Archive for Diciembre, 2011

¡Viva el pulp canario!

Jueves, Diciembre 22nd, 2011

La aparición el año pasado y por estas mismas fechas de Ira Dei, un inteligente y sobre todo legible thriller ambientado en la ciudad de La Laguna, supuso como un terremoto en el panorama editorial canario al convertirse en un éxito de ventas.

Casi sin saberlo, su autor Mariano Gambín, supo tocar las teclas para que lectores muy alejados de los territorios narrativos canarios se atrevieran a comprar una novela canaria cuyo único objetivo era el de entretener.

A día de hoy, Ira Dei no ha perdido su capacidad para capturar la atención del lector. Y a ello se debe que Gambín tuvo el acierto de crear una serie de personajes –Luis Ariosto, el inspector Antonio Galán, la arqueóloga Marta Herrero y la periodista Sandra Clavijo, entre otros–  que funcionaban en una historia muy bien armada y que ahora reaparecen con el mismo entusiasmo y energía en la segunda entrega, El círculo platónico, de lo que el escritor ha anunciado como trilogía (1).

El círculo platónico, al igual que lo fue Ira Dei, es el relato de un escritor profundamente enamorado de La Laguna. De sus calles y plazas, de sus señoriales mansiones del siglo XVI, de sus iglesias, de ese peculiar aire a Historia que respira la que también se conoce como Aguere.

Mariano Gambín repite la misma fórmula que planteó en Ira Dei, aunque en esta ocasión plantea un interesante juego de acertijos que, como concluirá el lector al final de la novela, esconde otras malévolas intenciones.

El círculo platónico se lee bien. Muy bien, diría.

Reúne todos los ingredientes que caracteriza lo que los imbéciles denominan como literatura de aeropuerto.

O esas novelas ligeras pero gruesas en páginas que compras en la Terminal  para leer en el avión con la loable intención de que no se te haga fatigosa las largas horas de vuelo que te esperan y que por norma general finalizas narcotizado cuando llegas a destino y dejas en el asiento con la esperanza de que otro pasajero la encuentre.

Esta literatura, de consumo rápido, se digiere con la misma facilidad que una ensalada y gran parte de su éxito se debe, precisamente, a que se digiere con la misma facilidad que una ensalada.

Sabe enganchar porque se articula en torno a una idea –en este caso un misterio–  que debe resolver el lector a través de las aventuras que viven sus protagonistas. Y en este aspecto, Gambín da un paso de gigante en El círculo platónico con respecto a Ira Dei al presentar un antagonista que, a mi juicio, debería de desarrollar en la próxima entrega de las peripecias de su cuarteto de amigos e investigadores.

Este personaje, Maroni, me ha recordado a los excelentes y refinados malvados que Ian Fleming explotó en sus excelentes novelas dedicadas al súper agente secreto James Bond. Es decir, que tiene algo de Ernst Stavro Blofeld, de Dax, del Doctor No, de un genio del mal que busca desesperadamente a su Némesis.

El círculo platónico es, por otro lado, una entretenidísima novela de acertijos que logra que vea La Laguna con otra mirada. Quizá recuerde a alguno a los Ángeles y demonios, de Dan Brown –que no creo que lea nunca, por otra parte–  y que el mismo Gambín cita en su novela, pero bienvenida sea esta influencia si gracias a ella articuló el excelente trabajo de investigación que realiza sobre iglesias y ermitas laguneras en su novela.

Edificios que son los auténticos protagonistas de esta historia que transcurre en 24 horas.

El escritor de Ira Dei se suelta la melena además en sus descripción de ambientes, y da pinceladas críticas que se difuminan por el desarrollo de la trama.

En la página 34 escribe: “La reciente peatonalización del centro brindaba unos insospechados paseos para los inicialmente escépticos ciudadanos laguneros y los cada vez más desconsolados habitantes de Santa Cruz. Se había convertido casi en un deporte deambular por las tres calles más importantes del casco histórico, Herradores, La Carrera y San Agustín, rebotando en sus iglesias, palacios y casas señoriales. Edificios que regalaban sin recato un intenso sabor a Historia a quienes caminaban a su vera. La Laguna, una ciudad en la que otrora sus moradores hacían vida dentro de las casas, se había convertido en pocos años en un carrusel de movimiento en la calle.”

