Archive for Julio, 2020

Audiovisual Plural de Canarias demanda que se profecionalicen las ayudas al sector en Gran Canarias

Miércoles, Julio 22nd, 2020

Se reproduce a continuación un comunicado de Audiovisual Plural de Canarias:

“Una vez cerrado el plazo de presentación, fijado para el pasado 20 de julio, Audiovisual Plural de Canarias hace pública su valoración del contenido de las nuevas bases de ayuda a producciones audiovisuales de Cultura del Cabildo de Gran Canaria.

En primer lugar, hacemos constar el injustificado retraso de 18 meses en la publicación de las mismas, pues la promesa de los responsables de Audiovisuales de Cultura del Cabildo había sido publicarlas en enero de 2019. Desde esta asociación recordamos el grave déficit de inversión en ayudas públicas al sector de Audiovisuales de Cultura del Cabildo de Gran Canaria respecto a su homólogo en Tenerife desde 2016, en total 800.000 euros menos.

Este déficit en la gestión de Audiovisuales del Cabildo de Gran Canaria está teniendo consecuencias directas en la competitividad de los cineastas y profesionales del audiovisual de Gran Canaria. En las pasadas ayudas del Gobierno de Canarias, menos del 10% de las ayudas regionales, sobre un total que ascendía a 1.350.000 euros, fueron a parar a empresas de Gran Canaria.

Equilibrio

La cuantía actual de las nuevas ayudas, 300.000 euros, iguala lo que en las últimas tres convocatorias ha destinado el Cabildo de Tenerife. Esta institución, según ha informado, tiene intención de incrementar este año esa dotación a 350.000 euros. Es por ello que desde Audiovisual Plural de Canarias habíamos solicitado, para igualar la dotación de las dos islas capitalinas, un incremento en la dotación presupuestaria a 350.000 euros.

En aras a favorecer un desarrollo equilibrado del sector en las Islas, la asociación hace un llamamiento a los Cabildos de Gran Canaria y Tenerife para que coordinen e igualen su política de ayudas al sector, tanto en dotación económica como en criterios de valoración y composición de los comités de valoración. Los criterios de valoración y composición de los comités de valoración deberían ser congruentes con los que rigen las ayudas del Gobierno de Canarias a través de Canarias Cultura en Red.

Audiovisual Plural de Canarias recomienda al Cabildo de Gran Canaria -lo mismo que al Cabildo de Tenerife- elevar la cuantía de ayudas al sector hasta al menos un millón de euros anuales. Este año se ha dado la circunstancia de que Audiovisuales de Cultura del Cabildo de Gran Canaria ha destinado una partida extraordinaria de 1.350.000 euros a documentales producidos por la propia institución. Es decir, el presupuesto para las ayudas a proyectos audiovisuales del sector privado ha sido multiplicado por más de 4 para proyectos que gestiona el propio Cabildo y sobre cuyo procedimiento aún no se ha informado públicamente.

En los últimos años, Audiovisuales de Cultura del Cabildo ha decidido el destino del dinero para documentales eligiendo su responsable a directores, guionistas y profesionales sin transparencia ni procesos de concurrencia pública. Por si fuera poco, el responsable del área lleva a cabo actuaciones en el ámbito privado desde hace al menos 12 años. Independientemente de la ilegalidad de mezclar el trabajo en la gestión pública con intereses en el sector privado, pedimos que desde Cultura del Cabildo se termine con esas actuaciones que generan desconfianza y frustración entre los profesionales y constituyen un severo lastre a sus posibilidades de desarrollo.

Comité de valoración

De las nuevas ayudas, especialmente grave resulta a esta asociación el asunto del comité de valoración, que presentaba deficiencias en las ayudas de 2018. A falta de conocer los nombres de quienes valorarán los proyectos, las actuales ayudas no suponen apenas avances. Escudándose en que la forma interna del Cabildo lo impide, para la resolución de las mismas volverá a ser imposible la conformación de un comité externo integrado por profesionales especializados independientes y cualificados del sector.

Esto es algo que no ocurre ni en las ayudas de Tenerife, ni del Gobierno de Canarias ni de España, y que sitúa las ayudas de Audiovisuales de Gran Canaria a la cola en cuanto a la garantía de un proceso de valoración justo y profesional para los cineastas de la Isla.

Modalidades

La cantidad máxima asignadas a las modalidades previstas en las ayudas son, en el caso de largometrajes, muy pequeñas, un máximo de 40.000 euros. Llama la atención por su incongruencia que la nueva modalidad de directores de menos de 30 años o con un primer largometraje disponga de la misma cuantía asignada que los directores con trayectoria reconocida. Desde Audiovisual Plural de Canarias recomendamos la fórmula de cantidades fijas por modalidades establecidas en las ayudas de Cultura del Cabildo de Tenerife.

También pedimos eliminar la ayuda para obras de disciplinas que se enmarcan dentro de las artes visuales, como la videocreación, videodanza y videoinstalación, y que, por ese motivo, no se incluyen en las convocatorias de ayudas al sector de referencia en España.

Límites

Desde Audiovisual Plural de Canarias no entendemos los límites permitidos al gasto del 15% en desplazamientos en estas ayudas. Es grave, por otro lado, que solamente se permita cobrar de la ayuda al productor ejecutivo de la película y a ningún otro cargo de la producción con relación a la empresa beneficiaria. Estas limitaciones no se recogen en las ayudas ni estatales ni del Gobierno de Canarias ni del Cabildo de Tenerife.

Respecto a los beneficiarios, las bases establecen que, en el caso de una coproducción, el mínimo de participación que debe tener la empresa grancanaria es el 35 %. La ley española de coproducciones establece que el porcentaje mínimo de participación es el 20% y que el importe de la ayuda se calculará en base a la participación de la productora local. Esto último no se contempla aquí, con lo cual podría darse el caso de que productores foráneos sean los que gestionen los fondos de las ayudas.

