Archive for Diciembre, 2022

Presentación en la capital grancanaria de Duérmete, cuerpo dormido, un libro de Rafael-José Díaz

Sábado, Diciembre 17th, 2022

La librería Agapea que se encuentra en la calle de Franchy Roca, 13, en la capital grancanaria acoge hoy, a las 12, 30 horas, la presentación de la novela Duérmete, cuerpo mordido (Mercurio, 2022), del poeta y escritor Rafael-José Díaz. El autor estará acompañado en el acto por el también escritor Victoriano Santana Sanjurjo.

El libro está dividido en tres cuadernos titulados, respectivamente, De un cuaderno casi desaparecido, El interior del párpado y Las llaves del amanecer, que fueron escritos a modo de un diario en una sucesión de fragmentos reveladores de acontecimientos personales tanto íntimos como externos. La obra puede leerse así tanto como una novela autoficcional, como un conjunto de textos poéticos sobre la destrucción y la reconstrucción interiores o incluso como una ficción en la que el yo se reinventa en cada pasaje.

Saludos, ya lo saben, desde este lado del ordenador

Una investigación cataloga todo el patrimonio mueble del Real Santuario de las Nieves

Viernes, Diciembre 16th, 2022

El Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves de La Palma conserva uno de los mejores patrimonios muebles de las islas, conformado por los legados que durante 500 años palmeros y fieles a su devota imagen titular han ido aportando.

La riqueza y singularidad de su colección le ha conferido una relevancia para que esté presente en aquellas exposiciones regionales, nacionales e internacionales que sobre temáticas diversas (arte colonial, comercio indiano, artes decorativas, etc.) hayan contado con alguna de sus piezas.

Sin embargo, dicha colección, carece de un catálogo razonado o de un estudio en profundidad que abarque en conjunto este afortunado patrimonio mueble.

La propuesta que se hace en este proyecto de investigación que ha sido financiado por el Instituto Canario de Desarrollo Cultural a través de convocatoria en difusión de patrimonio cultural en concurrencia competitiva, es recoger los trabajos dispersos y parciales que se han publicado, unificarlos y actualizarlos, así como poner al día cada una de las piezas que conforman la colección a través de un trabajo multidisciplinar de profesionales de diverso ámbito, dotando finalmente de un trabajo de investigación que describa exhaustivamente los bienes muebles que integran el Museo Camarín de la Virgen de las Nieves como ente de puesta en valor de este legado.

 
UN EXTRAORDINARIO LEGADO CULTURAL Y ESPIRITUAL

En su conjunto, el Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves y sus bienes culturales asociados, materiales e inmateriales, representan un legado de extraordinario valor cultural, arquitectónico, artístico, histórico, etnográfico, antropológico y espiritual. Todo ello es inseparable y forma parte de una única realidad. La forma y el significado, la fe y la cultura, siempre estuvieron unidas en este santuario, corazón espiritual de la isla de La Palma, y carecen de sentido si las valoramos por separado, de modo que cada obra o cada pieza de su acervo cultural esconde una historia humana y comunitaria y forma un patrimonio indivisible. Se trata, en definitiva, de un espacio de encuentro y reencuentro con los más preciados símbolos y signos de nuestra verdadera identidad y con los valores más hermosos, dignos y auténticos que representan. 

Este legado, que estamos obligados a transmitir a las generaciones venideras, constituye una herencia que, por distintas razones, en otras partes no han sabido, no han podido o no han querido conservar. Por el celo de los que a lo largo de los siglos han custodiado este santo lugar, porque no fue víctima de desamortizaciones, ni guerras civiles, porque quedó a salvo de conflictos bélicos o destrucciones, de la codicia o de los cambios de moda, por el respeto con el que siempre lo miraron y conservaron, su santuario posee una serie de piezas y colecciones únicas, cuyo valor e interés trasciende, más allá del ámbito insular regional, fuera de nuestro país y nuestras fronteras.
Es el caso del joyero de la Virgen, uno de los más importantes del mundo hispánico, no tanto por su valor material como por la antigüedad y el interés histórico, artístico, tipológico y antropológico de las piezas que lo integran. Como escribe la máxima especialista en la joyería española, el joyero de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de la isla de La Palma, constituye «una colección única e importantísima para la historia de la joyería hispánica y asiática» que merece estar entre las más relevantes de nuestro país, como «parte también de la historia de la joyería del mundo» (Arbeteta Mira, 2016).