Y en la página 108, cuando se le comunica al presidente de los Estados Unidos que han secuestrado al embajador del Vaticano, escribe este divertido diálogo:

“- ¿Dónde han secuestrado al embajador?

- En la isla española de Tenerife, en las Canarias, ya sabe, enfrente de Marruecos, en el África Occidental.

- Sí, sí, por supuesto.- Al contrario que sus predecesores, el presidente sí sabía dónde estaban las Islas Canarias– ¿Y qué diablos hacía el embajador allí?  ¿Tomar el sol?

- Iba a inaugurar una iglesia que cada cien años se cae, o por lo menos es los que me han dicho.” (La cursiva es nuestra).

Mariano Gambín reparte estopa también contra la clase política. Su retrato del alcalde lagunero durante la crisis que se desata en la ciudad no tiene desperdicio. Por jocoso e inquietante.

Conclusión:

He disfrutado con El círculo platónico y con el maquiavélico plan ante el que se encuentran Ariosto y sus amigos. Amigos a los que hay que sumar el chofer (¿Watson?) de esta especie de Sherlock Holmes quijotesco canario que es Ariosto. Enfrentado en El círculo platónico a su particular doctor Moriarty.

Sí, soy consciente que los pesados escritores canarios que dicen escriben literatura pesada despreciarán esta entretenida y ligera novela de pesquisas pero es que a veces, amigos, más vale una sabrosa ensalada que nada.

Nada de nada.

Por mucho que esté escrita por pesados escritores canarios pesados.

(1) Ariosto, Galán, Herrero y Clavijo volverán el año que viene en La Casa Lercaro.

 Saludos, ojo con Maroni, desde este lado del ordenador.

Cultura desaparece como ministerio en el Gobierno popular de Rajoy

Miércoles, Diciembre 21st, 2011

Cultura desaparece como ministerio. El nuevo organigrama diseñado por el presidente del Gobierno español, el popular Mariano Rajoy, funde el departamento que hasta el día de ayer gestionó la polémica y olvidable Ángeles González-Sinde con Educación y Deportes.

El sociólogo José Ignacio Wert es el nuevo ministro del área, quien desde su cargo intentará potenciar las líneas maestra que el nuevo Gobierno popular quiere desarrollar en Cultura: Ley de Mecenazgo, coordinación de recursos y proyectos con Ayuntamientos y comunidades autónomas, y acción cultural exterior dirigida desde el Instituto Cervantes, que depende de Exteriores, entre otras.

El sector de la cultura, que supone el 4 por ciento del PIB español, a la espera de conocer quién será el nuevo secretario de Estado de Cultura, permanece mientras tanto a la expectativa por lo que, aún es muy pronto para que evalúen el conjunto de  medidas –entre otras, impulsar el carácter transversal de las acciones culturales y de promoción a la creación con otros ministerios–  que al parecer marcará su hoja de ruta.

Saludos desde este lado del ordenador.

Brevísimos… Dije

Martes, Diciembre 20th, 2011

YA TENEMOS GANADOR DE RELATO REVE

 La Escuela Canaria de Creación Literaria  ha revelado el nombre del autor de la tercerea convocatoria de la Noche en Blanco 2011. Se trata de Miguel Ángel Brito Febles por su relato Vivir la noche.

Ya he manifestado mi opinión sobre los relatos breves, ¿género?, que un apreciado y querido amigo que ya no está entre nosotros cultivó cuando no estaba de moda y que calificamos como cuentos infracortos. Reproduzco a continuación el relato ganador que firma Febles.

Vivir la noche

La noche se colaba en él casi sin darse cuenta. Le gustaba esperarla en la costa, al lado de su fiel amigo, justo donde sentía el batir de las olas contra las afiladas rocas del acantilado, al tiempo que el ensalitrado rocío se acomodaba en los pliegues de su cara y las pardelas acudían a picotear sus pensamientos. Así era hasta el alba, cuando su compañero, lamiendo su mano, le avisaba que era la hora de volver. Prefería vivir la noche y dormir el día, total, la luz hacía ya mucho tiempo que no gobernaba sus córneas muertas.