Nos parece grave que las bases no impidan que socios de distintas empresas pueden obtener ayudas en la misma modalidad. Nuestra propuesta es que un productor solo se pueda ser beneficiario de un único proyecto, el que reciba la mayor puntuación, independientemente de que se presenta bajo distintas empresas.

Criterios de valoración

Desde Audiovisual Plural de Canarias pedimos que únicamente se tengan en cuenta en la valoración puntuación por los grancanarios con residencia fiscal en la isla, lo que no recoge las bases. Pensamos que las bases deben fomentar el crecimiento del sector a través de los profesionales que viven, trabajan y aportan riqueza económica al audiovisual de Gran Canaria.

Nos parece muy poco afortunado que se pida que sean de Gran Canaria solo dos de los seis profesionales de los distintos oficios que se mencionan. También, que no se obligue a que el director, la principal referencia autoral de una película, sea de la Isla. En el listado de profesionales que realiza Audiovisuales del Cabildo de Gran Canaria en las bases faltan oficios muy relevantes como el productor, director de arte, jefe de sonido, actores y actrices, y equipos de maquillaje y peluquería.

Las puntuaciones además presentan diferencias arbitrarias e incongruentes. Esto ocurre igual en el caso de la política de género, donde unas profesionales se destacan sobre otras sin justificación y se omiten puestos fundamentales como el de la productora, máxima responsable de la película.

En el sentido de los criterios de valoración, nos llama la atención que no se valore la trayectoria de los componentes del equipo técnico y artístico, así como tampoco la adecuación del presupuesto al proyecto presentado. Ambos elementos de valoración son fundamentales en cualquier base de ayudas al sector.

De la actual corporación, valoramos mucho la apuesta de la consejera Guacimara Medina por darle carácter de urgencia a esta convocatoria. Creemos que ha entendido bien la emergencia que en materia audiovisual vivimos en la Isla.

Al mismo tiempo, alertamos a la consejera de Cultura sobre las muchas mejoras que deben realizarse en las mismas para que el sector de Gran Canaria pueda decir que cuenta con ayudas al nivel de calidad profesional que se merece para garantizar la concurrencia competitiva conforme a los principios de difusión, transparencia, objetividad, igualdad y no discriminación”.

Saludos, funde a negro, desde este lado del ordenador

La Galería Artizar denuncia que TEA “enturbia la neutralidad” que debería primar en su gestión

Martes, Julio 21st, 2020

Reproducimos a continuación un comunicado que nos hace llegar la Galería Artizar:

Desde su fundación primigenia como IODACC (Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea), Galería Artizar ha sido proveedor y colaborador en todas aquellas cuestiones en las que TEA Tenerife Espacio de las Artes nos ha requerido, particularmente en el préstamo de obras y otros documentos para algunas de sus exposiciones. Que recordemos, jamás se puso obstáculo -que no fuera insalvable- al préstamo de las obras de los artistas con los que trabajamos, de las colecciones de nuestros clientes que así lo autorizaran o de la propia colección de Artizar. En estos momentos, sin ir más lejos, para una exposición programada que previsiblemente se inaugurará en TEA en enero del próximo año, la necesaria e imprescindible del pintor Luis Palmero comisariada por Nilo Palenzuela, nos han indicado sus protagonistas que les gustaría contar con al menos cuatro obras específicas de la colección de Artizar y con algunas piezas de la próxima exposición de Palmero en nuestra galería, prevista para el pasado mayo y pospuesta por el estado de alarma a la primera semana de septiembre. Será su cuarta individual en Artizar y en ella ofrecerá las primicias de su última obra. Y para otro proyecto anunciado pero aún no programado que estará dedicado a la figura y a la obra de Maud Bonneaud y que prepara la comisaria Pilar Carreño, a quien le gustaría contar con ocho piezas de nuestra colección.

Una circunstancia desconcertante, sin embargo, que enturbia la neutralidad que debería primar en el desarrollo de la gestión de TEA, nos obliga a dejar en suspenso nuestra buena disposición habitual y, no sin disgusto y lamentándolo de veras, renunciar a que obras de la colección de Artizar formen parte de la futura exposición de Luis Palmero y de la todavía incierta de Maud Bonneaud.

El origen de esta desafección habría que buscarlo en el organigrama de TEA, aunque para nada cuestionamos su normativa. Y es que el organigrama de TEA no contempla la existencia de un equipo de montaje de exposiciones, ni de un director de montaje, sino que se contratan libremente para cada proyecto. Ignoramos cómo se opera en estos asuntos y tampoco nos incumbe, pero nos deja estupefactos la información de que el director de montaje asignado a la exposición de Luis Palmero es también director de una galería de arte en Santa Cruz. Una galería, por otra parte, no ajena a la obra de Palmero, que la ha expuesto en alguna ocasión, la ofrece en su web y la compra en el mercado secundario, aunque no la represente. Al margen de esto y de otras colaboraciones puntuales, Artizar ha sido y sigue siendo la galería de Luis Palmero en Tenerife, con una relación que se pierde en el tiempo y en una larga amistad, y que va a hacer treinta años fue acordada con el que ha sido, es y hacemos votos porque lo siga siendo por mucho tiempo, su galería matriz: Manuel Ojeda.

Podríamos entender todas las relaciones contractuales que TEA tenga con el galerista afín a la actual dirección/gerencia -comisariados, compra de obras de arte, compra de mobiliario, proyectos de interiorismo, etc.-, pero no nos entra en la cabeza y parece que en la de TEA sí, que el director de una galería privada de arte pueda gestionar sus montajes expositivos de manera reiterada y casi habitual. ¿No corre el riesgo de flojear en algún momento, de que el Mr. Hide galerístico se asome al atribulado e intachable Dr. Jekyll director de montajes y lo desnaturalice? Apreciamos nuestra pequeña colección de Luis Palmero, que se ha formado a lo largo de más de tres décadas, y estos pensamientos, aunque ironicen, nos perturban.

Lo grave, con todo, es que al parecer TEA lo ha convertido en sistema; que no se trata de un bache deontológico circunstancial y molesto sino de un largo y profundo badén en el que apenas se percibe que lo están enterrando.