En la sala de Exvotos es posible contemplar, del mismo modo, una de las colecciones más numerosas y completas de su clase de España, un conjunto sin parangón integrado por más de 3 .000 piezas: cuadros exvotos pintados, retratos y fotografías, mechones de cabellos, décimas y poesías, y figuras de cera o de plata, oro y metal, como pocos santuarios de nuestro país, que sepamos, han conservado. Se trata de un auténtico monumento a la devoción a la Virgen de las Nieves a lo largo de los siglos, de excepcional valor etnográfico, cultural, histórico y devocional.

Y lo mismo cabe decir del tesoro de la Virgen que se exhibe en la Sala Alta del Museo de Arte Sacro, un asombroso conjunto de plata labrada, fruto en su mayor parte de las donaciones de los indianos, del que puede también presumir por su singularidad. Ofrecido por los emigrantes isleños, desde la nostalgia de la otra orilla, a la madre protectora que aprendieron a amar desde la cuna, su destacado número, diversidad, originalidad y valor intrínseco lo convierten en uno de los patrimonios más valiosos y emblemáticos del archipiélago canario. Allí se encuentra, posiblemente, la más completa, variada y antigua representación del arte de la platería cubana hispanocolonial de nuestro país. Resulta verdaderamente sorprendente que las dos cruces procesionales más antiguas de ese origen que se han localizado hasta el momento, tanto fuera como dentro de la Gran Antilla, se encuentren aquí: la manga de cruz enviada por el capitán Gonzalo Benítez en 1643 y la cruz procesional regalada por el maestre de campo don Gaspar Mateo Dacosta en 1704.

A ello hay que sumar, asimismo, otros singulares testimonios culturales. Realizado hacia 1740, el reloj de sol que aún señala las horas en la plaza del santuario es el más antiguo de cuantos se han conservado en Canarias; mientras que el organito portátil, recientemente restaurado, que se exhibe en la sala Baja del Museo de Arte Sacro constituye una auténtica reliquia para el conocimiento de la música hispánica, toda vez que su mecánica, o mejor dicho, su falta de ella, se remonta al siglo XV.

Todo esto, en conjunto, pone de manifiesto un profundo y arraigado sentimiento de protección y conservación de un legado cultural, signo de su identidad más auténtica. Una investigación en profundidad a modo de catálogo razonado permitirá tener una mejor percepción global como unitaria de esta rica colección que conforma, en ocasiones, un desconocido o poco valorado patrimonio cultural canario.

 
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN LA INVESTIGACIÓN

La investigación presentada viene a trabajar sobre el binomio de patrimonio cultural y desarrollo sostenible que recoge los ODS Agenda 2030, y lo hace como elemento transversal y de valor. La Palma como destino turístico en potencia, cuyo sector económico en continuo crecimiento a nivel nacional, regional e internacional, se presenta como una oferta (en continuada construcción de productos culturales) para un turismo cultural que representa un 40% de los ingresos turísticos mundiales. Esto repercute positiva y directamente en el conjunto de los ODS y especialmente en el ODS 8, cuya finalidad es promover el crecimiento económico y el trabajo decente. Una buena administración del patrimonio cultural atrae inversiones turísticas duraderas y sostenibles, hace participar a las comunidades locales y preserva los sitios culturales de la degradación. Esta investigación sobre el patrimonio mueble del principal centro devocional mariano de la isla de La Palma, permitirá en un futuro próximo generar diferentes productos culturales que se oferten a ese turismo cultural que se pretende afianzar y fortalecer.

Las industrias creativas y las infraestructuras culturales, como es este Museo Camarín, constituyen un recurso inestimable para generar medios de subsistencia. Cabe señalar que las mujeres representan un porcentaje considerable de los empleados en el sector cultural, como también los es en el personal vinculado a la gestión del Museo (guía y personal de tienda) lo cual contribuye a la realización del ODS 5 relativo a la igualdad de género.

