Archive for Septiembre, 2014

De Niños salvajes a unas Crónicas del desencanto

Lunes, Septiembre 15th, 2014

* Encuentros con el cine regresa tras el paréntesis vacacional de agosto con la cineasta Patricia Ferreira y la exhibición de su última película, Los niños salvajes. La proyección tendrá lugar este martes, 16 de septiembre y a las 20 horas, en el Teatro Guimerá en Santa Cruz de Tenerife. Tras el filme, se propondrá un coloquio que moderará la investigadora de cine y profesora de la Universidad de la La Laguna, Isabel Castells. El precio de la entrada será de 3 euros. Los niños salvajes, que obtuvo en el Festival de Cine Español de Málaga los galardones a mejor película, mejor guión, mejor actor de reparto (Àlex Monner) y mejor actriz de reparto (Aina Clotet), estuvo nominada en los Goya en las categorías de actor y actriz revelación y canción y consiguió el Premio Gaudí al mejor actor para Àlex Monner y se trata del cuarto largometraje de ficción de Patricia Ferreira tras Sé quién eres (1999), El alquimista impaciente (2002), adaptación de la novela de Lorenzo Silva; Para que no me olvides (2005) y el documental Señora de (2009), además de su participación en el largometraje colectivo En el mundo a cada rato. Patricia Ferreira es cofundadora de CIMA, la Asociación de Mujeres cineastas y de medios audiovisuales, de la que actualmente forma parte de la junta directiva.

* TEA Tenerife Espacio de las Arte proyecta el miércoles 17 de septiembre, a partir de las 20, el largometraje Crónicas del desencanto, de Daniel León Lacave. Será el estreno en la isla del último trabajo del realizador, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1973. La película reúne a cinco personas, desconocidas entre sí, que coinciden en una terapia de ayuda, lo que hace que el espectador sea testigo de sus miserias y pasiones hasta descubrir que solo en nosotros mismos está la solución. Crónicas del desencanto es el primer largometraje de Lacave, quien lleva más de una década dedicado al corto. El guión de la película está firmado además de por su director, por los también actores  Borja Texeira y Lamberto Guerra. La fotografía es de Pablo G. Gallego y Mario Blanco y está protagonizada por Cathy Pulido, Lamberto Guerra, Penélope Acín, Borja Texeira, Fátima Luzardo, Leonor Cifuentes, Abraham Santacruz, Tamara Déniz, Víctor León y José Antonio González.

Saludos, fundidos encadenados, desde este lado del ordenador.

Aún queda resplandor

Lunes, Septiembre 15th, 2014

“La vida era una rueda, su único objetivo era girar, y siempre retornaba al lugar de donde había partido”.

(Doctor Sueño, Stephen King. Plaza & Janés Editores, S.A., 2013. Traductor: José Óscar Hernández Sendín)

Stephen King ha publicado medio centenar de libros entre novelas, antología y ensayos. De hecho, es raro el año en el que no aparece en el mercado y casi siempre en las listas de los  más vendidos algún título suyo, en especial los que cultivan un género como es el fantástico que tiene en King señas de identidad muy personales aunque su esquema literario exige un urgente volantazo para que regrese a la autopista que lo lleva a ese infierno donde machaca sus demonios más oscuros.

El año pasado se publicó con gran respaldo publicitario Doctor Sueño, una continuación de una de sus novelas de más éxito, El Resplandor. Es verdad que la adaptación cinematográfica que realizó Stanley Kubrick le robó resplandor al original literario, sobre todo si tenemos en cuenta que Kubrick apenas recurrió a la novela para contarnos su peculiar y helada historia de fantasmas, lo que parece que no le perdona todavía el escritor y que justifica en parte, y así lo señala King en el epílogo de su colosal (por las seiscientas páginas) nueva entrega sobre el devenir existencial de Danny Torrance, el niño que veía muertos en El Resplandor y que en Doctor Sueño ya adulto arrastra un serio problema con el alcohol.

