Archive for Junio, 2014

El tiempo de los héroes, una novela de la Guerra Civil española de Javier Reverte

Sábado, Junio 21st, 2014

- Todavía no se ha dado cuenta de algo, Modesto… Ignora la verdadera razón por la que hemos perdido: porque no hemos confiado en la victoria

- Usted y yo, sí, doctor Negrín…, hasta ayer por lo menos.

- Pero apenas nadie más: Azaña, ni Prieto, ni creo que ahora Rojo…, ni muchos otros. Franco, sin embargo, no ha dudado. Y todos los suyos le han creído. Por eso va a ganar la guerra. La guerra, como el poder y el amor, no admite dudas. Las tres son batallas destinadas a poseer y convierten a los hombres en fieras.

- Puede ser, señor presidente…. Pero también ellos tenían muchos más aviones, mejores armas, más tanques. Esas razones son las más poderosas. No se imagina lo que significa que te  bombardeen a diario y que no te queden más que dos alternativas: o esconderte o morir. Con frecuencia, en el frente de batalla todo valor se esfuma y el heroísmo se diluye.

- ¿No cree en los héroes?

- ¿En qué otra cosa puede creer un soldado, señor?”

(El tiempo de los héroes, Javier Reverte, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A., 2013)

Novela antibélica, entre otras lecturas, El tiempo de los héroes cuenta en qué consistió la estrategia militar republicana para poner fin a la Guerra Civil y acabar con un enemigo que tenía enfrente, pertrechado generosamente por la Alemania nazi y la Italia fascista, y otro del que apenas se habla cuando se elogia y canta al heroísmo de los derrotados: las distintas ideologías, muchas de ellas enfrentadas, que observaron con recelo la penetración comunista en el aparato del Estado.

Javier Reverte escribe la novela como una epopeya, la epopeya del general Juan Modesto, llamado en verdad Juan Guillot León, para mostrar –a veces con mejor y otras con peor fortuna– algunos de los capítulos más sangrientos y bélicos que protagonizó. Una vida que Reverte narra con aliento épico. El personaje real se confunde así con la leyenda, transformando a Modesto en un guerrero de la mitología clásica, solo que sus hazañas se desenvuelven por las devastadas tierras de España.

Orbitan en torno a Modesto hombres y mujeres que proceden de la imaginación del autor y personajes reales como Enrique Líster y Valentín González El Campesino, Juan Negrín, Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri Pasionaria y Ernest Hemingway, entre otros peones de una guerra que perdieron. Y como la mayoría de ellos perdieron el alma por la forma en cómo la perdieron.

Javier Reverte tiene la habilidad, afortunadamente, de mantener cierto equilibrio para no caer en el maniqueísmo en un tema que parece que obliga a decantarse por una de las muchas causas que estaban en pie de guerra, aunque siguiendo los pasos de Juan Modesto se entiende y asume que las simpatías del autor se manifiesten del lado del protagonista.

A través de Modesto se explica que la Guerra se perdió no por los comunistas, los únicos capaces de hacerle frente a los rebeldes por su rígida disciplina militar e ideológica, sino por las luchas políticas en las que se entretenían los otros partidos y formaciones que combatieron lealmente por la II República.

Para contar esta epopeya, la epopeya de Modesto, Javier Reverte presenta personajes con trazo grueso, casi pintados a brochazos, al preocuparse más por la descripción de las batallas en las que estuvo presente, todas ellas narradas con movimiento,  muy cinematográficas y salvajes.

El drama de todas las guerras.

Se sitúa al el lector entre otros escenarios bélicos en la toma del Cuartel de La Montaña, Brunete, el Jarama y El Ebro. Y narra la frustración que debieron sentir algunos de los grandes estrategas del ejército republicano como Vicente Rojo, Manuel Tagüeña o el mismo Modesto al ver cómo se les escapaba la victoria de entre las manos al intentar hacer una guerra contra un enemigo que tenían delante y otro detrás.

Como novela no termina de ser regular El tiempo de los héroes. Hay situaciones, de hecho, que apenas aporta información a este ambicioso relato épico, aunque el estilo de Javier Reverte es tan aparatosamente sencillo, de una sencillez que a veces resulta arrolladoramente compleja, que se deja leer sin demasiadas complicaciones, aunque fueran perfectamente prescindibles.