Igualmente, las políticas culturales que otorgan preferencia a los bienes producidos localmente contribuyen a reducir las desigualdades en y entre los países, que es la finalidad del ODS 10, y que está en el núcleo de este proyecto al ser parte inherente de los productos que posteriormente se formulen y produzcan en base a este conocimiento.
 
PRÓXIMA PUBLICACIÓN
Esta investigación financiada por el Instituto Canario de Desarrollo Cultural, es la base de trabajo de la edición de un monográfico sobre el Santuario de las Nieves. La publicación será el primer estudio con rigor académico y con vocación global que acerque al lector a la historia del Real Santuario y a su valioso y diverso patrimonio cultural, de una manera exhaustiva y muy visual. Se estima que durante el año 2023 se pueda conseguir el resto de financiación que se precisa para la maquetación e impresión, y esté disponible para final de año, y con certeza, antes del próximo y esperado Año de Bajada.
 
 

El rodillo Rodin

Jueves, Diciembre 15th, 2022

Me llega y por distintos canales, imagino que como a muchos, una petición de change.org que bajo el título de NO al museo Rodin en Santa Cruz de Tenerife cuenta ya con el respaldo de más de 2.000 firmas. Esto pone de manifiesto que hay mar de fondo y voluntad pero sobre todo indignación ante un proyecto del que se ha hablado y seguirá hablando en los próximos días.

Al alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, mientras tanto y muy en su papel, la cara no se le cae de la vergüenza, lo que alimenta la indignación no solo entre el artisteo y los culturetas sino que parece que está calando también en otra ciudadanía que no tiene mucho que ver con el universo de estrellas y estrellados de la cultura.

Por eso no deja de resultar insólito que Izquierda Unida, que ha sido la única fuerza política en el Ayuntamiento chicharrero que ha criticado con contundencia el proyectado museo Rodin reproduzca en una de sus publicaciones una conclusión que me desarma: “Habrá Museo Rodin, pero será un fracaso y uno más de los carísismos y frustrados proyectos de Coalición Canaria en Santa Cruz”, lo que hace que pregunte “cómo que habrá Museo Rodin”, porque “si habrá” para qué coño ha servido tanta indignación, tanto ruido desatado en las redes… ¿Acaso tira la toalla IU?

Espero que no porque lo que ha suscitado el museo Rodin exige que como asunto continúe ahí hasta después incluso de las elecciones.

Se publican en periódicos digitales y en alguno de papel artículos que firma gente tan seria como Elsa López, el socialista José Vicente González Bethencourt y uno que me parece muy sensato y de lo mejor que he leído sobre este tema del que pronto se podrá sacar un libro. Es tan raro todo esto y tan grosero en sus formas…

En mi mundo lo calificaría de chabacano y en el que piso, en el real, de peor, imposible… pero así son las cosas. Uno, me parece, tirando la toalla y recurriendo al grito de “compañeros, lo intentamos pero no valió para nada” que parece que lanza Izquierda Unida y otro el de un asunto, el puñetero Museo Rodin, muy sombrío que poco a poco va impregnando entre la gente. Y no solo entre el artisteo y los intelectualoides, que esa gente siempre es prescindible, sino en el que no tiene nada que ver con la cultura… La cultura, ah, la cultura, ese territorio en el que no hay cama para tanta gente.

* En la imagen, el complejo escultórico de Los burgueses de Calais, que representa a los seis burgueses que en 1347, al inicio de la Guerra de los Cien Años (1337-1453), se ofrecieron a dar sus vidas para salvar a los habitantes de la sitiada ciudad francesa de Calais.