Doctor Sueño, como casi todas las novelas que escribe Stephen King, se lee de un tirón aunque el lector que conoce meridianamente su obra aprecie un discreto mecanicismo que recuerda vagamente al autor de Carrie, La hora del vampiro (Salem Lot), Cementerio de animales y Duma Key.

Parece que Stephen King más que estar agotado con el género que lo hizo rico y famoso apuesta por el piloto automático o continuar explotando la fórmula de siempre –la marca King– solo que ésta comienza ahora hacer aguas, a no sorprender como antaño.

El lector tiene la sensación mientras lee la novela que eso ya lo sabe, pero de otra forma, por otras novelas del escritor, y lo mismo pasa con los personajes… Tipos para lo bueno y lo malo. Pero siempre algo más que clones.

No provoca Doctor Sueño demasiada inquietud, pero creo que esto era lo de menos cuando King escribió la novela. Una novela que narra la redención de Torrance, su combate final contra los miedos que arrastra tras la experiencia vivida en el Hotel Overlook y su sacrificio no ya solo para abandonar el alcohol sino por una adolescente que se encuentra en el ojo del huracán. O circunstancias parecidas a las que él vivió siendo un niño.

Doctor Sueño es el relato de su titánico intento de reconciliación con todo lo que dejó atrás y lo más importante, consigo mismo.

El Danny Torrance adulto debe regresar al paisaje donde se originó todo: el Hotel Overlook, en la novela convertido ahora en un hogar de caravanas de lujo y espacio en el que hacen escala los malos de la historia.

Porque Doctor Sueño es una novela de buenos y malos, aunque los malos sean unos “vampiros vacíos” como los denomina King y que se hacen llamar así mismos el Nudo Verdadero que se alimentan en comunión de la esencia de niños con el don del Resplandor a los que luego asesinan ritualmente.

Doctor Sueño es una meridiana continuación en clave fantástica de El Resplandor, solo que donde antes había espectros, un tema por el que navega cómodamente el escritor, ahora propone otra mirada, aunque en tono menor, sobre la maldad.

Lo mejor de la novela se encuentra, y debe ser cosa de la edad, en que tiene más sustancia el relato de cómo Torrance intenta salir de la cloaca que la trama sobrenatural en sí.

Resulta más interesante seguir los pasos de Danny Torrance cuando intenta olvidar su pasado bebiéndose todo lo que llega a su garganta que la aventura fantástica con la que intenta arroparla el escritor.

Imagino que debe de haber algo de King en los días sin huella de Torrance. Stephen King no se cansa de contar que tuvo una vida bastante desordenada antes de que publicara Carrie, la novela que lo descubrió cuando aún era un don nadie.

Por eso, y a mi juicio, es un escritor que casi nunca termina por decepcionar. Es como si te reencontraras con un conocido del que estás harto pero también agradecido de que continúe siendo más o menos el mismo.

Saludos, el tiempo pasa…, desde este lado del ordenador.

El viajero insomne: fallece Arturo Maccanti

Jueves, Septiembre 11th, 2014

Arturo Maccanti pese haber nacido en Gran Canaria en 1934 se había convertido en un personaje más de La Laguna, una ciudad que terminó siendo suya y en la que era habitual encontrarlo paseando por sus calles y plazas.

A raíz de la publicación del libro Vivir sobre la vida: poesía reunida (CajaCanarias, 2011) quedé con el poeta para entrevistarlo a propósito de la obra. La cita, no podía ser de otra manera, tenía que ser en La Laguna y en concreto, me especificó por teléfono mientras arreglaba unos asuntos en Santa Cruz de Tenerife, en la sala Conca. Así que  entre cuadros y esculturas comenzamos a charlar sobre su vida, su obra, el mar, la isla e Italia.

Y el tiempo pasaba…

Maccanti no ocultaba su satisfacción por la edición de Vivir sobre la vida, en especial porque reparaba un libro de similares características que años antes había publicado el Ayuntamiento de La Laguna y del que se sentía especialmente molesto.