EL MÉTODO

Con el nombre de La crítica de cine. Metodología para investigadores, Enrique Carrasco intenta aportar su granito de arena con un libro de tirada limitada a tan espinoso asunto. Escribo lo de espinoso porque me pone enfermo cualquier tipo de corsé. Con todo, el texto escrito por Carrasco es interesante.

GONSALVUS

Producida por Datana Films y dirigida por el ya citado Enrique Carrasco es el documental Gonsalvus, un canario en la Kunstkammer. Ya circula un teaser de este trabajo que, nos informa el propio autor, espera que esté finalizado en la primavera del próximo año.

Saludos, canasta, desde este lado del ordenador.

Una breve historia de los cómics en Canarias

Lunes, Diciembre 19th, 2011

Todo comenzó a principio de los años ochenta cuando un grupo de estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Tenerife integrado por Héctor Vera, Juan Saturno, Ignacio Manuel, Paco Acosta y Luis Cañete unieron esfuerzos y entusiasmo para editar Hormiga de pan, una fanzine tirado a fotocopias y con una tirada de cien ejemplares que, según relataba Cañete en la sección Gotham Cómics de La Gaceta de Canarias (domingo 13 de diciembre de 1992) “se vendieron el mismo día, lo que nos obligó a reeditar otros cien que se pusieron a la venta al día siguiente.”

Ante el éxito de público, los responsables de Hormiga de pan en colaboración con Marcelo Pinto, responsable de la librería especializada Tótem, editan el número dos en imprenta, así como el tercero y el cuarto –que alcanzó una tirada de quinientos ejemplares– en el mismo formato profesional aunque el efecto Hormiga de pan desaparece en 1982, para formar parte de la leyenda.

Paralelamente a la aparición de Hormiga de pan había nacido en Gran Canaria Un fanzine llamado Camello, una revista de cómics de temática de ciencia ficción que llegó a incluir en sus páginas la historia completa de Thunda del legendario Frank Frazetta.

Las diferencias más llamativas entre estas dos pioneras experiencias –al margen también de sus temerarias coincidencias– es que mientras La hormiga se vuelva más por la historieta en clave undergound, los Camellos apuestan por otros géneros. Vistas desde la distancia, ambas revistas se han convertido en codiciados objetos de culto y sorprende aún que bastantes de sus historietas continúen respirando una desarmante frescura.

La fecha que supone un punto y aparte hacia una posible profesionalización de las revistas de cómics en Canarias es 1985, cuando aparece Punto Kaliente, publicación de carácter bimensual dirigida por Luis Cañete.

Punto Kaliente contó con el respaldo del Gobierno de Canarias y otras instituciones que aportaron “una teórica cantidad” a esta experiencia. Entre otras condiciones, relataba Cañete en La Gaceta de Canarias, su promotor impuso que se pagara a cada colaborador que participase en la revista la nada desdeñable cantidad de tres mil pesetas de aquel entonces.

El primer número de Punto Kaliente estuvo respaldado por Alternativa ’85. Gobierno de Canarias, la Consejería de Cultura, la Dirección General de la Juventud, el Cabildo Insular de Tenerife, el Ayuntamiento de La Laguna y el Parlamento de Canarias aunque, como razona Cañete, el milagro de la revista fue conseguir que distintas administraciones “se comprometieran a dignificar esta profesión” aunque la inevitable demora en los pagos y el continuo ir y venir por los despachos de las instituciones implicadas reclamando seriedad ante el compromiso alcanzado anunció su temprana desaparición tras sacar a la calle el segundo número.

Otras experiencias comiqueras de aquellos años fue McGuffin, publicación que apoyó el Cabildo de Gran Canaria.

Cocainc

El panorama de revistas prácticamente desapareció en los años siguientes hasta que a principios del siglo XXI un grupo de entusiastas por los tebeos presenta bajo el nombre de Cómic Canarios Incorporados (Cocainc) una revista con el mismo nombre. La idea era convertirse también en editorial aunque no pudo ser.

Se editaron dos número de Cocainc, que incluyeron historietas firmadas por Alberto Hernández, Roberto Burgazzoli y Enrique Cichosz, entre otro otros, y más tarde La papelera, una historia larga de Eduardo González pensada para ocho número que, lamentablemente, se quedó en dos, así como la divertida Las chicas de Perry Polla de Ángel Marrero.