Carlos E. Pinto (Fundador y Director honorífico de Galería Artizar)
Pedro Pinto (Director de Galería Artizar)
Frasco Pinto (Administrador de Galería Artizar)

Saludos, reproducimos, desde este lado del ordenador

Nicolás Melini: “El festival puede crecer pero no será este año”

Lunes, Julio 20th, 2020

La crisis de la Covid-19 ha dejado tocada pero no hundida la celebración de la tercera edición del Festival Hispanoamericano de Escritores. Nicolás Melini (Santa Cruz de La Palma, 1966) explica que la organización tuvo que reestructurar el plan inicial –estaba previsto que México fuera el país invitado este año– con otro festival que, pese a las circunstancias, reunirá a medio centenar de escritores, muchos de ellos hispanoamericanos que residen en la actualidad en Europa.

- La primera pregunta es obligada y más teniendo en cuenta que usted reside en Madrid, ¿cómo pasó el Estado de Alarma?, ¿qué tareas realizó esos días de confinamiento? ¿Comienza la capital de España a sacudirse el sopor de estos meses de aislamiento?

“Creo que lo he llevado bastante bien. No me he estresado en exceso, no he perdido el sueño, me he deprimido solo puntualmente, casi como de costumbre –los creadores solemos tener la idea de morirnos en cualquier momento bastante bien incorporada sin necesidad de pandemias y además solemos vivir en una rutina de cierto confinamiento–. Lo peor, la incertidumbre, no poder avanzar por no saber qué sucederá, ese estar que ni para adelante ni para atrás (por ejemplo con el festival), lo he asumido como lo que es: depende del virus, no de mí, así que me ocupa pero no lo combato. Al principio necesité escribir sobre ello para comprender y resituarme: tres artículos, uno cada una de las primeras tres semana de confinamiento. Tres piezas sobre ello y punto. Luego retomé un libro de cuentos que creía haber terminado pero no lo estaba del todo, y seguí con mis proyectos”.

- ¿Cómo ha afectado la crisis de la Covid-19 a la tercera edición del Festival Hispanoamericano de Escritores que se celebra en Los Llanos de Aridane?

“Teníamos previsto dedicar a México este festival, y antes de la pandemia habíamos invitado a 25 escritores mexicanos que venían desde su país. Como posiblemente no podrán viajar, hemos tenido que posponer este plan para 2021. Si no es por el virus, este año habríamos crecido mucho con bastante firmeza. El festival tiene posibilidades de crecimiento que no vamos a ver este año. Pero el mero hecho de conseguir celebrarlo es un logro. Esperemos que el virus no nos trastoque los planes en el último momento. Como sabemos, todo puede pasar. Estamos muy pendientes de la información y en contacto con la Alcaldía, el Cabildo y el Gobierno de Canarias para tomar cualquier decisión que debamos. Los actos serán al aire libre, con el aforo, el distanciamiento y resto de medidas que proceda”. 

- ¿Cuándo acordaron esta decisión?

“Esta decisión la hemos tenido que tomar hace tan solo unas semanas. Ha tocado rehacer la mitad de las invitaciones a escritores en un tiempo muy corto y con un plazo de antelación a la celebración del festival también muy corto. Pero no importa, lo hemos hecho. Normalmente invitamos en febrero para septiembre. En julio las agendas ya están un poco más complicadas para ese mes. Por otro lado, además, este año se ha concentrado en septiembre gran parte de lo que no se ha hecho durante el resto del año. Pero estas dificultades las hemos solventado bien: será un festival de mayor proximidad, por razones sanitarias, con autores hispanoamericanos que residen en España y más autores españoles de los que hubiesen venido siendo México país invitado. También habrá algún canario más que los que hubiese habido en el festival dedicado a México. Y la media de edad de los autores será inferior, lo cual no tiene porqué ser negativo en absoluto. Por supuesto, hemos mantenido la invitación a aquellos que no vienen de lejos y ya estaban invitados por ser México país invitado. Adaptaremos su participación a una programación en la que México no será el centro”.

- Si se celebrara, ¿qué peso tendrá la presencia de escritores canarios?

“Creo que el año pasado tuvimos unos diecinueve autores canarios, este año serán algunos menos. Nos alegra que tendremos a un poeta y ensayista canario como Andrés Sánchez Robayna, y también a una debutante en la novela, la jovencísima Andrea Abreu. Una de las razones del festival es que los autores canarios se asomen a un mundo —el de la literatura nacional e hispanoamericana, sus editoriales y autores— que normalmente les pilla lejos. Del mismo modo, los autores que vienen entran en contacto con escritores que normalmente desconocen. Que el número de canarios sea el adecuado es importante para que el festival les sirva”.

- ¿Y nacionales e hispanoamericanos?

“La proporción de hispanoamericanos será menor y la de españoles mayor que si hubiésemos podido hacer “México país invitado”. Contamos con hispanoamericanos que viven en España porque es muy posible que desde América no se pueda viajar. Tenemos que reducir el riesgo de que finalmente los autores no puedan desplazarse por cuestiones sanitarias. En realidad, tenemos que reducir lo más posible cualquier tipo de riesgo para que el festival que programemos no se pueda celebrar como hayamos previsto”.

- El Festival anuncia la creación de una residencia de escritores, ¿en qué consistirá?

