Archive for Septiembre, 2016

Tras las huellas de don Carlos

Jueves, Septiembre 8th, 2016

La figura de don Carlos, príncipe de las Españas, malogrado hijo de Felipe II, ha sido muy mal tratada por la historia. En ocasiones se le ha presentado como a un loco incapaz de suscitar otro sentimiento que un intencionado desdén, cuando no ha sido objeto de insultos o calumnias. En todos los casos, la personalidad de don Carlos aparece desfigurada por la opinión de unos autores que se han acercado al príncipe en busca de un ser distinto al resto de los humanos, al que han concebido producto de la leyenda, sujeto a la monstruosidad o consecuencia de la maldición.

Después de una pesquisa minuciosa, que ha consistido en la exploración y consulta de la abundante documentación original –en muchos casos inédita– conservada en los archivos más señeros, los profesores Fernando Brusquetas y Manuel Lobo han realizado un análisis exhaustivo y comparativo con los textos más conocidos del reinado de Felipe II y que hacían referencia al personaje de don Carlos, para concluir en una obra nueva, innovadora y no exenta de belleza literaria, que definitivamente dilucida algunos de los aspectos más oscuros y controvertidos del siglo XVI y que dio origen al nacimiento de la leyenda negra.

Saludos, atención, atención, desde este lado del ordenador.

Conferencia de Javier Sádaba en La Laguna

Miércoles, Septiembre 7th, 2016

El teatro Leal acoge este jueves, 8 de septiembre y a las 20.30 horas, la Fiesta de Arte de La Laguna.

La primera parte del programa la protagonizará el escritor y filósofo Javier Sádaba, quien impartirá la conferencia ¿Por qué hay que saber de Ética?, mientras en la segunda intervendrá la pianista Sophia Unsworth, quien  interpretará obras de  Johann Sebastian Bach (Allemande y Corrente de la Partita No. 6 en Mi menor, BWV 830); Johannes Brahms (Intermezzo Op. 117 No. 2 en Si b menor); Franz Schubert y (Impromptu No. 3 Op. 142, D.935 en Si b mayor, Andante y variaciones); Claude Debussy (Suite Bergamasque No. 3 Claire de Lune, Preludios Libro 2, No. 8, Ondine, Preludios Libro 1 No. 12, Minstrels) y Johann Jakob Froberger (Memento mori – Allemande, Suite XX, FbWV 620 en Re mayor, “Méditation, faite sur ma mort future, la quelle se joue lentement avec discretion”)

Francisco Javier Sádaba Garay, nacido en Portugalete (Vizcaya) ha sido hasta su jubilación catedrático de Ética en la Universidad Autónoma de Madrid, y es autor de los libros Saber vivir, Diccionario de Ética, La Vida Buena o Principios de bioética laica. Ha colaborado además en distintos medios de comunicación, así como dedicado el grueso de sus estudios al análisis de la obra del filósofo Wittgenstein, la felicidad, la bioética y la filosofía de la religión.

Sophia Unsworth es una pianista inglesa que desde 1987 vive en Tenerife, donde se integró en la Orquesta Sinfónica de Tenerife como pianista. Ha desplegado una gran actividad concertística, como solista y como miembro de diversos conjuntos de cámara, actuando en la mayoría de las salas de la isla.

Entre sus grabaciones se incluyen obras para piano solo, para el sello RALS: Proyecto para la recuperación del patrimonio musical de Canarias y grabaciones de banda sonora para el sello Varèse Sarabande. Asimismo, ha participado en numerosas grabaciones junto con la Orquesta Sinfónica de Tenerife.

Compagina sus compromisos como pianista con su labor como profesora en Musikene, impartiendo clases de estudios orquestales para piano y la fonética inglesa para cantantes.

Saludos, allí nos vemos, desde este lado del ordenador.

Noventa años con ‘El ladrón de los guantes blancos’

Martes, Septiembre 6th, 2016

Tal día como hoy, 6 de septiembre, se estrenaba hace ya noventa años que no son nada El ladrón los guantes blancos, un largometraje silente y en blanco y negro que dirigieron a dos manos José González Rivero y Romualdo García de Paredes.

Considerado como el primer largometraje rodado en las islas por entusiastas de esas mismas islas, en este su blog El Escobillón ya le dedicamos hace unos meses un post en el que pretendíamos informar sobre esta película, uno de esas celebradas rarezas que de tanto en tanto se dan por estas tierras y título que volverá a exhibirse en pantalla grande el 25 de septiembre y a las 19.30 horas en el Paraninfo de La Laguna, dentro de la agenda de actos paralelos del Festival Fimucité.