Un año después, en 2012, leí que el poeta lamentaba haberse quedado fuera del sistema de cobertura social y sin pensión, tras haber trabajado durante 30 años, cinco meses y 25 días. “Una injusticia tan grande que no tengo palabras”.

Tras su muerte, deja, entre otros poemarios, Un viajero insomne, El eco de un eco de un eco del resplandor, San Borondón, El corazón del tiempo, En el tiempo que falta de aquí al día y, si las noticias no son erróneas, poemas inédito en lengua italiana: L´impalpabile sabbia (La impalpable arena).

Desde 1951 residía en Tenerife, periodos que alternaba con viajes a Italia, de cuya literatura fue traductor. Junto a Manuel González Sosa y Antonio García Ysábal puso en marcha la colección editorial La fuente que mana y corre y colaboró con la ya legendaria Editorial Taller de Ediciones JB, que dirigió el también poeta Manuel Padorno.

Al margen de su trayectoria como creador, Maccanti encendió la chispa de la celebración de La Laguna, Ciudad de Poesía, en mayo de 2001, y desde 2002 era miembro de la Academia Canaria de la Lengua. Recibió un  año después el Premio Canarias. Un reconocimiento algo tardío para un hombre que consideraba a los poetas “un viejo incluso cuando es joven… Medita y reflexiona sobre cosas no vividas.”

Saludos, fundimos a negro, desde este lado del ordenador.

El poemario Un árbol en Rodmell, de Raquel Martín, obtiene el premio Pedro García Cabrera

Miércoles, Septiembre 10th, 2014

El Premio de Poesía Pedro García Cabrera, que anualmente otorga la Fundación CajaCanarias, ha recaído en el poemario Un árbol en Rodmell, escrito por la filóloga  Raquel Martín Caraballo. El galardón, dotado con 3.000 euros, lleva aparejado la publicación de la obra objeto de distinción.

En esta última convocatoria del certamen poético que promueve la Fundación CajaCanarias se han presentado a concurso un total de 58 obras originales, de entre las cuales se seleccionaron 10 trabajos finalistas. El jurado de la presente edición estuvo formado por Eugenio Padorno, Belén Castro y Pedro Flores, se decantó por la obra de Raquel Martín..

Raquel Martín Caraballo (Santa Cruz de Tenerife, 1972) es licenciada en filología hispánica por la Universidad de La Laguna, y ha realizado el máster de periodismo, que organiza de manera conjunta el diario El País y la Universidad Autónoma de Madrid.

Toda su actividad profesional ha estado ligada al mundo de la escritura. Así, comenzó su andadura en el género periodístico como redactora becaria en las secciones de cultura e internacional de El País, y como redactora cultural y editora del suplemento de fin de semana Mosaico, publicado por el diario La Gaceta de Canarias.

Tras su experiencia laboral en el ámbito de la prensa escrita, ejerció labores de creativa-copy en la agencia de comunicación Atlantis Publicidad y, posteriormente, a través de su propio sello free-lance Boutique Creativa. Además, ha prestado servicios como lectora, correctora y coach literaria para distintas empresas editoriales.

A la edad de veinte años obtuvo el Premio de poesía Félix Francisco Casanova, con el poemario titulado Transfusión de voz y ha publicado las novelas El Club de los Enred@dos y Antes del último Sol”.

En el año 2010 su reconocimiento narrativo traspasó las fronteras del archipiélago al recibir un accésit en el certamen de micro-relatos La Rioja y los 5 sentidos, con el relato Herencia. Su última publicación ha sido el relato titulado Rescate, incluido en el libro colectivo Señales Mínimas. Microcuentos. Asimismo, ha sido seleccionada recientemente para participar en la Antología de Poesía Española Contemporánea: del Uno al Otro Confín, editada por el sello Chiado Editorial.

Saludos, game over, desde este lado del ordenador.