Pese a su abultado número de páginas, más de seiscientas, es una novela que se mastica rápido y se digiere. Se aparta, además, de otras novelas que a lo largo de estos años se han publicado sobre aquella España en llamas. Y Reverte tiene oficio, si bien no  maneja demasiado las claves del entretenimiento, se pierde más por las de la emoción,  que hace, a nuestro juicio, ralentizar el dinamismo del relato.

Con todo, El tiempo de los héroes es una epopeya. Una novela de aventura. La historia de un guerrero.

Un canto a Juan Modesto, un hombre testarudo que, escribe Reverte, fue de los que intentó continuar peleando cuando todo estaba perdido.

* En la imagen: Vicente Rojo, Juan Modesto, Juan Negrín y Enrique Líster en el acto de despedida de las Brigadas Internacionales en Barcelona.

Saludos, soldados, la patria nos llama a la lid, desde este lado del ordenador.

Quijotadas afortunadas

Jueves, Junio 19th, 2014

UN LIBRO QUIJOTESCO

Más de un centenar de artistas, entre escritores, pintores y escultores, participan con sus textos y creaciones plásticas en El arte en la ínsula de Don Quijote, un volumen que está llamado a convertirse en el libro del año de cuantos se han editado en el archipiélago canario.

El volumen es resultado de la exposición del mismo título que en la actualidad y hasta el 2 de julio se exhibe en la Fonda Medina, en Güímar, a la espera de que en septiembre se traslade de forma permanente al Museo del Quijote en el mundo que acoge el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Mencey Acaymo, cuya colección cuenta con 420 ediciones escritas en 82 idiomas procedentes de 80 países, desde la India hasta el Perú.

El arte en la ínsula de Don Quijote incluye textos relacionados con la popular obra de Miguel de Cervantes, entre otros de Sabas Martín, Cecilia Domínguez Luis, Juan Cruz, Fernando Delgado, Víctor Álamo de la Rosa, Verónica García, Juan Carlos de Sancho, Rafael José Díaz, Samir Delgado, Carlos E. Pinto, María Jesús Alvarado e Isabel Castells, así como obra plástica de Fernando Álamo, Luis Arencibia Betancort, Lola del Castillo, Andrés Delgado, Facundo Fierro, Juan José Gil, Maribel Nazco, Gonzalo González y Luis Alberto Hernández.

DOCUMENTAL SOBRE CARLA ANTONELLI Y DOS DE SUS CANCIONES

El periodista y escritor Fernando Olmeda se encuentra inmerso en la realización de El Viaje de Carla, un documental biográfico –cuyo estreno se espera para el próximo otoño– que narra la vida de Carla Antonelli, una de las más destacadas activistas por la igualdad en España del colectivo LGTB, actriz, tertuliana de televisión y, desde 2011, diputada en la Asamblea de Madrid. Carla es original del municipio de Güímar en Tenerife (Islas Canarias), localidad a la que regresa 32 años después para reencontrarse con su pasado y sus recuerdos y hacer balance de su vida. La protagonista encarna a todas aquellas personas que como ella luchan a favor de la igualdad legal y social conforme a su identidad de género superando todos los obstáculos y logrando convertirse en referente social. El lanzamiento discográfico de la banda sonora se ha producido este jueves, 19 de julio, con los títulos El Viaje de Carla: Romper con (Casi) Todo y El Viaje de Carla: Y las Flores, títulos que son solo un anticipo del trabajo musical del documental.

Romper con (Casi) Todo la compone Ramón Alemán, cantautor ocasional, periodista y corrector de textos. Ramón Alemán formó parte de la generación de cantautores canarios inmediatamente posterior a la irrupción del Taller Canario de Canción (años noventa), aunque nunca desarrolló una carrera musical propiamente dicha. Sí es autor, no obstante, de un catálogo de canciones, aunque solo dos o tres han sido grabadas, entre ellas la presente Romper con (Casi) Todo, que fue grabada a finales de los años 90 y de la que no existe ninguna copia física localizada de la edición original, habiendo sido remasterizada desde un archivo digital para la presente publicación. Ramón Alemán es en la actualidad responsable de la empresa de corrección Lavadora de textos.

