenta. Esperan mientras tanto salida Un crimen lejos de París, de Daniel María; 9 horas para morir, de Ángel Vallecillo; Cinco mujeres que no subirán al cielo, de Juan Andrés Herrera; Sándalo y rapsodia, de Juan Jesús Pérez; Mujeres, de Javier Marrero; Ucanca, de Gustavo Reneses y La Laguna de los olvidados, de Benjamín Barreto.
* Agustín Díaz Pacheco, quien presentó recientemente una reedición de Breves atajos (Ediciones Idea), prepara una antología de relatos –que presumo editará Baile del Sol– de escritores canarios y mejicanos tras sus 2.050 km. de palabras (Antología de relatos vasco-canaria); De la saudade a la magua. Antología de relatos luso-canaria y Entre Orientales y Atlantes. Antología de relatos uruguayo-canaria, por citar solo unas cuantas de estas experiencias de fusión, de acercar narrativas paradójicamente no tan diferentes.
* Y, para agitar un poco más las aguas, Juan Andrés Herrera anuncia que pone en marcha un nuevo proyecto editorial en Canarias, Neys Books y otro escritor lo mismo pero en Gran Canaria, una isla que está justo enfrente de Tenerife pero que por caprichos del carnavalero pleito insular se empeña todavía en que los que estamos a un lado y al otro de la orilla vivamos de espaldas.
Hay más.
Pero son rumores, entusiasmos que hasta que no se confirmen no puedo registrar en este su blog.
(*) La imagen que ilustra este post corresponde a Metrópolis (Fritz Lang, 1927), próximamente le dedicaremos un comentario a la fantástica novela de Thea von Harbou.
Saludos, una pared de madera nos salvará, desde este lado del ordenador.