Los responsables de este curioso invento fueron Patricio G. Ducha, Roberto Burgazzoli, Eduardo González y Ana de Belén González, quienes pretendieron que Cocainc se convirtiera en algo así como una plataforma de lanzamiento para dibujantes y guionistas canarios o residentes en Canarias.

La revista, en formato americano y blanco y negro, fue nominada por el Cabildo de Tenerife al premio a la mejor publicación en Canarias en el año 2001, galardón que finalmente recayó en la editorial tinerfeña Baile del Sol por un libro de narrativa encuadernado a mano. Esta fue la primera ocasión en que un cómic resultó seleccionado para un premio de estas características.

Ducha explicaba en un artículo publicado en Diario de Avisos:Cocainc es un proyecto consolidado. Tenemos cuatro publicaciones en el mercado y coincidiendo con el Salón del Cómic de Barcelona presentaremos dos nuevas revistas. Incluso nos estamos planteando otros formatos para editar. Es difícil y complicado, porque no nos sobra el dinero, pero hemos contado con el apoyo de muchos organismos que insertan publicidad en las páginas, lo que nos permite abaratar los costos. Además, con estos anuncios estamos consiguiendo que el precio esté al alcance de todo el mundo. Depende luego de la gente que guste o no.”

Desgraciadamente, y no fue por una cuestión de gustos, la iniciativa terminó por frustrarse y como las experiencias que brotaron en los ochenta, terminó cerrando.

Cómic histórico

En unos tiempos como fueron los noventa en los que la Dirección General de la Juventud del Gobierno de Canarias organizaba un concurso de cómics, el por aquel entonces Organismo Autónomo de Museos del Cabildo de Tenerife patrocinó La historia de Canarias en Cómic, un lujoso volumen editado por Turquesa y obra del holandés Pieter Van Arkel, un autor del que no se supo nada más. Publicado en tapa dura, esta Historia de Canarias iba dirigida a un público infantil y estaba narrado en clave de humor.

A la espera de que Juan Carlos Mora culmine la serie sobre guanches que está realizando para Ediciones Idea  (Beneharo, Mencey de Anaga; Bentor, el heredero; Beneharo, el Mencey de Taoro y Dácil la Princesa, son sus títulos), este excelente ilustrador presentó a finales de los noventa una interesante versión en cómic de la derrota del contralmirante Horacio Nelson en Santa Cruz de Tenerife a finales de julio de 1797coincidiendo con el Bicentenario de la batalla.

Este trabajo fue un encargo del Museo Militar de Santa Cruz de Tenerife al dibujante, quien en ese entonces había publicado dos historietas en la legendaria revista El Víbora.

En una entrevista con el autor y reproducida en la sección Gotham Cómics de La Gaceta de Canarias (domingo 28 de abril de 1996), Mora reclamaba que las instituciones canarias apostasen por los dibujantes canarios. “Hay muchos y muy buenos pero nadie les ha prestado la atención que se merecen.”

Recientemente, Juan Antonio Martín y Jonay Martín, naturales de La Orotava y  licenciados en Bellas Artes, son los responsables de un cómic sobre la conquista de Canarias que ellos mismos se han autofinanciado.

El primer número, Vientos de guerra, lo presentaron en septiembre en el marco de la feria de Pinolere y ya trabajan, informa el periódico El Día, en el segundo capítulo, que se titula Pactos de sangre.

“Tuvimos la idea cuando estudiábamos en la Facultad. Hace un año nos pusimos manos a la obra con la ayuda de otro amigo historiador, Zebensui López, que supervisa los guiones. Tomamos como base el libro Historia del mundo guanche, de Bethencourt Afonso, y nació la primera entrega, Vientos de guerra”.

Salones

Paralelamente a las revistas de las que apenas se conservan sus cenizas y de dibujantes y guionistas que han dejado sus herramientas de trabajo para dedicarse a otras cosas con las que ganarse la vida –aunque el grancanario Javier Pulido ha logrado hacerse un hueco en Marvel y DC –, el archipiélago ha contado con varios salones de cómics en las dos capitales canarias, así como en Santa Cruz de La Palma y cuya memoria se pierde en el tiempo.