“Charo González Palmero tenía el proyecto de poner en marcha unas residencias de artistas. El primer festival tuvimos como invitado al escritor francés Patrick Deville, que es Director de la Maison des écrivains. Yo mismo escribí mi última novela en una residencia de este tipo en Francia, me parece fundamental que esa posibilidad exista y quiero fomentar que esto se produzca en Canarias. Se lo comentamos al Ayuntamiento y la idea gustó. Patrick Deville estaba muy interesado también en que se pusiera en marcha. Nos dijo que el lugar era perfecto y que contáramos con él. Este año se celebrará la primera residencia de escritor. Será durante todo el mes de septiembre. Al escritor se le ofrece un sueldo modesto, alojamiento en un lugar agradable para la escritura, donde no tenga mayores preocupaciones que escribir. Durante el mes, el escritor tiene el compromiso de ofrecer una serie de conferencias o talleres, una o dos por semana. Tanto la municipalidad como el escritor se ven beneficiados sobradamente. Para ponerla en marcha, por ahora, solo hemos constituido un pequeño consejo —sin ningún tipo de remuneración, por supuesto— para la decisión entre todos de qué autoes podrían ser merecedores de la residencia y además qué escritores serán más beneficiosos para el proyecto de residencia. Las cuestiones prácticas las realiza la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. Y el deseo de todos es que esto vaya bien y se institucionalice”.

-Dice que la mayoría de los actos serán al aire libre.

“Haremos más actos al aire libre. Incorporaremos algún escenario al aire libre que no hemos utilizado en las dos ediciones anteriores”.

- Tras estas dos ediciones ¿se han logrado generar dinámicas entre los escritores?

“Estamos todos mucho más en contacto que antes. Con la pandemia se ha hecho muy evidente. Se ha hecho bastante normal estar al tanto de lo que sucede en México, por ejemplo. Los escritores se escriben, se whatsapean, se relacionan en redes. Están al tanto de lo que publican escritores que antes, por la lejanía y el ámbito tan distinto de difusión, ni siquiera sabían que existían. Son lazos de conocimiento mutuo. Y de reconocimiento también. Con el tiempo esos lazos se podrán hacer profundos”.

- Si en 2021 se descubre por fin un remedio contra la Covid-19 y la situación se normaliza, ¿confirma que la cuarta edición estará dedicada a México?

“Ese es nuestro compromiso”.

- ¿Y por qué México?

“México es una potencia cultural y literaria de primera magnitud. Todo un ejemplo para nosotros. Cuando lees las informaciones sobre los escritores de allí comprendes que han podido dedicarse a su obra, tanto por el número de obras que han publicado como por la calidad de las publicaciones y la ambición de las obras. México adaptó el sistema francés. Para México, como para Francia, la cultura ha sido una prioridad de Estado. Por supuesto también y sobre todo hacia el exterior. La mayor feria del libro del ámbito de nuestra lengua es mexicana, la de Guadalajara, y, además, ha recibido el Premio Princesa de Asturias recientemente. Desde la primera edición hemos contado con el apoyo de la Fundación Universidad de Guadalajara, que hace esa Feria Internacional del Libro.”

- ¿Cuál es su visión de las nuevas literaturas hispanoamericanas? ¿Destacaría alguna de sus narrativas en particular?

“Destacaría autores, o libros concretos, porque la literatura, al final, es esa obra que te deslumbra. Por citar a algunos extraordinarios que hemos invitado pero aún no han podido venir por uno u otro motivo, gente más o menos de mi generación a la que leo con mucho placer, me acordaré de la argentina Samantha Schweblin, del guatemalteco Eduardo Halfon, del mexicano Yuri Herrera, del colombiano Juan Gabriel Vásquez. En fin. Leerlos no es en absoluto una pérdida de tiempo. Por otro lado, en España estamos muy bien servidos de escritores hispanoamericanos que leer con devoción, y además amigos, como el argentino Marcelo Luján, por ejemplo, o el venezolano Juan Carlos Méndez Guédez, o Juan Carlos Chirinos”. 

- ¿Y qué cree que deben de aprender los escritores de unas y otras orillas?

“No sé. El mundo se ha hecho muy pequeñito. Somos muy distintos y sin embargo nos parecemos demasiado. Tautológico pero cierto. Más aún cuando compartimos el idioma. Quizá debamos aventurarnos más en el otro. Ir. Que vengan. Cada vez lo haremos más. De eso se trata. Creo que el proceso de que el mundo se convierta en un pueblito, en una aldea, como se ha dicho, es irreversible salvo cataclismo universal. El virus no solo ha demostrado hasta qué punto ya lo somos, sino que ha acelerado el proceso”.

- ¿Qué le gustaría mejorar del Festival?

“No sería por mejorarlo, sino por desarrollarlo. Creo que hay posibilidades de que el Festival sea también un encuentro sectorial. Este año vendrán algunos editores, alguna traductora a otro idioma, algún agente… El festival puede ser un punto de encuentro, que venga a La Palma mucha gente por distintos motivos”.

- El apoyo de las instituciones ha sido fundamental para la consolidación del Festival. Creo que este año el respaldo del Gobierno de Canarias, entre otros, ha sido determinante.

“En este caso todas las voluntades políticas son indispensables, pero es cierto que el Gobierno de Canarias nos está ofreciendo este año un empuje casi moral. Coincidimos en que hay que hacer todo lo posible por celebrar este festival este año, porque el próximo año será muy complicado, y, si perdemos la continuidad tan pronto y dos años seguidos, luego podría ser bastante difícil retomarlo. Además, el festival puede ayudar, modestamente: podemos contribuir a que algunos proveedores de la isla lo pasen menos mal. Aunque los presupuestos para las cuestiones artísticas no son precisamente espectaculares, hay un tejido empresarial, en este caso no solo de la cultura, al que le llega algo de liquidez que en este momento puede significar aguantar en un momento muy malo. Financiación que en parte viene de fuera de la isla, financiación que, por poca que sea, ingresa en la isla. Por otro lado, creo que los escritores querrán hablar de todo lo que nos está pasando, podemos llenar el mundo de algunas palabras lúcidas que nos ayuden a comprender y a sobrellevar y a superar mejor la adversidad del virus, y este beneficio no es solo para la gente que acuda a los actos, también para la gente que asista por estreaming desde cualquier lugar o que vea luego los vídeos a través de la web del festival”

- ¿Cree que el festival forma parte ya del paisaje urbano y sentimental de Los Llanos de Aridane?