Y las flores es un tema que firma e interpreta Alicia Ramos, una cantautora de carácter eminentemente político. No tiene discos grabados y desarrolla su carrera en un circuito minoritario y marginal, por lo que Y las Flores es su primer single editado al haber sido grabado ex profeso para el documental. Sus letras son desgarradas y directas, envueltas en un rock acústico con reminiscencias country y bluegrass. A pesar de su dureza, Alicia Ramos deja un poso de esperanza en quien la escucha.

NUEVO SELLO EDITORIAL CANARIO

El nuevo sello editorial en Canarias Escritura entre las nubes, dirigido por Elena Morales, lanza Noticias del olvido, un poemario de la escritora cubana Sonia Díaz Corrales (Cabaiguán, 1964). La obra cuenta con siete ilustraciones que “forman parte de esas joyas caprichosas que produce con empeño artesanal la pintora, escritora y editora Margarita García Alonso desde su refugio en Francia”, explica el prologuista del libro, Joaquín Badajoz. El poemario vio  la luz por primera vez en 2011, en Francia, con la editorial Hoy no he visto el paraíso y viajará desde Canarias a Miami (Estados Unidos), Cuba y varios países de Hispanoamérica.

Noticias del olvido ha sido valorado y alabado por numerosos críticos e intelectuales. Así la escritora, profesora e investigadora Yanetsy Pino Reina destaca: “La poesía de Sonia Díaz Corrales transcurre sigilosamente desde la opresión a la libertad. Con sus Noticias del olvido, propone un poemario donde se legitiman el tiempo, la identidad y la fe desde la angustiosa e indispensable condición de la libertad”.

Saludos, escrito en algún lugar de…, desde este lado del ordenador.

¿Lo sabes?

Miércoles, Junio 18th, 2014

* TEA Tenerife Espacio de las Artes proyecta este jueves, 19 de junio y a partir de las 20 horas, cortometrajes de temática lésbica, gay, transexual, bisexual e intersexual (LGBTI), que organiza la Asociación Algarabía con motivo del Orgullo LGBTI 2014. La entrada es gratuita previa retirada de las invitaciones en la taquilla del centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife. La muestras reúne seis cortos: Alice en el mundo de Andrew y Gallinas y pollitos, de Lauren Mackenzie y Becky Lanes, respectivamente; Ella/Él, de Sheila Coto; Alaska is a drag, de Shaz Bennet; El sexo de los ángeles, de Frank Toro y Tres en un cuarto, de Federico Calabuig.

* Alberto Morais presenta en Tenerife de su película Los chicos del puerto. El estreno tendrá lugar este jueves, 19 de junio, en el Teatro Guimerá, en Santa Cruz de Tenerife y tras la proyección habrá coloquio que moderará Enrique Ramírez Guedes, profesor de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna. La cinta se exhibirá a las 20 horas y el precio de la entrada es de 3 euros.

Saludos, en algún lugar solitario, desde este lado del ordenador.

Musicales chiflados y muy golfos

Martes, Junio 17th, 2014

UNA INTRODUCCIÓN (IN)NECESARIA

La anunciada visita a Tenerife de Paul Williams, invitado por Fimucité 8, obliga a la redacción de este post de urgencia sobre musicales chiflados y muy golfos, preferiblemente los de ambiente fantástico. No obstante, hay que recordar, Williams es el compositor de El fantasma del paraíso, digna representante de este casi ya subgénero que cuenta, entre otros títulos, con piezas tan inclasificables como The Rocky Horror Picture Show y La pequeña tienda de los horrores, cintas festivas e irónicas que aún mantienen el tipo con garbo.

Es verdad que estos largometrajes coexisten con otros que se tomaron en serio y que terminan por aburrir al iniciado, como El fantasma de la ópera (Joel Schumacher, 2004); la comedia romántica Xanadú (Robert Greenwald, 1980) u otras que hizo clavar en la butaca a una generación de espectadores como El muro (Alan Parker, 1982). O de animación a las que falta ese punto delirante y canalla tan necesario para los hijos de la noche como Pesadilla antes de Navidad (Henry Selick, 1993) pero, qué le vamos a hacer, nadie es perfecto.

El objeto de este post es el de reseñar solo un puñado de películas que lograron hacerme feliz y disfrutar con un género, como es el musical, en sus versiones más extremas. No hay nada como ponerse a cantar. Cantar bajo la lluvia o bajo la ducha, pero cantar porque la música, dicen, amansa a la fiera que llevamos dentro.