Afortunadamente, han recuperado en la actualidad la bandera por los tebeos los responsables de las librerías Krypton Cómics y la Cómic-Sería a través del Salón del Manga de TenerifeLanParty, un encuentro que ha oxigenado el panorama comiquero con interesantes exposiciones y mesas redondas. Cabe destacar, además, la I Semana del Cómic de La Laguna, que se desarrolló del 5 al 9 de diciembre en el Café 7 y en el que participaron, entre otros, Manuel E. Darias, quien ha convertido su página dominical en Diario de Avisos en la decana de la prensa española dedicada a informar sobre cómics, tebeos, historieta o colorines.

La espera (un relato de inquietante anticipación)

Domingo, Diciembre 18th, 2011

(Interesados, pinchar aquí. Inspira este post)

Una nube de rayos y truenos brota de la nada.

Cuando el humo se disipa se observa un objeto cilíndrico con el ancho y la altura de una casa terrera. Si el lector quiere acercarse, observará el nombre del artefacto: Princesa Dácil, y debajo la pegatina de una bandera tricolor (blanco, azul moteado con siete estrellitas verdes, y amarillo limón).

Dentro de la cápsula, oh, despierta un hombre barbado de su largo sueño por el tiempo y el espacio. Con el cuerpo tonto y mientras mal observa el exterior por una ventanita empañada, saca de una nevera eléctrica una botellita con zumo de naranja. Da un trago largo y tras eructar hecha un vistazo al mando temporal.

Al observar la fecha, la botellita que tiene en las manos se desliza suavemente de entre sus dedos y cae al suelo donde se hace pedazos.

EL VIAJERO EN EL TIEMPO: ¡Coñoooo, aquí marca el año 3.000!

El hombre se quita la manta esperancera que lleva encima y hace comprobaciones en los controles para medir si el aire exterior es respirable.

EL VIAJERO EN EL TIEMPO (asintiendo con la cabeza): Ok, ok y ok.

Se pone unos pantalones cortos vaqueros y encima una camiseta que lleva un dibujo en el que se puede leer en letras desgastadas: Qué bueno es vivir aquí. Se calza unas cholas y abre la puerta de la nave.

EL VIAJERO EN EL TIEMPO (repitiéndose): Coñooo.

Sus ojos hacen una panorámica de lo que cree reconocer como la plaza de España. Solo que la torre está cubierta de vegetación y las dos colosales estatuas de bronce tiradas en el suelo. Por todos lados hay cascotes y ruinas.

La fachada del Casino derrumbada, la estatua de Nuestra Señora de La Candelaria inclinada sobre lo que fue la cafetería del Olympo.

Un silencio, solo roto por unos extraños pájaros gigantescos parecidos a canarios, rompe la quietud del inquietante paisaje.

El viajero en el tiempo chapotea en el agua de la fuente redonda y se introduce en lo que queda del antiguo palacio del Cabildo Insular de Tenerife para salir a una avenida donde descubre que el brazo de mar que separaba a la isla de Gran Canaria se ha desecado. Lo curioso del caso es que la silueta que se acostumbró a ver de pequeño en lo días claros y soleados ya no existe.

El viajero en el tiempo sacude la cabeza y se guía por un mapa que lleva entre las manos. Fuerza a sus atontadas piernas a dirigirse al búnker donde estaba ubicada la Presidencia de Gobierno.

El corazón le late salvaje dentro del pecho. Se pasa las manos por la boca reseca y da un trago de agua de la cantimplora.

A medida que se va acercando al edificio y sortea los obstáculos invadidos por cucarachas de diez centímetros, escucha con un brinco de esperanza voces que, si no se equivoca, deben salir de bocas humanas. El viajero en el tiempo recuerda cómo sonaba la voz humana… Antes de aletargarse como un lagarto se dejó dormir con el dulce y tristón Arroró.

Corre. O hace una parodia de correr mientras cae al suelo y se levanta jadeando. Con la lengua fuera se esconde en una pared mordida por la erosión.

Asoma la cabeza y  descubre una fila de hombres y mujeres vestidos con harapos que están delante de la puerta de la antigua sede de Presidencia.