September Song

Martes, Septiembre 9th, 2014

PELÍCULAS

* TEA Tenerife Espacio de las Artes acoge la exhibición este miércoles, 10 de septiembre y a las 20 horas de Melania. Paciente Cero, un mediometraje de 57 minutos escrito y realizado por Óscar Martínez. La película cuenta la historia de Melania, una niña con problemas de introversión y tartamudeo, que tras ser infectada con una sustancia extraña que analiza su abuelo desde hace veinte años, hace que desaparezca su humanidad por  “algo que la domina y posee”. El trabajo es resultado de la colaboración de Datana Films con Pro-Im, Limbo Films, Cazador de sombras y Templario Producciones y está interpretada por Rebeca Cano (Melania), Irene Álvarez (Zoe Weissel), Enrique Fajardo (Eduardo Hidalgo), Alicia Rodríguez (Alicia),  Winslow M. Iwaki (Mauro Menzah) y Rebeca Pérez.

* La Filmoteca Canaria en colaboración con el Museo de la Ciencia y el Cosmos, han programado para los meses de Septiembre y Octubre el ciclo Queridos lunáticos con motivo del 45 Aniversario de la llegada del hombre a la Luna en el Espacio Cultura l Aguere de La Laguna. Las exhibiciones serán los miércoles y comienzan el 10 de septiembre y a las 20.30 horas con la proyección de la copia restaurada y con los colores originales de Viaje a la Luna (1902), de Georges Mèliés y Aelita (1924), de Yakov Protazanov.

* Daniel León Lacave estrena su largometraje, Crónicas del desencanto, el 17 de septiembre y a las 20.00 horas en TEA Tenerife Espacio de las Artes. La película está protagonizada, entre otros actores, por Lamberto Guerra, Cathy Pulido, Fátima Luzardo, Penélope Acín y Borja Texeira.

NOVELAS

* Colisión es el título de la última novela de Mariano Gambín, relato en el que cuenta como el mayor superpetrolero del mundo, el Rossia, propiedad de la compañía rusa Rosfnet, realiza su viaje inaugural desde los astilleros de Shangai, haciendo descargas simbólicas en refinerías de compañías amigas. Y uno de los puertos donde hace escala es el de Santa Cruz de Tenerife. Los protagonistas de la novela son algunos personajes de anteriores novelas de Gambín, como Ariosto y su chófer Olegario.

*  El viernes 19 de septiembre, María Teresa de Vega presenta su nueva novela, Divisa de las hojas, en la Librería de Mujeres, de Santa Cruz, a las 19.30 horas. Le acompañará José Damián Hernández Estévez.

Saludos, September Song, desde este lado del ordenador.

Benito Pérez Galdós frente a los masones

Lunes, Septiembre 8th, 2014

NOTA: Reproducimos con la autorización de su autor, José Garcés, un artículo publicado en El Perseguidor, en la edición dominical (7-IX-2014) de Diario de Avisos.

Benito Pérez Galdós, que con toda justicia pasará a la historia como uno de los mejores novelistas españoles del siglo XIX, arremete con sentido del humor y aguda ironía contra los masones en la cuarta entrega de la segunda serie de sus Episodios Nacionales. El título de la obra ya advierte de sus intenciones: El Grande Oriente, relato donde su protagonista, un joven y alborotado Salvador Monsalud, toma conciencia de que todo cuanto hace en esta vida le irá, inevitablemente, mal. La acción de El Grande Oriente transcurre durante el Trienio Liberal, tiempos en el que se multiplicaron las sociedades tanto secretas como discretas, entre otras, las que representaba la masonería y los comuneros, ésta última con destacables y cómicas señas de identidad españolas.