Somos conscientes, como en ocasiones anteriores en las que nos hemos atrevido con este tipo de listas, que nos faltan más películas. Pero la prisa, que es mala consejera, nos obliga a saltar al ruedo con lo que tenemos, que es fruto más del recuerdo que de un estudio erudito sobre el bendito mestizaje que en ocasiones el cine realizado con lo chiflado y golfo.

Nos permitimos algunas licencias, pero todo sea por un cine festivo y de agradecidos excesos en unos tiempos en los que estamos condenados a pan y agua.

LAS PELÍCULAS

LOS 5.000 DEDOS DEL DOCTOR T. (Roy Rowland, 1953).- Ya nos hemos ocupados en este mismo su blog de esta película, un musical aparentemente infantil en el que se puede rastrear inquietantes mensajes tras sus delirantes imágenes. La historieta va de las pesadillas que provoca en un niño las lecciones de piano que le imparte su ambiguo y estirado profesor, y de cómo las reproduce en un sueño salpicado de canciones que son interpretadas en escenarios fascinantes por extravagantes.

DAME UN POCO DE AMOOOOR…! (José María Forqué, 1968).- España no iba a ser menos y, si nos fijamos por el orden cronológico, incluso se anticipó a los títulos de cine musical chiflado y golfo que anotamos a continuación. Y eso reconociendo que su contenido festivo estuvo férreamente vigilado por instancias superiores. Con todo, y muy lejana en mi memoria, recuerdo esta película como un monumento a la excentricidad al servicio de una de las bandas de pop celtibéricas más potentes de la época, Los Bravos. Aún admitiendo que Forqué no fue Richard Lester, aquí y ahora, entre nosotros, qué más da.

MÁS ALLÁ DEL VALLE DE LAS MUÑECAS (Russ Meyer, 1970).- A Russ Meyer lo machacaron con toda clase de calificativos. Algunos de ellos fueron los de cineasta misógino y pornógrafo descerebrado. Y si bien sí que tiene algo de ello, sería injusto que desvalorizara un trabajo que no quiso otra cosa que exaltar a la vida. Las mujeres de Meyer son fuertes y sí,  están también muy bien armadas. De todas formas, somos conscientes que lo citamos en esta lista de musicales chiflados y golfos cogido por los pelos, pero baste recordar que el trío protagonista es un grupo de rock que en su camino hacia la fama se mete en una aventura de sexo y muerte.

EL FANTASMA DEL PARAÍSO (Brian de Palma, 1974).- A mi me parece un clásico del cine chiflado y golfo y, probablemente, la película más divertida de ese director que luego se nos puso tan serio como es Brian de Palma. Para un grupo de aficionados más cercanos al friquismo que a otra cosa, es la madre de todas las cintas locas que vinieron después aunque casi nadie repara en que se trata de una atractiva puesta al día de El fantasma de la ópera y de una socarrona y feroz crítica a la industria de la música. ¡Cuidado con el malvado Swan! Y atención  a las letras facilonas y pegadizas que compone Paul Williams, ese tipo que parece que, efectivamente, hizo un pacto con el mismísimo Satanás.

THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW (Jim Sharman, 1975).- Para muchos aficionados al musical chiflado y golfo no es una, sino la película de culto. Y razones no le faltan ya que, a al parecer, su proyección suponía toda una fiesta para los espectadores norteamericanos, gente que no conoce que es eso de hacer el ridículo. Sexo sin barreras ni prejuicios, drogas y rock and roll forman los tres lados de un triángulo equilátero que aún resiste la prueba del tiempo por su canto a la golfería y al loquerío. A ello le debe bastante su maestro de ceremonias, Tim Curry. ¡Viva el desquiciado doctor Frank-N-Furter!

LA PEQUEÑA TIENDA DE LOS HORRORES (Frank Oz, 1986).- Si hay un musical de los ochenta es, a nuestro juicio, esta atrevida adaptación de una película de terror de Roger Corman de los años 50 y en la que una planta carnívora aficionada a la carne humana le da por cantar a ritmo de rock and roll. Geniales como siempre el hoy olvidado Rick Moranis y Steve Martin, quien interpreta a un dentista que suele aparecerse en algunas de mis peores pesadillas. Dirige Franz Oz –curtido en Calle Sésamo y a las órdenes de Jim Henson– en la que es, sentenciamos, la mejor película que firmó a lo largo de su todavía irregular carrera.