El viajero en el tiempo apoya la cabeza en la pared mordida por la erosión para tomar aire. Cierra los ojos y da un largo y prolongado suspiro. Al abrir los ojos se encuentra con una chica con el rostro tiznado por la ceniza que le sonríe resignada.

CHICA: Mi niñooo, no nos mires, únete.

El viajero en el tiempo se encoge de hombros e intenta escupir algo coherente pero no le sale nada de la boca. Esa nada hace que coja automáticamente la mano de la chica que lo saca del refugio y lo guía ante la irregular fila de hombres y mujeres vestidos con harapos.

HOMBRES Y MUJERES DE LA FILA (cantando como si fuera una oración): Paulino, Paulino, queremos una reunión.

EL VIAJERO EN EL TIEMPO: ¿Paulino? ¿Acaso…?

La chica le cierra los labios con los sucios dedos de su mano derecha.

CHICA: Canta con nosotros, mi niñooo.

HOMBRES Y MUJERES DE LA FILA: Paulino, Paulino, queremos una reunión… No nos convencen los 4’6 millones de euros que en los presupuestos quieres dedicar a promoción cultural…

EL VIAJERO EN EL TIEMPO (asombrado): ¿Pero todavía… todavía con esa batalla?

CHICA: Shhhhh, mi niñooo, canta.

HOMBRES Y MUJERES DE LA FILA: Paulino, Paulino, queremos una reunión… No nos convencen los 4’6 millones de euros que en los presupuestos quieres dedicar a promoción cultural…

EL VIAJERO EN EL TIEMPO (dirigiéndose a la chica): ¿Pero cuánto tiempo llevan aquí esperando?

CHICA: Ya no me acuerdo. Paulino, Paulino, queremos una reunión… No nos convencen los 4’6 millones de euros que en los presupuestos quieres dedicar a promoción cultural…

El viajero en el tiempo retrocede saliéndose de la fila irregular.

HOMBRES Y MUJERES DE LA FILA: Fuimos débiles y desunidos, y nos dejamos  instrumentalizar, pero eso se ha acabado porque ahora es otro cantar: Paulino, Paulino, queremos una reunión… No nos convencen los 4’6 millones de euros que en los presupuestos quieres dedicar a promoción cultural…

El viajero en el tiempo se pone de rodillas en el suelo y se lleva las manos a la cabeza mientras se pregunta si lo que le pide el cuerpo es ponerse a reír o llorar.

EL VIAJERO EN EL TIEMPO (levantando los puños mientras las lágrimas empaña sus ojos): He vuelto…estoy en mi casa otra vez. ¡Durante todo este tiempo… ¡Maniáticos! ¡Os maldigo a todos! ¡Maldigo las guerras! ¡Os Maldigo! 

HOMBRES Y MUJERES DE LA FILA: Fuimos débiles y desunidos, y nos dejamos  instrumentalizar, pero eso se ha acabado porque ahora es otro cantar: Paulino, Paulino, queremos una reunión… No nos convencen los 4’6 millones de euros que en los presupuestos quieres dedicar a promoción cultural…

(*) La imagen es la del actor Rod Taylor en la versión cinematográfica de la novela de H. G. Wells La máquina del tiempo, El tiempo en sus manos (George Pal, 1960).  

Saludos, ¿continuará?, desde este lado del ordenador.

Lecturas (canarias) desconcertantes

Sábado, Diciembre 17th, 2011

INTRO

Dos títulos aparentemente opuestos aunque coincidentes en sus ambiciones literarias: Ninguna.

Y no es una crítica negativa diseñada para hacer daño sino todo lo contrario: una conclusión saludablemente positiva.

A mi juicio La nación de los olvidados (antología de escritores universalmente desconocidos) y La leyenda de Fukaeri, de Omar Salle y Antonio Lorenzo Gómez Charlín, respectivamente, son dos curiosas propuestas gamberras que rinden, a su manera, homenaje a la literatura.

 I.- UNA FELIZ ANOMALÍA

 

La nación de los olvidados es una recopilación de textos con sus reseñas biográficas sobre supuestos escritores cuyo nombre hasta la aparición de este libro solo pertenecían al monopolio de Salle, Omar, pseudónimo tras el que se camuflan varios poetas y narradores que han querido ser unidad en este ¿experimento? en el que se mezcla un poquito de aquí y otro poquito de allá.