El Grande Oriente es una novela desconcertante por varias razones. Por un lado, porque se trata de un texto que cuenta con algunas de las mejores páginas de humor que se han escrito en este país y, por otro, porque es un análisis afilado sobre lo oportuno que resultaba pertenecer a una sociedad más que discreta, secreta, durante el periodo convulso del Trienio Liberal, época en la que se mueven en las sombras dos grandes organizaciones: la masonería, en la que se reunirían los liberales moderados y la de los comuneros, que aglutinaría a los liberales radicales, escribe Galdós con una gracia y conocimiento del lenguaje y lo que se discutía en sus tenidas o reuniones que pone de manifiesto, una vez más, el obsesivo perfeccionismo que caracterizó sus Episodios Nacionales, volúmenes de obligada lectura para hacerse una idea de aquella España del XIX, un cuadro certero y demoledor sobre un país que se resistía a salir de su supuesta mediocridad y que leídas hoy, en pleno siglo XXI, saca el lector a modo de conclusión que apenas hemos avanzado algo para evitar cometer los mismo errores que marcan el pasado de esta nación.

Para Benito Pérez Galdós los masones son un grupo formado mayoritariamente por arribistas, así como por gentes que tienen gusto por conspirar si se los compara con los  que se hacen llamar comuneros. Las reflexiones del escritor sobre unos y otros están narradas con respetuosa distancia, aunque también un nada escondido estupor por cómo solían ser sus encuentros secretos.

Describe así uno de estas reuniones:

Cuando se acordaba que el profano tenía bastante entendimiento para ser masón (y no debían de ser grandes las exigencias del tribunal), vendábanle a mi hombre los ojos para conducirle a la logia, que estaba comúnmente a dos pasos de la Cámara de las Meditaciones. Daba él un golpecito en la puerta, y un masón, a cuyo cargo corrían las funciones de primer celador, decía con la voz más campanuda posible: ‘Venerable, llaman profanamente a las puertas del templo.’

El Venerable, aunque sabía bien quien llamaba y por qué llamaba, se hacía el sorprendido, diciendo con acento solemne: ‘Ved quien es.’ Intervenía entonces otro funcionario que se llamaba el guarda interino. Este salía en averiguación del profano forastero que a deshora turbaba la tranquilidad augusta de la logia, y entonces el hermano que acompañaba al neófito decía: ‘Es un profano que desea ser iniciado en nuestros secretos.’”

Al margen de masones y comuneros, que lo mismo dan para la pluma de Galdós, ya que viene a decir que ambos están cortados por el mismo patrón aunque los hijos de Padilla tradujeran a un españolismo igual de cursi las claves de la masonería, institución traída del extranjero, El Grande Oriente es sobre todo el relato del cúmulo de desgracias vitales a las que somete el escritor a su protagonista, Salvador Monsalud. Un joven de honor, marcado por un pasado tenebroso, que abandona por exigencias de su Venerable al amor de su vida y, más tarde, por ardides de los comuneros, la fe del anciano al que se esfuerza por rescatar de un calabazo en el que está preso, mientras mueve influencias de unos y de otros.

De fondo, siempre, el rey felón, un Fernando VII al que le importa un pimiento los destinos de la nación sobre la que gobierna.

Salvador Monsalud, de nombre simbólico Aristogitón, se rebela contra estos círculos que dicen operan en las tinieblas. Reproducimos otro fragmento:

- Hermano Venerable –indicó Aristogitón–, si la condición de templo impide a este local oír la verdad, me callaré. Cuantos me escuchan saben ya por su conciencia lo que yo estoy diciendo. ¿Por qué no me lo han de oír a mi, si ya lo saben, y no les digo nada nuevo?… Continuaré, pues, procurando ser breve y herir lo menos posible la susceptibilidad de mis hermanos, a quienes ofende más los dicho que lo sentido; más las palabras que los hechos… Al proponer al Oriente que temple en lo posible el ardor de las luchas políticas, he querido protestar contra la tendencia a fomentarlas y exacerbarlas. El Instituto masónico debe ser extraño a la política, debe ser puramente humanitario, debe proteger a los desvalidos sin pedirles cuentas de sus ideas, y aun sin conocer sus nombres. Está fundado en la abnegación y en la filantropía. Lo dicen así su historia, sus antecedentes, sus símbolos, que o no representan nada, o representan una asociación de caridad y protección mutua. Lejos de practicarse estos principios en España, el Orden se ha olvidado de los menesterosos, constituyéndose en agencia misteriosa de ambiciones locas, en correduría de destinos y en…

Protestas y amenazas, y tal cual palabreja puramente española, que no fue conocida de Salomón ni de Hiram-Abí, ahogaron la voz del orador.”