“Se demuestra que lo importante cuando programamos cultura no es ni siquiera la infraestructura cultural, sino las personas. Que podamos hacer este Festival es debido a que nos hemos juntado una serie de personas capaces de hacerlo, y luego la voluntad política. Se demuestra también que cuando ofreces cultura, y no sucedáneos, la gente responde. Al principio nos trasladaron muchas dudas de que el festival pudiera funcionar en Los Llanos de Aridane. Yo no tuve ninguna duda. Tampoco Armas Marcelo. Y luego Los Llanos ha sido un lugar muy acogedor con los escritores. Los escritores se sienten bien en Los Llanos, esto es también, otra vez, sobre todo por la gente. La gente se encuentra por la calle a los escritores, se para a tres metros de ellos y les grita: ‘¡Gracias!’ Es una maravilla”.

Novela y memoria sobre la guerra (in)civil en Canarias

Sábado, Julio 18th, 2020

NOTA: Este artículo actualiza el titulado en su día (6-VIII-2011) Novela y memoria sobre la Guerra (in)Civil en Canarias porque desde ese entonces se han publicado otras novelas y cuentos relacionados con este periodo de la Historia en las islas. En este aspecto y salvo las aportaciones que hacemos, el texto se mantiene prácticamente igual al que fue publicado en su día.

Canarias cuenta con una interesante producción literaria sobre la Guerra Civil en la que se mezcla ficción y memoria a partes iguales. Estas líneas solo pretenden orientar al lector sobre algunos títulos que considero, a mi juicio, recomendables para hacerse una idea de lo que podríamos llamar “nuestra peculiar literatura sobre aquel conflicto”, siendo conscientes que nos dejamos muchas obras en el tintero.

Se trata pues de un artículo que no nace con vocación investigadora ni de análisis, sino como guía de una serie de volúmenes que merecen ser recuperados por todos aquellos que estén interesados en conocer cómo desde los territorios de la imaginación y también del testimonio se nos ha contado con mejor o peor fortuna el drama de la Guerra Civil a este lado del Atlántico.

Para quien les escribe si hay tres títulos claves sobre este oscuro periodo de nuestra historia son El barranco, La prisión de Fyffes y Luchar por algo digno, de Nivaria Tejera, José Antonio Rial y Pedro Víctor Debrigode, respectivamente. No puedo olvidar Sima Jinámar del periodista y escritor José Luis Morales, entre otros.

El barranco de Nivaria Tejera es un emotivo y desolador relato a medio camino entre la ficción y la memoria. La acción se desarrolla en La Laguna a principios del alzamiento y está contada a través de los ojos de una niña que asiste a la detención de su padre por ser afín a la II República, lo que supone una fractura para su infancia así como para la familia.

El barranco es para el especialista Claude Couffon la primera novela en español sobre la Guerra Civil, una reflexión muy discutible ya que se publicó antes en francés (Lettres Nouvelles, 1958) que en castellano.

El exilio interior es una de las grandes constantes en la producción literaria de su autora. Mujer que tras abandonar las islas con su familia recaló en Cuba, donde abrazó en su juventud los principios de la revolución cubana liderada por Fidel Castro hasta que ésta se escoró –ya sin máscaras– hacia el socialismo.

En una entrevista que mantuvo con el autor de este artículo (1) Nivaria Tejera reveló que una de las causas que la motivaron a escribir El barranco fue “la necesidad de despejar ese mundo interior que está tan intrincado en mi personalidad. Sentía, además, la poesía que podía extraer de todo aquello. Mi intelecto ya estaba establecido y me pareció que era un elemento de trabajo intenso para que comenzara a escribir.”

Y añadía: “Afortunadamente nunca perdemos la infancia. Lo que sí me costó fue llevarla a una posible lectura, a una escritura, a un estilo porque ya entonces quería crear un estilo agarrándome a esa terrible memoria infantil.”

La prisión de Fyffes de José Antonio Rial narra el encarcelamiento del autor en la improvisada cárcel que antaño había sido empaquetadora de plátanos y que se encontraba en aquel entonces a las afueras de la capital tinerfeña.

Novela testimonio y de ambiente carcelario, Rial escribe que mientras estuvo preso en Fyffes fue como “vivir en una cloaca” ya que los presos republicanos estaban hacinados y sobre todos ellos pendía la sombra de la muerte. En esta improvisada cárcel, el poeta Domingo López Torres escribiría el poemario Lo imprevisto, que fue sacado clandestinamente días antes de que hicieran desaparecer al poeta.

Precisamente e inspirado por la desaparición del poeta durante la Guerra Civil, Juan-Manuel García Ramos ha escrito El delator, una nouvelle aún sin publicar en la que estudia no solo a Domingo López Torres y su momento, sino también las circunstancias que condujeron a su captura por el ejército rebelde los primeros días del Alzamiento Nacional.

José Antonio Rial (San Fernando, Cádiz, 1911-Caracas, Venezuela, 2009) se exilió a Venezuela donde continuó escribiendo y colaborando en distintos medios de comunicación de ese país. Algunos de sus libros son Venezuela Imán Reverón, Jezabel, Segundo naufragio, Tiempo de espera y Las nereidas del faro.

Admirado por numerosos lectores aficionados a la novela de capa y espada de a peseta, Pedro Víctor Debrigode emplea también la ficción y la memoria en su antológica Luchar por algo digno. Obra que consta de dos partes, el primer volumen se desarrolla prácticamente en Tenerife donde el estallido de la Guerra Civil coge al protagonista mientras cumple servicio militar.

Las descripciones más estremecedoras del libro son las que se desarrollan en los barcos prisión anclados en el puerto de Santa Cruz de Tenerife y en los que el protagonista cumple con la ordenanzas militares mientras contempla como día sí, día no, muchos de los cautivos salen en pequeñas embarcaciones a alta mar para no regresar jamás.

Escrita sin florituras estilísticas, Luchar por algo digno (la segunda parte se titula El espía inocente) se trata a mi juicio de la mejor novela escrita hasta la fecha sobre la Guerra Civil en Canarias. Quizá porque se trata de la historia de un hombre que sin ideologías solo quiso vivir y que lo dejaran en paz.