Entrañable rareza, en La nación de los olvidados hay textos mejores y otros peores. A mi me tocó las entrañas Tislitt Unzar y Zacarías Sherlock, entre otros. Cosas mías.

Explica Salle en el prólogo (Purgatorio): “No hay escritores olvidados, sino escritores mal leídos. Hay autores que han escrito sin pretender serlo y hay inventores que solo han sido de la naturaleza. La biblioteca es un cementerio donde es posible exhumar cadáveres hermosos y necesarios. Mis visitas a la biblioteca me han permitido extraviarme entre una selva de condenados, de heréticos, de traductores inverosímiles de lenguajes imposibles, de maestros en géneros ínfimos y despreciados.”

O lo que es lo mismo: el condenado sueño de todo lector condenado.

La nación de los olvidados (antología de escritores universalmente desconocidos) no tiene otra pretensión que la de imaginar –a veces, es verdad que con una chirriante  ironía–  la vida y obra de hombres y mujeres inexistentes que ahora viven gracias a la generosidad de Omar Salle.

Leyendo este librito, que cuenta con sencillas, casi naïf ilustraciones, fue inevitable que se me viniera a la cabeza un texto hoy enterrado pero que a los idiotas de mi generación marcó al rojo vivo.

Tan vivo que aún me emociono al recordarlo.

Su título es Vidas imaginarias, y lo firma Marcel Schwob, una historia fabulada de personajes reales como Pocahontas, el Capitán Kid o Empédocles, entre otros.

De estas vidas, que inspiraron a Jorge Luis Borges su magistral Historia universal de la infamia, quiero pensar que bebió también Omar Salle cuando cerró esta antología de textos y bios de escritores que nunca existieron pero que hoy están, afortunadamente vivos.

Libro sin otra pretensión que la de fabular, La nación de los olvidados me sabe así a una obrita de culto. A una delicada y feliz anomalía en el inquieto y tontorronamente egomaníaco universo de las letras canarias.

 II.-  OJO AVIZOR

La leyenda de Fukaeri me sabe también a divertida rareza. Lástima que el profundo amor que siente su autor –Antonio Lorenzo Gómez Charlín–  por la literatura resulte a la postre más un lastre que una feliz inspiración para encontrar orden en un desorden ora atractivo, otra chispeantemente divertido y ora desarmante al advertir que el autor no tuvo la intuición de salir de su presunto laberinto narrativo.

Con todo, La leyenda de Fukaeri se lee bastante bien y, algo insólito en las letras escritas en y desde Canarias, hacer sonreír en más de una ocasión.

El escritor de origen gallego juega con distante ironía con los géneros, y sabe darle la vuelta como un calcetín. Solo que el par le sale con distintos colores.

El mayor mérito de este relato, relato cuyas raíces se multiplican y se enredan, es que está escrito con ganas de ser escrito. Y esas ganas se mantienen con un eficaz tempo a lo largo de este supuesto “thriller crepuscular y existencialista.”

La recomendación que podría darles a quienes se atrevan a sumergirse en esta extravagante aventura es que se dejen atrapar en ella sin mapas ni brújulas.

Que no busque coherencia –que la tiene, pese a todo aunque muy en el fondo–  en este texto en el que se mezcla aparente realidad con ficción.

Por eso hay que dejarse llevar. Sobre todo cuando detectas que no hay inicio, nudo y desenlace sino narración que, como el Guadiana, aparece y desaparece sin que el autor dé explicaciones.

La leyenda de Fukaeri, que cuenta con una llamativa portada que me hizo recordar una viñeta de una fotonovela que tiempo a… leí en la legendaria revista de cómics El Víbora, es un divertimento en el que, entre otros tantos papanatas de la vida real, aparece quien ahora firma estas líneas.

No habrá quien entienda esta La leyenda de Fukaeri pero, carajo, se mastica bien y se deja leer aunque no te lleve a tierra.

Y a mi me hizo sonreír y leerla en unos tiempos donde desesperadamente quiero buscar cosas que me hagan más soportable este sendero de luces y sombras que es la puñetera existencia.

Saludos, esperando la definitiva Noche de Paz y Noche de Amor, desde este lado del ordenador.