Galdós continúa pintando un fresco más que crítico, paródico, de la masonería y los masones españoles en el libro, con independencia de los grados o escalones de la misma. Más adelante, escribe:

Duró la reunión de los padre graves bastante tiempo, porque además de que en ella trataron diversos asuntos de política elevada, hubo admisión de un hermano que había recibido aumento de salario, es decir, ascenso en la escala masónica. La ceremonia de recepción en los grados superiores no era más seria que en el grado de aprendiz, y se hablaba mucho de la Acacia, de la Sala de en medio, de la Luz opaca y otras lindezas. Para explicarlas sería preciso entrar con brío en la leyenda del Arte-Real; pero como ésta y cuánto a ella se refiere es fastidioso en grado sumo, nos guardaremos bien de incurrir en el pecado de erudición masónica, recomendando al lector se abstenga de perder el tiempo averiguando el significado de los millares de emblemas diversos usados por las doscientas o trescientas disidencias o desviaciones del primitivo francmasonerismo, y entre los cuales el rito escocés y aceptado, que parece predominante en nuestros tiempos, tiene por liturgia un enredado berenjenal de alegorías, entre místicas y filosóficas, donde fracasa la más segura y sólida cabeza.”

No es la masonería ni los comuneros el tema central de la novela, aunque sí que son pilares fundamentales que la sostienen. El escritor más que arremeter, se burla con distanciada sorna de lo que, a su criterio, es un carnaval y un club en el que sus miembros hacen relaciones, ésta y no otra es la masonería española que retrata Galdós del Trienio Liberal, Orden a la que acusa de impostora y no solo por el recato con el que celebran sus ritos.

Como fotografía distorsionada de la Orden, El Grande Oriente funciona, digámoslo vulgarmente, con bastante mala leche. Un microcosmo, parece que quiere decir Galdós, no solo de aquella España sino de la suya y, muchos nos tememos, la nuestra.

La logia a la que pertenece Salvador Monsalud intenta promocionar con trabajos profanos y bien remunerados al protagonista, aunque éste los rechaza porque es un hombre de honor, lo que hace decir al maestro, de nombre simbólico Cicerón:

Es el primer caso que veo en España, querido Salvador –dijo Cicerón con la malicia escéptica que le era habitual–; es el primer caso que veo de un hombre a quien le dan esta bendición de Dios que yo tengo en la mano, y se queda sereno y frío como tú estás ahora. Tú no eres hombre, tú no eres español.”

La novela continúa narrando las vicisitudes sobre todo sentimentales de Monsalud, vicisitudes que se aceleran a medida que se aproxima el fin del relato. Es vigoroso el perfil psicológico que el escritor ofrece del protagonista, un hombre a la deriva, pusilánime, que obedece más a sus impulsos y a una concepción del honor algo arcaica, que a una conspiración de los hijos de la viuda.

La tragicomedia está servida, por lo que los sacrificios que realiza Monsalud de poco le valen: pierde al amor de su vida, pierde su hacienda y pierde la oportunidad de limpiar su nombre… claves que Benito Pérez Galdós irá resolviendo en las nuevas entregas de la segunda serie de sus Episodios Nacionales, la mejor junto con la primera, de su ambicioso, colorista y crítico fresco de un país poblado de ineptos por obra y gracia de la servidumbre.

Escribe Galdós iracundo: “En la uña del dedo meñique de una mujer, Isabel la Católica, había más energía política, más potencia gobernadora que en todos los poetas, economistas, oradores, periodistas, abogados y retóricos españoles del siglo XIX.”

Y añadimos nosotros que del XX y, sospechamos, lo que llevamos del XXI.

Saludos, otras voces y otros ámbitos, desde este lado del ordenador.