Saludos, sigan bailando, desde este lado del ordenador

Va de catálogos que nunca se exhibieron y de un estreno, Matadero, como los de antes

Miércoles, Diciembre 14th, 2022

EN BUSCA DE LOS CATÁLOGOS CANARIAS EN CORTO PERDIDOS

Como el turrón o las peladillas por Navidad vuelve por estas fechas el anuncio de la selección de los siete cortometrajes que formarán parte del catálogo Canarias en Corto 2023, un proyecto del Gobierno de Canarias a través del El Instituto Canario de (sub)Desarrollo Cultural (ICDC)

Los trabajos seleccionados con mayor puntuación, y al que optaron 27 películas realizadas por gente de las islas, son: Aitana, de Marina Fernández Alberti; Circe, de María Abenia Gracia; Las invasiones biológicas. El caso del Ovis Orientalis Musimon en la isla de Tenerife: El último muflón, de Shira Ukrainitz y Omar Al Abdul Razzak; En un segundo, de Pablo Fajardo Juan; Daida back to the Ocean, de Pablo Ramírez Bolaños; Visionado, de Manuel Román Sierra, y Cloro, de Pablo Borges.

Y sí, como pasa siempre por estas mismas fechas aunque más con sentido a lo del Día del Inocente (28 de diciembre) que a Navidad (25 de diciembre), con Santa Claus repartiendo regalos mientras le pone la pata encima a sus altezas los Reyes Magos, es que repiten nombres y faltan otros que son habituales en este muestrario del talento cinematográfico que se rueda a este lado del Atlántico. O no, porque si pasa como en año pasado, algunos de estos trabajos –si no todos– pueden estar rodados en otros territorios que no sean los insulares.

El jurado que determinó que estos cortos por la madre que me parió salen estuvo formado por Andrea Alexandra Patru, programadora, crítica de cine y gestora cultural; Mariona Borrull Zapata, que realiza crítica de cine y se desempeña en la programación y en la locución radiofónica, y Víctor Lamadrid Hernández, responsable de Cantabria Film Commission y del catálogo de cortometrajes Cantabria en Corto.

Los criterios de valoración fueron guion, calidad artística y técnica; riesgo, originalidad e innovación en lenguaje cinematográfico; potencial internacional y participación de equipo técnico y artístico canario. La resolución puede consultarse en:

www.icdcultural.org/convocatorias.

Ahora solo cabe mirar al cielo o al infierno y esperar a la fecha del estreno del catálogo Canarias en Corto 2023 que, si todo procede como suele proceder durante estas fechas, será antes de que finalice el año. Solo espero, y vuelvo a mirar al cielo y al infierno, más al infierno que al cielo, que además del Catálogo 2023 se exhiban también los de 2021 y 2022 que, como recordarán, no hemos podido ver los que no somos de la familia de los cineastas ni trabajamos para el Gobierno canario por razones que todavía nadie se ha dignado a explicar. ¿Vergüenza torera? Más bien diría que un misterio sin resolver que podrían estudiar Iker Jiménez en su espacio de Cuarto Milenio… Así qiue rersignados a que no caiga esa breva, los escobilloneros de pro continuaremos en busca de los catálogos Canarias en Corto perdidos mientras los responsables miran al suelo o al otro lado como si ná… Mal disimulando, que se dice donde yo me sé.


UN ESTRENO: MATADERO

La productora tinerfeña El Viaje Films preestrena mañana jueves (19.00 horas) en Canarias, en el Cine Víctor de Santa Cruz de Tenerife, la película Matadero, dirigida por el cineasta hispanoargentino Santiago Fillol. En el acto intervendrán los productores canarios José Alayón y Marina Alberti, así como Luis María Sobrón, cónsul de la República Argentina en el Archipiélago.

Las entradas para asistir al pase de esta coproducción entre Argentina, España y Francia pueden adquirirse en la taquilla del cine al precio especial de cinco euros. Matadero se va a poder ver en el Víctor y en Cines Price Prime, ambos de la capital tinerfeña, del 16 al 22 de este mes.

Tras presentar en mayo Ellos transportan la muerte, Matadero es el segundo estreno en cines de una producción de El Viaje Films en lo que va de año. La productora tinerfeña prevé estrenar durante 2023 dos nuevos largometrajes en festivales: El futuro no nos ha cambiado, de Adrián Orr (coproducción con Portugal), y La hojarasca, dirigido por la cineasta canaria Macu Machín, además del cortometraje Aitana, de Marina Alberti, uno de los trabajos seleccionados en el catálogo Canarias en corto 2023. También afrontará el rodaje de un nuevo largometraje, La lucha, dirigido por José Alayón.