Otro de los títulos más conocidos sobre aquella contienda fratricida escritos en y desde Canarias es Sima Jinámar, de José Luis Morales.

Según explicó el autor en una entrevista publicada en el diario El País, la novela la comenzó a escribir en la cárcel por dos razones: “la primera, que allí tenía tiempo. Y luego, que en aquella ocasión la novela actuaba como salida y reflexión en un momento de crisis ideológica que yo sufría, era 1969, con toda la universidad española. Intentaba, por un lado, hablar de esa realidad que para mí era tan cercana, la de las islas, y por otro, dar a todo esto universalidad, romper el localismo. Porque, al final, los problemas no son exactamente locales, ¿no? Entonces ensayé con el lenguaje canario, rural y con sus ritmos. Te llamará la atención que hay mucha redundancia, que para mí es dialéctica. Y para romper el realismo elemental aparecían algunos personajes atemporales, míticos, que rompen el tiempo y universalizan la ficción.”

La novela, reeditada en 2015 por Turpin Editores, recopila una serie de atrocidades de las que se habla aún en susurros en Gran Canaria.

Según Domingo Martín Sima Jinámar es el relato de un hombre al que “el sistema va engullendo. Y, aunque una de las habilidades de Morales es la de inventar topónimos (Anuwania, las Siete Mil Islas o Banicado son algunos nombres), a esta Sima le respetó el nombre original para que no quedara duda. Los setenta metros de profundidad de este tubo volcánico sirvieron de tumba para disidentes durante la dictadura julita, en la que transcurre la trama de la novela. Con tanto cadáver gritando historias, ‘intentaron dinamitarla después de la guerra, pero entonces la abrieron más’, recuerda José Luis Morales. ‘Es imposible dinamitar algo que es como una catedral de grande’”.

La Guerra Civil también ha producido otras novelas como La infinita guerra, de Luis León Barreto, y ha servido de inspiración para moldear el carácter de algunos de los protagonistas de sus historias en distintos escritores de la que ya se conoce como Generación 21 como son Víctor Álamo de la Rosa (El año se la seca, Campiro que y Terramores); Al sueño polar de golondrinas, de Álvaro Marcos Arvelo y Los días de Mercurio. La iniquinidad II y Los milagros prohibidos de Alexis Ravelo.

Álamo de la Rosa se basó en un conocido político herreño, Manuel Hernández Quintero, para su Manuel el huido de Terramores. El año de la seca se ambienta en el periodo de postguerra en el territorio mítico de Isla Menor (El Hierro) mientra que en Campiro que da noticias de todas aquellas personas que al estallar la guerra buscaron refugio en cuevas y tubos volcánicos para no convertirse en víctimas de la represión militar.

Álvaro Marcos Arvelo parte de la fuga que emprendió el poeta gomero Pedro García Cabrera junto a otros presos políticos desde el campo de prisioneros de Villa Cisneros a Dakar, Senegal, en 1937, en Al sueño polar de golondrinas, novela que discurre en dos tiempos, los años 30 y los actuales cuando llega un barco chatarra a Puerto Santo, universo imaginario del escritor y cuyo reflejo podría ser Tenerife y en cuyas oscuras bodegas viajan 152 inmigrantes subsaharianos.

En el otro extremo de la balanza se sitúa Alexis Ravelo, quien se despoja de la influencia de su investigador, el marino retirado Eladio Monroy, para narrar en clave muy negra una historia de venganza en la mejor tradición del género en Los días de Mercurio. La iniquinidad II, en la que su protagonista, un hombre del bando de los derrotados descubre un secreto bien guardado por parte de otro del bando vencedor. Ravelo insistiría en la Guerra Civil en Los milagros prohibidos, novela que se desarrolla durante lo que se conoció como Semana Roja en La Palma, única isla que permaneció leal a la II República esos días hasta la entrada de las tropas rebeldes y la huida de los “rojos”, los enemigos del nuevo régimen, al monte y a la costa. Javier Hernández Velázquez retoma el pasado cainita que supuso el conflicto en El fondo de los charcos e insiste en el mismo, aunque en sus páginas finales, en Baraka.

La Guerra Civil y la represión en Canarias mueve, por otro lado, la acción de La lista, de Juan Bosco, quien no se arruga en señalar con el dedo quienes fueron los asesinos y sus víctimas en La Orotava durante aquellos años. Juan Ignacio Royo Iranzo propone algo parecido, aunque en Santa Cruz de Tenerife en su interesante El fulgor del barranco. La capital tinerfeña en aquel tórrido verano de 1936 también es la protagonista de La maleta y el obelisco, de Andrés Servando Llopis.

Otras obras a destacar son Mientras maduran las naranjas, de Cecilia Domínguez Luis, novela que recupera la memoria de la Guerra Civil en las islas a través de los recuerdos de Sara, una adolescente que vive el golpe de Estado cuando tiene solo diez años y novela que cuenta con una primera parte,Y tú serás el río. La escritora insistiría en este tema en La sorriba, de momento su última novela y libro que se desarrolla durante la Guerra Civil y en una tenebrosa postguerra en Canarias. Este periodo y también desde el punto de vista de una mujer, se refleja en La prestamista, de María del Mar Rodríguez, que se desarrolla en la isla de La Palma en un arco temporal amplio, 1850-1946, y en la que se reflejan las grandezas y miserias de sus protagonistas y Felisa en su mudanza, de María Candelaria Pérez Galván, en la que se recrea la vida de dos jóvenes canarias que viven en un pueblo perdido en las montañas de la isla que deciden ir a la ciudad para labrarse una vida mejor.

Por otro lado, La fiesta de los infiernos, de Juan José Delgado, que ofrece una visión sobre aquellos años escrita desde el esperpento y, de manera tangencial, El árbol del bien y del mal de Juan José Armas Marcelo, novela que junto a Las naves quemadas le sirvió para fundar su imaginario universo de Salbago.