Saludos, y hay más, seguro que hay más, desde este lado del ordenador.

José Giovanni, hasta el último aliento

Lunes, Junio 16th, 2014

Yo mismo he sembrado el desorden. Pero en el desorden no hay prosperidad posible. La anarquía es fatal para los débiles, que son los primeros perdedores.”

(José Giovanni)

El pasado 24 de abril se cumplió el décimo aniversario de la muerte del escritor José Giovanni, uno de los narradores más personales e interesantes de la literatura negrocriminal francesa –en el país de los quesos blandos y olorosos se conoce al género como polar– y un escritor que debe de figurar con luz propia en los territorios de una literatura tan necesitada en los últimos tiempos de miradas legendarias y rabiosas.

Como todo autor que se precie, resulta igual de apasionante la vida del escritor que su producción como narrador y cineasta. Se trata de una vida marcada por la sospecha y el sello de la traición, también por la de transitar durante un tiempo por la senda de los que trabajaron al margen de la ley.

José Giovanni, como Edward Bunker antes de dedicarse a las letras, fue ladrón, amante y un canalla.

Condenado a muerte, sus experiencias por el lado salvaje de la vida son algunos de los temas a los que recurre en su novelística, aunque omitió escribir sobre una etapa tenebrosa de su pasado. Etapa que lo vincula a una activa colaboración con los nazis durante la II Guerra Mundial, y en donde actuó al lado del tristemente célebre Abel Danos, verdugo de la Gestapo Francesa.

Al margen de tan siniestro capítulo de su currículum, y sin juzgar los motivos que lo condujeron a prestar servicio como gángster al servicio del ejército de ocupación alemán, la obra de José Giovanni resplandece con luz propia no solo en el género negro, al que difumina muchas de sus sombras, ya que trasciende fronteras y sabe, hemos dicho, a verdad.

Los protagonistas de sus novelas son así profesionales del crimen, escoria que vive bajo un férreo código de honor que no duda en levantar la tapa de los sesos a quien se salte la sagrada regla del silencio.

Escritor y cineasta, la obra de Giovanni gira en torno a la amistad viril, la que se forja entre hombres de los bajos fondos que han perdido la fe en casi todo. Y resulta, en este sentido, tremendamente aleccionador y muy políticamente incorrecto para los tiempos que corren, igual de blandos y olorosos que el queso francés.

El escritor cuenta con un puñado de títulos, muchos de los cuales fueron llevados al cine por él mismo y otros directores como Jacques Becker y Jean-Pierre Melville, que pide a gritos una justa reivindicación. En este sentido, damos nuestra palabra que adentrarse en su literatura, que Akal está recuperando en España en fantásticas ediciones de bolsillo, no dejará indiferente a nadie.

Leer a Giovanni irrita, puede incluso hasta molestar, pero también seduce y fascina porque todo en él es como real, incluso su empeño en describir con clave épica lo que pensaban y hacían los que formaron parte del hampa francesa. Un ejército cerrado y rígido. Brutal en ocasiones, y que responde con la violencia de las armas cuando la ley, una ley cuyas fuerzas están integrada por seres probablemente igual de indeseables que ellos, les planta cara.

Para los interesados en acercarse a su obra cinematográfica, ruda y efectista, la Filmoteca Valenciana editó hace unos años un volumen escrito por Antonio Llorens y que con el título de José Giovanni: la aventura de la serie negra analiza su aportación al séptimo arte. Películas hoy prácticamente inencontrables, pero que forman parte de la formidable cinematografía gala, capaz de los mayores revulsivos cuando se empeña en demostrar que cualquier tipo de revolución puede ser posible aunque esté condenada al fracaso.

Y en ellas, en ese cine que convirtió en imágenes su prosa rocosa, actúaron actores iguales de pétreos que su literatura como Lino Ventura, Jean Gabin y gatos salvajes llamados Alain Delon y Jean Paul Belmondo, entre otros.

¿Algunos títulos para iniciarse en José Giovanni?