Olimpia, una novela de Laura Mas

Martes, Diciembre 13th, 2022

Una de las virtudes y también peligros de la novela histórica es su manera de mirar al pasado. Aunque se trate de ficción –es novela y no un libro de Historia– el escritor o la escritora debe de ser los más respetuoso ante lo que se conoce del tiempo en el que desarrolla su relato. Si el relato transcurre en un tiempo muy pasado, ajustándose a lo que se sabe o se cree que se sabe para que la historia resulte creíble. En muchas ocasiones, sin embargo, la novela histórica deje de ser histórica cuando el tiempo en el que se desarrolla apenas ha sido documentado, convirtiendo el escenario, tan fundamental en este tipo de literatura, en folclore inventado, en un carnaval que deforma el espíritu de la obra si ésta pretendía tomarse en serio.

Si la novela se inspira en la vida de personajes reales, que existieron o se tiene noticia de que existieron, los peligros que amenazan al autor/a se multiplican, en especial porque la mayoría que va a leer el libro tiene noticia de quien fue su protagonista. En el caso que nos ocupa, Olimpia, madre de Alejandro Magno.

Escrita por Laura Mas, Olimpia pasa con aprobado raspado la prueba del algodón de la novela histórica así que entusiasmará a los que saben algo de la vida y obra de Alejandro Magno y, por supuesto, de quiénes fueron sus padres. Por un lado el rey Filipo de Macedonia y por el otro Olimpia, la mujer que fue madre de un Dios en la tierra y la que según la leyenda hizo posible que su hijo se codeara con los habitantes del Olimpo.

Escrita con una sencillez que se agradece y esforzada en la documentación de aquel tiempo, la novela se inicia en el 357 antes de Cristo y nos presenta a la mujer que da título a la obra sin demasiadas sorpresas (lo esperaba al tratarse de una novela histórica) sobre el personaje que la inspira. Es decir, que la mayoría de las cosas que se cuentan eran sabidas o meridianamente conocidas por el lector iniciado. No dudo que sorprenderá a quién desconozca la vida y la obra de una mujer que tuvo un objetivo y quiso cumplirlo pese a vivir en un mundo de hombres. No hay, en este aspecto, relaciones que se salgan del guión aunque se sugiere pero con muchos matices, una cierta relación incestuosa entre madre e hijo que no termina de estar muy definida. Y eso pese a que este amor sea más espiritual que físico.

Olimpia en todo caso se mueve en un mundo de hombres donde las mujeres sirven a sus hombres. Es lo que hace la protagonista al principio hasta que pierde el favor de su esposo, Filipo, un hombre grosero, sin un ápice de ternura. Un personaje que solo entiende el lenguaje de la violencia pero que aparece demasiado difuminado y que uno imagina con impertinente tenacidad como Val Kilmer, el actor que lo interpretó en la grandiosa pero vacía Alejandro Magno de Oliver Stone. La novela, de hecho, hace que durante su lectura uno se la imagine muchas veces como aquel largometraje fallido pero gigante claro que quizá buscara como lector un libro clave sobre una mujer que pese a las adversidades consiguió lo que quería aunque con espinas. Demasiadas espinas.

Olimpia me resulta una novela demasiado ligera sobre una mujer que merecía una reivindicación en su papel de sufrida esposa y madre. También un mayor esfuerzo en la descripción de los personajes que la rodean. Está escrita en primera persona luego es la misma Olimpia la que cuenta por primera vez su historia. Pero no, algo no funciona. Y ese no funciona es su carencia de ambiciones, su respeto histórico hacia un personaje que vivió pero que en sus manos, y no tuvo que haberlo olvidado, resulta ficción por muy ajustado a la realidad, o a lo que se sabe de su vida, esté.

Su empeño en seguir desde la A hasta la Z lo que ha quedado de la existencia de la madre de Alejandro y no atreverse a recrear lo que no se conoce de ella, lastra el buen desarrollo de un libro que, por otra parte, se lee bien y entretiene aunque no deje huella porque no conmociona ni nos obliga a observarla a ella y a su hijo desde otra perspectiva.