La pianista Sophia Unsworth será la encargada de la musicalizar en directo las imágenes de un filme que, pese a estar rodado en Canarias, su historia transcurre en Gran Bretaña. Folletín policial, El ladrón de los guantes blancos no es una obra maestra (como tampoco lo es La hija del Mestre, que se rodaría al año siguiente en Gran Canaria) pero reúne los elementos suficientes para considerarla un trabajo pionero que finalmente llegó a las pantallas por la obstinación que uno de sus directores, José González Rivero, mantuvo con el cine hasta su dramática muerte.

Noventa años después, el misterio en torno a la desaparición de Rivero y la desaparición del segundo rollo de la película se mantienen, lo que ha desatado algunas hipótesis, algunas de ellas bastante sensatas y otras extravagantes para resolver esta cuestión. La cinta se estrenó oficialmente el 6 de septiembre de 1926 en el Teatro Leal de La Laguna y en el Parque Recreativo de Santa Cruz de Tenerife, y debido a su larga duración, se proyectó en dos jornadas

La película y quienes intervinieron en ella han sido objeto de un notable estudio que lleva por título Ciudadano Rivero. La Rivero Film y el cine mudo en Canarias, de Fernando Gabriel Martín y Benito Fernández Arozena, recomendable a todos aquellos que quieran adentrarse en las claves de un largometraje, y de un cine como el silente, que forma parte de la memoria cinematográfica de este archipiélago abandonado de la mano de los dioses.

Saludos, unos pedimos tan poco, desde este lado del ordenador.

Pero es una de Woody Allen

Lunes, Septiembre 5th, 2016

Woody Allen ya no es un nombre sino una marca que cuenta con excelentes trabajos cinematográficos y películas rutinarias y perfectamente olvidables.

Café Society, su último trabajo hasta la fecha, pertenece a la categoría de perfectamente olvidables pese a que sea un filme muy Allen, tanto que se devora así mismo, cogiendo ideas prestadas de anteriores películas para contar la historia agridulce de un amor que pudo ser.

El Hollywood y Nueva York de los años treinta son el territorio geográfico en el que se desarrolla la historia, dos ciudades antagónicas: la primera es frívola y cruel y en cualquier sitio te pueden clavar una puñalada porque está poblada de individuos que actúan como plantas trepadoras que persiguen manejar el gran negocio del cine, frente a otra ciudad, Nueva York, en la que la excéntrica familia del protagonista vive en un barrio de clase trabajadora. Se trata de gente sencilla pero con sus problemas.

Algunos de los mejores momentos de comedia –en esta película que no es una comedia sino un trabajo más de Woody Allen– son precisamente los que protagonizan el clan familiar, que insiste en las bromas judías que disemina a modo de identidad la filmografía de un cineasta que, tras llegar a los ochenta años, parece que continúa contándonos el relato de sus neuras. Neuras ya no tan obsesivamente sexuales como en sus primeras películas, sino quemadas por la nostalgia de un tiempo que se fue y que observa con irónica mirada.

Y allí deben de anidar los traumas de un cineasta con genio intelectual.

Genio intelectual para dar forma a diálogos que si no brillantes son más que notables para definir a sus personajes aunque no a sus historias, algunas de las cuales por rutinarias no van en ninguna dirección.

Y Café Society toma esa errónea dirección. Tanto, que termina y punto. El espectador que se conmovió con ManhattanZelig, Delitos y faltas y Medianoche en París sale de Café Society con la mosca detrás de la oreja, preguntándose a qué viene ahora que haga películas con retales de otras películas suyas.

Un corte y pega sutil pero sin vida interior.

Un zombie alleniano que no alimenta el fuego el trabajo de Jesse Eisenberg y  Kristen Stewart, la pareja protagonista y cuya pasión no emociona. Resultan antipáticos y marcan distancia con respecto al público, me comenta un amigo.

El resto del reparto rodea a  los enamorados a modo de microcosmo social, de invitados a un Cáfé Society al que pronto se le acaban las existencias.

Pero es una de Woody Allen.

Un tipo que con más de ochenta años todavía escribe y dirige películas, tiene tiempo para tocar el clarinete, no recoger Oscars y salir en las portadas de la prensa sensacionalista por sus aparentes delitos y faltas privados.

Así que resignación, es una Woody Allen.

Saludos, yo solo sé…, deste este lado del ordenador.