Luis León Barreto recurrirá también a la isla-símbolo, en su caso Tamarán, para La infinita guerra, en la que profundiza en las imbricadas raíces que tejió el poder para justificar la represión a la que sometieron a la población de las Islas nada más declararse la Guerra Civil mientras que el periodista y escritor grancanario Alfonso O’Shanahan es autor de Solsticio de verano, una novela de espías ambientada en la segunda mitad de los años treinta en Canarias que ha sabido envejecer con el paso del tiempo.

A caballo entre Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria se desarrolla en las postrimerías de la Guerra Civil Inmerso en la duda, de Agustín Quevedo Martín; Francisco Estupiñán aborda también aquel conflicto y la posición de la España franquista durante la II Guerra Mundial en El águila de San Juan, asunto en el que también indaga Daniel Pérez Estévez con La paciencia del peregrino mientras Eugenio Suárez Galván narra en Balada de la guerra hermosa la historia de dos canarios enrolados como soldados del ejército nacional en los campos de batalla que destrozan las tierras de la España peninsular.

Interés y mucho tiene la novela Vagos y maleantes, de Ismael Lozano, quien describe las dolorosas condiciones en las que vivían los presos (la mayoría de ellos homosexuales) en Tefía, Fuerteventura. Centro que mantuvo abierta sus puertas hasta inicio de los años sesenta.

Por otro lado, Agustín Carlos Barruz se preocupa en reflejar la represión y sus secuelas en Memoria de una isla sin memoria, que trascurre en Sacura, anagrama de Arucas, Gran Canaria mientras que la escritora Elia Barceló desarrolla la primera parte de El color del silencio en julio de 1936 en Canarias y Alberto Vázquez Figueroa retrata la feroz represión de los rebeldes en las islas en su novela Bajamar. Muy de refilón, Gererardo Pérez Sánchez sitúa uno de los capítulos de Historia desconocida de mis antepasados en este trágico periodo, concretamente en Güímar, localidad del sur de Tenerife.

También son de destacar El faro y la noche, de Selena Millares, en la que se cuenta el hallazgo las memorias de un oscuro poeta y profesor represaliado tras la guerra civil española

Otros títulos que pueden sumarse a esta relación son Episodios de la Guerra Civil y otros relatos, de Francisco Rodríguez Medina, autor también de El paseo de la muerte; Pedro Padilla Quintana y su En el azul y muy tangencialmente Jonathan Allen en la iniciática El conocimiento.

Novelas sobre los primeros años de la postguerra son Los amores perdidos, de Miguel de León y Guad, de Alfonso García-Ramos, sin olvidar La isla y los demonios, de Carmen Laforet y que transcurre en la capital grancanaria en los años 40.

En cuanto a libros de memorias destacan Añoranzas prisioneras, del anarquista Antonio Rodríguez Bethencourt, libro en el que se narra las aventuras de su compañero de presidio Antonio Tejera Afonso Antoñé; Memorias de un hijo del siglo, del socialista Juan Rodríguez Doreste; Once cárceles y un destierro, de Diógenes Díaz Cabrera; …Empieza a amanecer, de Constantino Aznar de Acevedo; Tránsito,de Elba García, memorias del escultor y empresario Bernardino García; Sin rencor. Memorias de un republicano, de Mauro Martín Peña; Semilla de memoria, de Francisco González Tejera; Cecilio Segura, alcalde y maestro replesaliado en la Guerra Civil, de Francisco Suárez Moreno y La luz infinita, de Amílcar Morera Bravo, título en el que este escritor y médico natural de La Palma incluye varios relatos sobre su experiencia como sanitario del ejército nacional en diferentes frentes de la península y De Gran Canarias a Dakar, memorias de Eduardo Suárez Socorro, quien describe en su primera parte el asesinato de su padre, diputado comunista durante la II República, en la capital grancanaria los primeros meses de la Guerra Civil.

También de un palmero es Con los parias de la tierra,memorias de quien fuera fundador de las Juventudes Comunistas de La Palma y destacado dirigente político durante la II República, Florisel Mendoza. Merece la pena citar también aunque no se trate de un libro de memorias Negrín y Canarias durante la Guerra Civil española, del especialista Sergio Millares Cantero y también una biografía sobre Guillermo Ascanio Moreno, miembro del partido comunista y uno de los organizadores del batallón Canarias así como de su periódico, Canarias libre, escrito por Jacinto Barrios Capilla.

(1) El Perseguidor (Diario de Avisos), número 23. Entrevista con Nivaria Tejera, “Ya no me siento exiliada en ninguna parte“.

FOTOS

1) Almuerzo de los militares golpistas en La Esperanza (Tenerife), dìas antes del golpe de Estado

2) Francisco Franco desfila junto al alcalde republicano José Carlos Schwartz y el gobernador civil Manuel Vázquez Moro

3) Presos republicanos hacinados en el Lazareto de Gando

Saludos, ¿eran otros tiempos?, desde este lado del ordenador

El mundo de la Cultura, divido ante el cese del Director Insular de Cultura

Viernes, Julio 17th, 2020

El mundo de la Cultura ha recibido de manera desigual el anuncio de la destitución de Leopoldo Santos Elorrieta al frente de la Dirección Insular de Cultura. Como publicamos el miércoles pasado, el Consejo de Gobierno del Cabildo de Tenerife aprobó su cese fuera del orden del día. La prensa local se hace eco hoy, viernes, de lo que publicamos el pasado miércoles pero olvida como pasa siempre citar la fuente, o al menos el artículo que les sirvió de guía, para informar sobre el despido de Santos Elorrieta.

Tras sondear el ambiente cultural que se genera en las islas las impresiones son de momento ambiguas. Por un lado, tal y como se dijo, la reacción es de franco estupor. “Fue el primer director con el que hablé de tú a tú”, comenta una artista. “Por fin parecía que se iba a producir un cambio”, añade.