La novela apenas informa de la infancia de la protagonista, y no explota las relaciones que mantiene con las otras esposas del rey Filipo salvo en una escena que por su diplomática violencia sí que agrega algo de sal al libro.

En conjunto, no termina de convencerme Olimpia, quizá por qué mis expectativas iniciales eran muy grandes y se fueron empequeñeciendo a medida que leía la novela. Empequeñeciendo porque lo que esperaba (mayor incidencia en las relaciones entre madre e hijo) no se produce. Parece preocuparle más que la mujer crea (o no) en que concibió por Zeus y no Filipo a su hijo Alejandro, y su relación con las serpientes que lo acompañan como animales domésticos. Lo demás… Lo demás es una novela que no da dolores de cabeza, que está escrita para entretener y que no quiere complicarle la vida al lector con una prolija pero ¡ay! tan obvia conclusión psicológica.

Saludos, ese verbo, ese verbo, desde este lado del ordenador

¡Dios, qué novela!

Viernes, Diciembre 9th, 2022

Si me preguntas cuál fue una de las primeras novelas que me marcaron porque llegó a mis manos como suelen llegar las cosas buenas, de manera imprevista, fue Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque.

Quizá se trate de una de las más reconocidas novelas pacifistas escritas nunca, aunque mucha de la literatura que se generó tras la I Guerra Mundial clamase por la paz mientras al mismo tiempo describía los horrores de las trincheras.

Salvo Ernest Jünger con sus Tempestades de acero y algún que otro autor belicoso que se encuentra por ahí, el grueso de los libros que he tenido la tentación de leer a lo largo de ya más de medio siglo de vida sobre aquel periodo de la Historia tienen un mensaje claramente de paz. No hay otra lectura posible. Desde John Dos Passos y su notable Tres soldados, al Hemingway de Adiós a las armas, el Robert Graves de Adiós a todo eso y otros tantos y tantos narradores — narradoras pocas, esa es la verdad– que nos contaron aquella catástrofe haciendo un importante examen de conciencia sobre sus experiencias en el frente.

Y así, mientras estudiaba segundo de BUP en el Teobaldo Power y a iniciativa de un profesor que nos daba Historia, se organizó en aquel Instituto una Feria del Libro en la que me llamó con alta voz, y desde donde se encontraba descansando, un ejemplar de Sin novedad en el frente que adquirí sin pensarlo demasiado.

El ejemplas estaba editado por Bruguera, en una colección para jóvenes e incluía ilustraciones que sin ser una cosa del otro mundo apoyaban gráficamente algunas de las escenas que Remarque contaba en la que fue su primera y más reconocida novela.

El caso es que lo leí lo que se dice en un santiamén y que poblé el ejemplar con subrayado en lápiz de las que pensaban eran algunas de sus mejores frases. En el libro, el autor narraba cómo se convenció a los jóvenes de la orgullosa nación alemana a marchar al frente por la patria y todo ese cuento y una vez en el frente, a luchar como valientes por una causa que nadie terminó por entender demasiado bien.

En la novela, el joven protagonista se rodea de un grupo de camaradas que van desapareciendo por la dichosa guerra a medida que se avanza en las páginas y al final… bueno, al final sucede algo terrible en una escena en la que aparece una mariposa revoloteando en un campo de batalla cubierto de muertos, estamos en 1918 y la I Guerra Mundial está a punto de finalizar. El protagonista, aniquilado, demolido por el poder del miedo, observa un campo de batalla repleto de cadáveres descuartizados por las bombas y las balas de ametralladoras. Sus botas se hunden en el lodo de la trinchera, trinchera por donde corretean libremente ratas del tamaño de gatos que roen la carne de los muertos. Arriba, en el cielo, el firmamento aparece encapotado por una eterna panza de burro mientras el olor de la muerte se mezcla con el de la pólvora. A modo de trágica banda sonora, los gritos y gemidos de los heridos que esperan fallecer mientras agonizan en la tierra de nadie…

Tal fue el éxito de Sin novedad en el frente que Erich Maria Remarque se convirtió en un personaje muy popular en la dolorida Europa de entreguerras. Luego, y tras el ascenso del partido nacionalsocialista al poder en Alemania, emigró como si hicieron tantos otros a los Estados Unidos de Norteamérica donde continuó su carrera como escritor.