La evasión y A todo riesgo. También Hasta el último aliento y El excomulgado, editadas recientemente por Akal. O, si tienen suerte y la encuentran en un rastro o librería de viejo, Los mercenarios, una novela cruda y bélica que al modo de su compatriota, ese periodista, escritor y hombre de acción que fue Jean Lartéguy, ensalza las supuestas virtudes castrenses de un grupo de hombres que solo sirve y obedece al mejor postor.

Avisos a los navegantes: José Giovanni es un escritor incómodo.

Y cuando muerde, porque siempre muerde, es inútil partirle los dientes porque ni con ésas soltará a su presa.

Último aviso: si se inicia en su literatura es usted un caso perdido.

Saludos, salve José Giovanni, desde este lado del ordenador.

Río sin retorno brilla como un dólar

Viernes, Junio 13th, 2014

Nadie habla demasiado de Río sin retorno cuando a mi me parece una de las mejores películas protagonizadas por Marilyn Monroe y Robert Mitchum. Tras las cámaras se escondía el genio prusiano de Otto Preminger, uno de esos cineastas de los que casi nadie, ya ven, habla hoy demasiado…

Río sin retorno es una de las primeras películas que encendieron mi hoy devaluado entusiasmo por el cine. Y tras volverla a ver no-sé-cuántas-veces, me sorprenda gratamente que aún continúe encendiendo mi devaluado entusiasmo por el cine.

Un cine hoy perdido, acotado al menos el que se estrena en las grandes pantallas de la provincia en la que hago que vivo. Falsa imitación de una vida que solo películas como Río sin retorno pulveriza porque hace sentir que soy capaz de enamorarme de cualquiera, aunque se trate de la cantante de un salón del salvaje oeste o de un recio granjero con hijo mientras navegan por las turbulentas aguas de un río que algún cretino entenderá como metáfora perfecta de la vida porque puso equivocada atención cuando le enseñaron poesía…

Veo una vez más Río sin retorno, que celebra este año su sesenta aniversario igual de viva que la primera vez, aunque lamento la calidad del color y el sonido de la cinta, dañado por la mordedura del tiempo. No obstante, doy gracias a los dioses por volver a descubrir un filme que ya forma parte de la filmoteca particular que he ido configurando a lo largo de mi existencia. Que es la existencia que se desliza por ese río sin retorno.

Tarareo de vez en cuando el One Silver Dollar que de mano en mano va mientras contemplo uno de los western más involuntariamente western de la historia del cine no solo porque significó la única película del género que dirigió Preminger e interpretó Monroe, sino porque su historia esta armada con una sencillez que desarma y transpira aún un contenido sexual que emociona y, quiero creer, hizo cumplir en la ficción algunos de los sueños que su protagonista quiso ver hechos realidad a lo largo de su complicada vida.

Que comparta la historia con Robert Mitchum es otro añadido a la devoción que profeso por Río sin retorno. Y todo esto asumiendo que no fue un actor de variados registros, que se la sudaba el arte de la interpretación y todas esas milongas que se cuentan en torno a él, sino porque no podría haber sido otra la estrella masculina de un filme en el que lo que importa no es ya que sus protagonistas se salven sino en mostrar con crudeza cómo nace entre dos individuos radicalmente opuestos, diferentes, una semilla que llaman amor y la de una futura familia capaz de enfrentarse a toda clase de adversidades.

Vuelta a ver, y coincidiendo por esos caprichos de la naturaleza con su sesenta aniversario, Río sin retorno me parece emotivamente perfecta. Una joya pequeña que brilla entre otras joyas más grandes, con luz propia.

Con ella me encontré por primera vez con Marilyn Monroe y el flechazo provocó chispas en mi imaginario porque pertenezco a la legión de espectadores que se enamoraron platónicamente de una mujer que aún hace derretir hasta el más sólido de mis prejuicios.

Y toda esta relación con un niño al fondo, como lo fui yo cuando la descubrí en la pantalla de un televisor hace muchos años, y tiros, caballos, pieles rojas y una balsa que navega sin retorno por las caudalosas aguas de un río no porque sople el viento sino con el impulso de un sentimiento que, ya lo dice Marilyn Monroe en la película, tiene forma de dólar brillante.

Saludos, permanezcan en sintonía, desde este lado del ordenador.