Por el otro lado y en la periferia, es decir que más que artistas se tratan de gestores, organizadores de festivales no relacionados con la música y toda esa burocracia que rodea a la cultura, el alivio es manifiesto. “Lo han fulminado porque no sabía relacionarse con los de arriba”, dice uno de ellos. No sé cómo interpretar la declaración ya que se produce vía telefónica pero aprecio cierta ironía en un sector, el de los gestores públicos de cultura y organizadores de festivales, que se muestra bastante satisfecho porque “por fin haya rodado su cabeza”.

Esto se expllica porque Leopoldo Santos Elorrieta sometió a un estricto control joyas de la corona de la Institución Insular como el TEA Tenerife Espacio de las Artes, un monumental espacio que antes y después de la crisis de la Covid-19 duerme en los laureles.

Los que defienden la labor desarrollada por el cesado Director de Cultura, que no llega al año al frente de tan compleja como complicada área, lo percibían como “un señor que no se quería apropiar de un puesto sino que quería cambiar las cosas”, y definen su cese de “político”. De “político” a un técnico que no quiso bajar nunca “a la arena de la política barata”.

La cabeza de Leopoldo Santos Elorrieta iba a rodar tarde o temprano, comentan los que en petit comité celebran su cese. Se quejan estos de su ánimo fiscalizador y de controlarlo todo, también de haberse encastillado en su despacho las últimas semanas cuando comenzó a propagarse con más insistencia que iban a por él.

La prensa local publica que la gota que colmó el vaso fue una reflexión, más que noticia, que publicamos en este mismo su blog El Escobillón en la que nos preguntábamos el destino de la Librería del Cabildo de Tenerife, ubicada en uno de los lados de la fachada del antiguo Teatro Baudet, en la capital tinerfeña. Esta reflexión inspiró a un columnista local que no contento con fusilar aquel texto no cita (ya es una constumbre) de dónde cogió la noticia para escribir prácticamente lo mismo que ya escribimos nosotros en su momento pero en fin, así se las gastan en esta tierra: A unos le pagan por reescribir lo que otros antes han publicado por amor al arte.

El Cabildo de Tenerife mientras tanto no ha nombrado todavía Director Insular de Cultura por lo que el peso de área tan compleja descansa en la consejera Educación, Universidades, Museos, Cultura y Deportes, Concepción María Rivero Rodríguez, de Ciudadanos. A la espera de un nuevo nombramiento… O no, lo que está claro es que el Cabildo de Tenerife no levanta cabeza en cuanto a políticas culturales se refiere, ni por acertar en designar a profesionales para que organicen un patio demasiado revuelto y con tantos y tantos reinos de Taifa.

La pregunta que plantean los que defendían y aún defienden la labor (bastante raquítica porque no tuvo tiempo para hacer demasiadas cosas) de Leopoldo Santos Elorrieta es qué pasará con los proyectos que negociaron con él. ¿Seguirán adelante? ¿O solo fueron fruto de un espejismo?

El próximo año, y pese a la crisis sanitaria y económica que padecemos, está cargado de propuestas muy interesantes que contaban hasta esta semana con el visto bueno de Leopoldo Santos Elorrieta, ese Director Insular de Cultura que pasará a la Historia por la brevedad de su mandadto y por estar solo (así lo quiso) ante el peligro.

Saludos, a la espera de que fusilen también este post, desde este lado del ordenador

El Cabildo de Tenerife cesa al director Insular de Cultura, Leopoldo Santos Elorrieta

Miércoles, Julio 15th, 2020

El consejo de gobierno del Cabildo de Tenerife acordó en la sesión del lunes pasado y fuera del orden del día el cese del director Insular de Cultura, Leopoldo Santos Elorrieta.

El cese culmina la crónica de una muerte anunciada ya que se venía rumoreando desde hace unos meses en los pasillos del palacio diseñado por el arquitecto José Enrique Marrero Regalado.

Leopoldo Santos, que ocupaba esta responsabilidad desde agosto del año pasado, no llega al año al frente de un área complicada y en la actualidad en estado comatoso por los efectos devastadores de la Covid-19.

Según las fuentes, el hasta ayer Director de Cultura “no se entendía” con la consejera de las áreas de Educación, Juventud, Museos, Cultura y Deportes del Cabildo de Tenerife, Concepción María Rivero Rodríguez, una tensión que llegó a producir momentos muy incómodos. Las mismas fuentes aseguraron que sus relaciones tampoco eran buenas con el nuevo equipo que dirige la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias ni con el vicepresidente primero del Cabildo Insular, Enrique Arriaga Álvarez.

Muy poco propenso a dar declaraciones, hace una semana intentamos hablar con él para conocer el futuro de la librería del Cabildo. No se puso al teléfono y apuntó a través de un periodista del gabinete de prensa que “no sabían qué hacer con ella”.

Leopoldo Santos Elorrieta es funcionario de carrera del Cabildo Insular desde el año 2006 lo que hacía imaginar que conocía los fantasmas de la casa por dentro. La experiencia demuestra que no fue así. Experto en Gestión y Planificación Cultural por la Universidad de La Laguna, fue profesor superior de Piano en el Conservatorio de Música de Tenerife y en las filiales del Conservatorio en Granadilla, Guía de Isora y Tacoronte.

Se le debe como técnico la puesta en marcha de la primera escuela de música de Canarias, la Escuela Insular de Música de La Palma, de la que fue jefe de estudios. En su currículum cuenta que fue la plataforma desde la que dio el salto al Servicio Administrativo de Cultura del Cabildo de Tenerife como técnico de Administración Especial, donde coordinó las escuelas de música municipales y colaboró con los ayuntamientos de la Isla para el diseño y puesta en marcha de los centros. En una etapa intermedia fue durante cuatro años administrador y gerente de Criteria Servicios Culturales. En 2018 se hizo cargo de la gestión de las convocatorias de subvenciones a los sectores culturales y creativos del Cabildo de Tenerife, y de la gestión de la cooperación con las bibliotecas públicas y las escuelas de música municipales.

Saludos, otro día, desde este lado del ordenador