Cuenta en esta segunda etapa con títulos bastante notables como El regreso, que intentaron venderla como la segunda parte de Sin novedad en el frente pero sin serlo. La historia cuenta la vuelta a casa de los soldados alemanes una vez licenciados y el cambio que notan que la guerra ha hecho en sus pueblos, en sus casas y en sus familia. Después, sería autor de una extraordinaria novela romántica: Tiempo de amar, tiempo de morir que sería llevada al cine por Douglas Sirk, y en la que cuenta las experiencias de un soldado alemán durante la II Guerra Mundial en el frente ruso y que vuelve de permiso a casa unas semanas para encontrarse con un lugar que ya no existe y por lo tanto que ya no le pertenece.

Me acuerdo de Sin novedad en el frente (que cuenta con dos adaptaciones cinematográficas más que recuerde, una, la mejor, dirigida por Lewis Mlestone y la otra, para televisión, al mando de Delbert Mann) porque no hace mucho se estrenó en una de las plataformas que ya forman parte de nuestra vida una nueva versión cinematogbráfica de la novela que dirige Edward Berger y que no está nada, lo que se dice nada mal aunque se tome algunas licencias que en vez de estropear dan mayor solidez a un relato cuyo mensaje sigue siendo el mismo: como la guerra liquidó los sueños y las esperanzas de una generación. Un mensaje, por otro lado, tan necesario para estos tiempos que vivimos.

El caso es que viendo la película me acordé de las sensaciones que la novela me produjo en su momento y que tras levantarme para buscar el libro en mi caótica biblioteca no encontré el ejemplar en el que sí que recuerdo cuando la finalicé de leer la frase que dejé escrita al principio, justo debajo de donde aparece el título y el nombre de su autor: ¡Dios, qué novela! Y que despertaron otra vez el entusiasmo por leerla, de sumergirme en el horror de un infierno desatado en el que solo es posible sobrevivir si cuentas con el compañero, el camarada, que tienes al lado.

Creo por eso y otras cosas más que no se le ha rendido la justicia que se merece a su autor, Erich Maria Remarque, un hombre que quiso y consiguió a través de su literatura denunciar la realidad de la guerra que son iguales aunque los tiempos cambien. Iguales no en el mortífero poder de las armas, que aumenta con el paso de los años sino en cuanto al sufrimiento que provoca. Y no solo en el soldado sino en la gente que se deja en retaguardia, esa mayoría silenciosa que soporta los embates del combate desde casa. Solo que esa casa ya no es la que conocieron.

En fin, que una nueva lectura a Sin novedad en el frente nunca viene mal, sobre todo si se tiene cierta sensibilidad por la novela pacifista, esa que denuncia la guerra a través de sus protagonistas, en el caso de Remarque, un puñado de soldados que apenas han cumplido los 20 años.

Conservo ese ejemplar en algún lado y recuerdo, como dije, que lo tengo subrayado (porque tuve un tiempo en el que subrayaba frases que me impactaban de libros que más que leer, devoraba diga lo que diga el guanajo) en casi todas las páginas porque, ya digo, su lectura fue una sorpresa. Probablemente, se trata Sin novedad en el frente de uno de los primeros libros serios que leí tras anclar las lecturas lovecraftianas y antes, mucho antes, de Ray Bradbury que fue uno de los primeros escritores (el primero fue Robert Louis Stevenson) que me enseñó lo bien que se lo pasa uno cuando el libro que tienes en las manos se convierte en algo así como un cómplice… Y Sin novedad en el frente me cogió por el cogote y me sacudió tanto que todavía evoco con agrado aquel estremecimiento, ese placer que te acompaña cuando lo que tienes entre las manos ya no se lee sino que se vive.

Eso debería de bastar para explicar que escribiera, ya lo apunté antes, en la primera página de mi ejemplar de Sin novedad en el frente una expresión que no he vuelto a repetir a pesar de que en este camino que es la vida haya estado repleto de libros excelentes, muchos de los cuales me cambiaron la vida..

Dios, qué novela.

Saludos, la paz sea con ustedes, desde este lado del ordenador